Estudios del agua con enfoque de género -  - E-Book

Estudios del agua con enfoque de género E-Book

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Beschreibung

El objetivo general de esta obra es evidenciar el papel de la participación de las mujeres en los conflictos por el agua, tanto para uso urbano como para el uso rural, así como mostrar los liderazgos de estas en los procesos de resistencia frente a los megaproyectos causados por el desarrollo urbano, por la construcción de infraestructura hídrica y por las formas tradicionales de organización rural, caracterizadas por relaciones de género desiguales. Este libro ofrece una serie de capítulos que evidencian diferentes problemáticas en las que la participación femenil ha sido fundamental para su solución. Para ello se analizan, desde distintas disciplinas, pero con metodología cualitativa como punto de enlace −entrevistas y trabajo de campo, principalmente−, casos de estudio, mismos que se ubican en México, Argentina y Ecuador. En los dos ejes temáticos de esta investigación, los lectores podrán encontrar estudios sobre el ecofeminismo; el liderazgo y la participación de las mujeres en conflictos urbanos originados por el desarrollo inmobiliario; la escasez del agua y la construcción de prácticas de reúso bajo una perspectiva de género; la gestión comunitaria del agua y la construcción de relaciones de género, así como la dominación masculina en el manejo y administración del agua para riego. Este conjunto de textos ofrece la oportunidad de visibilizar la participación y protagonismo de las activistas femeninas en temas relacionados con la gestión, administración, apropiación y conflictos por el agua, lo que no es menor en el actual contexto mundial.

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cip instituto mora. biblioteca ernesto de la torre villar

nombres: Martínez Omaña, María Concepción | Rodríguez Sánchez, Antonio

título: Estudios del agua con enfoque de género : testimonios de conflictos urbanos, estructura de poder rural, liderazgo de mujeres y procesos de resistencia / María Concepción Martínez Omaña y Antonio Rodríguez Sánchez (coordinadores).

descripción: Primera edición | Ciudad de México : Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 2022 | Serie: Colección Contemporánea. Serie Estudios regionales.

palabras clave: | Morelos | Pedregal de Santo Domingo (Ciudad de México) | León (Guanajuato) | Cayambe (Ecuador) | Valle de Famatina (Argentina) | Río Duero (Michoacán) | Agua | Escasez | Administración | Gestión | Conflictos medioambientales | Mujeres | Liderazgo | Ecofeminismo | Ambientalismo | Perspectiva de género | Movimientos sociales | Estudio de casos |

clasificación: DEWEY 333.91 EST.d | LC HD1635 E8

Imágenes de portada: superiores, Mujeres y niños con cartelones en plantón Azteca 215, Coyoacán, y Mitin Azteca 215, Coyoacán. Acervo documental de la Asamblea de Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán. Inferiores, Señora del Comité de Defensa del Agua, Santo Domingo, Coyoacán. Acervo documental de la Asamblea de Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán. Acto ritual de sanación del lago Poopó. Wikimedia Commons.

Este libro fue evaluado por el Consejo Editorial del Instituto Mora y se sometió al proceso de dictaminación en sistema doble ciego siendo aprobado para su publicación.

Primera edición electrónica, 2024 Primera edición, 2022

D. R. © Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora Calle Plaza Valentín Gómez Farías 12, San Juan Mixcoac, 03730, Ciudad de México Conozca nuestro catálogo en <www.mora.edu.mx>

ISBN: 978-607-8793-66-2 Rústica ISBN 978-607-8953-20-2 ePub

Hecho en México Made in Mexico

Índice

Introducción

María Concepción Martínez Omaña y Antonio Rodríguez Sánchez

PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LOS CONFLICTOS MEDIOAMBIENTALES. DISPUTAS POR EL AGUA Y EL TERRITORIO FRENTE A LOS MEGAPROYECTOS

Agua, territorio e identidad: el liderazgo de las mujeres en los Altos de Morelos, México, y Cayambe, Ecuador

Radamés Villagómez-Reséndiz

El ecofeminismo en los conflictos mineros por el agua y el territorio. Una aproximación desde el proceso de resistencia del Valle de Famatina, Argentina

Marian Sola Álvarez

La participación de las mujeres en los conflictos por el agua en la Ciudad de México: el caso del Pedregal de Santo Domingo, Coyoacán

María Concepción Martínez Omaña y Antonio Rodríguez Sánchez

RELACIONES DE GÉNERO EN LA GESTIÓN COMUNITARIA Y SOCIAL DEL AGUA ANTE A ESCASEZ DEL AGUA Y CONSERVACIÓN DEL MEDIOMBIENTE

Gestión comunitaria del agua de manantial y la construcción de relaciones de género en la cuenca alta del río Duero

Adriana Sandoval Moreno

La administración de la escasez del agua y la construcción de prácticas de reúso bajo una perspectiva de género: el caso de Ladrilleras del Refugio en León, Guanajuato

Jennifer Diana Hernández González

La organización ejidal: bastión de la dominación masculina en el manejo y administración del agua para riego

Gaia Alejandra Troncoso Arredondo

Índice geográfico

Sobre los autores

Introducción

María Concepción Martínez Omaña y Antonio Rodríguez Sánchez

La obra colectiva Estudios del agua con enfoque de género: testimonios de conflictos urbanos, estructuras de poder rural, liderazgo de mujeres y procesos de resistencia, que aquí presentamos en seis capítulos, constituye uno de los productos del Seminario de Investigación Interinstitucional Estudios Teóricos y Empíricos sobre Agua, Territorio y Sociedad en la Historia. Dicho Seminario inició hace una década, en octubre de 2011, en un principio reunido en las instalaciones tanto del ciesas-Ciudad de México como del Instituto Mora. Desde entonces sus objetivos son reunir a un grupo interdisciplinar de estudiosos del agua en procesos de larga duración, que consideren el papel de las instituciones, las políticas públicas, los actores sociales y los distintos campos en los que se desenvuelve su acción como ejes articuladores de las problemáticas en torno al agua y el medioambiente; identificar rasgos comunes y contrastar las expresiones entre procesos históricos que desde ángulos específicos espacio-temporales y distintos abordajes teóricos, permitan generar conocimientos nuevos sobre la problemática social del agua y el territorio, así como discutir en torno al poder, al conflicto, las representaciones sociales que, entre otros factores instrumentales, forman parte de la dinámica de tales procesos. Por otra parte, el Seminario pretende fortalecer las líneas de investigación sobre política, gestión y cultura del agua, prácticas y representaciones sociales en el siglo xx, que desarrollamos en el Instituto Mora, así como la línea de conocimiento de la maestría en Estudios Regionales, algunos de cuyos egresados han participado en el Seminario.

Cabe destacar que, durante sus diez años de existencia, el Seminario ha transitado por varias etapas y modalidades de organización. Desde un coloquio, la presentación de conferencias con especialistas en temas actuales del agua, así como un ciclo de documentales sobre experiencias regionales respecto de la problemática y de los conflictos del agua.

En este espacio también se organizan sesiones de discusión sobre avances de investigación articulados por un tema y con los ejes analíticos definidos por los miembros del Seminario. De ello resultó la obra publicada Agua e historia. Estado, conflictos e impactos ambientales, experiencias regionales, siglos xix-xxi, que analiza diferentes problemáticas histórico-regionales sobre el papel del Estado, el desempeño de las políticas públicas, las relaciones de poder entre los actores, la conflictividad y las dinámicas económicas, espaciales y ambientales, así como la obra que aquí presentamos: Estudios del agua con enfoque de género: testimonios de conflictos urbanos, estructuras de poder rural, liderazgo de mujeres y procesos de resistencia. Cabe mencionar que estas obras de carácter colectivo y con estricto rigor académico responden a una de las metas del Seminario, la cual plantea consolidar un grupo de investigación interdisciplinario que, a partir de investigaciones histórico-regionales, produzca conocimientos innovadores sobre los procesos sociales del agua y documenten los cambios y persistencias de las relaciones sociales que se establecen en torno al agua en procesos de largo plazo.

Cabe destacar que el objetivo e interés de la obra que aquí presentamos es evidenciar el papel de la participación de las mujeres en los conflictos del agua, tanto para uso urbano como para uso rural, así como mostrar los liderazgos de las mujeres en los procesos de resistencia frente a los megaproyectos causados por el desarrollo urbano, por la construcción de infraestructura hídrica y por las formas tradicionales de organización rural caracterizadas por relaciones de género desiguales.

La perspectiva de género en la gestión del agua es un avance significativo en cuanto al uso-manejo y administración de este bien común. La variedad y amplitud temática de las investigaciones realizadas así lo demuestran. Sólo por citar algunas de ellas, tenemos tanto las realizadas en México como en otros países latinoamericanos.

Respecto a la participación de las mujeres en la gestión del agua encontramos el trabajo de Verónica Gutiérrez et al. (2013), en cual se destaca la participación femenina en comités comunitarios de gestión del agua en las subcuencas Río Sabinal y Cañón del Sumidero en Berriozábal, Chiapas, México. Entre sus principales hallazgos, los autores mencionan que con base en la división establecida entre lo público-masculino y lo privado-femenino, la participación de las mujeres en los comités de agua se limita a actividades consideradas por los hombres como de bajo prestigio. Sin embargo, se concluyó que la colaboración femenina en la gestión del agua ya es una posibilidad para lograr la equidad de género, junto con el desarrollo sustentable de las comunidades.

Asimismo, se han abordado las masculinidades y su relación con el agua. Sobre este tema tenemos el trabajo realizado por Nina Laurie (2005), en el cual la autora explora la relación entre masculinidades y desarrollo a través de un análisis de género de los paradigmas del agua. Específicamente, analiza el caso de las guerras por el agua en Cochabamba, Bolivia, colocándolas en un contexto histórico. Laurie examina cómo las representaciones y el lenguaje de género se utilizan para restar importancia y mejorar comprensiones particulares de la modernidad en lo que respecta a la gestión del agua, además de que reconoce los mecanismos a través de los cuales las identidades de género se asocian con las versiones más exitosas del desarrollo moderno.

Por otra parte, el tema de la vulnerabilidad de las mujeres fue trabajado por Victoria Aragón (2018), quien toma como marco de referencia la problemática social y ambiental del agua en México para analizar la relación entre agua y género, subrayando la vulnerabilidad de las mujeres y las razones de su exclusión en los órganos de decisión. Por tanto, con el objetivo de señalar la importancia de implementar el enfoque de género en las políticas públicas, para tener una mayor sostenibilidad y bienestar social, la autora concluye que el reconocimiento y corrección de las desigualdades redunda en modelos más democráticos, así como en un mayor bienestar para toda la comunidad.

Las relaciones de género en los mercados de derechos de agua y la tierra es un tema que trabajó Laura Elena Ruiz Meza (2012), quien analiza los elementos de género presentes en los procesos de mercantilización de los derechos agrarios y de agua para regadío en el área de influencia del distrito de riego 101 Cuxtepeques, localizado en la región Frailesca de Chiapas. Asimismo, examina las implicaciones de la instrumentación de las políticas hídricas impulsadas en México para introducir mecanismos de mercado que incentiven la inversión privada en la reasignación de los derechos al agua y la seguridad en la tenencia de la tierra para las mujeres campesinas. Entre sus principales conclusiones la autora sostiene que, en el marco de las relaciones y estructuras de poder existentes, los mercados de derechos de agua recrean mecanismos de exclusión e inequidad social y de género en los procesos de gestión de los recursos hídricos locales.

Por último, tenemos el tema de género y derecho humano al agua, el cual fue trabajado por Vázquez, Muñoz y Pérez (2014). El objetivo de las autoras fue analizar el ejercicio del derecho humano al agua por parte de las mujeres. Para el estudio tomaron cuatro indicadores: servicios de la vivienda, disponibilidad, calidad y eficiencia en la gestión del agua. La investigación se llevó a cabo en dos ejidos del estado de Hidalgo: Colonia Veracruz y San Pedrito. Entre sus principales hallazgos las autoras mostraron que el ejido perteneciente a la Colonia Veracruz tiene mejores indicadores de crecimiento económico (aportes al producto interno bruto) y servicios de agua en la vivienda, pero tiene problemas de escasez y calidad del agua. Mientras que San Pedrito, a pesar de ubicarse en una región pobre, cuenta con un sistema eficiente para la gestión del agua, por lo cual tiene mayor disponibilidad y calidad de agua. Se concluye que las mujeres de San Pedrito están en mejores condiciones de ejercer su derecho al agua.

Con base en lo expuesto, se puede apreciar que la marginación de las mujeres de la toma de decisiones y participación relacionada con la gestión del agua y las políticas públicas encaminadas a un reparto equitativo, uso y manejo del vital líquido, es una constante en diferentes ámbitos y contextos, por lo que el tema de la inclusión es una asignatura en la que hay mucho que trabajar.

En este sentido, la presente obra ofrece una serie de seis capítulos que evidencian la necesidad de continuar avanzando en los estudios del agua con perspectiva de género. Se puede decir también que, desde un enfoque optimista, se aprecian algunos avances y casos en los que la inclusión de las mujeres es ya notable. Sin embargo, con pesimismo podemos comentar que para superar dicho problema todavía existe un largo camino por recorrer.

**********

En términos metodológicos vale la pena mencionar que los capítulos que integran esta obra tienen una convergencia o punto de unión en la metodología cualitativa de la que se valen para aproximarse a los diferentes objetos de los casos de estudio. Vista en su conjunto este es uno de los aportes relevantes de la obra, por el interés en el estudio de las relaciones sociales, en el cual se examinan la pluralización de mundos vitales con una nueva diversidad de medios, subculturas, estilos de vida y maneras de vivir (Hradil, 1992). Además, muestra la variedad de perspectivas del objeto de estudio aun y cuando el interés se centra en el enfoque de género. Aquí se pone a prueba la potencialidad de los métodos cualitativos para el conocimiento de la realidad a partir del análisis de las interacciones sociales, o bien, de prácticas de los sujetos sociales en el contexto concreto de los casos estudiados. Aquí importan los significados subjetivos y sociales tanto de las personas con quienes se colaboran y principales protagonistas en estos estudios, como de los propios investigadores.

Como se anota en cada una de las investigaciones contenidas en esta obra, los puntos de vista subjetivos son un primer punto de partida. Como lo menciona Flick (2007), una segunda cadena de investigación estudia la causa y el curso de las interacciones, mientras que una tercera trata de reconstruir las estructuras del campo social y el significado latente de las percepciones y prácticas de los participantes.

Por otra parte, es importante situar este tipo de obra en las recientes tendencias de las investigaciones cualitativas que sientan sus raíces en el uso de la metodología cualitativa. Por una parte, “la vuelta a lo oral, que se manifiesta en la realización de estudios empíricos en ciencias sociales, en particular en las narraciones, el lenguaje y la comunicación; la vuelta a lo particular, que se manifiesta en la formulación de teorías y en la realización de estudios empíricos para tratar nuevamente problemas específicos, concretos que se producen en tipos específicos de situaciones”; la vuelta a lo local, que encuentra su expresión en el estudio de los sistemas de conocimiento, las prácticas y las experiencias de nuevo en el contexto de las tradiciones y maneras de vivir locales, y la vuelta a lo oportuno, manifestada en la necesidad de poner los problemas que deben estudiarse y las soluciones que se desarrollarán en su contexto temporal o histórico, y de describirlos en este contexto y explicarlos a partir de él (Flick, 2007, pp. 26 y 27).

La investigación cualitativa, como la de los distintos estudios de caso de esta obra, permite observar un proceso continuo de construcción de versiones de la realidad a través de la diversidad de métodos y técnicas de investigación. Así, se encuentran las referencias de los distintos tipos de entrevistas y modalidades de observación. Entrevistas semiestructuradas, dirigidas e individuales, a través de las cuales se busca entender el mundo desde la perspectiva de los entrevistados, es decir “la visión de los sujetos”, y desmenuzar los significados de sus experiencias en encuentros conversacionales únicos. Se encuentran las entrevistas a profundidad de las que se auxilia el enfoque metodológico de la historia oral, a través de las cuales se profundiza en la comprensión de las experiencias dichas por medio de las palabras, del lenguaje oral, que se enmarcan en lugares y tiempos y enriquecen los estudios de la memoria y la historicidad de los actores, testigos y protagonistas de la construcción de su entorno social, territorial y, en síntesis, de sus formas de vida social.

Aquí cabe mencionar al testimonio que se produce a través de las entrevistas, no sin antes dejar de reconocer que este concepto suele usarse de múltiples formas: para referirse al carácter jurídico del relato de un testigo, a la narración de experiencias traumáticas transmitidas con intenciones informativas o de transmisión experencial, o bien, a las narraciones de crónica personal, a las narraciones tomadas por un profesional con intenciones de producir conocimiento y, por último, a las narraciones de testigos protagonistas y de testigos observadores (Franco y Levin, p. 45).

En los capítulos que integran esta obra se entiende y usa el testimonio en las tres modalidades de narraciones anotadas arriba. En este sentido, consideramos que el testimonio constituye una huella del pasado, que se percibe y construye desde el presente y en el que prevalece la visión individualizada y subjetiva de los sujetos (Sandoval, 2010, p. 31; Lara, 2010, p. 62). Como lo anota Gartner (2015, p. 34), “cuando una persona recuerda y relata a otra eso que recuerda está dando un testimonio y espera que le crean que lo sucedido es tal y como lo cuenta”. En algunos capítulos de este libro se valora la importancia del testimonio como fuente oral de investigación porque expresa la percepción de un testigo sobre una experiencia vivida, pero también la mirada, los discursos y las expectativas de su sociedad en el momento en que es formulado.

Respecto a la observación, la no participante, la participante o la localizada, los investigadores son “simples observadores” que siguen el flujo de los acontecimientos. A través de dicha técnica se permiten dar cuenta de los fenómenos a partir de la observación de contextos y situaciones en que se generan los procesos sociales. Se exige una entrega completa a la tarea de interpretación en la que el observador se hace parte de la situación, o bien se mantiene al margen de vivir esta situación. En suma, el observador cumple un triple papel en dicho escenario: desarrolla una interacción social con los informantes, registra de manera controlada y sistemática los datos e interpreta la información (Ruiz, 2003; Sánchez, 2001). La técnica denominada de grupo focal de carácter colectivo consiste en una entrevista grupal dirigida por un moderador a través de un guion de temas o entrevistas; se busca la interacción de los participantes como método para generar información. Se centra en la pluralidad y variedad de las actitudes, experiencias y creencias de los participantes, y lo hace en un espacio de tiempo relativamente corto (Hamui y Varela, 2013).

En relación a la etnografía como técnica se logra la descripción o reconstrucción analítica de carácter interpretativo de la cultura, formas de vida y estructura social del grupo investigado cuyo producto es un escrito etnográfico o retrato del modo de vida de una unidad social. Aquí preocupa el estudio de la cultura en sí misma; es decir, delimitar en una unidad social particular los componentes culturales y sus interrelaciones. En forma de descripciones y explicaciones verbales, se ocupa del detalle de un pequeño número de casos con un análisis que implica la interpretación explícita de los significados y funciones de las acciones humanas.

Por último, existe un resurgimiento del uso de medios visuales con fines de investigación, como las fotografías junto con las películas y videos utilizados como fuentes genuinas de datos en la antropología y la etnografía. Aquí, es el investigador quien selecciona qué fotografiar; lo que él selecciona y toma como imagen le permite deducir afirmaciones sobre las visiones y percepciones de los sujetos hacia sus propias vidas cotidianas expresadas en sus fotografías y los rasgos destacados en ellas (Flick, 2007, p. 166).

En suma, el resultado de la aplicación de este conjunto de métodos y técnicas cualitativas, confrontadas en su uso con otras fuentes de investigación, son los textos que se producen a partir de los cuales se analizan, explican, comprenden e interpretan los hallazgos del material empírico, como se muestra en los capítulos contenidos en esta obra, en los cuales se producen textos en los que se reconstruye la visión del sujeto; se registra y transcribe el curso de una interacción, y se formulan reconstrucciones de las estructuras latentes de significado con el detalle necesario. En todos estos casos analizados en este libro, los textos son la base de la reconstrucción y la interpretación (Flick, 2007, p. 40).

En este sentido, en los capítulos de este libro encontramos análisis cualitativos con información etnográfica de primera mano, complementada con información secundaria de carácter hemerográfico y narrativas de las mujeres participantes; además de estrategias cualitativas con entrevistas en profundidad y observación participante y no participante, complementadas con estadísticas, documentos, material periodístico y materiales audiovisuales. Asimismo, destaca el uso de la técnica de la bola de nieve en el acercamiento a los sujetos entrevistados y las “entrevistas” dirigidas a los actores clave (miembros de comités, funcionarios locales, amas de casa, ladrilleros), lo cual se complementa con la observación no participante realizada en los recorridos en cada comunidad y el reconocimiento del territorio. También encontramos el uso del enfoque de la historia oral a través de entrevistas a profundidad –colectivas e individuales– que recogen las experiencias vitales del grupo de hombres y mujeres. Dicha actividad se complementa con ejercicios de cartografía participativa para identificar los lugares más significativos de la colonia.

Además destacacan los textos fundamentados en un “ejercicio etnográfico” con grupos de mujeres y hombres, con representantes de comités comunitarios y organismos gubernamentales, a lo cual se integró la aplicación de la observación participante y entrevistas abiertas, semiestructuradas y a profundidad a actores y colaboradores clave. Ello se enriqueció con metodologías participativas como grupos focales y registros visuales y narrativos en el diario de campo.

**********

En este sentido, este libro se divide en dos ejes temáticos: el primero lleva por título “Participación de la mujer en los conflictos medioambientales. Disputas por el agua y el territorio frente a los megaproyectos” y se compone de tres capítulos.

El primero fue elaborado por Radamés Villagómez-Reséndiz y se titula: “Agua, territorio e identidad: el liderazgo de las mujeres en los Altos de Morelos, México, y Cayambe, Ecuador”, en el cual el autor tiene como objetivo poner de manifiesto el papel que han jugado las mujeres en los procesos de etnogénesis en los Altos de Morelos, México y Cayambe, Ecuador.

Por tanto, establece una perspectiva comparativa entre diferentes trayectorias políticas que apuntan a la reivindicación de la identidad indígena a partir de la defensa y el control del agua, tanto en la región náhuatl de la Sierra Nevada como en la región kichwa de los Andes Septentrionales. Toma como eje vertebral el vínculo cultural entre agua y territorio, y analiza las formas que toman las relaciones entre las comunidades indígenas y los megaproyectos impulsados desde el Estado-nación, que en los casos de estudio corresponden a la termoeléctrica de Huexca y los manantiales de la Sierra Nevada, así como el canal Cayambe-Pedro-Moncayo y las escorrentías del volcán Cayambe.

A partir del desarrollo de historias de vida en sendas regiones, Villagómez-Reséndiz evidencia las maneras en las cuales el papel de las mujeres ha ido mucho más allá del entorno doméstico, a través de un fuerte activismo que han logrado focalizar en sus respectivas comunidades. Entre sus principales conclusiones, a decir del autor, si bien el activismo político del que forman parte estas mujeres trasciende las fronteras de sus comunidades, su participación en esferas más amplias se ha traducido en insumos importantes para consolidar paulatinamente su liderazgo dentro de sus territorios.

El segundo capítulo, “El ecofeminismo en los conflictos mineros por el agua y el territorio. Una aproximación desde el proceso de resistencia del Valle de Famatina, Argentina”, está a cargo de Marian Sola Álvarez, quien analiza el proceso de resistencia a la expansión de la minería a gran escala que acontece en el Valle de Famatina, La Rioja, Argentina. La autora argumenta que al igual que en otros territorios del sur, el corrimiento de la frontera minera, la ocupación intensiva del territorio y la demanda de agua que estos megaproyectos implican, dan lugar a un activismo de base en el que las mujeres cumplen un papel protagónico. Por tanto, plantea el objetivo de indagar en las disputas por el agua y el territorio en una región que presenta una geografía mayormente árida y semiárida, prestando particular atención al grado de involucramiento de las mujeres y a los sentidos que ellas le otorgan a la movilización. A partir de lo cual expone una interesante reflexión en torno a qué representan las praxis ecofeministas en este conflicto minero y qué elementos aportan para pensar la articulación entre los ambientalismos y el movimiento feminista.

Cierra este primer eje temático el tercer capítulo titulado “La participación de las mujeres en los conflictos por el agua en la Ciudad de México: el caso del Pedregal de Santo Domingo, Coyoacán; Ciudad de México”, a cargo de María Concepción Martínez Omaña y Antonio Rodríguez Sánchez. En este trabajo los autores pretenden evidenciar que en las acciones encaminadas a la defensa del agua y del territorio la participación de las mujeres se va adaptando a las necesidades que su movimiento de resistencia requiere. Para dar cumplimiento a dicha propuesta, abordan el conflicto por el agua en el que participan las mujeres de las colonias y pueblos de los Pedregales de Coyoacán.

Los autores explican los motivos de la controversia surgida entre la inmobiliaria Quiero Casa y la Asamblea General de los Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán. Centran su atención en la participación reciente de las mujeres en la organización vecinal de Santo Domingo, cuya participación en diversas actividades concretas como las marchas, el plantón emblemático de Aztecas 215, su participación en las mesas de trabajo con autoridades de la alcaldía de Coyoacán, así como tareas de difusión, son acciones encaminadas a la defensa del agua y del territorio. Por tanto, a decir de los autores, dichas actividades demuestran que la participación de las mujeres se va adaptando a las necesidades que su movimiento de resistencia requiere.

El segundo eje temático de esta obra se denomina “Relaciones de género en la gestión comunitaria y social del agua ante la escasez del agua y conservación del medioambiente” y se integra por los tres últimos capítulos.

El cuarto capítulo, “Gestión comunitaria del agua de manantial y la construcción de relaciones de género en la cuenca del río Duero”, de Adriana Sandoval Moreno, tiene el objetivo de analizar la experiencia de los grupos de mujeres y hombres interesados en implementar acciones para cambiar las condiciones de contaminación y degradación ambiental relacionada con las fuentes de agua de la cuenca del río Duero, ubicada al noroeste del estado de Michoacán, México.

Sandoval Moreno argumenta que, en el medio rural, esta cuenca es un territorio apropiado, en la zona alta, por comunidades indígenas purépechas y el resto por comunidades de tipo campesino y jornalero. Los manantiales y sus escurrimientos superficiales están, en su mayoría, bajo el manejo y control comunitario, a través de los comités comunitarios de agua, en donde actualmente participan mujeres como vocales, tesoreras, secretarias, bomberas y presidentas. Ellas identifican el tema del agua con mucho interés y han aceptado ser parte de los comités, aunque frecuentemente se enfrentan con la oposición de algún familiar y de los mismos miembros del comité, quienes las marginan en las decisiones. Sin embargo, desde las comunidades hay una recomposición de las interacciones y responsabilidades respecto del manejo comunitario del agua. Entre las principales conclusiones, se puede leer que se vislumbran cambios a partir del involucramiento de las mujeres en un proyecto participativo promovido por un grupo de trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México, desde el cual se están construyendo otras relaciones de género, pero ahora están cediendo a propuestas colaborativas para cambiar sus condiciones no deseables ambientales, especialmente con el agua.

El quinto capítulo, “La administración de la escasez del agua y la construcción de prácticas de reúso bajo una perspectiva de género: el caso de Ladrilleras del Refugio en León, Guanajuato”, fue elaborado por Jennifer Diana Hernández González. La autora describe las prácticas sociales que se han construido en torno a la cultura del reúso del agua promovido por las mujeres como consecuencia de la escasez. La unidad de investigación fue una comunidad periurbana de la ciudad de León, Guanajuato, llamada Ladrilleras del Refugio, donde la condición de escasez propició que mujeres y hombres, en sus respectivos espacios tradicionales de gestión, desarrollaran prácticas comunes de reúso y aprovechamiento del agua de lluvia. Además, el suministro del agua potable, antes tarea del Comité comunitario del agua, pasó a ser incorporado a la gestión municipal urbana del agua, lo cual implicó, entre otras cosas, un esquema de tarifas por el consumo frente a la cuota mensual fija que se pagaba.

Entre sus principales conclusiones, Hernández González menciona que las prácticas de reúso que iniciaron como una estrategia para enfrentar la escasez son ahora una estrategia para proteger la economía familiar. Asimismo, el cambio de esquema en la gestión del agua figura como un escenario donde las relaciones de género pueden transformarse bajo nuevas condiciones que permitan reorganizar las labores domésticas y productivas, así como nuevos esquemas de participación.

Finalmente, Gaia Alejandra Troncoso Arredondo cierra la obra con el sexto capítulo, “La organización ejidal: bastión de la dominación masculina en el manejo y administración del agua para riego”, cuyo objetivo es analizar la estructura de poder del sistema de dominación masculina manifestada en el papel fundamental de la organización ejidal en cuanto al manejo de los sistemas de riego. La hipótesis de trabajo de Troncoso Arredondo es que la organización ejidal es el eje articulador de las relaciones sociales en torno al manejo y administración del agua e infraestructura de riego; por lo tanto, es una estructura organizativa mediante la cual se ejerce el poder de manera diferenciada, de acuerdo con la asignación del atributo masculinidad, de modo que reproduce el sistema de dominación masculina.

La autora realiza una aproximación desde la antropología política a partir de la perspectiva de Richard N. Adams y utiliza datos recolectados a través del método etnográfico en el ejido Cliserio Alanís, el cual maneja y administra el sistema de riego Canal Principal Las Fuentes, ubicado en el municipio de Jiutepec, Morelos, México.

Entre sus principales conclusiones expone que la organización ejidal mantiene las relaciones de genero entre los individuos en un statu quo que no cuestiona el sistema de dominación masculina; es decir, ratifica el androcentrismo del acceso al control de los recursos y el territorio y, por tanto, al ejercicio del poder. Estos hallazgos sugieren que el control y el poder en cuanto al manejo de los sistemas de riego continúan siendo ejercidos por los hombres del ejido.

Lista de referencias

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Vázquez-García, V., Muñoz-Rodríguez, C. y Pérez-Olvera, M. A. (2014). Desarrollo, género y el derecho humano al agua: Un estudio comparativo en Hidalgo, México. Agricultura, Sociedad y Desarrollo, 11(3), 295-314. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-54722014000300003&lng=es&tlng=es [Consulta: 16 de septiembre de 2021.]

Participación de la mujer en los conflictos medioambientales. Disputas por el agua y el territorio frente a los megaproyectos

Agua, territorio e identidad: el liderazgo de las mujeres en los Altos de Morelos, México, y Cayambe, Ecuador

Radamés Villagómez-Reséndiz*

Introducción

Durante el último cuarto del siglo xx, como resultado de la crítica a los enfoques de la ecología cultural (Rappaport, 1968), el panorama general de la ecología política estuvo dominado principalmente por las problemáticas neomarxistas respecto a la desigualdad social y las asimetrías de poder vinculadas a cuestiones estructurales del sistema-mundo (Wolf, 1967). Sin embargo, a partir de la década de los noventa, en el contexto de la crisis del desarrollismo (Agrawal, 1994 y Braidotti, 2004), las aproximaciones de la ecología política se diversificaron, generando análisis de grano fino sobre la diversidad de actores involucrados y los tipos de relaciones de poder entabladas entre los seres humanos y el ambiente. Como resultado de este viraje, se gestaron aproximaciones que van desde el enfoque posestructuralista –que aborda las tecnologías discursivas– y las arquitecturas de poder asociadas a los territorios (Escobar, 1998, 2015), hasta los enfoques sobre el lugar que abordan el entramado afectivo y de significado asociados a la clasificación de sitios o paisajes culturales (Berkes, 1999; Biersack, 2006).

Por su parte, otro enfoque que abrevó directamente de la ecología política puso de manifiesto las cuestiones de género, desarrollo y ambiente, dando como resultado diferentes perspectivas que abarcan desde el ecofeminismo y el feminismo ambientalista, hasta el feminismo social (Agarwal, 1992). En el fondo de estas aproximaciones se encuentra la idea de que, como consecuencia de que las mujeres han sido las principales víctimas de las crisis territoriales (por ejemplo cambio climático y desastres), ellas deben ser parte del objetivo de las políticas ambientales, aunado a la responsabilidad añadida de ser las salvaguardas de diversos proyectos de conservación (Resurrección, 2017).

A partir de un replanteamiento crítico sobre género, desarrollo y ambiente, la ecología política feminista aparece en escena poniendo el énfasis en los procesos de toma de decisión en contextos políticos y sociales, que a su vez modelan prácticas y políticas ambientales. En el fondo, dicha crítica guarda consonancias con los estudios de género, al referir a las experiencias locales en contextos globales de cambio económico y ambiental (Scott 1996). Asimismo, al destacar la relevancia de las diferencias de género en las relaciones que establecen los seres humanos con el ambiente, las cuales no se asientan ni en las bases biológicas, ni en las estructuras económicas, sino que se desprenden de la interpretación de la biología y de las construcciones culturales sobre el género (Rocheleau, Thomas-Slayter y Wangari, 2006).

La ecología política feminista se suma a los esfuerzos cada vez más crecientes por complejizar no sólo la desigualdad, sino también la pérdida, la desposesión y el desplazamiento, todo ello atravesado por cuestiones de género, e incluso más allá de este; por ejemplo hacia una ecología política poshumanista o multiespecies (Kirskey y Helmreich, 2010; Durand y Sunderland, 2019). Todas estas aproximaciones guardan en común una noción relacional de los procesos ambientales, los cuales engloban la dimensión social como fundamental, apelando a la noción de cultura como recurso explicativo. De igual manera, se ha hecho patente la necesidad de estudiar diversas formas de la acción social, desde los aspectos que tienen que ver con la organización, las estructuras y jerarquías, como los aspectos etarios y emocionales (Resurrección, 2017).

Otra particularidad importante de la ecología política feminista consiste en ir más allá de las formas de ayuda a las mujeres que han sido devastadas por los desastres ambientales, y en su lugar tiende a dar cuenta de las maneras en las que las mujeres se han ido involucrando desde el activismo de base en la organización de movimientos sociales y en la resolución de conflictos ambientales. Ejemplo de ello son los movimientos en Estados Unidos y en la India: el Love Canal New York Homeowners y el Indian Chipko Movement, entre otros (Resurrección, 2017). En ese rubro de la ecología política feminista se enmarca el presente trabajo, el cual pretende abonar a las narrativas sobre las diferentes experiencias y formas de gestionar el liderazgo de las mujeres en la lucha por el agua y el territorio en dos regiones indígenas latinoamericanas: los Altos de Morelos, México, y Cayambe, Ecuador.

La relevancia del enfoque comparativo que se intenta apuntalar va más allá de los esfuerzos tempranos en antropología, cuyo objetivo se centraba en patrones generales del comportamiento o la personalidad (Lewis, 1982); pero también toma distancia de aproximaciones comparativas de carácter tipológico. En contraste, partimos de un criterio comparativo de carácter heurístico (Candea, 2018), basado en aspectos espaciales y temporales que comparten ambas poblaciones, lo cual implica que no se buscan comparaciones de rasgos, sino narrativas comparativas que den cuenta del entramado entre género, liderazgo y territorio.

Los aspectos en común comprenden analogías que fungen como punto de partida y no de llegada; por ejemplo el hecho de que sendas comunidades son consideradas tierras de altura y tienen como epicentro de su vida social y ritual un volcán nevado: el Popocatépetl con altitud de 5 426 msnm, frente al Cayambe con 5 790 msnm, ambos rodeados de cinturones montañosos. Si bien gran parte del territorio de la comunidad andina de Cayambe y de los Altos de Morelos está destinada a sistemas agroforestales como milpas, chacras y potreros, otra porción de este cuenta con la presencia de entornos salvajes o semidomesticados, como los bosques de coníferas en el altiplano mexicano y del ecosistema de páramo en la zona alta andina. Tanto el bosque como el páramo proveen el entorno donde se llevan a cabo actividades económicas complementarias, tales como la caza, la acuacultura intensiva y extensiva, y la recolección de hongos. Respecto al aspecto temporal, ambas regiones guardan en común una profundidad histórica prehispánica, una historia colonial articulada a procesos de lucha y resistencia frente al sistema hacendario, así como procesos de redistribución de la tierra a partir de la revolución mexicana y la Reforma Agraria del Ecuador.

Al tomar como horizonte dos regiones latinoamericanas se contribuye al desarrollo de una ecología política comparada de carácter cualitativo, la cual contrasta con los esfuerzos estadísticos que se desprenden del Atlas de Justicia Ambiental liderado por Joan Martínez Alier. Metodológicamente, dicho análisis cualitativo retoma discusiones contemporáneas sobre el liderazgo indígena de las mujeres en México y Ecuador y contrasta dichos enfoques con información etnográfica de primera mano, complementada con información secundaria de carácter hemerográfico. El eje comparativo se mantendrá sobre las nociones de liderazgo indígena femenino articulado a las relaciones entre cultura, agua y territorio.

Siguiendo a Marilyn Strathern (2005), el sentido de desproporción en una investigación comparativa proviene de dos fuentes: el carácter azaroso con el que ciertos valores son imbuidos de centralidad diferencial en una cultura, y la desconcertante manera en la cual estos mismos valores aparecen con niveles de incongruencia en una diversidad de sociedades; no obstante, la cuestión de la proporción no encuentra respuesta en el isomorfismo cultural. En ese sentido, la cuestión del género y los liderazgos indígenas femeninos, aunque presentes con mayor fuerza en los últimos tiempos, se despliegan con una intensidad diferencial, cuya comparación puede arrojar luz sobre formas y tendencias, hasta cierto punto, sintomáticas de una región más amplia.

Localización del área de estudio

Los Altos de Morelos

Los Altos de Morelos se localizan al sur de la cuenca de la Ciudad de México y en la parte norte del estado de Morelos. Esta región septentrional se encuentra atravesada por dos serranías con topoformas diferentes: por un lado, al oeste, la sierra del Ajusco-Chichinautzin, caracterizada por un ecosistema de bosque tropical caducifolio y con asentamientos situados a una altitud máxima de 2 000 m sobre el nivel del mar; por el lado oriental, el eje neovolcánico de la Sierra Nevada, cubierta por un ecosistema de bosque nublado, alberga comunidades en altitudes superiores a los 2 300 m sobre el nivel del mar.

En el extremo nororiental se localiza el municipio de Tetela del Volcán, región ocupada antiguamente por pueblos xochimilcas, especialmente los pueblos de Ocuituco y Hueyapan. Los deshielos del Iztaccíhuatl y del Popocatépetl (5 300 m) se incorporan al agua de lluvia que baña las depresiones o valles de Morelos, a través del escurrimiento de aguas dulces de los glaciares perennes, y cuyos bosques de coníferas poseen un efecto de esponja (Hernández, 2010). La comunidad de Santo Domingo de Guzmán, Hueyapan, recientemente constituido como municipio indígena autónomo, se localiza en las faldas del volcán Popocatépetl a una altitud de 2 340 m sobre el nivel del mar y cuenta con una población de poco más de 8 000 habitantes. En esta área destaca la proliferación de bosques de coníferas, particularmente asociaciones pino-encino, así como oyameles y abetos. Hueyapan poseía, hasta la década de los ochenta, tierras de cultivo de temporal y huertos de árboles frutales; actualmente, también cuenta con tierras de regadío, a partir de la apropiación del agua de los manantiales provenientes de la barranca del Amatzinac (Villagómez-Reséndiz, 2017). La temperatura media anual es de 16.7 ºC y la precipitación anual media es de 1046.2 mm. Cabe destacar que, pese a que existe mayor disponibilidad de agua de la que tienen los pueblos de los Altos centrales, históricamente Hueyapan siempre había estado sujeta al municipio de Tetela del Volcán, lo que ha generado una tensión constante en su relación, especialmente conflictos sobre el uso y apropiación del agua (Guzmán, Reyes, Pérez y González, 2012).

Cayambe

Por su parte, la región de Cayambe se encuentra situada en la cordillera oriental de los Andes Septentrionales del Ecuador, caracterizada por la presencia de dos volcanes, uno extinto y erosionado de 4 100 metros sobre el nivel del mar, conocido como Pambamarca, y el segundo erigido a 5 700 metros sobre el nivel del mar con nieves perpetuas, denominado Cayambe o “Mama Kayambi”, cuyo deshielo nutre las diversas acequias que proveen a los pueblos situados a las faldas. En el límite noroccidental de la provincia Pichincha se localiza el cantón Cayambe, en medio de extensos campos de sembradíos y montañas, alberga diferentes parroquias.1

Situada a una altitud media de 3 000 metros sobre el nivel del mar dentro de la parroquia de Olmedo, se encuentra la comunidad de Pesillo, la cual tiene aproximadamente 3 000 habitantes y tiene un clima que oscila entre los 15 º y 16 ºC, además de una precipitación anual media de 846 mm. Cuenta con diferentes oasis de agua y vegetación, particularmente dos lagunas principales: laguna de San Marcos y laguna de Puruhantag. Varios de los cerros que la rodean están cubiertos por el ecosistema andino de páramo, mientras que a otros los cubre una vegetación introducida, como los pinares en el cerro denominado “El Panecillo”.

Mapa 1. Localización de Hueyapan dentro de los Altos de Morelos, México

Fuente: Google Earth (modificado por el autor).

Mapa 2. Localización de Pesillo dentro de Cayambre, Ecuador

Fuente: Google Earth (modificado por el autor).

La defensa del Agua y el territorio ante los megaproyectos en Los Altos de Morelos, México, y en Cayambe, Ecuador

Morelos es uno de los estados que más ha resistido diversos embates por parte del Estado mexicano y el empresariado para llevar a cabo diversos proyectos productivos, viales y urbanísticos dentro de su territorio. Son hitos históricos su lucha contra la construcción de un campo de golf, las ampliaciones carreteras cercanas a Tepoztlán, y más recientemente un proyecto de mayor envergadura que trasciende sus límites estatales. El Proyecto Integral Morelos (pim) viene gestándose desde inicios de siglo, el cual consiste en la instalación de dos centrales termoeléctricas ubicadas en la comunidad de Huexca, Morelos, así como un gasoducto de aproximadamente 160 km de longitud que pretende transportar diariamente 9 000 millones de litros de gas natural, pasando por las faldas del volcán Popocatépetl a través de más de 60 comunidades campesinas de los estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos. Asimismo, este megaproyecto implica la construcción de un acueducto que pretende trasladar 50 000 000 de litros de agua diaria a las termoeléctricas.

La magnitud de dicho megaproyecto exige un análisis en diversas escalas, con el fin de entender sus repercusiones en diferentes lugares. En el caso de Hueyapan, la mayor amenaza que enfrenta en virtud de esta iniciativa es la construcción del acueducto, cuyas negociaciones por la apropiación del agua implican a pueblos vecinos como Ocuituco o Tetela del Volcán; lo que trae consigo un escenario de conflictos que posee diversas agravantes. Por un lado, una disputa histórica en términos de relaciones interétnicas entre los pobladores de Hueyapan y Tetela por el usufructo del agua de manantiales como el de Alpanocan y Huecahuaxco (Guzmán et al., 2012). Por otro lado, la pugna jurídica de fondo entre la Ley de Aguas Nacionales y la propuesta ciudadana sobre la Ley General de Aguas, la cual confronta diversas concepciones del uso social versus