Gustavo Cisneros y Venezuela - Rafael Arráiz Lucca - E-Book

Gustavo Cisneros y Venezuela E-Book

Rafael Arráiz Lucca

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Heredero de un holding empresarial notable (Pepsi-Cola, Helados Tío Rico, Venevisión) que inició su padre en 1929 con una compañía de transporte colectivo, el joven Gustavo Cisneros (1945-2023) toma las riendas del grupo en 1970. A partir de ese momento, la corporación experimenta un crecimiento meteórico a través de la adquisición y creación de empresas, tanto en el ámbito nacional como internacional. Una gran parte de ellas (CADA, Maxy's, Rodven, Miss Venezuela, entre otras), hitos de una época de crecimiento económico, hoy forman parte del imaginario colectivo venezolano. A lo largo de estas páginas, Rafael Arráiz Lucca, avezado entre­vis­­tador, permitirá al lector conocer los entresijos de la vida empresarial de Cisneros, quien, siendo un actor privilegiado del sector económico, nos ofrece una valoración retrospectiva sobre la Venezuela de finales del siglo XX. Conocedor de la intrincada trama que urden economía, política y sociedad, Gustavo Cisneros supo establecer relaciones con empresarios, líderes políticos e intelectuales dentro y fuera de Venezuela. Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Teodoro Petkoff, Fidel Castro, Gabriel García Márquez, David Rockefeller, Ronald Reagan, Bill Clinton, Henry Kissinger o Deng Xiaoping son algunos de los nombres más destacados que Cisneros refiere a lo largo de esta extensa conversación, colmada de valiosa información y anécdotas novedosas.

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Seitenzahl: 100

Veröffentlichungsjahr: 2024

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© Cisneros Media Distribution, 2024

© Del texto, Rafael Arráiz Lucca, 2024

© De esta edición, Editorial Alfa, 2024

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo sanciones establecidas en la ley, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento incluidos la reprografía y el tratamiento informático.

Editorial Big Sur S. L.

ISBN (edición impresa): 978-84-127976-6-4

ISBN (edición digital): 978-84-127976-7-1

Editorial Alfa

Apar­ta­do postal 50304. Ca­ra­cas 1050, Ve­ne­zue­la

e-mail: con­tac­to@editorial-alfa­.com

www.editorial-alfa.com

Twitter: @editorial_alfa

Instagram: @editorial_alfa

Fotografía de cubierta: Timothy Greenfield-Sanders

Fotografía del autor: Federico Prieto

Co­rrec­ción ortotipográfica: Magaly Pérez Campos

Di­se­ño, maquetación y conversión digital: Editorial Alfa

Gustavo Cisneros

y Venezuela

Conversaciones a la orilla del mar

Rafael Arráiz Lucca

Índice

Introducción

Los inicios

Nuevos tiempos, otro capitán (1970-1989)

El caótico año de 1992

El segundo gobierno de Rafael Caldera (1994-1999)

¿Qué pasó el 11 de abril de 2002?

Las etapas de la Organización Cisneros

Otras reflexiones sobre Venezuela

Cuba y Fidel Castro

El Miss Venezuela

China y los Estados Unidos

Venezuela y el futuro

Anotaciones finales

Introducción

Estaba previsto que este libro saliera en el año 2024 en presencia de Gustavo Cisneros Rendiles, pero la Providencia dispuso otro camino y se lo llevó de este mundo el 29 de diciembre de 2023, en Nueva York, por causa de complicaciones pulmonares. Una muerte totalmente inesperada e improbable, pero así fue. Conversamos mucho en estos encuentros que tuvimos, que se decantaron en esta entrevista, la última que concedió en vida y, lo que es muy probable, la más extensa que dio sobre temas venezolanos. Esa es su singularidad: Venezuela.

Ahora estoy pensando en los lectores de este libro. Por supuesto, en los venezolanos que nacimos en la segunda mitad del siglo XX y vivimos estos episodios, pero también imagino a unos muchachos en el año 2050 que quieran saber quién fue Gustavo Cisneros o, sin ir muy lejos, a mis alumnos de la Universidad Metropolitana que nacieron en el año 2004 y tienen veinte años. Lo primero que me preguntarían sería acerca de la importancia de este empresario venezolano y por qué llegó a tenerla en grado sumo para la vida empresarial y política nacional. Intentemos dar algunas razones a estos lectores hipotéticos.

Lo primero, recordar que para el momento en que Gustavo Cisneros toma el comando del grupo, a causa de la enfermedad de su padre, en 1970, se trata de un holding empresarial que se inició en 1929 con una compañía anónima de transporte colectivo y que luego, a partir de 1940, comenzó a embotellar Pepsi-Cola en Venezuela, con un éxito excepcional. Después, en 1952, inició operaciones Helados Tío Rico y en 1961 Venevisión. De tal modo que se trataba de un grupo empresarial industrial y de medios de comunicación muy importante en el ámbito nacional.

Luego, a partir de la compra de CADA1, en 1975, se sumó al grupo la cadena de distribución y comercialización de alimentos más grande del país, creada por la familia Rockefeller a finales de la década de los años cuarenta, cuando iniciaron un plan de inversiones en Venezuela, más allá de la Creole Petroleum Corporation, que era como se llamaba en el país la legendaria Standard Oil, que había comenzado operaciones en Venezuela en 1925. El Chase Manhattan Bank de Rockefeller también tenía inversiones importantes en el área bancaria, poseyendo cerca del 50 % de las acciones del Banco Mercantil y Agrícola. Además, tenía haciendas de significación en zonas ganaderas y agrícolas valiosas, algunos de cuyos activos inmobiliarios fueron adquiridos de igual manera por Cisneros; no así la participación en el Banco Mercantil y Agrícola.

Como vemos, a partir de 1975 el joven Cisneros, con treinta años, es el capitán de un grupo decisivo en materia alimentaria, de bebidas refrescantes y de medios de comunicación. Era imposible que no tuviera peso. A ello hay que sumarle que, desde el comienzo de su vida empresarial, Gustavo Cisneros optó por un perfil comunicacional muy alto, seguramente llamado por el hecho de conducir una de las dos plantas televisivas privadas del país que concitaban la casi totalidad de la audiencia nacional.

El grupo Cisneros en estos años desarrolló una estrategia de crecimiento nacional e internacional de grandes proporciones. En lo nacional crearon una cadena de radio: RadioVisión (1974); compraron la fábrica de productos de higiene y belleza Fisa Capina (1976); crearon una disquera: Rodven (1980); una cadena de comida rápida: Burger King (1980); otra de pizzas: Pizza Hut (1983) y, por si fuera poco, compraron Sears en Venezuela y la llamaron Maxy’s (1983). En 1981 compraron la franquicia para Venezuela del concurso de belleza Miss Venezuela. En 1982 se hicieron de Cherry Blossom y French; una marca dedicada a la limpieza de zapatos y otra a las salsas para las comidas.

En el ámbito internacional, el primer paso lo dieron en 1982, cuando adquirieron una embotelladora en los Estados Unidos: All-American Bottling; dos años después, compraron Spalding (1984), una de las marcas de artículos deportivos más grandes del mundo y, luego, Evenflo (1984), una fábrica de productos para bebés en los Estados Unidos. Además, en España obtuvieron la tienda por departamentos Galerías Preciados este mismo año de 1984.

Como vemos, experimentaron un enorme crecimiento gracias al flujo de caja que les producían sus empresas en Venezuela, así como al crédito bancario al que fueron accediendo gracias a un historial financiero que fue consolidándose. En la Venezuela de estos años de crecimiento, los ingresos petroleros eran muy altos, la población era pequeña y la clase media que consumía era muy grande, siempre en términos proporcionales, de tal modo que la influencia que llegó a tener en el país el grupo Cisneros era extendida y poderosa.

Cualquiera puede preguntarnos por otros grupos que hubieran podido discutirle a Cisneros su preeminencia, pero lo cierto es que ninguno tenía en sus manos una planta de televisión con la influencia de Venevisión y, además, ninguno había comenzado a cultivar una red de relaciones internacionales como lo venía haciendo Gustavo Cisneros. Esta es la verdad. Esa red incluía empresarios, jefes de Estado, políticos, artistas, en particular en los Estados Unidos y España.

Regresemos a 1970. Para el momento en que don Diego Cisneros enferma y disminuye su capacidad de trabajo, su hijo Gustavo ya había heredado y cultivado él mismo unas cordiales y estrechas relaciones personales con Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y muchos otros políticos venezolanos de su tiempo. Don Diego estaba convencido de que el mejor sistema político era la democracia, y por ello la respaldó desde Venevisión a partir de 1961, cuando daba sus primeros pasos bajo el espíritu unitario del pacto de Puntofijo. En otras palabras, aquel muchacho de veinticinco años, recién casado con Patty Phelps, es el hijo de Diego Cisneros y, además, desarrolla sus talentos para las relaciones personales, incluso con más destreza que su padre.

Pero esta influencia en Venezuela fue cambiando a lo largo de los años. En 1994 se produce la venta de varios activos importantes en el país. Venden CADA, helados Tío Rico, French, Cherry Blossom, Maxy’s y Yukery, dejando en claro que sus inversiones se iban a intensificar fuera de Venezuela, buscando otros mercados y enfocándose en determinados rubros. Por ello venden Spalding y Evenflo en 1996. Mucho antes, en 1987, habían vendido Galerías Preciados en España.

Como vemos, no solo se deshicieron de activos en Venezuela sino en otros países, buscando enfocarse. De hecho, en 1996 vendieron Pepsi-Cola y compraron Coca-Cola en Venezuela; luego, en 2002, vendieron Coca-Cola en el país. Se deshicieron de Burger King (1998) y Pizza Hut (1998) y la fase de crecimiento fuera de Venezuela se profundizó en los Estados Unidos y en República Dominicana.

No obstante las ventas listadas, es evidente que, entre 1975 y 1994, Gustavo Cisneros fue un empresario con mucha presencia en Venezuela, lo que explica su participación en la historia del país en sus facetas política y económica. A partir de estos años su participación también fue importante, entre otras razones porque sus relaciones internacionales eran indispensables para cualquier gobernante venezolano y porque Venevisión era una pieza central en el juego político y empresarial nacional. Todavía el mundo no había entrado en la era digital, donde los medios se han multiplicado y diversificado exponencialmente y su hija, Adriana Cisneros Phelps, se abre paso en Miami en el universo multimedia.

Las claves de la internacionalización de Gustavo Cisneros y sus empresas están en la llave de entrada que significó David Rockefeller, al punto de delegar en Cisneros algunos de sus negocios en Latinoamérica y venderle casi todos los que tenía en Venezuela, así como en las propias facultades de Cisneros para tejer una red de relaciones internacionales como no las ha tenido ningún otro venezolano en su tiempo.

Recordemos que Rockefeller decide deshacerse de sus activos en Latinoamérica, y en Venezuela en particular, una vez que fue aprobada por el país la Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena (1970), que limitaba las inversiones extranjeras. Recordemos que hubo un tiempo en que, aunque parezca increíble, a las inversiones extranjeras se les fijó un marco regulatorio que, lejos de alentar su llegada, ahuyentaba los capitales. Ahora es todo lo contrario. El abogado de Rockefeller en Venezuela comenzó siendo el doctor Pedro Tinoco Smith, en su Escritorio Tinoco y Travieso, y estas tareas las heredó su hijo: Pedro Tinoco, quien fue el oferente de CADA a Cisneros en nombre de los Rockefeller, según ha relatado perfectamente el propio Gustavo Cisneros en diversas oportunidades.

Vuelvo al comienzo de estas líneas introductorias. Espero haberles dado algunas luces a mis estudiantes nacidos después del 2004 y a los lectores del año 2050. En todo caso, las propias respuestas de Cisneros a lo largo de estas conversaciones en La Romana (República Dominicana) iluminan el terreno. Una etapa esencial de la vida empresarial y política venezolana es revisada por un actor y testigo privilegiado.

Dos sesiones de entrevistas presenciales en dos momentos distintos (abril de 2021 y marzo de 2022), más incontables conversaciones vía Zoom, nos permitieron tejer este texto de conversaciones a la orilla del mar, sin ningún apuro y sin límite de tiempo. Aquí está el resultado.

Los inicios

Estamos en Casa Bonita, la residencia de Gustavo y Patty Phelps de Cisneros en Casa de Campo (La Romana), República Dominicana, refugio de la pareja desde 1977, cuando la construyeron, hace ya casi cincuenta años. En dos oportunidades hemos estado aquí, dialogando con Gustavo Cisneros y comprobando la legendaria hospitalidad y don de gentes de su esposa, Patty Phelps de Cisneros.

Vamos a conversar con Cisneros acerca de su país de origen y de su actuación en él como empresario y ciudadano interesado en la vida política y social de la nación venezolana. Hoy es 17 de abril de 2021 y el mar está calmo, la brisa no ha comenzado.

Recordemos que Gustavo Cisneros Rendiles (1945-2023) es hijo de don Diego Cisneros Bermúdez (1911-1980), quien nació en La Habana y era hijo del cubano-venezolano Diego Jiménez de Cisneros y Govantes (1862-1914) y de la venezolana María Luisa Bermúdez de Castro y Martínez (1875-1936), hija de José Francisco Bermúdez de Castro y Sayol y de Esther Martínez Mayz, integrantes de muy antiguas familias de Cumaná.

La madre de Gustavo Alfredo fue Albertina María Rendiles Martínez (1915-1988), nacida en Caracas e hija de Ramiro Antonio Rendiles Ríos (1872-1924) y de Ana Antonia Martínez Rodríguez (1890). Don Diego y Albertina casaron en 1938, en la ciudad de Caracas, urbe a la que el joven Diego llegó en 1928, cuando tenía diecisiete años. Provenía de Trinidad, donde había estudiado en el St. Mary’s College, regentado por la orden católica irlandesa. Como vemos, en Gustavo Alfredo Cisneros Rendiles desembocan familias venezolanas y cubanas.

Por su parte, Gustavo Cisneros Rendiles casó con Patricia Phelps Parker (1947) en 1970. Patricia es hija de William Phelps Miller y Miriam Parker. Nieta de John Phelps Tucker (1900-1981) y Dorothy Miller Adams (1900-1938). Bisnieta del fundador de la estirpe en Venezuela, William H. Phelps (1875-1965), casado con Alicia Elvira Tucker Cotton (1876-1929). Los Cisneros Phelps son los padres de Guillermo (1971), Carolina (1975) y Adriana (1979).

Ambas familias (Cisneros y Phelps) han tenido actuaciones importantes en el mundo empresarial venezolano; en algunas áreas han sido pioneras y modernizadoras y ambas familias han desarrollado labores filantrópicas significativas, tanto en el área naturalista como artística y pedagógica. Integrante de estos conjuntos familiares es Gustavo Cisneros, quien comenzó desde muy joven a capitanear empresas.