El arte de educar jugando - Silvia Álava - E-Book

El arte de educar jugando E-Book

Silvia Álava

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Si tienes este libro en tus manos, ¡enhorabuena! El arte de educar jugando, dos conceptos, educar y jugar, comentados con ejemplos por 14 especialistas en diversas temáticas. Ya seas padre, madre o docente, lo importante es que eres consciente de que has iniciado un viaje apasionante y a la vez de gran importancia y responsabilidad: ocuparte de la educación de uno o varios niños. Como habrás oído en multitud de ocasiones, es un proceso precioso, pero no exento de dudas, momentos difíciles y cierta incertidumbre; ¿estoy haciendo lo correcto? ¿hay una forma más fácil de conseguir los resultados esperados? ¿estoy dándole a mis hijos o alumnos lo que necesita? Es normal sentir inseguridad y es bueno admitirlo, ya que es lo que nos anima a buscar respuestas y a mejorar. A lo largo de este libro iremos abordando varias temáticas que entendemos primordiales en la educación de los niños de hoy en día; por ejemplo, cómo estimular su atención y su inteligencia; cómo trabajar la seguridad y la autoestima; cómo promover una correcta educación afectivo-sexual; cómo enseñarle a cuidar de su cuerpo o qué pautas debemos de seguir para introducir las nuevas tecnologías, entre otras muchas cuestiones. Cada capítulo ha sido escrito por un psicólogo diferente, experto en el tema, que nos va sugiriendo cómo hacerlo, con juegos y dinámicas con las que además de pasar un divertido tiempo en familia, trabajaremos áreas que son fundamentales en el correcto desarrollo de los menores. Esperamos que el viaje a lo largo de estas páginas sea de gran ayuda y, sobre todo, muy fructífero.

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Primera edición, mayo 2021

© Silvia Álava Sordo, Nicolás Sánchez Álvarez, Carolina Cárcamo Vergara, Aroa Caminero Ruiz, Raquel Prieto Elipe, Isabel Quesada San José, María Rosa del Rincón García, Tatiana Fernández Marcos, Manuel Gámez Guadix, Estibaliz Mateos Pérez, Bárbara Martín Martí, Sara Ríos Gil, Lucía Boto Pérez, Gema Valenzuela Simón y Margarita Montes Arribas, 2021

© Actitud de Comunicación, 2021

Calle del Buen Suceso, 32. Entreplanta izda.

28008 Madrid

www.actitud.es

© JdeJ Editores, 2021

Sauces 7, chalet 8. Montepríncipe

28660 - Boadilla del Monte, (Madrid)

www.jdejeditores.com

Editor: Javier de Juan y Peñalosa, Marga González Casado y Malú Aragonés

Diseño: Marta Vega

Preimpresión: Safekat

ISBN: 9788412361681

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN: «¿Lo estaré haciendo bien? ¿Le doy a mis hijos lo que necesitan?»

Quiero mejorar mi papel como madre o padre, pero ¡no tengo tiempo!

«Si yo lo que quiero es ¡que mi hijo sea feliz!»

Capítulo 1. ESTIMULA SU CEREBRO

¿Por qué estimular el cerebro de los niños?

El cerebro en los niños de 0 a 3 años

El cerebro en los niños de 3 a 6 años

El cerebro en los niños de 6 a 9 años

El cerebro en los niños de 9 a 12 años

Recuerda que…

Capítulo 2. CONSIGUE QUE PRESTEN ATENCIÓN

¿Qué es prestar atención?

¿Por qué es importante mejorar la capacidad para prestar atención?

Ejercicios, actividades y juegos para mejorar la capacidad de prestar atención

Recuerda que…

Capítulo 3. DESARROLLA SU INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SU AUTOCONTROL

Identificación y reconocimiento emocional

¿Qué son las emociones?

La importancia de aprender a identificar y reconocer las emociones

Ejercicios y actividades para aprender a identificar y reconocer las emociones

Recuerda que…

Autocontrol y la regulación emocional. ¿Qué son el autocontrol emocional y la regulación de emociones?

Pero, antes, ¿por qué es importante que los niños desarrollen el autocontrol emocional?

En qué momento deberemos enseñar cada habilidad de autocontrol

Ejercicios divididos por edades

Recuerda que…

Capítulo 4. YO SOLITO. Fomentando su autonomía

¿Qué entendemos por autonomía?

La otra cara de la moneda: la sobreprotección

¿Cómo empieza la sobreprotección?

¿Por qué es importante dar autonomía?

Ejercicios y actividades para fomentar la autonomía

Recuerda que…

Capítulo 5. ENSÉÑALE A PENSAR POR SÍ MISMO. Desarrolla su pensamiento crítico y la toma de decisiones

¿Por qué es importante?

Preguntar en lugar de sermonear

Escucha en espejo

Centrarnos en la solución y no en el problema

Pensamiento crítico, creatividad y pensamiento divergente

¿Qué es necesario para que desarrollen un sentido crítico y creativo?

Recuerda que…

Capítulo 6. FOMENTAR SU AUTOESTIMA

¿Qué es la autoestima?

Ser amable con uno mismo. La autocompasión

Ejercicios y actividades para fomentar la autoestima

Recuerda que…

Capítulo 7. ME RELACIONO CON LOS DEMÁS. Entrenando las habilidades sociales

¿Qué son las habilidades sociales?

Habilidades sociales básicas

Habilidades sociales complejas

¿Por qué es importante trabajar las habilidades sociales?

¿Cuándo es importante trabajar las habilidades sociales?

Recuerda que…

Capítulo 8. APRENDIENDO A PERDONAR

¿Qué es el perdón?

¿Por qué debemos enseñarles a pedir perdón?

¿Cómo enseñar a pedir perdón?

Cuándo no se debe pedir perdón

¿Cuándo desarrollar la capacidad de perdonar?

Recuerda que…

Capítulo 9. APRENDER A DAR LAS GRACIAS

¿Qué es el agradecimiento?

¿Por qué debemos practicar el agradecimiento?

¿Cuándo se puede practicar el agradecimiento?

Recuerda que…

Capítulo 10. VENCER LOS MIEDOS DEL DÍA A DÍA

El miedo ¿de qué se trata?

¿Por qué es importante conocer los miedos de nuestros hijos?

¿Cómo ayudar a nuestros hijos cuando tienen miedo?

Recuerda que…

Capítulo 11. MI CUERPO ES MÍO

¿Qué es la educación afectivo-sexual?

¿Por qué debemos hacer educación afectivo-sexual?

¿Cuándo hacer la educación afectivo-sexual?

Actividades específicas de prevención de abuso

Recuerda que…

Capítulo 12. FOMENTANDO EL BUEN USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

¿Qué es el buen uso de Internet y los smartphones?

¿Por qué es importante aprender a usar Internet de manera positiva?

¿Cuándo educar sobre el buen uso de Internet y los smart-phones?

Recuerda que…

Capítulo 13. EDUCANDO EN IGUALDAD DE GÉNERO

¿Qué es igualdad de género?

¿Por qué es importante la igualdad de género?

¿Quién es responsable de la igualdad de género?

¿Por qué niños y niñas actúan diferente?

Igualdad de género en la vestimenta

Igualdad de género en los deberes del hogar

Igualdad de género en educación

Igualdad de género en la política

Recuerda que…

Capítulo 14. «MENS SANA IN CORPORE SANO»: ¿CÓMO TRABAJAR HÁBITOS SALUDABLES?

¿Qué son los hábitos saludables?

¿Por qué es importante fomentar unos hábitos de vida saludables?

El sueño

Higiene

Deporte

Nutrición

Hidratación

Recuerda que…

AUTORES Y AUTORAS

Introducción:

«¿LO ESTARÉ HACIENDO BIEN? ¿LE DOY A MIS HIJOS LO QUE NECESITAN?»

 

Si tienes este libro en tus manos, ¡enhorabuena! No importa si eres padre, madre, maestro o maestra; lo que cuenta es que eres consciente de que has iniciado un viaje apasionante, de gran importancia y responsabilidad: ocuparte de la educación de tus hijos. Como ya habrás oído en multitud de ocasiones, es un proceso precioso, pero que no está exento de dudas, de momentos difíciles y de alguna incertidumbre: ¿estoy haciendo lo correcto?, ¿hay una forma más fácil de conseguir los resultados?, ¿les estoy dando todo lo que necesitan?

Es normal tener dudas, y es bueno admitirlo, porque es lo que nos anima a buscar respuestas y a mejorar. En esta obra encontrarás consejos, pero también juegos, y ejercicios para hacer con los niños y poner en práctica todo lo aprendido.

A lo largo del libro iremos abordando varias temáticas que entendemos primordiales en su educación. Por ejemplo, cómo estimular su atención y su inteligencia, cómo trabajar la seguridad y la autoestima, cómo promover una correcta educación afectivo-sexual, cómo enseñarle a cuidar de su cuerpo, qué pautas debemos de seguir para introducir las nuevas tecnologías…, entre otras muchas cuestiones.

Cada capítulo ha sido escrito por un psicólogo o una psicóloga diferente, experto en el tema, que nos muestra la teoría y la práctica para que, además de pasar un divertido tiempo en familia, trabajemos áreas que son fundamentales en su correcto desarrollo.

Hemos querido hacer el libro con el lenguaje más inclusivo posible; no obstante, para no duplicar los términos y ralentizar la lectura, cuando nos referimos a los niños, también están incluidas las niñas. Por padres nos referimos a todas las opciones posibles de familias, como familias monoparentales, con dos padres, dos madres…; cualquiera de los modelos es igualmente válido y está demostrado que un niño o una niña para crecer en plenitud y poder desarrollar todo su potencial necesita una figura de referencia que le quiera tal y como es, que le muestre su afecto, con independencia de si es una familia nuclear basada en un modelo tradicional, como cualquier otro modelo de familia.

El único requisito para educar es el amor, en todas sus versiones.

Existen muchos libros y manuales en el mercado sobre la educación de los más pequeños, pero pocos están enfocados desde un punto de vista práctico, y todavía hay menos que se basen en juegos y ejercicios para mejorar las habilidades que en un futuro estarán relacionadas con la felicidad de los niños. Sabemos que cuando el aprendizaje es divertido, se consolida mucho mejor y es más duradero.

Quiero mejorar mi papel como madre o padre, pero ¡no tengo tiempo!

El día a día en familia llega a ser agotador, se suman las obligaciones que como adultos tenemos a nivel laboral, con los compromisos personales, la gestión del hogar y nuestra labor como padres y madres. En absoluto queremos añadir más carga de trabajo a lo que ya tenemos. Somos conscientes de lo apretadas que llegan a ser las agendas familiares.

Por eso, hemos diseñado este libro para hacer en familia; de esta forma, trabajando en grupo, estimularemos las habilidades sociales, la autoestima y la seguridad, sabremos cómo superar los miedos del día a día y, además, seremos más felices.

De forma lúdica mejoraremos no solo la dinámica familiar, sino que trabajaremos con los niños habilidades que los psicólogos sabemos que son esenciales para su correcto desarrollo. No se trata de fórmulas mágicas, ni de obligaciones adquiridas, sino de ideas en forma de juegos que nos ayudarán a solventar las dudas que nos surgen relacionadas con su educación.

Se trata de invertir nuestro tiempo y nuestros recursos en lo que es, sin lugar a duda, uno de los mayores retos a los que nos enfrentaremos en nuestra vida: la educación de nuestros hijos.

«Me gusta aprender, pero odio que me enseñen».

Winston Churchill

Seguro que en muchas ocasiones te has podido sentir identificado con esta frase. Por eso hemos querido dar a este libro esta forma lúdica, para que, además de divertirnos, aprendamos todos y los consolidemos de una manera más sencilla.

«Si yo lo que quiero es ¡que mi hijo sea feliz!»

Existen muchas teorías sobre la felicidad. En este libro partimos de la idea de felicidad eudaimónica; es decir, sabemos que hacer muchas cosas divertidas proporciona momentos de felicidad, pero si queremos que sea duradera y a la vez vivir un sentimiento más intenso, tenemos que hacer acciones para conseguirlo. Nos sentimos felices cuando lo que hacemos nos hace sentir bien, sin embargo, la sensación de felicidad aumenta cuando conseguimos nuestros objetivos, cuando nos superamos a nosotros mismos y somos capaces de fluir con lo que hacemos.

Los niños y las niñas necesitan sentirse seguros, capaces, y saber que tienen estrategias y herramientas para enfrentase con éxito a la vida para conseguir sentirse realizados y felices.

Ante todo, queremos trabajar con los niños para conseguir una felicidad duradera y que dependa de ellos mismos, no de los demás. Que no necesiten que sean sus padres, profesores o sus amigos quienes se la proporcionen.

Cuando un niño o una niña sabe que no puede enfrentarse con éxito a situaciones de la vida cotidiana porque no ha desarrollado estrategias o recursos para hacerlo, no se siente capaz de aprender igual que los demás, o cree que necesita siempre a sus padres para que le resuelvan las situaciones del día a día, y esto podría afectar a su felicidad. Por eso, os proponemos fomentar las habilidades básicas que conocemos que todos necesitamos para poder llevar una vida plena y, en definitiva, ser felices.

Capítulo 1

ESTIMULA SU CEREBRO

Aroa Caminero Ruiz

¿Por qué estimular el cerebro de los niños?

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro de las personas. Al nacer, los niños son totalmente dependientes de los adultos que les rodean, y, como padres, no solo debemos proporcionarles los cuidados básicos de alimentación, sueño e higiene1, sino que también debemos brindarles un ambiente estimulante y rico desde que son bebés para que puedan desarrollar al máximo sus capacidades. El cerebro de nuestros hijos necesita obtener información que le ayude a desarrollarse, y su evolución dependerá de la cantidad, tipo y calidad de los estímulos que reciba.

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro.

Los estudios científicos han demostrado que una buena estimulación produce cambios profundos en el cerebro que ayudan a mejorar los procesos de aprendizaje y, por lo tanto, si como padres conocemos cómo se desarrolla su cerebro, podremos ayudar de un modo más efectivo a su desarrollo. Así, algunas de las principales nociones básicas que todo papá y mamá debería conocer sobre el desarrollo del cerebro de nuestros hijos son las siguientes:

El desarrollo del cerebro es un proceso continuo, aunque en algunos momentos de ese desarrollo, de repente, se producen avances muy grandes en determinados procesos cerebrales. Así, por ejemplo, desde los primeros meses de edad comienzan a desarrollarse algunos de los procesos necesarios para aprender a planificar nuestra conducta, pero es a partir de los 8-9 años cuando se produce una mejora notable en esta capacidad.

El desarrollo del cerebro está determinado por la genética, pero la estimulación y el ambiente que rodea al niño jugará un papel mucho más importante en dicho desarrollo, siendo imprescindible un ambiente de seguridad, cariño y amor parental2.

El desarrollo de las distintas regiones del cerebro no es igual ni se produce en todas las zonas a la vez. Así, por ejemplo, las zonas del cerebro encargadas de los sentidos y del movimiento son las primeras en desarrollarse y serán imprescindibles para que más tarde aparezcan otras funciones como el lenguaje, porque para poder hablar primero es necesario comprender lo que percibimos y saber coordinar los movimientos de la boca.

Durante el desarrollo del cerebro existen momentos clave para la adquisición de determinadas habilidades o destrezas. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo del lenguaje, la mayoría de los autores están de acuerdo en señalar que el momento clave para adquirirlo correctamente es entre el primer año y los 6, aunque después de esta edad sigan desarrollando su capacidad comunicativa.

El cerebro de los niños aprende mejor a través del juego porque activa las bases cerebrales del placer y, al ser motivante en sí mismo, facilita el aprendizaje. Además, el juego también permite utilizar situaciones de la vida diaria como oportunidades para practicar nuevas habilidades.

Si los padres conocemos cómo funciona el cerebro, podemos ayudar a desarrollar el de nuestros hijos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, en este capítulo trataremos de explicar de forma clara y concisa los principales hitos evolutivos que se producen en su desarrollo desde el nacimiento hasta los 12 años, proponiendo de una forma muy práctica juegos y actividades que es posible llevar a cabo en el día a día para crear un entorno estimulador en casa que favorezca el desarrollo de los principales procesos cerebrales de nuestros hijos en las distintas etapas evolutivas.

El cerebro en los niños de 0 a 3 años

Ya hemos visto que los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo posterior del cerebro, porque, durante esta etapa, el cerebro tiene una enorme plasticidad, es decir, aprende y cambia sus conexiones con mucha facilidad y rapidez. Como dato curioso, podemos decir que, al nacer, el cerebro de un bebé pesa aproximadamente la cuarta parte de lo que llegará a pesar de adulto. En solamente un año de vida el cerebro ya triplica su peso y durante el segundo año de vida adquiere tres cuartas partes de su peso total.

Las áreas cerebrales relacionadas con el movimiento y con los sentidos son las primeras en desarrollarse y consolidarse. Esto tiene su lógica a nivel evolutivo, ya que las experiencias motoras (sostener, andar, correr, lanzar…) y sensoriales (ver, tocar, chupar…) permiten al niño interactuar y experimentar directamente con el ambiente que les rodea para aprender de él. Así, el desarrollo motor y sensorial será la base del desarrollo de procesos cognitivos más complejos como el lenguaje o el razonamiento.

Las áreas cerebrales relacionadas con el movimiento y con los sentidos son las primeras en desarrollarse.

En esta etapa también se adquiere el lenguaje y será crucial para los avances en otras capacidades. Por esa razón, aprender a hablar permite a los niños expresarse y nombrar objetos, lo que a su vez hace que puedan pensar y razonar sobre ellos. La aparición del lenguaje también permite a los niños establecer relaciones sociales cada vez más complejas con sus iguales y con los adultos de referencia, ampliando sus intercambios sociales y afectivos, lo que facilita igualmente su adaptación al entorno.

Los niños en esta etapa también comienzan a establecer sus primeras relaciones lógicas, muy asociadas a las rutinas (por ejemplo: cuando lloro, me dan de comer; cuando se apaga la luz, me voy a dormir; si hago algo bien, me felicitan). Del mismo modo, empiezan a ser capaces de clasificar objetos según sus características físicas concretas.

Paseo con porteo

Para qué. Durante los primeros meses de vida, los bebés son muy dependientes de los padres y requieren que les cubramos sus necesidades físicas (alimentación, sueño, higiene), emocionales (calma, seguridad, vínculo, amor) y de desarrollo (estimulación sensorial, movimiento, lenguaje). Una de las actividades que podemos realizar con nuestros bebés para fomentar todas ellas es portearles, es decir, pasear mientras les llevamos en un portabebés pegados a nuestro cuerpo, ya que permite que nuestros hijos empiecen a explorar y percibir el mundo desde la seguridad del contacto materno o paterno. Así, el porteo favorece la estimulación visual (permite a los bebés ver y explorar el mundo), la estimulación olfativa (los bebés pueden percibir los olores del ambiente, pero sobre todo perciben el olor corporal de su madre o padre) y la estimulación auditiva (los bebes escuchan los sonidos del ambiente, así como el sonido del latir del corazón y de la respiración de su padre o madre). Además, también reciben estímulos táctiles (por ejemplo, el calor corporal de su madre o padre debido al contacto piel con piel) y de movimiento (porque la posición ergonómica del porteo permite mejorar el control postural del bebé).

Cómo

1. Coloca al bebé en posición ergonómica de porteo. Para ello, sigue las instrucciones concretas que encontrarás junto a cada portabebés.

2. Podemos utilizar el porteo para estar con nuestros bebés por casa mientras realizamos distintas actividades cotidianas. Así, estimularemos sus sentidos con los sonidos, olores y estímulos visuales de su entorno más cotidiano. Mientras lo hacemos es posible hablarles y contarles lo que estamos haciendo, cambiando el tono de voz y poniéndolo más agudo (el llamado baby talk) para captar más su atención y estimular el lenguaje.

3. También podemos salir a pasear por la naturaleza con nuestros bebés mientras les porteamos; así podrán percibir nuevos olores, la suave brisa y el sol de primavera; verán multitud de colores y texturas diferentes, así como escuchar variados sonidos.

4. Mientras les porteamos, podemos cantarles una nana en voz bajita aprovechando el poder relajante que tiene para los bebés. De esta forma, les ayudamos a desarrollar su discriminación auditiva y su capacidad de relajación.

5. Para estimular también su desarrollo motor, su equilibrio y su control postural, podemos hacer con nuestros bebés ligeros y suaves movimientos de baile mientras les porteamos, al mismo tiempo que les ponemos una música infantil.

Cuándo. Se puede realizar en cualquier situación en la que debamos transportar al bebé con nosotros. Es especialmente recomendable realizar esta actividad mientras salimos a pasear al exterior.

Cogiendo fuerzas

Para qué. Durante los primeros meses de vida el bebé tiene que adquirir la fuerza y el tono muscular que le permitirá moverse y ser autónomo en sus desplazamientos. Aprender a desplazarse y a moverse de forma autónoma también les permite conocer mejor su ambiente y favorece su curiosidad por aprender del entorno. Para estimularles, podemos realizar actividades como las siguientes:

Cómo

1. Los bebés suelen comenzar a gatear entre los 6 y 10 meses de edad. Para estimularles el gateo, podemos jugar a ponerles sus juguetes favoritos cada vez un poco más lejos de ellos para que traten de conseguirlos mediante el gateo. A partir de los 10-12 meses, también es posible estimular su movimiento construyendo circuitos de obstáculos3.

2. A partir del primer año, cuando ya caminan con más facilidad, es posible estimular la marcha autónoma a través del juego de las pistas. Consiste en esconder algunos objetos por una habitación y pedirles que vayan de un sitio a otro buscándolo. Podemos ir diciéndoles el nombre del objeto y el lugar en el que está escondido para estimular a la vez el lenguaje.

3. A partir de los 12-18 meses de edad es posible jugar con él proponiéndole distintos retos, como llevar su paquetito de pañal a la basura o recoger sus juguetes. Podemos complicarle estas tareas pidiéndole que haga pequeñas marchas rápidas o que se desplace de un modo diferente (por ejemplo, de lado a lado, dando saltos, despacio como un caracol…).

4. A partir de los 24 meses de edad podemos jugar con ellos a construir una tienda de campaña o un supermercado o una cocinita en el salón con distintos materiales como cojines, objetos, sábanas, cajas grandes y pequeñas, pinzas de la ropa…, dado que además de desarrollar las áreas del movimiento, también estimularemos el razonamiento y la creatividad.

Cuándo. En los momentos de ocio, especialmente los días que no se puede salir a la calle porque hace mal tiempo, por ejemplo. También es posible durante algunas de las rutinas diarias.

Mi primer razonamiento

Para qué. En esta etapa los niños comienzan a realizar sus primeros razonamientos, siendo ya capaces de establecer relaciones entre cosas y de hacer agrupaciones o clasificaciones según las características físicas de los objetos. Así, el proceso de clasificación representa los primeros pasos hacia razonamientos posteriores más complejos porque generan relaciones mentales entre objetos y distintos criterios: forma, color, tamaño…

Cómo

1. A partir de los 12-18 meses de edad los niños son capaces de relacionar objetos con imágenes. Para estimularles, te sugiero imprimir unas tarjetas con fotos de distintos objetos cotidianos y pedirle al niño que ponga encima de cada foto el objeto real que corresponde.

2. A partir de los 18-24 meses los bebés ya son capaces de distinguir los colores, por lo que podemos jugar con ellos a que hagan bolas de plastilina de distintos colores y las introduzcan en los botes que están pintados del mismo color. Esto también se puede hacer con otros materiales para que los niños clasifiquen según la forma o tamaño de los objetos.

3. A partir de los 24 meses los niños ya pueden clasificar aspectos más complejos, como por ejemplo, el hábitat de los animales, por lo que se puede jugar a que coloquen distintos animales de juguete encima de imágenes o libros donde se represente la playa, la selva, la granja, etc.

4. A partir de esa edad, también podemos elaborar una «carpeta de plásticos de cosas bonitas» donde es posible exponer con su ayuda durante un tiempo representaciones de cosas que queramos que el niño aprenda, como fotos o dibujos de frutos del otoño o fotos de las vacaciones de medios de transportes, etc. Esto también podemos exponerlo en una cuerda (colgando las fotos o dibujos con pinzas), en la pared o en un corcho.

5. Con los niños cercanos a los 3 años se puede empezar a realizar con ellos experimentos sencillos como, por ejemplo, echar una gota de colorante en un vaso de agua para que vean cómo se mueve el color dentro del vaso o sembrar una lenteja para ver cómo crece a través de los cuidados que le damos.

Cuándo. En momentos de ocio o cuando queráis reforzar algunos aprendizajes del colegio o escuela infantil.

Explosión de vocabulario

Para qué. Los niños aprenden a hablar escuchando hablar a las personas de su entorno, por lo que en esta etapa es imprescindible estimular el lenguaje de nuestros hijos hablándoles mucho. Por otro lado, suelen comenzar a decir sus primeras palabras alrededor de los 12 meses de edad, y mientras que alrededor de los 18 meses suelen utilizar unas veinte palabras, a los dos años los niños ya tienen un vocabulario de unas doscientas palabras aproximadamente y a los 3, de unas mil palabras, por lo que es fundamental estimularles con actividades como las siguientes para favorecer esta capacidad:

Cómo

1. Durante los primeros meses de vida les estimula a hablar el hecho de que respondamos con palabras cariñosas a los intentos comunicativos que realizan a través de sonidos o balbuceos.

2. Desde los primeros meses de vida también les podemos introducir en el mundo de la lectura. Por ejemplo, narrarles cuentos muy cortos, de una forma sencilla, señalando los dibujos, gesticulando y haciendo onomatopeyas de los objetos o seres que aparecen. Cuanto más llamativo lo hagamos, mejor.

3. A partir del primer año de vida, empiezan a decir sus primeras palabras y podemos estimular su vocabulario nombrándole sus juguetes, sus partes del cuerpo, las acciones que hemos hecho en el día, imitar los sonidos de los animales y decir cómo se llama cada animal. Después, iremos pidiéndole que lo hagan ellos.

4. A partir de los dos años también es posible hacer juegos simples como pedirles que terminen las palabras que les vamos diciendo o que acaben las frases de sus cuentos favoritos, ya que, a esta edad, además les encanta ver y escuchar las cosas de forma repetida, lo que también ayudará a su memoria.

5. A partir de esta edad ya son capaces también de seguir instrucciones sencillas, así como de imitar al adulto. Por ello, es muy buena idea estimularles con canciones como «Soy una taza», que requieren hacer lo que dice la letra de la canción, porque, además de estimular el lenguaje y el seguimiento de órdenes, también estimula el sentido del ritmo, el movimiento y el autocontrol.

Cuándo. En momentos de ocio o cuando queráis reforzar algunos aprendizajes del colegio o escuela infantil.

El cerebro en los niños de 3 a 6 años

En esta etapa, los niños ya no son tan dependientes como en la etapa anterior, dado que han adquirido un mayor tono muscular general y una mayor fuerza, habilidad y destreza en sus movimientos, lo que les permite ser más autónomos y poder manipular objetos para experimentar el mundo. Esto, junto al hecho de que la percepción visual ya está madura al finalizar la etapa preescolar, hace que los niños tengan una mejor coordinación ojo-mano y más facilidad para dibujar y escribir.

En esta etapa los niños también empiezan a desarrollar la imagen mental de su cuerpo en relación con los objetos que le rodean y mejoran su capacidad para orientarse en el espacio. Al mismo tiempo, perfeccionan la capacidad para razonar y entender las consecuencias que siguen a algunas acciones. También aparece la capacidad para hacer dibujos sobre las cosas y pensar sobre temas concretos que pueden percibir.

De igual modo se produce una mejora en el lenguaje, lo que permite la aproximación a la lectura a partir de los 4-5 años. La lectura a su vez hará que los niños puedan a acceder a nuevos aprendizajes y enriquecerá aún más su lenguaje.

A lo largo de estos años, también se desarrollan otras capacidades cognitivas muy importantes para el aprendizaje, como son la atención (véase Capítulo 2, «Consigue que presten atención») y la memoria. Así, por ejemplo, entre los 2 y 3 años, los niños ya son capaces de retener dos ítems en su memoria a corto plazo.

Igualmente comienza a desarrollarse algunas funciones ejecutivas, que son aquellas actividades mentales que permiten a los niños controlar, planificar y regular su comportamiento para adaptarse mejor al entorno.

Yo te superviso

Para qué. En esta etapa ya podemos trabajar con los niños la capacidad de supervisar la conducta de los demás y la suya propia, porque así practican la «reflexión de la acción», que es un aspecto fundamental para que realicen adecuadamente sus actividades cotidianas y les permite darse cuenta de los errores para corregirlos.

Cómo

1. Elegimos una actividad que pueda ser motivante, como contar las moneditas de la hucha antes de comprar algún premio (conviene tener en cuenta que, si el niño es muy pequeño, la capacidad para contar todavía es limitada).

2. Mientras nosotros vamos contando, tiene que supervisar que lo estemos haciendo correctamente (podemos equivocarnos a propósito para ver si lo está supervisando bien). El niño no puede decir si hemos contado correctamente o no hasta que termine de contar todas las monedas; así trabajamos también la capacidad de esperar hasta que llegue su turno.

3. Si ya tiene 5 o 6 años, podemos utilizar una hoja de comprobación para que vaya apuntando el número de monedas. Otra actividad es grabarles a ellos mismos contando para que después se vean y se supervisen ellos mismos.

4. Se pueden utilizar otras actividades en las que el niño pueda supervisar al adulto, como decir todos los dibujos de una lámina, recoger todos los juguetes de la habitación, etc.

Cuándo. Podemos hacer esta actividad cuando volvemos de hacer la compra para revisar las vueltas o cuando tengamos que contar cualquier otra cosa en nuestras rutinas cotidianas (por ejemplo, contar servilletas para poner la mesa).

¿A qué juego hoy?

Para qué. El momento del juego es ideal para empezar a trabajar con los más pequeños la capacidad de planificación. Para ello, les pediremos que organicen de forma explícita el juego que van a realizar y qué papel va a desempeñar cada uno de los participantes en el mismo. Este tipo de actividades también favorece el lenguaje, así como la imaginación y la creatividad. También desarrolla la interiorización de reglas y las habilidades sociales4.

Cómo

1. Les preguntaremos primero a qué quieren jugar.

2. Después, les haremos pensar qué juguetes o materiales necesitarán. También les pediremos que nos expliquen cómo van a jugar, de qué manera utilizarán cada juguete o material y qué dinámica seguirán con ellos.

3. Estableceremos con ellos qué papel en el juego va a tener cada participante y cuáles son las tareas asignadas a cada rol (qué puede hacer cada uno de ellos).

4. A los más pequeños les pediremos que hagan un dibujo sobre los pasos anteriores.

5. Si ya tienen 5-6 años y han aprendido a escribir, puedo pedirles que escriban lo anterior de una manera muy sencilla para trabajar también la escritura de una forma lúdica.

Cuándo. Cuando vayamos a jugar con ellos o quieran jugar solos o con otros niños, podemos aprovechar para trabajar esta actividad.

¿De qué iba este cuento?

Para qué. La memoria a corto plazo verbal nos permite almacenar información verbal para realizar aprendizajes, resolver problemas o recordar información que nos hace falta en un momento determinado; de ahí su importancia para que aprendan y se desenvuelvan correctamente en su día a día.

Cómo

1. Escogemos un cuento o relato corto (conviene tener en cuenta que el tiempo en que los niños mantienen la atención durante esta etapa es corto5). Podemos dejar a nuestros hijos que elijan ellos mismos el cuento que quieren que les leamos, puesto que si están más motivados, aumentan la atención y por tanto la capacidad de memorización. Les leemos el cuento despacio y con buena entonación para evitar que se aburran y nos atiendan más.

2. Después, les pediremos que nos relaten todos los detalles que recuerden sobre el cuento para que hagan un ejercicio de recuerdo libre, trabajando también así su capacidad de discurso oral. Del mismo modo, es posible hacerles preguntas sencillas sobre el texto para trabajar al mismo tiempo la capacidad de razonamiento lógico. A partir de los 4-5 años se les puede pedir que pongan los hechos que recuerden de la historia en orden para trabajar la orientación temporal.

3. Igualmente, aprendiendo canciones, poesías, adivinanzas o trabalenguas (mejorando al mismo tiempo la capacidad de expresarse mediante el lenguaje, el razonamiento lógico o el ritmo).

Cuándo. Cada vez que leamos un cuento o veamos una película o escuchemos una canción juntos.

Discriminación de letras y sonidos

Para qué. Para una adecuada adquisición de la lectoescritura, es fundamental que los niños sepan percibir y discriminar adecuadamente las letras visualmente, así como reconocer los sonidos auditivamente para luego poder asociar los sonidos con las letras (asociación fonema-grafema). Por ello, es conveniente hacer ejercicios de este estilo con los niños ya que también trabajamos de forma indirecta la atención y la memoria.

Cómo

1. Pediremos al niño que esté muy atento a un determinado sonido, por ejemplo, »a», y que levante la mano cada vez que lo oiga mientras vamos diciendo en alto distintas letras o palabras.

2. Otra actividad puede consistir en decirle al niño pares de palabras y que el niño nos tenga que decir si son iguales o diferentes. Por ejemplo: «paño-pato», o bien «horquilla-hormiga», «loro-loro»…

3. Para trabajar la discriminación visual de las letras, se puede usar una ficha con distintas letras y pedirle que repase con un lápiz una letra determinada, de este modo trabajaremos también su coordinación ojo-mano y su capacidad de escritura.

4. Asimismo podemos pedirle que copie con plastilina algunas letras o que recorte la letra que le pedimos entre otras letras para trabajar también su destreza manual.

5. Cuando caminamos o paseamos por la calle, es posible jugar a identificar alguna letra concreta entre los carteles de la calle.

Cuándo. Se puede realizar esta tarea en momentos cotidianos como pasear, en ratos de ocio o en el tiempo de deberes.

El cerebro en los niños de 6 a 9 años

Para conocer mejor cómo funciona el cerebro, podríamos compararlo con una orquesta de músicos. Así, los distintos procesos cerebrales serían los distintos músicos de la orquesta (el lenguaje, la memoria, la percepción, la coordinación motora, etc.) y la parte del cerebro que está justo encima de los ojos (lóbulos prefrontales) sería el director de la orquesta, que se encargaría de recibir y coordinar la información que viene de otras partes del cerebro para conseguir una meta común (planificar lo que vamos a hacer, revisar cómo nos está saliendo lo que hacemos, tomar decisiones, reflexionar antes de dar una respuesta a una pregunta que nos han hecho, buscar distintas estrategias para resolver un problema y evaluar cuál es la más eficaz…). En esta etapa evolutiva, a partir de los 6 años, empiezan a producirse grandes avances en el director de orquesta del cerebro, permitiendo que los niños a esta edad ya sean capaces de elaborar estrategias para realizar actividades de forma eficaz y planificar tareas simples y buscar nuevas y variadas soluciones a sus problemas y a los errores que cometen.

A partir de los 6 años se producen grandes avances en la zona del cerebro que se encarga de buscar soluciones.

Entre los 7 y los 9 años comienzan a tener un pensamiento más guiado por la lógica, aunque todavía está muy centrado en lo que pueden percibir de forma concreta por los sentidos. Por otro lado, empiezan a ser capaces de representarse mejor el presente y el futuro al mejorar su capacidad de orientarse en el tiempo. También mejora la capacidad para ordenar secuencias de hechos.

La mejora en el director de orquesta del cerebro en esta etapa igualmente permite que a partir de los 7-8 años comiencen a utilizar estrategias de memoria para recordar mejor la información. Por otro lado, en esta etapa también se produce un gran desarrollo en el conocimiento matemático debido a la evolución de otros procesos como el razonamiento, la capacidad de planificarse y evaluar la propia conducta y la mejora en el lenguaje, lo que ya les permite hacer cálculos mediante operaciones matemáticas simples.

Buscando estrategias de memoria

Para qué. Coincidiendo con el incremento brusco que se da en esta etapa en la actividad cerebral de los lóbulos prefrontales (el director de orquesta del cerebro), comienzan a utilizar de manera espontánea estrategias de aprendizaje y de memoria. Sin embargo, estas estrategias requieren trabajo y esfuerzo, ya que dependen del control consciente del niño, por lo que podemos enseñarles algunas de ellas para favorecer sus aprendizajes en estas edades.

Cómo

1. Es posible enseñarles a elaborar la información, pensando en ejemplos de esa información para que la recuerden mejor. Los niños a esta edad también aprenden mejor utilizando el contexto. Por ejemplo, recuerdan mejor una palabra cuando la dicen en una frase que cuando se les da una definición.

2. También les facilita aprender algo el hecho de construir una imagen de lo que están aprendiendo. Por ejemplo, cuando se aprenden las horas, les pedimos que se imaginen o que miren la foto de un reloj en las doce en punto y que nos expliquen cómo es.

3. Otra estrategia que beneficia la memoria es la organización de la información que tienen que aprender. Por ejemplo, si se deben aprender los tipos de seres vivos, es más fácil recordarlos si se clasifican por determinadas características similares o diferentes que si los tienen que recordar únicamente por su nombre.

4. Sin olvidar el repaso, dado que la repetición consciente de la información que se han aprendido los niños permite aumentar el tiempo en que se mantiene en la memoria. Sin embargo, el repaso como mera repetición no funciona; lo aprendido debe estar elaborado a través de estrategias como las anteriores.

Cuándo. Esta actividad es posible utilizarla siempre que tengan que estudiar para un examen. También se puede usar cuando los niños nos pregunten sobre el significado de alguna palabra que no conocen o cuando tengan curiosidad por aprender algo nuevo del entorno.

El encargado de la compra

Para qué. Los padres no tenemos que ser la memoria externa de los niños ni sus agendas, por lo que desde pequeños deben aprender a planificarse adecuadamente y acordarse de sus rutinas cotidianas. Hacer la compra es una buena oportunidad para poner en marcha la función ejecutiva y la memoria de nuestros hijos, haciendo que no se aburran y que utilicen también los números y el razonamiento matemático.

Cómo

1. Antes de hacer la compra, explicaremos a nuestros hijos que ese día van a ser los «encargados de la compra».

2. Para ello, antes de salir de casa nos tienen que ayudar a revisar la nevera y los armarios de la cocina para ver qué es lo que hace falta y elaborar la lista de la compra.

3. Ya en el supermercado, nos tienen que ir dirigiendo hacia los pasillos correspondientes para recoger los productos.

4. Comparar los productos y los precios será la principal tarea a la que nos tienen que ayudar. Para ello, les iremos pidiendo que cojan la leche más barata, la más cara o la de un precio intermedio.

5. A los más mayores les pediremos que nos ayuden a hacer comparaciones más complejas que requieren poner en práctica multiplicaciones, descomposiciones o divisiones, como por ejemplo, comparar artículos sueltos o en paquetes o comparar los precios por unidad.

Cuándo. Siempre que vayamos al supermercado o a otro tipo de tiendas donde sepamos que tardaremos un buen rato.

El cerebro en los niños de 9 a 12 años

En cuanto a los procesos sensoriales, en esta etapa se producen procesos de perfeccionamiento visual. Así, por ejemplo, a los 9 años ya son más capaces de procesar los detalles de las cosas como parte de un todo y a los 11 años dominan este tipo de procesamiento visual.

En cuanto al lenguaje, también se producen mejoras que permiten perfeccionar esta área, ya que entre los 11 y los 13 años se produce un nuevo desarrollo de las áreas cerebrales involucradas en el lenguaje y perfeccionan la gramática y sobre todo la pragmática, es decir, la capacidad de adaptar el lenguaje a distintas situaciones sociales (por ejemplo, utilizar «usted» cuando hablamos con personas mayores o cuando hablamos con personas que no conocemos en una situación formal).

Por otro lado, al finalizar esta etapa ya son capaces de llevar a cabo tareas de resolución de problemas, comprobar hipótesis y planificar estratégicamente una conducta. Su ejecución en tareas de memoria ya es muy similar a la del adulto (a los 12 años ya son capaces de retener series de hasta 6 o 7 ítems). Sin embargo, todavía les falta por desarrollar el componente de regulación emocional y motivacional que les permita ser completamente eficaces en las tareas.

En esta etapa la capacidad de memoria ya es muy similar a la de un adulto.

Lo más llamativo de esta etapa es el gran avance que se produce en la capacidad de razonamiento, dado que a partir de los 11-12 años se desarrolla la capacidad de abstracción y de hacer hipótesis aplicando principios más lógicos que en la etapa anterior (el razonamiento ya no se realiza sobre realidades concretas, sino sobre hipótesis que luego pueden ser contrastadas con la realidad). Además, a partir de los 8-9 años los niños ya pueden utilizar de un modo más eficaz el pensamiento crítico6 y el pensamiento creativo, lo que les permitirá entre otras cosas, pensar de forma novedosa y encontrar soluciones diferentes a los problemas.

Cerebro flexible como una goma

Para qué. Los niños creativos tienen más facilidad para resolver los problemas que se encuentran y lo hacen con menor estrés o ansiedad. Además, su autoestima7 se verá reforzada al sentirse con mayor capacidad y con más recursos para generar ideas nuevas y originales. Así conseguimos que de forma indirecta muestren más tenacidad y una mayor tolerancia a la frustración en situaciones complicadas.

Cómo

1. Una manera de trabajar su creatividad es proponerles juegos o actividades que desarrollen su pensamiento divergente, es decir, la capacidad para dar más de una respuesta diferente a un mismo problema.

2. Un juego que podemos hacer con ellos es hacer un garabato en un papel y que piensen todo lo que podría ser ese garabato. Podemos complicarlo haciendo varios garabatos que tengan que combinar para percibir algo más complejo.

3. También es posible utilizar las nubes para hacer un juego similar, en el que le preguntaremos a los niños a qué objetos o seres vivos conocidos les recuerdan las formas de las nubes.

4. Otra actividad para trabajar el pensamiento convergente verbal puede ser escribir el mayor número de palabras que se les ocurran que cumplan una regla (por ejemplo, que empiecen por s y tengan cuatro letras).

5. O podemos enseñarles un dibujo sobre una situación social y que nos digan todas las preguntas que se les ocurran sobre ese dibujo.

Cuándo. Este tipo de actividades podemos proponerlas cuando realicemos juegos en familia o incluso en cumpleaños o fiestas familiares, donde pasaremos un buen rato, además de estar trabajando la creatividad.

Adivina, adivinanza

Para qué. Jugar a las adivinanzas permite a los niños comprender mejor el lenguaje, así como asociar ideas, razonar de forma lógica y, sobre todo, aprender a «leer entre líneas» estableciendo relaciones entre la información que les da la adivinanza y sus conocimientos previos. Aunque podemos jugar con ellos a las adivinanzas del modo tradicional (se trata de que les leamos adivinanzas y traten de averiguarlas), una manera de complicar el ejercicio para los niños de esta edad es pedirles que creen adivinanzas nuevas.

Cómo

1. Para que elaboren una adivinanza, les diremos que elijan un objeto que haya que adivinar. Por ejemplo, un paraguas.

2. El segundo paso será observar cuáles son las cualidades que mejor lo caracterizan. Por ejemplo, protege de la lluvia, es de tela, tiene un mango…

3. Después les pediremos que traten de encontrar palabras precisas que expliquen bien esas características y que ayuden a adivinar el objeto en cuestión. Por ejemplo, tiene una forma parecida a la de un paracaídas.

4. Posteriormente tienen que tratar de formular la adivinanza con las características básicas, pero con frases cortas y el menor número de palabras. Por ejemplo, «me llevan para la lluvia y me usan de techito, quedándome mojadito».

5. El último paso puede ser que digan la adivinanza a otras personas. Si la mayoría de las personas la aciertan, la adivinanza estará bien hecha. Si las personas contestan cosas distintas al paraguas, le pediremos que revise los pasos para hacer la adivinanza aún más clara.

Cuándo. Podemos utilizar este tipo de juegos en situaciones en las que tengamos que esperar para estar más entretenido, en viajes en coche, etc. También se puede utilizar en reuniones familiares o fiestas de niños.

Recuerda que…

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de las habilidades cognitivas, sensoriales, emocionales, sociales y físicas de nuestros hijos. El desarrollo de estas habilidades depende en su mayor parte de la estimulación que reciben del entorno, por lo que es imprescindible que los padres les proporcionemos las experiencias que necesitan en cada etapa del desarrollo.

Las áreas cerebrales relacionadas con el movimiento y con los sentidos son las primeras en desarrollarse, por lo que será fundamental que en la primera infancia les permitamos interactuar y experimentar con el ambiente que les rodea.

El desarrollo del lenguaje es crucial para que puedan pensar acerca del mundo y es una habilidad imprescindible para relacionarnos con los demás, por lo que se trata de un área prioritaria que debemos estimular desde que nuestros hijos son bebés. La función ejecutiva (el director de orquesta del cerebro) empezará a cobrar una vital importancia en su desarrollo a partir de los 6 años y les permitirá adaptarse mejor al mundo que les rodea.

Con 8 o 9 años ya son capaces de pararse a pensar en su propio aprendizaje, por lo que será un buen momento para empezar a trabajar estrategias de estudio y de aprendizaje, tales como técnicas de memoria.

Todos los días ponemos en práctica nuestro razonamiento matemático para multitud de actividades de la vida cotidiana, por lo que incorporar ejercicios de estimulación de esta área desde pequeños permitirá a nuestros hijos estar mejor adaptados y comprender adecuadamente los conceptos más complejos.