Cuadernos de la cárcel - Gramsci - Antonio Gramsci - E-Book

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Antonio Gramsci

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Beschreibung

Cuadernos de la cárcel es una obra fundamental que recoge las reflexiones más significativas del pensador marxista italiano Antonio Gramsci durante su encarcelamiento entre 1929 y 1935, bajo el régimen fascista de Mussolini. Lejos de ser un tratado sistemático, el texto se presenta como una colección fragmentaria de notas donde Gramsci elabora conceptos clave como hegemonía cultural, intelectual orgánico y bloque histórico, en un esfuerzo por repensar la teoría marxista en función de las realidades sociopolíticas de su tiempo. A través de una mirada crítica y profundamente analítica, Gramsci examina las estructuras del poder, el papel de la educación, los mecanismos ideológicos del Estado y la construcción del consenso social. Su obra se distingue por la voluntad de comprender cómo las ideas dominantes se afianzan en la vida cotidiana y en las instituciones, lo que lo lleva a replantear el concepto de revolución más allá del plano económico, enfatizando la importancia de la lucha cultural e intelectual. Desde su publicación póstuma, Cuadernos de la cárcel ha sido objeto de estudio en múltiples disciplinas —filosofía, sociología, ciencias políticas, pedagogía— y ha influenciado profundamente el pensamiento crítico del siglo XX. La riqueza de sus análisis y la vigencia de sus preocupaciones lo convierten en una fuente inagotável de interpretación y debate. La relevancia duradera de la obra radica en su capacidad para iluminar las formas sutiles en que se reproduce el poder en las sociedades modernas. Al explorar la relación entre estructura y superestructura, entre acción política y pensamiento, Gramsci invita al lector a reflexionar sobre los medios por los cuales puede gestarse una transformación social profunda y sostenida.

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Antonio Gramsci

CUADERNOS DE LA CÁRCEL

TOMO 1

Título original:

“Quaderni del carcere ”

Sumario

PRESENTACIÓN

CUADERNOS DE LA CARCEL

Cuaderno 1 (XVI) 1929.193

Cuaderno 2 (XXIV) 1929-1933.

PRESENTACIÓN

Antonio Gramsci

1891–1937

Antonio Gramsci fue un filósofo, periodista y teórico político italiano, ampliamente reconocido como uno de los pensadores marxistas más influyentes del siglo XX. Nacido en Ales, en la isla de Cerdeña, Gramsci es conocido por sus análisis sobre la hegemonía cultural, el papel de los intelectuales y las estrategias de poder en las sociedades modernas. A pesar de pasar gran parte de su vida adulta en prisión, sus escritos, especialmente los Cuadernos de la cárcel, han dejado una marca duradera en la teoría política y social.

Vida temprana y formación

Antonio Gramsci nació en una familia humilde, en una región pobre del sur de Italia. Desde pequeño enfrentó problemas de salud, incluyendo una malformación de columna, lo que marcó su desarrollo físico y emocional. En 1911 ganó una beca para estudiar en la Universidad de Turín, donde entró en contacto con el movimiento obrero y las ideas socialistas. Aunque no concluyó sus estudios universitarios, su formación autodidacta fue intensa, con gran interés por la literatura, la filosofía y la política.

Trayectoria y contribuciones

Gramsci se unió al Partido Socialista Italiano y luego fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia en 1921. Su pensamiento se centró en cómo el poder se ejerce no solo por la fuerza, sino también a través del consenso cultural y la construcción de una "hegemonía" en la sociedad civil. Esta noción transformó la teoría marxista tradicional, proponiendo que las ideas, instituciones y prácticas culturales son fundamentales en la lucha por el poder.

Entre sus aportes más influyentes se encuentra la idea de los "intelectuales orgánicos", aquellos que emergen de las clases populares y articulan su visión del mundo, desafiando el monopolio cultural de las clases dominantes. En sus Cuadernos de la cárcel, redactados mientras estaba encarcelado por el regime fascista de Mussolini, Gramsci también abordó temas como el papel del Estado, la educación, la religión y la lengua, ofreciendo una lectura crítica de la sociedad capitalista moderna.

Impacto y legado

El pensamiento de Gramsci ha influido profundamente en la teoría política, la sociología, la pedagogía y los estudios culturales. Su concepto de hegemonía ha sido adoptado y reformulado por múltiples corrientes, incluyendo el posmarxismo, el feminismo y los estudios postcoloniales. Intelectuales como Stuart Hall, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe han retomado y adaptado sus ideas para analizar las luchas contemporáneas por el poder simbólico y cultural.

Gramsci propuso una visión del cambio social que iba más allá de la confrontación directa, poniendo énfasis en las transformaciones graduales en el ámbito de la cultura, la educación y la conciencia. Su obra sigue siendo una referencia clave para quienes buscan comprender las dinámicas de dominación y resistencia en las sociedades modernas.

Antonio Gramsci murió en 1937, a los 46 años, tras años de encierro y deterioro físico provocado por las condiciones carcelarias. A pesar de haber sido silenciado por el régimen fascista, sus escritos lograron circular tras su muerte y encontraron amplio reconocimiento en las décadas siguientes. Hoy, Gramsci es considerado uno de los pensadores más originales del marxismo occidental, cuya obra sigue iluminando los debates sobre poder, cultura y transformación social.

La vigencia de sus ideas se refleja en el uso continuo de conceptos como "hegemonía" y "bloque histórico" para analizar fenómenos políticos actuales. Gramsci dejó un legado intelectual de gran profundidad, que sigue inspirando a quienes buscan comprender y transformar las relaciones sociales desde una perspectiva crítica y comprometida.

Sobre la obra

Cuadernos de la cárcel es una obra fundamental que recoge las reflexiones más significativas del pensador marxista italiano Antonio Gramsci durante su encarcelamiento entre 1929 y 1935, bajo el régimen fascista de Mussolini. Lejos de ser un tratado sistemático, el texto se presenta como una colección fragmentaria de notas donde Gramsci elabora conceptos clave como hegemonía cultural, intelectual orgánico y bloque histórico, en un esfuerzo por repensar la teoría marxista en función de las realidades sociopolíticas de su tiempo.

A través de una mirada crítica y profundamente analítica, Gramsci examina las estructuras del poder, el papel de la educación, los mecanismos ideológicos del Estado y la construcción del consenso social. Su obra se distingue por la voluntad de comprender cómo las ideas dominantes se afianzan en la vida cotidiana y en las instituciones, lo que lo lleva a replantear el concepto de revolución más allá del plano económico, enfatizando la importancia de la lucha cultural e intelectual.

Desde su publicación póstuma, Cuadernos de la cárcel ha sido objeto de estudio en múltiples disciplinas —filosofía, sociología, ciencias políticas, pedagogía— y ha influenciado profundamente el pensamiento crítico del siglo XX. La riqueza de sus análisis y la vigencia de sus preocupaciones lo convierten en una fuente inagotável de interpretación y debate.

La relevancia duradera de la obra radica en su capacidad para iluminar las formas sutiles en que se reproduce el poder en las sociedades modernas. Al explorar la relación entre estructura y superestructura, entre acción política y pensamiento, Gramsci invita al lector a reflexionar sobre los medios por los cuales puede gestarse una transformación social profunda y sostenida.

CUADERNOS DE LA CARCEL

Cuaderno 1 (XVI) 1929.193

Primer cuaderno (8 de febrero de 1929)

§ < 1 >. Sobre la pobreza, el catolicismo y el papado. Recordar la respuesta dada por un obrero católico francés al autor de un librito sobre Ouvriers et Patrons, memoria premiada en 1906 por la Academia de Ciencias Morales y Políticas de París. La respuesta respondía en forma epigramática a la objeción que se le había hecho de que, según la afirmación de Jesucristo, siempre deberá haber ricos y pobres: "Quiere decir que dejaremos al menos dos pobres. para que Jesucristo no se equivoque" Esta cuestión general debería ser examinada en toda la tradición y la doctrina de la Iglesia católica. Afirmaciones principales hechas en las encíclica', de los últimos papas, o sea de las roas importantes desde que la cuestión adquirió una importancia histórica: 1º, La propiedad privada, especialmente la "inmobiliaria", es un "derecho natural”, que no se puede violar ni siquiera con fuertes impuestos (de esta afirmación se derivaron los programas de las tendencias "demócratas cristianas", para la distribución de las tierras, con indemnización. a los campesinos pobres y sus doctrinas financieras); 2º tus pobres deben contentarse con su suerte, porque las distinciones de clase y la distribución de la riqueza son disposiciones de Dios, y sería impío tratar de eliminarlas; 3º la limosna es un deber cristiano e implica la existencia de la pobreza; 4º La cuestión social es ante todo moral y religiosa, no económica, y debe ser resuella con la caridad cristiana y los dictados de la moral y el juicio de la religión, (Véase Codice sociale y Sillabo)

Cfr, Cuaderno 20 (XXV). pp. 17-18.

§ < 2 >. Cara a cara con el enemigo, de Luigi Galleani, impreso en los Estados Unidos (¿Boston?) hacia 1910 en las "Crónicas Subversivas". Es una miscelánea compilatoria sobre los procesos de los individualistas (Ravachol, Henry, etcétera), poco útil en general. Algunas observaciones:

En su discurso en Livorno, Abbo repitió la introducción de la declaración de principios de Etievant, reproducida en apéndice en el libro: la frase, que suscitó la hilaridad general, sobre la "lingüística; es tomada literalmente; Abbo conocía de memoria la primera parte de la declaración, ciertamente.  Puede servir, este detalle, para hacer notar cómo formaban su cultura estos hombres y cómo está difundida y es popular esta especie de literatura.

En todas las declaraciones de los acusados, resulta que uno de los motivos fundamentales de sus acciones es el “derecho al bienestar” que consideran un derecho natural (los franceses, se entiende, que ocupan la mayor parte del libro). Varios imputados repiten la frase de que “una orgia de los señores consume lo que bastaría a mil familias obreras”. No hay ni siquiera una alusión a las relaciones de producción. La declaración de Etievant, reproducida íntegramente en apéndice, es típica, porque trata de construir un sistema justificativo de los individualistas de acción; naturalmente, las mismas justificaciones son válidas para todos, para los jueces, para los jurados, para el verdugo: cada elemento social está encerrado en la red de sus sensaciones, como un puerco en un tonel de hierro. y no puede evadirse; el individualista lanza la "piedra'', el juez condena, el verdugo corta la cabeza. No hay escapatoria. Es un voluntarismo que para justificarse moralmente se niega a sí mismo de modo tragicómico. El análisis de esta declaración muestra cómo estas “acciones” eran el resultado de un desconcierto moral de la sociedad francesa que desde 1870 llega hasta el dreyfusismo, en el que halla su desahogo colectivo.

A propósito de Henry se reproduce en ese volumen la carta de un tal Galtey (me parece, pero habría que verificarlo)1, a propósito del amor reprimido de Henry por su mujer. Esta señora, al saber que Henry se había enamorado de ella (parece que no se había dado cuenta), declara a un periodista que, de haberlo sabido, se habría entregado, seguramente. El marido, en la carta, declara no tener nada que decir sobre las declaraciones de la mujer y explica: si un hombre no consigue encarnar el sueño romántico de su danta sobre el príncipe azul (o algo semejante), peor para él: debe admitir que otro lo sustituya. Es típica esta mescolanza de príncipes azules y de racionalismo materialista.

En su declaración en el proceso de Lyon de 1894 (véase) Kropotkin afirma con seguridad que dentro de diez años se producirá la revolución final: el tono de seguridad es notable.

Cfr. Cuaderno 16 (XXIII, pp. 33-34.

§ < 3 >. Relaciones entre Estado e Iglesia. El Vorwärts del 14 de junio de 1929 en un artículo a propósito del Concordato entre la Ciudad del Vaticano y Prusia <escribe> que "Roma ha considerado caducada (la legislación precedente que de hecho ya constituía un concordato) a consecuencia de los cambios políticos ocurridos en Alemania".  Éste podría ser un precedente muy importante y digno de recordarse.

Cfr. Cuaderno 16 (XXII), p. 15 bis.

§ < 4 >. Derecho natural y catolicismo, Los actuales polemistas contra el derecho natural se guardan bien de recordar que aquél es parte integrante del catolicismo y de su doctrina. Sería interesante una investigación que demostrase la estrecha relación entre la religión y los "principios inmortales". Los mismos católicos admiten estas relaciones cuando afirman que con la revolución francesa comenzó una "herejía", esto es, reconocen que se trata de la escisión doctrinal de tina misma mentalidad y concepción general. Podría decirse, por lo tanto, que no son los principios de la revolución francesa los que superan a la religión, sino las doctrinas las que superan a estos principios, es decir, las doctrinas de la fuerza contrapuestas al derecho natural.

Cfr. Cuaderno 27 I XI), PP. 5-6.

§ < 5 >. Relaciones entre Estado e iglesia. En Vossische Zeitung del 18 de junio de 1929 Hoepker-Aschoff, ministro democrático de finanzas de Prusia, planteaba así la cuestión, señalada más arriba por el Vorwärts: "Igualmente no es posible desconocer lo bien fundado de las tesis de Roma que, en presencia de los muchos cambios políticos y territoriales ocurridos, exigía que los acuerdos fuesen adaptados a las nuevas circunstancias". En el mismo artículo, Heopker-Asehoff recuerda que el Estado prusiano "siempre sostuvo que los acuerdos de 1821 estaban aún en vigor". (¿Es el periodo del Kulturkampf?).

Cfr. Cuaderno 16 (XXIII, p. 15 bis.

§ < 6 >. "Para elogiar un libro ni siquiera es preciso abrirlo; pero, si se está decidido a criticarlo, siempre es prudente leerlo. Al menos mientras el autor está vivo . ,.". Rivarol.'

Cfr. Cuaderno 23 (VI). p. 9.

§ < 7 >. Margherita Sarfatti y las “escaramuzas”. En la reseña de Goffredo Bellonci del Palazzone de Margherita Sarfatti [Italia lette raria, 23 de junio 1929]2 se lee: "muy realista aquella timidez de la virgen que se detiene púdica ante el lecho matrimonial mientras siente, sin embargo, que 'éste es benigno y acogedor para las futuras escaramuzas'". Este pudor que siente con las expresiones técnicas de los novelistas licenciosos es impagable: habrá sentido también las futuras "muchas millas" y su "abrigo de piel" bien sacudido.

Cfr. Cuaderno 23 (VI), pp. 19-20.

§ < 8 >. Vieja y nueva generación. La vieja generación de intelectuales ha fracasado, pero tuvo una juventud (Papini, Prezzolini, Soffici, etcétera). La generación de los jóvenes actuales no tiene ni siquiera esta edad de brillantes promesas: asnos feos hasta de chiquitos (Tina Rosa, Angioletti, Malaparte, etcétera).

Cfr. Cuaderno 23 (VI), p. 22.

§ < 9 >. Soffici. Un bruto sin ingenuidad ni espontaneidad.

§ < 10 >. Sobre Maquiavelo.

Suele considerarse demasiado a Maquiavelo como el "político en general" bueno para cualquier época: esto es ya un error de política. Maquiavelo ligado a su tiempo: 1) luchas internas en la república florentina; 2) luchas entre los estados italianos por un equilibrio recíproco; 3) luchas de los estados italianos por un equilibrio europeo.

En Maquiavelo actúa el ejemplo de Francia y España que han alcanzado una fuerte unidad estatal, Hace un "parangón elíptico" como diría Croce2 y deduce las reglas para un estado fuerte en general e italiano en particular. Maquiavelo es hombre totalmente de su época y su arte política representa la filosofía del tiempo que tiende a la monarquía nacional absoluta, la forma que puede permitir un desarrollo y una organización burguesa. En Maquiavelo se encuentra en germen la separación de los poderes y el parlamentarismo: su "ferocidad" es contra los residuos del feudalismo, no contra las clases progresistas; el príncipe debe poner fin a la anarquía feudal y esto es lo que hace Valentino en Romaña, apoyándose en las clases productivas, campesinos y comerciantes. Dado el carácter militar del jefe del Estado, como se requiere en un periodo de lucha por la formación y la consolidación del poder, la indicación de clase contenida en el Arte de la guerra debe entenderse como la estructura general estatal: si los burgueses de la ciudad quieren poner fin al desorden interno y a la anarquía externa, deben apoyarse en los campesinos como masa, constituyendo una fuerza armada segura y fiel.  Puede decirse que esta concepción esencialmente política es tan dominante en Maquiavelo que le hace cometer errores de carácter militar: piensa especialmente en la infantería, cuyas masas pueden ser enroladas con una acción política, y por lo mismo desconoce el valor de la artillería. En suma, debe ser considerado como un político que debe ocuparse del arte militar en cuanto que ello es necesario para su construcción política, pero que lo hace en forma unilateral, porque no está ahí el centro de su pensamiento.

Cfr. Cuaderno 13 (XXX), pp. 5a-6.

§ < 11 >. Sobre la originalidad en la ciencia. Einaudi: "Una teoría no es atribuida a quien la intuyó, o por accidente la enunció o expuso un principio del cual podía ser deducida o refirió desligadamente sus diversas nociones, las cuales aspiraban a ser recompuestas en una unidad". Falta la parte positiva señalada a continuación en la frase: "¿en cuál otro libro fue tomada como objeto 'deseado' de 'particular' tratado la siguiente proposición, etcétera?" Croce: "Una cosa es expresar una observación incidental, que luego se abandona sin desarrollarla, y otra establecer un principio del que se deducen las fecundas consecuencias; una cosa es enunciar un pensamiento genérico y abstracto y otra pensarlo realmente y en concreto; una cosa es, finalmente, inventar, y otra repetir de segunda o de tercera mano". La enunciación de Einaudi es muy defectuosa y llena de curiosas impropiedades lingüísticas, pero deriva de Croce (Einaudi, Riforma sociale, 1929, p. 277; Croce, Mat. storico, IV, p. 26).

Cfr. Cuaderno 10 (XXXIII), pp. 5a-6.

§ < 12 >. Giovanni Papini. El "pío autor" de la Civiltà Católica

Cfr. Cuaderno 23 (VI), p. 22.

§ < 13 >. Alfredo Panzini. escribe F. Palazzi en la Italia che Scrive (junio 1929) a propósito de I giorni del sole e del grano: "sobre todo se ocupa y se preocupa de la vida campestre como puede ocuparse de ella un propietario que quiere estar tranquilo en cuanto a las dotes laborales de las bestias de trabajo que posee, tanto de las cuadrúpedas como de las bípedas, y que al ver un campo cultivado, piensa inmediatamente si la cosecha será tal como la espera". Panzini negrero, en suma.

Cfr. Cuaderno 23 ( VI ). p. 22.

§< 14 >. Fortunato Rizzi,a o sea, sobre el italiano mezquino. Louis Reynaud, que debe ser un discípulo de Maurras, ha escrito un libro: Le Romantisme (Les origines anglo-germaniques. Influences étrangères et traditions nationales. Le réveil du génie francais), París, Colin, para exponer difusamente y demostrar una tesis propia del nacionalismo integral: que el romanticismo es contrario al genio francés y que es una importación extranjera, germánica y anglo-alemana. En esta proposición, para Maurras e indudablemente también para Reynaud, Italia está y debe estar junto a Francia, y mas aún, en general las naciones católicas, el catolicismo, son solidarias contra las naciones protestantes, el latinismo contra el germanismo. El romanticismo es una infección de Origen germánico, infección para la latinidad, para Francia, que ha sido su gran víctima: en sus países originarios, Inglaterra y Alemania, el romanticismo no tendrá o no ha tenido consecuencias, pero en Francia se ha convertido en el espíritu de las revoluciones sucesivas desde 1789 en adelante, ha destruido o devastado la tradición. etcétera.

Veamos ahora cómo el profesor Fortunato Rizzi,a autor de un libro al parecer mediocrísimo (no nos asombra, a juzgar por el modo como trata las corrientes de pensamiento y de sentimientos) sobre el siglo XVI, vio el libro de Reynaud en un artículo ("Il Romanticismo frances e l'Italia") publicado en Librí del Giorno de junio de I929. Rizzi ignora los "antecedentes", ignora que el libro de Reynaud es más político que literario, ignora las proposiciones del nacionalismo integral de Maurras en el campo de la cultura y va a buscar con su linternita de italiano mezquino las huellas de Italia en el libro. ¡Caramba Italia no está, Italia, por lo tanto, es desdeñada, es desconocida "Es verdaderamente singular el silencio casi absoluto por cuanto se refiere a Italia. Se diría que para él (Reynaud) Italia no existe ni ha existido nunca: y sin embargo debe haberla tenido ante sus ojos a cada momento". Reynaud señala que el siglo XVI?, en la civilización europea, es trances. Y Rizzi: "¿Acaso se necesitaba un esfuerzo heroico para señalar, al menos de pasada, cuánto debe la Francia del XVII a la Italia del XVI? Pero Italia no existe para nuestros buenos hermanos del otro lado de los Alpes". ¡Qué tristeza Reynaud escribe: "les anglais, puis les allemands, nous communiquent leur superstition de l'antique". Y Rizzi: "¡Oh, mira de dónde e viene a Francia la adoración de los antiguos ¡De Inglaterra y de Alemania ¿Y el Renacimiento italiano con su maravilloso poder de difusión en Europa, y, precisamente, también en Francia'? Borrado de la historia.

Otros ejemplos son igualmente divertidos. "Ostentada o inconsciente indiferencia o ignorancia con respecto a Italia" que, según Rizzi, no añade valor a la obra sino que incluso "en ciertos aspectos la atenúa grandemente y disminuye". Conclusión: "pero nosotros que somos los hijos primogénitos o, mejor (según el pensamiento de Balbo) unigénitos de Roma_ nosotros somos señores de raza y no cobramos pequeñas venganzas etcétera, etcétera" y en consecuencia reconoce que la obra de Reynaud es ordenada, aguda, docta, lucidísima, etcétera, etcétera.

Reír o llorar. Recuerdo este episodio: hablando de cierto sujeto, un articulista recordaba que un antepasado del héroe fue citado por i)ante en la Divina Comedio, "este libro de oro de la nobleza italiana". Efectivamente era citado, pero en una sima del Infierno: eso no importa para el italiano mezquino, que no advierte, por su manía de grandeza de gentilhombre venido a menos, que Reynaud, no hablando de Italia en su libro, ha querido hacerle el más grande homenaje, desde su punto de vista. ¡Pero a Rizal lo que le importa es que Manzoni sólo aparezca citado en una notita a pie de página.

§ < 15 >. Sobre las universidades italianas:. ¿Por qué no ejercen en el país esa influencia de reguladoras de la vida cultural que ejercen en otros países?

Uno de los motivos hay que buscarlo en el hecho de que en las universidades, el contacto entre maestros y estudiantes no está organizado. E profesor enseña desde la cátedra a la masa de su auditorio, expone su lección, y se va. Sólo en el periodo de la tesis sucede que el estudiante se aproxime al profesor, que le pida un terna o consejos específicos sobre el método de la investigación científica. Para la masa de los estudiantes ]os cursos no son más que una serie de conferencias. escuchadas con mayor o menor atención, todas ellas o sólo una parte: el estudiante confía en las notas, en la obra que el mismo docente ha escrito sobre el terna o en la bibliografía que ha indicado. Un contacto mayor existe entre maestros aislados y estudiantes aislados que quieren especializarse en una determinada disciplina: este contacto se forma, por lo general, casualmente y tiene una importancia enorme para la continuidad académica y para el destino de las diversas disciplinas. Se forma, por ejemplo, por causas religiosas, políticas, de amistad familiar. Un estudiante se vuelve asiduo de un profesor, que lo ve en la biblioteca, le invita a su casa, le aconseja libros que leer e investigaciones que intentar. Cada maestro tiende a formar su "escuela", tiene sus puntos de vista determinados (llamado, "teorías") sobre determinadas partes de su ciencia, que quisiera ver sostenidos por "sus seguidores o discípulos". Cada profesor quiere que de su universidad, en competencia con las otras, salgan jóvenes —notables' que aporten contribuciones "serias" a su ciencia. Por ello en la misma facultad existe competencia entre profesores de materias afines por disputarse a ciertos jóvenes que se han distinguido ya con una reseña o un articulito o en discusiones escolares (donde se llevan a cabo). Entonces el profesor guía verdaderamente a su discípulo; le indica un tema, le aconseja en su desarrollo, le facilita las investigaciones, con sus conversaciones asiduas acelera su formación científica, le hace publicar los primeros ensayos en las revistas especializadas, lo pone en contacto con otros especialistas y lo acapara definitivamente.

Esta costumbre, salvo en casos esporádicos de pandillas o mafias, es ben éfica, porque integra la función de la universidad. Debería pasar, de hecho personal, de iniciativa personal, a convertirse en función orgánica: no sé hasta qué punto, pero me parece que los seminarios de tipo alemán representan esta función o tratan de desempeñarla. En torno a ciertos profesores hay multitud de solicitantes, que esperan alcanzar más fácilmente una cátedra universitaria. Por el contrario, muchos jóvenes que vienen de los liceos de provincia especialmente, se encuentran desorientados en el ambiente social universitario y en el ambiente de. estudio. Los primeros seis meses del curso sirven para orientarse sobre el carácter específico de los estudios universitarios y la timidez en las relaciones personales es inevitable entre docente y discípulo. En los seminarios esto no ocurriría o al menos no en igual medida.

De todos modos, esta estructura general de la vida universitaria no crea, ya desde la universidad, alguna jerarquía intelectual permanente entre profesores y masa de estudiantes; después de la universidad —incluso esos pocos vínculos se disuelven y en el país falta toda estructura cultural que se base en la universidad. Esto ha constituido uno de los elementos del éxito de la pareja Croce-Gentile, antes de la guerra, al constituir un gran centro de vida intelectual nacional; entre otras cosas ellos luchaban también contra la insuficiencia de la vida universitaria y la mediocridad científica y pedagógica (a veces incluso moral) de los maestros oficiales.

§< 16 >. Innoble pijama. Bruno Barilli, en un artículo de la Nuova Antología (16 de junio de 1929) llama al uniforme de los presidiarios "esa especie de innoble pijama". Pero seguramente muchos modos de ver de pensar a propósito de las cosas carcelarias han ido cambiando. Cuando estaba en la cárcel de Milán leí en la Domenica del Corriere una "Colaboración del lector" que poco más o menos decía: "Dos se encuentran en el tren y uno dice que ha estado veinte años en la cárcel. 'Sin duda por razones políticas', dice el otro". Pero la punta epigramática no está en esta respuesta, como podría parecer. Según esta "colaboración" resulte que el haber estado en la cárcel ya no provoca repulsión, porque puede haberse estado por razones políticas. Y las "colaboraciones de los lectores" son uno de los documentos más típicos del sentido común popular italiano. Barilli está incluso por debajo < de > este sentido común, filisteo para los filisteos clásicos de la Domenica del Corriere.

§ < 17 >. Riccardo Balsamo-Crivelli. A propósito de las "Colaboraciones de los lectores" de la Domenica del Corriere hay que anotar este in.. ci so del señor Domenico Claps (L'Italia che Scrive, junio de 1929) en un artículo sobre Riccardo Balsamo-Crivelli (¡que en el título y en el índice es confundido con Gustavo ): "¿quién le habría dicho que este libro (Cammina ... cammina...) sería adoptado como texto de lengua italiana en la universidad de Frankfurt?". ¡Cuando antes de la guerra en la Universidad de Strasburgo utilizaban como texto de lengua italiana las 'Colaboraciones de los lectores" Naturalmente por Universidad debe entenderse sólo el seminario de filología romance; quien elige no es el profesor sino sólo el lector de italiano que puede ser un simple estudiante universitario italiano y por "texto de lengua" debe entenderse el texto que da a los estudiantes alemanes un modelo de la lengua hablada por el promedio de los italianos y no de la lengua literaria o artística. La elección de las "Colaboraciones de los lectores" es, por lo tanto, muy sensata y el señor Domenico Claps es también él un "italiano mezquino" al cual Balsamo-Crivelli debería mandar sus padrinos.

§ < 18 >. El error de Maurras. Notas sobre el partido monárquico francés. El partido monárquico en un régimen republicano, como el partido republicano en un régimen monárquico y el partido nacionalista en un régimen de sojuzgamiento nacional, no puede dejar de ser un partido .sui géneris: debe ser, si quiere obtener un éxito relativamente rápido, la central de una federación de partidos, más que un partido caracterizado en todos los puntos particulares de su programa de gobierno. El partido de un sistema general de gobierno y no de un gobierno particular. (Un lugar aparte en esta misma serie, corresponde a los partidos confesionales, como el Centro alemán y los diversos partidos populares-cristianos-sociales). Todo partido se basa en una clase y el partido monárquico se basa en Francia en los residuos de la vieja nobleza terrateniente y en una pequeña parte de los intelectuales. ¿En que confían los monárquicos para volverse capaces de tomar el poder y restaurar la monarquía? Confían en el colapso del régimen parlamentario-burgués y en la incapacidad de cualquier otra fuerza organizada existente para ser el núcleo político de una dictadura militar previsible o preordenada por ellos mismos. Sus fuerzas sociales le clase de ningún modo podrían llegar al poder de otra forma. Mientras aguardan, el centro dirigente desarrolla esta actividad: acción organizativa político-militar (militar en el sentido de partido), para reagrupar del modo más eficaz posible la estrecha base social en que históricamente se apoya el movimiento. Estando esta base constituida por elementos por lo general más escogidos por inteligencia. cultura. riqueza, práctica do administración, etcétera, que en cualquier otro, es posible tener un partido-movimiento notable, incluso imponente, pero que se agota en sí mismo. esto es, que no tiene reservas que lanzar a la lucha en una crisis resolutiva. Es notable, pues, exclusivamente en los periodos normales, cuando los elementos activos se cuentan sólo por decenas de miles, pero se volverá insignificante (numéricamente) en los Momentos de crisis, cuando los activos puedan contarse por centenares de miles e incluso por millones. (Continúa.)

Cfr. Cuaderno 13 (XXX), p. 25.

§ < 19 >. Notes sobre las relaciones entre judíos y cristianos en el Risorgimento. En 1921 el editor Bocca recoció en tres volúmenes, con un prefacio de un tal D. Parodi, una serie de Confessioni e professioni di fede di Letterati, Filosofi, Uomini politici, ecc., aparecida anteriormente en el Coenobium de Rignami, corno respuesta a un cuestionario sobre el sentimiento religioso y sus diversas relaciones) La recopilación puede ser interesante para quien desee estudiar las corrientes de opinión hacia finales del siglo pasado y principios del actual, aunque sea defectuoso en muchos aspectos. Raffaele Ottolenghi, en vez de atenerse al cuestionario, hace. según su carácter, una correría lírico-sentimental por sus recuerdos de "judío" piamontés. Extraigo de su escrito algunos datos sobre la situación de los judíos en el periodo del Risorgimento.

Un judío, veterano de Napoleón, regresó a su ciudad con una mujer francesa: el obispo, al saber que la mujer era cristiana, contra su voluntad la mandó sacar de la casa por los gendarmes. El obispo se apoderaba de los niños judíos que, durante alguna discusión con sus padres, amenazasen con hacerse cristianos. (Brofferio registró estos hechos en su historia.)

Después del 15 los judíos arrojados de las Universidades y por lo tanto de las profesiones liberales.

En 1799 durante la invasión austro-rusa, pogrom de judíos, en Acquia sólo la intervención del obispo logró salvar al bisabuelo de Ottolenghi de los fusiles de la multitud.  Recuerda un pogrom en Siena, donde los judíos fueron mandados a la hoguera y el obispo se negó a intervenir.

En 1848 el padre de Ottolenghi regresó de Turín a Acqui, vestido de Guardia Nacional; irritación de los reaccionarios; corrió la voz del sacrificio ritual de un niño por parte del Ottolenghi padre; campanas a rebato; venida de los villanos del campo para saquear el gueto. El obispo se negó a intervenir; Ottolenghi fue salvado por el alcalde, con un arresto simulado hasta la llegada de las tropas. Los reaccionarios y los clericales querían hacer aparecer las innovaciones liberales del como una "invención" de los judíos. (La historia del niño Mortara.)

§ < 2 1>. En el 1er. volumen de las Confesiones y profesiones de fe ya citadas se contienen las respuestas de los siguientes literatos etcétera italianos: Angiolo Silvio Novaro, prof. Alfredo Poggi, prof. Enrico Catellani, Raffaele O ttolengbi, prof. Bernardino Varisco, Augusto Agabití, prof. A. Renda, Vittore Marchi, director del periódico Dio e Popolo, Ugo Janni, pastor valdense, A, Paolo Nunzio, Pietro Ridolfi Bolognesi, Nicola Toscano Stanziale, director de la Rassegna Critica, doctor Giuseppe Gaseo, Luigi Di Mattia, Ugo Perucci, maestro elemental, prof. Casimiro Tosini, director de Escuela Normal, Adolfo Artioli, prof. Giuseppe Morando, director de la Rivista Rosminiana, presidente del Liceo Gimnasio de Voghera, prof. Alberto Friscia, Vittorio Nardi, Luigi Marroco. publicista, B Penne, Godo Piccardi, Re-nato Bruni, prof. Giuseppe Rensi.

Cfr. Cuaderno 16 (XXII), p. 32.

§ < 22>. En el 2º. volumen de las Confesiones y profesiones de fe se hallan contenidas las respuestas de los siguientes italianos: Del Greco .Francesco, prof., director de manicomio, Alessandro Bontici, prof. universidad, Francesco Cosentini, prof. universidad, Luigi Pera, médico, Filippo Abignente, director de Carattere, Giampiero Turati, Bruno Franchi, redactor jefe de la Scuola Positiva di Diritto Criminale, Manfredi Siotto-Pintor, prof. Universidad, Enrico Caporali, profesor, Giovanni Lanzalone, director de la revista Arte e Morale, Leonardo Gatto Roissard, teniente de los Alpinos, Pietro Raveggi, publicista. Wildar Cesarini Sforza, Leopoldo De Angelis, prof. Giovanni Predieri, Orazio Bacci, Giuseppe Benetti, publicista, prof. G. CapraCordova, Costanza Palazzo, Pietro Romano, Giulio Carvaglio, Leone Luzzatto, Adolfo Faggi, prof. Universidad, Ereole Quadrelli, Carlo-Francesco Gabba, senador, prof. Universidad, doctor Ernesto Lattes, publicista, Settimio Corti, prof. de filosofía, B. Villanova D'Ardenghi, publicista (Bruno Brunelli), Paolo Calvino, pastor evangelizo, Giuseppe Lipparini, profesor, prof. Oreste Ferrini, Luigi Rossi Casé, profesor. prof. Antioco Zucca, Victoria Fabrizi Guido Falorsi, prof., prof. Benedetto De Luca, publicista, Giacomo Levi Minzi (bibliófilo marciano), prof. Alessandro Arró, Bice Sacchi, prof. Ferdinando Belloni-Filippi, Nella Doria Cambon, prof. Romeo Manzoni

Cfr., Cuaderno 16 (XXII). pp, 32-32 bis,

§ < 23 >. En el volumen 3º, de las Confesiones y profesiones de fe: Romolo Murri; Giovanni Vidari, prof. universidad; Luigi Ambrosi, prof. universidad; Sal-valore Farina; Angelo Flavio Guidi, publicista; Conté Alessandro D'Aquino; Baldassare Labanca, prof. de historia del cristianismo en la universidad; Giannino Antona-Traversi, autor dramático; Mario Pilo, prof.; Alessandro Sacchi, prof. universidad; Angelo De Gubernatis; Giuseppe Sergi, prof. universidad; Adolfo Zerboglio, prof. universidad; Vittorio Benini, prof.; Paolo Arcari, Andrea Lo Forte Randi; Arnaldo Cervesato; Giuseppe Cimbali, prof. universidad; Alfredo Melani. arquitecto; Giovanni Preziosi; Silvio Adrasto Barbi, prof.; Massimo Bontempelli: Achille Monti, prof. universidad; Velleda Benetti, estudiante; Achille Loria; Francesco Pietropaolo, prof.; Amilcare Lauda, prof.; Eugenio Bermani, escritor; Ugo Fortini Del Giglio; Luigi Puccio, ahogado; Maria Nono Villari, escritora; Gian Pietro Lucini; Angelo Valdarnini, prof. universidad; Teresina Bontempi, inspectora de los asilos de infancia del Cantón Ticino; Luigi Antonio Villari; Guido Podrecca; Alfredo Panzini; Amedeo Massari, abogado; Giuseppe Barone, profesor; Giulio Caprin; Gabrielle Morelli, abogado; Riccardo Gradassi-Luzi; Torquato Zucchelli, teniente coronel honorario (sic); Ricciotto Canudo; Felice Momigliano, prof.; Attilio Begey; Antonino Ande, prof. universidad; Enrico Morsclli, prof. universidad; Francesco Di Gennaro; Ezio Maria Gray; Roberto Ardigò; Arturo Graf; Pio Viazzi: Innocenzo Cappa; duque Colonna di Cesaró; P. Villari; Antonio Cippico; Alessandro Grappali, prof. universidad; Angelo Marzorati; halo Pizzi, Angelo Crespi, E. A. Marescotti; E. Belloni-Filippi, prof, universidad; Francesco Porro, astrónomo; Fortunato Rizzi, prof.

Cfr. Cuaderno 16 (XXII), pp. 32 bis-33.

§ < 24 >. Los sobrinitos del padre Bresciani. Examen de una parte conspicua de la literatura narrativa italiana, especialmente de esta última década, La prehistoria del brescianismo moderno: 1º) Antonio Beltramelli, con Uomini Rossi, Il Cavalier Mostardo, etcétera. 1; 2º) Polifilo (Luca Beltrami), con las diversas historias sobre Casate Olona; 3º) la literatura bastante vasta, más técnicamente de "sacristía", en general poco conocida y estudiada, en la cual el carácter propagandista se confiesa abiertamente. A medio camino entre la literatura de sacristía y el brescianismo laico están las novelas de Giuseppe Molteni, de las cuales sólo conozco el Ateo, La aberración moral de este libro es típica: en él se refleja el escándalo de Don Rivasor Fumagalli. El autor llega a afirmar que [precisamente] dada su calidad de cura, atado por el voto de castidad, es preciso compadecer a Don Riva (quien ha violentado y contagiado a una treintena de niñas) y cree que a esta masacre puede contraponerse, como moralmente equivalente, el vulgar adulterio de un socialista ateo. Molteni es un hombre muy conocido en el mundo clerical: ha sido crítico literario y articulista de toda una serie de diarios y revistas católicas.

El brescianismo laico asume cierta importancia en la posguerra y se va convirtiendo más cada vez en la "escuela" literaria predominante y oficial.

Ugo Ojetti, Mio figlio ferroviere, Características generales de la literatura de Ojetti. Sus diversas posiciones ideológicas, Escritos sobre Ojetti de Giovanni Ansaldo en las revistas donde Ansaldo colaboraba. Pero la manifestación más típica de Ugo Ojetti es su carta abierta al padre Rosa, publicada en el Pégalo y reproducida en la Civiltà Cattolica con el comentario del padre Rosa.  Ojetti, tras el anuncio de la lograda conciliación entre Estado c Iglesia no sólo estaba convencido de que en lo sucesivo todas las manifestaciones intelectuales italianas serían controladas según un estrecho conformismo católico y clerical, sino que ya se había adaptado a esta idea, y se dirigía al padre Rosa con un estilo untuosamente adulatorio de los beneficios culturales de la Compañía de Jesús para impetrar una "justa" libertad artística. No se puede decir, a la luz de los acontecimientos posteriores (discursos del jefe del gobierno) si es más abyecta la postración de Ojetti o más cómica la segura petulancia del padre Rosa, quien en todo caso daba a Ojetti una lección de carácter, al modo de los jesuitas, ya se comprende. El caso Ojetti ha sido típico desde varios puntos de vista: pero la cobardía intelectual del hombre lo supera todo.

Alfredo Panzini —ya en la prehistoria con algunos fragmentos de la Unieran di Diogene (el episodio del lívido puñal, por ejemplo)—, Il padrone sono me, il mondo e rotondo4 y casi todos los libros de la pasada década. Sobre el reciente I giorni del sole e del grano véase el juicio de F, Palazzi ya anotado. En la Vita di Cavour una alusión al padre Bresciani verdaderamente sorprendente»6 Toda la literatura seudohistórica de Panzini debe reexaminarse desde el punto de vista del brescianismo laico. El episodio Croce-Panzini, referido recientemente en la Critica, es un caso de jesuitismo personal, además de literario,

Salvator Gotta en su Ciclo dei Vela 8, debe recaer específicamente en el brescianismo, además de [genéricamente] en toda su producción.

Margherita Sarfatti y el Palazzone. Cfr. nota precedente sobre sus "escaramuzas-. Sobre este punto habría bastante en qué entretenerse: recordar el episodio legendario de Gante y la prostituta de Rimini (?) citado en la selección Papini (Carabba) de leyendas y anécdotas sobre Dante; para decir que de "escaramuzas" puede hablar el hombre, no la mujer; recordar la expresión de Chesterton en la Nuevo Jerusalén sobre la llave y la cerradura a propósito de la lucha de los sexos: para decir que el "punto de vista" de la llave no puede ser el mismo de la cerradura. Recordar que G. Bellonci, el "fino" conocedor de cosas artísticas y que coquetea gustoso con la erudición preciosa (barata) para destacar entre el periodiquerío, halla natural que la virgen Fiorella piense en escaramuzas.Mario Sobrero, Pietro e Paolo, puede entrar en el cuadro general por el claroscuro, Francesco Perri, Gli emigranti. ¿Pero no es este Perri el Paolo Albatrelli de Conquisralori. Tomar en cuenta también de todos modos Conquistarori. Los Emigranti: la característica más destacada es la tosquedad, pero una tosquedad no de principiante ingenuo, que en tal caso podría ser el material no elaborado pero que puede llegar a serlo, sino una tosquedad Opaca, material, no de primitivo sino de decadente. Novela realista (véase el artículo de Perri en la Fiera Letteraria): 4 ¿pero puede existir realismo no historicista? El realismo es en sí una continuación de la vieja novela histórica en el ambiente del historicismo moderno (del siglo XIX), En los Emigranti no hay ninguna alusión cronológica. ¿Es esto algo casual? No lo parece. Dos referencias genéricas: el fenómeno de la emigración meridional que ha tenido un curso histórico y un intento de invasión de las tierras de los señores [usurpadas' que también puede [hacerse] entrar en una época determinada. Históricamente el fenómeno emigratorio ha creado una ideología (el mito de América), así como está ligado a una ideología el fenómeno de los intentos esporádicos [pero endémicos] de invasión de tierras antes de la guerra (algo totalmente distinto es el movimiento de 1919-1920, que es generalizado, y que tiene una organización implícita en la combatividad meridional). En los Emigranti ambos fenómenos se reflejan de forma tosca, brutal, sin preparación ni genérica ni específica, en forma mecánica. Es evidente que Perri conoce el ambiente popular campesino calabrés no inmediatamente, por experiencia sentimental y psicológica directa, sino por el trámite de los viejos clichés regionalistas (si él es Albatrelli hay que tornar en cuenta sus orígenes políticos). El hecho de la ocupación de tierras en Pandure nace de intelectuales, sobre irisa base jurídica, y acaba en la nada, corno si no hubiera rozado siquiera las costumbres de una aldea patriarcal. Puro mecanicismo, Lo mismo la emigración, Esta aldea de Pandure, con la familia de Rocco Blefasi es (para decirlo con una frase de Leonida Repaci) un pararrayos de todas las desdichas, Insistencia en errores de palabras, es típica en el brescianismo. Las "caricaturas-(el Galeote, etcétera) lamentables. La falta de historicidad es "buscada" para poder meter revueltos en un mismo saco todos los motivos folcloristas genéricos, que en realidad son muy diferentes en el tiempo, además de en el espacio.

Leonida Repaci, L'ultimo Cireneo. Puede verse cómo han sido entretejidos los hilos.

Umberto Fracchia. No he leído nada: me parece que en Angela Maria hay elementos que corresponden a este cuadro, En la armazón general ocupan el primer plano Ojetti-Beltramelli-Panzini. El carácter jesuítico es [en éstos] más visible, y más importante es el lugar que ocupan en la valoración más corriente (además de por un cierto reconocimiento oficial: Beltramelli y Panzini en la Academia), Ver libros de divulgación crítica (típico debe ser el reciente libro de Camilla Pellizzi) (Continúa.)

§ < 25>. Achille Loria. A propósito de Achille Loria es preciso recordar los principales documentos en donde se hallan las principales "extrañezas":

1º . "Sull'influenza sociale dell aeroplano", en la Rassegna Contemporanea dirigida por Colonna di Cesarò y (Vincenzo) Picardi de 1912: en este artículo se encuentra la teoría sobre la emancipación obrera de la coerción de la fábrica por medio de revoloteos en aeroplanos untados de pegamento. Todo el artículo es un monumento monstruoso de necedades y estupideces: la caída del crédito fiduciario, el desenfreno de bribonadas sexuales ( adulterios, seducciones), el asesinato sistemático de los porteros por la caída de los anteojos, la teoría del grado de moralidad según la altura al nivel del mar, con la propuesta práctica de regenerar a los delincuentes construyendo las prisiones sobre los montes o bien en inmensos aeroplanos que se mantengan siempre a gran altura, etcétera.

87 2º. La conferencia pronunciada en Turín durante la guerra y publicada en la Nuova Antología (de 1.916 o 1.917) donde el único “documento concreto” sobre el "Dolore universale" (debe ser este mismo el título de la conferencia) proporcionado era la cita de lo que cuesta la "claque" a los actores de teatro (según una estadística fijada por Reina) y donde se encuentra este razonamiento: "la providente naturaleza ha creado el antídoto contra este envenenamiento universal del dolor, dando a los pobrecitos que se ven obligados a pernoctar al aire libre una piel mas gruesa".

3º. El artículo publicado en el Palvese de Trieste hacia 1910 o 1911 referente a la ciencia del lenguaje y titulado poco más o menos: "Perché i bergamaschi triplicano e i veneziani scempiano". Este artículo fue enviado por Loria al Comité organizado en Trieste para las celebraciones en honor de Attilio Hortis en ocasión del cincuentenario de su actividad literaria y [que] debía reunir una Miscelánea en honor del festejado (publicada efectivamente por aquel tiempo). El Comité no podía publicar el artículo debido a su insulsez, pero tampoco podía ofender a Loria que era un exponente ilustre de la ciencia italiana: salió del apuro escribiendo a Loria que la Miscelánea estaba ya completa y que su artículo había pasado al (semanario) literario Palvese. El artículo expone un aspecto (el lingüístico) de la teoría loriana sobre la influencia de la altimetría en la civilización: los montañeses, moralmente más puros, son físicamente más robustos y "triplican" las consonantes, la gente de las llanuras (y ay de ellos si están al nivel del mar como los venecianos), por el contrario, (además del ser moralmente depravada, está también físicamente degenerada y "desdobla" las consonantes)

4º. El prefacio a la la. edición del Corso di Economia Politica importante también porque en él se halla la historia de su "redescubrimiento" del materialismo histórico: en él se expone la teoría de la conexión entre "misticismo" y "sífilis"

5º. Lo escrito en la Riforma Sociale de septiembre-octubre de 1929: "Documenti ulteriori a suffragio dell'economismo storico."1, Estos cinco documentos son los más vistosos que yo recuerde. Pero la cuestión es interesante precisamente porque en Loria no se trata de un caso cualquiera de obnubilación de la inteligencia ocasional, aunque fuese con recaídas. Se trata de una vena, de una continuidad sistemática, que acompaña a toda su carrera literaria, Tampoco se puede negar que. Loria es hombre de cierto ingenio y que tiene buen juicio.  En toda una serie de artículos las "extrañezas" aparecen aquí y allá, e incluso de un cierto tipo, esto es, ligadas a determinados modos de pensar, Por ejemplo se ha visto la "teoría" altimétrica aparecer en la cuestión del aeroplano y en la "lingüística". Así en un articulito publicado en Proda (o Prora, salía en Turín durante la guerra, dirigido por un tal Cipri-Romanò, un periodicucho algo sospechoso, ciertamente de bajísima especulación al margen de la guerra y del antiderrotismo) se dividían los protagonistas de la guerra en místicos (los imperios centrales) y positivistas (Clemenceau y Lloyd George): ricos en elementos son la poesía "Al mio bastone" publicada en la Nuova Antología (durante la guerra) y el artículo sobre el epistolario de Marx (también en la Nuova Antologia ).

La "melindrosidad literaria" observada por Croce en Loria es un elemento secundario de su desequilibrio, pero que posee cierta importancia en cuanto que se manifiesta continuamente. Otro elemento es la pretensión de "originalidad" intelectual a toda costa. Tampoco suele faltar un cierto oportunismo de baja extracción: recuerdo dos artículos publicados en fechas cercanas, uno en la Gazzeita del Popolo (ultrarreaccionaria), el otro en el Tempo de Pippo Naldi (nittiano), sobre el mismo tema (Rusia) y con una imagen de Macaulay que en uno se utilizaba en un sentido y en el otro en el sentido contrario.

A propósito de la observación de Croce sobre los "siervos desocupados" y sobre su importancia en la sociología loriaria, recordar un editorial de la Gazzetta del Popolo de 1919 o 1920 en el que se habla de los intelectuales como de aquellos que sostienen derecha la "escala de oro" por la que sube el pueblo, con advertencias al pueblo de conservar estos intelectuales. etcétera.

Loria no es un caso teratológico individual: es el ejemplar mas logrado y acabado de una serie de representantes de un cierto estrato intelectual de cierto periodo: en general de los intelectuales positivistas que se ocupan de la cuestión obrera y que más o menos creen profundizar, o corregir, o superar el marxismo. Enrico Ferri —Arturo Labriola— el mismo Turati podrían dar una cosecha de observaciones y de anécdotas.

En Luzzatti, habría que cosechar en otro campo.

Pero no hay que olvidar a Cluglielmo Ferrero y Corvado Barbagallo. Seguramente en Barbagallo la manifestación es más ocasional que en los otros: sin embargo su escrito sobre el capitalismo antiguo publicado en la Nueva Rivista Storica de 1929 es extremadamente sintomático (con la apostilla un poco cómica que siguió al sucesivo artículo de Sanna) En general, pues, el lorismo es un carácter de cierta producción literaria y científica de nuestro país (muchos documentos de dicho carácter se encuentran en la Critica de Croce. en la Voce de Prezzolini, en la Unitá de Salvemini) vinculado a la escasa organización de la cultura y por consiguiente a la falta de control y de crítica.

Cfr. Cuaderno 28 (111), pp. 1-7,

§ < 26 >. El huesecillo de Cuvier. Observación ligada a la nota precedente. El caso Lumbroso. De un huesecillo de ratón se reconstruía a veces una serpiente de mar.

Cfr., Cuaderno 28 (III). p. 7.

§ < 27 >. ¿Consecuencias del bajo romanticismo La tendencia de la sociología de izquierda en Italia a ocuparse de la criminalidad. ¿Vinculada al hecho de que a tal corriente se adhirieron Lombroso y otros que parecían entonces la suprema expresión de la ciencia? ¿O es una consecuencia del bajo romanticismo del 48 (Sue. etcétera)? ¿O está ligada al hecho de que en Italia impresionaba a estos hombres la gran cantidad de delitos de sangre y creían no poder avanzar más allá sin haber antes explicado "científicamente" este fenómeno?

Cfr. Cuaderno 25 (XXIII), p. 27.

§ < 28 >. Derecho natural. Véame las dos notitas precedentes en la p. 2 y la p. 3 bis. En la polémica contra el derecho natural no hay que buscar una intención científica cualquiera. Se trata de ejercicios periodísticos no muy brillantes, que se 15 proponen el fin propagandístico de destruir ciertos estados de ánimo muy difundidos y que se consideran peligrosos.

A este propósito véase el opúsculo de Tilgher sobre Storia e Antistoria, del cual resulta que nunca como ahora se halla difundida la mentalidad ilumínista de la cual nació la teoría del derecho natural. El opúsculo de Tilgher, a su manera, es una prueba de tal difusión, porque Tilgher trata con él de conseguirse un lugarcito al nuevo sol. Me parece que quien estudia con cierta profundidad (si pasarnos por alto el lenguaje forzado) las contradicciones psicológicas que nacen en el terreno del historicismo, como concepción general de la vida y de la acción, es Filippo Surzio. 'Por lo menos su afirmación: "estar por encima de las pasiones y los sentimientos aunque probándolos"; me parece rica en consecuencias. De hecho éste es el núcleo de la cuestión del "historicismo" que Tilgher ni siquiera roza: "cómo es posible ser críticos y hombres de acción al mismo tiempo, de modo que no sólo uno de los aspectos no debilite al otro, sino que lo convalide". Tilgher escinde muy mecánicamente los dos aspectos de cada personalidad humana (dudo que no existe ni ha existido nunca un hombre todo crítico y tino todo pasional) en vez de tratar de determinar cómo en diversos periodos históricos los dos aspectos se combinan de manera que en el mundo de la cultura prevalezca una corriente o la otra, (El opúsculo de Tilgher tendré que volver a revisarlo.)

Cfr. Cuaderno 27 (XI), p. 5. y Cuaderno 26 (XII). p. 4.

§ < 29 >. El sarcasmo como expresión de transición en los historiadores. En un artículo de Bonaventura Tecchi "Il Demiurgo di Burzio" (Italia Letteraria. 20 de octubre de 1929)4 del cual se toma el punto suscitado por Burzio, se alude frecuentemente al elemento "ironía" como característico de esta posición. "Ironía" es justo para la literatura, para indicar el desapego del artista del contenido sentimental de su creación: pero en el caso de la acción histórica, el elemento "ironía" sería precisamente demasiado literario (bastaría decir simplemente "literario") e indicaría una forma de desapego conectada sobre lodo con el escepticismo más o menos diletantista (debido a desilusión, a cansancio o incluso a "superhombrismo”). Por el contrario en este caso (o sea el de la acción histórica) el elemento característico es el "sarcasmo" y en cierta de sus formas, esto es, "apasionado".

En Marx encontramos la expresión más alta, incluso estéticamente, del "sarcasmo apasionado". Debe distinguirse de otras formas en las que el contenido es opuesto al de Marx. Frente a las "ilusiones" populares (creencia en la justicia, en la igualdad, en la fraternidad, o sea en los elementos de la "religión de la humanidad") Marx se expresa con "sarcasmo" apasionadamente "positivo", esto es, se comprende que no quiere menospreciar el sentimiento más íntimo de aquellas "ilusiones" sino su forma contingente vinculada a un determinado mundo —perecedero", el hedor a cadáver, por así decirlo, que traspasa el colorete. Hay por otra parte el sarcasmo de "derecha", que raramente es apasionado, sino que es siempre "negativo", puramente destructivo, no sólo de la "forma" contingente, sino del contenido "humano" de aquellos sentimientos. (A propósito de este "humano" véase en el mismo Marx qué significado es preciso darle, especialmente La sagrado familia).

 Marx busca dar a ciertas aspiraciones una forma nueva (por lo tanto trata también de renovar estas aspiraciones) no destruirlas: el sarcasmo de derecha, por el contrario, trata de destruir precisamente el contenido de estas aspiraciones, y en el fondo el ataque a su forma no es más que un expediente "didáctico".

Esta nota sobre el "sarcasmo" debería analizar también algunas manifestaciones del mismo: ha [habido] una manifestación "mecánica", papagayesca (o que se he vuelto tal por el "abuso") que ha dado lugar también a una especie de cifra o jerga y que podría dar lugar a observaciones picantes (por ejemplo cuando las palabras "civilización" o "civilizado" van siempre acompañadas del adjetivo "seudo" puede nacer la duda de si se cree en la existencia de una "civilización" abstracta, ejemplar, o al menos si se comporta como si se creyese en ella, o sea que se obtiene precisamente el resultado opuesto al que probablemente se quería obtener); y hay que analizar su significación en Marx, de una expresión transitoria, que trata de establecer el alejamiento de las viejas concepciones en espera de que las nuevas concepciones, con su firmeza adquirida a través del desarrollo histórico, dominen hasta llegar a adquirir la fuerza de las "convicciones populares". Estas nuevas concepciones existen ya en quien utiliza el "sarcasmo" pero en la fase todavía "polémica"; si se expresaran "sin sarcasmo" serían una "utopía" porque serían sólo individuales o de pequeños grupos, Por lo demás, el mismo "historicismo" no puede concebirlas como expresables en esta forma apodíctica o predicatoria; el "historicismo" crea un "gusto" nuevo y un lenguaje nuevo. El "sarcasmo" viene a ser el componente de todas estas exigencias, que pueden aparecer como contradictorias. Pero su elemento esencial es siempre la "pasionalidad".

Desde este punto de vista hay que examinar les últimas afirmaciones de Croce en su prefacio de 1917 al Materialismo storico a propósito de la "maga Alcina”. Recordar el artículo de Einaudi en la Riforma Sociale, sobre este prefacio de Croce, para discutir la importancia cultural de Marx en el renacimiento de la historiografía económica.

Cfr. Cuaderno 26 (XII), pp. 5-7.

§ < 30 >. Orano y Loria. En la anterior nula sobre Loria olvidé señalar las "rarezas" de Paola Orano. Señalo ahora dos: el artículo "Ad metalla" en el libro Altorilievi (ed. Puccini, Milán), típicamente "loriano", y su librito sobre Cerdeña (creo que es uno de los primeros libros de Orano) donde habla del "líquido ambiente". En los medallones, si mal no recuerdo, debe haber bastante que espulgar y lo mismo en todas las otras publicaciones.

Cfr. Cuaderno 28 (III), p. 8.

§ < 31 >. Cartas de Sorel a Croce. En las cartas de Sorel a Croce se puede espigar más de un elemento sobre el "lorismo" o "lorianismo". Por ejemplo, el hecho de que en la tesis de doctorado de Arturo Labriola se escribe como si se creyese que el Capital de Marx fue elaborado con base en la experiencia económica francesa y no en la inglesa.

Cfr. Cuaderno 28 (III), p. 8.

§ < 32 >. Loria y Lumbroso. Alberto Lumbroso debe ser colocado en la serie loriana, pero desde otro punto de vista y en otro campo. Podría hacerse una introducción general que serviría precisamente para demostrar que Loria no es una excepción única, sino que en gran parte se trata de un hecho general de cultura, que luego se ha quedado "tumefacto" en el campo de la "sociología". En esta parte pueden proporcionar elementos la Critica, la Voce y la Unità. (Recordar por ejemplo "la casa de los partos" de Tomaso Sillani, la "goma de Vallombrosa" de Filippo Carli, del cual es notable también el artículo de la Perseveranza sobre el próximo retorno triunfal de la navegación a vela: la literatura económica de los proteccionistas de vieja cepa está llena de muchas joyas del género, de las que se puede hallar un recuerdo en los escritos de Bellusso sobre las posibles riquezas ocultas en las montañas italianas). Todos estos elementos más bien genéricos del "lorianismo" podrían servir para "agrémenter" la exposición. Así podría citarse como límite "absurdo", porque cae en el caso clínico (técnicamente clínico), la candidatura de Lenzi al IV colegio de Turín, con el "aéreo cisne" y con la propuesta de arrasar las montañas italianas, estorbosas, para transportar el material a Libia y fertilizar así el desierto de arena.

El caso de Lumbroso es muy interesante, porque su padre era un erudito de gran talla (Giacomo Lumbroso): pero la metodología de la erudición no se transmite por generación y tampoco por el contacto intelectual por más asiduo que sea, a lo que parece.

Podemos preguntarnos, en el caso lumbroso, cómo es que sus dos macizos volúmenes sobre los Origini diplomatiche e politiche della guerra4 pudieron ser acogidos en la Colección Gatti. Aquí la responsabilidad del sistema es evidente. Lo mismo respecto a Loria y la Riforma Sociale y Luzzaiti5 y el Corriere della Sera (a propósito de Luzzatti recordar el caso de la "florecilla" de San Francisco publicada corno inédita por el Corriere della Sera de 1913 —Me parece—,6 con un comentario económico divertidísimo, propio de Luzzatti quien poco antes había publicado una edición de las Florecillas en la Colección Notari; el llamado "inédito" era una variante enviada a Luzzatti por Sabatier. De Luzzatti son famosas las frases, entre las que se cuenta "Lo sabe el atún" en un articulito del Corriere que luego sirvió de pretexto al libro de Bacchelli).

Cfr.• Cuaderno 28 ( III), pp. 8-10.

§ < 33 >. Freud. La difusión de la psicología freudiana parece dar como resultado el nacimiento de una literatura tipo siglo XVIII; el "salvaje", en una forma moderna, es sustituido por el tipo freudiano. La lucha contra el orden jurídico se realiza a través del análisis psicológico freudiano. Este es un aspecto de la cuestión, por lo que parece. No he podido estudiar las teorías de Freud y no conozco el otro tipo de literatura llamada "freu-diana" Proust-Svevo-Joyee

§ < 34 >. El pragmatismo americano. ¿Podría decirse del pragmatismo americano (James), lo que dijo Engels del agnosticismo inglés? (Me parece que en el prefacio inglés a Del socialismo utópico al socialismo científico.)

§ < 35>. Revistas tipo. Teórica; "historiografía" principalmente. Muy unitaria, por lo tanto pocos colaboradores "principales", o sea que escriban el cuerpo principal de cada fascículo. El tipo más corriente no puede ser sino el medio, de una revista ligada a la actualidad y cuyos artículos sean de tipo divulgador, expositivo. La experiencia ha enseriado que incluso en este tipo se requiere cierta homogeneidad, o por lo menos una fuerte organización editorial interna que fije muy claramente (y por escrito) el terreno común de trabajo.

El primer tipo puede ser [dado por] la Critica de B. Croce [+ la Politica de Coppola].

El segundo tipo por la Voce de Prezzolini primera y segunda forma [+ de Salvemini].

Un tercer tipo muy interesante puede observarse en los números mejor logrados del Leonardo de L, Russo [ + L´Italia che Scrive de Formiggini]

Una organización unitaria de cultura que organizase los tres tipos con una casa editora de colecciones 'librescas" vinculadas a las revistas, daría satisfacción a las exigencias de esa masa de público que es más activa intelectualmente y a la que más importa hacer pensar y transformar.

Cfr. Cuaderno 24 (XXVII), pp. 9-10.

§ < 36 >. Lorianismo. Tener presente el libro del prof. Alberto Magnaghi sobre los geógrafos disparatados; este libro es un modelo del género. No recuerdo el título exacto ni el nombre del editor. Creo que no fue puesto en venta.Recordar el primer volumen (ed. Lumachi o Ferr. Gonnelli) sobre la Cultura follona de Papini y Prezzolini.

Cfr. Cuaderno 28 (III), p. 10.

§ < 37 >. Turati y el lorianismo. El discurso sobre las "asalariadas del amor" me parece que debe conectarse con el lorianismo. De Turati se pueden recoger algunos rasgos de "mal gusto" del tipo de "lame, pueblo soberano, lame pero escucha",

Cfr. Cuaderno 28 (III), p. 10.

§ < 38 >. Revistas tipo. Tercer tipo. Crítico-histórico-bibliográfico. Exámenes analíticos de libros para lectores que, en general, no pueden leer los libros por sí mismos.

Un estudioso que examina un fenómeno histórico para construir un trabajo sintético, debe realizar toda una serie de operaciones preliminares, que sólo en una pequeña parte, en último análisis, resultan utilizables. Esta labor, por el contrario, es utilizable para este tipo de revista, dedicada a un tipo determinado de lector, al cual debe presentarse, además de la obra sintética, la actividad analítica preliminar en su conjunto. El lector común no tiene y no puede tener un hábito "científico" que sólo es dado por el trabajo especializado: por consiguiente es preciso ayudarle con una actividad literaria oportuna. No basta darle "conceptos" históricos; su concreción se le escapa: es preciso darle series enteras de hechos específicos, muy individualizados. Un movimiento histórico complejo se descompone en el tiempo y en el espacio por una parte y en planos diversos (problemas especiales) [por la otra], capaces también de ser descompuestos en el tiempo y en el espacio. Un ejemplo: la Acción Católica. Ésta ha tenido siempre una directiva central y centralizada, pero también una gran variedad de posiciones regionales en los distintos tiempos. La Acción Católica nacida específicamente después del 1848 era muy distinta de la actual reorganizada por Pío XI. La posición de la AC inmediatamente después de 1848 puede ser caracterizada con la misma observación que un historiador hizo a propósito de Luis XVIII: Luis XVIII no lograba convencerse de que después de 1815 la monarquía en Francia debía tener un partido político específico para sostenerse. Todos los razonamientos hechos por los historiadores católicos para explicar el nacimiento de la AC y los intentos para vincular esta nueva formación con movimientos y actividades ¿interiores, son absolutamente falaces.