Dogmática reformada - Herman Bavinck - E-Book

Dogmática reformada E-Book

Herman Bavinck

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Beschreibung

La Dogmática reformada de Herman Bavinck, en cuatro volúmenes, es una de las obras teológicas más importantes del siglo XX. La traducción al inglés fue ampliamente aclamada y ahora presentamos esta edición abreviada en un solo volumen en español. John Bolt -un destacado estudioso de Bavinck ­y editor de los cuatro volúmenes­­– ha condensado la obra en uno solo; ofreciendo a estudiantes, pastores y lectores laicos un resumen accesible de la obra maestra de Bavinck. Este volumen presenta el núcleo del pensamiento de Bavinck. Ofrece material explicativo y pone a disposición de un amplio público parte de la mejor teología reformada holandesa jamás escrita. Bavinck, al igual que Calvino, deseaba y enseñaba la necesidad de vivir para la gloria de Dios en todos los aspectos de la vida. Algunas palabras de Miguel Nuñez, Doctor, teólogo y pastor "Probablemente, en el mundo hispanohablante muchos no estén familiarizados con la vida y obra de Herman Bavinck (1854-1921), ni como pensador, ni como teólogo de la tradición reformada. Su importancia es tal que J. I. Packer escribió, como endoso de su teología completa en 4 volúmenes, lo siguiente: "Al igual que Agustín, Calvino y Edwards, Bavink fue un hombre con una mente gigante, de vasto conocimiento, de sabiduría incalculable y de gran capacidad expositiva". Esas son palabras mayores, sobre todo cuando vienen de otro teólogo de tanto peso. En su tiempo, Bavinck fue considerado como una de las mentes más privilegiadas, distinguiéndose no solo por su brillantez intelectual, sino también por su humildad, que le permitió interactuar con aquellos que diferían de él, siempre con respeto y representando sus ideas en el debate de manera balanceada y justa. De hecho, supo sostener amistades de calidad con pensadores y teólogos de otras tradiciones religiosas sin nunca comprometer la ortodoxia de la fe cristiana. Eso habla de su seguridad en Cristo,no sacudida por lo que otros pudieran pensar, ni tampoco molestada por ideas contrarias a sus convicciones. Su conocimiento de las Escrituras, su discernimiento espiritual, pero especialmente su entendimiento del Dios Trino sostuvieron su fe y su caminar de manera íntegra. Su actitud ante sus opositores es digna de imitar y sirve de espejo al espíritu contencioso de nuestros días dentro y fuera de la iglesia de Cristo." Miguel Nuñez, Pastor Titular Iglesia Bautista Internacional y Presidente Fundador, Ministerio Integridad y Sabiduría. Israel Guerrero sobre Dogmática reformada "La inclusión y el estudio de la versión condensada de la Dogmática reformada de Herman Bavinck por parte de las iglesias y seminarios evangélicos será de gran beneficio tanto para sus pastores como para los miembros en general. El deseo de adquirir una buena formación teológica por parte de distintas denominaciones cristianas puede ser sanamente afirmado si el aspecto teocéntrico, católico y ético son considerados a la hora del estudio y la enseñanza teológica. De esta manera, un tratado como este puede ayudar a la madurez espiritual de los estudiantes calvinistas, como también de aquellos que difieren de la tradición reformada. Por un lado, el aspecto gentil de Bavinck - al interactuar con teólogos de distinta persuasión, reflejado en el esfuerzo por retratar lo más correctamente posible la posición de aquellos con los cuales discrepaba (evitando así los "hombres de paja") - es algo que debe ser seriamente considerado en los contextos actuales."

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DOGMÁTICAREFORMADA

EDICIÓN CONDENSADA ENUN SOLO VOLUMEN

HERMAN BAVINCK

EDITOR

JOHN BOLT

Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 Viladecavalls

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

http://www.clie.es

Publicado originalmente en inglés por Baker Academic una división de Baker Publishing Group bajo el título Reformed Dogmatics. Copyrigth 2011 por Baker Publishing Group, Grand Rapids, Michigan, 49516, U.S.A.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447)».

El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera ©1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Utilizado con permiso.

© 2023 por Editorial CLIE.

DOGMÁTICA REFORMADA

ISBN: 978-84-19055-09-5

eISBN: 978-84-19055-10-1

Teología cristiana

Sistemática

DEDICATORIA

Para Eugene P. Heideman y Jan Veenhof, pioneros en el renacimiento de Bavinck

ÍNDICE

Prefacio del editor

Prólogos

Israel Guerrero

Miguel Núñez

Abreviaturas

PRIMERA PARTE: PROLEGÓMENOS

Introducción a la teología dogmática

1.La teología dogmática como ciencia

Terminología

La teología como la ciencia de Dios

El problema de la certidumbre: la Iglesia y la Escritura

La fe y el método: la organización de la teología

2.La historia y la literatura de la teología dogmática

La formación del dogma

El dogma en la Iglesia primitiva

De Constantino a Agustín en la Edad Media

Teología dogmática católica romana

Dogmática luterana

La dogmática reformada

3.Fundamentos de la teología dogmática

Ciencia y pensamiento (Principia)

Realismo y universales (Logos)

Fundamentos religiosos

4.La revelación

La idea de la revelación

La revelación general

La revelación especial, escritural

“Natural” y “sobrenatural”

Los milagros, el lenguaje y la historia

5.Las Sagradas Escrituras

La Palabra inspirada de Dios para su pueblo

El testimonio de la Escritura de sí misma: la inspiración orgánica

6.La fe

La fe y el método teológico

La fe, el intelecto y la teología: el método histórico-apologético

La fe, el sentimiento y la teología: el método religioso-empírico

La fe, la moral y la teología: el método ético-psicológico

La fe y su fundamento

El testimonio del Espíritu Santo

La fe y la teología

SEGUNDA PARTE: EL DIOS TRINO Y LA CREACIÓN

7.Conociendo a Dios

El misterio y la incomprensibilidad divinos

El problema del ateísmo

La teología natural

Las “pruebas” de la existencia de Dios

Poniéndole nombre a Dios: adaptación y antropomorfismo

8.El Dios vivo que actúa

Los nombres de Dios

La simplicidad divina: esencia y atributos

Los nombres propios de Dios

Los atributos incomunicables de Dios

Los atributos comunicables de Dios

9.El Dios trino y su consejo

La Santa Trinidad en la Escritura

La elaboración del dogma trinitario

La oposición: el arrianismo y el sabelianismo

El lenguaje trinitario

Distinciones entre las tres personas

La economía trinitaria, analogías y argumentos

El consejo del Dios Trino

El reto de Pelagio

Supra e infralapsarianismo; remostrancia

La providencia y las objeciones a la predestinación

La predestinación y la reprobación

10.Creador de cielos y tierra

La Creación y sus rivales religiosos

La Creatio ex nihilo a manos del Dios Trino

El tiempo y el objetivo de la Creación: una cosmovisión cristiana

El cielo: el mundo espiritual

Los ángeles en la Escritura

El ministerio de los ángeles

La tierra: el mundo material

La “semana” de la creación y la ciencia

La Biblia y la geología

De la Creación a la preservación: la providencia

Preservación, concurrencia, gobierno

TERCERA PARTE: LA HUMANIDAD Y EL PECADO

11.La imagen de Dios

Los orígenes de la humanidad

La naturaleza humana

El destino humano

El pacto de las obras

Otros paradigmas del destino humano

Los orígenes de la humanidad: el destino comunitario

12.El mundo caído

El origen del pecado

La extensión universal del pecado

Realismo y federalismo

13.El pecado y sus consecuencias

El carácter religioso del pecado

La esencia del pecado

Variedades y grados de pecado

El castigo por el pecado

El sufrimiento y la muerte

CUARTA PARTE: CRISTO EL REDENTOR

14.El unigénito del Padre

El pacto de la gracia

El pacto de la redención, la naturaleza y la elección

La persona de Cristo como mediador

Las dos naturalezas de Cristo

La centralidad de la Encarnación

La humanidad y la divinidad de Cristo

15.El Siervo salvador: la humillación de Cristo

Religión, cultura, redención y sacrificio

Jesús el mediador

La muerte del Cristo obediente por nosotros

16.El Señor Cristo exaltado

Por la muerte y la humillación a la vida y la exaltación

Los pasos de la exaltación de Cristo: la resurrección, la ascensión, la sesión y el regreso

La reconciliación (expiación)

QUINTA PARTE: EL ESPÍRITU SANTO Y LASALVACIÓN EN CRISTO

17.El orden de la salvación

El camino de salvación

Agustín y la amenaza del pelagianismo: la Reforma

La visión moderna del concepto

El camino de salvación y la verdad trinitarios

18.El llamado y la regeneración

El llamado de Dios

El nuevo nacimiento

La naturaleza y el alcance de la regeneración

19.La fe y la conversión

El conocimiento de la fe

La regeneración, la fe y el conocimiento

La conversión y el arrepentimiento

La mortificación y la vivificación

La confesión del pecado, la penitencia y el castigo

20.La justificación, la santificación y la perseverancia

El perdón

La justificación es forense e imputada

La santificación: la santidad como don y recompensa

La santificación y la crítica de la justificación

Las buenas obras, el perfeccionismo y la perseverancia

SEXTA PARTE: EL ESPÍRITU CREA UNANUEVA COMUNIDAD

21.La Iglesia como realidad espiritual

La esencia espiritual de la iglesia

Unidad y catolicidad

Tangentes de la Reforma: el pueblo de Dios

Las características de la iglesia

Los atributos de la iglesia

La iglesia como organismo e institución

Cristo es el rey de la iglesia

El poder espiritual de la iglesia

Los oficios y asambleas de la iglesia

22.Los medios de gracia del Espíritu

Los medios de gracia

La proclamación de la Palabra

El Espíritu, la Palabra y el poder

Los sacramentos

El bautismo

El modo y manera del bautismo: el bautismo infantil

La cena del señor

El propósito de la Cena

SÉPTIMA PARTE: EL ESPÍRITU HACE NUEVASTODAS LAS COSAS

23.El estado intermedio

La cuestión de la inmortalidad

Y tras la muerte, ¿qué?

Entre la muerte y la resurrección

24.El retorno de Cristo

Visiones del fin

El quiliasmo

Israel, el milenio y el retorno de Cristo

25.La consumación

El Día del Señor

Las alternativas al castigo eterno

La renovación de la Creación

La amplitud de la misericordia divina

Índice escritural

Índice onomástico

Índice temático

PREFACIO DEL EDITOR

La obra Dogmática reformada, de Herman Bavinck, es todo un clásico. La empresa de preparar un “esbozo” de un solo volumen para compendiar una obra magistral publicada en cuatro, como es la de Bavinck, no es algo que pueda tomarse a la ligera. Tras haber pasado casi tres décadas dedicado al estudio profundo de la teología de Bavinck, siento un gran respeto por el hombre y por su obra, y este volumen pretende honrar plenamente ese respeto. Acepté la petición del editor porque Baker Academic no solo apoyó con entusiasmo la publicación de Dogmática reformada en inglés, sino que también manifestó un profundo respeto por el legado de Bavinck al realizar una publicación de primera categoría, un hito para todos los tiempos. Mi confianza en mi capacidad de realizar este trabajo aumentó gracias a muchas personas que me dijeron que los extractos que había preparado para cada capítulo de la traducción al inglés de Dogmática reformada les resultaron muy útiles. El profesor Roger Nicole me sugirió muy amablemente que tales extractos, compendiados, constituirían un resumen estupendo de la teología de Bavinck en un solo volumen.

Así que aquí está. Aunque he aprovechado generosamente los mencionados resúmenes, este volumen es algo distinto. En mi compendio, me esforcé mucho por conservar la voz propia de Bavinck, incluso sus propias palabras, minimizando al máximo mis transiciones y paráfrasis. Los lectores atentos podrán reconocer frases y secciones enteras extraídas directamente de Dogmática reformada, y tengo la esperanza de que incluso los lectores más atentos perciban solamente la voz de Bavinck. Al mismo tiempo, sería correcto pensar en este volumen usando la metáfora de una gran orquesta sinfónica; el compositor y director es Bavinck. Mi propio papel en este proyecto (¡y espero de veras que sea indetectable!) es haber actuado como el ayudante editorial del autor, quien colabora para decidir dónde podría reducirse su partitura y cómo reconfigurarla para un solo concierto. La partitura es suya, y será él quien dirija la orquesta, no yo. Siempre que el lector que sepa distinguir detecte mi propia parte en el texto, será una parte que suene con la misma melodía. De vez en cuando, en lugares donde he “invadido” tímidamente el texto, lo señalaré con una nota al pie.1 La mayor parte de las “notas del editor” consisten en comentarios históricos adicionales en los puntos en los que las reducciones del texto las volvían necesarias; referencias ilustrativas a pensadores y cuestiones contemporáneos que se analizan en la obra, y material bibliográfico actualizado. No he enmendado el texto quitando elementos que pudieran resultar molestos para espíritus ecuménicos (p. e., algunos de sus comentarios sobre el catolicismo romano) o en los lugares en los que discrepo de sus juicios (p. e., sobre la cesación de los dones extraordinarios del Espíritu Santo tras la era apostólica; el oficio del evangelista). En otras palabras, me he esforzado al máximo para eliminar mi propia subjetividad de las decisiones sobre qué elementos arrojar al montón de los sobrantes. En las pocas ocasiones en que discrepo de uno o más de los juicios de Bavinck, lo hago basándome en sucesos históricos más objetivos (p. e., el concilio Vaticano II), o en obras académicas más recientes (p. e., acerca del bautismo de niños en la Iglesia primitiva), y además lo indico claramente en mi nota.2 Lo que sigue sorprendiéndome, incluso después de todos estos años, son las pocas veces que se hace necesaria esta corrección. Las notas al pie no señaladas son coherentes con las propias notas de Bavinck o casos en los que introduzco en una nota parte de un material que figuraba originariamente en el cuerpo del texto.

Estas son las pautas que he seguido al preparar este volumen. He reducido considerablemente el grado de detalle, sobre todo sobre la teología histórica, por el que Bavinck es justamente famoso. He sido selectivo al elegir las exposiciones y las críticas de pensadores concretos que incluiría, además de la literatura de estudio que se cita en las notas, haciendo referencia regular solo a obras clásicas, como las de Agustín, Tomás de Aquino, Juan Calvino, documentos eclesiásticos importantes, etc. Mi objetivo era reducir la cantidad de detalles sin sacrificar la concreción importante del análisis de Bavinck. Al sintetizar 58 capítulos en 25, he combinado muchos de ellos, como es lógico, intentando reducir al mínimo cualquier redundancia. El principal cambio estructural fue el de trasladar el capítulo sobre la providencia (vol. 2, cap. 14, pp. 301-6) de su situación como capítulo aislado tras el material referente a la antropología a la sección final del capítulo 10, “Creador de cielos y tierra”. De esta manera, los dos loci de la teología pura y la antropología se mantienen como entidades separadas, siguiendo el orden clásico de la ortodoxia protestante.3 Un cambio menor consistió en eliminar las tres primeras secciones de Dogmática reformada, vol. 2, capítulo 3 (178-80) del estudio más completo de los nombres de Dios (cap. 8), añadiéndolas al capítulo 7. Así se encuadraron en la exposición más amplia de “Conociendo a Dios “, dejando un solo capítulo para la exposición más sistemática “El Dios vivo que actúa”, que clasifica los atributos de Dios. La otra diferencia estructural destacable entre esta reducción y los cuatro volúmenes originales de Dogmática reformada es la división clara del libro en siete secciones (el prolegómeno más los seis loci clásicos), que subraya el orden tradicional presente en la obra completa, pero, debido a la división dentro de los loci de la soteriología en la separación entre los volúmenes 3 y 4, esto no fue evidente de inmediato. Las mayores reducciones se produjeron en el volumen 1 (caps. 1–6), y la menor en la sección sobre escatología (caps. 23–25). La sección escatológica en el volumen 4 era el tratamiento más breve y compacto que hizo Bavinck de cada loci, y en consecuencia resultaba mucho más difícil de resumir.

El lenguaje de esta obra, llegando hasta las expresiones concretas y las citas esenciales, se tomó directamente de la obra completa. De vez en cuando, he tomado frases enteras, e incluso párrafos, directamente de la obra más amplia, pero disponiéndolos de otra manera para que encajasen en una nueva estructura narrativa más concisa. Sobre todo en lo relativo a los prolegómenos, la defensa de Bavinck de un entendimiento reformado de la revelación, la religión y la labor de la teología en la Iglesia es acumulativa; he procurado conservar esa característica también en la primera parte. Para facilitar la referencia sencilla a Dogmática reformada, sobre todo para aquellas almas entregadas que desean saber más, este volumen conserva los números de sección entre corchetes [ ] (que se remontan a la segunda edición holandesa original). Por último, al preparar este volumen no he redactado una introducción biográfica y teológica nueva y distinta; invito a los lectores a leer la introducción en cualquiera de los cuatro volúmenes íntegros.

El trabajo en el presente volumen tuvo lugar entre julio de 2008 y septiembre de 2009. Quiero expresar mi gratitud a la administración y a la Junta de Fideicomisarios del Calvin Theological Seminary, por el año sabático parcial que me concedieron durante el año escolar 2008-2009, que me liberó de todas las responsabilidades docentes, con la excepción de la impartición de una materia por trimestre. Mi gratitud también a mis colegas de la facultad, que pasaron todo un largo año puliendo un currículo totalmente revisado y reformulado sin que yo les ayudase o estorbase en lo más mínimo. Además, mis colegas siempre han respaldado mi interés por Bavinck, algo que les agradezco. En el trimestre de otoño de 2008, tuve el privilegio de impartir un seminario a un grupo de una docena de estudiantes del CTS, un estudio centrado en el primer volumen de Dogmática reformada. La mitad de los asistentes a esa clase siguieron reuniéndose semanalmente durante el curso del segundo y tercer trimestres, aunque de manera informal, para comentar el volumen 2. Dado que durante esos meses yo estaba precisamente en medio del proceso de resumen de esos dos volúmenes, su grado de interés no solo me estimuló, sino que también aprendí gracias a sus reacciones dónde detectaban los puntos esenciales de cada capítulo; ambas cosas fueron contribuciones significativas a mi progreso. Los alumnos David Salverda (vols. 1 y 2) y Gayle Doornbos (vols. 3 y 4), ambos del CTS, me proporcionaron una asistencia informativa excelente (sobre todo para la introducción de términos hebreos y griegos) y una prudente asesoría editorial. Durante los meses de verano de 2009 y ya entrado septiembre, cuando estaba concluyendo este trabajo, aproveché muchísimo los sólidos juicios teológicos y editoriales de Gayle, así como su ejemplar ética laboral. No podría haber acabado esta obra sin su ayuda, por la que le estoy profundamente agradecido.

Como ha sido el caso desde el principio mismo de mi trabajo editorial en Dogmática reformada, estoy en deuda con mis amigos y colegas de la Junta de Traducción de la Sociedad Reformada Holandesa, que consintieron en la publicación de este volumen y contribuyeron a ella. Y por último, doy las gracias al personal editorial de Baker Academic: gracias por su respaldo profesional y amable, y por su cálido estímulo. Gracias, Jim Kinney, por haber tenido la idea de hacer este volumen y por guiarlo hasta su publicación; a Wells Turner: eres un editor extraordinario, que sabe cómo tratar el texto y a las personas; mejoras mi trabajo, te muestras inalterablemente paciente con mis errores, y nunca te entrometes en el proceso. Es un privilegio formar parte del equipo que ha hecho posible este proyecto. Gracias a todos.

Acción de Gracias, Canadá, 2009

1. Como en el capítulo 16, nota 1.

2. Como en el capítulo 22, notas 46, 51, 91.

3. Ver el capítulo 10, nota 104.

PRÓLOGOISRAEL GUERRERO

HACIA UNA DOGMÁTICA REFORMADA PARA EL MUNDO HISPANO

La esencia de la religión cristiana consiste en la realidad de que, lo que el Padre ha creado —que el pecado ha arruinado—, queda restaurado en la muerte del Hijo de Dios y recreado por la gracia del Espíritu Santo formando un reino de Dios

Herman Bavinck

La religión cristiana es esencialmente trinitaria. Por lo tanto, la vitalidad de la Iglesia está íntimamente ligada a la glorificación y el gozo que encontramos al conocer el amor de Dios revelado en la gracia de Jesucristo y experimentado en la comunión del Espíritu Santo. Debido a esto, la gloria del Dios trino se convirtió en el principio fundamental de la vida y teología de Herman Bavinck (1854-1921). Este fue el cimiento y propósito del tratado teológico que hoy, gracias a Editorial Clie, tienes en tus manos: la versión condensada en un solo volumen de su Dogmática reformada. Sin embargo, y con el deseo de aprovechar mejor esta obra, es importante considerar brevemente dos cosas: la figura de Bavinck y algunas implicancias prácticas de la naturaleza teológica de su tratado doctrinal.

HERMAN BAVINCK

Herman Bavinck nació en 1854 en el pueblo de Hoogeveen, Holanda. Hijo de Jan Bavinck (1826-1909), un pastor de la Iglesia Cristiana Reformada (Christelijke Gereformeerde Kerk), cuyos orígenes eclesiásticos se remontan a la Secesión de 1834 (Afscheiding).1 Esbozar la historia de la iglesia reformada holandesa nos permitirá comprender y apreciar en mayor profundidad el pensamiento de Bavinck.

La ortodoxia evangélica neerlandesa fue consolidada a través de la suscripción confesional indicada en las Tres Formas de Unidad, es decir, a través de la doctrina expresada en la Confesión Belga (1561), el Catecismo de Heidelberg (1563) y los Cánones de Dordrecht (1618-19). Sin embargo, un mero conocimiento intelectual no era suficiente para crecer en la vida cristiana. La doctrina cristiana debía impactar el intelecto, los afectos, la voluntad y todas las áreas de la sociedad. Es por eso que, a mediados del siglo XVII, se desarrolló un movimiento denominado “Nadere Reformatie” (en holandés significa “reforma más profunda o íntima”). Frente al nominalismo protestante, los pastores reformados que conformaban este movimiento hicieron un enérgico llamado a vivir de acuerdo con lo que confesaban. Así, el objetivo de la Nadere Reformatie fue unir la doctrina (leer) con la vida (leven). En otras palabras, la naturaleza práctica y holística de este movimiento no involucraba un rechazo de los fundamentos doctrinales clásicos de la ortodoxia cristiana, sino una profundización en doctrina y práctica.2 Sin embargo, a comienzos del siglo XVIII, este movimiento fue decayendo. Un pietismo de corte más separatista y el impulso del racionalismo pavimentaron el camino para dejar de lado aquel viejo calvinismo que, con un corazón ardiendo, se entregaba “pronta y sinceramente” al Señor.

A comienzos del siglo XIX, la teología protestante holandesa se vio influenciada y moldeada por el espíritu de la Ilustración y la Revolución, trayendo como consecuencia una oposición tanto a los dogmas fundamentales del cristianismo —expresados en el Credo Niceno, por ejemplo— como también a la doctrina reformada expresada en las Tres Formas de Unidad. Lamentablemente, la predicación evangélica fue reemplazada por predicaciones moralistas, que con sus dichos reflejaban una antítesis del pensamiento de Juan Calvino (1509-63) y la Nadere Reformatie.3 Así, la teología modernista holandesa comenzaba a gestarse a través de dichos como “Niet de leer, maar het leven… niet de leer, maar de Heer”, es decir, “No [a] la doctrina, pero sí [a] la vida... no [a] la doctrina, pero sí al Señor”.

Frente a este contexto, y ante la intervención del Estado en asuntos eclesiásticos, se levantaron algunos pastores que se opusieron a los principios revolucionarios. Esta oposición se fundamentó en el inquebrantable compromiso con la Palabra de Dios y los estándares confesionales reformados.4 Fue en este contexto donde Jan Bavinck —el padre de Herman— experimenta su conversión, educando posteriormente a su hijo en un ambiente familiar nutrido tanto por la herencia calvinista experiencial de los viejos teólogos reformados, como también por un aprecio al respecto de los desarrollos científicos y sociales de la modernidad. Es justamente este punto lo que ayudará a desarrollar un aspecto clave en la persona de Bavinck: ser un teólogo ortodoxo y moderno. En otras palabras, Bavinck comienza a desarrollar una teología reformada contextualizada a la época y los desafíos de la modernidad. De esta manera —junto con Abraham Kuyper— comienza a ser parte del desarrollo de un movimiento conocido como “neo-calvinismo”.

Luego de estudiar por un año en el seminario conservador de su denominación en Kampen, Herman comienza a estudiar teología en la Universidad de Leiden, centro del modernismo y liberalismo teológico. La decisión de trasladarse a Leiden no debe ser vista como un abandono de la fe ortodoxa y experiencial, sino todo lo contrario. Al contar con el apoyo de sus padres (Jan Bavinck era pastor en Kampen), Herman estudia en Leiden desde 1874 a 1880 bajo profesores cuyas presuposiciones teológicas eran muy distintas de las del joven Herman. Sin embargo, fue la rigurosidad académica la que motivó a Bavinck a estudiar en Leiden. De manera notable, durante este periodo, el joven estudiante fue influenciado por Johannes H. Donner (1824-1903), pastor reformado de la misma denominación a la que Herman y su familia pertenecían. Dicho sea de paso, fue en Leiden donde Bavinck reafirmó su fe al participar por primera vez en la Santa Cena en octubre de 1875.5 Así, Bavinck fue consolidando una formación teológica que tomaba en serio la academia, la confesionalidad y la práctica de la piedad. La profunda mezcla y relación de estos tres elementos llevaron a Herman a pensar, desarrollar y aplicar una teología cristiana cuya esencia era ortodoxa y, a la vez, contaba con una gramática moderna que consideraba la época en la que estaba viviendo.

Mientras sus profesores en Leiden negaban puntos esenciales de la fe cristiana, la fe evangélica de Bavinck se robustecía al entrar en contacto con otro pastor que previamente había experimentado una cierta conversión de un cristianismo reformado liberal a un cristianismo reformado más ortodoxo y experiencial. De hecho, fue el pastor Donner quien introdujo a Bavinck a conocer a aquel hombre que había sido uno de los fundadores del primer partido político moderno en Holanda, el partido “anti-revolucionario”. Aquel hombre era el mismo que Bavinck había conocido previamente en su periodo como estudiante en Kampen, y que, además, se estaba levantando como uno de los líderes del neo-calvinismo. Aquel hombre fue Abraham Kuyper (1837-1920). De hecho, Herman Bavinck se convertiría en uno de los exponentes principales de este movimiento.

La figura de Bavinck no puede ser entendida sin una correcta comprensión del movimiento neo-calvinista. Es clave detenernos en este punto para reflexionar en torno a qué es el neo-calvinismo holandés, en especial para que este no sea confundido con el new calvinism (nuevo calvinismo) desarrollado actualmente en contextos norteamericanos. De igual manera, es importante dedicar algunas líneas para no igualarlo completamente con movimientos desarrollados posteriormente y que bebieron del neo-calvinismo, tales como la filosofía reformacional.

Entonces, ¿qué es el neo-calvinismo? Fue un movimiento que comienza en la segunda mitad del siglo XIX y termina en los primeros años de la segunda década del siglo XX en Holanda, con la muerte de sus principales líderes (Kuyper y Bavinck). Frente al liberalismo teológico —que se reflejaba en predicaciones moralistas en los púlpitos y también en el rechazo de la ortodoxia clásica cristiana—, Kuyper y Bavinck se levantan para recuperar y desarrollar las antiguas verdades cristianas en un nuevo contexto. En otras palabras, Bavinck y Kuyper recuperaron y aplicaron la devoción y confesionalidad del viejo calvinismo dentro de los desafíos que planteaba el nuevo contexto social de la modernidad tardía. Por una parte, esto lo podemos ver en las reediciones de obras de teólogos escolásticos reformados como Franciscus Junius (1545—1602) y Gisbertus Voetius (1589—1676) por parte de Abraham Kuyper, como también en la nueva edición de la clásica “Teología sistemática reformada” del siglo XVII —la Synopsis Purioris Theologiae— por parte de Bavinck. Por otra parte, los dos pastores no solamente se quedaron en la recuperación de la vieja ortodoxia, sino que también fueron capaces de desarrollar y aplicar una teología contextualizada al escribir artículos sobre ciencia, arte, política y educación desde principios reformados.

Ante las corrientes teológicas revolucionarias que se infiltraban en las iglesias y universidades holandesas, Kuyper se levantaba para decir que todo el orden creacional debía reflejar el fin por el cual todo fue creado: la gloria de Dios. Una frase que resume la cosmovisión reformada del neo-calvinismo nace justamente en la universidad fundada por el propio Abraham Kuyper. En octubre de 1880, en plena inauguración de la Universidad Libre de Ámsterdam, Kuyper expresó que “no hay una pulgada cuadrada en todo el campo de la existencia humana sobre la que Cristo, que es Señor sobre todo, no clame ‘¡mío!’”.6

Fue en esta universidad donde Bavinck comienza un nuevo periodo en su vida al ser nombrado como profesor de teología en 1902 —luego de casi dos décadas enseñando en el seminario de Kampen— para así preparar una segunda edición de su Dogmática reformada. Notablemente, durante este periodo visita por segunda vez Estados Unidos (1908) para exponer en las Stone Lectures del viejo Princeton. Ahí expuso sobre la temática de “la filosofía de la revelación”, donde años antes Abraham Kuyper había presentado sus famosas “Conferencias sobre el calvinismo” (1898). Al mismo tiempo, Herman Bavinck continuó siendo un constante predicador mientras seguía involucrado en asuntos sociales a través de su participación política y sus escritos sobre educación, filosofía, ciencia y otras áreas. Luego de participar en un sínodo de su iglesia en 1920, sufre un ataque al corazón. Desde ese momento, su salud se vio debilitada. El 29 de julio de 1921 muere aquel profesor de teología que, a la vez, fuera un pionero en la psicología cristiana, un político involucrado en la reforma educacional (acentuando la educación femenina), un predicador y hombre de ciencia que, en su lecho de muerte, exclamó a uno de sus visitantes el deseo de que, luego de entrar al cielo, pudiera regresar momentáneamente a la tierra “para dar testimonio a todo el pueblo de Dios, e incluso al mundo, de aquella gloria [celestial]”. Sin duda, su teología abarcaba todo el orden creacional porque estaba enraizada y nutrida en la gloria y el conocimiento del Dios trino que experimentamos por fe aquí en la tierra y por visión en el cielo.

DEGEREFORMEERDE DOGMATIEKA DOGMÁTICA REFORMADA

Volviendo un poco más atrás y luego de terminar sus estudios doctorales en 1880 en Leiden, Bavinck acepta el llamado pastoral de una congregación en Franeker en 1881. Un año después es elegido profesor de teología en el seminario teológico de Kampen. Ahí comienza a juntar el material para sus clases que posteriormente servirán para escribir su tratado doctrinal. Desde el comienzo, este proyecto tendrá una naturaleza teológica. Mientras que uno de los profesores de Leiden expresaba que la teología debía ser secularizada, Bavinck expresaba en su discurso de inicio de clases —“La ciencia de la teología sagrada” (1883)— que la teología debía ser teologizada. Con la presuposición de que la teología debía ser teocéntrica, Bavinck enseña dogmática reformada, juntando el material necesario para publicar durante su periodo en Kampen la primera edición de su obra magna en cuatro volúmenes, desde 1895 a 1901. Posteriormente, una segunda edición revisada verá la luz entre 1906 y 1911, durante su periodo como profesor en la Universidad Libre de Ámsterdam.

Desde aquel entonces —y hasta el año 2003—, los estudiantes evangélicos tuvieron acceso a la teología de Bavinck de manera indirecta a través de la teología sistemática de Louis Berkhof (1873-1957). Una rápida mirada a la literatura que Berkhof presenta al final de los capítulos nos muestra que la Gereformeerde dogmatiek de Bavinck fue uno de sus principales recursos. Así, varias generaciones de estudiantes hispanos bebieron indirectamente del destilado bavinckiano ofrecido por Berkhof cuando su teología sistemática fue traducida al español en 1969 por T.E.L.L. Posteriormente, el mundo anglosajón tuvo por primera vez acceso directo a la Dogmática reformada de Herman Bavinck cuando sus cuatro volúmenes fueron traducidos al inglés por John Vriend y editados por John Bolt durante los años 2003 y 2008.7

Si bien la Dogmática reformada (que hasta el día de hoy no ha sido traducida al español en su totalidad de cuatro volúmenes) está dirigida a los pastores, académicos y estudiantes de teología, John Bolt realizó en inglés una condensación de un volumen a partir de los cuatro volúmenes. De esta manera, un público más general tuvo acceso a un destilado más puro y directo de la teología de Bavinck. Hoy, por primera vez, este resumen está disponible para todos aquellos que quieran seguir creciendo en el conocimiento de Dios a través de la lengua castellana.8 Si bien hay varias cosas que podrían ser destacadas en este tratado teológico, quisiera mencionar brevemente tres: su naturaleza teológica, su catolicidad y su conexión con la ética.

TEOLOGÍA TEOLÓGICA

El lector comprenderá inmediatamente a través del capítulo uno la naturaleza teológica de la teología de Herman Bavinck. Lo anterior no presenta una redundancia de palabras, sino la profunda convicción teocéntrica de la esencia de la ciencia sagrada a lo largo de toda su carrera como teólogo. Así, Bavinck es capaz de expresar que la teología dogmática “describe para nosotros a Dios, siempre Dios, de principio a fin: Dios en su ser, Dios en su Creación, Dios contra el pecado, Dios en Cristo, Dios destruyendo toda oposición por medio del Espíritu Santo y guiando a toda la Creación devuelta al objetivo que decretó para ella: la gloria de Su nombre”. Si bien este tratado apuntaba a un público más académico,9 esto no significaba que la teología en general fuera una ciencia árida dirigida solo a unos pocos. Por el contrario, el estudio doctrinal conduce al hombre a adorar a su creador y redentor con toda la mente y el corazón. En sus palabras, “la teología dogmática no es una ciencia aburrida y áspera. Es una teodicea, una doxología de todas las virtudes y las perfecciones de Dios, un himno de adoración y de acción de gracias, un “gloria a Dios en las alturas” (Lucas 2:14). La teología habla de Dios, y debe reflejar un tono doxológico que lo glorifique”.

CATOLICIDAD REFORMADA

El tono teocéntrico no indica una novedad teológica por parte de Bavinck, sino más bien una total dependencia de las Escrituras como el fundamento de la teología que, a la vez, no excluye la obra que el Espíritu Santo ha realizado a lo largo de los siglos al respecto de la sistematización y el desarrollo del dogma cristiano. La verdad evangélica del mensaje cristiano es tan rica que se encuentra en la diversidad y universalidad de la Iglesia de Cristo presentada a lo largo de toda su historia. En otras palabras, Bavinck fue primeramente un teólogo cuya confesionalidad reformada era nutrida por todo cristiano que, de una u otra manera, y en distintos periodos de la historia, proclamaba las verdades Escriturales. Esto es parte de lo que llamamos una catolicidad reformada. Esta actitud católica-evangélica fue también compartida por otros teólogos del siglo XIX, como por ejemplo, el misionero y profesor escocés de la Free Church of Scotland (Iglesia Libre de Escocia), John “Rabbi” Duncan (1796-1870), el cual expresó sabiamente lo siguiente: “Primero soy un cristiano, luego un católico, entonces un calvinista, cuarto un paidobautista y quinto un presbiteriano. Yo no puedo revertir este orden”.10

De esta manera, los credos y confesiones de fe deben ser considerados como uno de los frutos de la promesa de Cristo —las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia— que no pueden ser desechados a la hora del estudio doctrinal. El motivo de esto se debe a que el teólogo confiesa una comunión de los santos que sobrepasa el contexto histórico en el cual él vive. Así, la Dogmática de Bavinck no solamente presenta pie de páginas que refieren a Calvino u otros teólogos de su propia tradición eclesiástica, sino que también presenta citas de los padres de la Iglesia, teólogos medievales y modernos. Cuando esto es considerado, podemos entender por qué Bavinck escribió en el prólogo de la primera edición de su obra magna que “Ireneo, Agustín y Tomás [de Aquino] no pertenecen exclusivamente a Roma; ellos son Padres y Doctores hacia quienes toda la iglesia cristiana tiene obligaciones”.11 En otras palabras, la teología de Bavinck era cristiana, católica y reformada.

Esta catolicidad se basaba en la verdad de Cristo y el amor por la iglesia. Así, el teólogo cristiano considera una total contradicción la realización de los estudios teológicos que dejen fuera tanto el fundamento Escritural como la comunión con los santos. Es por eso que, en el prolegómeno de su obra magna, Bavinck expresa que “un teólogo estará plenamente pertrechado para cumplir su misión si vive en comunión de fe con la Iglesia de Cristo y confiesa la Escritura como el único y suficiente fundamento (principium) del conocimiento de Dios”. Notablemente, el carácter católico y reformado de Bavinck lo llevó a decir que, si bien la tradición cristiana a la que el suscribía era “relativamente la afirmación más pura de la verdad”, su tradición “no era la única y verdadera”.12 En otras palabras, Bavinck fue un calvinista que, debido a que en primer lugar fue un cristiano católico reformado, fue capaz de decir que “el calvinismo no es la única verdad”. Así, vemos un necesario fruto de un sano estudio teológico, un cristianismo humilde. Y, en este caso en particular, un calvinismo humilde. Este aspecto es el resultado de la conexión que encontramos entre dos disciplinas particulares: la dogmática y la ética.

DOGMÁTICA Y ÉTICA REFORMADA

Herman Bavinck no solamente enseñaba dogmática en Kampen, sino también ética. Mientras juntaba el material para escribir su tratado teológico, también lo hacía para sus clases de ética. La clave para un sano estudio teológico se desarrolla cuando consideramos lo que Dios ha hecho por nosotros —dogmática— y cómo nosotros debemos responder en amor sobre la base de la gracia de Dios que obra en nuestras vidas —ética. De esta manera, vemos un eco de lo planteado por Juan Calvino en el comienzo de su Institución de la religión cristiana al respecto de la suma de la verdadera y sólida sabiduría: el conocimiento de Dios y el conocimiento del hombre. En palabras de Bavinck:

La dogmática describe las obras de Dios hechas por, para y en los seres humanos; la ética describe lo que ahora los seres humanos renovados hacen sobre la base de y en la fuerza de aquellas obras divinas. En dogmática los seres humanos son pasivos; reciben y creen. En la ética, ellos mismos son agentes activos. En la dogmática, se tratan los artículos de la fe. En la ética, los preceptos del decálogo [Diez Mandamientos]. En el primero [dogmática], se trata lo que concierne a la fe. En el segundo [ética], lo que concierne al amor, la obediencia y las buenas obras. […] Las dos disciplinas, lejos de enfrentarse como dos entidades independientes, juntas forman un solo sistema; son miembros relacionados de un solo organismo.13

Esta relación orgánica, donde profundizamos en el ser y las obras de Dios para luego responder con todo nuestro ser en amor a Dios y al prójimo, llevó a Bavinck a enseñar en sus clases de ética que “después de todo, el propósito de la ética es que nosotros crezcamos en gracia y [así] no quedarnos en el nivel de la teoría”.14 Esto lo podemos ver reflejado en el desarrollo de una cosmovisión (wereldbeschouwing) que no solamente apuntaba a una “visión del mundo”, sino más bien a una “visión del mundo y de la vida”. De esta manera, la profundización y el desarrollo de una teología y una ética reformada lo llevaron a desarrollar una cosmovisión reformada que desafiaba el pensamiento dualista de su contexto moderno. Al describir la discordia interna de la edad moderna como la “desarmonía entre nuestro pensar y sentir, entre nuestro desear y actuar”, como el “conflicto entre religión y cultura, entre la ciencia y la vida”, Bavinck expresa la necesidad de “una visión-del-mundo-y-vida (wereld- en levensbeschouwing) unificada”15. Así, la dogmática reformada sentó las bases para desarrollar una ética y cosmovisión neo-calvinista que reflejaban que Cristo era el Señor de cada centímetro cuadrado, tanto del universo como también del corazón.

CONCLUSIÓN

La inclusión y el estudio de la versión condensada de la Dogmática reformada de Herman Bavinck por parte de las iglesias y seminarios evangélicos será de gran beneficio tanto para sus pastores como para los miembros en general. El deseo de adquirir una buena formación teológica por parte de distintas denominaciones cristianas puede ser sanamente afirmado si el aspecto teocéntrico, católico y ético son considerados a la hora del estudio y la enseñanza teológica. De esta manera, un tratado como este puede ayudar a la madurez espiritual de los estudiantes calvinistas, como también de aquellos que difieren de la tradición reformada. Por un lado, el aspecto gentil de Bavinck —al interactuar con teólogos de distinta persuasión, reflejado en el esfuerzo por retratar lo más correctamente posible la posición de aquellos con los cuales discrepaba (evitando así los “hombres de paja”)— es algo que debe ser seriamente considerado en los contextos actuales. El uso de las redes sociales no debe ser un medio para quebrantar el noveno mandamiento al levantar falso testimonio contra aquellos que difieren en nuestras convicciones teológicas. Por otro lado, aquellos que suscriben a otra tradición cristiana podrán encontrar en este libro una representación general de la teología reformada que, en distintos grados, ayudará a eliminar las concepciones erradas que a veces se levantan en contextos populares o más académicos bajo el nombre de calvinismo. En resumen, el estudio serio de una dogmática reformada, nos debe llevar a crecer en una sana ética reformada.

Tal como mencioné anteriormente, la propuesta de “recuperación” y “desarrollo” teológico son fundamentales en nuestros distintos contextos eclesiásticos. Herman Bavinck nos invita a considerar la riqueza y humildad teológica al abrazar la obra de Dios a lo largo de los distintos siglos. Sin embargo, esta invitación no es una mera repristinación del pasado, sino que también involucra algo más: progreso teológico. Al considerar y abrazar estos principios teológicos, podemos hablar de la teología como una ciencia que no es conservadurista ni progresista, sino más bien de una sagrada ciencia que progresa sobre la base del precioso tesoro que conserva: la gloria de Dios en y por sobre todas las cosas. En palabras de Bavinck, “al honrar el pasado, [la teología] construye sobre el fundamento que ha sido puesto hasta que esté completa y haya alcanzado su meta final. Por lo tanto, la teología no se detiene en Calcedonia ni en Dort”.16 De esta manera, la teología cristiana reformada va creciendo y desarrollándose hasta llevar todas las cosas al fin último que es Dios mismo. La vitalidad de la teología evangélica está directamente relacionada con la recuperación de la teología cristiana clásica junto con su desarrollo y contextualización para el día de hoy.

Finalmente, para lograr esto es necesario reconocer la profunda dependencia de la persona y obra del Espíritu Santo. Los efectos transformacionales y santificadores del Pentecostés son absolutamente necesarios a la hora de enseñar o estudiar teología. Así, una buena teología está íntimamente ligada a una buena pneumatología. Abraham Kuyper, como representante de un neo-calvinismo holístico y experiencial terminó de esta manera sus “Conferencias sobre el calvinismo”:

A menos que Dios envíe su Espíritu, no habrá ningún cambio. […] Pero ustedes recuerdan el Arpa Eólica que a los hombres les gustaba poner fuera de sus ventanas para que la brisa pudiera convertir la música en vida. Hasta que el viento soplaba, el arpa permanecía en silencio; mientras que, nuevamente, a pesar de que el viento soplaba, si el arpa no se hallaba lista, un susurro del viento podía oírse, pero ni una nota de música etérea deleitaba el oído. Ahora bien, puede que el calvinismo no sea otra cosa sino un arpa eólica —absolutamente impotente, por así decirlo, sin el avivamiento del Espíritu de Dios—, pero aún sentimos que es nuestro deber impuesto por Dios preservar nuestra arpa y sus cuerdas entonadas correctamente, lista en la ventana de la Sion Santa de Dios, esperando el aliento del Espíritu.17

Así también, Bavinck planteó que “no hay teólogo, sino aquel que es enseñado por Él [Espíritu Santo]; no hay teología, sino aquella que es instruida por Él [Espíritu Santo]”.18 En otras palabras, la teología cristiana, y en este caso, de tradición reformada, no solamente debe considerar la adquisición de un buen libro teológico, sino que, por sobre todo, debe orar y trabajar para ser enseñada por el Espíritu Santo en el contexto del pacto de gracia. De esta manera, nuestras teologías y éticas serán más trinitarias al ser diariamente transformados por el Espíritu Santo al contemplar la persona y obra de Cristo quien, al mismo tiempo, nos lleva a glorificar al Padre en todo el orden creacional a través de nuestras vocaciones y así, adorar al único Dios vivo y verdadero.

Soli Deo Gloria

Israel Guerrero Leiva

Edimburgo, Escocia20 de julio, 2022

1. Para esta introducción, utilicé la siguiente bibliografía: James Eglinton, Bavinck: A Critical Biography (Grand Rapids: Baker Academic, 2020); Trinity and Organism. Towards a New Reading of Herman Bavinck’s Organic Motif (London; Bloomsbury T&T Clark, 2012); Herman Bavinck, Reformed Dogmatics. Vol I—IV, traducido por John Vriend y editado por John Bolt (Grand Rapids: Baker Academic, 2003—2008); Christian Worldview (Wheaton: Crossway, 2019). A menos que se indique lo contrario, las citas de la Dogmática reformada de Herman Bavinck corresponden a la versión de este libro. En caso contrario, son traducciones propias del holandés o el inglés a partir de la literatura mencionada previamente u otras fuentes.

2. Ver Joel Beeke, “The Dutch Second Reformation (Nadere Reformatie)”, en Calvin Theological Journal 28 (1993).

3. Calvino, como también los teólogos escolásticos reformados de la Nadere Reformatie abogaban por la unión entre la doctrina y la vida. De hecho, para Herman Bavinck, “la vida y doctrina eran una en [Calvino]”. Ver Herman Bavinck, Calvin and Common Grace, traducido por su amigo Geerhardus Vos (1862-1949).

4. En este contexto ocurre la Secesión de 1834 (Afscheiding).

5. Posteriormente, Bavinck escribirá un libro devocional al respecto de la piedad del cristiano al participar de la Santa Cena. Herman Bavinck, De offerande des lofs: overdenkingen vóór en na de toelating tot het heilige avondmaal (Gravenhage: Fred. H. Verschoor, 1901). Actualmente, este libro se está traduciendo al español y lleva por título El sacrificio de la alabanza: meditaciones antes y después de la admisión a la Santa Cena.

6. Ver la traducción de este discurso en la página web: http://estudiosevangelicos.org/soberania-de-las-esferas/

7. El primer volumen de la Dogmática reformada de Herman Bavinck trata sobre el “prolegómeno”, el segundo sobre “Dios y la creación” (con capítulos), el tercero sobre “el pecado y la salvación en Cristo” y el cuarto sobre “el Espíritu Santo, la Iglesia y la nueva creación”. Al considerar la segunda edición, el volumen I contiene 22 capítulos; el volumen II, 17 capítulos; el tercer volumen, 9 capítulos; y, finalmente, el cuarto volumen contiene 14 capítulos. Es importante mencionar que, en 1951, William Hendriksen realizó una traducción al inglés de la sección sobre “la doctrina de Dios” del segundo volumen de la Gereformeerde dogmatiek.

8. Es importante mencionar que la condensación realizada por John Bolt en un volumen no corresponde a Magnalia Dei: Onderwijzing in de Christelijke Religion naar Gereformeerde Belijdenis (“Las maravillosas obras de Dios: Instrucción en la religión cristiana de acuerdo con la confesión reformada”) que fue traducida al inglés por Henry Zylstra en 1956. La traducción al español de la versión condensada por John Bolt llega a tiempo para introducir la dogmática reformada de Bavinck (que, con sus cuatro volúmenes, presenta una mayor profundidad académica) a un público más general.

9. Dentro de las obras de Herman Bavinck, podemos encontrar varios escritos dirigidos a un rango más amplio de personas, incluyendo algunos de carácter más devocional (El sacrificio de la alabanza) o para el crecimiento intelectual y espiritual de los cristianos (De Zekerheid des geloofs o La certeza de la fe).

10. John Duncan, Colloquia Peripatetica (Deep-sea soundings) (Edinburgh: Edmonston & Douglas, 1871), 8.

11. Herman Bavinck, Gereformeerde dogmatiek Eerste deel. Inleiding-Principia (Kampen: J.H Bos., 1895), iii.

12. Ibid, iv.

13. Herman Bavinck, Reformed Dogmatics, Vol. I, 58.

14. Herman Bavinck, Gereformeerde ethiek [ética reformada], editado por Dirk van Keulen (Utrechtm KokBoekencentrum, 2019), 42.

15. Herman Bavinck, Christelijke wereldbeschouwing: rede bij de overdracht van het rectoraat aan de Vrije Universiteit te Amsterdam op 20 october 1904 (Kampen: J. H. Bos, 1904), 6.

16. Ver On Theology: Herman Bavinck’s Academic Orations. Editado y traducido por Bruce R. Pass (Leiden: Brill, 2020) 57.

17. Abraham Kuyper, Conferencias sobre el calvinismo (Guadalupe, Costa Rica: Editorial CLIR), 248.

18. On Theology: Herman Bavinck’s Academic Orations, 36.

PRÓLOGOMIGUEL NÚÑEZ

La obra que tienes en tus manos llega a nuestras iglesias en el momento preciso, ya que la iglesia en el mundo hispanohablante se encuentra en un despertar que la está llevando a madurar su teología y su entendimiento de cómo esa teología debe derivar en una cosmovisión que se traduzca, a su vez, en un estilo de vida fruto de un carácter cristiano y que nos lleve a un comportamiento ético en la sociedad. Es precisamente esa realidad la que me hace pensar que la Dogmática Reformada de Herman Bavinck constituye un gran aporte para profundizar el pensamiento teológico del movimiento cristiano. Lo que acabo de mencionar es precisamente la forma como este gran teólogo holandés concebía la teología y la vida cristiana.

Probablemente, en el mundo hispanohablante muchos no estén familiarizados con la vida y obra de Herman Bavinck (1854-1921), ni como pensador, ni como teólogo de la tradición reformada. Su importancia es tal que J. I. Packer escribió, como endoso de su teología completa en 4 volúmenes, lo siguiente: “Al igual que Agustín, Calvino y Edwards, Bavink fue un hombre con una mente gigante, de vasto conocimiento, de sabiduría incalculable y de gran capacidad expositiva”. Esas son palabras mayores, sobre todo cuando vienen de otro teólogo de tanto peso.

En su tiempo, Bavinck fue considerado como una de las mentes más privilegiadas, distinguiéndose no solo por su brillantez intelectual, sino también por su humildad, que le permitió interactuar con aquellos que diferían de él, siempre con respeto y representando sus ideas en el debate de manera balanceada y justa. De hecho, supo sostener amistades de calidad con pensadores y teólogos de otras tradiciones religiosas sin nunca comprometer la ortodoxia de la fe cristiana. Eso habla de su seguridad en Cristo, no sacudida por lo que otros pudieran pensar, ni tampoco molestada por ideas contrarias a sus convicciones. Su conocimiento de las Escrituras, su discernimiento espiritual, pero especialmente su entendimiento del Dios Trino sostuvieron su fe y su caminar de manera íntegra. Su actitud ante sus opositores es digna de imitar y sirve de espejo al espíritu contencioso de nuestros días dentro y fuera de la iglesia de Cristo.

Como profesor, se distinguió en la cátedra de teología de la Universidad Libre de Ámsterdam, fundada por Abraham Kuyper, a quien sustituyó en la enseñanza teológica cuando este último decidió dedicarse a otros asuntos también de peso, según su llamado.

Aunque la influencia de Bavinck fue sentida mayormente en Holanda, en una ocasión tuvo la oportunidad de viajar a Toronto para dirigirse a un grupo de iglesias reformadas de tradición presbiteriana (1892) y pudo viajar también a Estados Unidos más de una vez, reuniéndose en su primer viaje a aquella nación con el Dr. B. B. Warfield, famoso profesor del Seminario Teológico de Princeton. Posteriormente, tuvo como discípulo al Dr. Louis Berkhof, muy conocido por su famosa teología reformada, quien llegó a ser el presidente del Seminario Teológico de Calvino por casi 20 años. Todo lo anterior habla mucho de la influencia de Herman Bavinck, de su convencimiento acerca de la teología reformada y de cuánto debemos a su legado.

El año pasado (2021) se cumplió el primer centenario de su muerte y apenas un año después está saliendo a la luz en español su obra teológica, la Dogmática Reformada de un solo volumen, que resume magistralmente su obra aún mayor de 4 volúmenes, que lleva el mismo nombre. Un siglo ha transcurrido desde su muerte; el tiempo, en vez de enterrar su influencia, ha traído más bien un redescubrimiento de la importancia del pensamiento de Herman Bavinck.

La teología de este pilar de la historia reformada estuvo siempre arraigada en la palabra de Dios, la cual supo analizar con especial discernimiento para brindar una teología trinitaria que tuviera aplicación para toda la vida del creyente, hasta el punto de desarrollar una versión ortodoxa de la ética cristiana, así como una visión bíblica del mundo y de la vida.

Esta cosmovisión reformada fue ofrecida por el movimiento neo-calvinista de Holanda, iniciado por Abraham Kuyper, al cual se unió también Herman Bavinck. Este movimiento representó una oposición a las influencias modernistas de Holanda provenientes de la Revolución Francesa. Mas que cualquier otra cosa, Bavinck, al igual que Calvino, deseaba y enseñaba la necesidad de vivir para la gloria de Dios en todos los aspectos de la vida.

Al mismo tiempo, sus escritos revelan que no solo conoció la doctrina bíblica, sino también las discusiones que estas doctrinas habían originado a lo largo de los diferentes períodos de la historia de la iglesia. Bavinck escudriñó la Biblia y enseñó teología como un teólogo; pero analizó la influencia del movimiento de la Iluminación (conocido en inglés como Enlightenment) y sus postulados con una mente científica para contrarrestar su impacto.

Para mí es de mucha satisfacción introducir esta obra con las más altas recomendaciones, dado el peso de la contribución teológica de este titán de la fe. De hecho, es más bien un privilegio el que se me haya pedido escribir este Prólogo. Quiera Dios usar esta obra para su gloria y para profundizar el ministerio pastoral y la vida de fe de todo lector de esta gran teología resumida en un solo volumen, lo cual facilita grandemente su comprensión.

Soli Deo Gloria

Miguel Núñez, MD, Dmin.

Pastor Titular Iglesia Bautista Internacional y

Presidente Fundador, Ministerio Integridad y Sabiduría

ABREVIATURAS

GENERALES Y BIBLIOGRÁFICAS

ANF:

The Ante-Nicene Fathers

. Editado por Alexander Roberts y James Donaldson. 10 vols. Nueva York: Christian Literature, 1885–96. Reimpresión, Grand Rapids: Eerdmans, 1950–51.

CR:

Corpus reformatorum

. Edited by C. G. Bretschneider, H. E. Bindseil, et al. 101 vols. Halle a. Salle and Brunsvigae: Schwetschke, 1834–1959.

DB:

Dictionary of the Bible

. Editado por James Hastings. 5 vols. Nueva York: C. Scribner Sons, 1898–1904.

DC:

A Dictionary of Christ and the Gospels

. Editado por James Hastings. 2 vols. Nueva York: C. Scribner Sons, 1906–8.

Eng.:

versificación inglesa cuando difiere del MT o de la LXX.

ET:

traducción inglesa.

ss.:

y versículo(s) siguiente(s).

KJV:

versión King James.

LXX:

Septuaginta (traducción griega del Antiguo Testamento).

marg.:

lectura al margen; traducción alternativa.

MT:

texto masorético (hebreo) del Antiguo Testamento.

NIV/NVI:

New International Version, Nueva Versión Internacional.

NPNF (1):

A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church

. Editado por Philip Schaff. 1ª serie. 14 vols. Nueva York: Christian Literature, 1887–1900. Reimpresión, Grand Rapids: Eerdmans, 1956.

NPNF (2):

A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church

. Editado por Philip Schaff y Henry Wace. 2ª serie. 14 vols. Nueva York: Christian Literature, 1890–1900. Reimpresión, Grand Rapids: Eerdmans, 1952.

NRSV:

New Revised Standard Version.

PG:

Patrologiae cursus completus: Series graeca

. Editado por J.-P. Migne. 161 vols. París: Migne, 1857–66.

PL:

Patrologiae cursus completus: Series latina

. Editado por J.-P. Migne. 221 vols. París: Migne, 1844–65.

pl.:

plural.

PRE

1

:

Realencyklopädie für protestantische Theologie und Kirche

. Editado por J. J. Herzog. 1ª ed. 22 vols. Hamburgo: R. Besser, 1854–68.

PRE

2

:

Realencyklopädie für protestantische Theologie und Kirche

. Editado por J. J. Herzog y G. L. Plitt. 2ª ed. rev. 18 vols. Leipzig: J. C. Hinrichs, 1877–88.

PRE

3

:

Realencyklopädie

für

protestantische Theologie und Kirche

. Editada por Albert Hauck. 3ª ed. rev. 24 vols. Leipzig: J. C. Hinrichs, 1896–1913.

RSV:

Revised Standard Version.

sing.:

singular.

v./vv.:

versículo/versículos.

Vulg.:

Vulgata (traducción latina de la Biblia).

ANTIGUO TESTAMENTO

Gn. Génesis

Éx. Éxodo

Is. Isaías

Lv. Levítico

Jer. Jeremías

Nm. Números

Lm. Lamentaciones

Dt. Deuteronomio

Ez. Ezequiel

Jos. Josué

Dn. Daniel

Jue. Jueces

Os. Oseas

Rut Rut

Jl. Joel

1–2 S. 1–2 Samuel

Am. Amós

1–2 R.  1–2 Reyes

Abd. Abdías

1–2 Cr. 1–2 Crónicas

Jon. Jonás

Esd. Esdras

Mi. Miqueas

Neh. Nehemías

Nah. Nahúm

Est. Ester

Hab. Habacuc

Job Job

Sof. Sofonías

Sal. Salmos

Hag. Hageo

Pr. Proverbios

Zac. Zacarías

Ecl. Eclesiastés

Mal. Malaquías

Cant. Cantar de los Cantares

APÓCRIFOS VETEROTESTAMENTARIOS

Bar. Baruc

1–2 Esd. 1–2 Esdras

Sir. Sirac

1–4 Mac. 1–4 Macabeos

Tob. Tobías

Sab. Sabiduría de Salomón

NUEVO TESTAMENTO

Mt. Mateo

Mr.  Marcos

1–2 Ts. 1–2 Tesalonicenses

Lc.  Lucas

1–2 Ti. 1–2 Timoteo

Jn. Juan

Tit.  Tito

Hch. Hechos

Flm. Filemón

Ro. Romanos

He. Hebreos

1–2 Co. 1–2 Corintios

Stg. Santiago

Gá. Gálatas

1–2 P. 1–2 Pedro

Ef. Efesios

1–3 Jn.  1–3 Juan

Fil. Filipenses

Jud.  Judas

Col. Colosenses

Ap. Apocalipsis

OTROS ESCRITOS ANTIGUOS

2 Bar. 2 (Apocalipsis de) Baruc

Bern. Bernabé

1–2 Clem. 1–2 Clemente

Did. Didaché

Diogn. A Diogneto

Herm. Mand. Pastor de Hermas, Mandatos

Herm. Sim. Pastor de Hermas, Similitudes

Herm. Vis. Pastor de Hermas, Visiones

Ign. Eph. Ignacio de Antioquía, Carta a los efesios

Ign. Magn. Ignacio de Antioquía, Carta a los magnesios

Ign. Fil. Ignacio de Antioquía, Carta a los filadelfianos

Ign. Rom. Ignacio de Antioquía, Carta a los romanos

Ign. Smyrn. Ignacio de Antioquía, Carta a los esmirniotas

Ign. Tral. Ignacio de Antioquía, Carta a los tralianos

Pol. Fil. Policarpo, Carta a los filipenses

PRIMERA PARTE:PROLEGÓMENOS

INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA DOGMÁTICA

1.LA TEOLOGÍA DOGMÁTICA COMO CIENCIA

2.LA HISTORIA Y LA LITERATURA DE LA TEOLOGÍA DOGMÁTICA

3.FUNDAMENTOS DE LA TEOLOGÍA DOGMÁTICA

4.LA REVELACIÓN

5.LAS SAGRADAS ESCRITURAS

6.LA FE

1. LA TEOLOGÍA DOGMÁTICACOMO CIENCIA

TERMINOLOGÍA

[1] A lo largo de la historia de la Iglesia, los teólogos han empleado distintos términos para describir el estudio ordenado de la fe cristiana y el resumen de su contenido verídico.1 Muchos teólogos protestantes del periodo inmediatamente posterior a la Reforma comenzaron a seguir los Loci communes (“Lugares comunes”) del luterano Felipe Melanchtón para designar los diversos temas de la teología con el nombre de loci.2 Este término, una traducción del griego τοποι, procede de escritores clásicos como Cicerón, quien lo aplicaba a las reglas o lugares generales en los que un retórico podría encontrar los argumentos necesarios a la hora de tratar un tema dado. En otras palabras, los loci eran las bases de datos, los textos de prueba que utilizaban los debatientes como fuentes del material con el que respaldar sus argumentos. Para los teólogos que deseaban servir a la Iglesia, los loci eran los lugares donde podían buscar las aseveraciones de la Escritura sobre un tema concreto.

Cuando Melanchtón escribió sus Loci communes, la primera gran obra de la teología evangélica reformada, comentaba en ella las Sentencias de Pedro Lombardo y la epístola a los Romanos del apóstol Pablo. El resultado final fue un esbozo de las verdades principales de la fe cristiana tal como se enseñan en la Escritura, distribuidas en una serie de rúbricas o categorías básicas como Dios, la Creación, el pecado, la ley, la gracia, la fe, la esperanza, el amor y la predestinación. Su objetivo era instruir a los fieles sobre las enseñanzas de la Biblia.

Con el paso del tiempo, a medida que las posteriores generaciones de teólogos quisieron disponer de un tratamiento más sistemático de las verdades de la fe, el término loci cayó en desgracia, mientras aumentaba el uso del término theologia. Sin embargo, por sí solo, theologia no hacía justicia a los distintos tipos de literatura que servían a la Iglesia, y se añadieron calificadores como “didáctica”, “sistemática”, “teórica” o “positiva”, para distinguir esos vistazos sumarios de la enseñanza de la ética bíblica o la teología “moral”, así como de la teología “práctica” o pastoral. Al final, se añadió el término “dogmática” para describir este tipo concreto de theologia.3 “Dogmática” tiene la ventaja de arraigar semejante estudio en las enseñanzas normativas o dogmas de la Iglesia. Los dogmas son verdades expresadas en la Escritura como hechos que cabe creer. Aunque una verdad confesada por la Iglesia no es un dogma porque esta lo reconozca, sino solamente porque descansa sobre la autoridad de Dios, el dogma religioso es siempre una combinación de autoridad divina y confesión eclesial. Los dogmas son verdades reconocidas por un grupo determinado, aunque la enseñanza de la Iglesia no debe identificarse jamás con la propia verdad divina.

[2] La palabra dogma, del griego dokein (“ser de la opinión”) denota lo que es definido, lo que se ha decidido, y por consiguiente está fijo. Así, los Padres de la Iglesia hablan de la religión o doctrina cristiana como el dogma divino; de la encarnación de Cristo como el dogma de la teología; de las verdades de la fe que tienen autoridad en y para la Iglesia como los dogmas de la Iglesia, etc. Aquí se incluyen verdades doctrinales y normas para la vida cristiana que están establecidas, y no quedan abiertas a la duda. Según las distintas autoridades, hay una disparidad de dogmas. El dogma político descansa en la autoridad del gobierno civil, mientras que los dogmas filosóficos extraen su autoridad de la evidencia o de la argumentación. Como contraste, los dogmas religiosos o teológicos deben su autoridad exclusivamente a un testimonio divino, tanto si este es percibido, como entre los paganos, partiendo de un oráculo, como si lo es entre los cristianos protestantes, que parten de la Escritura o, entre los católicos romanos, del magisterio de la Iglesia. La tradición reformada no admite otra verdad que la que se desprende de la autoridad de Dios en las Sagradas Escrituras. “La Palabra de Dios cimienta los artículos de la fe, y más allá de ella no hay nadie, ni siquiera un ángel”.4 Los dogmas, los artículos de fe, son solo aquellas verdades que “se exponen adecuadamente en la Escritura como cosas que hay que creer”.5 Por consiguiente, entre los teólogos reformados, el principio del que se destilan todos los dogmas teológicos es: Deus dixit, “Dios lo ha dicho”.