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Beschreibung

Una obra valiente y novedosa que actualiza La terapia familiar y amplía sus límites al proponer un verdadero diálogo que suma esfuerzos por comprender y tratar el sufrimiento familiar. Desde mediados del siglo XX, la psicología ha abordado a la familia como objeto de estudio, enfocándose en su complejidad, sus recursos, sus dificultades y sus patologías. Entre las diferentes escuelas que se han interesado por la familia, la psicoanalítica y la sistémica son las que tienen un mayor recorrido histórico, a pesar de haber transitado caminos divergentes, si no diametralmente opuestos. De ahí que sus avances tanto en la teoría como en la práctica clínica no hayan sabido conjugarse de forma satisfactoria. De esta necesidad de articulación nace este libro. Incorporando las aportaciones de las perspectivas psicoanalítica y sistémica, y la experiencia clínica acumulada hasta nuestros días, Carles Pérez Testor y Anna Vilaregut, junto a una selección de autores, brindan una importante herramienta para la actualización de los terapeutas a la vez que facilita a los estudiantes de psicología y de medicina que están en formación la integración de los distintos enfoques.

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Carles Pérez Testor Anna Vilaregut Puigdesens (editores)

La terapia familiar

Una mirada psicoanalítica y sistémica

Diseño de la cubierta: Toni Cabré

Edición digital: José Toribio Barba

© 2023, Carles Pérez Testor, Anna Vilaregut Puigdesens

© 2023, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN EPUB: 978-84-254-5089-1

1.ª edición digital, 2023

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus es, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com).

Índice

Agradecimientos

Autores

Prefacio

Victor Cabré Segarra

Prólogo

Juan Luis Linares

Introducción

Carles Pérez Testor y Anna Vilaregut Puigdesens

1. La familia desde la mirada psicoanalítica

Carles Pérez Testor

Psicoanálisis de familia

La pareja

Interacción y representaciones

Capacidades del recién nacido

Funciones emocionales de la familia

Referencias

2. La familia desde la mirada sistémica

Anna Vilaregut Puigdesens, Mariona Roca Santos y Teresa Pretel Luque

Contextualización histórica y evolución del modelosistémico relacional

Fundamentación teórica del modelo sistémico relacional

Principales escuelas de terapia familiar a partir del modelo sistémico relacional

Referencias

3. Apego y familia

José A. Castillo-Garayoa

Proximidad y protección: el vínculo de apego

Apego, modelos operativos internos y regulación de las emociones

Base segura familiar y mentalización

Implicaciones clínicas

Referencias

4. Perinatalidad

Eulàlia Arias-Pujol, Marta Gomá y Antònia Llairó

¿Qué es la psicología perinatal?

Factores de riesgo frente a factores de protección

Las dificultades emocionales más frecuentes en el período perinatal

Los procesos psíquicos de la perinatalidad

La psicoterapia centrada en la parentalidad

Prevención, costes de la salud mental perinatal y el rol del psicólogo

Referencias

5. Familia y género

Berta Aznar-Martínez

Género y salud mental

El rol de la familia en la socialización de género

Estudios e investigaciones sobre familia y género

Modelos de familia en cuanto socialización de género

Conclusiones

Referencias

6. La familia que adopta

Judith Lorente-de-Sanz y Carles Pérez Testor

La adopción en España

Infancia

Adolescencia

Conclusiones

Referencias

7. Migración y familia multicultural

Julieta Piastro Behar

Del paradigma de la simplicidad al paradigma de la complejidad

Descolonizar la comprensión de la migración

La identidad como identificaciones

Narración identitaria

Los caminos de la inmigración: la soledad y la culpa

La culpa

La reagrupación familiar

Referencias

8. Violencia en la familia

Berta Vall, Jaume Grané, Elena Lloberas, Josep A. Castillo-Garayoa, Judith Lorente-de-Sanz y Carles Pérez Testor

Contextualización y definiciones

Violencia en la pareja

Violencia filio-parental

Violencia entre hermanos

Conclusiones

Referencias

9. La familia separada: coparentalidad

Anna Vilaregut, Cristina Günther-Bel e Ignacio Bolaños

Referencias

10. Evaluación de la familia desde la mirada psicoanalítica

Cristina Nofuentes y Carles Pérez Testor

Psicopatología de la familia

Técnica del diagnóstico

Formulación clínica del caso

Marco de trabajo

Referencias

11. Alianza terapéutica en intervención familiar

Clara Mateu, Lourdes Artigas, Anna Vilaregut y Sonia Torras

Referencias

12. Evaluación, diagnóstico relacional e intervención sistémica en la familia

Ana M.ª Gil, Anna Vilaregut Puigdesens y Meritxell Campreciós

Fase I. Contacto inicial y exploración

Fase II. Diagnóstico relacional y devolución

Fase III. Desarrollo del proceso terapéutico

Fase IV. Evaluación de los logros o cambio terapéutico y cierre

Referencias

13. Intervenciones psicoanalíticas en la familia

Carles Pérez Testor, Cristina Nofuentes, Maria Rosa Coca y Eva de Quadras

La intervención en la unidad asistencial de pareja y familia

La ampliación del equipo terapéutico en la psicoterapia psicoanalítica de pareja

Referencias

14. Familias hipermodernas: todo pasa y todo queda

Anna Pagés Santacana

Referencias

Autores

Editores

CARLES PÉREZ TESTOR

Doctor en Medicina y Cirugía por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especialista en Psiquiatría, psicoterapeuta de pareja y familia de la Fundació Vidal i Barraquer (FVB) y supervisor docente (FEAP y FEATF). Catedrático emérito de la Universitat Ramon Llull (URL) en la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte (FPCEE) Blanquerna-URL. Investigador del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

ANNA VILAREGUT PUIGDESENS

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Profesora Titular de la FPCEE Blanquerna-URL. Coordinadora de los estudios de máster Universitarios de la FPCEE Blanquerna-URL. Miembro del equipo de coordinación y docente del Máster en Terapia Familiar de la URL. Psicoterapeuta familiar y de pareja, y supervisora docente (FEATF y FEAP). Vicepresidenta de la Sociedad Catalana de Terapia Familiar. Vocal de la Junta General de la FEAP. Investigadora Principal del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

Autores

EULÀLIA ARIAS-PUJOL

Doctora en Psicología por la Universitat de Barcelona. Psicóloga especialista en psicología clínica. Profesora de la FPCEE Blanquerna-URL. Coordinadora del título de Experto Universitario en Psicología Perinatal y Salud Materno-Infantil de la FPCEE Blanquerna-URL. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

LOURDES ARTIGAS MIRALLES

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicóloga General Sanitaria (URL). Psicoterapeuta familiar y de pareja (FEATF). Profesora Asociada de la FPCEE Blanquerna-URL. Miembro del equipo de coordinación y docente del Máster en Terapia Familiar de la URL. Miembro del equipo de coordinación del Máster en Terapia Familiar (URL). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

BERTA AZNAR-MARTÍNEZ

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Graduada en Educación Primaria y Psicología (URL). Coordinadora del doble grado en Educación y Psicología y profesora en los grados de Educación y el Máster en Psicología General Sanitaria y el Máster de Terapia Familiar de la FPCEE Blanquerna-URL. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL) y del PSITIC.

IGNACIO BOLAÑOS

Doctor en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona. Profesor del Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica (UCM).

MERITXELL CAMPRECIÓS ORRIOLS

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicóloga General Sanitaria (URL). Terapeuta familiar (FEATF). Profesora Asociada de la FPCEE Blanquerna-URL y docente del Máster en Terapia Familiar (URL). Miembro del equipo de coordinación del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria (URL). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

JOSEP A. CASTILLO-GARAYOA

Doctor en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicólogo especialista en Psicología Clínica. Profesor Titular de la FPCEE Blanquerna-URL. Psicólogo clínico de l’Associació in via. Investigador del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

MARIA ROSA COCA

Licenciada en Psicología por la Universitat de Barcelona. Psicóloga especialista en Psicología Clínica (MEC). Psicóloga especialista en Psicoterapia (EFPA). Profesora del Máster de Terapia Familiar (URL). Psicoterapeuta de la Unitat de Psicoteràpia d’Adults de Sant Pere Claver, Fundació Sanitaria.

ANA MARÍA GIL IBÁÑEZ

Licenciada en Psicología. Psicóloga Clínica. Máster en Terapia Familiar. Psicoterapeuta familiar y de pareja (FEATF y FEAP). Profesora Asociada de la FPCEE Blanquerna-URL. Supervisora docente del Máster de Terapia Familiar de la URL. Tesorera de la Sociedad Catalana de Terapia Familiar. Vocal de la Junta General de la FEAP.

MARTA GOMÀ

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicoterapeuta EuroPsy y psicoanalista en formación IPB. Coordinadora del título de Experto Universitario de Psicología Perinatal y Salud Materno-Infantil de la FPCEE Blanquerna-URL. Responsable de investigación y docencia de Bruc Salut. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

JAUME GRANÉ MORCILLO

Doctorando FI en Psicología en la Universitat Ramon Llull. Premio extraordinario del grado en Psicología 2019 (URL). Psicólogo General Sanitario (URL). Ayudante de investigación (GRPF y WWP-EN). Cursa el Máster en Terapia Relacional Sistémica.

CRISTINA GÜNTHER-BEL

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicoterapeuta familiar y de pareja acreditada por la FEATF. Profesora Asociada en la FPCEE-Blanquerna (URL). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

JUDITH LORENTE-DE-SANZ

Doctoranda en Psicología en la Universitat Ramon Llull. Máster en Psicología General Sanitaria (URL). Máster en Psicoterapia Psicoanalítica (URL). Psicoterapeuta en el Centre Mèdic Psicològic (FVB). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

ANTÒNIA LLAIRÓ

Psicóloga Clínica. Psicoterapeuta (FEAP) y psicoanalista SEP-IPA. Investigadora del GRPF. Docente del Título de Experto Universitario de Psicología Perinatal y Salud Materno-Infantil FPCEE Blanquerna-URL. Directora clínica de Bruc Salut.

ELENA LLOBERAS LÓPEZ

Doctoranda en Psicología en la Universitat Ramon Llull y  gestora de proyectos en el Grup de Recerca de Parella i Família (URL). Posgraduada en Psicopatología Clínica por la Universitat de Barcelona. Máster en Psicopatología Clínica (FVB-URL). Máster en Psicoterapia Psicoanalítica (FVB-URL). Psicóloga psicoterapeuta en la Unitat de Psicoterapia Psicoanalítica d’Adults (UPPA) de la Fundació Sanitària Sant Pere Claver y en el Centre Emili Mira.

CLARA MATEU MARTÍNEZ

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicóloga General Sanitaria (URL). Psicoterapeuta familiar y de pareja (FEATF). Profesora Asociada de la FPCEE Blanquerna-URL. Profesora del Máster de Terapia Familiar (URL). Miembro del equipo de coordinación del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria (URL). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

CRISTINA NOFUENTES

Licenciada en Medicina por la Universitat de Barcelona. Trabaja en la Fundació Vidal i Barraquer como psiquiatra y psicoterapeuta individual y de pareja y familia, tanto en la asistencia pública como privada. Es profesora del Máster en Terapia Familiar (URL). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

ANNA PAGÉS SANTACANA

Doctora en Educación. Profesora Titular de la FPCEE-Blanquerna-URL. Miembro del Grup de Recerca en Pedagogia, Societat i Innovació amb el Suport de les Tecnologies de la Informació i la Comunicació (PSITIC).

JULIETA PIASTRO BEHAR

Historiadora por la Universidad Nacional Autónoma de México y doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Profesora Titular de Pensamiento Contemporáneo en la FPCEE Blanquerna-URL. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

TERESA PRETEL

Doctora en Psicología. Profesora de la FPCEE Blanquerna-URL. Miembro del grupo de investigación COMSAL (URL).

EVA DE QUADRAS AYUSO

Licenciada en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en Psicodiagnóstico por la Universitat Pompeu Fabra y Máster en Psicoterapia Psicoanalítica por la FVB (URL). Posgrado en Grupos. Escenoterapeuta. Terapeuta de pareja y familia. Docente en el Máster de Terapia Familiar (URL). Terapeuta psicoanalítica individual, de parejas, familias y UNADOM en la FVB.

MARIONA ROCA SANTOS

Doctora en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicóloga General Sanitaria (URL). Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

SONIA TORRAS

Licenciada en Psicología por la Universitat Ramon Llull. Psicóloga General Sanitaria (URL). Psicoterapeuta individual, familiar y de pareja. Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

BERTA VALL CASTELLÓ

Doctora en Psicología. Profesora de la FPCEE-Blanquerna. Coordinadora de la Cátedra de Violencia de Género de la Universitat Ramon Llull. Coordinadora de investigación y desarrollo en la Red Europea del Trabajo con Agresores de Violencia de Género (WWP-EN). Investigadora del Grup de Recerca de Parella i Família (URL).

Agradecimientos

Los editores de este libro queremos expresar nuestro agradecimiento a los autores que han participado en él. Gracias por su trabajo y compromiso.

A Herder Editorial, por confiar en nuestro proyecto y su disposición a que el libro forme parte de su prestigioso catálogo.

A Victor Cabré, por el prefacio y la revisión de todos los capítulos. Su experiencia en el ámbito de la edición ha sido de gran ayuda.

A Juan Luis Linares, maestro y amigo, por aceptar escribir el prólogo que también la integra.

A la Facultat de Psicologia, Ciències de l’Educació i l’Esport Blanquerna, institución fundadora de la Universitat Ramon Llull de Barcelona, por haber estimulado la publicación de este libro, dirigido a estudiantes de grado, máster y doctorado interesados en el ámbito de la familia, y a los profesionales que busquen una visión de conjunto respecto a los avances de los paradigmas psicoanalítico y sistémico en el abordaje de la familia.

De forma destacada, queremos agradecer la labor de nuestros maestros. Su trabajo y supervisión nos han permitido aprender y trabajar en este ámbito apasionante.

Un recuerdo muy especial a todos aquellos que nos han dejado, y que siguen muy presentes en nuestra memoria: Rodolfo de Bernart, Vittorio Cigoli (profesor invitado de la Universitat Ramon Llull), Mony Elkaïm, Eduardo Grinspon, Sonia Kleiman, Jean G. Lemaire, Salvador Minuchin (Doctor Honoris Causa por la Universitat Ramon Llull), Luigi Onnis, Janine Puget, Guillermo Salvador, Roberto Losso y Susana Vega.

Por último, a las parejas y familias que hemos atendido en nuestras consultas. Gracias a ellas este libro ha sido posible.

Prefacio

Victor Cabré

Doctor en Psicología

Especialista en Psicología Clínica y en Psicoterapia

Para los profesionales que trabajan en el campo de la salud mental, este era un libro necesario. Hacía falta reunir en un mismo texto las principales aportaciones sistémicas y psicoanalíticas en el trabajo con las familias, y la publicación de este trabajo, a cargo de Carles Pérez Testor y Anna Vilaregut Puigdesens, lo ha hecho posible.

Ellos mismos impulsaron, en el año 2016, el Máster de Terapia Familiar impartido por la Universitat Ramon Llull en Barcelona, coorganizado por la FPCEE Blanquerna, el IUSM Vidal i Barraquer y la Escuela de Terapia Familiar de Sant Pau, combinando de forma rigurosa ambas orientaciones teóricas en el proyecto de formación de nuevos terapeutas.

En este libro, además, han sabido reunir a diversos autores con unas condiciones óptimas de desempeño para exponer sus experiencias de forma clara, directa y honesta: son clínicos experimentados, docentes universitarios e investigadores con una notable producción científica. Así, en cada uno de los capítulos de teoría, técnica o investigación, los editores han sabido articular con coherencia un libro que actualiza la terapia familiar, ampliando sus límites con una propuesta valiente y novedosa. La terapia familiar. Una mirada psicoanalítica y sistémica nos propone un verdadero diálogo que suma esfuerzos por comprender y tratar el sufrimiento familiar, incorporando las aportaciones de la investigación desde ambas perspectivas y la experiencia clínica acumulada hasta nuestros días. En palabras de Anna Maria Nicolò, «un diálogo entre lo intrapsíquico y lo interpersonal» (Nicolò, 2019).

Es en el seno de la familia donde tienen lugar los primeros aprendizajes del individuo y donde se forjan los primeros modos predominantes de aprendizaje del niño. El modelo que Meltzer y Harris (1989) desarrollaron durante la década de 1960 vincula la dinámica del desarrollo mental del sujeto a la comunidad de la que forma parte: a sus escuelas, lugares de trabajo, entorno cultural, económico y social. A partir de un modelo multidimensional de la vida mental, estos autores se proponían explorar hasta qué punto el comportamiento y las relaciones entre los miembros de la familia —que surgen de la cultura familiar— proporcionan las formas específicas de soporte emocional que necesitan los niños y los jóvenes para llegar a ser «personas educables» a lo largo de su trayectoria vital. De esta forma, el individuo adquiere del sistema familiar las sucesivas maneras de experimentar y aprender la realidad. También Jorge Thomas (1989) propone una idea de familia como «marco de crecimiento emocional» en el que su función básica es proveer de «las necesidades físicas, emocionales y sociales que comportan el crecimiento». Su incidencia, por tanto, tendrá enorme repercusión ya no solo a nivel educativo o sanitario, sino en todos los ámbitos que prefiguran el desarrollo humano. Otro reconocido terapeuta familiar, Guillermo Salvador, lo expresa con estas bellas palabras: «La familia, con su funcionamiento, configura una experiencia grupal básica con la que el ser humano encuentra una opción para afrontar los dos grandes retos de la existencia: sobrevivir y crecer» (Salvador, 2009).

Considero que trabajar terapéuticamente con familias es una de las tareas más difíciles que existen.

La psicoterapia individual encierra una gran complejidad: a la comprensión de los síntomas o de las conductas que configuran una demanda debemos añadir la dificultad de intentar comprender qué motivaciones, conscientes o inconscientes, son resultado o en qué medida responden a particulares estrategias defensivas.

En el caso de una familia, este entramado individual se ve multiplicado por el número de individuos que la integran. Como ocurre en los tratamientos grupales, cada uno de los miembros encierra, dentro de sí mismo, una particular idiosincrasia que combina ansiedades, defensas y conductas que responden a distintos niveles de constructos tanto cognitivos como emocionales, tanto conscientes como inconscientes. Al igual que ocurre en los grupos, este entramado individual interactúa con el de los otros componentes, incorporando el vector relacional como una variable que modifica estructuralmente las estrictamente individuales. De esta forma, tanto las ansiedades como las defensas y, por supuesto, las conductas de cada individuo se verán profundamente transformadas al entrar en relación con los otros miembros del grupo, ya sean otros pacientes o los mismos terapeutas. Los fenómenos transferenciales, tanto horizontales como verticales, añadirán elementos de comprensión respecto de los estilos de relación de cada uno de los participantes y, al mismo tiempo, una trama relacional más amplia y compleja.

En el grupo familiar, además, estas relaciones entre los miembros están teñidas de afectos particulares que a menudo tienen ya un largo recorrido temporal. Entre los miembros que constituyen una pareja hay afectos de gran intensidad que pueden dar lugar a vinculaciones extremadamente establecidas e incluso a diferentes tipos de colusión. En las relaciones paternofiliales, las expectativas, temores y fantasías condicionan determinadas actitudes hacia el otro miembro de la familia que con frecuencia permanecen alejadas de la conciencia. En las relaciones fraternales puede estar presente la presión intergeneracional, al mismo tiempo que puede constituir el escenario idóneo para la representación de rivalidades y «cuentas pendientes». Así pues, a la dificultad de los tratamientos individuales y a la complejidad de los tratamientos grupales se suman aquí especificidades familiares que a menudo tienen que ver con contenidos implícitos e incluso «secretos de familia».

Por todo ello, cuando el terapeuta reúne en un mismo espacio y en un mismo tiempo a diversos miembros de un mismo grupo familiar, no asiste solamente a la exposición poliédrica de diferentes versiones de un mismo hecho o acontecimiento, sino a una verdadera representación in vivo de la trama familiar. Ante sus ojos la familia «vive» una porción de su tiempo, de su historia, de su intimidad y de sus interacciones, ofrecida generosamente para ser comprendida. De forma análoga se expresa Vittorio Cigoli:

Lo familiar necesita de una puesta en escena teatral, en la cual, más que la narración, cuenta el intercambio, el diálogo y la acción cumplida u omitida por los personajes. […] De hecho, frecuentemente somos nosotros los que necesitamos a los familiares; de este modo, conquistarlos y traerlos a escena forma parte del trabajo clínico. (Cigoli, 2012)

Guillermo Salvador también desarrolla esta idea de escenario, papel y representación que tiene lugar en el grupo familiar:

Frente a las adversidades, una de las formas que tiene el ser humano para poder sobrellevar y superar la dureza de los conflictos vitales es poder acceder a la capacidad simbólica. Entonces, el símbolo abre las puertas al pensamiento como función primigenia de la vida mental. (Salvador, 2009)

Una de las grandes virtudes de este libro es que amplía la mirada hacia la familia sin restarle ni un ápice de profundidad. Las orientaciones teóricas dialogan de forma creativa enriqueciéndose mutuamente, las modalidades técnicas se articulan alrededor de objetivos comunes y la experiencia clínica contribuye a armonizar el resultado. Además, se enfrenta al reto de actualizar un ámbito del conocimiento que está en permanente evolución.

Las nuevas realidades sociales suponen un gran número de nuevas configuraciones familiares: configuraciones más complejas que dan lugar a «nuevos» problemas, pero que también conllevan grandes beneficios y ofrecen «nuevas» soluciones. Junto con la pretendida estabilidad de modelos clásicos de familia, aparecen modelos en los que predomina la espontaneidad relacional; junto con el predominio de los vínculos de sangre, aparecen los vínculos promovidos por las más variadas elecciones afectivas; junto con la fragmentación producida por las rupturas, aparecen las reconstrucciones (familias reconstituidas); junto con las carencias de algunas figuras parentales esenciales, pueden aparecer figuras «alternativas» que pueden disponer de nuevos recursos, etcétera. Precisamente todo ello hace muy necesario el desarrollo de nuevos instrumentos y de nuevos objetivos de investigación que nos permitan comprender mejor y, si fuera necesario, intervenir.

La familia, en cuanto ente dinámico y cambiante, no puede ser observada desde la objetividad. No podemos acceder a la comprensión del grupo familiar desde las opiniones que nos merecen sus conductas, sino más bien a partir de la relación que establecen con nosotros y desde las emociones que nos transmiten. Lo más difícil para el profesional es encontrar desde dónde mira y cómo mira, y para ello necesita emplear un modelo. Un modelo como el que, generosamente, nos ofrecen los editores y los autores de este libro.

Referencias

CIGOLI, V. (2012). El árbol de la descendencia. Clínica de los cuerpos familiares. Barcelona: Herder.

MELTZER, D. y HARRIS, M. (1989). El paper educatiu de la família. Un model psicoanalític del procés d’aprenentatge. Barcelona: Espaxs [ed. cast.: El papel educativo de la familia, Bogotá, Arango Editores, 2019].

NICOLÒ, A.M. (2014). Psicoanálisis y familia. Barcelona: Herder.

SALVADOR, G. (2009). Familia. Experiencia grupal básica. Barcelona: Paidós.

THOMAS. J. (1995). Niveles de la organización mental. Madrid, EEPP.

Prólogo

Juan Luis Linares

Doctor en Medicina

Profesor, Universitat Autònoma de Barcelona

Cuenta la leyenda que, cuando Stanley y Livingston se encontraron a orillas del lago Tanganika un buen día de 1871, el primero pronunció su famosa frase: «¿El Sr. Livingston, supongo?». Este llevaba años perdido por el corazón de África buscando las fuentes del Nilo, y Stanley lo buscaba a él, aunque acabó contagiándose también de su pasión exploradora.

Las fuentes del Nilo eran sinónimo de misterio, de lo que hoy podríamos llamar complejidad: muchos las buscaron partiendo de las más diversas plataformas, enormemente distantes entre sí, sin que ninguna expedición descalificara a las otras por creerse en posesión de la verdad absoluta. Todas eran, conscientes de la dificultad de la empresa, capaces de hacer gala del elegante laconismo de Stanley.

Algo parecido ocurre con la infinita complejidad del psiquismo humano, que ha dado pie, y que sin duda continúa legitimando, a la proliferación de modelos psicoterapéuticos, de los que el psicoanalítico y el sistémico son dos ejemplos significativos. Por eso, cuando la Universitat Ramon Llull se ofreció a acoger nuestro Máster de Terapia Familiar Sistémica, reconvirtiéndolo en Máster de Terapia Familiar que reuniera la perspectiva psicoanalítica y la sistémica, yo celebré el encuentro, aunque se produjera a orillas del modesto río Llobregat y no del exótico lago Tanganika. Y emulé a Stanley dando la bienvenida al Sr. Livingston. No íbamos a descubrir las fuentes del Nilo, ya sobradamente exploradas, pero sí a hacer historia aventurándonos juntos, sistémicos y psicoanalistas, en los fascinantes y procelosos territorios de la familia humana.

Y así ha ocurrido.

Son muchas las cosas que la psicoterapia debe al modelo psicoanalítico, en cuanto pionero, y por eso se le puede perdonar a este que en algunos momentos haya pretendido situarse en un nivel lógico superior. Claro está, que se le perdona siempre y cuando no reincida en tamaño error epistemológico. Compartir un máster en pie de igualdad es la prueba de fuego de que esas viejas mañas están felizmente superadas.

De entre las grandes aportaciones que debemos al psicoanálisis, quizá la que merece ser citada en primer lugar sea la que constituye la piedra angular de la teoría psicoanalítica, nada menos que el complejo de Edipo. Hay que reconocer la maestría de Freud para, desde su vastísima cultura, encontrar en la obra de Sófocles la referencia literaria precisa para ilustrar la más sencilla, popular y trascendental modalidad de triangulación: «mata a su padre y se casa con su madre». Nosotros la llamamos «triangulación manipulatoria»y la situamos en las bases relacionales de los trastornos neuróticos, rindiendo homenaje desde aquí a la extraordinaria sagacidad del padre del psicoanálisis. No suscribimos su universalidad como tal triangulación, aunque sí, en tono menor, como una constelación edípica que tiñe gran parte de nuestras vivencias. Destacamos también otras modalidades de triangulación, igualmente importantes en el campo psicopatológico, como la «triangulación desconfirmadora»,puerta de entrada al universo psicótico, y la «triangulación equívoca», parte importante de las bases relacionales del universo límite.

El juego transferencia/contratransferencia constituye otra de las contribuciones importantes del psicoanálisis al acervo psicoterapéutico. Transferir es poner en un lugar algo que hay en otro. A los efectos que aquí nos interesan, significa depositar en una persona u objeto lo que en realidad corresponde al Yo o al self. En definitiva, para Freud, el paciente transfiere al terapeuta sus vivencias inconscientes, permitiéndole interpretarlas en términos terapéuticos. Pero, en justa correspondencia, la transferencia del paciente desencadena en el terapeuta un proceso similar, la contratransferencia, que este debe aprender a controlar para que, en vez de un obstáculo, sea una herramienta en el tratamiento.

Para Daurella (2018), en el psicoanálisis relacional «no se trata de encontrar la interpretación transferencial exacta sino de facilitar interacciones óptimas para el progreso terapéutico del paciente, en un encuentro de dos subjetividades, cocreativo y lo más genuino posible». Estaríamos aquí cerca de la filosofía sistémica posmoderna, en la que las hipótesis, más que «acertar» con la verdad, tratarían de crear contextos adecuados para la resolución de los problemas.

Elkaïm (2009) propone el concepto de «resonancia» aludiendo al fenómeno que se produce en los acoplamientos en los encuentros humanos, y ciertamente en aquellos entre terapeutas y pacientes, definidos por elementos semejantes, capaces de generar emociones significativas en los primeros.

En definitiva, cuestionada la objetividad en la epistemología sistémica desde bastante pronto («How real is real?»,Watzlawick), quedó libre el camino para una receptividad a ideas psicoanalíticas tan importantes como las de transferencia y contratransferencia.

Sin embargo, es necesario matizar. La historia de ambos modelos es diametralmente opuesta. El psicoanálisis nace, crece, se construye y se consolida de la mano de un único autor, Freud, cuya obra gigantesca y monolítica adquiere tintes bíblicos: frente a ella, la disidencia equivale a herejía. Y así ocurre, prácticamente, durante la vida del genio vienés. Luego, resulta lógico, la vinculación ortodoxa se va relajando, pero el camino está trazado para que la proliferación de escuelas se produzca como reacción y en referencia a la gran propuesta freudiana.

En contraste, la terapia familiar sistémica nace de la confluencia de aportaciones diversas. La más importante, quizá, la de Bateson y Jackson, representando el segundo la experiencia clínica de la cual el primero carecía por completo. ¿Pueden imaginarse roles más distintos que los de estos y Freud? Porque, además, en el núcleo central de la teoría que sistematizará Watzlawick, junto a los aportes de Bateson, especialmente la teoría del doble vínculo y la cismogénesis, figuran propuestas tan variopintas como la teoría general de sistemas de Von Bertalanffy, la cibernética de Wiener y la teoría de los juegos de Von Neumann. Y todo ello en el círculo de Palo Alto, gracias en gran parte al soporte de la Macy Foundation. Pero aún hay que sumar las contribuciones de otros pioneros como Bowen, Boszormenyi-Nagy, Framo, Whitaker y, muy especialmente, Minuchin, heredero intelectual de Ackerman y fundador de la escuela estructural.

Tan grandes son las diferencias que mientras el comunicacionalismo de Palo Alto se inspira en la esquizofrenia para sus propuestas teóricas (el doble vínculo le está claramente dedicado), el estructuralismo de la Costa Este lo hace en la familia multiproblemática. Ambas corrientes, junto con varias otras, mantendrán sus denominaciones distintas hasta que, ya en la década de 1980, confluyan bajo el denominador común de «sistémica», sobre todo gracias al empeño de Mara Selvini, otra pionera, europea en este caso.

El resultado de esta historia singular es que la terapia familiar sistémica no ha conocido prácticamente cismas ni heterodoxias, apenas algunas corrientes que, salvo contadísimas excepciones, continúan publicando en las mismas revistas, perteneciendo a las mismas sociedades científicas y asistiendo a los mismos congresos. Al contrario, la trayectoria del psicoanálisis es la de una permanente fragmentación en escuelas antagónicas que apenas se reconocen entre sí.

Pero no todo son luces en la permeabilidad de un modelo integrador, cual es la terapia familiar sistémica, para con otro conceptualmente blindado, como ha sido históricamente el psicoanálisis. Existen propuestas psicoanalíticas llenas de sentido que no han sido aceptadas nunca por la ideología sistémica. Por ejemplo, la «resistencia». La idea, de origen selviniano, de que «no existen familias resistentes sino terapeutas incompetentes» se convirtió en un lugar común en el universo sistémico, a pesar de que no solo contradice la más elemental lógica cibernética (la causalidad circu­lar no cancela a la lineal, sino que la supera dialécticamente, integrándola en un nivel superior de complejidad), sino que amenaza con culpabilizar injustamente a cualquier terapeuta en apuros. Llámesele o no resistencia, no hay duda de que las dificultades de las terapias, proporcionales a la gravedad de las patologías que afrontan, dependen de determinadas características estructurales o comunicacionales, disfuncionales, de las familias.

Y así tocamos otra de las zonas de penumbra del modelo sistémico, que tiene que ver con el diagnóstico. El hecho de que Bateson, carente de formación clínica, definiera el diagnóstico psicopatológico como «concepto dormitivo», la más severa descalificación de que era capaz, ha ejercido una enorme influencia en el desarrollo del modelo. Cabe imaginar que el psicoanálisis no se ha sentido cómodo con las rigideces de la psicopatología clásica, pero hay que reconocerle que ha sabido soslayar ese obstáculo, mostrándose más flexible que la terapia familiar en su rechazo frontal. Es una diferencia importante, no solo por la obvia inevitabilidad del diagnóstico, sino por los aspectos estratégicos inherentes al caso: rechazándolo no se puede ocupar un espacio reconocido en el campo de la salud mental.

No querría que los aires autocríticos que incorporan estas líneas pudieran ser malentendidos. No hay en ellas el menor atisbo de autodescalificación, ya que se formulan desde el orgullo de quien se mueve en un modelo llamado a influir poderosamente al conjunto de la psicoterapia.

Como ejemplo, baste recordar el método sistémico de supervisión directa, válido tanto para la formación como para la intervención terapéutica propiamente dicha, si se consigue el privilegio de trabajar en equipo. No existe mejor manera de enseñar la psicoterapia, como han ido reconociendo otros modelos, incluidas algunas escuelas de psicoanálisis, al incorporarla a sus programas. Y como rectificar es de sabios, quedan lejos para esas escuelas los tiempos en que se rechazaba la supervisión directa por «perversa» y «persecutoria», entre otras pintorescas argumentaciones.

Sin embargo, la cosa es bastante simple. Basta con una cámara Gesell, desde la que el equipo, y ciertamente el supervisor, siguen, a través de un espejo unidireccional, el desarrollo de la sesión, que a su vez es grabada. Además, este se reserva la posibilidad de intervenir, ya sea indicándole al terapeuta algunas directrices por el interfono, ya sea entrando personalmente en la sesión para comunicar un mensaje más complejo. En un contexto de formación, y a veces también en uno meramente clínico, esto se desarrolla en un esquema que incluye «presesión», «pausa» y «postsesión». Durante la presesión se prepara la sesión, partiendo de las hipótesis que a tal efecto se manejan. En la pausa se interrumpe brevemente la sesión para preparar la devolución conclusiva. Y en la postsesión se comparten con el conjunto del equipo las incidencias de la sesión y se comienza a preparar la próxima.

Es interesante saber que, con el mismo equipo y una sencilla instalación de «luz y sonido», se puede trabajar con «equipo reflexivo». Se trata de una ingeniosa técnica ideada por Andersen (1995) con la que, en determinados momentos de la sesión, se invierte el sentido de la observación y de la escucha a través del espejo unidireccional, siendo la familia la que asiste a la discusión «de su caso» por parte del equipo.

Releyendo lo escrito, me doy cuenta de que me ha salido un prólogo bastante de diálogo entre psicoanálisis y terapia familiar sistémica. Y bueno, no hay de qué arrepentirse. Al fin y al cabo, en nuestro máster se trata de eso precisamente. ¿El Sr. Livingston, supongo?

Referencias

ANDERSEN, T. (1995). Reflecting Processes: acts of informing and forming. You can borrow my eyes, but you must not take them away from me. En: S. Friedman (ed.), The reflecting team in action. Collaborative practice in family therapy. Nueva York: Guilford Press.

DAURELLA, N. (2018). El psicoanálisis en los últimos veinte años. II. La técnica. Aperturas Psicoanalíticas, 59(27), 1-21.

ELKAÏM, M. (2008). Si me amas, no me ames. Psicoterapia con enfoque sistémico. Barcelona: Gedisa.

WATZLAWICK, P. (2003). ¿Es real la realidad?Confusión, desinformación, comunicación. Barcelona: Herder.

Introducción

Carles Pérez Testor y Anna Vilaregut Puigdesens

El Grup de Recerca en Parella i Família (GRPF) se creó en el año 1998 por iniciativa de un grupo de profesores de la Facultat de Psicologia, Ciències de l’Educació i l’Esport Blanquerna de la Universitat Ramon Llull (FPCEE Blanquerna-URL) de Barcelona, derivado de una alianza estratégica entre el Grupo de Estudio e Investigación de la Familia (del cual formábamos parte desde 1993) y la Unidad de Pareja y Familia de la Fundació Vidal i Barraquer (FVB), y cuya titularidad exclusiva quedó establecida para laFPCEE Blanquerna-URL en el año 2020.

Uno de los principales objetivos del GRPF es dar a conocer los resultados de nuestras investigaciones a la comunidad científica y a la sociedad en general. Habitualmente comunicamos nuestros resultados y conclusiones en revistas científicas de nuestro ámbito, pero no siempre son asequibles a los psicoterapeutas, ya sea por la dificultad de acceder a la revista, por dificultades con el idioma (por lo general son publicados en inglés) o por otros motivos. En ese sentido, pensamos que un libro es una buena oportunidad para resumir nuestras líneas de investigación, fundamentales para poder impartir una docencia de calidad y trabajar con una técnica clínica eficiente.

En el año 2002, miembros del GRPF publicamos el libro La familia. Nuevas aportaciones. Los autores éramos profesores e investigadores, y la mayoría ejercíamos como terapeutas de pareja y familia interesados en transmitir nuestra manera de entender a la familia y de trabajar con ella. Y aunque proveníamos de paradigmas distintos, ente otros el psicoanálisis kleiniano y relacional, el modelo sistémico, el modelo cognitivo-conductual, el humanismo, el constructivismo y la pedagogía social, compartíamos un mismo objetivo: dar a conocer las nuevas aportaciones fruto de nuestras investigaciones y resumir lo que otros investigadores habían publicado hasta ese momento.

Veinte años después hemos decidido actualizar esas «nuevas aportaciones» por diversas razones. La primera, para brindar una herramienta necesaria a los estudiantes de último año del grado en Psicología que cursan asignaturas como Psicología Dinámica, Psicología Sistémica y Psicología y Familia. La segunda, porque nos dimos cuenta de que también sería una herramienta útil para los estudiantes del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria o el Máster de Terapia Familiar, que en sus universidades de origen no tuvieron la oportunidad de formarse en psicoanálisis o sistémica y llegan a la formación posgradual sin los conocimientos básicos necesarios. Por último, porque puede resultar de interés para profesionales en activo que quieran actualizar sus conocimientos.

Desde la publicación de La familia. Nuevas aportaciones, el GRPF ha crecido y se ha fortalecido. En 2009 nuestro grupo fue reconocido por la Generalitat de Catalunya como Grupo de Investigación Consolidado (2009-SGR-141), logrando la renovación del sello de grupo reconocido cada vez que se ha convocado: en 2014 (2014-SGR-953), 2017 (2017-SGR-876) y 2023 (2021-SGR-553).

El GRPF, integrado por cerca de cincuenta personas entre investigadores, colaboradores externos, investigadores en formación con becas predoctorales, investigadores con becas posdoctorales y doctorandos, ha desarrollado una fructífera capacidad de investigación con más de cincuenta tesis doctorales defendidas, veinte proyectos de tesis en proceso, así como decenas de artículos y libros publicados.

Nos hemos incorporado a distintas redes temáticas, como la de adopción, liderada por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid; la de divorcio, liderada por la Universidad de Deusto; la de jóvenes adultos, liderada por la Universidad de Múnich; y la de violencia familiar, liderada por nosotros mismos. Asimismo, formamos parte de la Red Europea de Institutos de la Familia (REDIF), de la Red Internacional de Institutos Universitarios de la Familia (REDIUF) y de la Strategic Alliance of Catholic Research Universities (SACRU).

Pero además de la investigación y de la clínica, nos ha interesado de forma prioritaria la docencia. En efecto, la reflexión e investigación de los casos clínicos ha generado en nosotros ese «querer entender qué puede ayudar a la pareja o a la familia». Y hemos querido transmitir esos hallazgos al futuro profesional. Clínica, investigación y docencia, como los tres soportes de nuestro conocimiento.

El Doctorado en Psicología de la FPCEE Blanquerna-URL ha sido nuestro principal marco de trabajo. En él se han forjado los principales miembros de nuestro actual grupo de investigación y muchos otros investigadores que están colaborando en otras universidades o que se han dedicado a la intervención clínica. Otro programa de formación en el que nuestro grupo participa es el Máster Universitario de Psicología General Sanitaria de la URL. Y como ya se ha comentado en el prefacio y el prólogo, en el curso 2016-2017 dimos inicio al Máster de Terapia Familiar, título propio de la URL, coorganizado desde entonces por la FPCEE Blanquerna, la Escuela de Terapia Familiar de Sant Pau, con una larga tradición de su Máster en Terapia Familiar Sistémica, y el IUSM Vidal i Barraquer, que impartía el Posgrado en Psicoanálisis de Pareja y Familia.

La suma de las tres instituciones ha permitido desarrollar un máster con unas características únicas. El estudiante se enfrenta al estudio y conocimiento de los modelos psicoanalítico y sistémico, junto a un módulo de terapia breve en resolución de problemas y un módulo del trabajo con familias, siguiendo otros modelos de intervención. Todo ello le permite realizar una síntesis integradora y muy personal, en la medida en que el estudiante profundiza tanto en la teoría como en la práctica.

El libro está estructurado en catorce capítulos, que el lector podrá leer de forma consecutiva o alterna. Pero antes de presentar una breve reseña de cada uno queremos hacer una mención especial a los doctores Victor Cabré y Juan Luis Linares, quienes nos han honrado con dos textos, uno psicoanalítico y el otro sistémico, que fungen aquí como prefacio y prólogo, respectivamente. Ambos han sido profesores universitarios y editores de sendas colecciones de libros, así como grandes psicoterapeutas, y su papel en la creación del Máster en Terapia Familiar ha sido determinante. Muchas gracias a los dos.

Así pues, el capítulo 1 describe la familia desde la mirada psicoanalítica, mientras que el capítulo 2 lo hace desde una mirada sistémica. Tras esta toma de contacto con el grupo familiar, el capítulo 3 se dedica al apego y la familia, mientras que el capítulo 4 trata sobre la perinatalidad. A estos sigue un grupo de capítulos dedicados a situaciones específicas: el capítulo 5 a la familia y género, el capítulo 6 a la familia que adopta, el capítulo 7 a la migración y la familia multicultural, el capítulo 8 a la violencia en la familia y el capítulo 9 a la familia separada y coparentalidad. La última parte del libro está conformada por el capítulo 10 dedicado a la evaluación de la familia desde el psicoanálisis, el capítulo 11 a la alianza terapéutica, el capítulo 12 a la evaluación, diagnóstico relacional e intervención desde el modelo sistémico, el capítulo 13 a la intervención desde el psicoanálisis; por último, el capítulo 14 presenta, como reflexión final, las familias hipermodernas.

Esperamos que este libro sea de utilidad para todos los clínicos, investigadores y docentes interesados en el grupo familiar.

1. La familia desde la mirada psicoanalítica

Carles Pérez Testor

Psicoanálisis de familia

Anna Maria Nicolò (2014) y David Scharff (2019) coinciden en citar «Análisis de la fobia de un niño de 5 años» (Freud, 1973), que describe el caso del pequeño Hans, como el primer texto en el que se reconoce la importancia del papel de la familia en la aparición de un síntoma como la fobia. Este trabajo le permitió a Freud formular otras aproximaciones a la familia del paciente, y a otros autores aproximarse a mirar al grupo familiar desde una perspectiva psicoanalítica.

En 1921, John Carl Flügel publicó «The Psycho-Analytic Study of the Family», donde describe las emociones primitivas en relación con la familia y cuestiona el análisis individual aplicado a varios miembros de ella (Flügel, 1972). Un punto de inflexión para la aceptación de las terapias de pareja y familia como una aplicación del psicoanálisis, sería el X Congreso Internacional de Psicoanálisis, celebrado en la ciudad suiza de Nyon en 1936, y cuyo tema central fue «La neurosis familiar y las familias neuróticas».

Podríamos destacar a muchos autores por sus trabajos con la familia, entre ellos a Nathan Ackerman o algunos de los miembros del Family Discussion Bureau, como Michael Balint, Enid Balint, Isabel Menzies Lyth, Kathleen Bannister o Lily Pincus.1

Pero de entre todos los autores que hemos destacado en los orígenes del psicoanálisis familiar, quizá el más importante es John Bowlby con «The study and reduction of group tensions in the family» (Bowlby, 1949). A propósito del caso de Henry, de 13 años, con dificultades académicas y de conducta, constantes enfrentamientos con la madre y la hermana menor, de 8 años (paciente que hoy diagnosticaríamos de «negativista desafiante», según el DSM-5), Bowlby muestra que la sintomatología clínica que se presenta en la persona de un niño no es el verdadero problema. Según el autor, lo que por regla general debemos resolver es la tensión entre todos los miembros de la familia. Por tanto, la orientación terapéutica no se ha de centrar solo en el niño, sino en la estructura familiar del niño. Bowlby trabajó durante dos años con Henry en una sesión semanal sin obtener resultados. Decidió entonces hacer una entrevista familiar a partir de la cual pudo obtener los resultados esperados del tratamiento.

Si citamos este trabajo es porque, para Paolo Bertrando y Dario Toffanetti, autores de la enciclopédica Historia de la terapia familiar: los personajes y las ideas (2004), fue precisamente en 1951, debido a un malentendido entre John Sutherland y John Bell a propósito del trabajo de John Bowlby, que Bell entendió que lo que este último llevaba a cabo eran tratamientos conjuntos de la familia; así, cuando regresó a Estados Unidos, comenzó a tratar familias. Desde entonces se considera a Bell como uno de los principales difusores de la terapia familiar en Estados Unidos (Bertrando y Toffanetti, 2004, p. 69). Toda revolución tiene su mito fundacional.

La pareja

En una publicación anterior ya hicimos una descripción de la comprensión e intervención psicoanalítica de la pareja (Pérez Testor, 2019). Diversos eran los aspectos que nos permitirían definir la calidad de la relación de pareja y la capacidad para ejercer funciones emocionales, pero seguramente podríamos reducirlo a dos ejes fundamentales: la conyugalidad y la parentalidad (Pérez Testor, 2008; Pérez Testor et al., 2014). En efecto, estos dos ejes, íntimamente relacionados, nos indican dos espacios claramente diferenciados. La conyugalidad implica la intimidad de la pareja. Es un eje centrípeto que acerca a los dos miembros a un mundo de sensaciones, emociones y afectos que los hace crecer como díada. La conyugalidad permite alcanzar lo que Mary Morgan llama «estado mental de pareja», un espacio compartido que permite contener ansiedades y facilita el desarrollo de la pareja (Morgan, 2018). Por su parte, la parentalidad es el eje que abre a la pareja hacia la vida, hacia la familia, y que provoca un cambio en la dirección. Un mundo de dos se abre a un mundo de tres.

La paternidad pide a las parejas redibujar los límites en sus relaciones con su entorno social y económico, con su conyugalidad como pareja, y con ellos mismos como individuos. Hay un cambio en el lugar del compromiso y la intimidad. La transición a la paternidad examina la capacidad de las parejas para manejar los límites (Clulow, 1996). La conyugalidad y la paternidad deben vivirse constantemente como un equilibrio dinámico en la relación con el otro, de acuerdo con las demandas cambiantes de la vida familiar.

La pareja que puede vivir los dos ejes de forma equilibrada, podrá mantener una buena relación de pareja y ejercer funciones educadoras con los hijos. Esta pareja es la que presenta las siguientes capacidades (Pérez Testor, 2019):

Capacidad de dar y recibir: es decir, hay un constante intercambio entre los dos.Capacidad para enfrentar los sentimientos de frustración y hostilidad: no pensamos que una pareja sana sea aquella que no vive momentos de frustración y hostilidad, sino que una buena calidad relacional pasa por ser capaz de vivir y transformar estos sentimientos.Capacidad de aceptar las diferencias individuales: en una pareja heterosexual las diferencias están siempre presentes, no solo biológicas y de género, sino también en las expectativas del otro y de uno mismo. La relación exige una capacidad para aceptar la diferencia y mejorar la comunicación para que ambos puedan acercarse y conocerse mejor.Cooperación: hace falta que los dos miembros de la pareja sientan que están en un proyecto común y puedan ayudarse mutuamente. La percepción de ser dos en una misma tarea ayuda a contener las ansiedades que las dificultades pueden producir. La tarea de ser y hacer de padres no es fácil, y el hecho de ser dos permite un trabajo de equipo.Creatividad: uno de los problemas que genera malestar a medio plazo en la pareja es la rutina, la repetición constante de las mismas cosas. Los rituales estereotipados y rígidos pueden acabar por deteriorar la relación. Ser creativos, tener la capacidad de hacer cosas nuevas, es importante para evitar la rutina. El ritual está al servicio de evitar la ansiedad buscando un seguro tranquilizador, pero en la vida de pareja hace falta asumir el riesgo de aquello que es nuevo y diferente.Capacidad de reparación: es decir, capacidad para resolver las tensiones y las disputas. No se trata de evitar la discusión sino de ser capaces de perdonar. Los momentos reparadores en la pareja pueden ser creativos, pueden ser espacios de unión y de superación.

Para nosotros, la pareja se transforma en familia en el momento en que integra la posibilidad de ser padres. En 1958, Donald Winnicott expresaba provocativamente que un niño solo no existe, refiriéndose a la fragilidad y a la necesidad que tenía el niño de una figura materna (Winnicott, 1979). El propio Winnicott decía que si uno se propone describir a un bebé, se encontrará con que está describiendo a alguna persona más. Un bebé no puede existir solo, es esencialmente parte de una relación (Winnicott, 1964). Para Stern, el paciente no es una persona sino una relación, aunque asimétrica, entre un bebé y sus padres (Stern, 1997). Y es en el marco de esta relación asimétrica en el que se organiza el espacio mental del niño.

Es necesario entender al bebé y al niño en su globalidad y por eso hay que incluir el grupo familiar que cuida (o no) de él. La familia puede ser el mejor lugar donde pueda desarrollarse un niño, pero, como veremos en el capítulo 10, también puede ser el peor.

Interacción y representaciones

Como ya hemos referido en otros lugares, el papel del mundo interno de los padres, su aparato mental, es decisivo a la hora de entender cómo se estructura el aparato mental del hijo (Pérez Testor, 1994; 1995). Para cada figura parental existe un hijo real y un hijo imaginado, así como cada padre tiene una función parental real y otra fantaseada. Yo tengo una imagen de mí mismo como padre que puede coincidir o diferir con mi imagen real de padre o con la que otros pueden tener de mi función de padre.

Las representaciones podrían ser un producto basado y construido a partir de la experiencia interactiva, más precisamente de la experiencia subjetiva de estar con otra persona. Esta experiencia interactiva puede ser real y vivida o virtual y fantaseada, pero siempre es interacción. El mundo de las representaciones abarca las experiencias parentales de las interacciones con el hijo, y además las fantasías, esperanzas, temores, angustias, recuerdos de la propia infancia o la imagen de los propios padres. El mismo Stern afirma que las representaciones no son objetos ni personas, ni imágenes o palabras, sino experiencias interactivas con alguna persona (Stern, 1997).

Aunque algunos autores afirman que la interacción comienza durante la gestación, como ya propusimos con Guillermo Salvador, la idea del bebé puede aparecer mucho antes, en el «espacio mental parental que da cabida a un tercero» (Pérez Testor y Salvador, 1995). Este espacio se transforma entonces en lo que llamábamos «espacio mental familiar», que permite a la pareja anticipar la idea del bebé y pensar en la posibilidad de tener un hijo. Es evidente que en muchas parejas este espacio no aparece hasta que saben que esperan a un bebé, o incluso puede no aparecer nunca, con las dificultades que esto puede causar a la pareja y su futuro hijo. También insinuábamos que si este espacio mental familiar aparece antes de la concepción, la pareja podrá asumir mejor las dificultades que supone la llegada de un bebé.

Primeros vínculos con el feto

La amenorrea de la futura madre, o los mareos y náuseas, es en muchas ocasiones el primer aviso para la pareja de que algo está cambiando. La primera afirmación será el test del embarazo y la confirmación vendrá dada por la visita al ginecólogo, las analíticas y las ecografías. A partir de ahí comienza la triangulación y las primeras fantasías.