Inglés en 21 días - Giacomo Navone - E-Book
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Inglés en 21 días E-Book

Giacomo Navone

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  • Herausgeber: RBA Libros
  • Kategorie: Bildung
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2015
Beschreibung

Dominar la lengua inglesa es vital hoy en día. Si durante años lo has intentado y abandonado por encontrarlo difícil, laborioso o caro, estás de enhorabuena: estas estrategias de memoria, tan revolucionarias como fáciles de aplicar, te harán aprender Inglés en 21 días. Un método sencillo e infalible, diseñado para aprender el inglés necesario para los estudios, el trabajo o el tiempo libre. Descubrirás: las trampas que te impiden aprender; por qué leer y repetir no funciona; cómo depositar a largo plazo en la memoria palabras y conceptos; el método de inmersión total; el poder de los repasos programados y la técnica de la contraposición figura-fondo.

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Título original en inglés: Inglese in 21 giorni

© Sperling & Kupfer Editori, S.p.A., 2014.

© de la traducción: Helena Aguilà Ruzola, 2015.

© de esta edición digital: RBA Libros, S.A., 2015. Diagonal, 189 - 08018 Barcelona.

www.rbalibros.com

ISBN: 9788490563113

CÓDIGO SAP: OEBO715

Composición digital: Newcomlab, S.L.L.

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Todos los derechos reservados.

Índice

Introducción

DESCUBRE LAS TRAMPAS QUE TE IMPIDEN APRENDER INGLÉS

INSTRUCCIONES DE USO

LAS BASES

DAY ONE: Pronombres personales sujeto, to be, short answers, números cardinales

DAY TWO: Artículos determinados e indeterminados, conjunciones y preposiciones, plural de sustantivos, pronombres personales complemento

DAY THREE: To have, to see/to look/to match

DAY FOUR: Adjetivos y pronombres posesivos y demostrativos, enitivo sajón, preposiciones de lugar y de finalidad

DAY FIVE: Números ordinales, pronombres interrogativos, indicar fechas, tiempo, horas

DAY SIX: Sustantivos contables e incontables, some, any, how many, how much, a lot of, enough, very, really, there is/there are

DAY SEVEN: Simple present, double object

DAY EIGHT: Present continuous, to make, to do, to wait

DAY NINE: Futuro simple

DAY TEN: Simple past, and/then

DAY ELEVEN: Past continuous, preposiciones, adjetivos y verbos en -ING, to say/to tell

DAY TWELVE: Preposiciones y adverbios de lugar, tiempo, movimiento y transporte

DAY THIRTEEN: Período hipotético

DAY FOURTEEN: Adjetivos y pronombres indefinidos, orden de los adjetivos

DAY FIFTEEN: Adjetivos comparativos, superlativos, adverbios de modo

DAY SIXTEEN: Present perfect, posición de los adverbios

DAY SEVENTEEN: Present perfect continuous, for/since

DAY EIGHTEEN: Past perfect, past perfect continuous, again, still/yet

DAY NINETEEN: Verbos modales

DAY TWENTY: To get, to set, to let, to sep

DAY TWENTY-ONE: Phrasal verbs

Conclusiones

Agradecimientos

Soluciones

Notas

INTRODUCCIÓN

Gracias a las técnicas de aprendizaje que hemos creado a lo largo de varios años de experiencia, todos los meses tenemos la oportunidad de ayudar a miles de personas a mejorar sus resultados en nuestros cursos. Muchos de nuestros alumnos son estudiantes deseosos de superar los retos que les imponen el colegio o la universidad, o bien profesionales, docentes e investigadores que se ven obligados a dedicar tiempo y energías a reciclarse, pero otros muchos sencillamente quieren perfeccionar su eficiencia mental y aprender una lengua extranjera.

Hoy, no saber inglés nos puede costar muy caro y, en un momento difícil como este, invertir en nuestra formación y en conocimientos puede marcar la diferencia. Pese a todo, la naturaleza humana siempre tiende a encontrar mil excusas para no empezar a estudiar seriamente.

Nuestra experiencia nos ha permitido comprender que uno de los motivos más comunes que frenan a quienes desearían aprender inglés es la sensación de no estar a la altura del objetivo. El esfuerzo necesario para memorizar reglas gramaticales, excepciones, palabras, ortografía, verbos y modismos, unido a la desarmante facilidad con que olvidamos lo aprendido, suelen desanimar incluso a los estudiantes con mayor capacidad y motivación.

En cambio, cuando los alumnos aprenden nuestras técnicas de memorización a breve y largo plazo (descritas en Genio en 21 días, publicado también por RBA en 2015, y base de los cursos de aprendizaje Your Magister), se dan cuenta de que muchos objetivos que consideraban imposibles son totalmente realizables. Y su motivación aumenta hasta el punto de que muchos deciden empezar a estudiar una nueva lengua, pues confían en que, gracias a los nuevos instrumentos adquiridos, por fin conseguirán llegar a la meta.

Además, a nosotros también nos motivan los resultados de nuestros alumnos. Por eso decidimos crear un itinerario exclusivo, que aúna los métodos de aprendizaje de la lengua inglesa más modernos con las mnemotecnias que van a garantizar un aprendizaje duradero.

Estamos convencidos de que el objetivo de este libro, por ambicioso que pueda parecer, está al alcance de todo el mundo, incluso de quienes partan de cero. Se trata de llegar a desenvolverse en 21 días en todas las situaciones: una simple conversación, una entrevista de trabajo, una negociación empresarial, un viaje al extranjero, escribir un e-mail, leer un libro o ver una película en lengua original ¡escuchando la verdadera voz de nuestro actor favorito!

DESCUBRE LAS TRAMPAS QUE TE IMPIDEN APRENDER INGLÉS

Al final de este itinerario de aprendizaje, todo lector diligente será capaz de mantener una conversación con un nativo de lengua inglesa y de desenvolverse en cualquier situación, incluso en el extranjero.

Tras el éxito de Genio en 21 días, vamos a referimos de nuevo a los estudios y las certeras investigaciones del doctor Maxwell Maltz, quien demostró que el cerebro humano necesita tres semanas para adquirir nuevos hábitos.

Sin duda, aprender una lengua extranjera requiere más tiempo que acordarse de beber un vaso de agua al levantarnos por la mañana. Sin embargo, con este texto estamos seguros de ofrecer a nuestros lectores un método rápido y eficaz para llegar a un nivel de conocimiento suficiente y desenvolverse con naturalidad en numerosas situaciones cotidianas: ver una película, inicialmente con la ayuda de subtítulos y luego sin ellos; escuchar una canción en la radio y reconocer primero algunas palabras y luego frases enteras; conversar con un turista que pide indicaciones por la calle; asistir con éxito a un curso de formación o reciclaje de nivel internacional, etc.

Obviamente, para obtener dichos resultados, no basta con el típico «leer y repetir». Para aprender en tan poco tiempo y para siempre la gramática, 2000 palabras, los modismos más frecuentes, los verbos irregulares, las excepciones gramaticales y a escribir correctamente, resultan indispensables las técnicas de aprendizaje eficaz que explicamos en las siguientes páginas.

¿Cómo funciona el método? Cada uno de los días en que se subdivide el itinerario incluye un tema de gramática, presenta nuevos modismos y, en los ejercicios, se utilizan términos relativos a situaciones siempre distintas, con el fin de estimular el aprendizaje por asociación.

Memorizar las estructuras gramaticales y las palabras no es suficiente para hablar con soltura, ni garantiza la comprensión de lo que dice un nativo, pero supone un punto de partida irrenunciable. Conversar y practicar la comprensión, la escritura y la lectura son ejercicios indispensables, y hacerlos resultará más satisfactorio cuanto más sólidos sean nuestros cimientos.

¿CUÁL ES TU OBJETIVO?

Seguro que no es la primera vez que coges un libro con la intención de estudiar inglés. ¿Cuántas Nocheviejas te has dicho: «De este año no pasa: ¡voy a aprender bien inglés!» y luego, a los pocos días, has olvidado tus buenos propósitos?

La pregunta es: ¿cuál es tu objetivo?

Si la respuesta es que el inglés te resultaría útil para encontrar trabajo, ascender, impresionar a las chicas o a los chicos, aprobar un examen, obtener un certificado como el IELTS…, mucho nos tememos que te rendirás ante las primeras dificultades, como la mayoría de las personas. La única motivación realmente válida para poder comunicar es tener la auténtica necesidad de aprender una lengua.

Luca, Giacomo y yo somos expertos en técnicas de aprendizaje eficaz desde hace años. Aplicamos dichas técnicas a numerosos ámbitos y, basándonos en nuestra experiencia, revolucionamos los cursos de formación, donde miles de alumnos han podido adquirir nuestros métodos. Lo que hicimos fue llevar a cabo un verdadero trabajo de investigación para crear una síntesis de las estrategias de aprendizaje más modernas.

Así pues, sabíamos que poseíamos los instrumentos más eficaces para estudiar lenguas extranjeras y nos dábamos cuenta de que debíamos aprender a hablar un inglés fluido, un requisito fundamental para cualquier profesional hoy en día. Sin embargo, nuestro esfuerzo y dedicación al estudio de las lenguas empezaron a ser totales y produjeron resultados notables solo cuando decidimos que Your Trainers estaba lista para expandirse por el extranjero, hasta Estados Unidos y España.

Los impulsos decisivos fueron las ganas, mejor dicho, la necesidad de transmitir a quienes no hablan nuestra lengua nativa las mismas enseñanzas que impartimos en Italia a nuestros alumnos, así como la posibilidad de encontrarnos en breve ante una sala repleta de personas con las cuales debíamos entendernos. La única fuerza que nos empuja realmente a actuar es la motivación, y la nuestra era muy intensa.

El problema de la mayoría de las personas que estudian inglés es la falta de una verdadera pasión por la lengua como instrumento para entrar en contacto con distintas culturas, para vivir en un mundo más grande. Muchos se limitan a pensar en los beneficios que debería reportarles saber inglés y eso no es suficiente. Lo importante es tener ganas de hablar y comunicarse con otros seres humanos. Para aumentar tus posibilidades de éxito, debes alimentar en tu interior un ingrediente siempre fundamental: la pasión.

CREENCIAS DESPOTENCIADORAS

Si sientes que tu pasión y tu motivación son invencibles, estás listo para empezar. O casi, porque aún queda un posible obstáculo.

Si hasta hoy no has aprendido el inglés de manera fluida, ello puede deberse a motivos de lo más dispares, y antes de empezar a analizar los instrumentos que utilizaremos para alcanzar el objetivo que te has marcado, es necesario hacer un poco de «limpieza mental» y eliminar convicciones improductivas, viejas referencias negativas, cualquier tipo de prejuicio y todas las excusas que pueden llevarte a desistir una vez más al encontrarte las primeras dificultades.

Puedes ser víctima de varias creencias despotenciadoras, es decir, de pensamientos que menguan tu poder personal y te hacen creer que tu potencial es menor de lo que es. En lo tocante a la posibilidad de aprender lenguas extranjeras, algunas de esas creencias son más frecuentes y perjudiciales que otras. Lo más importante es librarnos de la idea de que el ADN contiene el «gen» de las lenguas extranjeras. No existe nada semejante. El cerebro humano está predispuesto por naturaleza a aprender el lenguaje y todos tenemos las mismas posibilidades de aprender lenguas, independientemte de la edad, el sexo o el nivel de estudios.

Trata de ser honesto contigo mismo y admite que son simples pretextos para no esforzarte al máximo.

Está claro que tropezarás con algunas dificultades, al igual que sucede cada vez que aprendes algo nuevo; es normal. En esos momentos, lo más inteligente es respirar hondo, esbozar una gran sonrisa y reconocer lo que has hecho. Luego vuelve a intentarlo, tal vez cambiando de estrategia.

En los estudios, como en la vida, solo puede haber excusas o resultados, jamás ambas cosas. Ha llegado el momento de eliminar las excusas. Recuerda lo que decía Henry Ford: «Tanto si crees que lo lograrás como si no, siempre vas a tener razón».

Soy demasiado mayor

Es bien sabido que el cerebro de los niños posee una neuroplasticidad superior a la del cerebro de los adultos. La naturalidad con que los pequeños aprenden a hablar, comparada con nuestro esfuerzo para aprender una segunda lengua, podría llevarnos a pensar que, a partir de cierta edad, todo esfuerzo es inútil. Como docentes, hemos conocido a miles de personas y casi todas estaban convencidas de que habían dejado atrás el período «áureo» del aprendizaje.

En realidad, esta idea no se basa en ningún estudio científico. El dato empírico de nuestras dificultades es real, pero debemos atribuirlo a la actitud tan distinta con que adultos y niños nos enfrentamos al aprendizaje, no a unas capacidades cerebrales debilitadas.

Las verdaderas causas de muchos fracasos suelen ser un método incorrecto, falta de compromiso y poco entusiasmo. Si te repites una y otra vez que eres demasiado mayor y que todo es inútil, vas minando tus posibilidades de éxito, y lo único que te falta es no empezar siquiera. Es un círculo vicioso. Cualquiera puede aprender a hablar inglés de manera fluida a cualquier edad.

Suele decirse que los niños aprenden con mayor facilidad porque son tabulae rasae, pero es una afirmación fácil de rebatir. Basta pensar que existe una enorme diferencia entre aprender una primera y una segunda lengua extranjera y, en general, cuanto más sabemos, más fácil nos resulta aprender algo nuevo. Ten en cuenta los miles de palabras que la segunda lengua puede tener en común con la primera, términos que, por tanto, ya conoces. En cambio, para un niño todas las palabras son completamente nuevas. Si piensas en el tiempo que tarda un niño en distinguir todos los sonidos de su lengua materna y hablar correctamente, es evidente que cuando empiezas a estudiar una lengua extranjera siendo adulto hay muchas cosas que para ti serán obvias y que un niño tarda años en aprender. Por otra parte, tal vez creas que el cerebro de los niños es más «abierto» y rápido que el tuyo; si es así, te equivocas otra vez. En la Universidad de Haifa (Israel), realizaron un estudio con grupos de varias edades (niños, adolescentes y adultos), a los que les explicaron algunas reglas gramaticales que desconocían. Y los adultos resultaron los mejores con diferencia en todas las pruebas.

Así pues, ¿cuál es el verdadero origen de las dificultades que encontramos en la edad adulta? ¿Por qué no obtenemos mejores resultados que los niños? Todo está relacionado con nuestra actitud y con los métodos de enseñanza.

El ambiente académico tradicional no funciona en el caso de los niños ni tampoco garantiza resultados con los adultos. Con todo, podemos decidir que vamos a aprender, a implicarnos mucho en el estudio y que superaremos las dificultades con pasión y entusiasmo. Podemos organizar nuestro tiempo para dedicarnos a practicar la lengua, matricularnos en un curso o… comprar un libro para aprender inglés en 21 días y ponernos manos a la obra.

Sin duda, los niños tienen menos miedo a equivocarse, menos miedo de hacer el ridículo, menos prejuicios y una gran capacidad para divertirse mientras aprenden. Cuando aprendimos nuestra primera lengua, adquirimos miles de vocablos sin estudiar, simplemente interaccionando con las personas de nuestro entorno.

Arriesgarse, lanzarse, comunicar desde el primer momento sin el temor de no ser perfectos y tomarnos un poco a la ligera a nosotros mismos son ingredientes fundamentales para tener éxito.

Según mi experiencia personal, gracias a las técnicas adquiridas y a la motivación, hoy, a mis treinta y cuatro años, soy mejor estudiante que cuando tenía veintitantos.

No tengo tiempo

«Si solo tuviera que hacer eso, si pudiera viajar por el mundo y estudiar cada día, yo también hablaría inglés, pero ¡alguien tiene que trabajar!».

Esa es la excusa del siglo: no tengo tiempo.

Sabemos muy bien lo complicada que puede ser nuestra vida y lo difícil que resulta para ciertas personas organizar su propio tiempo. El caso es que, al igual que muchas otras cosas, aprender inglés no es una cuestión de tiempo, sino de enfoque. Piensa en las horas que desperdiciamos todos los días delante del televisor o con las redes sociales. Piensa en los tiempos muertos mientras esperas un transporte público, una llamada, el ascensor o la visita de un amigo. Piensa en los minutos que pasas haciendo cola en la caja de un supermercado o atrapado por el tráfico. Ese es todo el tiempo que necesitas.

Para aprender algo de una manera definitiva no se necesitan meses o años, sino una inmersión total para condensar todas tus energías y pensamientos y extraer los máximos resultados en el mínimo tiempo posible. En un segundo momento, para finalizar el trabajo realizado, será necesario crear un condicionamiento continuo, al menos hasta que lo aprendido forme parte de ti para siempre.

Gracias a nuestra experiencia como coaches y tutores, sabemos que otro obstáculo fundamental que las personas encuentran consiste en subestimar la importancia de la inmersión total y de la «concentración» del tiempo dedicado a estudiar y conversar en inglés durante la primera fase. ¿Quieres saber cómo no aprender nunca una lengua extranjera? Estudia una hora a la semana y verás como, dentro de un año, habrás desperdiciado 52 horas de tu tiempo.

Para optimizar el tiempo de aprendizaje es necesaria una inmersión mental completa. El programa que encontrarás en este libro ha sido creado para que obtengas en solo tres semanas lo que normalmente, en un curso tradicional, no se obtiene ni en seis meses. Tendrás que dedicar tiempo a estudiar, pero te garantizamos que, con las técnicas de memorización y siguiendo nuestros consejos sobre cómo empezar a hablar la lengua desde el primer momento, tus esfuerzos se verán recompensados por la gran satisfacción de obtener los resultados que deseas con la mínima inversión de energías y tiempo.

Lo más importante es que seas disciplinado. El cerebro humano está hecho para aprender, pero también tiende a olvidar. Probablemente, ya has experimentado que cuanto más tiempo pasa entre una clase y otra, más le cuesta recordar a tu mente, con la perversa consecuencia de que te ves obligado a volver a estudiar algo que ya sabías y que, por falta de regularidad, has perdido por el camino. Con la técnica de los repasos programados, tendrás la posibilidad de almacenar a largo plazo toda la información adquirida en poquísimo tiempo. Pero, cuidado: para que los repasos sean realmente funcionales y den el máximo rendimiento, debes seguir exactamente nuestras indicaciones.

Cuando llegamos a Florida, descargamos en nuestros smartphones una aplicación con 1900 palabras en inglés. Las memorizamos en una semana, con disciplina, pero sin tener que buscar «tiempo para estudiar». Tres cuartos de hora de bici por la mañana; esperando mesa en un restaurante; incluso en el cuarto de baño, en vez de leer la etiqueta del gel (aunque estaba escrita en inglés…).

Este libro tiene que acompañarte a todas partes por lo menos 21 días. Lo sacarás en todos los momentos muertos del día. Irá contigo en el metro, en el autobús, en el tren, al trabajo, al colegio. No importa si haces los ejercicios todos juntos o si memorizas las palabras una detrás de otra. Lo fundamental es la inmersión total a nivel mental y aprovechar todos los momentos de que dispongas para dar un pequeño paso adelante.

Con todo, tendrás que dedicarle al menos una, dos o tres horas de estudio concentrado en la gramática, el vocabulario y los ejercicios. Después podrás ver tus series de televisión favoritas en la lengua original (ahora muchos canales permiten hacerlo), o podrás navegar con tu smartphone y ver vídeos en lengua original, descargar revistas inglesas o norteamericanas sobre los temas que te interesan y practicar, practicar, practicar. La mayoría de las personas gestiona de manera pésima su tiempo y actúa según la urgencia, no según la importancia. Es un principio equivocado que nos induce a posponer toda la vida lo que realmente deseamos hacer y a dejar de aprender algo que podría darnos la posibilidad de mejorar nuestros resultados, condenándonos así a una vida estresante y con escasas satisfacciones.

Los cursos son muy caros

Este tema es delicado. Si bien es posible aprender una lengua con métodos bastante económicos, es innegable que si puedes invertir en los recursos adecuados, llegarás antes a la meta.

Vivir unos meses en el extranjero o, más modestamente, abonarte a canales por satélite, comprar DVD, libros y revistas en inglés o mandar a tus hijos a un colegio internacional son decisiones que comportan un desembolso de dinero que no todo el mundo puede permitirse, pero también son soluciones que aceleran enormemente el camino del aprendizaje.

Nuestro consejo es que valores sin precipitación si puedes o no puedes permitirte invertir en medios tan útiles como los instrumentos tecnológicos más avanzados, un profesor o una buena academia.

No pienses solo en el tiempo y el dinero que requiere aprender algo nuevo; reflexiona acerca de las oportunidades que te estás perdiendo a causa de tus lagunas. Benjamin Franklin dijo: «Si la educación os parece cara, pensad en lo que cuesta la ignorancia». Si posees recursos financieros para aprender lo que necesitas y sin embargo prefieres reservarlos para otra cosa, te estás perjudicando a ti mismo.

A pesar de que internet ofrece todo tipo de contenidos, a veces gratuitos, los cursos y los profesores siguen siendo muy válidos, pues te ahorran el interminable trabajo de seleccionar la información que te llevaría días, semanas o meses de búsqueda y de errores. Además, un buen profesional sabe construir itinerarios de crecimiento que dan resultados concretos. Recuerda: el único recurso que nunca puede recuperarse es el tiempo. En cambio, el dinero, si está bien invertido, trae más dinero. Y creo que no hay mejor inversión que gastarlo en nosotros mismos.

Para empezar está bien cualquier cosa, no tienes por qué matricularte en un curso muy caro si consideras que no merecerá la pena. En cualquier caso, creo que ya has dado el paso más inteligente: comprar un libro que te enseñe a gran velocidad los rudimentos. Aunque el objetivo de Inglés en 21 días es mucho más ambicioso…

Necesito estudiar mucho antes de poder mantener una conversación

Tienes que empezar a hablar en inglés desde el primer día. Si esperas a tener la sensación de poseer un vocabulario suficientemente amplio y una gramática perfecta, tal vez no comiences nunca.

Consiguen más éxitos en el estudio de las lenguas, así como en otros ámbitos, las personas que no tienen miedo a equivocarse, que no temen el juicio de los demás, que son capaces de preguntar dos y tres veces, que se fijan en los progresos y no en las derrotas.

Obviamente, llegar a dominar el inglés en apenas 21 días no es fácil, por eso debes encontrar el contexto adecuado para aplicar desde el primer momento lo que estás aprendiendo. Regálale el libro a un amigo (o a más de uno… siempre funciona) o a tu pareja y marcaos como objetivo abordar juntos este itinerario. Busca todas las ocasiones posibles para hablar o chatear con nativos o con otros estudiantes de inglés. No importa que los primeros días solo sepas sonreír y asentir aunque te hagan preguntas abiertas. Please, slowly, I’m still learning. Could you repeat? (Por favor, despacio, aún estoy aprendiendo. ¿Podrías repetirlo?) son las frases que seguramente repetimos más veces durante nuestras primeras semanas en Florida.

En el cuaderno de ejercicios encontrarás sugerencias para empezar una conversación con un nativo desde el primer día.

La excelencia es inalcanzable

Cuando aprendemos una lengua extranjera, la frustración es una sensación extremadamente difundida y suele ser el principal motivo para dejar de estudiarla. Si existe una gran diferencia entre las expectativas que nos hemos creado tras el esfuerzo realizado y el resultado objetivo que hemos conseguido, nos sentiremos frustrados, de modo que podemos caer en la tentación de empezar con unas expectativas muy bajas para no decepcionarnos. Nosotros creemos que esa no es la solución; es mejor aprender a ser felices y a estar motivados aun teniendo un nivel alto de frustración provocada por el hecho de que estamos dando mucho y, por tanto, esperamos mucho. Para sobrellevar lo mejor posible esta desagradable sensación, es importante que nos concentremos en los pasos que estamos dando sin prisa, sin la ansiedad de tener que llegar antes de una fecha determinada y sin dudas sobre nuestro nivel de implicación y competencia. Hemos subdividido el programa en 21 días para ofrecerte la posibilidad de dividir el trabajo en microobjetivos, con la seguridad de que llegarás a la meta.

Por otra parte, si crees que saber inglés consiste en entender todas las canciones, todos los acentos y las tragedias de Shakespeare, en hablar con una entonación perfecta y filosofar con desenvoltura en el círculo intelectual de Oxford, quizá deberías recordar que nadie tiene estándares tan bajos como quien tiene estándares excesivamente elevados. Con ello queremos decir que si tienes demasiadas expectativas, el programa entero podría fracasar antes de empezar. Nuestro objetivo es partir de los rudimentos para adquirir la capacidad de comprender y lograr que nos comprendan. Y eso es posible, sin lugar a dudas.

Debes tener en cuenta que, al finalizar las tres semanas del programa, durante las cuales habrás exprimentado un crecimiento gradual de tus conocimientos, habrá períodos más o menos largos en los que tendrás la sensación de estar siempre más o menos en el mismo nivel. Esto forma parte del juego y es algo muy común cuando aprendemos cualquier clase de técnica, incluso un deporte. ¿Significa que te estás equivocando? No, sencillamente significa que ha llegado el momento de hacer algo distinto, de barajar de nuevo las cartas que estaban sobre la mesa y buscar otro enfoque que te lleve a dar un nuevo salto adelante.

El inglés es aburrido

Pues sí, en eso estamos de acuerdo. Voy a ser sincero: nunca me ha gustado. Lo que me ayudó fue encontrar una manera divertida de memorizar las palabras, un método muy eficaz para recordar a corto y largo plazo términos, reglas y excepciones, y luego ponerlo todo en práctica en situaciones muy distintas: pedir información en la calle, cerrar tratos de negocios importantes y de sumo interés, responder un e-mail o charlar un rato con un desconocido en la barra de un auténtico pub inglés. Las técnicas de memorización funcionan perfectamente y el hecho de no tener que repetir cien veces lo mismo para recordarlo hace que todo sea mucho más divertido y motivador.

Siempre notarán que soy español

¿Y qué? A menos que necesites infiltrarte en secreto, como un espía, no creemos que eso vaya a ser un problema, ni para ti ni para tu interlocutor. Al contrario, así tendremos ocasión de exhibir ese atractivo latino que nos hace únicos. En el extranjero, España es sinónimo de cultura, turismo y gastronomía. Siempre que no se empiece a hablar de corrupción…

En resumidas cuentas, la mayoría de las creencias despotenciadoras no son más que excusas.

A estas alturas, ya te habrás dado cuenta de que no hay justificación para no aprender inglés. Si aún tienes dudas sobre si vas a estar a la altura o si no posees el gen de las lenguas, asiste en persona a un seminario en uno de los centros de Your Trainers; haremos que memorices cien palabras nuevas en una hora aproximadamente. Los lectores de Inglés en 21 días pueden participar gratuitamente. Encontrarás personas como tú, que están aprendiendo, y otras que han avanzado más en el itinerario y pueden echarte una mano para que crezcas. ¡Nada es más convincente que los hechos!

La motivación es un resorte interno que te empuja a considerar el inglés una especie de «mal necesario», una obligación impuesta por la escuela o el jefe, y a la vez un recurso útil y una satisfacción.

En nuestro caso, la idea de aprender a impartir cursos en una lengua que no era la nuestra fue la motivación necesaria para obtener resultados, y de los resultados nació el entusiasmo. En realidad, las cosas que hacemos con mayor frecuencia son las que se nos dan mejor, y las cosas que se nos dan mejor son las que más nos gustan, y las cosas que más nos gustan son las que hacemos con más ganas… Es un círculo virtuoso que nos conduce a la excelencia.

Para estudiar y aprender de forma duradera, siempre debes partir de tus pasiones. Así lo hicimos nosotros y hoy tenemos el honor de compartir contigo el método que nos dio resultado.

Ahora que hemos afrontado las creencias despotenciadoras más perjudiciales, estamos listos para hablar de las técnicas y estrategias que nos permitirán aprender inglés en 21 días.

INSTRUCCIONES DE USO

Este manual se ha concebido según el principio de la «dosis mínima eficaz», esto es, la cantidad de una sustancia capaz de producir el efecto deseado. Para llevar el agua a ebullición es necesario alcanzar la temperatura de cien grados; a noventa y nueve no sucede nada, pero sobrepasar los cien es un derroche de energía. Si trasladamos esta lógica a nuestra vida, enseguida nos daremos cuenta de que a veces no hacemos bastante, pero otras intentamos hacer demasiado y el efecto es que obtenemos un rendimiento insuficiente con respecto al esfuerzo, lo cual nos lleva a abandonar el proyecto.

Las actividades que incluye nuestro programa son fruto de una selección de estructuras gramaticales y palabras, y garantizan a quienes sigan el libro a rajatabla la capacidad de desenvolverse en cualquier situación con el inglés. Hacer menos nos impediría obtener un resultado digno de mención; hacer más en tan pocos días generaría confusión, estrés y fatiga mental, lo cual llevaría al lector a dejar de estudiar. Para funcionar, todo método debe ser sostenible.

La subdivisión del programa en tres semanas requiere dedicar todos los días cierto tiempo a estudiar y practicar. Saltarse páginas podría reducir de forma significativa los resultados. Con todo, el sistema es realmente funcional, e incluir algún día suelto de pausa no perjudica el aprendizaje. Lo importante es respetar la planificación de los repasos programados y mantener la inmersión total de la mente (los conceptos están bien explicados en las páginas siguientes).

En la primera parte del texto, describiremos las técnicas utilizadas para estudiar la gramática y las palabras y te daremos consejos esenciales extraídos de los mejores expertos en este ámbito. Luego empieza la parte de teoría y el cuaderno de ejercicios, divididos en 21 días.

Algunas de las estrategias propuestas son fruto de varios años de investigación en el ámbito del aprendizaje eficaz, que tiene sus orígenes en la Antigüedad. Para tener una visión más completa, te aconsejamos que estudies Genio en 21 días, libro que expone el funcionamiento de nuestro método Your Magister, una síntesis de las técnicas de aprendizaje más eficaces para concentrarse, memorizar, leer rápidamente y organizar desde un punto de vista conceptual y temporal la adquisición de nuevos conocimientos.

Toda exigencia mnemónica se puede satisfacer si utilizamos una estrategia apropiada. Por eso el libro ofrece muchos ejemplos de memorización para vocablos y reglas gramaticales.

Los instrumentos técnicos que vamos a usar son las mnemotecnias y las técnicas de memorización a largo plazo.

UNA BREVE DIGRESIÓN SOBRE LA MEMORIA*

En la Antigüedad, los griegos ya conocían los principios de funcionamiento de la memoria y los tenían en tan alta consideración que personificaron dicha facultad en la diosa Mnemósine, de la cual deriva la palabra «mnemotecnia». Según la mitología, Mnemósine y Zeus engendraron a las Musas, divinidades de la danza, la tragedia, la comedia, la retórica, la historia, la astronomía, la poesía épica, la poesía lírica y la música.

En otras palabras, las distintas expresiones artísticas nacen de la unión entre la capacidad para memorizar y una enorme energía creativa.

La idea de que la memoria actúa de forma visual, por asociaciones y concatenaciones de imágenes, también es un concepto que se remonta a la Antigüedad.

En el siglo IV a. C., Aristóteles afirma en el De Anima que «la psique, incluso cuando piensa en clave especulativa, necesita imágenes mentales». Así pues, la memoria consiste en una colección de imágenes derivadas de impresiones sensoriales, de las cuales procede cualquier tipo de saber.

Si la memoria humana deriva de la experiencia, podemos imaginar que pasa por dos fases: una de depósito y otra de evocación de informaciones.

Wilder Penfield (1891-1976), científico y neurólogo canadiense muy reputado por sus investigaciones en el ámbito de enfermedades neurológicas como la epilepsia, gracias a sus estudios sobre el tejido nervioso contribuyó de forma sustancial a demostrar que la fase de depósito de la memoria es perfecta en sí misma. Penfield fue uno de los primeros en aplicar la estereotaxia, técnica consistente en estimular eléctricamente pequeñas áreas de tejido nervioso cerebral por medio de agujas o electrodos muy finos. Sus numerosos experimentos lo llevaron a descubrir algo sorprendente: la estimulación de determinadas zonas del cerebro provoca la reevocación de recuerdos, es decir, puede hacernos revivir con suma claridad hechos aparentemente olvidados, por ejemplo de nuestra infancia, e incluso sensaciones físicas (sonidos, olores, etc.) asociadas a ellos. Por tanto, la mente es capaz de «archivar» todo aquello que perciben y almacenan los cinco sentidos. Los problemas surgen cuando queremos evocar una información en concreto.

Pensemos en la típica palabra que tenemos «en la punta de la lengua». ¿Cuántas veces somos incapaces de recordar una información que estamos seguros de conocer (algo tan banal como el nombre de una persona) en el momento en que la necesitamos y luego nos acordamos de ella cuando ya no nos sirve? Eso ocurre porque la mente lo archiva todo, pero suele hacerlo de manera desordenada.

Sin duda, podemos mejorar esta fase de evocación, y en esta área intervienen las técnicas. Piensa en un diccionario, en el que puedes encontrar cualquier término siguiendo un orden alfabético; es un método sencillo, un tipo de búsqueda fácil y rápido. En cambio, si las palabras aparecieran en un orden casual, sería necesario hojear todo el volumen y leer cada palabra hasta llegar a nuestro objetivo; una búsqueda que no podríamos realizar en poco tiempo, que no nos permitiría utilizar un método conocido y que, probablemente, no nos daría muchas satisfacciones.

La diferencia entre el diccionario con un orden alfabético y el diccionario con un orden casual es la misma que existe entre una mente que aprende mediante técnicas de memorización y una mente que aprende de forma casual: la fase de evocación en el primer caso es perfecta, en el segundo, no.

Obviamente, esto solo es una analogía para explicar que tener información no basta si no somos capaces de utilizarla cuando deseemos. La fase de evocación se puede perfeccionar al aprender y aplicar las técnicas presentadas en este libro, que aprovechan las características naturales de la memoria.

Concretamente, nuestra memoria es visual, asociativa y emotiva.

• La memoria es visual: cada vez que pensamos o recordamos, la mente crea de forma natural una imagen de ese pensamiento o ese recuerdo. Dicho proceso, que podemos denominar «visualización», se da porque el cerebro memoriza y recuerda con mayor facilidad las imágenes que cualquier otro tipo de información. Las técnicas de aprendizaje eficaz se basan en este principio y permiten crear imágenes fáciles de visualizar para cada información que deseemos recordar, por abstracta que pueda ser.

• La memoria es asociativa: comparemos nuestros recuerdos con el eslabón de una cadena: en el momento en que recordamos un hecho, una persona o un episodio de nuestra vida, suelen aparecer en la mente todas las imágenes y sensaciones vinculadas a ellos. Por ejemplo, para muchas personas, es suficiente escuchar la canción del Mundial de Fútbol de 2010 para evocar las imágenes y emociones de la victoria española. Es igual que en una cadena: el primer eslabón sería la canción y todo el resto viene como consecuencia. Por eso, las técnicas de memoria nos enseñan a asociar de manera eficaz la información que debemos recordar.

• La memoria es emotiva: los recuerdos más vivaces y duraderos siempre van asociados a una fuerte emoción o a algo que nos produjo una gran impresión. En cambio, olvidamos fácilmente todo lo que es lógico o rutinario. Por ejemplo, a menos que ocurriese algo especial, nos es imposible recordar qué comimos hace un mes. El uso de la creatividad, la paradoja y la emotividad es una de las claves fundamentales del éxito y los resultados de las mnemotecnias.

INSTRUMENTOS Y TÉCNICAS

La visualización PAV

Entremos en un terreno más específico dentro de la aplicación de las técnicas y analicemos la famosa cita extraída de Psicocibernética de Maxwell Maltz: «Nuestra mente no distingue una experiencia vivazmente imaginada de una vivida realmente». Intenta recordar una pesadilla, o que vuelvan a tu mente las desagradables sensaciones que percibiste al despertar. Si despertaste sobresaltado, bañado en sudor o con el pulso acelerado, es porque tu cuerpo estaba reaccionando como si estuviera realmente en peligro, perseguido por los zombis o en lo alto de un rascacielos durante un terremoto. Eso significa que la mente no distingue el sueño de la realidad y que, gracias a la visualización y la asociación creativa y paradójica, es posible crear recuerdos artificiales para memorizar todo tipo de información con la misma intensidad con que esculpimos para siempre en la memoria episodios de nuestra vida. Partiendo de esta premisa, es evidente que, para ser un experto en el campo del aprendizaje, debes sacarle el máximo partido a la visualización. Para poder crear asociaciones de imágenes que se nos graben en la mente, es necesario seguir tres reglas muy sencillas, que nos permiten recordar la información de un modo fácil y rápido:

 

P

PARADOJA: distorsionar, exagerar, crear imágenes absurdas. Debemos suscitar emociones fuertes y liberar nuestra imaginación.

A

ACCIÓN: es el mejor nexo para recordar las imágenes que estamos visualizando. Basta moverlas e interactuar para que se nos graben más fácilmente.

V

VIVEZA: la imagen debe ser nítida en la mente y tener detalles que atraigan, como unos colores llamativos, sonidos fuertes y sensaciones peculiares.

El secreto para convertirnos en hábiles memorizadores es desarrollar nuestro potencial creativo y liberar la mente de esquemas inútiles y hábitos improductivos.

Por ejemplo, si tu mente tuviera que crear un rotulador PAV, ¿de qué forma y tamaño podría ser? ¿Qué acciones podría hacer? ¿De qué color sería? ¿Y si tuviera que recordar un elefante? ¿O una casa?

La mayoría de las cosas que nos rodean es fruto de la creatividad del ser humano: el escritorio, los libros, el ordenador, el tranvía que pasa, un avión. Antiguamente, todo eso no existía, pero luego nació bajo la forma del sueño de alguien hasta convertirse en realidad.

Einstein dijo: «La imaginación es más importante que el conocimiento». ¿Por qué? Porque es la base de la evolución y el crecimiento, de la adaptación y el cambio. En estos momentos de crisis, es indispensable encontrar soluciones alternativas, aprender a adaptarse con facilidad, renovarse y crear nuevas oportunidades. Así pues, es más importante que nunca desarrollar esta facultad, aunque a menudo sea considerada un don misterioso que se tiene o no se tiene en vez de un conjunto de capacidades que se pueden aprender, desarrollar y gestionar de forma sistemática.

La idea de que la creatividad depende de factores como la inspiración, el talento, el humor o la casualidad, es decir, de que no va unida a estrategias concretas y, por tanto, no tiene por qué estar disponible siempre, probablemente se deba al hecho de que quienes no utilizan su creatividad no saben cómo empezar a hacerlo y quienes la usan no son conscientes de las estrategias que emplean.

Desarrollar nuestra imaginación significa adquirir mayor elasticidad mental, saber cómo salir de los esquemas de razonamiento lógico, encontrar soluciones nuevas y originales a los problemas de cada día… en pocas palabras, darle espacio al genio que tenemos en nuestro interior.

Si aplicas las técnicas de memorización a las palabras extranjeras, pronto notarás un efecto colateral interesante: tu potencial creativo se desarrollará muchísimo.

Las asociaciones PAV

Mezclando bien creatividad y racionalidad siguiendo los principios PAV, es posible aprender el vocabulario de un nativo de manera eficaz, divertida y sobre todo duradera.

La estrategia consiste en asociar a la imagen de la palabra española otra imagen que evoque su traducción por asonancia, lo cual facilita que evoquemos cómo se pronuncia la palabra en lengua extranjera.

Por ejemplo, supongamos que debes memorizar que la traducción de «libro» en inglés es book.

Estos son los pasos que debes seguir:

1.  Busca una imagen concreta para la palabra en español: un libro ya es algo concreto, de modo que puedes utilizar la imagen de tu novela favorita.

2.  Busca una imagen concreta para la correspondiente traducción en inglés:book se pronuncia [buk], así que por asonancia podrías elegir «bucal».

3.  Asocia las imágenes con PAV: por la noche, antes de irme a la cama a leer mi libro favorito, no olvido mi higiene bucal.

4.  Cierra los ojos y visualiza bien la asociación.

Puedes hacer lo mismo para memorizar los paradigmas de los verbos irregulares. Por ejemplo:

To fall= caer

PARADIGMA

To fall

fell

fallen

PRONUNCIACIÓN

[tu fol]

[fel]

[folen]

Siguiendo los pasos anteriores:

1.  «Caer»: visualiza una caída.

2.  [fol] suena como «folio»,

[fel] suena como «felino»,

[folen] suena como «polen».

3.  Memorízalo todo asociando las imágenes, Por ejemplo, puedes visualizar que se te cae en el jardín un folio donde habías dibujado un felino y se llena de polen.

4.  Cierra los ojos y visualízalo todo.

Sabemos lo que estás pensando: «¿Tendré que usar este tipo de historietas para aprenderme todo el vocabulario?».

Nos han hecho esta pregunta miles de veces. Y nuestra respuesta siempre ha sido: «¿Tienes una alternativa mejor? Porque si me dices una forma de memorizar mil palabras en menos de diez horas… I’m all ears! (¡Soy todo oídos!)».

Un poco de escepticismo es perfectamente comprensible, todos hemos pasado por ello. Al principio, el método de la visualización y las asociaciones puede parecer largo y complejo, como si te hiciera ir más despacio en vez de acelerar el aprendizaje. En realidad, no necesitarás recordar toda la historia para evocar un vocablo. Aprender no es una cuestión de tiempo, sino de dedicación. Puedes repetir un paradigma hasta el infinito de forma completamente pasiva y sin poner especial energía en ello. En cambio, usar la creatividad, visualizar y crear las asociaciones PAV supone un aprendizaje activo, que requiere energía hasta que no se convierte en automatismo. He dicho energía, no tiempo. Según vayas practicando, serás cada vez más rápido y, al igual que ocurre con cualquier otra técnica, al final se convertirá en un hábito y no te supondrá ningún esfuerzo. Tras los 7 primeros días del programa, experimentarás una mejora notable en la velocidad y calidad del recuerdo, porque habrás averiguado qué tipo de asociaciones funciona mejor en tu caso.

Lo cierto es que barajamos la posibilidad de sugerir en el libro todas nuestras asociaciones PAV. Al final, no las hemos incluido, porque te habríamos impulsado a creer que existe una sola forma de crear una asociación. El mejor sistema para memorizar es que uses tus propias imágenes, tu imaginación y tus asociaciones. Además… nos temíamos que más de uno, al abrir distraídamente el libro y leer nuestros PAV, lo habría devuelto de inmediato a la estantería pensando: «¡Están locos estos tíos!».

En la página web www.inglesein21giorni.it encontrarás todas las palabras grabadas en audio y divididas por días. Úsala solo si no has podido memorizarlas tras haberte esforzado, o para hacer repasos programados.

Los primeros días, el número de vocablos es muy reducido, pero luego va creciendo gradualmente hasta el final del itinerario, en relación con la velocidad que se adquiere al practicar con las técnicas de memoria. El tiempo necesario para memorizar diez palabras nuevas el primer día será el mismo que necesitarás para memorizar cien al final del itinerario. Al llegar al día 21, serás capaz de crear asociaciones en pocos segundos. ¿No merece la pena empezar cuanto antes?

Como ya hemos señalado, no tendrás que recordar una historia entera cada vez que desees evocar una palabra. Durante los cursos, utilizamos esta metáfora: la asociación PAV es como la cola que se aplica detrás de los azulejos. Sirve para pegar las palabras a nuestra memoria y, al igual que la cola de los azulejos, se convierte en parte integrante de la pared; la historia desaparece bajo el recuerdo de la información memorizada y permanecerá allí ejerciendo su función para siempre. Solo tendrás que repasar tres o cuatro veces la asociación que has creado para evocar el vocablo sin pensar en cómo lo memorizaste. Por este motivo, no podemos confundir una asociación con otra. Al fin y al cabo, no importa demasiado cómo se haya producido la sinapsis; lo importante es el resultado, y no existe en el mundo una estrategia más eficaz que esta para memorizar vocabulario.

La asociación de imágenes no es el único método que te vamos a proponer, pero lo consideramos el más eficaz.

Tarjetas de aprendizaje

Son tarjetas, de papel o digitales, que por un lado llevan una pregunta o una imagen y por el otro, la respuesta o el nombre del objeto representado.

Solo podemos evaluar su utilidad si monitorizamos el nivel de dificultad que encuentra el usuario, las informaciones que incluyen las tarjetas y los errores cometidos en la fase de repetición. De esta forma, es posible concentrar los esfuerzos en las categorías de estudio que crean mayores problemas.

Si utilizas tarjetas de aprendizaje para memorizar frases, modismos, paradigmas y vocablos, tendrás que organizarlas colocando en el fondo las informaciones que evocas con mayor facilidad. Así te aseguras que vas a ver las tarjetas que te crean más dificultades en cada repaso. The quicker your remember it, the further down it should go (Cuanto más deprisa recuerdes, más al fondo debes llegar).

La aplicación que utilizamos en Florida funciona según este principio: mide el tiempo que tardas en dar cada respuesta y organiza tus repasos de forma que aparezcan con mayor frecuencia las palabras frente a las que el usuario muestra más dudas. Huelga decir que, tras haber memorizado los vocablos con las asociaciones PAV, nuestra velocidad de evocación era altísima en el 99% de las palabras. La gran ventaja de los instrumentos como las aplicaciones informáticas es que, como siempre llevamos encima nuestro smartphone, nos permiten aprovechar los tiempos muertos y sumergirnos varias veces al día en el estudio de la la nueva lengua. Busca en nuestra web todos los instrumentos que te aconsejamos descargar y utilizar.

Otra estrategia que puedes adoptar para enriquecer tu vocabulario es observar los lugares donde te encuentras y pensar en el nombre inglés de los objetos que estás viendo. Cuando encuentres uno que no conozcas, trata de describirlo con otros términos en inglés y luego busca enseguida cómo se dice. En internet hay un gran número de diccionarios bilingües y monolingües; entre los mejores, te recomendamos WordReference (www.wordreference.com).

Se trata de un diccionario que contiene más de 175.000 términos y 240.000 traducciones del inglés al español y viceversa. Además, sigue creciendo y mejorando gracias a su foro, que incluye miles de vocablos y expresiones que no aparecen en el diccionario principal. Si no encuentras la palabra que estás buscando, puedes hacer tu pregunta en el foro, donde miles de usuarios nativos ingleses y españoles están encantados de ayudar a los demás a encontrar las traducciones que buscan. Además, la web te permite escuchar todas las veces que quieras cómo se pronuncia una palabra con acento norteamericano y con acento británico.

En este sentido, es necesario hacer una aclaración. En un primer momento, el inglés norteamericano y el inglés británico parecen casi idénticos, pero lo cierto es que se diferencian en muchos pequeños detalles relativos a la ortografía, el léxico, la pronunciación y las expresiones de la lengua oral. A los españoles nos cuesta distinguir estas diferencias al principio y nos vemos expuestos al peligro de adquirir un acento y una entonación que no sean ni carne ni pescado. Para obviar el problema, debemos sensibilizarnos para reconocer las diferencias y, si es posible, decidir a qué orilla del Atlántico queremos darle preferencia. Con todo, en este manual no hemos tomado partido; como sabes, nuestro objetivo es que puedas comunicarte con un nativo. Si la única objeción que te ponen es que suenas demasiado inglés o demasiado estadounidense… ¡nos sentiremos orgullosos de ti!

WordReference u otros diccionarios bilingües son óptimos para traducir cualquier término que necesitemos, pero los diccionarios monolingües son perfectos cuando alcanzamos un buen nivel de conocimiento del vocabulario. Utilizar este tipo de diccionarios favorece el proceso a través del cual llegamos a pensar directamente en inglés, un objetivo que es necesario alcanzar si queremos hablar con fluidez dicha lengua.

Según vamos adquiriendo confianza, resulta más molesta la interferencia de nuestra lengua materna. Mientras tratamos de hablar inglés, nuestro cerebro no debe seguir proponiéndonos la traducción de lo que diríamos en español, sino lo que diría una persona angloparlante en la misma situación.

Búsqueda por imágenes

Utilizando un buscador como Google es posible teclear una palabra en inglés y buscar imágenes relacionadas con ella en vez del término correspondiente en español. Comprender el significado de un nuevo vocablo sin pasar previamente por su traducción puede ayudarte a no caer en el «vicio» de traducirlo siempre todo a partir de tu lengua materna.

Palabras y frases con música

Obviamente, memorizar palabras nuevas es fundamental, pero también es muy importante empezar a aprender enseguida las frases que te permiten comunicar de verdad. Por ejemplo: Excuse me, where is the restroom? (Perdone, ¿dónde está el servicio? Pero recuerda que un norteamericano llama restroom o bathroom a lo que un inglés llamaría toilet o loo), Thank you very much (Muchas gracias), How do you do, nice to meet you (Encantado de conocerlo), How much is it? (¿Cuánto vale?), etc.

Conocer el significado de estas frases no es suficiente; tenemos que recordarlas en el momento en que nos resulten útiles y saberlas pronunciar con naturalidad. Si pensamos en cómo transmitieron los aedos los poemas homéricos, podemos encontrar nuestra clave en la música y el ritmo. Por ejemplo, combina varias imágenes (muy útiles para crear un vínculo inmediato) y asocia las frases a breves melodías con rima.

Pensar en inglés

Estos instrumentos nos sirven para crear un vocabulario y un repertorio de frases en poco tiempo, algo necesario para alcanzar el objetivo de comunicar con fluidez. Ahora bien, para conseguirlo de veras, como ya hemos dicho, tienes que empezar a pensar en inglés desde el principio. Esfuérzate para controlar tu diálogo interior y trata de preguntarte cómo les dirías las cosas que estás pensando a unos amigos ingleses.

Si pierdes el autobús, en vez de pensar en español: «¡Jolín!, he perdido el autobús. Ahora el siguiente tardará más de una hora. Creo que debería coger el coche», esfuérzate y encuentra una manera (aunque sea más simple) de expresar lo mismo en inglés, como si se lo tuvieras que decir a alguien que está contigo en ese momento. Cuando veas que no sabes una palabra o una expresión, simplifícalas hasta que logres comunicar lo que piensas. Puedes decir solo Damn! (Las palabrotas las sabe todo el mundo) I’ve missed the bus, I must go by car. Este es un paso fundamental para progresar en la práctica de la lengua.