Cumpleaños en Noruega - Andrea Hansen - E-Book

Cumpleaños en Noruega E-Book

Andrea Hansen

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2020
Beschreibung

"—Mi regalo es este viaje y asegurarme de que disfrutes de multitud de orgasmos.Me río. Todo esto es un poco tonto. Edward sigue besando mis pechos, luego recorre mi abdomen con sus labios. Besa mi monte de Venus y con sus labios recorre una de mis piernas, metiéndose entre mis muslos. Afortunadamente, y por pura coincidencia, me rasuré esta mañana. Su sonrisa emocionada y su corte de cabello me excitan. Me siento joven. Me siento libre. Edward conoce mi cuerpo y sin dificultades encuentra el lugar adecuado. Mi respiración se vuelve pesada. Enredo mis dedos en su pelo. Por momentos levanta su rostro mirándome intensamente. Sé que le gusto cuando estoy excitada pero no puedo mantener el contacto visual, tanto placer me lo impide."La protagonista de esta historia recuerda el inicio de la relación con su pareja, Eduardo, años atrás, antes de que la monotonía de la cotidianidad se asentara en la vida de los dos. Aunque todavía se quieren y son felices juntos, nuestra protagonista echa de menos sus encuentros apasionados en la cama. Sim embargo, algo está a punto de cambiar; Eduardo, su pareja, ha alquilado una cabaña en Noruega para celebrar su cumpleaños. Lo que la protagonista no se espera, es que el regalo no es el viaje en sí, sino un redescubrimiento de su apasionada vida sexual.-

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Seitenzahl: 44

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Andrea Hansen

Cumpleaños en Noruega

LUST

Cumpleaños en Noruega

Original title:

Fødselsdag i Norge

 

Translated by Javier Orozco

Copyright © 2019 Andrea Hansen, 2020 LUST, Copenhagen.

All rights reserved ISBN 9788726390216

 

1st ebook edition, 2020. Format: Epub 2.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Cumpleaños en Noruega

 

Es una de las primaveras más lluviosas de los últimos años. El verano está por llegar. La humedad es alta. Mis brazos y mis pies en sandalias aún están mojados, la lluvia me alcanzó al atravesar el estacionamiento para subirme al coche. Cuando cae un verdadero aguacero, suelo quedarme en el coche después de aparcarlo en la calle cerca de mi piso. Desde ahí, la distancia a casa es corta. Detengo el limpiaparabrisas y apago el motor. Sin sacar la llave me reclino ligeramente. Le presto atención a la lluvia, su sonido tronando contra el parabrisas, azotando la calle. Las ventanas húmedas hacen que la calle parezca borrosa. Por segundos el viento sacude la lluvia y el ruido se vuelve más atronador.

Tardo un poco en percatarme de ellos. Es difícil vislumbrarlos través de la ventana empapada, dos siluetas jóvenes besándose en el zaguán del edificio al otro lado de la calle. La mujer lleva un vestido rojo. La camisa del hombre es azul. La lluvia los pilló por sorpresa, resguardados creen que nadie puede verlos. Veo los movimientos de sus siluetas. Las manos del hombre recorren los muslos de la mujer, le agarra una pierna y la coloca en torno a él. La lluvia se atenúa un poco, pero no se dan cuenta. Ahora puedo verlos con más claridad. Momentáneamente me pregunto si ellos podrán verme, aunque está claro que tienen la atención puesta en otra parte.

El hombre la embiste, y la mujer sigue el ritmo de los movimientos apoyándose en la pared amarilla de un arco. Cuidadosamente bajo la ventana, apenas una ranura, y a pesar de la distancia puedo escucharlos. La lluvia transporta sus gemidos, los amplifica. Sonrío, es inevitable no hacerlo. No se demoran, escucho cómo se acercan al clímax. Me reclino en el asiento, paso mis manos por los muslos, estrujando la tela de mi falda con los dedos. La sangre fluye en mi regazo. Entreabro la boca levemente. Los sonidos de estos amantes son más frescos, más nítidos que los que hacen nuestros vecinos. Los pantalones del hombre están en el suelo, enrollados alrededor de sus tobillos. Puedo ver sus nalgas pálidas. Al entrecerrar los ojos, noto cómo sus músculos se esfuerzan. Él mantiene un ritmo constante. Queda claro que no es la primera vez se ve envuelto en este tipo de situaciones. La garganta del hombre se tensa. Imagino que justo en ese instante aprieta la mano de su amante. Se entregan silenciosamente al clímax. Mi pulso se ha acelerado, aunque no me estoy tocando. Quiero llevarme esta experiencia conmigo, darle permiso para que se convierta en un recuerdo.

Momentos después, el hombre devuelve la pierna de la mujer al suelo. Se aleja ligeramente para subirse los pantalones, cerrando la cremallera y colocándose el cinturón, casi parece discreto. La mujer se acomoda el vestido en menos de un segundo. Escucho sus voces alegres. Ríen. Miran el cielo y se giran para encarar la lluvia. Hablan, pero no logro captar qué dicen. La mujer señala un lugar en la calle. Se retoca el cabello. La lluvia se calma un poco más y se echan a correr agarrados de la mano. No se percataron de mi presencia.

Abro la puerta del coche y camino hacia mi edificio. En otros tiempos, inmediatamente le habría contado a Eduardo lo que acaba de pasar. Probablemente hubiéramos hecho el amor porque la historia nos habría excitado. Hoy, no digo nada. Considerando dónde estamos en nuestra relación y el estado reciente de nuestra vida sexual, la historia se sentiría fuera de lugar. Al abrir la puerta veo a Eduardo con sus gafas para leer, sentado frente al ordenador. Me pregunta cómo fue mí día. Bien, respondo caminando hacia él, y abrazándolo por detrás beso su mejilla. Es un gesto inocente.

Sería poco preciso decir que somos viejos, sin embargo, llevamos ya muchos años juntos.

Es rara la vez en que anhelo ser joven de nuevo, pero a veces, cuando suceden ciertos acontecimientos, como esa escena bajo la lluvia, de golpe siento que el tiempo ha pasado y pienso que hay cosas que no volveré a experimentar. ¿Acaso es posible volver a visitar ese limbo en el cual uno se siente tentado a tener sexo en cualquier lugar a pesar los riesgos? Así eran las cosas entre nosotros en otros tiempos.

A veces, cuando estamos viendo la televisión o cenando en habitaciones distintas, me pregunto cómo hemos llegado a este punto. Recuerdo que me prometí que no nos sucedería a nosotros, me dije que yo no era ese tipo de persona. Deseaba seguir ser siendo apasionada y espontánea, poder ser sensual en cualquier momento.