El guardián - Charles Haddon Spurgeon - E-Book

El guardián E-Book

Charles Haddon Spurgeon

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Beschreibung

La colección Salmos está basada en la gran obra de estudio y referencia El Tesoro de David. En ella encontraremos el mensaje de las Escrituras; desde los hechos de la creación narrados en Génesis, pasando por la historia de Israel y los profetas, hasta la encarnación, vida y muerte expiatoria de Jesús el Mesías; su resurrección, ascensión a los cielos y segunda venida. "El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha" (Salmo 121:5).

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El Guardián

EL GUARDIÁN DE ISRAEL

Salmo 121

C. H. Spurgeon

Editor Eliseo Vila

COLECCIÓN SALMOS

El Tesoro de David

EDITORIAL CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

Internet: http://www.clie.es

© 2017 Eliseo Vila Vila para la presente versión ampliada.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917 021 970 / 932 720 447).

© 2017 Editorial CLIE

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera

Revisada® RVR®

Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing, Inc.®

Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

COLECCIÓN SALMOS

EL GUARDIÁN

ISBN: 978-84-16845-72-9

eISBN: 978-84-17131-23-4

VIDA CRISTIANA

Crecimiento espiritual

SALMO 121

Reina Valera Revisada (RVR)

Jehová es tu guardador

Cántico gradual.

121 Alzo mis ojos a los montes;

¿De dónde vendrá mi socorro?

2 Mi socorro viene de Jehová,

Que hizo los cielos y la tierra.

3 No dejará que tu pie titubee,

Ni se dormirá el que te guarda.

4 He aquí, no dormirá ni se adormecerá

El que guarda a Israel.

5 Jehová es tu guardián;

Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

6 El sol no te hará daño de día,

Ni la luna, de noche.

7 Jehová te guardará de todo mal;

Él guardará tu alma.

8 Jehová guardará tu salida y tu entrada

Desde ahora y para siempre.

1

Título: No lleva otro título que el de “Cántico gradual”.1 Se avanza varios pasos al salmo que le precede, puesto que habla de la paz de la casa de Dios y del cuidado del Señor como guardián, en tanto que el anterior, el Salmo 120, se lamenta de la ausencia de paz en la morada del justo y de su indefensión ante los ataques venenosos de lenguas calumniosas. En el Salmo 120, los ojos del salmista miran a su alrededor con angustia, mientras que aquí se elevan hacia los montes con esperanza.2 La constante repetición de la palabra “guarda” nos invita a titularlo «CÁNTICO AL GUARDIÁN DE ISRAEL». Y si no fuera porque se halla colocado entre los “Salmos del Peregrinaje”3, deberíamos considerarlo un himno marcial, apto para la oración vespertina de alguien que duerme en las tiendas de un campamento militar. Es canto del soldado, a la vez que himno del viajero. Se detecta dentro del propio salmo un ascenso gradual que va subiendo progresivamente a medida que avanza hasta alcanzar el máximo nivel de la confianza sosegada.4

C. H. SPURGEON

Título:“Cántico Gradual”. Alguien ha sugerido ingeniosamente que estos “grados” o “pasos” consisten en la reiteración de una palabra o pensamiento dentro de una misma cláusula, versículo o estrofa, que va repitiéndose en el versículo siguiente, a modo de “grados” (o escalones) por los cuales el pensamiento del salmista va ascendiendo de una verdad a otra cada vez más elevada. Démonos cuenta que el concepto “mi socorro”, expresado en el versículo uno (121:1); se repite en versículo dos (121:2). Es el primer escalón o grado, que nos conduce a un segundo escalón, a una verdad más elevada (o aclaración del concepto) en el versículo tres (121:3). Ahí el concepto se amplía con la idea es de que “mi socorro” no se dormirá, “ni se dormirá el que te guarda”. La misma idea que, con ligeras modificaciones, toma cuerpo nuevamente en el versículo cuatro (121:4): “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. El siguiente “grado” lo alcanzamos en el versículo cinco (121:5), “que te guarda y no se adormecerá” que se identifica como Jehová: “Jehová es tu guardador y es tu sombra”; una idea que debidamente ampliada (la palabra Jehová ocurre dos veces en el versículo cinco) tiene su continuidad en el versículo seis (121:6), donde se nos aclara de qué nos va a guardar Jehová en el papel de nuestra sombra: “El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche”. Finalmente, el más alto “grado” de este cántico se alcanza en el versículo siete (121:7), cuando la verdad implícita en la palabra “Jehová” se despliega en su aplicación a nuestra protección, “Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma”, y que ampliando de nuevo el concepto se repite: “Desde ahora y para siempre”5 (121:8). Probablemente no resultaría muy difícil, con las consiguientes reservas sobre las ocasiones litúrgicas y particularidades de cada salmo, establecer una conexión estructural interna similar para cada uno de los “Cánticos Graduales” y de ellos entre sí.

ALFRED EDERSHEIM [1825-1889]

“The Golden Diary”, 1877

Versión poética:

LEVAVI OCULOS MEOS IN MONTES

Mis ojos nebulosos y afligidos

se levantan a los montes santos,

a esos excelsos montes de que solo

me puede descender el bien que aguardo.

Este bien es el grande y poderoso

auxilio que ha de darme el Dios que amo,

el Dios del universo dulce y fuerte

que la tierra y los cielos ha creado.

No permita ese Dios en quien esperas

que te rindan tus míseros quebrantos,

y él mismo no se duerma en la custodia

con que atento te ha estado vigilando.

Pero el Señor que a Israel protege,

no duerme, ni jamás ha dormitado,

y con abiertos vigilantes ojos

a su pueblo querido está guardando.

Ese Dios que te asiste cuidadoso

será tu protección, será tu amparo,

y a fin de liberarte de peligros,

siempre estará benévolo a tu lado.

El sol no te podrá quemar de día,

ni por la noche con influjos malos

la luna te hará mal, en todo tiempo

la piedad del Señor te pondrá a salvo.

Apartará de ti continuamente

todo lo que pudiera hacerte daño.