El poder del frío - WIM HOF - E-Book

El poder del frío E-Book

Wim Hof

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Beschreibung

¿Qué puedes aprender del hombre de hielo? WIM HOF (1959) es un hombre especial. Puede nadar en aguas prácticamente congeladas y correr una maratón por encima del Círculo Polar Ártico vestido tan sólo con unos pantalones cortos. Todo ello ha hecho que recibiera un apodo: el hombre de hielo. Hof defiende una revalorización del frío y, gracias a su empeño y a sus logros, tiene el apoyo de la ciencia. El Centro Médico de la Universidad de Radboud ha confirmado con sus investigaciones que el método de Hof tiene muchos efectos positivos sobre la salud. Tú también te puedes beneficiar de los ejercicios respiratorios y de las duchas de agua fría del método Hof. Lee este libro y lánzate a la aventura del frío.

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Wim Hof • Koen de Jong

El poder del frío

¿Qué puedes aprender

del hombre de hielo?

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Puede consultar nuestro catálogo en www.edicionesobelisco.com

Los editores no han comprobado la eficacia ni el resultado de las recetas, productos, fórmulas técnicas, ejercicios o similares contenidos en este libro. Instan a los lectores a consultar al médico o especialista de la salud ante cualquier duda que surja. No asumen, por lo tanto, responsabilidad alguna en cuanto a su utilización ni realizan asesoramiento al respecto.

Colección Salud y Vida natural

El poder del frío. ¿Qué puedes aprender del hombre de hielo?

Wim Hof y Koen de Jong

1.ª edición en versión digital: juny de 2017

Traducción: Raquel Mosquera

Corrección: M.ª Ángeles Olivera

Diseño de cubierta: Enrique Iborra

Foto de cubierta: Henry Boogert

© 2015, Wim Hof y Koen de Jong

(Reservados todos los derechos)

© 2015 Uitgeverij Lucht BU, Holanda

Libro negociado a través de Ute Körner Lit. Ag., España, www.uklitag.com

© 2017, Ediciones Obelisco, S.L.

(Reservados los derechos para la presente edición)

Edita: Ediciones Obelisco S.L.

Collita, 23-25. Pol. Ind. Molí de la Bastida

08191 Rubí - Barcelona - España

Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23

E-mail: [email protected]

ISBN EPUB: 978-84-9111-246-4

Maquetación ebook: [email protected]

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, trasmitida o utilizada en manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o electrográfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Contenido

Portadilla

Créditos

Prólogo

Introducción

Wim Hof

Entrenamiento frío

Respiración

Compromiso

Ciencia

¿Quién puede beneficiarse del método de Wim Hof?

Hazlo tú mismo en treinta días. En serio.

Epílogo

Agradecimientos

Lecturas recomendadas

Glosario

Prólogo

Octubre de 2011. Estoy visionando un vídeo en Internet en el que un hombre se quita la ropa y se sumerge en un frío lago en algún lugar de Islandia. El paisaje está cubierto de nieve y se pueden ver icebergs. Es un documental de la BBC. El narrador dice: «El agua aquí está justo por encima de la congelación; suficiente para matar a la mayoría de personas en cuestión de un minuto».

Pero no a este hombre.

Él nada tranquilamente durante quince minutos. «Este tipo está loco», pienso para mí mismo; pero a la vez me intriga. ¿Quién es?

Su nombre es Wim Hof.

A pesar de que, de entrada, no entiendo la razón para nadar entre témpanos de hielo, siento curiosidad. Visiono otro vídeo. Esta vez, Hof nada por debajo del hielo. Es una locura. Sigo atento al vídeo. Hof corre una maratón en la nieve con el torso desnudo; corre una media maratón a través del desierto sin beber nada; se mete en un tanque de hielo durante una hora y cuarto; corre por el monte Everest en pantalón corto.

Después de pasar media hora boquiabierto viendo estos vídeos, me hago una pregunta: ¿cómo es posible?

Todavía en Internet, Hof explica que el 80 % de lo que hace está relacionado con la respiración. ¿Cómo? Yo mismo he estado realizando ejercicios respiratorios durante los últimos quince años y he escrito un libro sobre la respiración, pero no podría de ningún modo nadar por debajo del hielo sin morir congelado.

Eso me hace sentir aún más curiosidad.

¿Qué hace Hof con su respiración para que le permita hacer mucho más que otras personas? Como quiero preguntárselo personalmente, le envío un correo electrónico a tra­vés de www.innerfire.nl. No recibo respuesta. Envío otro co­rreo electrónico. No recibo respuesta. Entonces envío otro mencionando Verademing, el libro sobre la respiración que escribí junto a Bram Bakker. Sigo sin recibir respuesta. Pero tras seis intentos, finalmente recibo una respuesta de Enahm Hof, el hijo de Wim: «Estamos muy ocupados y mucha gente quiere hablar con Wim. Además, hay una investigación científica en curso en el Centro Médico de la Universidad de Radboud, donde pasamos mucho tiempo».

Pero, por suerte, puedo pasarme por allí y hablar con Wim.

Acordamos reunirnos en un complejo de casas de veraneo en el área oeste de Ámsterdam. Wim me saluda de manera cordial. Lleva una camiseta con el texto «No Rules Today».1 Es bueno saber que no sólo desafía todas las leyes fisiológicas, sino también las normas en general.

La conversación es de inmediato agradable y estimulante. Durante este primer encuentro, Wim me explica algunos ejercicios respiratorios (de los que hablaré más adelante) y realizamos unos cuantos allí mismo. Sorprendentemente fun­cionan. Me siento fuerte y despierto. También me explica que el entrenamiento frío en sí juega un papel importante a la hora de hacernos sentir bien. Sus hazañas extremas en el frío no son sólo un modo de demostrar lo que puede hacer con su cuerpo; el frío en sí tiene una función. Hof está convencido de que el frío es saludable y algo que deberíamos aprovechar más. También me explica cómo descubrió todo esto y cómo ayuda a las personas, que se benefician en gran medida de sus ejercicios respiratorios y del entrenamiento frío.

A continuación le pregunto por qué realiza todas esas ha­zañas extremas.

Sus ojos se abren más mientras dice: «Nuestra respiración es el vínculo entre el mundo físico y el alma. Si nosotros, como seres humanos, podemos recuperar nuestra alma, ganaremos la guerra».

Wim observa la expresión de estupefacción de mi cara y suelta una carcajada. «Me refiero a la guerra contra las bac­terias y los virus».

Sus hazañas extremas no son una finalidad en sí mismas. Quiere demostrar de lo que es capaz el cuerpo humano; no sólo su cuerpo, sino también el de todo el mundo. Incluso el tuyo y el mío. Wim nunca enferma y, para mucha gente, sus métodos funcionan mucho mejor que la medicina. Pero hasta hace poco no estaba claro cómo funcionaba exactamente. La buena noticia es que el secreto que Wim conoce desde hace décadas ha sido confirmado hace poco por la ciencia médica.

Podemos influir en el sistema nervioso autónomo de nuestro cuerpo.

Esto ha sido estudiado en el Centro Médico de la Universidad de Radboud, en la ciudad holandesa de Nijmegen. ¿Qué significa eso para enfermedades metabólicas como el reumatismo o la enfermedad de Crohn? ¿Y qué significa para las personas sanas? ¿Cuánta energía adicional nos puede aportar? Wim puede correr maratones en la nieve, pero ¿de qué somos capaces nosotros, los mortales comunes? ¿Podemos utilizar esa energía en nuestro trabajo? ¿Y podemos usar los métodos de Wim para curar la diabetes de tipo II? Suena casi demasiado bien para ser verdad.

Aun así, Wim quiere que su método conquiste el mundo y yo estoy dispuesto a ser su conejillo de indias. He empezado con los ejercicios respiratorios, tomo baños de hielo y practico para fortalecer mi compromiso; he tomado nota de todo lo que he experimentado. Además, he hablado con muchas personas que han empezado a utilizar esta técnica. Este libro es una reflexión sobre todo ello y, evidentemente, dedico mucha atención a la técnica, el origen y las bases del método de Wim.

En este libro escribo por norma general en primera persona del plural, porque se ha escrito a partir de las aportaciones de ambos, pero Wim ha contribuido en gran parte con sus conocimientos sustantivos. De vez en cuando, hablo en primera persona del singular porque observo lo que hace Wim desde la distancia. Así que ya sabes: «nosotros» se refiere a nosotros (Wim y Koen) y «yo» se refiere a mí (Koen).

Disfruta de la lectura de este libro y buena suerte con las duchas de agua fría.

Koen de Jong

1. Del inglés, «Hoy no hay reglas». (N. de la T.)

Introducción

En este libro describimos un método que combina ejercicios respiratorios, entrenamiento frío y compromiso. El método lleva el nombre de Wim Hof, ya que fue él quien unió estos tres componentes. También lleva su nombre por razones prácticas: ya era conocido por sus numerosas apariciones en televisión demostrando lo que podía hacer con el frío.

El método está basado en los muchos años de entrenamiento de Wim Hof en el medio natural. Durante mucho tiempo, ha puesto a prueba los límites de su cuerpo exponiéndolo a desafíos cada vez más extremos. Uno de los descubrimientos importantes durante este proceso es que es capaz de controlar sus funciones corporales de un modo que la ciencia no creía posible.

Todo el mundo puede levantar su mano derecha y rascarse la nariz con el dedo índice. Pero nadie puede, por ejemplo, combatir por sí mismo las bacterias que han sido inyectadas en su brazo. Hof puede hacer eso. Puede influir y controlar su sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso autónomo es el que regula cosas como la temperatura del cuerpo, el ritmo cardíaco, la presión arterial y la respiración, y determina si los vasos sanguíneos se dilatan o se contraen. En otras palabras, todo lo que sucede en nuestro organismo sin que seamos conscientes de ello.

Las personas «normales» no pueden controlar eso. Por eso se llama «sistema nervioso autónomo»; todo sucede de manera automática. El hecho de que Hof pueda controlar sus funciones autónomas ha sido considerado una maravilla médica desde hace mucho tiempo. Pero Hof lo ve de un modo distinto: está convencido de que todo el mundo, en teoría, es capaz de influir en su propio sistema nervioso autónomo.

En 2014 le dieron la razón. Un estudio científico realizado en el Centro Médico de la Universidad de Radboud, con veinticuatro sujetos de prueba, demostró que todas las personas que habían practicado el método de Hof eran capaces de controlar su sistema nervioso autónomo.

Un descubrimiento que cambiará el mundo

Las consecuencias a largo plazo de este descubrimiento todavía son imposibles de prever. Si las personas son capaces de influir en su sistema nervioso autónomo, ¿qué significa eso para aquellos que sufren enfermedades autoinmunes? Las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmunitario ataca a las células y tejidos del propio organismo por error. Si somos capaces de influir en nuestro propio sistema nervioso autónomo, ¿podemos avisar a nuestro cuerpo de que eso es perjudicial? ¿Y pueden las personas que tienen sobrepeso decirle a sus cuerpos que utilicen las grasas de baja energía como combustible?

Si realmente demostramos que somos capaces de controlar nuestro organismo, se abrirá un sinfín de posibilidades. Hasta ahora sólo hemos mencionado enfermedades graves, pero según Hof, su método también se puede utilizar para acabar con una resaca normal tras una noche de fiesta en la ciudad. Y puede proporcionarnos mucha más energía, incluso si estamos muy sanos.

Ahora que Hof ha demostrado científicamente que puede influir en su sistema nervioso, lo único que quiere es enseñar a tantas personas como sea posible a utilizar su método. Aunque, cuando una mujer le preguntó qué aprendería en uno de sus cursos, él le respondió: «No puedo enseñarte nada; sólo estás aquí para aprender a no hacer ciertas cosas».

Con eso, Hof se refiere a aprovechar la capacidad física que ya existe en nuestro cuerpo. Sólo tenemos que encontrar la clave para redescubrir ese potencial físico. Para ello, sólo necesitamos hacer dos cosas: ejercicios respiratorios y entrenamiento frío.

Para hacer estas dos cosas de la manera adecuada, es necesario tener un compromiso firme. Estos tres componentes (ejercicios respiratorios, entrenamiento frío y compromiso) constituyen lo que llamamos el método de Wim Hof (WHM, por sus siglas en inglés).

Describimos estos tres componentes por separado en tres capítulos y, naturalmente, proporcionamos ejercicios que puedes hacer sólo en casa y puedes empezar inmediatamente: incluso hoy mismo.

También facilitamos información de trasfondo sobre los ejercicios: ¿cómo puedes saber si están funcionando? ¿Cómo te afectan físicamente? Hof compartirá muchas de sus experiencias para motivarte y proporcionarte un entendimiento profundo de lo que sucede cuando utilizas su método. Pero Wim es un extremista. No es necesario que vayas a Islandia a nadar entre los icebergs durante un cuarto de hora. Tomar duchas de agua fría es suficiente para empezar. Por esta razón, hablamos de personas que ya están utilizando el WHM. Algunas de ellas tienen fascinantes historias que contar. Marianne Peper, por ejemplo, solía tomar doce tipos de medicación para su reumatismo y era incapaz de vestirse sola debido al dolor. Ahora ya no toma pastillas y se siente muy saludable.

Esperamos que historias como ésta te motiven para empezar a hacer los ejercicios. Sólo la combinación de ejercicios respiratorios y entrenamiento frío puede producir resultados asombrosos. Y damos la bienvenida al hecho de que puede que seas escéptico y no des valor nominal a nuestras fantásticas historias. En la medida en la que eres escéptico, también eres curioso e inquieto.

Hof también tiene oponentes que no son escépticos, sino cínicos. Le llaman charlatán. Pero si el escepticismo se convierte en cinismo, ya no puedes ver lo que funciona y lo que es posible. Así que, por favor, lee este libro con cierta dosis saludable de reservas, pero no te permitas ser demasiado cínico.

Antes de empezar el capítulo sobre el entrenamiento frío, conozcamos un poco más de cerca a Wim Hof. ¿Quién es este hombre que puede hacer mucho más que otras personas?

Wim Hof

Puesto que Wim Hof ideó el método que lleva su nombre, queremos explicar algo sobre él. De ese modo le conocerás un poco antes de empezar a trabajar con el WHM, y es bueno saber qué le hizo decidirse a buscar el frío y llegar a ser cada vez más extremista en esa búsqueda.

Sittard

Wim Hof nació en 1959 en Sittard, una ciudad del sur de Holanda. Tenía siete hermanos y dos hermanas. Nació en el pasillo del hospital. Después de que su madre hubiera dado a luz a su hermano gemelo André, nadie se percató de que un segundo bebé estaba en camino. Cuando los doctores ya se habían ido, su madre empezó a sentir contracciones de nuevo.

Como mujer católica, su madre rezó para que el segundo bebé también naciera sano. En su rezo, expresó la esperanza de que, si el niño nacía sano, creciera para llegar a ser misionero. La madre de Wim contaba esta historia con regularidad y él creía que las circunstancias de su nacimiento y la fuerza de su madre tuvieron una gran influencia sobre él en sus primeros años de vida.

Hof sintió fascinación por el frío desde una edad muy temprana. Una helada noche de invierno, cuando tenía siete años, un vecino lo encontró en la nieve. Hof se había levantado de la cama fuertemente atraído por el paisaje blanco. Había salido fuera y se había quedado dormido sobre la nieve. Si su vecino no lo hubiera descubierto, tal vez habría muerto congelado.

Cuando era un niño, no sólo sentía atracción por el frío, sino que también adoraba los libros. A los nueve años ya leía libros sobre religiones exóticas, yoga y meditación. Fue su hermano mayor quien despertó su interés, ya que había pasado varios meses haciendo autoestop por todo Oriente Medio y Extremo Oriente y había regresado con extrañas y fantásticas historias. Hace cuarenta años, un viaje de ese tipo a través de Turquía, Irán, Pakistán y la India todavía estaba rodeado de misterio.

Su hermano había cambiado; no sólo interiormente, sino también su aspecto. Su pelo y su ropa llamaban la atención en la calle. Wim admiraba a su hermano y sentía una fuerte atracción por los países lejanos y las religiones extrañas. También percibía una energía y una alegría en su hermano que le hacía sentir curiosidad.

La biblioteca local tenía libros sobre hinduismo y budismo y, siendo todavía muy joven, Hof aprendió a meditar con ellos. En la iglesia católica de Sittard, se concentraba en su respiración en lugar de escuchar el sermón. Aprendió yoga con el libro El yoga: inmortalidad y libertad de Mircea Eliade. En aquel entonces, Hof sólo tenía diez años e iba al colegio con una sana reticencia. Era conocido por ser un niño tenaz, listo y alegre.

Sentía un gran deseo por aprender, no a nivel intelectual, sino experimentando las cosas por sí mismo.

A los diecisiete años, Wim decidió abandonar el colegio y viajar a la India. Allí quería encontrar a un maestro que supiera más sobre lo que es realmente importante en la vida. Buscaba una comprensión espiritual más profunda.

India: agua fría en el Ganges

Tomó un vuelo hacia Karachi y, allí, un tren hacia Nueva Delhi. Durmió en el enorme complejo del templo de Birla Mandir en busca de yoguis. Allí conoció al propietario de un salón de té y al hijo rebelde de un magnate de las alfombras. Estos dos hombres convencieron a Hof para que les acompañara a Rishikesh y Badrinath, dos lugares de peregrinación en el Ganges, así que partieron juntos. Formaban un colorido trío: un sij fuerte y con barba que regentaba un salón de té, una oveja negra de la industria de las alfombras que podía conseguir todo lo que quisiera y estaba harto de la corrupción que había en su mundo y Hof, del que ambos pensaban que estaba loco porque iba a nadar al Ganges un par de veces al día. Incluso lo cruzaba nadando, lo cual no era fácil debido a las fuertes corrientes. También les impresionó con sus ejercicios acrobáticos de yoga, a pesar de no haber asistido clases de yoga en su vida.

En la India, Hof descubrió que su enfoque autodidacta ya le había llevado muy lejos. Ya podía sostenerse sobre una pierna y colocar la otra por detrás de la nuca, una postura que mucha gente tiene que practicar durante años antes de dominarla.

Sus compañeros de viaje se quedaron en un ashram, pero Hof no se sentía como en casa. No le gustaba el ambiente acogedor y empalagoso de los participantes extranjeros y, aunque muchos de los yoguis habían aprendido técnicas muy especiales, no le gustaba el modo en que se beneficiaban de ellas.

También descubrió que no podría aprender mucho de ellos, ya que ya había dominado sus trucos. Continuó su viaje en solitario y a pie.

El agua fría: un descubrimiento

Hof vivió una maravillosa experiencia en el lugar donde el Ganges rompe en una cascada entre altísimas montañas. Sintió paz interior y una fuerza inmensa. Sintió una necesidad irresistible de saltar por la cascada; y lo hizo. Tras nadar con dificultad, Hof se encontraba de pie bajo la poderosa cascada y el agua fría hizo que sus pensamientos se vieran interrumpidos de inmediato.

Esa sensación de una fuerza y un poder mucho mayores que él mismo se le quedó grabada. Desde entonces ama el agua helada.

Así que Hof había viajado a la India, la cuna de la espiritualidad, en busca del noúmeno (el espíritu que se encuentra tras los libros esotéricos) y había descubierto el impacto que el frío provocaba en su cuerpo y, sobre todo, en su mente.

Tras este descubrimiento, Hof no se quedó en la India mucho más tiempo. Amaba el país, el clima y su gente, pero añoraba los Países Bajos y decidió volver. En aquel momento no sabía qué iba a hacer, pero la lección del agua fría le había causado una profunda impresión. Sabía que tenía que hacer algo con ello.

Ámsterdam

En 1979, cuando tenía veinte años, Hof se fue a vivir a una casa de okupas en Ámsterdam. A través de uno de los amigos de su hermano encontró un sitio en De Wielingen,un antiguo orfanato, donde vivía con otros noventa okupas. Llevaba una vida ascética, comía poco y practicaba mucho yoga. Su estilo de vida era muy diferente al de los estudiantes con aspecto hippy que vivían en la casa okupa y que consumían LSD, porros y pasteles de marihuana para alcanzar un estado místico.

Hof enseñaba en el Vondelpark, a cualquiera que estuviera interesado, las posturas de yoga que dominaba, y le gustaba explicar su base fisiológica. Un soleado día de otoño, Hof estaba nadando en un lago del parque. Empapado, se sentó al sol para secarse. Entonces sintió dos manos sobre su espalda, que pronto empezaron a masajearle. Hof se quedó sentado en su postura de yoga y no se volvió para mirar; y allí, en el teatro al aire libre del Vondelpark, sintió amor. Después del masaje, se volvió y miró directamente a los ojos de la mujer que le había dado el masaje. Le hizo sonreír de alegría.

La mujer se llamaba Olaya y era española, concretamente, vasca. Desde ese momento en el parque, se hicieron inseparables durante un año. Muy enamorada, Olaya se fue a vivir con Hof a la casa okupa. Durante ese primer año no practicaron sexo, aunque dormían juntos en un colchón individual. Su relación platónica era cálida y física. La vida de Hof estaba dedicada al yoga y su novia española lo respetaba.

Al cabo de un año, Olaya añoraba su país y volvió a su hogar en el norte de España. Hof quería ver más mundo, así que junto a su hermano gemelo, se fueron en bicicleta a Senegal.