Magia Blanca - Janice Wicka - E-Book

Magia Blanca E-Book

Janice Wicka

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Beschreibung

Janice Wicka, con su natural lucidez y alegría, nos presenta una Magia Blanca llena de luz y optimismo, con rituales de amor y de riqueza, pero también con sabios consejos para esta Nueva Era en donde muchos de los prejuicios del pasado se van superando, "y la humanidad está despertando y avanzando a pesar de los pesares." La Magia Blanca es luz y poder de la sacrosanta madre naturaleza, simple, sencilla y llena de posibilidades, porque partimos del maravilloso milagro de ser y estar aquí y ahora en este hermoso planeta, con todo al alcance de la mano por más que nos compliquemos la existencia a nosotros mismos. Janice no niega las tradiciones ni los rituales, es más, en este libro nos los enseña, pero a la vez nos pide que elevemos cada día nuestra conciencia hasta que comprendamos que todos y cada uno de nosotros somos magia pura.

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© Plutón Ediciones X, s. l., 2022

Diseño de cubierta y maquetación: Saul Rojas

Edita: Plutón Ediciones X, s. l.,

E-mail: [email protected]

http://www.plutonediciones.com

Impreso en España / Printed in Spain

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

I.S.B.N: 978-84-19087-64-5

Para mis nietas,

Niobe y Juno,

porque son pura magia

luminosa y blanca.

Prólogo: La luz que guía sin deslumbrar

Para mí siempre es un placer leer a Janice Wicka, por fresca, por positiva, por sincera, siempre alegre y motivada, siempre buscando lo mejor de la vida y las personas; bruja blanca entre las brujas blancas, siempre dispuesta a encontrar la mejor solución para cualquier problema.

Amiga de la luz que guía sin deslumbrar, en el presente libro nos abre las puertas de la magia blanca de la forma más sencilla y directa posible, con el afán de contagiar a sus lectores de la magia que hay en el universo, la naturaleza y todos y cada uno de nosotros, pues para ella no existe un solo ser que no tenga dones mágicos y, por lo tanto, su propia luz interna.

Hay gente que tiene mucha suerte en esta vida, quizá porque se portó muy bien en la anterior, porque es una especie de ángel en la presente o porque tendrá que enfrentar cruentas batallas en la futura y los ángeles le están dando un respiro; no se sabe, pero el caso es que aquí y ahora su vida está llena de paz, amor, armonía, riqueza y salud.

Pero nunca hay que dar todo por servido ni echar las campanas al vuelo, porque tanto el orgullo como la soberbia, así como el sin sentido vital y la depresión pueden aparecer de la nada y amargar la dulce existencia, trocándola por amargura.

Hay países enteros donde abundan la felicidad, la riqueza y la salud, y sin embargo sus pobladores son tristes y solitarios, engreídos por sus conocimientos y sus lecturas, por la música que escuchan y por el poder adquisitivo del que gozan. A menudo pierden las ganas de vivir, tanto porque no tienen ningún reto que superar como por tenerlo todo, pues esto no evita ni la enfermedad ni el morir.

Sí, hay gente, como Gilgamesh, a la que le da mucha rabia ser mortal y que busca todas las formas de ser trascendente, con el temor constante de perder su identidad y todos los bienes materiales con que han sido bendecidos.

Pueden hacer yoga y comer sano para alejar un poco a la vejez, pero la vejez llega con sus achaques y debilidades por más que la alejemos, para finalmente desaparecer del mapa y que todo quede en nada.

Cambiar de cuerpo con la metempsicosis no es suficiente, porque todo cuerpo muere.

Clonarse no asegura conservar la conciencia.

Instalar el cerebro en un cuerpo joven crea conflictos de memoria genética, y nadie asegura que ese cuerpo joven no enferme de pronto, o sufra un accidente, y muera.

Por otra parte, hay gente que sufre mucho y de diversas maneras, que tiene mala suerte y que lleva una vida que para nada le interesa. Enfermedades, desnutrición, pobreza, angustia, desesperación e incomprensión del mundo que les rodea.

Esta gente, curiosamente, no tiene las tasas de suicidio que tiene la gente bien estante, y eso que a menudo grita y asegura que se quiere morir, porque cada día se le hace más difícil que el anterior.

Hay pueblos enteros que viven en la pobreza, o en la miseria, que no le ven el más mínimo sentido a esto de la existencia, y que sin embargo, y a pesar de los pesares, lucha todos los días para salir adelante. Unos emigran, otros van a la guerra, otros más se venden por unas cuantas monedas para poder mal comer, con muy pocos momentos de alegría y estabilidad, y muchos momento de tristeza.

En medio queda la amplia clase media, que no tiene de todo, pero se las ingenia para que así lo parezca. Sin grandes recursos, pero con una estabilidad blanda y consumista, que reduce su tiempo de vida y de posibilidades a veinte años de estudios, cuarenta de trabajo y veinte de jubilación para morir finalmente sin haber conseguido ni uno solo de sus sueños, pero que ha cumplido con la gente y con el sistema que le rodea, siempre fiel, siempre obediente, siempre dependiente de un sueldo, de una familia o de una pareja.

Miedo para los ricos.

Tristeza para los pobres.

Y molicie o dejadez para la clase media.

La fama, la fortuna y la gloria están reservadas para las élites y sus círculos desde hace miles de años. Son para las élites y sus vástagos, y a ella no puede aspirar el resto, o pueden hacerlo como hacen los que esperan el premio millonario de la lotería: que de suceder, a veces sucede, pero es muy raro.

Vivimos en un mundo poco o nada igualitario, con diferentes clases y diferentes entornos, con accesos muy limitados para las clases de en medio o de abajo, y de pronto aparece Janice Wicka para darnos un mensaje mágico de ánimo: todos y cada uno de nosotros somos magos y brujas dotados con la luz divina, trascendentes, especiales y únicos, que es de lo que se trata su magia blanca, la de guiar y abrir los ojos sin deslumbrarse.

A mí su lectura me ha animado varios días, con un nuevo aspecto positivo en la vida con el que he visto hasta a mis ángeles mejor y de distinta manera, así que espero y deseo que usted también consiga un poco de la luz que Janice Wicka siempre nos brinda.

Sin duda alguna, Janice Wicka es una luz que guía sin deslumbrar.

Rubén Zamora

Introducción: ¿Qué es la magia blanca?

La primera palabra mágica

para alejar de ti todos los males,

es luz, luz tibia, clara y transparente.

¡Que la luz sea con todos nosotros!

J.W.

Que todo el mundo y, por qué no, el universo o el multiverso entero, sea bienvenido a este humilde libro de magia blanca, escrito por una bruja que a menudo se pone de todos los colores, que al fin y al cabo son el prisma del blanco y de la magia blanca.

Como diría Gustavo Adolfo Bécquer:

¿Qué es la magia blanca?,

me preguntas

mientras mira mi pupila

a tu pupila azul,

¿qué es magia blanca?,

¡Magia blanca eres tú!

Sí, tú, yo, nosotros, ustedes, ellos, todos.

Nacer es un milagro de magia blanca y pura.

Vivir es un milagro de magia blanca experimental.

Incluso morir y pasar a otro estadio más lisonjero de la existencia trascendental es pura magia blanca evolutiva.

Todo es magia blanca, todo.

Las flores son magia blanca, como veremos en algunos rituales más adelante.

Las hierbas son magia blanca divina.

Los hermanos animales, mascotas o no, grandes o microscópicos, son magia blanca de conocimiento.

Las piedras y los metales son magia blanca vibrante y solidificadora.

Todo lo que vemos, oímos, sentimos, olemos o saboreamos es magia blanca que alimenta cuerpo, mente y alma.

Lo que no vemos y solo percibimos a través de la experiencia, de la fe, de la emoción, es magia blanca.

Que estés aquí y ahora leyendo estas letras es pura magia blanca.

La joven escritura, inventada hace solo seis mil años, es una potente magia blanca inspirada por las musas y los númenes.

Tu presencia, en este momento, es la mayor magia blanca del universo entero.

Ver, respirar, despertar, hacer, no hacer, crecer, viajar, permanecer, amar e incluso sufrir forman parte de la vida y la existencia, son magia blanca que ha sido preparada para ti y solo para ti desde el principio de los tiempos.

El futuro que nos espera, y el que podemos construir en grupo o individualmente, es elevada magia blanca.

La gente que está a tu alrededor es magia blanca, aunque algunas veces la veas un tanto percudida.

Los pasos y experiencias a los que te enfrentas a diario durante tu presencia en este planeta son pura magia blanca.

Tanto esfuerzo en la creación y construcción de la Tierra, el cielo y las estrellas desde hace miles de millones de años, es una potente magia blanca, diseñada para ti y solo para ti.

No hay nada en este multiverso que no sea magia blanca, incluso las ciencias, los descubrimientos, la tecnología y las matemáticas. ¡Qué maravilloso ingenio la magia blanca de la mente humana!

Una partícula subatómica es increíble magia blanca, lo mismo que un agujero negro masivo o una supernova.

Cuando hablas, tu voz crea realidades, infundes valor o llenas un alma de gozo, por lo que tu voz, tus palabras y tus pensamientos también son magia blanca constante, continua, creadora, magnífica, suntuosa.

Tus ademanes, tus gestos, tus sueños, magia blanca en movimiento.

Lo cercano y lo lejano, lo conocido, lo desconocido y lo por conocer es magia blanca de aprendizaje.

Tú eres un ser mágico con toda la potencia del universo.

Arriba, abajo, a los lados, a través del tiempo y el espacio, la magia blanca te recorre y te da sabiduría todos los días.

Puedes pensar que peco de optimista, y que me olvido de los que sufren y los que lloran, de los que padecen las más atroces enfermedades y viven sin recursos, pero no, porque más allá de lo que consideramos normal en un sistema cultural y económico, la luz de la magia blanca brilla para todos.

No todo el mundo nace para lo mismo y en una sociedad supuestamente rica y avanzada. Cada quien tiene sus propios caminos y su propio sendero.

Las ideologías no se pueden comparar porque son eso, ideologías, por lo que no puede haber una mejor que otra, y cada quien es feliz o triste en su inmediata realidad, porque es donde se educa y se construye; por lo que, mientras para unos el mejor plato es caviar, para otros la felicidad está en la comida más sencilla del mundo. Lo escaso adquiere valores inconmensurables.

En este universo todo es intercambio, y el valor del mismo puede ser de lujo, vulgar, comprometedor, liberador, mágico.

En un pueblo humilde de Latinoamérica puedo beber flores preciosas y deliciosas por casi nada, mientras que en el rico Norte de Europa, esa misma bebida es casi imposible de conseguir, y si se consigue es muy cara y no tiene ni la calidad ni el delicioso sabor que tiene en su lugar origen. Magia blanca del sabor.

Los pobres en la dimensión occidental no son generosos por pobres, sino porque su riqueza es muy diferente a la de los países “adelantados”, y comen, beben, ríen, rezan, bailan con alegre y sensual lujuria, pero trabajan solo lo indispensable para comprar un par de cosas, el resto no les importa. Les sobra de todo y no tienen que quedar bien con nadie, por eso cuando los visitas te ofrecen su casa y te colman de alimentos.

Por supuesto, desde la visión occidental, tan carente de alma, visión y comprensión, los pueblos “pobres” y aislados, sin autos ni televisiones, ni ropa de marca y artículos tecnológicos de última generación, viven en la suciedad, el hambre y la miseria, y escandalizados se preguntan porque las personas de esos pueblos ríen, bailan y aman con la sonrisa en la boca, y mueren tranquilos después de haber consumido con fruición la existencia.

¿Por qué son felices si les falta todo lo que Occidente premia y anhela?

Simple: porque viven otra realidad y están llenos de magia blanca.

La luz de la magia blanca nunca se apaga

Por supuesto, no todo es blanco ni de color de rosa en este mundo, también hay maldad, sombras, manchas y oscuridades varias en todos y cada uno de nosotros, aunque a menudo esas maldades y esos pecados no son más que pulsiones naturales que la moral intenta reprimir sin ningún éxito, como en el caso de la sexualidad, que por mucho que la repriman y digan que por practicarla de una u otra manera te vas a ir a la cárcel o al infierno, va seguir estando ahí, la vas a seguir sintiendo y la practicarás cuando puedas, sin importante las amenazas, los castigos y las consecuencias de haberlas practicado. Están en ti y en todos nosotros, y son ineludibles, como el comer y el respirar.

La luz de la magia blanca nunca se apaga

Imagina que respirar fuera un delito o un pecado y te lo vendieran como lo peor que hay en el mundo, fuente del mal y consigna de todos los diablos, y que por respirar te encerraran o te corrieran del Paraíso. ¿Qué harías? Pues fingir que no respiras, mientras sigues respirando.

El mal, el verdadero y para mí el único mal, es no quererte a ti mismo, no valorarte, negar tus dones y someterte a seres o instituciones que consideras superiores a ti, para de esa manera tener el permiso de matar, robar, vejar, humillar y despreciar a todo aquel o aquello que consideras inferior a ti.

Todos sabemos cuándo hacemos el mal, por más que lo justifiquemos con un uniforme, un título o un arma. Lo sabemos.

Y sí, todos y cada uno de nosotros tenemos una sombra de maldad y crueldad en nuestras almas, que busca, como algunos gusanos, crecer y multiplicarse y hacer daño, mucho daño, aunque la vida se nos vaya en ello. Pero incluso en lo más negro y oscuro de nuestra alma hay una chispa de luz divina y seductora que puede rasgar esa oscuridad y conducirla por el camino de lo correcto.

Hacer lo correcto y no solo el bien, porque el bien a menudo está lleno de defectos y prejuicios, órdenes y coacciones.

No hay un solo rincón del universo donde no haya una chispa de luz, magia blanca multiversal que le da sentido al cosmos entero.

Tú no solo eres parte del multiverso, sino que eres el multiverso mismo, magia blanca con consciencia de ti mismo, de ser y estar, de sentir y de pensar, de vivir, existir y trascender, que ilumina hasta el último rincón del universo.

Sí, eres luz, divinidad, don y potencia.

Lo mío no es optimismo ingenuo, sino conocimiento mágico donde se sabe que no hay lucha del bien contra el mal, sino luces y sombras de un mismo universo. Ninguna guerra es buena, ni siquiera la que se hace en contra del supuesto Averno, porque en toda guerra se mata, se roba, se viola, se veja y se compite con el afán de saciar la vanidad y la ambición, que al final nunca sacian nada, ya que tras la guerra quedan los dolores, los sufrimientos, las venganzas y los rencores que envenenan a las almas, cuando es más fácil encender una luz y darnos cuenta de que hay de todo para todos, rescatando los pábulos apagados propios y ajenos.

Obviamente, el mal no está en los dioses ni en los demonios, ni en los ángeles ni en los diablos del infierno, sino en nosotros mismos, los seres humanos, que tan a menudo nos apagamos e insistimos en el error, por más que nos lleven a la cárcel o nos quiten la vida.

La luz de la magia blanca nunca se apaga porque su flama yace en tu corazón y en tu alma. Tú eres luz, tú eres magia blanca.

La magia blanca cura todas las heridas

Otra de las perspectivas que se le da a las sombras del mal, del pecado, del dolor y el sufrimiento, es la de la experiencia vital, del aprendizaje a partir de toda clase de padecimientos, histéricos o reales.

Cada persona tiene sus propios conflictos, padecimientos, males y dolores de cabeza.

Ninguno de ellos es motivo de desprecio o de burla, por mucho que los que no sufren sean incapaces de comprender el dolor ajeno, y, por lo tanto, que no puedan ofrecer empatía, humanidad, consideración y respeto.

Todos estamos en el mismo planeta, una nave interestelar llena de magia donde todos, absolutamente todos, por el simple hecho de ser humanos, merecemos lo mejor de la existencia.

Una infusión de manzanilla o un té de anís estrella pueden curar males digestivos dolorosos y molestos con un par de sorbos.

Las hojas de guanábana ayudan a prevenir y a superar el cáncer.

Una simple palabra de amor, comprensión, respeto o apoyo sincero, real y solidario, puede contribuir a sobrellevar una depresión y ser un hermoso motivo para seguir viviendo.

Por supuesto que existe el mal y que hay personas que lo cultivan, pero somos mucho más numerosos y poderosos los buenos, porque somos capaces de combatir el mal con magia blanca, con amor, con compasión, y no con más mal.

Muchas de las cosas que nos imponen desde que nacemos son una verdadera carga física, psíquica, mental y emocional, pero contamos con el conocimiento y la conciencia para separar el polvo de la paja y mover la varita mágica del amor para cambiar y mejorar nuestra existencia.

Son muchos los demonios, pero son muchos más los ángeles que nos protegen, y contamos con las brujas, o magas blancas, para que nos abran los ojos y nos den recetas sencillas y halagüeñas que sanen nuestra vida.

Podemos vivir, crecer y evolucionar para lograr una existencia eterna más plena, porque si llegamos a la transformación de abandonar el cuerpo físico para abrazar a nuestro propio espíritu, lograremos la elevación trascendental que tanto anhelamos, en lugar de volvernos a sumir en este mundo que, aunque hermoso, está lleno de vicisitudes que a menudo no queremos o no sabemos superar por más magia blanca que se nos ponga en el camino. Pero no importa, porque podemos aprender vida tras vida, sobre todo ahora que la humanidad se encuentra un poco más despierta.

La muerte no es un mal, sino una liberación del espíritu hacia la luz de la magia blanca. No le temas, es segura, es eterna, es tu hermana.

Despertar con la magia blanca

Hace cuatro mil años, más o menos, en la India hubo un grandioso despertar, y ya desde entonces se entendió que los animales son nuestros hermanos y compañeros a los que debemos respetar, amar y comprender.

Despertar con la magia blanca

Que la vida es hermosa y valiosa en cualquiera de sus formas fue el mensaje, y millones de personas lo siguieron y ascendieron al Nirvana. Luego las sombras de la ambición volvieron, adormeciendo las consciencias y dejando solo a las conciencias para enfrentar la vida, y la hipocresía volvió a ser el pegamento social, usurpando las funciones de la verdad.

Ahora estamos en una época mágica de luz y magia blanca, y miles de millones de personas vuelven a respetar la vida de todos los seres del planeta, cosa que a las sombras les sienta muy mal, pero que podemos capitalizar enseñando a nuestros hijos el valor de la existencia, para que superen las tentaciones y las trampas de las sombras, y vivan felices en un mundo de armonía y paz, y no en un planeta de codicia y guerras donde los más débiles, desde un insecto hasta miles de millones de seres humanos, llevan la peor parte porque son prescindibles y su vida, que es hermosa, para las sombras no vale nada. Matar a un ser humano o a una bacteria es la misma salvajada, porque todos venimos a este mundo a vivir y a morir de la mejor manera posible.

En el camino de la magia blanca, el morir es una liberación y un despertar.

En el camino de las sombras el morir es una dolorosa y terrible condena.

I: La maga

En toda mujer se encuentra

la esencia eterna

de la luz de un

nuevo amanecer.

J.W.

La segunda palabra mágica de la magia blanca es “vida”, porque aunque no lo parezca, todo lo que hay a nuestro alrededor está vivo, desde una piedra hasta una bacteria, desde un virus hasta un cometa.

Celebremos que estamos vivos con todas nuestras fuerzas, porque sin la experiencia maravillosa de la vida no tendría ningún valor el universo.

Estar vivos en este minúsculo y mágico planeta que es la Tierra, es todo un honor a pesar de los pesares, injusticas, sufrimientos y males que nos aquejan, porque de otra manera jamás sabríamos qué es esto de la vida, ni cuál es el valor de la existencia, porque todo en este universo es movimiento, acción, transformación y experiencia.

Todo vibra.

En todo hay luz.

En todo hay energía.

Nada está inerte realmente.

Todo se transmite, todo se transmuta, todo cambia y, paradójicamente, todo permanece.

Incluso lo que pensamos, acertadamente o no, racionalmente o no, todo lo que imaginamos, todo lo que soñamos, vive y vibra, construye realidades y crea mundos y consciencias.

En este sentido las hadas existen, como existen los dioses del multiverso entero, los gnomos, los elfos, los ángeles, los demonios, los genios, los diminutos, las razas de noche, los que ya no están, los que se fueron, los que están por venir, lo que usted pueda imaginar. Mientras exista un solo ser humano que sueñe, existirá todo el universo.

Las famosas Hadas de Cottingley

Todo puede parecer un truco fotográfico, o una locura llevada al extremo, pero no, no estamos locos del todo, sino que somos mentes activas, creativas, soñadoras, impulsoras, capaces de vislumbrar lo ignoto, de desentrañar los secretos y de descubrir los tesoros.

Hemos creado un mundo terrible, pero también maravilloso, hermoso y truculento a la vez, increíble, con avances científicos y tecnológicos que parecían imposibles, y también con sendos errores.

¿Podríamos haberlo hecho mejor? Posiblemente, pero también mucho peor. La única y verdadera razón por lo que hemos hecho todo esto es porque estamos vivos, y la vida es mágica, pura magia blanca, tan pura y diáfana que en el fondo no la comprendemos y todavía no sabemos qué es y cómo es posible que sea.