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Autor extramadamente prolijo, tene más de 200 fábulas atribuidas.
En este volumen te presentamos:
*El hombre al que mordió un perro
*El hombre y el león de oro
*El hombre y el león viajeros
*El hombre y el sátiro
*El hombre y la estatua
*El hombre y la hormiga
*El homicida
*El jardinero y el perro
*El jardinero y las hortalizas
*El joven pastor anunciando al lobo
*El joven y el escorpión
*El labrador y el águila
*El labrador y el árbol
*El labrador y la cigüena
*El labrador y la fortuna
*El labrador y la serpiente
*El labrador y la víbora
*El labrador y las grullas
*El labrador y los perros
*El labrador y sus hijos
*El ladrón y su madre
*El león apresado por el labrador
*El león enamorado de la hija del labrador
*El león y el asno
*El león y el asno presuntuoso
*El león y el boyero
*El león y el ciervo
*El león y el delfín
*El león y el jabalí
*El león y el mosquito luchador
*El león y el ratón
*El león y el toro
*El león y la liebre
*El león y los tres bueyes
*El león, la zorra y el asno
*El león, la zorra y el ciervo
*El león, la zorra y el lobo
*El león, la zorra y el ratón
*El león, Prometeo y el elefante
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Seitenzahl: 21
Veröffentlichungsjahr: 2015
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El hombre al que mordió un perro
Un perro mordió a un hombre, y éste corría por todos lados buscando quien le curara.
Un vecino le dijo que mojara un pedazo de pan con la sangre de su herida y se lo arrojase al perro que lo mordió. Pero el hombre herido respondió:
- ¡Si así premiara al perro, todos los perros del pueblo vendrían a morderme!
El hombre y el león de oro
Un avaro que también era de ánimo apocado encontró un león de oro, y púsose a decir:
-¿Qué hacer en este trance? El espanto paraliza mi razón; el ansia de riqueza por un lado y el miedo por otro me desgarran. Qué azar o qué dios ha hecho un león de oro? Lo que me sucede llena mi alma de turbación; quiero el oro, y temo la obra hecha con oro; el deseo me empuja a cogerlo, y mi natural a dejarlo. ¡Oh fortuna que ofrece y que no permite tomar! ¡Oh tesoro que no da placer! ¡Oh favor de un dios que es un suplicio! ¿Qué haré para que venga a mis manos? Volveré con mis esclavos para coger el león con esta tropa de amigos, mientras yo miro desde lejos.
El hombre y el león viajeros
En cierta ocasión viajaban juntos un hombre y un león. Iban disputando que quién era más, cuando al pie del camino encontraron una estela de piedra que representaba a un hombre estrangulando a un león.
- Ahí ves cómo somos más fuertes que vosotros dijo el hombre enseñándosela al león.
- Si los leones supieran esculpir - respondió el león con una sonrisa-, verías a muchos más hombres entre las garras del león.
El hombre y el sátiro
Dícese que en otro tiempo un hombre concertó un pacto de amistad con un sátiro. Llegó el invierno y con él el frío; el hombre arrimaba las manos a la boca y soplaba en ellas. Preguntóle el sátiro por qué lo hacía. Repuso que se calentaba la mano a causa del frío.
Sirviéronse luego de comer y los alimentos estaban muy calientes, y el hombre, cogiéndolos a trocitos, los acercaba a la boca y soplaba en ellos. Preguntóle otra vez el sátiro por qué lo hacia. Contestó que enfriaba la comida porque estaba muy caliente.
-¡Pues escucha-exclamó el sátiro, renuncio a tu amistad porque lo mismo soplas con la boca lo que está frío que lo que está caliente!
El hombre y la estatua
Un pobre tenía una estatuita de un dios, al que suplicaba que le diera la fortuna; pero como su miseria no hacía más que aumentar, se enojó y, cogiendo al dios por un pie, le golpeó contra la pared.
Rompióse la cabeza del dios, desparramando monedas de oro. El hombre las recogió y exclamó: