Entre humo y arcilla: contaminación ambiental y sobrevivencia humana en la producción artesanal de ladrillos - Joaquín Antonio Quiroz Carranza - E-Book

Entre humo y arcilla: contaminación ambiental y sobrevivencia humana en la producción artesanal de ladrillos E-Book

Joaquín Antonio Quiroz Carranza

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Beschreibung

Entre las ciudades de San Juan del Río y Tequisquiapan, en el estado de Querétaro, se encuentran cinco localidades: San Pedro Ahuacatlán y Visthá, pertenecientes al municipio de San Juan del Río y Santa María del Camino, Bordo Blanco y San Nicolás, que corresponden al municipio de Tequisquiapan. Estas localidades se caracterízan físicamente por sus viviendas de ladrillo rojo recocido, sus calles empedradas o de tierra suelta, y por su principal actividad económica: la producción artesanal de ladrillos.

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Prólogo

Introducción

Capítulo 1

1. DESCRIPCIÓN GENERAL DE LA REGIÓN

MUNICIPIO DE TEQUISQUIAPAN

San Nicolás

Bordo Blanco

MUNICIPIO DE EL MARQUÉS

Jesús María Barrientos

La Griega

MUNICIPIO DE SAN JUAN DEL RÍO

Visthá

San Pedro Ahuacatlán

MUNICIPIO DE SANTIAGO DE QUERÉTARO

La Solana

MUNICIPIO DE PEDRO ESCOBEDO

1.2 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1.3 EL ORIGEN DE LOS LADRILLOS ROJOS RECOCIDOS

Capítulo 2

2. PROCESO DE PRODUCCIÓN DE LADRILLOS EN LOS HORNOS LADRILLEROS

2.1. Características físicas y propiedades mecánicas de los ladrillos rojos

2.2 Los hornos ladrilleros en México

Procesos y condiciones de trabajo durante la fabricación de ladrillos artesanales

Obtención de la materia prima

Corte de la mezcla

Preparación de la “moldera” y del “polvillo”

Oreado y “canteo” de los ladrillos, apilado de los ladrillos

Proceso, preparacion y producto final

2.3 Riesgos presentes en el proceso de elaboración artesanal de ladrillos

2.4 Tecnología empleada y niveles de eficiencia

Capítulo 3

3. CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

3.1 Contaminación ambiental a nivel internacional

3.2 Contaminación ambiental en México

3.3 Contaminacion ambiental en Querétaro

3.4 Partículas atmosféricas, origen y peligrosidad

3.5 Contaminación ambiental por compuestos orgánicos persistentes

3.6 Contaminación ambiental por compuestos orgánicos persistentes en Tequisquiapan y San Juan del Río

Capítulo 4

4. EL ORIGEN DEL DESASTRE, ASUMIENDO RESPONSABILIDADES

4.1 La sociedad civil

Capítulo 5

5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

5.1 Recomendaciones

Agradecimientos

Anexo fotográfico

Glosario

Literatura consultada

Aviso legal

Prólogo

Entre las ciudades de San Juan del Río y Tequisquiapan, en el estado de Querétaro, se encuentran cinco localidades: San Pedro Ahuacatlán y Visthá, pertenecientes al municipio de San Juan del Río y Santa María del Camino, Bordo Blanco y San Nicolás, que corresponden al municipio de Tequisquiapan. Estas localidades se caracterízan físicamente por sus viviendas de ladrillo rojo recocido, sus calles empedradas o de tierra suelta, y por su principal actividad económica: la producción artesanal de ladrillos.

En estas cinco localidades funcionan 546 hornos ladrilleros artesanales, que representan el 72.3 % del total de hornos ladrilleros del estado de Querétaro. En estos hornos los procedimientos de fabricación son diversos, se utilizan mezclas de materiales diferentes y varios tipos de combustibles. En cada localidad las formas de organización y las relaciones sociales cambian, dándoles una particularidad específica. En cada horno laboran en promedio seis o siete trabajadores, quienes producen alrededor de 12 mil ladrillos al mes. Sólo en la localidad de San Nicolás se encuentran 251 unidades de producción ladrillera.

Mientras se recorren los caminos y calles de estas localidades, surgen en la mente preguntas, muchas de las cuales no tienen una respuesta fácil, por lo que es necesario indagar y sistematizar información. Por ejemplo ¿cómo creció el número de hornos ladrilleros en la región?, ¿cuántos años tiene esta actividad?, ¿sus formas de producción y organización son similares en las distintas localidades?, ¿todos los ladrilleros usan combustibles similares?, ¿la contaminación local tiene un origen común?, ¿cómo ha evolucionado el proceso tecnológico? y muchas interrogantes más.

De la misma forma, al ir caminado por las calles empedradas o de tierra suelta, mientras el rostro se quema con el sol y la garganta se irrita por el polvo y el humo, se observa que durante la temporada seca se levantan las tolvaneras, dispersando polvos que muestran como el suelo de estos sitios ha sufrido cambios, los cuales originalmente estaban cubiertos de tierra negra de cultivo, porciones vegetales y sembradíos diversos. Lamentablemente, la extracción de arcilla, el uso de materiales residuales como combustibles en los hornos ladrilleros, el continuo tránsito vehícular y la industria regional han contribuido a que el suelo, el agua y el aire cambien su composición natural.

En los hornos ladrilleros de esta región de Querétaro laboran aproximadamente 3300 trabajadores, en muchos de los casos acompañados de sus hijos. Los productores realizan sus labores en condiciones adversas: sin instalaciones y equipos adecuados, bajo condiciones meteorológicas difíciles, carecen de seguridad social, laboran jornadas de 12 ó más horas diarias, durante las cuales los riesgos mecánicos, físicos, químicos y de salud son elevados, todo ello en condiciones de tensión, esfuerzo fisiológico y angustia permanente.

Adicionalmente, los productores ladrilleros tienen que enfrentar los clásicos problemas de la economía local, nacional y global: monopolios en el suministros de materiales y combustibles, intermediarios en la comercialización de sus productos, tráfico de influencias políticas y uso de la fuerza pública en beneficio de unos pocos.

En cada horno los seis o siete trabajadores reúnen los materiales básicos y preparan la argamasa o mezcla con arcilla, agua y otros materiales; cada mes fabrican cerca de 10 mil ladrillos, mismos que venden entre $1.2 y $1.6 pesos por pieza, precio fijado por los industriales de la construcción o los intermediarios locales. El ingreso bruto por horno al mes es de aproximadamente $12,000.00 a $16,000.00 pesos, que si fuera distribuido equitativamente entre los trabajadores, sólo alcanzarían entre $1700 a $2670 pesos mensuales cada uno.

En México nadie puede vivir con un ingreso mensual tan bajo, monto al que se le tiene que descontar el costo de los materiales y la reparación de horno, entre otros. Para lograr un beneficio económico relativo, los productores ladrilleros deben disponer de combustibles de bajo costo, entendiéndose por combustible a cualquier sustancia o compuesto susceptible de ser quemado. Los ladrilleros utilizan diversos materiales como combustibles, por ejemplo aceites automotrices residuales, neumáticos fuera de uso, envases de plástico, residuos sólidos y líquidos, aserrín, madera residual, fibras sintéticas y naturales, residuos industriales, mezclas de solventes, basura, residuos biológico-infecciosos, entre muchos otros. El uso de cualquiera de los materiales anteriormente mencionados depende del conocimiento, conciencia ambiental y características organizacionales de los productores.

La simple acción de entregar residuos industriales peligrosos o biológico-infecciosos a un particular no registrado en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), viola la legislación ambiental mexicana, y pone en entredicho la capacidad de las autoridades municipales, estatales y federales para salvaguardar el ambiente natural, y respetar las garantías individuales y otros artículos fundamentales de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como las leyes generales, los convenios y tratados internacionales y los reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas (NOM).

El resultado del sistema de producción artesanal de ladrillos es, por una parte, la acumulación desorbitada de ganancias en aquellos que monopolizan la comercialización de combustibles o minerales (materias primas para la elaboración de ladrillos), así como de los grandes industriales y comerciantes de la construcción, y por la otra, la desolación ambiental: sólo queda un páramo yermo, cuyo suelo horadado da la impresión de un paisaje lunar, pequeños y grandes cráteres, cauces de agua contaminada y grandes cantidades de partículas y gases en la atmósfera, así como empobrecimiento económico de los pobladores y decaimiento de la salud pública.

El suelo, el agua y el aire de la patria no únicamente están profanados por la avaricia de los caciques locales y nacionales, sino que están degradados y contaminados física y químicamente. De la misma forma el ambiente social y la salud humana se deterioran paulatina e inexorablemente por la voracidad del capital inmobiliario, industrial y comercial.

Un caso emblemático en la historia oculta de la producción de ladrillos en México es el famoso Parque Hundido ubicado entre las calles Insurgentes Sur, Porfirio Díaz y Millet, en la colonia Extremadura Insurgentes de la Ciudad de México. Este predio originalmente fue ocupado por la Compañía Ladrillera La Noche Buena la cual extrajo una gran cantidad de arcilla de ese sitio durante el siglo XIX, provocando un desnivel de varios metros y que hoy le da al parque su característica fundamental: estar hundido.

En 1893, se plantó una gran cantidad de árboles en el predio La Noche Buena que en el siglo XX se nombró popularmente Parque Hundido; posteriormente, durante en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), se nombró parque Luis G. Urbina. Este parque es una evidencia del esfuerzo que es necesario realizar para minimizar el daño ambiental provocado por la extracción indiscriminada de recursos minerales.

Los procesos que giran en torno a la producción de ladrillos artesanales violan la legislación mexicana en materia ambiental, así como la laboral; por una parte las empresas generadoras de residuos tóxicos peligrosos y biológico-infecciosos deben, por obligación, entregarlos a empresas certificadas para su disposición o confinamiento; entregarlos para su combustión informal es totalmente ilegal. De la misma forma las instituciones municipales, estatales y federales incumplen convenios y tratados internacionales, reglamentos y Normas Oficiales Mexicanas que por ser aprobados por el poder legislativo son de cumplimiento obligatorio en todo el territorio nacional. Los industriales de la construcción, al fijar,, formal o informalmente,, un precio subvaluado al ladrillo rojo y otros productos de barro, y usarlos como insumo, causan un profundo deterioro ambiental y social, al convertir los pasivos ambientales y sociales en ganancia neta.

El sistema que envuelve la producción artesanal de ladrillos es un proceso que transforma los pasivos ambientales y sociales en ganancia de los capitalistas del sector constructivo y de aquellos que monopolizan los insumos, ya que el costo económico del deterioro ambiental como erosión del suelo, contaminación del agua y el aire, así como la degradación social, se transfiere en forma de plusvalía a los grandes industriales de la construcción y comercializadores de materiales del ramo.

En esta situación de contaminación ambiental y empobrecimiento social, se aprecia claramente la contradicción fundamental de nuestra época entre el capital y el ambiente natural y social. Contradicción que sólo puede ser resuelta por la sociedad civil organizada e informada, pues es ella la única capaz de obligar a los representantes de elección popular: diputados, senadores, alcaldes, gobernadores o ejecutivo federal, a resolver de forma expedita esta situación, pues es de incumbencia federal y estatal ya que existen más de 10 mil hornos ladrilleros dispersos en 29 entidades de la República Mexicana, miles de familias sobreviven con esta labor, la salud de cientos de miles de habitantes se ve afectada y el ambiente natural contaminado.

Existen diversas evidencias históricas de esta problemática, particularmente, la pintura de la artista mexicana Frida Kahlo titulada Hornos ladrilleros que pintó en 1954, muestra esta actividad productiva. Actualmente la pintura se expone en el museo que lleva el nombre de la artista, conocido como la Casa Azul en Coyoacán, Ciudad de México.

Asimismo, existen evidencias que explican el daño en ocasiones irreversible a la salud humana y a los ecosistemas acuáticos y terrestres, causado por las emisiones derivadas de la combustión de residuos urbanos y sustancias tóxicas peligrosas. Estas evidencias han sido publicadas por cientificos mexicanos, así como por académicos de universidades extranjeras.

También es evidente que la fabricación artesanal de ladrillos se desarrolla bajo un esquema de atraso tecnológico, ineficiencia energética e inequidad social, pues esta actividad es realizada por quienes carecen de otras alternativas laborales y dependen de ella para satisfacer parcialmente sus necesidades, cuando es obligación de los tres niveles de gobierno el fomento de empleos suficientes, bien remunerados y seguridad social.

En este libro se describen las condiciones ambientales, sociales y económicas de la producción en los hornos ladrilleros, particularmente en las localidades de San Nicolás y Bordo Blanco, ubicadas en el municipio de Tequisquiapan, Querétaro, que a su vez reflejan la situación que se presenta en diversas localidades de Querétaro y en cientos de localidades distribuidas en la República Mexicana donde se desarrolla la producción ladrillera artesanal.

Mucho se ha dicho, en los diarios locales y en diferentes foros ambientalistas, sobre el impacto ambiental y en la salud humana de la microindustria ladrillera artesanal. Los epítetos generalizan y no proponen acciones concretas que contribuyan a buscar y aplicar emprendimientos novedosos para hacer más digna esta actividad productiva, impulsando otras que permitan ingresos a los pobladores o bien faciliten información a los ladrilleros para mejorar su proceso o hacer de esta actividad una forma más amigable con el ambiente, justa y equitativa, para que contribuya a mejorar las condiciones de vida de los habitantes, sin causar efectos nocivos al ambiente natural y a la salud humana.

En general, las políticas públicas diseñadas deberían considerar un criterio de selección de los sectores a beneficiarse, fijar objetivos, prioridades y articular esas acciones con otras políticas existentes. Con este trabajo se pretende realizar un diagnóstico para identificar las limitantes en el sector ladrillero del estado de Querétaro. Los temas que aborda este diagnóstico son la descripción general de la región, los aspectos geográficos y socioeconómicos, el origen de los ladrillos rojos recocidos, los hornos ladrilleros en México, los procesos y condiciones de trabajo, los beneficios económicos y laborales, la tecnología empleada, la contaminación atmosférica, la contaminación ambiental y la legislación ambiental y Normas Oficiales Mexicanas de Calidad del Aire.

Uno de los objetivos principales de este trabajo es contribuir al conocimiento de la situación urbana y ambiental de las familias que se dedican a esta actividad en Querétaro, para que la sociedad civil tome conciencia, forme su propia opinión y genere los argumentos necesarios para cumplir con su función transformadora y crítica de la República, recuperando su capacidad para salvaguardar su ambiente natural, patrimonio histórico de la nación, derecho constitucional prescrito en la Carta Magna.

Este libro se divide en cinco capítulos, en el primero se describe, de forma general, las características de los municipios y localidades de Querétaro con actividad ladrillera. En el segundo capítulo se explica el procedimiento de fabricación artesanal de ladrillos y se describen los procesos de cocimiento en los hornos. En el tercero se discuten los efectos nocivos sobre la salud humana y los ecosistemas de los contaminantes atmosféricos emitidos por la combustión de los hornos. En el cuarto se habla de los orígenes de la problemática ambiental, las repercusiones en las localidades presentadas, así como propuestas para mejorar los procesos de producción y finalmente, en el quinto capítulo, se hace una discusión y se listan las conclusiones sobresalientes.

Los autores consideramos que para facilitar la lectura del libro era importante utilizar un lenguaje sencillo, poco técnico y casi omitir las citas puntuales, pero se reconocen las obras consultadas al final, en la sección de Literatura consultada.

INTRODUCCIÓN

Viva el harapo, señor, y la mesa sin mantel.

Viva el que huela a callejuela, a palabrota y taller

Silvio Rodríguez, canción “En harapos”.

El uso de un horno ladrillero artesanal implica una tecnología utilizada en microempresas dedicadas a la elaboración de diversos productos cuyo insumo fundamental es el barro, en ellas se fabrican los clásicos ladrillos rojos recocidos, además de losetas, tejas, cuñas y otros materiales básicos para la industria de la construcción.

Los llamados hornos ladrilleros son la base tecnológica de microempresas de carácter familiar, caracterizados por un funcionamiento irregular, carecen de registro ambiental y fiscal, no poseen nombre formal, ni otro reconocimiento, excepto el de unidad económica, dado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el Censo de Población y Vivienda. De acuerdo con el Censo Económico 2009 del INEGI, en el país había 10 mil 251 unidades económicas de fabricación de ladrillos, aunque la Red de Información de Productores de Ladrillos (Red Ladrilleras) estima que en México existen 16 mil 953 unidades de producción. Se trata, entonces, de un sector de gran impacto económico que a la fecha sigue realizando la fabicación de ladrillos bajo un proceso artesanal altamente contaminante.

En este libro se abordará la problemática ambiental, económica y social en torno a la producción de los hornos ladrilleros en las localidades a lo largo de los municipios al suroeste del estado queretano, en particular del municipio de Tequisquipan. Este acercamiento se hace desde una perspectiva de responsabilidad ambiental integral y no como convencionalmente lo hacen las instituciones gubernamentales que únicamente plantean soluciones tecnológicas o normativas. Ya que un problema complejo requiere invariablemente un análisis integral y propuestas holísticas.

Para lograr lo anterior se ha consultado la información más reciente, con la finalidad de conjuntar diversos elementos que están dispersos en la literatura especializada, poco accesible a la sociedad civil, y que deben estar presentes en la toma de decisiones de este sector, así como de las instituciones gubernamentales.

En este contexto se ha dialogado con productores ladrilleros y se ha compartido con ellos el trabajo de elaboración de ladrillos, bajo las condiciones normales, con la finalidad de vivenciar esta actividad y valorizarla.

De esta forma, el análisis del desarrollo de esta actividad se emprende considerando la responsabilidad ambiental de productores, empresarios, funcionarios gubernamentales, comerciantes de la construcción, intermediarios, así como de los usuarios y la sociedad civil. Se identifica la distribución inequitativa de los beneficios económicos derivados de la producción y comercialización de ladrillos y el reparto no homogéneo de los daños y perjuicios como elemento central de este conflicto entre el capital y el ambiente socioeconómico y natural.

Cabe mencionar que México se encuentra en una situación muy atrasada respecto a sus pares de América Latina, pues países como Brasil, Chile, Argentina, Colombia, Perú y Bolivia lo superan en estrategias de la producción. La actividad ladrillera en México es un sector relevante de la economía, tiene una importante función social, ya que es un sector que absorbe una gran cantidad de mano de obra familiar en el país. Sin embargo, los altibajos nacionales, los drásticos cambios financieros y las transformaciones políticas, económicas y sociales no han hecho fácil el camino y desarrollo de esta actividad. El análisis del sector y de las circunstancias del país que han condicionado su desarrollo representan un reto.

Es así que investigamos la elaboración artesanal y la fabricación industrial de productos alternos en el país, así como la oferta y la demanda para tener una comprensión del mercado, como base para que en el futuro la autoridad federal decida la viabilidad económica de llevar a cabo un proyecto piloto integral que contribuya a resolver el problema de contaminación que generan las ladrilleras artesanales.