De la Brevedad de la Vida - Séneca - E-Book

De la Brevedad de la Vida E-Book

Seneca

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Beschreibung

De la brevedad de la Vida, es un ensayo de Séneca, en el que el autor utiliza la prosa epistolar para dar a conocer, en veinte breves apartados, sus pensamientos filosóficos sobre la vida. Séneca plantea y desarrolla una paradoja, pues, frente a la idea generalizada de que la vida es breve, él considera que es larga si se sabe vivir de acuerdo con la razón, en el camino de la sabiduría y la virtud. Lo que exige no dejarse arrastrar por las pasiones y las obligaciones no rectas. Probablemente esta obra estuvo influenciada por la experiencia de sus años de destierro.

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Séneca

De La Brevedad

De La Vida

Título: De la Brevedad de la Vida

Autor: Lucio Anneo Séneca

Título Original: De Brevitate Vitae

Editorial: AMA Ediciones

© De esta edición: 2020 AMA Ediciones

Audiolibro, de esta misma versión, disponible en servicios de streaming, tiendas digitales y el canal AMA Audiolibros en YouTube.

Todos los derechos reservados, prohibida la reproducción total o parcial de la obra, salvo excepción prevista por la ley.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

PRÓLOGO

CAPÍTULO I: HAY QUE SABER ADMINISTRAR LA VIDA

CAPÍTULO II: ¿POR QUÉ NOS QUEJAMOS DE LA NATURALEZA, Y NO DE NOSOTROS?

CAPÍTULO III: ECHANDO CUENTAS

CAPÍTULO IV: AUGUSTO

CAPÍTULO V: CICERÓN

CAPÍTULO VI: LIVIO DRUSO

CAPÍTULO VII: EL ARTE DE VIVIR

CAPÍTULO VIII: EL DESPRECIO DEL TIEMPO, EL BIEN MÁS PRECIADO

CAPÍTULO IX: NO SABER VIVIR EL PRESENTE

CAPÍTULO X: TIEMPOS EN QUE SE DIVIDE LA VIDA

CAPÍTULO XI: AL ENCUENTRO DE LA MUERTE

CAPÍTULO XII: OCUPADOS Y OCIOSOS

CAPÍTULO XIII: CRITICA LA ERUDICIÓN MAL ENCAMINADA

CAPÍTULO XIV: DEDICA EL OCIO A LA SABIDURÍA

CAPÍTULO XV: LOS SABIOS ALARGAN Y ENRIQUECEN TU VIDA

CAPÍTULO XVI: LOS QUE NO SABEN ADMINISTRAR SU OCIO

CAPÍTULO XVII: LOS TEMORES DEL PODEROSO

CAPÍTULO XVIII: INCOMODIDADES Y RIESGOS DE UN CARGO

CAPÍTULO XIX: INVITACIÓN A UN OCIO DIGNO

CAPÍTULO XX: JUBILARSE A TIEMPO

INTRODUCCIÓN

Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba el año 4 a.C. y murió en Roma en el año 65 d.C. Filósofo y político hispano-romano, nació en el seno de una familia acomodada de la provincia Bética del Imperio Romano. Su padre fue un retórico de prestigio, cuya habilidad dialéctica fue muy apreciada luego por los escolásticos, y cuidó de que la educación de su hijo en Roma incluyera una sólida formación en las artes retóricas, pero Séneca se sintió igualmente atraído por la filosofía, recibiendo enseñanzas de varios maestros que lo iniciaron en las diversas modalidades de la doctrina estoica, por entonces popular en Roma. Emprendió una carrera política, se distinguió como abogado y fue nombrado cuestor.

Su fama, sin embargo, disgustó a Calígula, quien estuvo a punto de condenarlo en el año 39. Al subir Claudio al trono, en el año 41, fue desterrado a Córcega, acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho años más tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón y, cuando éste sucedió a Claudio en el año 54, se convirtió en uno de sus principales consejeros, cargo que conservó hasta que, en el año 62, viéndose incapaz de controlar los actos extremos del emperador, se retiró de la vida pública.

En el año 65 fue acusado de participar en la conspiración de Pisón, con la perspectiva, según algunas fuentes, de suceder en el trono al propio Nerón; éste le ordenó suicidarse, decisión que Séneca adoptó como liberación final de los sufrimientos de este mundo, de acuerdo con su propia filosofía que entiende más como una forma de vida que como una especulación teórica. Fue un moralista que persiguió la sabiduría y la virtud siguiendo a la naturaleza y la razón.

PRÓLOGO

Con la frase «El espacio que vivimos no es vida sino tiempo», Séneca nos introduce de lleno en la filosofía de la vida, en el hecho de vivir, en la brevedad de ese espacio de tiempo que se nos concede. Pero en ese espacio, que es exiguo, debemos, nos dice el filósofo latino, aprender a vivir y a morir, cosa que no es fácil, afirma también. Al parecer, sigue diciendo el maestro, algunos grandes hombres que han existido, a pesar de renunciar, abandonar y desprenderse de todo aquello que les servía de rémora, como las riquezas, empleos y placeres, para aprender a vivir, muchos de ellos dejaron este mundo confesando que no lo consiguieron.

Según Séneca «la brevedad de la vida» es solo para aquellos que la malgastan con actividades múltiples y distintas del estudio de la filosofía. Estos desconocen el valor del tiempo, el pasado no lo controlan, el presente se les va de las manos y tienen pánico al futuro, es decir, solo los filósofos son los que han entendido y han aprendido a valorar el tiempo en sus tres momentos y han aprendido a vivir y a morir; por lo tanto, solo el sabio es el único capaz de disfrutar íntegramente de la vida.

“De la brevedad de la Vida”, es un ensayo en el que el autor utiliza la prosa epistolar (supuestamente dirigida a su cuñado Paulino) para dar a conocer, en veinte breves apartados, sus pensamientos filosóficos sobre la vida. Séneca plantea y desarrolla una paradoja, pues, frente a la idea generalizada de que la vida es breve, él considera que es larga si se sabe vivir de acuerdo con la razón, en el camino de la sabiduría y la virtud. Lo que exige no dejarse arrastrar por las pasiones y las obligaciones no rectas. Probablemente esta obra estuvo influenciada por la experiencia de sus años de destierro.

CAPÍTULO IHAY QUE SABER ADMINISTRAR LA VIDA

1. La mayor parte de los mortales, Paulino, se queja de la malicia de la naturaleza, porque somos engendrados para un tiempo escaso, porque estos espacios de tiempo que nos da discurren tan velozmente, tan rápidamente, que, salvo muy pocos, a los demás la vida les deja plantados en los propios preparativos de su vida. Y por esta desgracia, en su opinión común, no sólo gime la gente y el vulgo ignorante: este sentimiento ha provocado las quejas también de insignes varones.

2. De ahí viene la proclama del mejor de los médicos: «La vida es corta, largo el conocimiento»; de ahí viene el pleito, muy poco apropiado en un hombre sabio, de Aristóteles, cuando presenta una reclamación contra la naturaleza: «Ha otorgado a los animales tanta vida que la alargan cinco o diez generaciones, para el hombre, engendrado por tan numerosas y notables cosas, mucho más próximo se halla el término».

3. No tenemos escaso tiempo, sino que perdemos mucho. Nuestra vida es suficientemente larga y se nos ha dado en abundancia para la realización de las más altas empresas, si se invierte bien toda entera; pero en cuanto se disipa a través del lujo y la apatía, en cuanto no se dedica a nada bueno, cuando por fin nos reclama nuestro último trance nos percatamos de que ya ha transcurrido la vida que no comprendimos que corría.