FUNDAMENTOS DEL AJEDREZ - Capablanca - José Raul Capablanca - E-Book

FUNDAMENTOS DEL AJEDREZ - Capablanca E-Book

Jose Raul Capablanca

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Beschreibung

José Raul Capablanca (La Habana, 1888 - Nueva York, 1942) fue un Ajedrecista cubano, campeón mundial desde 1921 hasta 1927. Capablanca aprendió a jugar al ajedrez a la edad de cuatro años, observando la técnica de su padre y se convirtió en una leyenda del mundo del ajedrez. Escrito originalmente en inglés con el título de "Chess Fundamentals", por Capablanca, Fundamentos del Ajerez es un tratado de los principios básicos del juego-ciencia, expuestos con notable precisión y claridad, y desarrollados y aplicados en una serie de partidas comentadas por el propio campeón.

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Seitenzahl: 213

Veröffentlichungsjahr: 2022

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José Raul Capablanca

FUNDAMENTOS DEL AJEDREZ

Título original:

“Chess Fundamentals“

1a edición

Prefacio

Amigo Lector

José Raul Capablanca (La Habana, 1888 - Nueva York, 1942) fue un Ajedrecista cubano que fue campeón mundial desde 1921 hasta 1927. Capablanca aprendió a jugar al ajedrez a la edad de cuatro años, observando la técnica de su padre y se convirtió en una leyenda del mundo del ajedrez.

Escrito originalmente en inglés con el título de "Chess Fundamentals", por Capablanca, esta obra es un tratado de los principios básicos del juego-ciencia, expuestos con notable precisión y claridad, y desarrollados y aplicados en una serie de partidas comentadas por el propio campeón.

Una excelente lectura

LeBooks Editora

Sumario

PRESENTACIÓN

Quien fue Capablanca

Sobre Fundamentos del Ejedrez

FUNDAMENTOS DEL AJEDREZ

CAPITULO I - PRIMERAS NOCIONES: FINALES, MEDIO JUEGO Y APERTURAS

1. ALGUNOS MATES SIMPLES

2. LA CORONACION DEL PEON

3. FINALES DE PEONES

4. ALGUNAS POSICIONES GANADORAS EN EL MEDIO JUEGO

5. VALOR RELATIVO DE LAS PIEZAS

6. ESTRATEGIA GENERAL DE LAS APERTURAS

7. DOMINIO DEL CENTRO

8. CELADAS

CAPITULO II - OTROS PRINCIPIOS PARA EL FINAL DEPARTIDA

9. UN PRINCIPIO CARDINAL

10. UN FINAL CLÁSICO

11. OBTENCIÓN DE UN PEON PASADO

12. COMO LLEGAR A DISCERNIR CUAL DE LOS PEONES DEBERÁ SER CORONADO EN PRIMER TERMINO

13. LA OPOSICIÓN

15. MATE DE ALFIL Y CABALLO

16. DAMA CONTRA TORRE

CAPITULO III - COMO HALLAR LA MANIOBRA GANADORA EN EL MEDIO JUEGO

17. ATAQUES SIN AYUDA DE LOS CABALLOS

18.- ATAQUE CON LOS CABALLOS COMO FUERZA PROMINENTE

19. FORMA DE OBTENER EL TRIUNFO POR MEDIO DEL ATAQUE INDIRECTO

CAPITULO IV - TEORÍA GENERAL

20. LA INICIATIVA

21. ATAQUES DIRECTOS "EN MASA"

22. LA FUERZA DE LA AMENAZA DE ATAQUE

23. ABANDONO DE LA INICIATIVA

24.-COMO ALEJAR LAS PIEZAS DE LA ESCENA DE LA LUCHA

25.- COMO EXPLICA UN MAESTRO SUS CONCEPCIONES EN UNAPARTIDA QUE HA JUGADO

CAPITULO V - LA ESTRATEGIA EN LOS FINALES

26. ATAQUE REPENTINO DESDE UN FLANCO AL OPUESTO

27. LOS PELIGROS DE UNA POSICIÓN SEGURA

28. FINALES CON UNA TORRE Y PEONES

29. UN FINAL DIFICIL: DOS TORRES Y PEONES

30. TORRE, ALFIL Y PEONES CONTRA TORRE, CABALLO Y PEONES

CAPITULO VI - NUEVAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS APERTURAS Y EL MEDIO JUEGO

31. ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES RESPECTO A LOS PEONES

32. POSIBLES DESARROLLOS DEL JUEGO EMPLEANDO LA APERTURA RUY LOPEZ

33. LA INFLUENCIA DE UN "HOLE"

SEGUNDA PARTE - PARTIDAS ILUSTRATIVAS

PRESENTACIÓN

Quien fue Capablanca

José Raul Capablanca nació en el Castillo del Príncipe, instalación militar de La Habana, el 19 de noviembre de 1888. José Raúl fue el segundo hijo de José María Capablanca Fernández, oficial del ejército español, y la matancera de origen catalán Matilde María Graupera Marín.

Según su propio relato, Capablanca aprendió a jugar el ajedrez a los cuatro años, observando a su padre jugar con amigos. En el transcurso de una de las partidas, que este jugaba habitualmente por las tardes con el general Francisco de Paula Loño y Pérez, de quien era asistente, observó que don José María movía el caballo de una manera no permitida; ante la sorpresa de todos, lo acusó de hacer trampas y pasó a demostrarle lo que había hecho. Acto seguido, Capablanca disputó una partida de ajedrez con su padre y lo venció.

Cuando el niño cumplió los cinco años, su padre comenzó a llevarlo al Club de Ajedrez de La Habana. A los mejores jugadores del club les fue imposible derrotarlo dándole ventaja de dama (es decir, el oponente jugaba sin dama). En diciembre de 1901, a la edad de trece años, derrotó al campeón nacional cubano Juan Corzo con el resultado de 4 victorias, 3 derrotas y 6 tablas, alcanzando el título de campeón de Cuba.

Hacia la cima

Terminó sus estudios en el Instituto de Bachillerato de Matanzas. Su familia no disponía de recursos como para permitirle estudiar en el extranjero, pero en vista de sus buenos resultados académicos, su mecenas Ramón Pelayo de la Torriente se dispuso a financiar su formación en los Estados Unidos con vistas a que en el futuro gestionase sus prósperos negocios azucareros en Cuba.2 Cursó la secundaria en la Escuela Woody Cliff de Nueva Jersey, aspirando a entrar en la Universidad de Columbia para seguir la carrera de Ingeniería química. Sin embargo, permanentemente distraído por su pasión en el juego, solo cursó los dos primeros años.

En 1905 comenzó a frecuentar el Club de Ajedrez de Manhattan. En la noche del 6 de abril de 1906 participó en un torneo relámpago en el que, tras sucesivas partidas eliminatorias, venció al gran Emanuel Lasker, ante el asombro de todos, adjudicándose el torneo. Lasker estrechó la mano de su vencedor diciéndole: «Es notable joven, usted no ha cometido errores».

En su primer encuentro internacional, se enfrentó al maestro estadounidense Eugene Delmar, a quien ganó todas las partidas, a pesar de haberle otorgado ventaja de peón y salida.

Entre fines de 1908 y 1909 participó en una prolongada gira estadounidense; de un total de 734 partidas, ganó 703, entabló 19 y solo sufrió 12 derrotas.

En 1909, a la edad de 20 años, Capablanca ganó un encuentro al campeón estadounidense Frank Marshall (+8 -1 =14). Fue la insistencia de Marshall lo que permitió que se le dejara participar al joven Capablanca en el torneo de San Sebastián, España, en 1911. Esta era una de las competiciones más importantes de la época; todos los grandes jugadores del planeta estarían presentes excepto el entonces campeón mundial Emmanuel Lasker. Al inicio del torneo Osip Bernstein y Aron Nimzowitsch objetaron la presencia del invitado pues este no había ganado todavía ninguno de los grandes torneos. Sin embargo, después de que Capablanca ganara su primer juego contra Bernstein (en una partida que le otorgaría el premio a la brillantez), éste reconoció su talento y dijo que no se sorprendería si su vencedor terminaba ganando la presea mayor.

Tras una movida durante un juego en la variedad de ajedrez rápido, Nimzowitsch se ofendió a raíz de un comentario de Capablanca, a quien respondió: "Los jugadores sin trayectoria deberían mantener la boca cerrada en presencia de sus superiores". En el acto, Capablanca retó a Nimzowitsch a enfrentarlo en una serie de juegos rápidos, los cuales ganó fácilmente. Los maestros presentes en el lugar concluyeron que el joven cubano era insuperable en la variante rápida, distinción que le correspondería hasta el final de su vida. Capablanca efectivamente terminó ganando el campeonato (nuevamente frente a Nimzowitsch), usando una apertura muy admirada por Mikhail Botvinnik, y asombrando el mundo del ajedrez al ganar con balance de +6 -1 =7, por delante de Akiba Rubinstein, Carl Schlechter y Siegbert Tarrasch.

En 1911 retó a Lasker por el campeonato del mundo. El alemán aceptó el desafío, pero propuso 17 condiciones para el cruce. Capablanca no estuvo de acuerdo con algunas y no llegaron a un acuerdo.

En 1913 jugó en La Habana y terminó segundo detrás de Frank Marshall, habiendo perdido una de las partidas contra el estadounidense después de tener una posición ventajosa. Reuben Fine afirmó que Capablanca había exigido al alcalde el desalojar a todos los espectadores para que no lo vieran en el mal estado de ánimo mientras perdía. Esta historia ha circulado en libros y en la red; sin embargo, el libro de Edward G. Winter documenta que la historia de Fine no tiene ningún fundamento. Demuestra en cambio que los 600 espectadores presentes, que naturalmente apoyaban a su compatriota, le dieron a Marshall una fuerte ovación. Las notas del mismo Marshall corroboran esta versión: cuando oyó el griterío de la multitud creyó que lo iban a linchar, por lo que pidió una escolta de seguridad para que lo llevara rápidamente a su hotel. Después le contaron lo que había sucedido en realidad.

Inmediatamente después de esto Capablanca obtuvo un resultado de +13 -0 =0 en un torneo en Nueva York, aunque Oldrich Duras era el único Gran Maestro Internacional entre todos sus rivales.

En septiembre de 1913 consiguió un trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. El sueldo mediano que le proporcionaba este empleo le permitió seguir disfrutando de su pasión ajedrecística y realizar algunos viajes al exterior en busca de nuevos desafíos. Durante muchos años fue el cubano más famoso.

Poco después jugó una serie de partidas en Europa contra los mejores jugadores de la época: en Berlín derrotó a Jacques Mieses y a Richard Teichmann; en San Petersburgo jugó una serie de seis partidas, dos contra Alexander Alekhine, dos contra Yevgeni Znosko-Borovski y dos contra Fedor Duz-Khotimirsky, perdiendo una vez contra Znosko-Borovski y ganando el resto. Estos fueron sus primeros encuentros con Alekhine, quien fue superado ampliamente.​

Luego, en Riga, batió a Nimzowitsch en un elegante final de alfiles de color opuesto.​ En Moscú venció a Bernstein en una partida que aparece en muchas antologías como una joya por la jugada ganadora 29... Db2!!, y por la nueva estrategia de peones colgantes. En Kiev superó a Bogatyrchuk, entre otros. Ya en Viena, derrotó a Richard Réti en una partida y a Savielly Tartakower 1,5-0,5. Capablanca dio también un gran número de partidas simultáneas destacadas por su rapidez y gran cantidad de victorias.

En el gran torneo de 1914 en San Petersburgo, con la participación de la mayoría de los mejores jugadores del mundo (con la excepción de los del Imperio austrohúngaro), Capablanca se encontró con el gran Lasker por primera vez en un torneo normal (el cubano había ya ganado la final del mencionado torneo de ajedrez relámpago de 1906, en el que innovó con una ahora famosa composición final). Capablanca tomó ventaja de un punto y medio en las rondas preliminares, y obligó a Lasker a luchar por el empate. Ganó nuevamente el premio por brillantez contra Bernstein y tuvo algunas victorias importantes contra David Janowsky, Nimzowitsch y Alekhine.

Sin embargo, fue víctima de una notoria mejoría de Lasker en la segunda parte del torneo, que incluyó una famosa victoria del alemán. Terminó segundo, detrás de Lasker con 13 puntos contra 13,5 del alemán, pero delante de Alekhine, quien finalizó en tercer puesto. Al concluir el torneo, el Zar Nicolás II proclamó a los cinco ganadores de premios (Lasker, Capablanca, Alekhine, Tarrasch y Marshall) como "Grandes Maestros del Ajedrez".

Campeón Mundial

En 1920, Lasker se dio cuenta de que Capablanca se estaba haciendo demasiado fuerte y decidió renunciar al título en favor de este, añadiendo: "Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría". El cubano prefería ganarlo en una partida, pero Lasker insistió en que era él ahora el retador. En 1921 jugaron el campeonato en La Habana donde Capablanca venció al alemán sin perder una sola partida: +4 -0 =10. No sería sino hasta ocho décadas más tarde cuando esto se repetiría, cuando en 2000 Vladímir Krámnik le ganó a Garry Kasparov +2 -0 =13.

El nuevo campeón del mundo, Capablanca, dominó en Londres en 1922. Hubo un número interesante de jugadores fuertes y se creía que el campeón no debería poder evadir retos a su título como había sucedido en el pasado. En este torneo, algunos de los mejores jugadores de la época (Alexander Alekhine, Efim Bogoljubov, Géza Maróczy, Richard Réti, Akiba Rubinstein, Tartakower y Milan Vidmar) se reunieron para discutir reglas para los campeonatos mundiales por venir. Entre otras cosas, una de las condiciones propuestas por el campeón fue que el aspirante al título tendría que reunir al menos diez mil dólares para el premio.

En los años siguientes, Rubinstein y Nimzowitsch desafiaron a Capablanca, pero no lograron reunir el dinero.

Resultó segundo en Nueva York en 1924, otra vez por delante de Alekhine. En 1925 fue tercero en Moscú detrás de Efim Bogoljubov y Lasker. Pero en 1927 dominó el torneo en Nueva York contra seis jugadores sin perder una partida y con 2,5 puntos más que Alekhine.

En este periodo también hubo varios cambios en la vida personal del maestro. En diciembre de 1921 se casó con Gloria Simoni Betancourt. Tuvieron un hijo, José Raúl, en 1923 y una hija, Gloria, en 1925, pero el matrimonio terminó en divorcio. También por ese tiempo perdió a su padre y a su madre.

Pérdida del título

El éxito en Nueva York en 1927 fue excepcional: terminó invicto en una vuelta cuádruple con seis de los mejores jugadores del mundo y con 2,5 puntos por encima del segundo lugar (Alekhine). Capablanca también superó al moscovita en su primer enfrentamiento, ganó el premio de la partida más brillante contra Rudolf Spielmann y ganó dos juegos interesantes contra Nimzowitsch.

Esto le dejó como el gran favorito para el campeonato contra Alekhine — que hasta entonces no había podido ganar nunca a Capablanca —. El desafío fue respaldado por un grupo de hombres de negocios argentinos y el presidente de este país, que garantizó los fondos.

La proximidad del partido llevó a una serie de pronósticos sobre su resultado: El gran maestro austríaco Rudolf Spielmann sentenció: "Alekhine no va a ganar ninguna partida"; según Vidmar: "Alekhine no tiene ni la sombra de una posibilidad"; Bogoljubov coincidió: "El resultado final va a ser 6 x 3 a favor de Capablanca"; Nimzowitch y Maroczy se pronunciaron también en favor de la victoria del cubano.

El propio Capablanca se sentía seguro de su triunfo, por lo que — fiel a su estilo — no se preparó para el encuentro, confiando en su capacidad única para resolver los problemas directamente frente al tablero; en cambio, llevado por sus responsabilidades laborales como representante del ajedrez de Cuba, participó en una gira de partidas de exhibición por el Brasil.

En una estrategia diametralmente opuesta, su contrincante se dedicó a la compleja tarea de estudiar con inédita profundidad los patrones subyacentes en el estilo de juego de Capablanca, sus movimientos recurrentes y respuestas ante problemas complicados, etcétera, inaugurando una forma de trabajo que es norma hoy en día entre los máximos exponentes del ajedrez mundial.

Alekhine no aceptó jugar la revancha, contraviniendo una de las condiciones del enfrentamiento. A pesar del colapso de los mercados financieros en 1929, Alekhine siguió insistiendo en las condiciones acordadas en Londres, es decir, Capablanca estaba obligado a recaudar $10 000. El aspirante no logró satisfacer esta condición. En cambio, Alekhine jugó dos campeonatos mundiales contra Efim Bogoljubov, que era un buen ajedrecista, pero no una amenaza para él en un juego extenso. Durante su reinado, Alekhine rechazó jugar en los mismos torneos que su rival.

Post campeonato

Capablanca ganó varios torneos fuertes después de haber perdido el título mundial, y tenía la esperanza de que tarde o temprano sus resultados obligarían a Alekhine a jugar una revancha por el campeonato del mundo, lo que no sucedió. En 1931 derrotó al gran jugador neerlandés Max Euwe +2 -0 =8, tras lo cual dejó de jugar por un tiempo al más alto nivel, participando solamente en partidas de menos importancia en el Club de Ajedrez de Manhattan.

Reuben Fine, extraordinario jugador de ajedrez rápido, rememora que en este período jugó varios cruces de esta especialidad con Alekhine, con resultados muy parejos. En comparación, las pocas veces que se enfrentó en esta variante con el cubano, este lo machacó "sin misericordia".

En 1934 comenzó de nuevo a jugar torneos de mayor importancia. Olga Chagodayev, con quien se casó en 1938, lo inspiró a competir de nuevo. Alekhine perdió el título contra Euwe en 1935 en parte debido a sus problemas con el alcohol. Esto le dio a Capablanca nuevas esperanzas de volver a ganar el título, y ganó en Moscú en 1936, delante de Botvinnik y Lasker. En el gran torneo de Nottingham en 1936, terminó empatado con Botvinnik, por delante de Euwe, Lasker, Alekhine y detrás de los nuevos talentos de Reuben Fine, Samuel Reshevsky y Salomon Flohr.

Ésta fue la primera partida de Capablanca contra Alekhine desde el gran campeonato mundial entre los dos y el genio cubano no perdió la oportunidad de vengar su derrota.26​ Teniendo una posición inferior, logró atrapar al ruso en una trampa tan elaborada que ninguno de los otros jugadores (excepto Lasker) se dio cuenta de dónde el perdedor había cometido el error.

Capablanca comentó sobre este particular en El legado de Capablanca: sus últimas presentaciones (páginas 111–112) expresando su admiración por la astucia que Lasker demostraba incluso a los sesenta años. Sin embargo, el cubano no menciona a su oponente: Alekhine. La relación entre ambos era de profundo desagrado mutuo, hasta el punto en que rara vez compartieron un tablero por más de unos segundos: cada uno hacía su movida y luego se levantaba para caminar por las cercanías.

En 1937, Euwe, en contraste con la situación entre Alekhine y Capablanca, cumplió con su obligación y concedió a Alekhine el juego de revancha. Alekhine dejó de beber, se preparó bien y volvió a ganar fácilmente el primer puesto. Después de esto no hubo mucha esperanza de que Capablanca volviera a disputar el título, Alekhine no jugó más partidas por el campeonato del mundo y murió en 1946. El absoluto y arbitrario control del título por parte del circunstancial campeón impulsó a la FIDE a reglamentar el mecanismo de elección de rivales y así asegurarse de que el mejor aspirante tuviera la oportunidad de acceder a la final.

Poco después la salud de Capablanca comenzó a empeorar. Tuvo un pequeño accidente cerebrovascular durante el Torneo AVRO de 1938, y tuvo el peor resultado de su carrera: séptimo de ocho jugadores. Sin embargo, incluso en esta etapa de su declive, fue capaz de producir resultados extraordinarios: En la Olimpiada de ajedrez de 1939 en Buenos Aires,​ representando a Cuba, logró obtener la medalla de oro individual al mejor primer tablero, por delante de Alekhine y de Paul Keres.​

El 7 de marzo de 1942, Capablanca se encontraba en el Club de Ajedrez de Manhattan en Nueva York. El cubano, de muy buen humor, hacía bromas en relación con las jugadas que se producían en el tablero. De pronto, sorprendiendo a los que le rodeaban, se puso en pie exclamando: "Ayúdenme a quitar el abrigo...", desplomándose luego en brazos de los ajedrecistas que se le acercaron. Trasladado momentos después al Hospital Monte Sinaí, al que llegó en estado comatoso, falleció a las 5:30 de la mañana del día 8. La causa directa de su muerte fue hemorragia cerebral, consecuencia de la hipertensión arterial que venía padeciendo desde hacia bastante tiempo. Justamente un año antes, en el mismo hospital, había fallecido Emanuel Lasker. Tras su muerte el mundo del ajedrez sufrió una terrible consternación. Los grandes maestros más importantes de la época, incluyendo a Alekhine, expresaron sus pésames y le calificaron como el jugador de ajedrez más grande de todos los tiempos.

José Capablanca recibió sepultura en la Necrópolis de Cristóbal Colón, en La Habana, con grandes honores. El General Fulgencio Batista, dictador de Cuba, se hizo personalmente cargo de los trámites funerarios. Capablanca falleció a la edad de 53 años y 109 días. En 1951, Cuba editó una estampilla de 25 centavos con su retrato, la primera con la figura de un maestro de ajedrez.

Valoración de su carrera

En toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en partidas oficiales. En partidas oficiales perdió 35, el 6% del total. Permaneció invicto por más de ocho años, desde el 10 de febrero de 1916, cuando perdió desde una posición superior contra Oscar Chajes, hasta el 21 de marzo de 1924, cuando sucumbió frente a Richard Réti en el Torneo Internacional de Nueva York. Se trata de un récord de 63 juegos, que incluyó el delicadísimo torneo de Londres de 1922 y la partida por el campeonato del mundo contra Lasker. De hecho, solo Marshall, Lasker, Alekhine y Rudolf Spielmann ganaron dos o más partidas oficiales frente a un Capablanca maduro, aunque los totales de sus respectivas carreras son negativos (Capablanca derrotó a Marshall +20 -2 =28, a Lasker +6 -2 =16, a Alekhine +9 -7 =33), a excepción de Spielmann que consiguió su nivel (+2 -2 =8). De la élite mundial, solamente Paul Keres tuvo un estrecho margen a su favor (+1 -0 =5), triunfo que ocurrió cuando Capablanca tenía 50 años, en el declive de su carrera. Su puntaje Elo ha sido calculado en 2725.

Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en las partidas de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov. Mijaíl Botvínnik escribió acerca de cuánto aprendió de Capablanca, y precisó que también Alekhine debía al cubano mucho de su juego posicional, que aprendió durante sus frecuentes reuniones antes de que la lucha por el título del mundo les hiciera enemigos.

Sobre Fundamentos del Ejedrez

Escrito originalmente en inglés con el título de "CHESS FUNDAMENTALS", esta obra es un tratado de los principios básicos del juego-ciencia, expuestos con notable precisión y claridad, y desarrollados y aplicados en una serie de partidas comentadas por el propio campeón.]

"Fundamentos del Ajedrez" de José Raúl Capablanca no es un libro para aprender ajedrez desde cero, pero si puede ser de gran utilidad desde el nivel principiante, si ya se conocen las reglas básicas del juego y la Notación Algebraica, incluso los jugadores más avanzados podrán afinar su juego con los múltiples recursos y juegos que en él se explican.

El libro está compuesto por 6 capítulos a través de los cuales nos encontraremos con 67 ejemplos de los diferentes temas que se explican a lo largo del libro. A continuación, finaliza con una selección de partidas que incluye 14 partidas del campeón analizadas y comentadas por él mismo.

Botvinnik considera a Los fundamentos del ajedrez, de Capablanca, como el mejor libro sobre ajedrez que se haya escrito.

En este texto el gran maestro precisa que mientras que el alfil es generalmente más fuerte que el caballo, la unión de dama más caballo es generalmente superior que la combinación de dama y alfil: el movimiento diagonal de este simplemente imita al de la dama, mientras que el caballo la complementa, alcanzando inmediatamente posiciones que le están vedadas a la dama. Botvinnik acredita a Capablanca como el primero en hacer esta observación.

FUNDAMENTOS DEL AJEDREZ

Prologo

Fundamentos del Ajedrez se publicó por primera vez hace trece años. Desde entonces han aparecidos numerosos artículos bajo el título, por lo general, de “teoría hiper moderna del ajedrez". Quienes los hayan leído bien pueden haber pensado que estaban en presencia de algo nuevo y de vital importancia.

La verdad es que la teoría hiper moderna no es otra cosa que la aplicación, durante el desarrollo de la apertura, de los mismos viejos principios, pero poniendo en práctica tácticas un tanto novedosas. No ha habido alteración en lo fundamental; la novedad ha consistido únicamente en un cambio de forma, y no siempre se ha conseguido obtener con ello lo mejor. Las tácticas, en ajedrez, pueden cambiar, pero los principios estratégicos fundamentales son siempre idénticos, de manera que "Fundamentos del Ajedrez" resulta tan bueno hoy como lo fue hace trece años, y será tan bueno dentro de un siglo como lo es actualmente. así como es una vieja verdad que las leyes y reglas del juego han persistido a través del tiempo y son las que se emplean en el presente.

El lector puede, por eso, dedicarse al estudio de esta obra con la plena seguridad de que hallará en ella todo lo que necesita; que nada de be agregarse y nada debe cambiarse. "Fundamentos del Ajedrez" fue el único trabajo modelo de este genero hace trece años, y el autor cree que también constituye el único modelo de esta naturaleza en la actualidad.

JOSE RAUL CAPABLANCA

Nueva York, 1 de setiembre de 1934.

CAPITULO I - PRIMERAS NOCIONES: FINALES, MEDIO JUEGOY APERTURAS

Lo primero que de be hacer el estudiante es familiarizarse con el poder de las piezas. Ello se obtendrá de la mejor manera aprendiendo como dar rápidamente algunos de los mates más simples.

1. ALGUNOS MATES SIMPLES

Ejemplo 1°.- Mate de torre y rey contra rey.

La regla consiste en llevar al rey adversario hasta el borde, en cualquier lado del tablero.

Juegan las blancas.

En esta posición el poder de la torre queda demostrado con la primera jugada, 1.Ta7, que de inmediato recluye al monarca adversario a la última fila, y entonces el mate se obtiene con toda rapidez, por medio de: 1.Ta7 Rg8 2.Rg2. La acción con binada del rey y la torre es necesaria para o obtener una posicionen la cual pueda forzarse el mate. La regla general quede be observar se es la siguiente: Conservar el rey todo lo posible, en la misma fila o, como sucede en el ejemplo que estamos examinando, en la misma columna que el monarca adversario. ¡Como en nuestro caso el rey conseguir! llegar a la sexta fila, lo mejor es colocarlo en la columna más cercana y hacia el centro.

2...Rf8 3.Rf3 Re8 4.Re4 Rd8 5.Rd5 Rc8 6.Rd6