J.D. Ponce sobre Siddharta Gautama: Un Análisis Académico del Dharma - J.D. Ponce - E-Book

J.D. Ponce sobre Siddharta Gautama: Un Análisis Académico del Dharma E-Book

J.D. Ponce

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Beschreibung

Este apasionante ensayo se centra en la explicación y análisis del Dharma, de Siddharta Gautama, una de las religiones y enseñanzas filosóficas más influyentes de la historia y cuya comprensión, por su complejidad y profundidad, escapa al entendimiento en primera lectura. Tanto si ya has leído el Dharma como si no, este ensayo te permitirá sumergirte en todos y cada uno de sus significados, abriendo una ventana al pensamiento iluminado del Buda y al verdadero alcance de sus enseñanzas inmortales.

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Veröffentlichungsjahr: 2024

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Ähnliche


J.D. PONCE SOBRE
Siddharta Gautama
UN ANÁLISIS ACADÉMICO DEL
Dharma
© 2024 por J.D. Ponce
ÍNDICE
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Capítulo I: ESTRUCTURAS SOCIALES EN LA INDIA DE BUDA
Capítulo II: PANORAMA POLÍTICO EN LA ÉPOCA DE SIDDHARTA
Capítulo III: ENCRUCIJADA DE TRADICIONES INTELECTUALES
Capítulo IV: APROXIMACIÓN A LAS ENSEÑANZAS DE BUDA
Capítulo V: LA PRIMERA VERDAD NOBLE – DUKKHA
Capítulo VI: LA SEGUNDA NOBLE VERDAD – SAMUDAYA
Capítulo VII: LA TERCERA NOBLE VERDAD – NIRODHA
Capítulo VIII: LA CUARTA NOBLE VERDAD – MARGA
Capítulo IX: IMPERMANENCIA (ANICCA)
Capítulo X: EL NO-YO (ANATTA)
Capítulo XI: EL KARMA Y EL RENACIMIENTO
Capítulo XII:12 vínculos de origen dependiente(NIDANAS)
Capítulo XIII: NIRVANA
Capítulo XIV:La difusión temprana del budismo
Capítulo XV: INTEGRACIÓN EN LA FILOSOFÍA ORIENTAL
Capítulo XVI: IMPACTO EN LOS PENSADORES OCCIDENTALES
Capítulo XVII: 50 CITAS CLAVE DE BUDA
Consideraciones preliminares
Se cree que Siddhartha Gautama, el primer buda conocido, nació en el siglo VI a. C. en el actual Nepal, en el seno de una familia real perteneciente al clan Shakya. Su padre era el rey Suddhodana, rey del pequeño reino de Kapilavastu, mientras que su madre era la reina Maya, conocida por su amabilidad y gentileza. Es descendiente de uno de los líderes reinantes de la república Shakya, y estas personas eran prominentes entre los aristócratas guerreros de aquellos tiempos.
La herencia real de Siddhartha estaba compuesta por grandes riquezas, lujos y un gobierno dictatorial. Vivía en palacios grandiosos con hermosos jardines y estructuras fantásticas, y ya conocía la política de la corte y las responsabilidades asociadas con ser un príncipe.
Además de estos privilegios, se le concedió la educación moral e intelectual de expertos eruditos, filósofos y líderes espirituales. Aprendió diversas materias, entre ellas literatura, artes marciales y administración estatal y social, preparándolo para una vida de liderazgo.
El linaje real de Siddhartha le proporcionó los privilegios de comprender la red de alianzas y rivalidades que constituían la antigua geopolítica india. A medida que crecía, las expectativas y obligaciones dinásticas le inculcaron un fuerte sentido del deber y el decoro que intensificó el conflicto interno entre las actividades mundanas y las aspiraciones espirituales. Las responsabilidades vinieron con un fuerte reclutamiento de ellas, obstruyendo el libre fluir de su vida y desgarrando su mente desconcertada. En lo más profundo de su ser todavía se encontraba la guerra de los sueños terrenales y la búsqueda del alma. El asombro que rodeó el nacimiento de Siddhartha es quizás el puerto de discriminación más fácil de la historia de su vida. ¿O tal vez los augures le contaban historias premonitorias? Cuando la reina se entrega a ella, se dice que soñó con un magnífico elefante de alabastro que entraba en su vientre. Luego, haciendo un viaje a su casa con un poderoso árbol de sal floreciendo en los jardines de Lumbini en el tramo. Inmediatamente después del nacimiento, se dice, brotó del flanco de su madre sin dolor. Ese era su sello distintivo y sin igual. Anunciando silenciosamente su entrada a este planeta.
Siendo aún muy joven, Siddhartha se acostumbró a todos los privilegios de un príncipe, disfrutando tanto de una gran riqueza como de la belleza de la vida palaciega. Su educación temprana se centró en las artes marciales, incluyendo el combate físico, la literatura, la religión e incluso la etiqueta propia de un príncipe. A medida que fue creciendo, Siddhartha empezó a demostrar sus habilidades como joven astuto. Destacó en un número cada vez mayor de materias y fue bien recibido socialmente debido a su carácter afable.
Hasta ese momento, la vida de Siddhartha había sido una vida de comodidad y lujo. Todavía no sabía lo que le ofrecía la vida fuera de los muros del palacio. Pero las restricciones repentinas de la vida real pronto se levantarían de una manera ficticia, lo que lo colocaría en un viaje único que cambiaría para siempre la forma de las búsquedas espirituales y filosóficas humanas.
Los cuatro lugares de interés:
Las interacciones que el príncipe Siddhartha tuvo con el mundo exterior cambiarían por completo el curso de su vida. El anciano, el enfermo, el difunto y el asceta errante son las Cuatro Visiones. Estas visiones rompieron el capullo de autosatisfacción que lo había mantenido cautivo en su palacio real. Hombres ancianos sufriendo con el tiempo, individuos enfermos, cadáveres y ascetas son todos para que Siddhartha los presencie. Estas exhibiciones lo inquietaron. Las ilusiones de ser invencible e indestructible ya no eran una opción. Se dio cuenta de que el dolor, el sufrimiento y la decadencia son componentes vitales de la vida. Estas desconcertantes realizaciones lo obligaron a reflexionar profundamente y lidiar con la esencia del sufrimiento humano en busca de una respuesta.
El frágil cuerpo del hombre enfermo presentaba una vívida imagen del envejecimiento, planteando un desafío directo para Sidhartha, que debía aceptar la juventud de su ser. Al contemplar la frágil y enfermiza figura, uno solo puede pensar en su progreso hacia su estado actual y la verdadera realidad de la vida, que solo puede describirse como lamentablemente frágil. Ser testigo de la procesión fúnebre obligó críticamente al príncipe a considerar la verdad aún más desalentadora de la muerte, en la que negar la propia mortalidad no es una opción. El encuentro con el asceta fue el primero que catalizó la imaginación de las posibilidades del abandono en oposición a la decepción, el sufrimiento y la miseria arraigados en la sociedad. Estas perspectivas siempre comprensivas y muy humanitarias del sufrimiento son quizás las más difíciles de conciliar cuando una de las razones del sufrimiento surge de los humanos. Los encuentros de Siddhartha con las Cuatro Visiones aportaron una profunda comprensión y sabiduría que le permitieron la libertad de dedicar su vida a los enigmas del ser y encontrar una manera de liberarse del dolor.
La renuncia:
La decisión de Siddhartha Gautama de abandonar la vida de príncipe en un palacio y buscar el reino espiritual, que cambió su vida, es un acontecimiento significativo en la historia del budismo. Su abandono representó una desviación significativa de la ruta normal prevista para un príncipe y fue una fuerza importante para su camino espiritual. Perder y ganar posesiones y comodidades mundanas pasó a ser algo secundario para Siddhartha, quien con un corazón valiente y de voluntad fuerte comenzó su viaje hacia el abismo de la autorrealización y el ascetismo.
No se trataba sólo de una forma corporal de salir de los muros del palacio, sino también de un movimiento para salir de las intrincadas identificaciones que habían atado a Georg Simmel a la realidad social hasta ese momento. Era quizá la forma más fuerte de desobediencia civil que un joven desafiante, desesperado por descubrir una realidad más allá de las visiones materiales, había dejado de ser monarca y se aferraba a la verdad más profunda, desafiante, más allá de todas las comodidades mundanas. Lo esperaba un destino predeterminado lleno de placeres de la vida. El vacío que su acción dejó en el reino suscitó muchas preguntas entre la gente, seguidas de interés, ya que comenzaron a pensar en las historias y debates en relación con el príncipe que lo eligió todo, pero que inicialmente había buscado algo que no se puede expresar fácilmente con palabras, sino que se puede lograr.
Este momento transformador en la vida de Siddhartha demuestra cómo los seres humanos, universalmente, buscan el significado y la satisfacción mucho más allá del mero valor monetario. Su abandono del palacio simbolizó el feroz conflicto interno de renunciar a los deseos relacionados con la alegría efímera y la autoexploración. Esto condujo a la batalla contra las limitaciones de la vida cotidiana mientras intentaba revelar la verdadera esencia de la naturaleza. La salida de Siddhartha del palacio inició un viaje que más tarde cambiaría su visión del mundo y nutriría la búsqueda de iluminación más empoderadora del mundo durante siglos.
El paso inicial del camino que él diseñó incorporó el ascetismo:
La renuncia de Siddhartha Gautama a la vida familiar no sólo significó alejarse de la comodidad de la vida palaciega, sino que también lo introdujo en una larga búsqueda de la verdad espiritual más allá del sufrimiento de los caballos. Viviendo en la negación de las comodidades principescas y ayudando a la determinación de Siddhartha de resolver el enigma de la existencia, practicó un ferviente ascetismo.
Guiado por su fuerza de voluntad, Siddhartha se unió a un grupo de ascetas y se comprometió a practicar ayunos prolongados, meditación y automutilación. Se dedicó a una dura abnegación y a un doloroso esfuerzo físico, todo ello con el fin de alcanzar un nivel más elevado de espiritualidad. Siddhartha emprendió formas extremas de ascetismo impulsado por un ardiente deseo de ir más allá de los aspectos superficiales de la vida y comprender las verdades que estaban vivas bajo la superficie.
A pesar de su compromiso con la práctica ascética, Siddhartha sufrió muchas decepciones. Sus intentos de alcanzar la iluminación mediante un castigo excesivo no dieron resultado, por lo que se vio obligado a considerar su objetivo espiritual desde un ángulo diferente. Llegó a comprender, en parte a través de su propio pensamiento, que no tenía sentido recurrir al cuerpo en busca de un trato tan cruel y severo para alcanzar la iluminación.
Esta fase de la vida de Siddhartha marca un hito importante en el desarrollo de sus ideas filosóficas. Describe las deficiencias del ascetismo para alcanzar un estado iluminado, lo que más tarde le sirvió como precursor de la ideación del Camino Medio; un enfoque que equilibra la autocomplacencia y el autocastigo. El estudio del estilo de vida ascético no solo ayudó a Siddhartha a comprender la esencia del sufrimiento y la existencia, sino que también manifestó su visión y determinación en la búsqueda de la verdad.
La búsqueda de la iluminación:
En su búsqueda de la iluminación, Siddhartha comenzó a colaborar con varios maestros y a practicar diferentes técnicas destinadas a una comprensión profunda del espíritu. Tras abandonar su estilo de vida noble y el ascetismo, Siddhartha inició una vigorosa búsqueda para comprender el significado de la vida y eliminar el sufrimiento que existe en el mundo. Durante esta importante fase de su viaje, conoció a grandes maestros espirituales que tenían diferentes formas de guiarlo y que, junto con él, moldearon su filosofía y práctica espiritual en evolución.
Una de las figuras importantes que ayudaron a Siddhartha en sus búsquedas espirituales fue la de Alara Kalama, un famoso maestro conocido por su capacidad de absorción y su capacidad intelectual concentrada. Bajo la dirección de Kalama, Siddhartha se esforzó por alcanzar el punto máximo de sus retenciones meditativas, relativas a la conciencia y los procesos de pensamiento elevados. Aunque las técnicas le proporcionaron a Siddhartha una comprensión muy profunda de los fenómenos mentales y el potencial para las experiencias trascendentales, su incapacidad para escapar de los límites del sufrimiento lo dejó insatisfecho.
Más tarde, Uddaka Ramaputta se convirtió en otro de sus venerados mentores tras demostrar su dominio de las enseñanzas metafísicas. Con esta guía, Siddhartha alcanzó una quietud y una quietud incomparables en el plano coetáneo, los estados externos de dominio absoluto y suavidad exquisita, o Samadhi. Lamentablemente, estos nuevos descubrimientos no ayudaron a resolver el problema central del sufrimiento.
Guiado por un celo incansable por desvelar los enigmas de la existencia y pacificar el profundo sufrimiento que acecha a toda criatura viviente, Siddhartha prosiguió su búsqueda exhaustivamente. Practicó restricciones autoimpuestas y ejercicios severos junto con la introspección, con la esperanza de trascender los límites de la vida mortal y alcanzar el nivel más alto de iluminación. Estos incluían ayunos durante largos períodos, una autodisciplina estricta y soportar duras condiciones durante mucho tiempo como pasos hacia el logro de un estado superior del ser.
A pesar de la lealtad y el esfuerzo que puso en estas prácticas ascéticas, Siddhartha pronto llegó a un punto de desilusión sorprendente al pensar que estos pasos, aunque extremadamente audaces e implacables, le producirían algún tipo de comprensión o entendimiento que le ofreciera la liberación. Esta parte del análisis profundo, unida a una determinación extrema, llevó a Siddhartha a aceptar el Camino Medio, una metodología que intenta superar las consecuencias de la indulgencia excesiva y la abnegación extrema.
Esta odisea de intentar alcanzar la iluminación a través de diferentes maestros y estrategias resultó ser otra señal del compromiso de Siddhartha y de su profunda comprensión de las deficiencias que implican los diferentes enfoques de la espiritualidad. Estas experiencias autodescriptivas prepararon el terreno para el cambio paradigmático en su vida, que se materializó en la iluminación suprema bajo el árbol Bodhi.
El camino medio:
Para Siddhartha, el camino hacia la iluminación se volvió más claro y definible desde el momento en que conoció el Camino Medio. Después de pasar años practicando el ascetismo y aprendiendo de grandes gurús, vio que tanto el exceso como el descuido extremo de uno mismo no facilitaban la verdadera liberación del dolor.
La comprensión misma de los conceptos del Camino Medio cambió profundamente la actitud de Siddhartha hacia su trabajo de guía espiritual. Admitió que una vida cómoda y bien financiada bajo el palacio no podía proporcionar verdadera serenidad y satisfacción. Por otra parte, era consciente de que la austeridad extrema conduce a una debilidad física extrema, a un cerebro frágil y a la falta de cualquier desarrollo espiritual. Esta comprensión cambió profundamente la comprensión de la filosofía de Siddhartha.
El "Camino Medio", tal como lo articuló Buda, no es solo abstenerse de la automortificación y el placer sensual, sino más bien la culminación de la superación de los extremos tanto de la autocomplacencia como de la abnegación. Esto fomenta la moderación en todos los dominios, incluidos, entre otros, los problemas emocionales, físicos e intelectuales. El Camino Medio rechaza las mentalidades de automortificación y autocomplacencia, al tiempo que cultiva la mentalidad compasiva y sabia; además, el Camino Medio fomenta el enfoque MRE (consciente, reflexivo, ético) para la conducta social. A partir del reconocimiento del Camino Medio, la coronación del Siddle se hizo más fácil. Para alimentar la autoarmonía y el MRE, el objetivo que el primero necesitaba lograr, Siddhartha puso mucho énfasis en la iluminación.
Preludio a la iluminación:
Después de haber atravesado períodos de autohedonismo y de abnegación extrema, llegó el momento de que Siddhartha cerrara la brecha que lo separaba de las desconcertantes verdades sobre la existencia y el sufrimiento. Fue entonces cuando comenzó con una revolucionaria serie de ejercicios mentales y físicos que le asegurarían el cumplimiento de su misión de exponer su compromiso futurista de alcanzar la iluminación. Cada ejercicio por sí solo le daba la oportunidad de liberar la voluntad desenfrenada.
En estos intentos, observó más de cerca y con gran atención el sufrimiento humano y en profundidad las avenidas del descontento humano en su búsqueda de una meditación con un propósito. Hizo gran hincapié en el cultivo magistral de una atención plena. La meta que persiguió tan incansablemente requería niveles incomparables de disciplina, perseverancia inquebrantable y gran dedicación.
Además, Siddhartha tenía una fuerza increíble a la hora de superar obstáculos y aclarar los malentendidos que se formaban en su mente. Tenía una voluntad incansable de indagar y enfrentarse constantemente a sus miedos, deseos y apegos más profundos. Buscaba desprenderse de las capas sofocantes de condicionamiento y sufrimiento. Su profundidad de compromiso con este proceso era incomparable, reflejando la fuerza de voluntad para liberarse de la realidad mundana de la vida.
Cuando Siddhartha se preparaba para las etapas más avanzadas de su búsqueda, su determinación se desplegó como una magnífica flor. Todos los que viajaron con él quedaron asombrados y admirados por el cautivador resplandor de su resolución. Al presenciar su viaje, uno no podía dejar de maravillarse de la cantidad de coraje que encapsulaba durante sus incesantes luchas con los desafíos que se autoimponía. Es la encarnación de estas inmensas cargas lo que sirve como testimonio de la notable capacidad del alma humana para experimentar la metamorfosis y la trascendencia.
Meditación bajo el árbol Bodhi:
Decidió meditar profundamente y reflexionar sobre sí mismo cerca de los lugares de descanso del árbol, un lugar que alguna vez fue conocido como único por su propósito espiritual y educativo. Con cada paso decidido, Siddhartha se preparaba para el nivel de determinación que tendría que poner. Sintiéndose cálido, tranquilo y sereno, comenzó un doloroso viaje de autorrealización.
Bajo el antiguo árbol Bodhi, Siddhartha entrenó diligentemente su mente y dirigió su atención hacia el desentrañar los misterios de la existencia. Se dedicó a la práctica disciplinada y se acercó a su conciencia con una concentración inquebrantable, luchando contra las ilusiones y la ignorancia que mancharon la percepción durante siglos. El deseo de Siddhartha de descubrir la verdad mientras alcanzaba la liberación se mantuvo constante, especialmente después de que cada día y cada noche dedicara tiempo a superar las profundas barreras mentales que le impedían alcanzar la comprensión.
El arduo camino de la meditación bajo el árbol Bodhi encapsuló una serie de luchas y conflictos internos. Al principio, fue extremadamente difícil debido a las diversas distracciones y tentaciones que buscaban descarrilar su progreso. Sin embargo, tener como meta comprender plenamente la esencia de la vida humana y romper las cadenas metafóricas del sufrimiento mantuvo su espíritu motivado e inquebrantable.
Siddhartha sufrió metamorfosis propias de la condición humana durante el tiempo que pasó bajo el venerable árbol Bodhi. Además, todos los componentes y razones subyacentes de estas condiciones surgieron de emociones, percepciones y experiencias singulares. La comprensión del marcado contraste entre las posesiones mundanas y la verdad que se encuentra más allá le permitió aceptar la naturaleza impermanente de todos los fenómenos.
Con cada noche que pasaba, mientras las constelaciones cambiaban y la luna se expandía y se encogía, la vigilia de Siddhartha bajo el árbol Bodhi se acercaba a su fin. Años de esfuerzo y sacrificio incesantes se fusionaron en un momento de introspección y cambio que alteró la vida, precediendo al gran cambio del despertar y el fin del sufrimiento.
La noche de la iluminación:
El aura relajante del árbol Bodhi brillaba a la luz de la luna mientras Siddhartha Gautama se entregaba a una profunda meditación. La noche estaba tranquila, interrumpida únicamente por el suave susurro de las hojas cuando soplaba el viento. Siddhartha se sentó en un estado de feroz determinación, listo para enfrentar las partes más profundas de su mente y más allá de la percepción. En ese momento, las cadenas del engaño y la ignorancia comenzaron a aflojarse, lo que pronto conduciría a un cambio fenomenal. El alto grado de intensidad encontrado en su meditación provocó la progresión hacia una comprensión profunda y la disolución de la confusión que lo había asfixiado lentamente comenzó a suceder.
El interminable conflicto interno reflejaba la dolorosa y antigua batalla entre las fuerzas oscuras y la iluminación de la sabiduría. A pesar de las tentaciones y dudas que intentaron desviarlo de su búsqueda de una mayor comprensión, Siddhartha se mantuvo firme. Se mantuvo concentrado en su viaje en busca de la verdad y la liberación. Como observaba el cielo nocturno, gran parte de su dedicación a lo largo de este viaje se mantuvo inquebrantable, lo que le permitió estar al borde del cambio y la realización. Hay mucho poder y profundidad capturados en esta única declaración.
El tiempo que pasaba continuamente hacía sentir que había cada vez más tensión aumentando mientras que simultáneamente estas olas de deseo dejaban claro que no tenían intención de permitir la búsqueda hacia la iluminación.
A medida que se entregaba al cosmos, era como si recibiera un pulso de energía que lentamente alentaba a la experiencia humana a retraerse en favor de un despertar trascendental. Sus construcciones humanas comenzaron a cambiar hacia la manifestación definitiva de la realidad que no tenía ilusiones enmascaradas a su alrededor, mientras el anhelo por el universo comenzaba a rodearlo, acercándose cada vez más a la cima de la materialización.
Bajo el árbol Bodhi, mientras el mundo dormía durante la noche, Siddhartha estaba experimentando una metamorfosis espiritual: el despertar. La energía revitalizante atravesó la niebla de la ignorancia e iluminó las verdades fundamentales de la existencia. Esto reunió todo lo que había buscado incansablemente en sus vidas anteriores en un momento sagrado. Siddhartha anunció la vasta luz de la mente despierta después de emerger de los grilletes del sufrimiento. La delicada estructura interconectada de la vida y la existencia, junto con la profundidad de la liberación y el sufrimiento, transformaron el mundo de Siddhartha y marcaron la noche de la iluminación. La culminación de la vida de un príncipe común junto con la vida de un asceta, lo esculpieron en el sol radiante que hoy conocemos como el Buda que despertó.
El momento del despertar o “Bodhi” tuvo lugar después de la meditación profunda bajo el árbol Bodhi.
El momento en que Siddhartha se encontró con un profundo sufrimiento, pero eligió permanecer en profunda meditación sobre la primera noble verdad fue realmente espectacular. Al salir la luz del sol, recibió visiones muy impresionantes que escudriñaban la realidad y los asuntos que infligían dolor. Después de esta etapa, desarrolló un fuerte sentido y claridad intelectual debido a las experiencias ricas y llenas de valor transformable que le proporcionaron una comprensión profunda. Bajo el Buda recién iluminado, el mundo recibió la capacidad de ver con clara sabiduría el factor acompañante de todo, así como el factor gobernante de todas las cosas, que era la ley universal de causalidad.
Su profunda realización lo emancipó gradualmente del ciclo de reencarnaciones ilimitadas, al tiempo que abrió un camino para el resto de las criaturas vivientes. El paso transformador de la iluminación fue más que una comprensión intelectual o emocional, sino una reconstrucción del marco metacognitivo y de la conciencia del ser en su conjunto.
Con su nueva sabiduría y compasión, Buda concibió el sufrimiento como parte integral de la existencia, reconociendo al mismo tiempo la posibilidad de trascenderlo. Su despertar le permitió formular posteriormente el Camino Medio, una actitud equilibrada y abarcadora hacia la vida que evitaba los dos extremos de la abnegación excesiva y la sensualidad excesiva. El despertar de Buda también iluminó el camino de la moderación, la acción ética, el desarrollo mental y el descanso, que sentó las bases para sus enseñanzas sobre el Óctuple Sendero.
Aunque el momento del despertar fue personal para Buda, tuvo un significado más amplio. Se convirtió, y sigue siendo, en una piedra angular de la filosofía y la práctica budistas, proporcionando un modelo para las personas que sufren y luchan por la liberación y la iluminación. Las enseñanzas que surgieron de este punto siguen generando y acompañando el viaje de autorrealización y despertar espiritual de innumerables personas. Las consecuencias del despertar de Buda, sin que nadie las haya solicitado, llaman, día tras día, a los practicantes a lo largo del tiempo, dándoles la oportunidad de investigar el área de sus corazones y mentes y actualizar el potencial de iluminación que yace latente en ellos.
Girando la rueda del Dharma:
Los primeros pasos de Buda en la difusión de sus enseñanzas fueron de suma importancia. Están resumidos en la frase "Hacer girar la rueda del Dharma" o los principios fundamentales que guían las creencias budistas. Esto significa que después de alcanzar la iluminación, Buda habló públicamente sobre los asuntos importantes de la vida y los métodos a través de los cuales uno puede escapar del ciclo de la vida y la muerte. Este período marca formalmente el comienzo del budismo porque, durante este tiempo, abordó las Cuatro Nobles Verdades además de compartir el Óctuple Sendero que enfatiza la importancia de cesar todas las formas de sufrimiento para alcanzar la iluminación.
El Dhammacakkap-pavattana Sutta es el nombre del primer sermón pronunciado por Buda. Recibió su nombre del lugar donde se pronunció, en un parque de ciervos junto a Sarnath, que se encuentra en los alrededores de Varanasi. Durante este sermón, estableció las cosas fundamentales que todos deben saber, como el sufrimiento, sus causas, su fin y el camino que uno debe emprender para ponerle fin. Además de esto, se aseguró de captar la atención de la gente común, lo que ayudó a establecer la Sangha monástica.
En la antigua India, los viajes de Buda influyeron positivamente en las personas de todas las clases sociales, ya que sus discursos las inspiraron. Sus seguidores adquirieron optimismo y propósito, así como cambios en la vida, gracias a sus enseñanzas éticas, prácticas meditativas y sabiduría pragmática. Discursos eficaces, como el Anattalakkhana Sutta sobre el no-yo y el Metta Sutta sobre la bondad amorosa, ejemplifican su amplia gama de enseñanzas polifacéticas pero holísticas.
El Dharma no se expresaba simplemente en palabras, sino que se enseñaba en forma de compasión, así como de buena conducta moral y comportamiento consciente en la vida cotidiana. Los encuentros con diferentes personas, como reyes, comerciantes, ascetas y gente común, demostraron que las palabras del Buda van más allá de la clase social o la cultura y son fundamentales para toda la humanidad.
Los discursos del Dharma no estaban destinados únicamente a la audiencia inmediata. Cada discurso logró tocar a un número infinito de oyentes en el futuro. Los discursos del Buda han sido documentados por la Sangha y preservados en la tradición oral que garantiza su legado. El Dharma simboliza el inicio de un viaje en el que las personas son guiadas eternamente con la sabiduría y la compasión, junto con una búsqueda profunda de la verdad no descubierta.
Difusión de las enseñanzas y la enseñanza del Dharma:
Siddhartha Gautama alcanzó la iluminación mientras meditaba bajo el árbol Bodhi, y a partir de entonces se lo conoció como Buda. Posteriormente, Buda intentó compartir sus ideas transformadoras con otras personas de todo el mundo. Esta etapa de su vida marcó el comienzo de uno de sus roles como maestro y administrador desinteresado. Buda siempre enseñó con métodos expertos y formas elaboradas, siendo flexible y sabiendo cuánto está dispuesto a comprender y escuchar el oyente.