Los papeles de Míguela - Jairo Anibal Niño - E-Book

Los papeles de Míguela E-Book

Jairo Aníbal Niño

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Beschreibung

Una joven estudiante de medicina de último año conoce en su clínica de práctica a una pequeña encantadora de nombre Miguela, quien la sorprende con su genialidad y visión poética del mundo. En la clínica empiezan a aparecer extrañas figuras de origami (se especula que fueron hechas por el fantasma de un paciente japonés), pero no, son los mensajes de amor y alegría de Miguela. Cada figura esconde un breve relato o reflexión sobre la sencillez y belleza de la vida.

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Niño, Jairo Aníbal, 1941-2010

Los papeles de Miguela / Jairo Aníbal Niño ; ilustraciones Daniel Piqueras Fisk. -- Segunda edición editor Julián Acosta Riveros. -- Bogotá : Panamericana Editorial, 2020.

76 páginas : ilustraciones ; 21 cm. -- (Literatura juvenil)

ISBN 978-958-30-6047-2

1. Cuentos juveniles colombianos 2. Fantasía - Cuentos juve-niles 3. Niñas - Cuentos juveniles 4. Imaginación - Cuentos juveni-les I. Piqueras Fisk, Daniel, 1972- , ilustrador.

II. Acosta Riveros, Julián, editor III. Tít. IV. Serie.

Co863.6 cd 22 ed.

A1658201

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

Jairo Aníbal Niño

Ilustraciones de Daniel Piqueras Fisk

Segunda edición, marzo de 2020

Primera edición, Carlos Valencia Editores, 1993

Primera edición en Panamericana Editorial Ltda., abril de 1997

Autor: Jairo Aníbal Niño

© Irene del Carmen Morales de Niño

© Panamericana Editorial Ltda.

Calle 12 No. 34-30. Tel.: (57 601) 3649000

www.panamericanaeditorial.com

Tienda virtual: www.panamericana.com.co

Bogotá D. C., Colombia

Editor

Panamericana Editorial Ltda.

Editor

Julian Acosta Riveros

Ilustraciones

Daniel Piqueras Fisk

Diagramación

Juanita Giraldo Polanco

Diseño de carátula

Once Creativo

ISBN DIGITAL 978-958-30-6601-6

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso del Editor.

A Alejandra Niño Morales y al convencimiento que tiene de que la medicina es otra de las formas que asume la poesía.

Contenido

Papel 1

Las palomas25

Papel 2

Las raíces26

Papel 3

El sol27

Papel 4

Los alimentos28

Papel 5

Las flores de papel y de trapo29

Papel 6

La danza30

Papel 7

El ıramillete31

Papel 8

Para evitar el hambre32

Papel 9

El dolor33

Papel 10

Atletismo34

Papel 11

El granito de arena35

Papel 12

La infección de la tristeza36

Papel 13

Celeste37

Papel 14

Los duros trabajos38

Papel 15

El corazón39

Papel 16

La vigilancia40

Papel 17

Canción de cuna41

Papel 18

La camisa42

Papel 19

Los nidos44

Papel 20

La piedra y el dinosaurio45

Papel 21

La lucha46

Papel 22

Informe meteorológico47

Papel 23

Maternidad48

Papel 24

El ratón y el gato49

Papel 25

Las hadas50

Papel 26

No los castigues51

Papel 27

El pajarito52

Papel 28

¿Por qué?53

Papel 29

La casa54

Papel 30

Alta costura55

Papel 31

El limón56

Papel 32

La soledad58

Papel 33

Cantor59

Papel 34

El beso60

Papel 35

Los buenos negocios61

Papel 36

La dicha62

Papel 37

El mar y los peces64

Papel 38

El pelo66

Papel 39

Parque Nacional67

Papel 40

Los anillos68

Papel 41

Dices que has visto volar un monstruo69

Papel 42

No te quejes tanto70

Estaba para concluir mi primer año de estudio en la Facultad de Medicina cuando conocí a Miguela. Aquel día mi ánimo tenía las alas quebrantadas porque no me había ido bien en un examen de anatomía.

Caía una lluvia torrencial que ocupaba la mitad del hospi-tal. La otra mitad estaba iluminada por un sol resplandeciente como si la lluvia se hubiera detenido frente a la puerta de la luz sin atreverse a entrar.

En circunstancias diferentes, ese fenómeno tan especial me hubiera asombrado con igual intensidad a la experimentada por un niño que corriera difícilmente escalera abajo, desembocara en un patio y, apoyándose en sus muletas, colocara su mano ora en el agua ora en el sol.

Con el fin de alejar mi disgusto, había decidido hacer un recorrido sin rumbo fijo por la enorme edificación. Trepé len-tamente por una escalera que me conducía a la segunda plan-ta. Según decían, el hospital lo habían construido en 1920, con

Jairo Aníbal Niño

unos planos que un arquitecto había enviado desde Francia. Pero se presentó una confusión con otros que estaban destina-dos a la ciudad africana de Port Said. Por esa razón, el edificio tenía unos cielos rasos muy altos y unas columnas