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Desde sus inicios, Kylian Mbappé está escribiendo una de las historias más bonitas del fútbol mundial: la de un delantero extraordinario, un jugador sin igual y un campeón con carácter. Ya no hace falta ocultar la verdad. Es una certeza que en la historia del fútbol y del deporte internacional solo habrá un Mbappé, igual que antes de él solo hubo un Zidane, un Maradona, un Pelé, un Messi o un Cristiano Ronaldo en los campos de fútbol, un Michael Jordan en las canchas de la NBA, un Ayrton Senna en los circuitos de Fórmula 1 o un Rafa Nadal y un Roger Federer en la ATP. Incluso antes de vestir la legendaria camiseta del Real Madrid en el nuevo Santiago Bernabéu, Kylian Mbappé ya arrastraba a las masas. Su habilidad con el balón, sus proezas y sus récords de velocidad han sido imitados en todo el mundo. Kylian es tan querido en Bondy como en Río de Janeiro, Londres, Madrid o Tokio. Es un ídolo internacional que tiene el mundo a sus pies.
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Seitenzahl: 138
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Kylian
Mbappé
Potencia, técnicae inteligencia
Luca Caioli y Cyril Collot
Único
Prólogo
Desde sus inicios, Kylian Mbappé está escribiendo una de las his-torias más bonitas del fútbol mundial: la de un delantero extraordi-nario, un jugador sin igual y un cam-peón con carácter. Ya no hace falta ocultar la verdad. Es una certeza que en la historia del fútbol y del deporte inter-nacional solo habrá un Mbappé, igual que antes de él solo hubo un Zidane, un Maradona, un Pelé, un Messi o un Cristiano Ronaldo en los campos de fútbol, un Michael Jordan en las can-chas de la NBA, un Ayrton Senna en los circuitos de Fórmula 1 o un Rafa Nadal y un Roger Federer en la ATP.
Solo habrá un Mbappé porque la his-toria que está escribiendo el delan-tero francés es única. Está marcada por un destino extraordinario, en el que parecía seguro que el prodi-gio de Bondy pronto se elevaría por encima de su condición de estrella del
Seine-Saint-Denis para brillar con luz propia. Kylian ha crecido al ritmo de sus hazañas y nunca ha rehuido los numerosos retos que le han plan-teado las camisetas del AS Mónaco, el Paris Saint-Germain y la selección francesa. Ha avanzado paso a paso, a grandes zancadas a veces, pero, aunque a menudo ha alterado el orden estable-cido, nunca ha intentado precipitar las cosas. Ha sabido aprovechar todas las ocasiones que se le han presentado. Ha ganado notoriedad gracias a su talento, su voluntad y una ambición inmensa que exhibe sin pudor, al igual que sus actitudes, que destacan en un entorno esclerotizado por un discurso vacío.
Kylian no era un niño como los demás. Tampoco será un futbolista más. En el mundillo, le envidian y admiran a par-tes iguales. En los estadios, le aplauden tanto como le atacan. En los medios, lo critican igual que lo ensalzan. Cada una
2- Prólogo
Único
de sus acciones, de sus palabras, de sus victorias o derrotas suscitan admira-ción y debate porque no es un jugador como los demás. ¿Está sobrevalorado o es ya el mejor futbolista en activo? Sea cual sea la opinión, el niño que soñaba en su habitación de la calle Allée des Lilas de Bondy, que colgaba pósteres de los campeones del momento encima de su cama, se ha convertido a su vez en el ídolo de toda una generación. Es a quien quieren emular en patios de cole-gio, en los estadios de las ciudades y en el césped, aquel cuyo nombre y número se lleva con orgullo en la espalda.
De hecho, incluso antes de vestir la legendaria camiseta del Real Madrid en el nuevo Santiago Bernabéu, Kylian Mbappé ya arrastraba a las masas. Su habilidad con el balón, sus proezas y sus récords de velocidad han sido imitados en todo el mundo. Kylian es tan querido en Bondy como en Río
de Janeiro, Londres, Madrid o Tokio. Es un ídolo internacional que tiene el mundo a sus pies.
Pero, cuando se ha llegado tan alto, hay que saber mantenerse. ¿Estará Kylian en la liga de los grandes? ¿Se unirá a Pelé y Maradona, o será simplemente el fenómeno de una generación, como lo fueron Zlatan Ibrahimovic´, David Beckham o Luís Figo? Sus victorias colectivas en la Liga de Campeones, la Eurocopa y el Mundial, y recompen-sas individuales, con el Balón de Oro encabezando la lista, serán decisivos al final de su carrera.
Mientras esperamos a ver si ese chico de Bondy supera sus sueños más locos, es hora de sacar el máximo partido a su talento. Kylian Mbappé ya ha creado un estilo, una marca y una manera muy personal de vivir su carrera. Un futbolista único y un hombre único.
Prólogo - 3
Un círculo muy cerrado
Aunque actualmente estén separados, los padres de Kylian pusieron un cerco sólido alrededor del futuro campeón. Deportistas y aguerridos competidores, le dieron las claves del éxito y los valores de la familia.
29.ª jornada de la liga francesa, temporada 2023-2024. Ethan Mbappé entra en el minuto 76 vistiendo la misma camiseta que su hermano Kylian, PSG-Lorient (4-1).
El hermano modelo: JirèsKembo-Ekoko
Jirès Kembo-Ekoko significa mucho para Kylian. Es su hermano mayor adoptivo, un ídolo, su primer héroe del balón.
Jirès Kembo-Ekoko nació en 1988 en Kinsasa, capital de la Repú-blica Democrática del Congo. Le pusieron ese nombre en homenaje a Alain Giresse, el centrocampista al que su padre, también futbolista profe-sional, tanto admiraba. Jean Kembo era apodado «Monsieur But» en la selección. Participó en los dos títulos continentales en 1968 y 1974 y clasificó a su país para su primer Mundial en 1974. Pero Jean Kembo decidió enviar a Jirès, de 6 años, y su hermana mayor a vivir a Francia.
Wilfrid Mbappé, su «segundo» padre (y tutor legal)
En 1999, el chaval de 11 años firmó su primera licencia de fútbol con el AS Bondy. Wilfrid Mbappé fue su primer entrenador y acabaría convirtiéndose en su tutor legal y «segundo» padre: «Era instintivamente difícil de explicar, pero era como si esa persona siempre hubiera estado destinada a mí...», confesaba Jirès años después. Los Lamari-Mbappé-Lottin acogieron al joven delantero en su apartamento. No llegaron a adoptarlo, pero siempre les llamará «papá» y «mamá». De hecho,
fueron ellos quienes le dieron cariño, le ayudaron a salir de una situación social difícil y le permitieron cumplir su sueño: convertirse en futbolista profesional.
En 2001, Jirès se incorporó al INF Clairefontaine, donde volvió a colo-carse como delantero. Después se fijó en él el Stade Rennes, donde pasó sus mejores años, en los que disputó 141 partidos y marcó 22 goles entre 2006 y 2012. No estaría lejos de la selección francesa, pero, en 2012, para desesperación de Kylian, probó suerte en los Emiratos Árabes Unidos antes de poner fin a su aventura en Turquía en 2019. «Era su decisión, pero yo no lo aceptaba. Realmente fue muy duro para mí. Lloré mucho, era amor de hermano».
Desde la distancia, Jirès veía el empoderamiento de su «hermano pequeño». «Lo que está haciendo no me sorprende. De niño, siempre vi que Kylian tenía algo más. Es cierto que no esperaba que las cosas fueran tan rápido», confesaba a France Football. Las hazañas de Jirès alimentaron la
10- Un círculo muy cerrado
infancia de Kylian, convirtiendo a la promesa internacional de Francia en su primer héroe y un modelo a seguir. «Jirès era su modelo», confirma un allegado a la familia. «Le seguía a los vestuarios de Bondy y Rennes. Escuchaba las charlas y las instruc-ciones. Es posible que eso le ayudase tácticamente, ya que estuvo inmerso en el mundo del fútbol desde muy pronto y pudo asimilar los códigos muy deprisa».
La experiencia profesional de Jirès Kembo-Ekoko serviría de ejemplo a la familia Mbappé, que estaba al corriente de los usos y costumbres del medio al que llegarían después Kylian y Ethan.
2 de mayo de 2012, Jirès Kembo-Ekoko ataca en Rennes en un partido de liga contra el Burdeos (0-2).
Jirès Kembo-Ekoko acerca de Kylian
«Era instintivamente difícil de explicar, pero era como si esa persona siempre hubiera estado destinada a mí».
«Ethan tiene muchas cualidades y mucha personalidad. Puede jugar igual de bien como número 6 que más arriba».
Luis Enrique, entrenador del PSG
Ethan Mbappé, el camino real
Pese a la diferencia de ocho años que los separa, Ethan Mbappé ha desarrollado una estrecha relación con su hermano campeón. Kylian le ha abierto las puertas del mundo y le ha mostrado los entresijos del fútbol de altísimo nivel. A cambio, él le regaló su famosa celebración.
Cómo encontrar tu sitio cuando vas detrás de Kylian Mbappé. Ethan, nacido en 2006, se vio inmerso desde muy joven en los entresijos del mundo del fútbol de alto nivel. El 3 de mayo de 2017, fue designado para acompañar a su her-mano mayor en el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones entre el AS Mónaco y la Juventus FC. Unos meses después, Kylian le dedicó su trofeo Golden Boy, que premia al mejor jugador de menos de 21 años en Europa. «Después de los partidos del Mónaco, en cuanto comparecía ante la prensa, Kylian buscaba a Ethan para reunirse con él lo antes posible. Estaba claro que estaba muy unido a su hermano pequeño, al que sacaba
a menudo en sus redes sociales», recuerda Damien Chédeville, antiguo reportero de Fastfoot.
Celebración con el sello de Ethan
Fue durante el triunfo del Mónaco en la Liga de Campeones cuando el dúo inventó la famosa celebración: un desli-zamiento con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza alta. «Empezó de la nada con mi hermano pequeño, con una partida a la PlayStation. Marcó un gol y lo celebró haciendo eso. A los cinco minutos, puso el juego en pausa y me dijo: “Kylian, podrías hacer eso en un partido”. Le dije: “¿Quieres que lo haga? Vale, lo haré”. Ha tocado en Dortmund, lo he hecho y él está con-tento». «Ya le he dicho que se la robo
12- Un círculo muy cerrado
Ethan Mbappé fichó por el Lille en julio de 2024. Aquí viste su nueva camiseta, el 17 de julio, en un amistoso KAA Gent-LOSC Lille, donde entró en el minuto 78 para sustituir a Benjamin André.
[la pose], ahora es mía», explicaba Kylian ante el micrófono de beIN Sports.
Naturalmente, Ethan está en la foto oficial de la llegada de Kylian al PSG. Tras debutar en Bondy, también se incorporó a las categorías inferio-res del PSG a los 11 años y firmó un contrato de tres años como aspirante en 2021. Zurdo, técnico, luchador: ofrece una paleta completamente diferente a la de su hermano mayor. «Tiene muchas cualidades y mucha personalidad. Puede jugar igual de bien como número 6 que más arriba. Tiene valores y, para ser joven, también se entrena muy bien y está muy bien preparado», aseguraba Luis Enrique en la temporada 2023-2024.
El entrenador español le ofreció sus primeros minutos como profesional el 20 de diciembre de 2023. Unos días antes de cumplir 17 años, y la víspera del 25.º cumpleaños de Kylian, descu-brió el campeonato de Francia ante el Metz. Fue la primera vez que Ethan y Kylian jugaron juntos en un partido oficial. «Como hermano mayor, fue una satisfacción tremenda», aseguró el máximo goleador de la Ligue 1. «Nunca pensé que viviría un momento tan especial como ese, pero voy a recordar aquel partido siempre». Los hermanos disputaron otros tres partidos codo con codo vistiendo la camiseta del PSG antes de tomar caminos separados: el Real Madrid para Kylian y el LOSC Lille para Ethan.
Un círculo muy cerrado - 13
La madre, Fayza Lamari
Fayza Lamari no es solo una abnegada madre, también es una campeona con carácter y una empresaria implacable.
Fayza Lamari es natural de Bondy, Seine-Saint-Denis, donde nació el 17 de septiembre de 1974. Sus padres, originarios de la comuna argelina de Amizour, situada en la Pequeña Cabilia (no lejos de los pue-blos de donde proceden los Zidane y los Benzema), se habían trasladado a los suburbios de París unos años antes. La familia vive en el norte de Bondy, en el barrio de Terre-Saint-Blaise.
Para Fayza, al balón se juega... con la mano
Fayza iba al colegio Jean-Zay y pasaba el tiempo libre en un gimnasio justo delante de su casa. A los 12-13 años, jugaba al baloncesto, pero fue en el balonmano donde la joven sería una revelación como lateral derecha. «Empezó desde abajo y, en los años 80 y 90, se convirtió en una de las mejores jugadoras del equipo. Fayza tenía carisma, era una líder nata, tenía mucho talento, era muy dura y una bocazas», afirma un amigo de la fami-lia. Fayza Lamari jugó en primera divi-sión con los colores de la Association Sportive de Bondy durante unos diez años. «En la cancha, era una lucha-dora, pero también muy impulsiva»,
añade Jean-Louis Kimmoun, antiguo directivo y luego presidente del club. «Era mejor no buscarle las cosquillas y con las rivales no siempre era amistosa. Pero, fuera del campo, era una persona muy simpática».
En paralelo a su carrera deportiva, Fayza cursó Ciencias de la Educación y acabó trabajando como monitora en centros de ocio. «Siempre estaba haciendo bromas», cuenta un antiguo compañero que trabajó con ella en el barrio Maurice-Petitjean y Blanqui. «Allí es donde conoció a Wilfrid Mbappé, otro monitor, a su hermano pequeño, Pierre, y a Alain Mboma, hermano mayor de Patrick Mboma, Balón de Oro africano en 2000. Fayza y Wilfrid estaban hechos el uno para el otro: eran dos grandes deportistas y dos bromistas empedernidos».
El 20 de diciembre de 1998, Fayza dio a luz a su primer hijo. El pequeño fue bautizado como Kylian Sanmi (abre-viatura de Adesanmi, que en yoruba significa «la corona me sienta bien»), Mbappé-Lottin. Seis años después fue madre de un segundo hijo, al que lla-maron Ethan. La pareja se casó por
14- Un círculo muy cerrado
«Era una luchadora, pero también muy impulsiva. En la cancha, era mejor no buscarle las cosquillas».
Louis Kimmoun, expresidente del AS Bondy balonmano
Fayza Lamari anima a su hijo desde la grada en la semifinal del Mundial en diciembre de 2022, Francia-Marruecos (2-0).
lo civil, pero acabó separándose. Esto no impidió que ambos padres criasen a sus hijos mano a mano y sigan de cerca la carrera deportiva de Kylian. Fayza lleva la parte de comunicación,
imagen y proyectos sociales del capitán de la selección francesa. Es una forma de continuar su misión con los jóve-nes y no dar la espalda a sus orígenes modestos.
Un círculo muy cerrado - 15
El padre, Wilfrid Mbappé
Natural de Douala, ha transmitido a sus hijos su pasión por el balón. Wilfrid Mbappé sigue de cerca la carrera deportiva de su hijo mayor, en la que desempeña un papel fundamental.
La imagen se repite en cada encuentro. Un plano del realiza-dor del partido confirma la presencia de Wilfrid Mbappé en el palco oficial. El padre de Kylian no se pierde ninguna cita ni una acción ni un arranque de su chico. Ha estado ahí en todos los momentos culminantes de su carrera. Y eso no es nada nuevo; fue él quien le contagió la fiebre del fútbol.
Movido por la pasión por el fútbol
Wilfrid Mbappé nació en Douala, Camerún, en octubre de 1970. Pese a ciertos rumores, no tiene ningún parentesco con Samuel Mbappé Léppé, centrocampista camerunés de los años 50 y 60 a quien apodaban «el Mariscal». Pero eso no quita para que durante toda su juventud vibrase con la selección de los leones indomables. Sin embargo, acabó abandonando su país natal en busca de una vida mejor y del sueño de perseguir su pasión por el fútbol.
Tras vivir en Bobigny durante sus primeros años en Francia, se trasladó a Bondy Nord, donde pasó varias
temporadas haciendo carrera como futbolista. «Era buen jugador, un número 10, un centrocampista al que le gustaba tener el balón. Podría haberse abierto camino», recuerda Jean-François Suner, antiguo direc-tor técnico del AS Bondy. «Wilfrid se formó en el club, luego jugó dos años en primera división con nuestro vecino, el Bobigny. Cuando se retiró, regresó al club. Entonces le ofrecieron un puesto de directivo».
Así fue como Wilfrid Mbappé inició su carrera de educador deportivo. Tiene grandes aptitudes para la transmisión del conocimiento y la gestión de un equipo. Es competente y tiene carácter. En el AS Bondy, ascendió rápidamente por la jerarquía: «Después de dedicarse a los jóvenes del club, se convirtió en director deportivo», explica Fanfan Sunner. «Trabajamos juntos desde la temporada 1988-1989, durante casi treinta años, y reestructuramos el club hasta su salida en junio de 2017».
Entre tanto, Wilfrid conoció a Fayza Lamari y vivió un 1998 extraordina-rio. Como toda Francia, el club de
16- Un círculo muy cerrado
Wilfrid Mbappé durante la final de la Copa de Francia OL-PSG (1-2) el 25 de abril de 2024.
Jean-François Suner,
antiguo director técnico del AS Bondy
«Wilfrid era un buen número 10 al que le gustaba tener el balón. Podría haberse abierto camino».
Seine-Saint-Denis vibró con las hazañas de los bleusen el Mundial en casa. El 20 de diciembre, ya habían pasado cinco meses desde el famoso «Y uno, y dos, y ¡tres a cero!» y el triunfo de la Francia del
