La serie del Zodíaco: 10 relatos eróticos cortos para Libra - Camille Bech - E-Book

La serie del Zodíaco: 10 relatos eróticos cortos para Libra E-Book

Camille Bech

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Sprache: Spanisch
Beschreibung

Este audiolibro está narrado en Español Neutro y Castellano. «Se desliza lentamente dentro de mí y la fuerza de su peso me empuja contra el cuerpo de Sofía. Yo lucho para que mi primer orgasmo se prolongue el mayor tiempo posible entre sus cuerpos resbaladizos. Me encuentro con la mirada y labios de Sofía. Estos últimos son increíblemente suaves y saben a vino de fresa. Su lengua es resbalosa y suave. Ella hace todo lo posible para abrazar a su novio con sus largos miembros. Estoy rodeada por sus cuerpos, su olor y su tacto» –Sueño húmedo de una noche de verano Atracciones prohibidas que se salen del guión (disponible en español neutro y castellano): Una orgía muy oportuna durante el solsticio de verano en un bosque sueco. Una pasión lésbica que podría comenzar con miradas de reojo. El flechazo de Frederika, estudiante de abogacía, con un irresistible cantante de rock enfundado en cuero se va a ir de las manos apenas termine el concierto. Y hasta la lujuria de una condesa en el pasado. El sensual romanticismo de Libra flota en todos estos relatos eróticos cortos. Esta compilación contiene los relatos: -El café -Tentaciones Francesas -Sueño húmedo de una noche de verano -La estrella del rock -El precio del deseo -Las pasiones de la condesa viuda

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Seitenzahl: 171

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Malin Edholm, Vanessa Salt, Camille Bech, Beatrice Nielsen, Britta Bocker

La serie del Zodíaco: 10 relatos eróticos cortos para Libra

Translated by Marta Cisa Muñoz, Raquel Luque Benítez, Cymbeline Nuñez, Maria Elena Abbott, Begona Romero Garcia

Lust

La serie del Zodíaco: 10 relatos eróticos cortos para Libra

 

Translated by Marta Cisa Muñoz, Raquel Luque Benítez, Cymbeline Nuñez, Maria Elena Abbott, Begona Romero Garcia

 

Original title: The Zodiak Series: 10 Erotic Short Stories for Libra (SPA)

 

Original language: Swedish

Cover image: Shutterstock

Copyright ©2024, 2025 Malin Edholm, Vanessa Salt, Camille Bech, Beatrice Nielsen, Britta Bocker and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788727173351

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

www.sagaegmont.com

Saga is a subsidiary of Egmont. Egmont is Denmark’s largest media company and fully owned by the Egmont Foundation, which donates almost 13,4 million euros annually to children in difficult circumstances.

El café

Lea se queda en la cama un rato después de que James se haya levantado. Tiene los ojos cerrados mientras escucha el sonido del agua corriendo en la ducha del baño. El sonido del agua casi le hace quedarse dormida nuevamente, pero no puede permitirse el lujo de dormir hasta tarde. Debe terminar los deberes antes de ir a la universidad más tarde, y los quiere hacer como es debido. De hecho, incluso mejor. Tal vez por esa razón ha estado posponiendo las cosas tan frecuentemente, porque siente ansiedad con respecto a su rendimiento. Todos sus compañeros de universidad son muy ambiciosos en lo que respecta a los proyectos, y luego se pasan los fines de semana emborrachándose en los clubes de moda de la ciudad. Ella se une a ellos cuando puede permitírselo, pero el dinero no le da para mucho en Londres. Esto es definitivamente lo que ocurre si pasa tiempo con gente que fue a escuelas de pago caras y que están acostumbrados a que sus padres les paguen todo.

 

Le agradan sus nuevos compañeros de clase y amigos, porque son graciosos, amables y amistosos todo el tiempo, pero no tienen idea de lo que es no tener nada de dinero. Lea es tan ambiciosa con respecto a sus deberes como los son sus amigos.

 

Estaba acostumbrada a obtener las mejores notas en casi todos los exámenes que rendía en la universidad de Copenhague, pero las cosas aquí no son tan fáciles como ella se había imaginado que serían. Su inglés hablado es casi perfecto, excepto por el monótono acento danés que siempre la avergüenza cuando escucha a otros daneses hablándolo como ella. Trata de sonar tan inglesa como puede, pero no puede ocultarlo. Es la única alumna de los cursos en los que está que no es nativa de habla inglesa, y aunque esto es ligeramente audible cuando habla, se ha dado cuenta de que es más evidente cuando escribe. No se siente completamente al mismo nivel que los demás. Pero no puede realmente identificar qué es lo que le falta. Lea está en Londres durante un año para estudiar Escritura Creativa, y cree que cuando se estudia algo así, las notas de escritura deben ser las más importantes. Suspira al pensar en ello.

 

Se estira y escucha a James cerrando la llave de la ducha y entonces decide levantarse. Encuentra su ropa en el suelo, la junta en una pila y la lleva al baño junto con su mochila. Es exactamente del tamaño adecuado para llevar sus libros, algo de ropa interior limpia, y sus artículos de cuidado personal. El bolso perfecto para este período de su vida, en el que se queda casi todo el tiempo en el apartamento de James y prácticamente solo va a casa a buscar algo de ropa limpia. Llama a la puerta del baño y James la abre casi de manera instantánea. Él ya está vestido y casi listo para salir.

 

“Buenos días cariño”, le dice mientras le da un beso. A ella le encanta cuando la llama “cariño”. Se quedan parados un rato en la puerta besándose un poco más hasta que él le dice que se le está haciendo tarde y que tiene que irse.

 

Ella le dice, “te veo de noche.” El asiente y murmura algo que no puede escuchar bien antes de salir por la puerta. Lea deja caer la pila de ropa al suelo y entra en la ducha. Sabe que no debe quedar mucha agua caliente, así que se enjuaga rápidamente y deja el lavado del pelo para el día siguiente. Encuentra una toalla en el estante y se seca, luego limpia el espejo y la tira al suelo para poder ponerse de pie en ella. En su mochila encuentra el pequeño envase de ropa interior nueva que compró ayer de camino. El encaje es de color lavanda. Está deseando mostrársela a James esa noche. Es lo suficientemente transparente para que sus pezones rosados se vean un poco a través del sostén. El conjunto hace juego perfectamente con su piel blanca y su pelo pelirrojo.

 

A James le encanta la palidez de su piel y ella adora el hecho de que a él le guste tanto. Siempre tuvo la sensación de que se veía extraña y soñaba con poder broncearse algún día. Soñaba con parecerse a mujeres como Rosa, la compañera de apartamento de James tan hermosa. Lea suspira y se pone rápidamente los jeans y la camiseta. Luego recoge la vieja camisa a cuadros de James del suelo y se la pone como una especie de chaqueta improvisada. Está un poco usada pero huele a él, y el apartamento siempre es un poco frío por la mañana. Antes de salir del baño se recoge el pelo en una cola de caballo, mira bien de cerca su piel en el espejo y se endereza el piercing de la nariz.

*

Lea pone la pila de libros en la mesa grande de la cocina, hojeando despreocupadamente sus notas del día anterior. Siempre toma notas a mano antes de escribir todo en su ordenador. La tarea tiene que ver con el desarrollo del personaje y sus apuntes dicen algo así como ser tan concreto y detallado como sea posible. Algo acerca del nombre, edad, apariencia y trabajo. El profesor ha sugerido que se utilicen como modelo a sí mismos o a alguien que conozcan. Deben intentar llevar a la ficción a una persona real usando trucos pequeños y sencillos. Lea ha decidido usar como modelo a Rosa y a sí misma, haciendo una especie de fusión de ambas. Pero, antes de comenzar con el trabajo, prepara una cafetera de espresso.

 

Mientras lo prepara, busca una taza y mira distraídamente por la cocina enorme. Es casi completamente nueva, con azulejos blancos en la pared y una mesa de madera de color claro, todavía sin manchas o suciedad. En la pared hay colgado un reloj redondo y grande y un poster de un cuadro famoso. Lea ha olvidado cuál es el nombre del artista. A Rosa le encantan las flores, así que siempre hay un florero con un ramo de flores frescas en todos los colores del arcoíris. El estilo de la cocina es escandinavo, así como el resto del apartamento. Todo lo que se pueda etiquetar de “nórdico” en Londres es muy popular en estos días. Los padres de James le compraron el apartamento un par de años atrás, cuando la zona en la que está situado todavía tenía mala reputación y los precios eran bajos. Lo que ahorraron en la compra lo gastaron decorándolo según las última tendencias. Al igual que los amigos de la universidad de Lea, James proviene de una familia acomodada. Se conocieron en una fiesta que uno de los amigos de Lea había organizado. Comenzaron a hablar al principio de la noche y tuvieron la impresión que todo el mundo iba desapareciendo lentamente de la habitación. No fue hasta que la música había terminado y casi todo el mundo ya se había ido a casa, que se dieron cuenta de que habían estado conversando casi toda la noche, totalmente ajenos al resto de la fiesta. Han estado juntos desde hace ya algunos meses y Lea cree que todo se está poniendo cada vez mejor. Sus conversaciones son cada vez más profundas y su vida sexual es fantástica. Ama todo lo que tenga que ver con su relación, y ama a James. Se siente dichosa y contenta la mayor parte del tiempo.

 

Pero desde que comenzó a pasar más tiempo en el apartamento de James, ha sucedido algo más. Poco a poco fue conociendo mejor a Rosa. Muchas veces conversan mientras James está trabajando. Al principio, Lea se sentía un poco tímida ante la presencia de Rosa y pensó que simplemente era su timidez habitual, a la que se había acostumbrado cuando conocía gente nueva. Pero ahora estaba empezando a sentirse totalmente turbada al estar con ella. Se había dado cuenta de que había algo más que hacía que esto ocurriera. Lea nunca se había sentido atraída hacia otra mujer en el pasado, pero con Rosa era diferente. Cada vez que visitaba a James, miraba de reojo a Rosa. Espera que ni James ni Rosa lo hayan notado, porque no puede evitar mirarla, aunque secretamente espera que Rosa también se haya fijado en ella. Le gustaría que Rosa la mirase de la misma manera que ella lo hace, y se imagina cómo sería el tacto de su piel suave, besar sus gruesos labios y simplemente besarla por todas partes. A veces, se toca a sí misma hasta que llega al clímax mientras piensa en Rosa.

Sus pensamientos son interrumpidos por el espresso hirviendo rebasando el borde de la cafetera. Revuelve el café rápidamente y luego apaga la máquina. Se sirve una taza de tamaño considerable de café y luego se sienta a la mesa con su cuaderno. Revisa el capítulo de desarrollo del personaje y hace una lista que dice: “Nombre, edad, ocupación”, y luego piensa por un momento y completa la lista. Escribe: “Rachel, 24 años, estudiante universitaria”, luego tacha el nombre mientras trata de pensar en otro, pero entonces sus pensamientos comienzan a volar otra vez. Vuelven a cómo se sentiría al tocar la piel de Rosa. Imagina a Rosa besándole el cuello y finalmente lamiéndola. Intenta deshacerse de ese pensamiento porque quiere concentrarse en su tarea, pero sin éxito. Decide escribir algunos de sus pensamientos para ver si esto los hace desaparecer. Arranca una hoja de su cuaderno y escribe: hay personas en nuestras vidas que son muy cercanas a nosotros pero que están totalmente fuera de nuestro alcance. Puede tratarse de un amigo de tu novio, un compañero de trabajo que se sienta frente a ti, o tal vez el compañero de apartamento de tu novio. La fruta prohibida es una fuerza erótica poderosa. Una vez que la tensión sexual se ha hecho presente, es casi imposible de suprimir.

 

Lea lee lo que ha escrito y piensa de que es una introducción excelente para algún texto. Sonríe para sí misma y está a punto de continuar con lo que estaba haciendo cuando la puerta de la habitación de Rosa se abre. Lea mira hacia arriba mientras dobla el papel y discretamente lo esconde debajo del cuaderno. Los movimientos de Rosa son lentos y perezosos. Por lo visto, acaba de despertarse. Su cabello está recogido en un moño desordenado y un rizo cae sobre su clavícula. Lea nota que no lleva sujetador. La forma de sus pezones oscuros es visible debajo de su camiseta blanca. Lea siente que sus mejillas se sonrojan y se siente incómoda. La actitud relajada de Rosa le fascina al mismo tiempo que le intimida. Se estira, como si estuviese saliendo de un universo propio y la mira. Luego, le sonríe.

 

“¿Una mañana difícil?” Lea hace la pregunta tratando de parecer tranquila. “Un poco. Me quedé levantada hasta tarde. ¿Cómo va tu mañana?”, responde Rosa mientras camina hacia el fregadero y luego se apoya en el mostrador. Lea mira de un lado a otro tratando de no mirar demasiado las piernas de Rosa, que parecen extra largas en los pequeños pantalones cortos que lleva puestos.

 

“Muy bien, gracias. Solamente estoy trabajando un poco en mi proyecto”, contesta Lea. Rosa asiente.

 

“Qué bien. ¿Dónde está James?”

 

“Se acaba de ir. Fue a trabajar. Si quieres, hay café en la cafetera.”

 

Rosa murmura “mmmm” y se vuelve hacia la cafetera. Lea la mira por el rabillo del ojo. Lentamente, como si todavía estuviera medio dormida, abre el aparador y toma una de las tazas grandes. Luego, toma la cafetera, pone la taza en el mostrador y se sirve el café. Pero, al levantar la taza, esta se resbala de su mano. Lea tiene la sensación de que está viendo todo lo que ocurre en cámara lenta. La taza girando en el aire, haciendo que el café caliente caiga en los pantalones cortos de Rosa antes de que la taza golpee el suelo, se haga trizas y esparza gotas de café por todas partes. Lea reacciona rápidamente.

 

Sin pensar, se pone de pie y levanta a Rosa al mostrador, lejos de los fragmentos de porcelana y le saca los pantalones cortos y calcetines para que no se queme con el café. El olor a café en toda la habitación es abrumador.

 

“¿Estás bien?,” pregunta Lea, tratando de recuperar el aliento.

 

“Sí, gracias,” responde Rosa, y luego ambas se dan cuenta de lo extraña que es esta situación y el hecho de que Lea se encuentre entre las piernas de Rosa. Están más cerca la una de la otra de lo que nunca antes han estado. Las dos se echan a reír. Luego se callan y Lea siente que sus mejillas se sonrojan y que el rubor va extendiéndose por todo su cuello. Mira hacia abajo y se aclara la garganta.

 

“Déjame ir a buscar algunas toallas o algo para limpiar todo esto,” le dice, retirándose hacia atrás. Pero antes de retirarse del todo, Rosa la toma del brazo.

 

“Por favor, quédate,” le dice, mientras atrae a Lea nuevamente entre sus piernas.

 

Mantienen contacto visual durante un largo tiempo, sin decir o hacer nada. El corazón de Lea está latiendo tan fuerte y tan rápido que está convencida de que Rosa puede oírlo. Lea mira detenidamente la cara de Rosa, sus ojos marrones y sus labios ligeramente separados. Por fin siente que Rosa la está mirando de verdad, como si todas las posibilidades estuvieran puestas sobre la mesa. Finalmente, están lo suficientemente cerca para besarse. Rosa le sonríe a Lea con una sonrisa torcida y estira su brazo. Lo deja deslizarse por el hombro y el brazo de Lea hasta que queda apoyado en la parte baja de su espalda. Entonces, la acerca completamente hacia ella, pone las manos en su cara y la besa. Todo hierve en el cuerpo de Lea. Los labios de Rosa son suaves y cálidos. La timidez de Lea desaparece y se rinde a lo que ocurre. Rosa empuja a Lea hacia atrás y se baja del mostrador.

 

Lea se da cuenta de que tienen la misma altura, pero esa es la única similitud que puede encontrar. La piel de Lea es blanca como la leche y su cabello es lacio y rojo deslumbrante. La piel de Rosa es de color bronce y tiene sus rizos negros y suaves recogidos en un moño. Rosa toma a Lea por sus caderas y la sube a la mesa. Baja su camisa hasta los hombros, mientras la besa desde el cuello hasta la clavícula. Luego, le quita la camisa por completo, la tira al suelo y atrae a Lea más cerca de ella mientras la besa y deja que una mano se deslice por debajo de su camiseta hasta encontrar sus senos. Las manos de Rosa son cálidas y suaves. El corazón de Lea se acelera nuevamente al sentir que sus pezones se endurecen entre los dedos de Rosa.

 

Rosa levanta la camiseta por encima de su cabeza y comienza a besar el cuerpo de Lea de arriba a abajo, partiendo desde su boca, luego pasando por el cuello hasta la clavícula hasta llegar a sus senos, en los que se queda mucho tiempo. A través del diminuto sujetador de encaje, succiona y muerde suavemente los pezones de Lea. Deja que la punta de su lengua los provoque antes de sacarle también el sujetador sobre la cabeza. Lea está tan excitada que todo su cuerpo tiembla y siente una palpitación entre las piernas. Suspira. Quiere más y comienza a impacientarse. Había imaginado esto durante mucho tiempo y casi no puede creer que finalmente esté ocurriendo. Lea piensa que Rosa es probablemente el ser más hermoso que haya podido imaginar, mientras le acaricia los senos con sus manos cálidas y suaves antes de envolverlos con sus labios una vez más, usando su lengua para jugar con sus pezones. Lea inclina la cabeza hacia atrás de placer mientras su respiración se vuelve cada vez más pesada. El estar con Rosa se siente muy bien y muy mal a la vez. Sabe que es algo tabú e infiel, pero la excitación de dejar que suceda, de dejar que Rosa conquiste su cuerpo es demasiado grandiosa como para ser capaz de contenerse. Se deja llevar y desactiva sus pensamientos cuando Rosa, lenta pero decididamente, mueve sus labios y le reparte una lluvia de besos sobre el estómago. Se detiene al borde de sus jeans y abre el botón del frente. El sonido de la bragueta al abrirse hace que Lea se estremezca con anticipación. Levanta las caderas de la mesa para que Rosa pueda sacarle los pantalones fácilmente. Rosa los deja caer al suelo mientras sigue besando su estómago y las caderas. Se toma su tiempo antes de besar su coño por fuera de las bragas, rápida y de forma provocadora. Lea siente que todo su cuerpo se vuelve suave, mientras la palpitación entre sus piernas aumenta. Se vuelve húmeda y caliente, mientras siente que sus propios jugos se mezclan con la humedad del aliento y la lengua de Rosa.

 

Rosa mueve amorosamente las bragas de Lea hacia un lado y besa su coño suavemente antes de ponerse de pie y sacárselas. Luego la empuja hacia atrás para que se recueste sobre la mesa y comienza a lamerla. Comienza despacio y con provocación, mientras mantiene contacto visual con Lea que tiene que morderse el labio para evitar gritar y pedir que quiere más. Y, finalmente, puede sentir la lengua húmeda y puntiaguda de Rosa trazando círculos en su clítoris. Lanza un gemido, pero entonces Rosa se detiene. Se levanta y le sonríe a Lea con una sonrisa burlona. Ella sabe lo que está haciendo. Sabe el efecto que está causando en Lea y disfruta teniendo ese tipo de control sobre ella.

 

Luego, Rosa se quita la goma del pelo y sacude su cabeza, dejando que sus rizos gruesos y oscuros caigan por sobre su cara y hombros, dispersando un olor a flores que se esparce por la habitación. La fragancia hace que Lea se sienta mareada.

 

Ya no puede contar las veces que estuvo oliendo la fragancia del champú de Rosa mientras estaba bajo la ducha tocándose a sí misma. Cuántas veces había soñado con estar parada ahí junto a Rosa, sintiendo sus cuerpos uno al lado del otro mientras el agua caliente caía sobre ellas. No puede contenerse un momento más y se sienta. Lea agarra el borde de la camiseta de Rosa, la levanta y se la quita. Mira admirada los senos pequeños y firmes de Rosa y la acerca hacia ella. Le besa el estómago mientras sus manos se deslizan por su cintura hasta alcanzar sus senos. Los sujeta y suavemente le pellizca sus pezones. Entonces se levanta y empuja a Rosa rápidamente hacia el mostrador, presionando su cuerpo contra el suyo. Sus senos se encuentran y Lea ahora puede sentir que el corazón de Rosa late tan rápido como el suyo. La besa apasionadamente mientras desliza una mano lentamente dentro de sus bragas. Presiona sus dedos contra su coño mojado mientras escucha encantada su respiración transformándose en silenciosos gemidos. La levanta al borde del mostrador y le quita sus bragas antes de enterrar la cabeza entre sus piernas para lamerla. Le gusta tener el control y aumenta la velocidad cuando se da cuenta de que Rosa se está excitando cada vez más. Su cuerpo se estremece ligeramente, pero antes de llegar a su clímax, levanta a Lea para darle un beso y recuperar el control.

 



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