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Dentro de un siglo es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, el autor coquetea con la ciencia ficción de corte humorístico al desplazarse al año 2021, en una llamada «zapatería comunista», para reflexionar sobre la situación política de su época.
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Seitenzahl: 22
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Muñoz Seca
JUGUETE CÓMICO
Saga
Dentro de un siglo Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1921, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508703
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Una lujosa tienda de calzados. Puerta de entrada en el primer término del lateral izquierda. Escaparate en el resto de este lateral. En el foro, anaquelería, rematada por el letrero siguiente:
¡¡EUREKA!!
ZAPATERÍA COMUNISTA
casa fundada en 1901
y reformada en el año 2021
En el lateral derecha, dos puertas que simulan conducir a restantes departamentos de la tienda. Entre estas dos puertas, un mostrador. Divanes, butacas, sillas, etc., etc., completan la decoración. Es de día. La acción en Madrid dentro de un siglo.
(Al levantarse el telón, el duque de Albaida, criado de la zapatería, limpia el polvo con un plumero, al mismo tiempo que canta un trozo de «Manón». El dúque frisa en los cincuenta años; viste blusa y calza alpargatas; pero en sus ademanes, en su cabeza archipeinada, en su monóculo, etc., etc., revela que es grande de España.)
Duque.—Bien; esto ya es un ascua. Ahora barreré ahí dentro.
Marcelino (entra en escena por la primera puerta de la derecha. Es un tío ordinariote, de bigote muy ancho y muy negro, algo de tufos y un rizo muy chulón sobre la frente. Viste de levita y lleva todas las joyas que puede y le caben).—Hola, duque.
Duque.—A sus órdenes, señor don Marcelino.
Marcelino.—¿No han venido aún los oficiales? (Mira su reloj de bolsillo y los dos relojes de pulsera, porque usa uno en cada mano.)
Duque.—No, señor. Como asistieron anoche al baile que hubo en la Embajada rusa, se habrán pasado bailando hasta el alba...
Marcelino.— Es verdad. ¡Cómo cambian los tiempos! ¿Eh? El siglo pasado, en 1921, a esos bailes iban ustedes los aristócratas, y ahora van los que deben ir, los que debieron ir siempre: los herreros, los carpinteros, los zapateros... ¡Los hombres ennoblecidos por el trabajo manual, que es el único digno! ¡Abajo las castas! ¿Eh? ¿Decías algo?
Duque.—No, no, nada...