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El jilguerillo de los parrales es un sainete del autor teatral Pedro Muñoz Seca. En la línea de los sainetes del autor, se articula como una trama de enredo con fuertes raíces costumbristas y esperpénticas, en este caso en torno a un matrimonio de conveniencia que solo traerá desgracias a los implicados.
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Seitenzahl: 41
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Muñoz Seca
SAINETE
en un aoto y en prosa
Estrenado en el teatro lara de Madrid, la noche del 7 de Diciembre de 1910
Saga
El jilguerillo de los parrales Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1910, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508543
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
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Queda hecho el depósito que marca la ley.
A LOS MUY ILUSTRES ARTISTAS
Ricardo y Francisco Verdugo Landi
Los Autores.
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Jardín de una casa de campo. A la izquierda fachada del caserío con gran puerta en el centro y una ventana enrejada en cada lado. Al p í e de la ventana arrietes con rosales y jazmineros que trepan por las rejas. En el lateral derecha y entre macizos de vegetación macetas con palmeras, claveles, etc., etc. En el fondo velados por plantas y arbustos se ven algunos trozos del rastrillo que rodea al jardín. En el centro de la escena mesita y sillas rústicas. Es á la ca í da de una tarde de Abril. La luz irá disminuyendo gradualmente hasta hacerse de noche. La acción en Andalucía. Epoca actual.
candelaria y andrés
andrés , jardinero de la casa, ha cumplido ya los sesenta años, pero se conserva ágil y fuerte . candelaria , su mujer, aunque de edad aproximada, conserva también relativa frescura. Son dos viejos muy simpáticos. Al levantarse el telón, Candelaria corta flores que va echando sobre la mesita del centro. Andrés, que escarda unas macetas de claveles, la mira de reojo y gruñe
And . (Gruñendo. ) (Críe usté flores, y cuídelas usté, y mírese usté en ellas pa esto. ¡Malhaya sea!... )
Cand . (Lo que gruñe mi marido en cuanto se llega á una fló: ni que fueran pedazos de sus carnes.) (Arranca á tirones varios jazmines de uno de los jazmineros. )
And . (Sin poderse contener. ) ¡Eso!... ¡¡Así!!... ¡Con las manos!... ¡¡A tirones!! Más fuerte, mujé, más fuerte.
Cand . Pero ¿es que te vas á llevar gruñendo toa la tarde?
And .(Furioso. ) Pero ¿es que vas á pelá el jardín? ¿Y de esa manera? ¿A janolazo limpio?
Cand . Ya te he dicho que me las ha mandao cortá la señorita, porque quiere adorná el altá de la Virgen. Conque paciencia: no parece sino que te están arrancando los pelos der cogote.
And . Quisiera yo sabé por qué razón te ha dao á ti la señorita ese encargo y no me lo ha dao á mí, siendo como soy er jardinero de la casa.
Cand . Porque tú le tienes á las flores más cariño que á tu persona; porque sabe que te haces el remolón, y después de muchos peros, cortas una docena de rosas tísicas, que mardito pa lo que sirven.
And . Bueno está, hombre, bueno está. Ella es el ama y lo manda y... bueno está. Además, son pa la Virgen, y á mí, siendo pa la Virgen, no me duele tanto. Pero que venga aquí la cotorrona de doña Remedios á darle coba á la señorita y á llevarse flores pa er San Blas que tiene en su casa, eso, no, Candelaria; eso, no. A San Blas que le pongan una tomatera y va servío.
Cand .(Temerosa. ) ¡Andrés!...
And . ¡Mire usté que rosas á San Blas! ¡Mire usté que irse con florecitas á un obispo de tamaño naturá, mal encarao de suyo y con una coraza en la cabeza que mete mieo!...
Cand . Pero ¿es que las flores se crían pa las abejas?
And . Pa las abejas no, señora, pero pa el obispo tampoco: aunque el obispo sea er propio San Blas bendito, que en paz descanse.
Cand .(Recelosa. ) ¡Si alguien te oye!...