Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Clara Coria, siempre pendiente de las actitudes y conductas que inciden de forma negativa en nuestras vidas, pone en esta oportunidad su mirada crítica en la reflexión de un aspecto que, por su presencia habitual en la vida cotidiana, pasa muchas veces desapercibido o no le atribuimos la importancia y significación que tiene: la queja. ¿Somos conscientes de la cantidad de veces que nos quejamos en nuestra vida diaria? En diálogo con esa dama tan particular que es «Doña Queja», Clara nos va lleva, paso a paso, a visualizar y a identificar las causas y las raíces de aquello que «siempre es culpa del otro» y que, en el fondo, constituye un desahogo inútil y frustrante.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 52
Veröffentlichungsjahr: 2025
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
ANDROGINIAS 21
Créditos
Título original:
Doña Queja, una dama muy particular
© Clara Coria, 2022
© De esta edición: Pensódromo SL, 2022
Disseny de coberta:
Cristina Martínez Balmaceda - Pensódromo
Editor: Henry Odell — [email protected]
ISBN ebook: 979-13-879700-0-0
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Prólogo del editor
Prólogo de la autora
Introducción
Atractivos y misterios de letanía
Encubrimientos, ilusiones y otras yerbas
Señales de alarma
Epílogo
A Rocío, por el amor que compartimosy su entrañable capacidadpara arrancarle secretos a la vida.
Quiero agradecer muy especialmente a quienes me siguen acompañando sin renunciar a continuar la búsqueda de las estructuras más saludables y satisfactorias en el vínculo con doña Queja. A Lucía Toufeksian, Liliana Nientzoff, Analía Rial Montero, Cecilia Reynolds, Sandra Ippolito y Adriana Tedesco, incluyendo también a quienes, en otros momentos, también participaron en los talleres.
Una de las mayores satisfacciones en el abordaje de este tema fue disfrutar de la tarea conjunta de quienes participaron de los talleres ofreciendo sus anécdotas, emociones y creencias con enorme respeto por las diferencias; respeto que conformó un ámbito de confianza recíproca que nos permitió transitar los sinuosos fondos de la queja sin malestares. Fuimos despejando los obstáculos hasta con divertimento e incluso abriendo espacios para pensar en estrategias saludables que nos liberaran de los comportamientos quejosos.
Muy feliz de todo lo compartido....
Es con sumo placer que publicamos un nuevo ensayo de Clara Coria, asidua autora de nuestra editorial.
Clara, siempre pendiente de las actitudes y conductas que inciden de forma negativa en nuestras vidas, pone en esta oportunidad su mirada crítica en la reflexión de un aspecto que, por su presencia habitual en la vida cotidiana, pasa muchas veces desapercibido o no le atribuimos la importancia y significación que tiene: la queja. ¿Somos conscientes de la cantidad de veces que nos quejamos en nuestra vida diaria?
Con un estilo ameno, pero no por ello menos profundo, Clara va desentrañando, en base a la reflexión colectiva que ella aplica en sus talleres de reflexión, cómo la queja constituye una verdadera señal de alarma que implica un desgaste emocional, una vía de escape que expresa desagrado, reproche y autorreproche, reclamo y demanda, también victimización y/o autocompasión; en suma, una sensación de malestar y frustración que implica un enorme inversión de energía.
En diálogo con esa dama tan particular que es «Doña Queja» nos va lleva, paso a paso, a visualizar y a identificar las causas y las raíces de aquello que «siempre es culpa del otro» y que, en el fondo, constituye un desahogo inútil y frustrante.
Reflexión que ofrece herramientas para despojarse de esas actitudes agotadoras y reinvertir esas energías espacios mucho más disfrutables. Un tema este que, como muchos otros, apunta con profundidad a conductas que las mujeres —y también los hombres, claro— tienen interiorizadas y que son parte de ese modelo patriarcal que, a pesar de los muchos progresos, sigue imperante.
Henry Odell, octubre de 2022
Es posible que algunos se pregunten qué es lo que pudo haberme llevado a elegir la queja como tema de investigación. Era un tema que, en principio, no formaba parte de mis proyectos, hasta que tuve la intuición de que encubría misterios en los que nunca me había puesto a pensar. Y al hacerlo, caí en la cuenta de que en distintos momentos de la vida, yo misma había quedado atrapada, sin tener conciencia de ello, en actitudes quejosas conmigo misma que no había reconocido como tales. Aun cuando dichas quejas contaban con justificaciones respetables —y hasta comprobables— eso no alcanzaba para resolver lo que me incomodaba y me hacía sufrir, además de comprometer gran parte de mis energías en algo tan poco gratificante. Fue entonces cuando decidí lanzarme a la aventura de abordar el personaje de «doña Queja». Sentía que era como si fuera a desafiar el Himalaya porque empezaba a tener conciencia de que las quejas estaban al servicio de encubrir mucho más de lo que pretendían denunciar. Esa suposición azuzó mi espíritu aventurero y decidí aceptar el desafío. La suerte se puso de mi lado cuando al exponer mi propuesta, algunas mujeres estuvieron dispuestas a participar del primer Taller de Reflexión sobre este tema y acompañarme en el inicio de semejante aventura.
En el momento de comenzar a escribir este libro, en enero del 2020, estaba transitando lo que he dado en llamar «mi tercera juventud». Coincidió con tiempos convulsionados en nuestro planeta que conjugó cambios climáticos impensables, luchas de poder por doquier, descubrimientos insospechados en el espacio cósmico y un desarrollo tecnológico de imprevisibles consecuencias. Alguien podría pensar que ocuparse de doña Queja, en ese momento histórico, era perder el tiempo con algo insignificante. Pero, en realidad, nuestro derrotero por la vida está marcado por una infinidad de supuestas insignificancias que son las que imprimen los colores y las oscuridades de nuestro andar. Y doña Queja no es la menos efectiva cuando se trata de ensombrecer los disfrutes.
Sigo apasionada, como lo estuve en los últimos cuarenta años, por desentrañar algunos de los obstáculos que impiden transitar la vida con mayor paridad y sentido solidario. Mis inicios en esta senda estuvieron signados por la necesidad de desentrañar los encubrimientos del modelo patriarcal que sigue afectando nuestras vidas con su imposición de jerarquías y dominio. Hasta ahora he aportado a los temas de género todo lo que me ha sido posible, pero sigue faltando mucho para correr los velos profundos que ocultan la presencia de ese modelo en las subjetividades de las nuevas generaciones. Paridad y respeto entre los géneros son aún espacios por conquistar.
Padezco de la irresistible tentación de zambullirme en profundidades y no he podido resistirme ante la queja. Es por eso por lo que mi pretensión en esta «tercera juventud» es lanzarme a su abordaje, esperando aportar