0,99 €
En esta obra de 1800, Kant muestra a la lógica como estudio del entendimiento. El entendimiento se define como «el principio o facultad para concebir las reglas en general». Esto quiere decir que el entendimiento tiene y concibe él mismo reglas, se define por tal capacidad y además, el entendimiento es posible gracias a la existencia de estas reglas o leyes que finalmente posibilitan el pensar.
Es decir, las leyes del entendimiento proceden del entendimiento mismo y es esto lo que lo define. En segundo término, tales reglas posibilitan el pensar, que es la capacidad de subsumir, someter bajo estas leyes del entendimiento, las representaciones sensibles.
Es la posibilidad de que representaciones que son particulares, sean entendidas bajo nociones o leyes que son más generales y que son «puestas» por el entendimiento.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Veröffentlichungsjahr: 2021
Immanuel Kant
LÓGICA
Traducido por Carola Tognetti
ISBN 979-12-5971-019-2
Greenbooks editore
Edición digital
Enero 2021
www.greenbooks-editore.com
LÓGICA
Lógica
Introducción
- I -Todo en la naturaleza animada, como en la inanimada, se rige por reglas, aunque estas reglas no son siempre de nosotros conocidas; así es que en virtud de leyes fijas y determinadas cae la lluvia, se mueven los animales, etc. El Universo entero no es propiamente más que un vasto conjunto de fenómenos sujetos a determinadas reglas; de suerte que nada, absolutamente nada existe sin su fundamento. Por consecuencia de esto, no existen, hablando con propiedad, verdaderas irregularidades; cuando nosotros creemos encontrarlas no es sino que las leyes que rigen los fenómenos que observamos nos son desconocidas. [6]
El ejercicio de nuestras facultades se verifica conforme a leyes, a las que desde luego nos ajustamos sin tener conciencia de ello, hasta el punto de que venimos insensiblemente en conocimiento de las mismas por hechos de experiencia y por el continuo uso de las propias facultades. Nosotros mismos concluimos por acomodarnos tan fácilmente a estas leyes, que después nos cuesta gran trabajo el considerarlas de una manera abstracta.
Ejemplo de esto tenemos en la gramática general, que es una forma del lenguaje en general. Se habla también sin conocimiento de ninguna regla gramatical, y el que habla de este modo sigue sin embargo una gramática, y habla conforme a reglas, mas no tiene conciencia de nada de esto.
Todas nuestras facultades, en particular el entendimiento, están sometidas en su ejercicio a leyes que podemos investigar. Hay más; el entendimiento debe considerarse como el principio y la facultad para concebir las reglas en general. Así como la sensibilidad es la facultad de intuición, así el entendimiento es la facultad de pensar; es decir, la facultad de someter a leyes las representaciones sensibles. El entendimiento tiende a la investigación de las reglas y se encuentra [7] feliz con haberlas hallado. Se trata, pues, de saber, ya que el entendimiento es el principio de las reglas, conforme a qué reglas procede él mismo.
No hay, en efecto, duda alguna de que nosotros no podemos pensar o hacer uso de nuestro entendimiento, más que siguiendo ciertas reglas. Mas ¿podemos nosotros concebir estas reglas en sí mismas, es decir, sin su aplicación o en abstracto? ¿Qué son, pues, estas reglas? Todas las reglas, según las que obra el entendimiento, o son necesarias o contingentes. Las primeras son aquellas sin las cuales ninguna función del mismo sería posible; las segundas aquellas sin las que no podrían tener lugar ciertas y determinadas funciones. Las reglas contingentes, que se refieren a un objeto determinado de conocimiento, son tan numerosas como los mismos objetos. Así es, por ejemplo, que hay
un ejercicio intelectual propio para las matemáticas, otro para la metafísica, otro para la moral, etc. Las reglas de este empleo particular del entendimiento en las ciencias expresadas, son contingentes, puesto que es contingente que yo piense en tal o cual objeto a que se refieren estas reglas particulares.
Más si hacemos abstracción de todo conocimiento [8] que solo pueda adquirirse con motivo del objeto y reflexionamos solamente acerca del empleo del entendimiento en general, hallamos estas reglas absolutamente necesarias bajo todos sus aspectos y sin ninguna relación propia de los objetos particulares del pensamiento, puesto que sin ellas no existiría éste. Estas reglas; se pueden, pues, considerar a priori, es decir, independientemente de toda experiencia, puesto que, contienen simplemente, sin distinción de objeto, las condiciones del empleo del entendimiento de una manera general, ya sea aquel puro, ya sea experimental. De dónde se sigue al propio tiempo, que las reglas generales y necesarias del pensamiento no pueden referirse más que a la forma, y en manera alguna a la materia o contenido. La ciencia de estas reglas necesarias y universales, es, pues, simplemente, la ciencia de la forma de nuestro conocimiento intelectual o del pensamiento. Nos podemos formar una idea de la posibilidad de una ciencia tal, de la misma manera que nos formamos la idea de una gramática general que contiene más que la simple forma del lenguaje en general, y no las palabras que constituyen la materia de los diversos; idiomas.
Esta ciencia de las leyes necesarias del entendimiento [9] y de la razón en general, o lo que es lo mismo, de la simple forma del pensamiento en general, es lo que nosotros llamamos lógica.
Como ciencia que se ocupa del pensamiento en general, independientemente de los objetos que constituyen la materia, la lógica puede ser considerada:
1. ºComo el fundamento de todas las otras ciencias y la propedéutica de toda función intelectual. Mas por esto mismo no se ocupa nunca de objetos en manera alguna.2. º Como no pudiendo servir de órgano para las ciencias.Nosotros entendemos por órgano la indicación del modo en virtud del cual se puede adquirir un determinado conocimiento, lo que exige desde luego una noción del objeto del conocimiento para establecer después ciertas reglas. La simple lógica no es, pues, un órgano de las ciencias, puesto que como órgano supone el conocimiento exacto de las ciencias, del objeto de ellas y de sus fuentes. Así es, por ejemplo, que las matemáticas son un órgano muy señalado como ciencia que contiene la razón de la adquisición del conocimiento referente a cierta aplicación racional. La lógica por el contrario, en su calidad de [10] propedéutica, de toda función intelectual y racional en general, no puede formar parte de otras ciencias, ni anticipar nada sobre la materia o contenido de ellas; ella no es más que el arte universal de la razón (Canónica Epicuri) de poner de acuerdo los conocimientos en general con la forma del entendimiento, y no merece por tanto el nombre de órgano, más que en tanto que sirve, no para entender, sino simplemente para criticar y rectificar nuestro conocimiento.
3. º Como ciencia de las leyes necesarias del pensamiento, sin las que no es posible aplicación alguna del entendimiento y de la razón; leyes que son, por consiguiente, las solas condiciones bajo las cuales el entendimiento puede y debe ponerse de acuerdo consigo mismo -leyes y condiciones de su legítimo empleo -la lógica es una regla. Y como regla del entendimiento y la razón, no puede dar nada de otra ciencia ni de la experiencia, no debe contener más que las leyes puras, a priori, que son necesarias y constituyen la división del entendimiento en general.A la verdad, hay lógicos que suponen en la lógica principios psicológicos; mas es tan absurdo el introducir tales principios, como derivar [11] la moral de la conducta de la vida. Si tomamos estos principios de la psicología, es decir, si nosotros los sacamos de la observación de nuestro entendimiento, veríamos con esta únicamente de qué manera se manifiesta el pensamiento, de qué modo se produce, cómo está sujeto a diferentes obstáculos y a diversas condiciones subjetivas; lo que nos conducirá a leyes simplemente contingentes. En la lógica no se trata de leyes contingentes, sino de leyes necesarias; no se trata, pues, de saber cómo pensamos, sino cómo debemos pensar. Las reglas de la lógica no deben tomarse, por consiguiente, del entendimiento aplicado de un modo contingente, sino que deben sacarse de su aplicación hecha de un modo necesario, aplicación que se halla en sí misma sin necesidad de la psicología. No se pide en lógica cómo se conduce el entendimiento, cómo piensa, cómo ha pensado hasta aquí, sino simplemente cómo ha debido pensar. La lógica debe, pues, darnos a conocer el empleo legítimo del entendimiento o su acuerdo consigo mismo.
Después de las consideraciones que acabamos de hacer acerca de la lógica, difícilmente se pueden deducir las otras propiedades esenciales de esta ciencia a saber: [12]
4. º Que ésta es una ciencia racional, no simplemente en cuanto a su forma, sino en cuanto a su fondo o contenido, pues que sus reglas no están tomadas de la experiencia y tiene también por objeto la razón misma. La lógica es, pues, el conocimiento propio (Selbsterkenntniss) del conocimiento y de la razón sin mirar al objeto posible o real de estas facultades, sino solamente, en cuanto se refiere a la forma. En lógica yo no puedo pedir qué es lo que conoce el entendimiento, cuántas cosas conoce, o hasta dónde alcanza este conocimiento: esto sería, en tal caso, un verdadero conocimiento de sí mismo por lo que se refiere a la aplicación esencial del entendimiento, lo que constituye parte de la metafísica.No hay más que una cuestión en lógica, a saber: ¿Cómo se conoce el entendimiento de sí mismo?
Por último, como ciencia racional en cuanto al fondo y a la forma, la lógica es además: 5.ºUna doctrina o teoría demostrada, porque se ocupa no del empleo ordinario y como
tal propiamente empírico del entendimiento y la razón, sino de las leyes necesarias y generales del pensamiento; descansa sobre principios a priori de donde, todas sus reglas pueden [13] ser deducidas como aquellas reglas a las cuales debe acomodarse todo conocimiento de la razón.
De donde la lógica debe ser considerada como una ciencia a priori o como una doctrina como una ley de las funciones del entendimiento y de la razón. Ella difiere esencialmente
de la estética, que como simple crítica del gusto, no tiene nada de ley, sino simplemente una regla (modelo o patrón del empleo solamente de la critica), regla que consiste en el concierto universal. La estética es, pues, la ciencia de las reglas del concierto de las cosas con las leyes de la sensibilidad. La lógica, por el contrario, tiene por objeto las reglas del concierto del conocimiento con las leyes del entendimiento y la razón. La primera no tiene más; que principios empíricos, y no puede, por tanto, constituir una ciencia o una doctrina, si se entiende por doctrina una instrucción dogmática por principios a priori, en la que se llega a conocer todo por el entendimiento sin datos ulteriores tomados de la experiencia; y que nos da reglas cuya aplicación produce la perfección de ser.
Se ha intentado, particularmente por los oradores y poetas razonar sobre el gusto; mas nunca [14] se ha podido pronunciar un juicio definitivo sobre este punto.
El filósofo Baumgartem, en Francfort, formó el plan de una estética como ciencia, pero Home ha llamado con más propiedad crítica a la estética, puesto que esta no suministra ninguna regla a priori que determine el juicio en una medida suficiente, como lo hace la lógica, sino que por el contrario, establece sus reglas a posteriori y hace más generales, por la comparación solamente, las leyes, según las cuales, nosotros reconocemos lo peor y lo mejor (lo bello).
La lógica es, pues, algo más que una simple crítica; es una regla que vive asociada de la crítica, es decir, del principio para juzgar todas las funciones intelectuales en general, mas solamente en la que mira a la legitimidad de estas funciones en cuanto a la mera forma, pues que ella no es un órgano como no lo es la gramática general.
Como propedéutica de toda función intelectual, la lógica universal difiere también de la lógica trascendental, en la que el objeto mismo se representa como el objeto uno del entendimiento; la lógica universal, por el contrario, se refiere a todos los objetos. [15]
Si entre tanto, nosotros queremos abrazar de un solo golpe de vista todos los caracteres esenciales que corresponden a la extensa determinación procedente de la noción de la lógica, haremos una idea de ello diciendo:
La lógica es una ciencia racional, no solo en cuanto a la mera forma, sino también en cuanto al fondo; una ciencia a priori de las leyes necesarias del pensamiento, no por lo que se refiere a los objetos particulares, sino por lo que respecto a todos los objetos en general. - La lógica es, por consiguiente, la ciencia de la aplicación legítima del entendimiento y la razón en general; ciencia no subjetiva, es decir, no formada en vista de principios empíricos (psicológicos) sino ciencia objetiva, esto es, ciencia formada por principios a priori determinando la materia del pensamiento que debe ocupar al entendimiento.
- II -Divisiones principales de la lógica. -Exposición. -Utilidad de esta ciencia.- Bosquejo de su historia
1.º
La lógica se divide en analítica y dialéctica. La analítica pone de manifiesto por la descomposición [16] todas las operaciones intelectuales que tienen lugar en el pensamiento en general; es, pues, una analítica de la forma del entendimiento y la razón. Se llama también con justo título, lógica de la verdad, puesto que contiene las reglas necesarias de toda verdad (formal) sin las que nuestro conocimiento no es verdadero, considerado en sí mismo, independientemente de los objetos.
A este título todavía, ella no es otra cosa que una regla para el juicio crítico de la legitimidad formal de nuestro conocimiento.
Si se quisiese hacer servir esta doctrina puramente teórica y general como arte práctico, es decir, si se empleara como órgano, vendría a ser en este caso una dialéctica, una lógica de la apariencia (ars sofística, disputatoria), lógica que resulta del simple abuso de la analítica. Este abuso consiste en volver solamente la forma lógica para simular un conocimiento verdadero en el que siempre los elementos (Merkmale) deben estar tomados de conformidad con los objetos por razón del contenido.
La dialéctica se estudió en otro tiempo con gran diligencia. Este arte asentaba engañosamente falsos principios bajo la apariencia de verdad, y buscaba como consecuencia de estos principios, [17] el afirmar ciertas cosas, según esta misma apariencia. En tiempo de los griegos los dialécticos eran abogados y retóricos que conducían al pueblo como querían, porque el pueblo se dejaba extraviar por la apariencia. La dialéctica ha sido, pues, por mucho tiempo el arte de la apariencia; por mucho tiempo también ha sido enseriada en lógica este arte de la apariencia bajo el nombre de arte de disputar. Durante este tiempo la lógica y la filosofía, no consistía más que en formar ciertos charlatanes para cohonestarlo todo con la suerte.
Mas nada puede haber más indigno de un filósofo que el estudio de semejante ciencia. La dialéctica así entendida, debe caer absolutamente en desuso, y debe ser reemplazada en la lógica por una crítica de esta apariencia.
Tenemos, pues, dos partes en la lógica: la analítica que expone los criterios formales de la verdad, y la dialéctica que abraza los signos y reglas según los cuales podemos saber si una cosa conforma o no con los criterios formales de la verdad, no obstante la apariencia en contrario. En este sentido, pues, la dialéctica tendrá, todavía una gran utilidad como cathártica del entendimiento. [18]
2.º
Se divide también de ordinario la lógica, en natural o popular y artificial o científica (lógica naturalis, lógica scholastica, seu artificialis).
Mas esta división no es exacta, porque la lógica natural o la lógica de la razón pura (sensus communis) no es lógica, hablando con propiedad; es una ciencia antropológica que
no encierra más que principios empíricos, puesto que se ocupa de las reglas del empleo natural del entendimiento y de la razón, reglas que solo se conocen de un modo concreto, sin haber por consecuencia en ella un conocimiento abstracto. La lógica artificial o científica merece solamente el nombre de lógica, como ciencia de las reglas generales y necesarias del pensamiento, reglas que pueden y deben ser adquiridas a priori independientemente del empleo natural y concreto del entendimiento y la razón, aunque no pueden hallarse más que por la observación de este empleo. [19]
3.º
Hay todavía otra división de la lógica en teórica y práctica. Mas esta división es igualmente ilegítima.
La lógica universal, que como simple regla hace abstracción de todos los objetos, no puede tener ninguna parte práctica. Esto sería una contradicción en el adjetivo, puesto que una lógica práctica supone el conocimiento de objetos a los cuales sa aplica. Podemos, pues, llamar toda ciencia una lógica práctica, porque en toda ciencia debemos tener una forma del pensamiento. La lógica universal, considerada como práctica, no puede pues, ser otra cosa, que la técnica de la ciencia en general, un órgano del método escolástico.
Esta división, dará pues a la lógica, una parte dogmática y una parte técnica. La primera podría llamarse ciencia de los principios (Elementarlehre); la segunda, metodología. La parte práctica o técnica de la lógica, será un arte lógico, por lo que se refiero al orden y a la expresión lógicamente técnica y a la distinción; arte que serviría al entendimiento para facilitar su propia acción. [20]
Mas en las dos partes (técnica y dogmática) no se debería prestar la menor atención, ya al objeto, ya al sujeto del pensamiento. Bajo este último aspecto, la lógica podría dividirse:
4.º
En lógica pura y lógica aplicada.
Mas en la lógica pura consideramos el entendimiento, abstracción hecha de las otras facultades intelectuales, no atendida mas que a lo que él hace por sí solo. La lógica aplicada, considera por el contrario, el entendimiento, en tanto que este se entrelaza con las demás facultades del alma, las que influyen sobre sus acciones y la marcan una dirección mixta u oblicua, de tal suerte, que no obra más que según las leyes que reconoce como reguladoras. La lógica aplicada no debería, pues, llamarse propiamente lógica. Es una psicología en la cual consideramos cómo se produce de ordinario el pensamiento, y no cómo debe producirse. En fin, ella enseña aun lo que es necesario hacer para emplear legítimamente nuestra inteligencia, entre los obstáculos y limitaciones subjetivas de toda clase que se oponen a su libre ejercicio. [21]
Nosotros podemos igualmente aprender de ella lo que favorezca el legítimo empleo del entendimiento, los medios que se pueden usar para salvarla del error o sustraerla de él. Mas esto no es una propedéutica, porque la psicología que debe suministrarlo todo a la lógica
aplicada, es una parte de las ciencias filosóficas, a las cuales la misma lógica debe servir de propedéutica.
Se dice, en verdad, que la técnica o la manera de organizar una ciencia, debe exponerse en la lógica aplicada; más esta es inútil y aun dañosa, porque en tal caso se empieza a edificar sin tener materiales; se da la forma, pero falta la, materia. La técnica debe ser expuesta en cada ciencia.
5.º
En fin, por lo que se refiere a la división de la lógica, en lógica del entendimiento común, (sentido común) y lógica del entendimiento especulativo, notamos que esta ciencia no puede dividirse de este modo.
No puede ser una ciencia del entendimiento especulativo, porque como lógica del conocimiento especulativo o del empleo de la razón especulativa, sería órgano de otras ciencias, y no [22] una simple propedéutica, que debe entrar en toda aplicación del entendimiento y de la razón.
La lógica, no puede ser por más tiempo un producto del sentido común; el sentido común, es la facultad de percibir las reglas del conocimiento de un modo concreto (en aplicación), mientras que la lógica debe ser la ciencia de las reglas del conocimiento en abstracto.
Se puedo, sin embargo, tomar la razón humana en general como objeto de la lógica, en tanto que haga abstracción de las reglas particulares si de la razón especulativa, y se distingue por el hecho de la lógica del entendimiento especulativo.
6.º
En cuanto a la exposición de la lógica puede ser escolástica y popular.
Es escolástica, si es conforme al deseo de saber, a la capacidad y a la cultura de los que quieren tratar el conocimiento de las reglas lógicas como una ciencia.
Es popular, por el contrario, si se presta a las capacidades y necesidades de los que no estudian la lógica como ciencia, sino que únicamente quieren servirse de ella para mostrar el entendimiento. [23] En la exposición escolástica, las reglas deben ser presentadas eu su universalidad o en abstracto; al contrario, en la exposición popular deben ser expuestas en particular o en conacto. La exposición escolástica es el fundamento, o mejor, la condición de la exposición popular: porque solo puede exponer cualquier cosa de una manera popular, aquel que también podría exponerla de una manera más fundamental.
Por lo demás, nosotros distinguimos aquí 1a exposición del método. El método es la manera de entender como un determinado objeto a cuyo conocimiento aquella se aplica, puede ser perfectamente conocida. El método debe sacarse do la ciencia misma; mas como orden necesario y determinado del pensamiento, no puede cambiar. La palabra exposición
significa solamente la manera de comunicar los pensamientos y de hacer una doctrina inteligible.
7.º
Con todo lo que hasta aquí llevamos dicho sobre la naturaleza y fin de la lógica, se puede desde luego apreciar el valor de esta ciencia y [24] la utilidad de su estudio, conforme a una unidad de medida legítima y determinada.
La lógica no es, pues, el arte general de probar la verdad, ni un órgano de la verdad; esto es, no es una ciencia algebraica con cuya ayuda puedan descubrirse las verdades ocultas.
Mas esta ciencia es útil, indispensable aun como crítica del conocimiento; es decir, para el juicio crítico del sentido común y de la razón especulativa, no para mostrar las funciones del uno y de la otra, sino para hacerlos correctos y ponerlos de acuerdo consigo mismo, porque el principio lógico de la verdad es el acuerdo del entendimiento con sus propias; leyes generales.
8.º
En cuanto a la historia de la lógica, nosotros únicamente diremos:
Que la lógica moderna deriva de la analítica de Aristóteles. Este filósofo, puede, pues, ser considerado como el padre de la lógica. Él la presenta como un órgano, y la divide en analítica y dialéctica. Su modo de enseñar es muy escolástico, y tiende al desenvolvimiento de las nociones más generales que sirven de fundamento [25] a la lógica. Hay en esto poca utilidad, puesto que casi todo allí degenera en pura sutileza. La mayor ventaja que de ella se puede sacar, es aprender la denominación de los diferentes actos del entendimiento.
Además, la lógica, después de Aristóteles, no ha adelantado mucho en cuanto al fondo.
No puede adelantar mucho bajo este punto de vista, pero sí puede ganar mucho en exactitud, precisión y claridad. Hay muy pocas ciencias que pueden llegar a un estado constante y fijo. De este número son la lógica y la metafísica. Aristóteles no había olvidado ninguna operación del entendimiento; en esta solamente somos nosotros más exactos, más precisos y más metódicos.
Se creyó, a la verdad, que el órgano de Lambert mejoraría mucho la lógica; pero él no contiene más que divisiones útiles, las que, como todas las sutilezas permitidas agudizan el ingenio sin ser de ninguna utilidad esencial.
Entre los filósofos modernos no hay más que dos que hayan puesto en boga la lógica universal: Leibniz y Wolff.
Malebranche y Locke no han considerado la lógica propiamente dicha, puesto que no se han [26] ocupado más que de la materia del conocimiento y del origen de las ideas.
La lógica universal de Wolff es la mejor de las conocidas hasta ahora. Algunos, como Reusch, la colocan al lado de la de Aristóteles.
Baumgarten ha hecho un gran beneficio a la ciencia, reduciendo la lógica de Wolff y Meyer, comentando a Baumgarten.
En el número de los lógicos modernos debe también ser contado Crusius, mas este no ha reflexionado bastante acerca de la verdadera naturaleza de la lógica, pues que su ciencia contiene principios metafísicos y traspasa de este modo los límites de la lógica. Además establece un criterio de verdad, como único, y deja para el hecho un libre curso a toda suerte de extravagancias.
En nuestros días no hay lógicos célebres. Nosotros no nos cuidamos de ningún nuevo descubrimiento en lógica, puesto que esta ciencia no contiene más que la forma del pensamiento. [27]
- III -Divisiones de la filosofía en general. -Filosofía considerada según la idea de escuela, y la idea que de ella se ha formado en el mundo. -Condición esencial para filosofar y fin que debemos proponernos al filosofar. -Problemas más elevados y más generales de esta ciencia
1.º
Algunas veces es difícil mostrar en qué consiste el objeto de una ciencia.
Sin embargo, la ciencia gana en precisión con la determinación rigurosa de su idea.
Agrégase a esto, que con tal determinación se previenen muchas faltas que son inevitables cuando no se ha hecho la verdadera distinción entre esta ciencia y las que más semejanza guardan con ella.
Antes, pues, de esforzarse en dar la definición de la filosofía, debemos examinar los caracteres de los diferentes conocimientos en sí mismos, y como los conocimientos filosóficos forman parte de los conocimientos racionales, explicar especialmente en qué consisten estos últimos. [28]