El Ruletista - Mircea Cartarescu - E-Book

El Ruletista E-Book

Mircea Cartarescu

0,0

Beschreibung

Prohibido durante años en Rumanía por lo explícito de su argumento, "El Ruletista" constituye uno de los más brillantes hitos narrativos de la reciente literatura europea. Esta pieza, tan breve como intensa, narra la improbable historia de un hombre al que nunca le ha sonreído la suerte, un desarraigado que sorprendentemente hace fortuna participando en letales sesiones de ruleta rusa. Multitudes enfervorecidas, presas del morbo, guardan cola para participar en las ceremonias de muerte y redención en que se convierten sus apariciones, y que dan paso a la histeria colectiva. Un escritor moribundo que conoció al Ruletista en su juventud intenta explicar cómo ese hombre insulso termina convirtiéndose en alguien inmortal y aparentemente inexpugnable, cuando en realidad en él solo anida el más desesperado espíritu de la autodestrucción.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 55

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



El Ruletista

Mircea Cărtărescu

Traducción del rumano y prefacio a cargo de

Marian Ochoa de Eribe Urdinguio

Cărtărescu,enfant terriblede la literatura rumana

por Marian Ochoa de Uribe Urdinguio

Autor imprescindible para unos, objeto de la ira implacable de otros y candidato al Nobel de Literatura en los círculos internacionales, lo cierto es que la producción literaria de Mircea Cărtărescu no deja indiferentes a los lectores, a los críticos ni a los intelectuales de su país. Cărtărescu nació en Bucarest en 1956, estudió en la Facultad de Letras de la capital y se convirtió, desde bien temprano, en líder de opinión entre los jóvenes poetas que frecuentaban el Cenáculo del lunes, a cargo por aquel entonces del prestigioso profesor y crítico literario Nicolae Manolescu. Marcado profundamente por esa experiencia, nunca ha dejado de repetir —tal y como recuerda Alexandru Ştefanescu en su recientemente publicada IstoriaLiteraturii Române Contemporane— que los años de estudiante universitario constituyen su «estado espiritual» predilecto. Desde 1989, Mircea Cărtărescu es profesor de la misma Facultad de Letras de Bucarest, ha coordinado un selecto taller de escritura del que han salido algunos de los jóvenes autores más interesantes del momento y participa como profesor invitado en las más prestigiosas universidades europeas.

Su actividad literaria nace en el ámbito de la poesía y se ve bendecida por el éxito temprano: su primer libro de poemas, Faruri, vitrine, fotografii (Faros, escaparates, fotografías, 1980), obtiene el premio al mejor autor novel por parte de la Unión de Escritores de Rumania. Tras dos incursiones más en el mundo de la poesía, Cărtărescu publica su primer volumen de prosa titulado Visul (El sueño), en 1989, tan sólo dos meses antes del estallido de la revolución que acabó con la dictadura de Nicolae Ceauşescu. Era precisamente «El Ruletista» —el cuento que aquí presentamos—, el que abría la serie de historias interrelacionadas que lo componían. Sin embargo, este relato no superó el control de la censura comunista que lo consideró demasiado violento (el texto llegó incluso a pasar por las manos del presidente de la Unión de Escritores) y el autor se vio obligado a renunciar a él y a aceptar la mutilación de parte de los otros relatos.

Antes de la larga peripecia por salir a la luz, las diferentes historias que lo componían fueron leídas íntegramente en las sesiones del cenáculo estudiantil Junimea (Juventud), dirigido por Ovid Crohmalniceanu. Su lectura cosechó un éxito sin precedentes entre un público entregado que abarrotaba la sala. Hubo que esperar, sin embargo, hasta 1993 para ver publicado El sueño en su totalidad, esta vez bajo el título original de Nostalgia —un título que tampoco había sido del gusto de los censores comunistas y que, en realidad, estaba inspirado en la película del mismo nombre del director ruso Andrei Tarkovsky—. A éste le siguieron Travesti (1994), Orbitor (Cegador), Enciclopedia Zmeilor (La enciclopedia de los dragones, 2002), De ce iubim femeile (Por qué nos gustan las mujeres)…

¿Dónde se encuadra la obra de Mircea Cărtărescu en el contexto literario de su país? Analizada en su conjunto, la evolución de la literatura rumana del siglo xx está profundamente marcada por la convulsa historia del país. En los años 80, cuando arranca la trayectoria artística del autor, es el Partido —a través de sus diversas instancias interpuestas— el que controla férreamente la actividad literaria, el que fija, en última instancia, el canon literario y decide qué artistas reúnen el perfil adecuado para formar parte del mismo. ¡No se puede olvidar, por increíble que pueda resultarle al lector de hoy en día, que los rumanos estaban obligados a declarar en la policía la posesión de una simple máquina de escribir! Y tampoco es de extrañar, por tanto, que Cărtărescu hable de la naturaleza anormal de gran parte de la literatura rumana de los años 60 y 70.

En ese entorno artístico sometido a la escrupulosa labor de los censores irrumpe la generación en la que se incluye al joven Cărtărescu: se trata de un colectivo de jóvenes autores que aspiran a romper con el lenguaje literario de las generaciones precedentes. Así, no dudan en buscar sus referentes inmediatos en la literatura norteamericana antes que en la europea y seguir la estela de Allen Ginsberg, John Ashbery o Frank O’Hara. Ese movimiento ha sido calificado como «textualismo», «ochentismo» o «lunedismo», pero es la etiqueta de Postmodernismo la que más éxito ha cosechado entre los críticos. ¿Hasta qué punto podemos calificar de postmoderna la obra de Cărtărescu? O, más apropiadamente aún, ¿de qué hablamos cuando hablamos del postmodernismo en la literatura rumana? Como el propio autor señala en una reciente entrevista, la «Generación de los 80» no fue otra cosa que el resultado del esfuerzo por acompasar la literatura rumana con la literatura del momento y por enlazarla, a su vez, con la gran generación de los vanguardistas rumanos anteriores a la II Guerra Mundial. Cabe recordar aquí que Rumania es la patria de algunos de los más importantes renovadores del lenguaje literario del siglo xx: nos referimos a Tristan Tzara, al inmenso Urmuz o al padre del teatro del absurdo, Eugène Ionesco A tenor de este planteamiento, más que de Postmodernismo habría que hablar de autores Neovanguardistas. Los autores de esa generación, con Cărtărescu a la cabeza, cultivan con frenesí el mismo narcisismo mimado por la vida urbana o el mismo espíritu lúdico, exaltado y pueril de sus predecesores vanguardistas.

En la obra de Mircea Cărtărescu —y el relato que aquí nos ocupa es un acabado ejemplo— late con fuerza, junto a esa vena postmoderna o neovanguardista que acabamos de definir, otra vena que la entronca en una tradición propia y original de la literatura rumana: el onirismo