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Miguel Ángel Villar Pinto

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Beschreibung

¡Bestseller en 32 países!

«Imprescindible para cualquier escritor».

● Utilizado en la enseñanza por sistemas educativos americanos.
● Incluido en bibliotecas de Canadá y Estados Unidos.

Solo el 0.015 de los manuscritos que llegan a las editoriales o se autoeditan pueden considerarse obras finalizadas, y eso suele conllevar el rechazo de edición sin siquiera leerlos o recibir una gran cantidad de comentarios negativos en caso de autopublicarse.

La amplia mayoría de los autores noveles lo ignora y, por ello, resultará útil esta Guía para escritores: Cómo corregir un libro, ya que se dan las claves para dotar a los textos de calidad formal, en los aspectos fundamentales de la ortotipografía española, de un modo accesible y asequible.

De este modo, aumentarán y mucho las probabilidades de lograr los resultados óptimos que se pueden alcanzar, detallando y solventando las principales causas por las que acostumbran producirse los descartes en los departamentos de lectura editoriales.

Con este fin se ha escrito, para ayudar a que buenas historias tengan un punto de partida desde el que recorrer, con mayores posibilidades de éxito, su camino.

TÍTULOS DE LA SERIE GUÍA PARA ESCRITORES:
1. Cómo corregir un libro
2. Cómo publicar un libro
3. Cómo promocionar un libro

AUTOR

Miguel Ángel Villar Pinto (España, 1977) ha compaginado la creación literaria con la dirección de departamentos comerciales, de comunicación y corrección en el sector editorial. Es escritor profesional desde 2006 ―en España, se considera así a quien ha publicado al menos tres libros por cuenta ajena, según marca el Ministerio de Cultura para participar en su Plan de Fomento de la Lectura―. Con millones de lectores en todo el mundo, sus obras han sido bestsellers internacionales, utilizadas por diversas instituciones como lectura obligatoria en la enseñanza, citadas en diccionarios como referencias literarias e incluidas en el patrimonio cultural europeo e iberoamericano.

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GUÍA PARA ESCRITORES

CÓMO CORREGIR UN LIBRO

Miguel Ángel Villar Pinto

© Texto: Miguel Ángel Villar Pinto

© De esta edición: Miguel Ángel Villar Pinto

Primera edición: Independently published, 2019

Más información: villarpinto.com

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de su titular, salvo excepción prevista en la ley».

ÍNDICE

 

La importancia de la corrección 

Consideraciones generales 

Diálogos 

Símbolos 

Puntuación 

Cursiva 

Tildar o no tildar, esa es la cuestión 

Palabras y secuencias 

Recapitulando 

Recomendaciones adicionales 

La importancia de la corrección

 

 

 

Después de catorce años como escritor profesional ―en España, se considera así a quien ha publicado al menos tres obras por cuenta ajena, según marca el Ministerio de Cultura para participar en su Plan de Fomento de la Lectura― y haber trabajado en diversas editoriales como corrector y director de comunicación, llegué a la conclusión de que sería muy útil escribir una guía para escritores acerca de las cuestiones más relevantes del sector.

¿Es necesaria? Sin duda. Por poner un ejemplo, solo el 0.015 de los manuscritos que llegan a las editoriales o se autoeditan pueden considerarse obras finalizadas, y eso suele conllevar el rechazo de edición sin siquiera leerlos o recibir una gran cantidad de comentarios negativos en caso de autopublicarse.

La escritura y la edición profesionales son mucho más complejas de lo que parecen, y la amplia mayoría de los autores noveles lo ignora. Es más, se acostumbra a restarle importancia a algunos procesos esenciales: «De corregir ya se encargará el corrector de la editorial». Grave error; una evidente falta de conocimientos y formación dificulta e, incluso, impide que se logren resultados óptimos.

Así de claro lo señala la que fue una de mis editoras, Maite Nieto, en una entrevista: «Hoy la gente escribe mucho, cualquiera piensa que puede escribir porque tenga imaginación, pero escribir bien, dominar todas las reglas del estilo literario, incluyendo la ortotipografía, es algo muy difícil que no sabe hacer la mayoría. Por supuesto, cuando nos llega una obra y empiezo a ver los guiones de separación de palabras usados como rayas de diálogo, la obra pierde puntos ya. Y si comienzo a leerla y veo que tiene errores sintácticos y ortográficos, inmediatamente dejo de leerla por muy buena que pueda ser, pues pienso que el que quiera dedicarse a escribir, debe formarse como lo haría para cualquier otra profesión».

Las editoriales son empresas, conviene no olvidarlo, y como tales, hacen balance entre costes y beneficios potenciales. Y uno de los primeros costes a tener en cuenta es el de corrección. Si se busca en internet tarifas, se comprobará que varían mucho en función de si la corrección solo es ortotipográfica (ortografía y tipografía) o si también se debe hacer corrección de estilo (gramática, semántica, redacción y contenido). Y, por otra parte, los costes también oscilan mucho según la cantidad de correcciones que deban hacerse: no es lo mismo una obra que tiene tres errores en todo su conjunto que otra que presenta decenas por página y que además exige corrección exhaustiva de estilo. Mientras la primera se puede «revisar» en unos pocos días, la segunda puede implicar muchos meses de trabajo.

Teniendo esto en cuenta, al departamento de lectura de una editorial le basta una simple ojeada para realizar esta primera criba; y es en ese momento y por estas razones por las que se suele declinar la publicación de una gran cantidad de propuestas de edición. Quienes desconocen esto, pueden pensar que su manuscrito no ha sido seleccionado porque «no ha gustado». Pero nada más lejos de la realidad: en estos casos, casi nunca se lee la obra; el descarte puede hacerse incluso en cuestión de segundos.

De hecho, en función de esta primera toma de contacto, podrían establecerse cinco categorías de escritores/obras. Aunque existen excepciones ―por lo general, se dan cuando intervienen más factores que los estrictamente literarios―, la siguiente clasificación se podría aplicar en el mundo editorial:

 

A) Obras escritas correctamente en todos los sentidos. Solo es necesaria una revisión por si al autor se le ha «escapado» algún detalle o si se juzga conveniente pulir algún aspecto concreto del estilo. Son las que desean recibir todas las editoriales, por sus bajos costes en corrección y porque sus autores suelen tener una evidente experiencia y calidad, lo que asegura poca inversión de trabajo y una alta rentabilidad potencial. No se suelen descartar en los primeros procesos de selección; si son rechazadas es debido a otras cuestiones valoradas posteriormente tales como línea editorial, catálogo o aspectos comerciales.

B) Obras con algunas carencias en formación ortotipográfica y/o algunos matices de estilo, pero fácilmente detectables y enmendables. Su publicación sigue siendo asumible por cualquier editorial.

C) Obras que poseen debilidades y fortalezas en diversas cuestiones, normalmente tanto en ortotipografía como en estilo. En estos casos, en algunas editoriales serán descartadas de inmediato y en otras continuarán el proceso de valoración, siempre y cuando las fortalezas pesen más que las debilidades.

 

Los manuscritos de estas tres categorías acostumbran a encontrar su sitio, algunos con mayor esfuerzo que otros, en más o menos tiempo, en editoriales grandes, medianas o pequeñas; pero contactando con todos los editores que sean necesarios, las probabilidades de encontrar uno interesado son reales.

En cambio, las categorías D y E lo tienen muy difícil para acceder a una editorial tradicional, y la mayor de las veces la única opción que les queda es la coedición o la autopublicación. Cierto es también que hay autores de mucho éxito y calidad que eligen esta vía por cuestiones ajenas a no haber hallado una editorial convencional, u ocasiones en las que simplemente no están interesados en ceder los derechos de edición; pero esa es otra cuestión que será tratada a posteriori, en Guía para escritores: Cómo publicar un libro.

En el caso que nos ocupa, la situación en la que se hayan las categorías D y E en búsqueda de editor es debida ya no solo a los costes de corrección, sino a la propia competencia entre manuscritos. A las editoriales tradicionales llegan una gran cantidad de textos de categorías C, B y A, por lo que no suelen tener necesidad de recurrir a obras de categorías menores, D y E, las cuales se detectan y descartan de manera instantánea casi siempre:

 

D) Obras con muchas carencias en formación ortotipográfica y estilística, a lo que se le suele sumar un factor añadido de aleatoriedad y ambigüedad ―es decir, no se puede establecer un patrón en los errores―. Implican una complejidad muy elevada de corrección, y es frecuente que el corrector tenga que consultar al autor en numerosas ocasiones sobre determinados aspectos del texto para aclarar dudas.