Instantes - María José Rivero - E-Book

Instantes E-Book

María José Rivero

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Beschreibung

Instantes muestra implícitamente el gran sentido de la vida, la vida no es más que la suma de instantes. Y cada instante está marcado en un espacio-tiempo sumado a un sentimiento, pero, a su vez, ese sentimiento es muy subjetivo, cada persona tiene vivencias y recuerdos distintos de un mismo instante. Y en todo ese enrollo, nos vamos abriendo paso a paso, cada día va formando parte de nuestra vida. En Instantes encontrarás relatos, poesías, versos, que no son más que retratos del ayer y del hoy; míos, tuyos o simplemente productos de la imaginación. ¿Con cuáles retratos te identificas? ¿Cuáles son los retratos que prefieres conservar y cuáles desechar? Pero sobre todo… ¿Qué retratos elegirás para proyectar y vivenciar?

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Seitenzahl: 66

Veröffentlichungsjahr: 2024

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MARÍA JOSÉ RIVERO

Instantes

Rivero, María José Instantes / María José Rivero. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-5751-3

1. Relatos. I. Título. CDD A860

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINAwww.autoresdeargentina.cominfo@autoresdeargentina.com

Tabla de contenido

El fantasma desolado

Háblame de amor

Antes de presentarte, detente a reflexionar

Jugando a las escondidas

Parásito de almas

Juguemos

Un consejo

Todo pasa…

Cuenta tu verdad

Hay lugares que sanan

NO es No

El gran señor

Así es la vida

Adiós amor

Adiós nuevamente

Brilla

El hada

Día del Amigo

El duende

Expectativas

Ingrata

Innecesario

Un gran día

Las copas servidas

Sueña mi bella Noha

Shhhh

Pasaron tantas amistades

Me cansé

El payaso

Escribiendo…

Máquina de café

El vaso de agua

¿Quién pudiera entender mi prisa?

San Juan

Instantes, momentos

Cosas

Te extraño

Ay, por dios

Defensora de pobres y ausentes

El lector desilusionado

Epílogo

La siguiente obra la dedico a todo lector que elija zambullirse en mis páginas buscando nuevas experiencias mediante la imaginación, especialmente a mis niñas Liz y Noha.

Para ser escritor y/o lector,

se requiere de una simple decisión

y de ninguna aprobación.

Agradezco a mi hija Liz, quien me acompaña con sus ilustraciones, desde la primera obra.

Todo comenzó como un juego, que aún queremos conservar.

Yo escribiendo y vos ilustrando.

Es otra manera más de decirme “mami te amo”

y de mi parte respondo con un “yo más”.

Prólogo

En esta ocasión, les brindo una nueva obra “Instantes”, en la cual retrato con palabras, momentos, lugares, sensaciones, sentimientos, etc. que invitan a la reflexión del sentido de la vida y nuestro paso por ella.

Es aquí donde retomo el concepto de mis obras anteriores: “La generación de luz” que consiste en un cuento familiar, y “Supéralo, vive y transmite” que es una guía de autosanación, para sostener y reafirmar que la felicidad se construye.

El primer paso es permitirnos la flexibilidad y así predisponernos a la transformación, que no es más que la adaptación a las demandas que estamos dispuestos a alcanzar.

El segundo punto es reconocer que la vida no son más que instantes y nuestra vida dependerá de los instantes a los cuales nos aferramos o priorizamos.

El tercer punto es podar, sanar, perdonar, soltar, etc. todos los instantes que me mantienen anclado en un sentimiento negativo del pasado y que es arrastrado al día a día con los recuerdos que evocamos.

El cuarto punto es seleccionar los lugares, las personas, los eventos, los entornos donde construiremos nuestros propios instantes anhelados y así tejer un nuevo tramo en la vida.

Personalmente, en todos los aspectos, soy muy selectiva.

Elijo desde el color de mis cortinas, hasta la sombra de los árboles que quiero en el patio, la textura suave del cubrecama en el cual quiero reposar y los aromas que quiero degustar en cada sector de mi hogar. Selecciono la luz y los colores de cada habitación y el orden que me trasmite paz. Elijo las texturas y temperaturas de los alimentos y hago de mi cocina un lugar para despertar todos los sentidos mientras con mis niñas nos dedicamos a hornear. Elijo todo aquello que me haga sentir que la vida está en cada segundo, en cada instante y ocuparme del detalle, es una muestra de la responsabilidad conmigo misma de regalarme amor propio día a día y de construir la vida que quiero vivir.

Te invito a recorrer los relatos, poesías y versos; a modo de explorar, qué tipo de vivencias te gustaría gestar.

El fantasma desolado

Dejó pasar el tiempo,

Y esperó, y esperó…

A que ella volviera como siempre.

Mientras, se entretenía

Con quienes podía,

Solo para distracción.

Y esperó y esperó…

Pero esa mujer nunca volvió.

Y cuando quiso buscarla,

Ya había evolucionado tanto

Que pasó por su lado y no la reconoció.

Desde entonces lo ve merodeando a su alrededor,

como un fantasma penando y buscando el amor que un día perdió.

Llora en vano, algo que para él no tenía valor.

Me siento tentada a recordarle

Las veces que ella entre llanto me confió,

las humillaciones que sintió su corazón,

Pero opto por el silencio y dejarlo en las manos de dios.

Y observo pasar el fantasma desolado,

Mejor dejarlo penando con ilusión,

En vez de despertarlo y enfrentarlo

a su condenada maldición.

Háblame de amor

Deberías saber lo dulce que suena tu voz,

En el momento en que abres el corazón.

Hablar de amor con tanta dulzura,

En este mundo lleno de envidia

¡es una revolución!

Sonríe conmigo sin motivo y besa mi frente sin pudor.

No quiero palabras cortadas, relájate y llámame “corazón”

Despreocúpate que yo te quiero, pero hoy quiero escucharte a vos.

Dime que me extrañas y vuelve a abrazarme por favor.

Déjame disfrutar lo bello, que se siente este amor.

Te perdono la indiferencia y la frialdad.Te perdono todo menos el egoísmo de no decirme que me amabas.Tanto tiempo llorando en silencio, sin saber lo que callabas.

Antes de presentarte, detente a reflexionar

Cuando el destino te cruce con alguien, antes de presentarte, ponte a reflexionar.

Esa persona no es tuya, y no lo será jamás.

Háblale suave, no es necesario gritar para resaltar.

Si decides abrazarla, abraza sin asfixiar y acaricia sin golpear.

Si aprecias su belleza, cuídala y no la dejes demacrar.

Aprecia su brillo y no la intentes opacar.

Apoya sus sueños, no la despiertes para traerla a la realidad.

Acaricia sus heridas, ayúdala a sanar.

Acuna sus ilusiones, fortalece su libertad.

Aviva su fuego y nada de intentar apagar.

Toma su mano, pero no la jales a tu pensar.

Gana su confianza, pero jamás para lastimar.

Escucha sus razones, no la hagas callar.

Déjala volar, no puedes sus alas cortar.

Contempla su risa y procura que no deje de sonar.

Luego evalúa, si eres capaz de potenciar su luz vital, con tu paso fugaz.

Cuestiónate si eres capaz de respetarla, amarla, mimarla y empoderarla.

Si no te crees capaz de mantener y potenciar su esencia,

entonces déjala pasar, ya alguien más para ella llegará.

Evita el ego de poseer y absorber la luz de los demás;

si no eres capaz de amar con libertad, déjala volar.

Vinimos a esta vida a ser felices, todos aspiramos a alcanzar la felicidad,

sino vibras de igual manera, no la retengas ya.

Suelta esa alma y permite que se desarrolle en otro lugar;

déjala ser, déjala andar y quizás ese acto de amor,

te ayude a ti mismo a sanar.

Jugando a las escondidas

Hola papi, ¿cómo estás?

Hoy es un día más en el cual al poner la mesa puse un plato de más; plato que recojo y guardo en su lugar, una vez que vuelvo a contar.

Estamos todos reunidos y de repente siento que falta alguien más y vuelvo a contar.

Miro los niños correteando que no paran de gritar, los mayores reviven cada anécdota vivida y así la risa vuelve a ganar.

Me viene a la mente, de si realmente estás aquí; recorro con la mirada todo el comedor y siento que estás acá, pero ¿dónde estás?

No te encuentro y decido enfocarme en los relatos de las historias de los invitados, suspiro hondo y fuerte porque no quiero llorar.

Se me da por pensar si estarás orgulloso de mí y de los demás; quisiera hablar contigo, tengo tantas cosas por contar y preguntar.

Sigo sin encontrarte ¿dónde estás?

Imaginariamente, te veo sonreír al lado de Gaby, luego abrazando a mamá.

Te imagino acariciando mi pelo. Pero ¿dónde estás?

Quizás palmeas a Daniel en su espalda, despeinas a Damián o brindas improvisadamente la copa de Gastón. No te veo ¿Dónde estás?



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