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¿Crisis de las lenguas? ¿Analfabetismo profesional? ¿Normar y prescribir el uso del idioma o sólo registrar caprichos en el diccionario? ¿Corrección política o incorrección lingüística? ¿Innovación o ignorancia? Más malas lenguas es una divertida, irreverente y políticamente incorrecta cruzada contra los innumerables anglicismos, barbarismos, anfibologías y faltas de ortoepía que invaden cada vez más nuestro lenguaje cotidiano, tanto hablado como escrito, pero también es un inteligente análisis sobre las causas que llevan a algunos a adoptar gustosos —e incluso defender— tal degradación del lenguaje. Juan Domingo Argüelles cierra con este libro la trilogía iniciada con Las malas lenguas y ¡No valga la redundancia! , completando así un panorama crítico del habla actual, no sólo de México, sino de todos los países de habla hispana. Más malas lenguas es la culminación de una monumental obra lexicográfica, indispensable en la biblioteca de todos aquellos que quieren expresarse mejor. "Que la gente hable y escriba a su capricho no quiere decir que tenga razón. La tendrá, únicamente, cuando su capricho sea compartido por la generalidad de los hablantes y escribientes de su lengua, ya que entonces se convertirá en norma para todos. En esto consiste la evolución del idioma, impuesta siempre por la realidad del uso." Juan Domingo Argüelles
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Seitenzahl: 1181
La lengua convencional, la coloquial, está hogaño del todo vacía de sustancia y consistencia antropológica. ¿Le queda acaso alguna autoridad? ¿Tiene la lengua algún carácter dialógico en sentido metafísico? Me parece que ella es puro desecho y chachareo agotado. Todo se dirige al vacío. […] Se puede incluso afirmar que la lengua ha devenido puramente política: no alcanza jamás profundidad humana.
GOTTFRIED BENN
Vivimos hoy una crisis aguda de las lenguas. Antaño consideradas como tesoros, caen en desestima, cada cual saquea la suya, como se hace con la tierra. Nuestros ancestros campesinos, de quienes a veces encontramos cartas, se expresaban con más elegancia y claridad que la clase dominante de hoy en día.
MICHEL SERRES
No me asusta la inclusión de palabras extranjeras en el habla cotidiana ni su aceptación en las páginas del diccionario. Lo que en realidad me espanta es la destrucción continua de la armonía, de la melodía en la frase castellana. Esto es, el trastorno de la estructura sintáctica que nos lleva, a través del galimatías, a verdaderos trastornos espirituales. Sobre todo cuando nos los administran diariamente y con tal intensidad los periódicos, el radio y la televisión. ¡Cuántas calcas del inglés mal traducido se repiten oralmente y por escrito!
JUAN JOSÉ ARREOLA
El de la Real Academia Española, ese asombroso diccionario del que cada nueva edición hace añorar la anterior.
PAUL GROUSSAC
La mierda escrita no huele.
ROLAND BARTHES