LANIS. La hechicera pequeña roca - Graciela Kovacic - E-Book

LANIS. La hechicera pequeña roca E-Book

Graciela Kovacic

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Beschreibung

Juntas somos invencibles, Juntas somos fuerza. Juntas somos amor, amistad y ternura. Juntas somos luz, los cuatro elementos Y esa parte del universo, donde somos una. Juntas somos magia. Aquelarre de hermanas en el género. Colibríes anunciando nuevos amaneceres. Orugas, mariposas y orugas otra vez. Juntas somos magia.

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Kovacic, Graciela

Lanis, la hechicera pequeña roca / Graciela Kovacic. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

100 p. ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-87-1359-5

1. Novelas. I. Título.

CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: [email protected]

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

Dedicado a todos los que creen en la magia,

y para que aquellos que no creen,

comiencen a creer.

Juntas somos fuerza.

Juntas somos amor, amistad y ternura.

Juntas somos luz, los cuatro elementos

y esa parte del universo, donde somos una.

Juntas somos magia.

Aquelarre de hermanas en el género.

Colibríes anunciando nuevos amaneceres.

Orugas, mariposas y orugas otra vez.

Juntas somos magia.

Capítulo I

Parte I

Lanís1 nació hace muchos años en una pequeña aldea habitada por pocas familias.

La aldea estaba ubicada en el valle superior rodeado de montañas, en un país nórdico.

De la montaña que se veía al frente de su casa, brotaba desde su cima agua cristalina que se deslizaba por su ladera, convirtiéndose en cascada que alimentaba al lago verde esmeralda.

Entre el valle y el lago, se encontraba un hermoso bosque, lleno de frondosos abedules de cortezas plateadas. “El pozo del pueblo” lo habían nombrado los ancestros, porque con un corte en V en su corteza llenaban cuencos de agua para beber, y “Mágico árbol de luz” las sanadoras, porque con él, hacían las medicinas que utilizaban para curar casi todos los males.

Lanis de contextura chica y delgada, ojos verdes chispeantes, cabello largo ondeado y rojo como el fuego que peinaba en una sola trenza, desprolijamente dejaba caer mechones sobre su cara, dándole un aire travieso.

Había nacido en la Luna de las Noches Largas, durante la noche más larga del año, que simboliza el gran cambio.

Luna de las Noches Largas, Diosa que nos lleva hacia el próximo renacimiento de la naturaleza y la fertilidad: la primavera, en donde los campos volverán a florecer y todo habrá despertado finalmente de su letargo invernal.

Esa noche, en donde todo el pueblo dentro de sus casas inicia los rituales para el propio despertar, donde luz del día empieza a ganar un minuto más, y algo empieza a cambiar tanto por dentro como por fuera, esa noche, Myra empieza su trabajo de parto.

Eileen2, conocía los secretos de la procreación, del nacimiento, de las plantas. Famosa por su gran conexión con el mundo espiritual, sus consejos eran tan buscados, que venía gente de otras aldeas a consultarla.

Ella había desarrollado su oráculo a partir de la observación en la pradera, guiada por su percepción y su comunicación con la naturaleza. En esta comunión las profecías se le aparecían de manera instantánea.

El vuelo de las aves le traía las señales, le hablaban de los tiempos y de los momentos astrológicos en las que éstas sucederían.

En su libro mágico, que contenía el calendario basado en los movimientos celestes, Eileen registraba minuciosamente los nacimientos de los grandes personajes, situaciones conflictivas, de prosperidad, todas sus predicciones relacionadas con las festividades de la luna.

Algo muy especial sucedió en su última visión, la habían sobrevolado cisnes, mucha magia se avecina, pensó, y un escalofrío recorrió su cuerpo.

Y así fue como en esa Luna de Noches Largas, el oráculo la guió hasta una pequeña choza circular que se encontraba casi a la entrada del bosque. Una lluvia de meteoros fue su muda compañía.

Sus cabellos blancos sin atar sacudidos por el viento frío, sus ojos turquesa oscuros como la profundidad de las aguas del lago, entornados. De caminar lento y seguro apoyada en una rama de abedul que le asistía de bastón, llevaba en su mano izquierda una pequeña bolsa azul.

Ingresa a la humilde choza diciendo:

—El oráculo me envió, vine a ayudarte Myra3.

En el medio de la habitación una pequeña fogata proporcionaba calor, cobijo y luz.

Eileen saca de su bolsa unos pequeños adornos brillantes y los coloca junto a la ventana, y mientras quema un poco de canela repite:

—La luz volverá a brillar de nuevo, y todo será prosperidad y abundancia.

Va soplando el humo del exquisito incienso recorriendo la pequeña choza, ayudándose con su mano para difuminarlo, sigue repitiendo:

—La luz volverá a brillar de nuevo, y todo será prosperidad y abundancia.

Con inmensa ternura se acerca a la cabecera de la cama para acariciar los cabellos de su protegida.

Coloca un platito redondo con hierbas sobre la mesita. Se realiza un pequeño corte en el dedo para mojar la vela blanca, que previamente en su casa había frotado con fibras del árbol de luz. Mientras la enciende con una ramita de álamo tomando el fuego de la fogata, pronuncia tres veces en voz alta:

—Amada Luna, Abuela Luna, tu que eres mi faro en la más inmensa oscuridad, de esa luz de plata que todo lo integra, lleva luz y reconocimiento de amor a todos y cada uno de mis ancestros. Amada Luna, Diosa, trae a mí el conocimiento, rodéame de tu poderosa magia, guíame, protégenos, y acepta esta vela en ofrenda, símbolo de nuestro amor, y a través de ella, bríndame las respuestas.

Las contracciones cada vez más seguidas, están anunciando la proximidad del nuevo nacimiento.

En el momento exacto en que un rayo de luz de luna ingresa a través de la ventana, Lanis que asoma por primera vez a esta vida, es envuelta en una mantita y entregada a los brazos de su madre.

Eileen observa la llama de la vela que crece a lo alto y se azulea. Los espíritus que se encuentran cerca, los cuatro elementos y la Madre Luna le son propicios a esta nueva hechicera que acaba de nacer.

Se emociona con la imagen de Myra amamantado a su beba, sabiendo del gran destino que por ella espera. Graba esa imagen en su alma, y antes de despedirse dice:

—Myra, sería un gran honor ser la madrina y maestra de tu niña.

A lo que Myra responde:

—Se llamará Lanis, pequeña como el ave más tierna, fuerte como roca. Eileen, cumple con el ritual de su nacimiento por la mañana, y serás la madrina que la proteja, y la maestra que la guíe a su destino.

En las miradas de las dos mujeres queda sellado el pacto.

Las fuerzas de las energías planetarias y naturales le dan su magiak que se encuentra en perfecta armonía en nuestro planeta, es por esto que su ciencia es maravillosa, conocedora de la naturaleza de todas las cosas, piensa Myra.

Al amanecer, como cada vez que nace una niña, su madrina planta un álamo cerca del lago, y ata alrededor de su delgado tallo una cinta rosada. Ella deberá cuidar personalmente este árbol, hasta que su ahijada se vaya a casar.

Mientras realiza el ritual, emocionada y feliz recita en voz alta:

—Bruja o hechicera, la que con firmeza vino a la tierra a dejar su verdad. Aquella que mira la luna todas las noches con cierta nostalgia y durante el día espera su llegada.

Hechicera o bruja la que construye puentes y derriba con pasión todos los muros. La que no lastima, la que pone límites y a la que no se la lastima.

La que se mira en el espejo para aceptar sus errores, porque para eso vino, a evolucionar, y la vida es su escuela. 4

Porque para eso viniste Lanis, a reunirte con otras físicamente o en el recuerdo, en mágicos aquelarres que nos hermanan. Para esto viniste bebé, naciste para renacer en la luz.

1 Lanis: nombre femenino celta cuyo significado es: pequeña roca.

2 Eileen: nombre femenino de origen celta, cuyo significado es: bella como el sol.

3 Myra: nombre femenino de origen celta, cuyo significado es: mar, la que es amada, amable.

4 Basado en textos de Natalia Lewitan

Parte II

El mundo mágico de Eileen se rige por la rueda del tiempo. Ocho festividades fundamentales con rituales ancestrales se relacionan estrechamente con los cambios estacionales: solsticios, equinoccios, épocas de cosecha y siembra, de luz y oscuridad, de nacimiento y muerte.

Desde el nacimiento de su ahijada, todos los días recorre el bosque hasta la orilla del lago para cuidar el álamo, y según la conjunción de estrellas, recoge las hierbas, hojas, tallos, cortezas, raíces y todo lo necesario para preparar sus medicinas y pociones.

Fuente: http://www.celticgarden.de/wp-content/uploads/2014/01/wicca_jahreskreiskl.jpg

Es Imbolc, la fiesta de la Calendaria, donde se celebra el inminente regreso de la primavera.

Es el día de la Diosa Luminosa, la que más brilla, la guardiana del fuego del hogar y la que brinda la promesa de una nueva vida y de nuevos comienzos.

Eileen en un nuevo ritual abre los caminos desde las oscuras profundidades del alma, para curar los dolores con la medicina del Sol.

Cultiva aquello que desea, mientras espera la llegada del equinoccio de primavera, el inicio de un nuevo ciclo.

Recorre los pozos sagrados, caminando a su alrededor pide por salud, dejando su ofrenda de monedas. Se lleva un poco de esa agua para bendecir.

Entonces prepara la tierra con dedicación detrás de su choza.

Dejará su ofrenda diariamente esperando la primavera de siembre de sus propias hierbas medicinales, cuyo primer riego lo hará con el agua del pozo sagrado.

Durante esta noche de Imbolc pide protección para los hogares de toda la tribu, la cosecha y el ganado.

Todavía hace frío, en la fogata de la purificación empieza su jornada de adivinación.

Concentrada en las llamas que comienzan a danzar y que al cobrar vida dibujan imágenes que sólo ella puede interpretar, ve el pasado de Myra.

Siempre fue hermosa, sus cabellos rojos como las llamas de ese fuego, muy largo y suelto lo llevaba decorado con agujas en forma de moños. Delicadamente tenía maquillados sus labios y mejillas enrojecidos con el jugo de bayas, y se había puesto un poco de color en los párpados también. Su piel muy blanca. En su rostro se destacan sus ojos verdes claros.

Estaba vestida con una túnica larga, sujeta con un cinturón y sobre ella un manto de piel de ovejas sostenido sobre sus hombros por dos cadenas ornamentales de hierro. Llevaba broches, brazaletes de oro y pulseras en los tobillos.

Sin dudas, por sus ropas y sus joyas, pertenecía a la nobleza en la tribu de la que escapó al quedar embarazada. Sólo los dioses saben que peligros pendían sobre su cabeza.

En nuestras tribus las madres son consideradas diosas protectoras, su bravura es legendaria.

Myra que hoy ayuda en el pastoreo, y en los sembrados de cereales, vive como mujer libre. Realiza las tareas del hogar, y participa activamente en la educación y formación en armas de las guerreras.

Sigue conservando su belleza como antaño, y algún aire de nobleza en su caminar.

Ahora viste con túnicas hechas con lanas o hilos de colores rojizos, amarillos y azules. Sólo se ornamenta con el pequeño talismán que siempre cuelga de su cuello.

La profecía cobra nuevas dimensiones, ya no se trata sólo de esta tribu, el destino de Lanis está ligado también a los orígenes de su madre.

Parte III5

En el equinoccio de primavera, Lanis tiene tres meses.

Durante la fiesta de Ostara, los rituales son diurnos. Es una celebración de mucha alegría, marca el fin del invierno, de la época oscura, todo renace a la luz. Despierta la Diosa de su descanso y cubre la tierra con su fertilidad.