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En este libro se pueden encontrar diferentes investigaciones llevadas a cabo con metodologías variadas. Predominan las cualitativas dado que se presentan trabajos de carácter práctico, orientados a la mejora y a la transformación social. Esta obra intenta conjugar la reflexión sobre una metodología concreta, y su aplicación práctica a un ámbito del campo social. Quiere armonizar de este modo 'el saber' con el 'saber hacer'. Se orienta hacia esa irrenunciable búsqueda, nos invita e incita a impregnar tanto de corazón como de inteligencia el trabajo que realizamos. El libro ofrece pautas valiosas y proporciona pistas para realizar una investigación de calidad.
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Seitenzahl: 445
Veröffentlichungsjahr: 2023
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Modelos de Investigación Cualitativa en Educación Social
y Animación Sociocultural
Aplicacionesprácticas
Gloria Pérez Serrano (Coord.)
NARCEA, S.A. DE EDICIONES
MADRID
ADonRicardoMarínIbáñez
Maestro de maestros
AUTORES
Gloria Pérez Serrano es catedrática de Pedagogía Social de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), técnica superior de investigación, coordinadora nacional para el seguimiento de la Investigación Educativa CIDE. Ha sido premiada por el Consejo Mundial de Educación por su brillante trayectoria profesional y por la Obra Social Caja Madrid como Primer Premio en Ciencias Sociales.
Orlando Fals Borda. Nació en Barranquilla (Colombia). Doctorado en la Universidad de Florida, es Profesor emérito de Sociología en el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, de la Universidad Nacional de Colombia y fundador de la Facultad de Sociología de la misma. Director de diversas investigaciones, es autor de numerosos artículos y libros, entre ellos: La Historia doble de la costa; Acción y Conocimiento, etc.
Sara de Miguel Badesa es Profesora Titular de la Universidad Autónoma de Madrid. Tutora de la UNED y colaboradora en los cursos de Enseñanza Abierta en Animación Sociocultural y de especialización en Educación Infantil. Ha impartido cursos de formación de animadores, adultos, tercera edad y minusválidos. Es autora de numerosos artículos y libros, destacando entre otros: Perfil del animador sociocultural.
M. ª Teresa Martín González es Profesora Titular en el Departamento de Teoría de la Educación y Pedagogía Social de la UNED. Imparte las materias de Educación Permanente, Creatividad y Animación Sociocultural. Actualmente dirige dos nuevos títulos de postgrado en Animación Sociocultural, diseñados con la metodología específica de la educación superior a distancia.
Juan Sáez Carreras es Profesor Titular de Pedagogía Social en la Universidad de Murcia y coordinador del equipo de investigación denominado «Intervención Socioeducativa». Director de la Revista Interuniversitaria de pedagogía Social. Autor de varios libros: Prefesionalizad6n del Educador Social; Del racismo a la interculturalidad; Educaci6n para la Paz; Tercera edad y animación sociocultural... Ha realizado diversas investigaciones con metodologías cualitativas.
M. ª Luisa Sanchiz Ruiz es Doctora en Ciencias de la Educación con Premio extraordinario de Doctorado. Ha publicado diversos artículos sobre Educación y Discapacidad Psíquica y participado en numerosos Congresos de ámbito mundial y nacional. Profesora Tutora de la UNED y fundadora del primer Club de Ocio específico para personas con discapacidad psíquica de la provincia de Castellón.
Emilio Lucio-Villegas Ramos es Profesor Titular de Educación de Adultos y ha sido director del Instituto Ciencias de la Educación y del Dpto. de Teoría e Historia de la Educación y Pedagogía Social de la Universidad de Sevilla. Autor de diversas publicaciones sobre la temática de la investigación participativa, destacando su libro La investigación participativa en la edducación de personas adultas. Ha impartido diversos cursos de doctorado sobre dicha temática y participado en cursos de postgrado y especialización.
Pilar Muñoz Serván es Licenciada en Psicología y Diplomada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla. Experta en Psicoterapia, dinámica, evaluación y tratamiento psicológicos. Educadora en el ámbito de los Servicios Sociales especializados en centros educativos comunitarios de la Diputación de Sevilla. Miembro del equipo técnico de la unidad de formación y documentación del área de asuntos sociales de la Diputación de Sevilla.
Maria del Carmen Vega Moreno es Doctora en Filosofia y Ciencias de la Educación, imparte las materias «Fundamentos y Dimensiones de la Animación Sociocultural» y «Programas de Animación Sociocultural» de la diplomatura de Educación Social en la EUFP La Salle. Ha realizado una extensa y cuidadosa investigación en Animación Sociocultural en el ámbito rural y es autora de numerosos artículos sobre el tema.
Mario de Miguel Díaz es Catedrático de Métodos de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo y ha sido Decano de dicha Facultad. Ha participado como experto en diversas Comisiones y Programas Nacionales e Internacionales. Actualmente es miembro del Comité Técnico del Plan Nacional de Evaluación de la Calidad del Consejo de Universidades. Premio Nacional a la Investigación Educativa 1992. Es una personalidad de reconocido prestigio en el tema de la evaluación en el que ha publicado numerosos libros y artículos.
ÍNDICE
AUTORES
INTRODUCCIÓN
REFLEXIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN SOCIAL Y ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
1 /PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS PERSPECTIVA CRÍTICO-REFLEXIVA
2/INVESTIGACIÓN-ACCIÓN PARTICIPATIVA
INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS
3/PROCESO METODOLÓGICO DE UNA INVESTIGACIÓN EN ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
4/ANÁLISIS DE PUESTOS DE TRABAJO EN ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
5/ESTUDIO DE NECESIDADES DE FORMACIÓN DE TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA CONSERVERA: DIAGNÓSTICO Y PROPUESTA FORMATIVA
6/INVESTIGACIÓN ETNOGRÁFICA SOBRE UN CLUB DE OCIO PARA PERSONAS CON DEFICIENCIA MENTAL
7/INVESTIGACIÓN PARTICIPATIVA
8/INTERVENCIÓN EN LA FAMILIA. ESTUDIO DE CASOS
9/EVALUACIÓN DE LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL EN EL ÁMBITO RURAL EN LA COMUNIDAD DE MADRID
10/PROGRAMA DE EDUCACIÓN SOCIAL
INTRODUCCIÓN
«Es fundamental contar con nuestra tendencia a la búsqueda de la verdad, a conocerlo todo, a saber sin limites ni fronteras, a preguntarse incesantemente por los por qué de todo. La ciencia, que es la verdad demostrada y sistematizada, ha sido perseguida como un ideal irrenunciable».
Marín Ibáñez, 1997
La metodología es una dimensión esencial para realizar trabajos con calidad científica, para aprender a pensar, porque como decía Ortega, «pensar es dialogar con la circunstancia». La circunstancia ofrece a cada individuo su mundo o cultura.
Además, la formación en metodología de investigación, precisa de elementos de apoyo, dado que no se le ha prestado mucha atención en el currículum de la Educación Social a la vertiente investigadora.
En un primer momento pensamos realizar un libro en el que se expusieran diferentes metodologías, y el proceso para llevar a cabo un trabajo desde cada una de ellas, pero finalmente hemos optado por la presentación de estudios concretos.
Pretendemos así ofrecer a las personas interesadas en realizar una investigación, la posibilidad de entrar en contacto con diferentes estudios llevados a cabo con metodologías variadas. Predominan, no obstante, las de índole cualitativa, dado que hacemos referencia a trabajos con orientación práctica.
Con esta obra se intentan alcanzar los objetivos siguientes:
Profundizar desde una perspectiva teórica en una metodología determinada.
Aplicarla a una realidad concreta, con los ajustes necesarios que haya considerado pertinentes el investigador.
Presentar estudios realizados en diferentes ámbitos del campo social, con el fin de ofrecer a todos los que lo deseen, pistas para posibles trabajos.
Tuve la oportunidad de discutir este planteamiento con los más prestigiosos especialistas en el ámbito de la metodología, entre ellos, D. Mario de Miguel Díaz, Catedrático de Metodología de Investigación en Educación de la Universidad de Oviedo, especialista en evaluación, a quien quiero expresar mi más sincero agradecimiento, por su incondicional y valiosa colaboración en todos los momentos en los que he acudido solicitando su apoyo y contraste de ideas, así como su opinión cualificada, con el objetivo de intentar acertar, lo más posible, en la formación de las personas que trabajan en el campo social.
En esta obra se presentan trabajos realizados de forma sistemática y con metodologías variadas, con el objetivo de ofrecer un amplio abanico de posibilidades a todas las personas que quieren realizar un trabajo de investigación. De este modo tienen oportunidad de conocer lo que deben hacer y lo que no debe hacerse.
El libro consta de dos partes. La primera -Reflexíones sobre la investigación en Educación Social y Animación Sociocultural- expone una serie de reflexiones sobre la investigación en Educación Social y Animación Sociocultural, de carácter introductorio, con el fin de enmarcar la obra desde diversas ópticas y perspectivas. La segunda -Investigaciones y Experiencias- inserta diferentes modelos y aplicaciones prácticas.
En la primera parte, el capítulo titulado Presupuestos metodológicos. Perspectí1m crítico-reflexiva, elaborado por la Dra. Gloria Pérez Serrano, aborda lo que significa investigar desde la vertiente de las Ciencias Sociales y Humanas. Subraya principalmente que al iniciar una investigación comenzamos un proceso de búsqueda, de indagación y de cuestionamiento; hace una especial referencia al método, a la necesidad y exigencia de cualquier investigación de trabajar de forma rigurosa y sistemática. Presenta la metodología cualitativa y sus aplicaciones a la Educación Social, a la vez que analiza lo que se entiende por investigación en Educación Social y las notas que la caracterizan. Precisa conceptos como investigación, evaluación, innovación, investigación evaluativa... y pasa a presentar, de forma muy general, el proceso investigador. Analiza, también, las actitudes del investigador, para finalizar con las dificultades que presenta la investigación en el ámbito en el que nos movemos, sus retos y prospectiva. En la investigación realizada en el campo social predominan las metodologías cualitativas. Éstas se van afirmando de forma progresiva en la última década, si bien la carta de ciudadanía la van adquiriendo más por contraposición a la metodología cuantitativa, que por cosechar el fruto de los resultados obtenidos desde su finalidad específica.
El capítulo titulado Investigación-Acción Participativa (IAP) se lo debemos al Dr. Orlando Fals Borda y al Dr. Carlos Rodrigues Brandao, a quienes les agradecemos muy especialmente la autorización para publicar este trabajo, gracias a las gestiones realizadas por el Dr.Juan Sáez Carreras, buen amigo y compañero. En dicho capítulo abordan el papel de la investigación-acción participativa así como su carácter subversivo; el significado del diálogo, la autonomía e investigación colectiva. Este desafío lleva a renovar el compromiso con el cambio y la transformación de nuestras sociedades con la meta de llegar a un mundo más satisfactorio.
Analiza también la acción y el conocimiento, recuerda que la IAP no se orienta exclusivamente hacia la investigación y tampoco es únicamente acción sociopolítica; prioriza la experiencia y el compromiso.
La segunda parte del libro presenta diferentes investigaciones y experiencias en Educación Social y Animación Sociocultural, realizadas por prestigiosos investigadores en cada uno de los ámbitos objeto de estudio. La finalidad de esta parte consiste en ofrecer investigaciones realizadas, con el objeto de poder constatar cómo otros investigadores han trabajado un campo determinado, cómo lo han enfocado, los problemas que se les han presentado, cómo los han resuelto, etc. Normalmente al leer las investigaciones de otras personas nos animamos y suele brotar en nosotros la expresión: «Esto también lo puedo hacer yo»; ésta es la principal finalidad del libro: animar a if1vestigar, constatar que se puede realizar un buen trabajo, un trabajo de calidad, porque como indicaba Eugenio D’Ors:
«Todo pasa, una sola cosa te será contada y es la obra bien hecha».
Todos los capítulos, aunque utilizan diferentes metodologías, muestran la estructura general que se ofrece a continuación:
Introducción: Justificación del estudio, motivaciones, objetivos.
Metodología: Proceso de la investigación ¿Cómo se ha llevado a cabo? Desarrollo amplio del método, camino elegido, así como de los instrumentos utilizados.
Interpretación: Interpretar los resultados en función del marco teórico y de los datos recogidos en el trabajo.
Conclusiones: Reseñar las principales conclusiones, así como su aplicación a la mejora de la Educación Social; reflexión-crítica.
Sugerencias para posibles estudios a partir de lo realizado. ¿Qué preguntas podemos formular a la realidad para seguir avanzando?
Referencias bibliográficas.
Describimos, a continuación, las distintas experiencias. El primer trabajo Proceso metodológico de una investigación en Animación Sociocultural, realizado por la Dra. de Miguel Badesa, tiene como objetivo elaborar un perfil del animador sociocultural e identificar los rasgos que deben caracterizarle. Se plantea el problema de las variables que influyen en la elaboración del perfil del animador. Utiliza una metodología en la que combina métodos diferentes: empírico: observa la realidad; comparado: analiza las semejanzas y diferencias entre los aspectos que merecen ser comparados y el análisis de contenido para identificar los rasgos y valores. Como técnicas de recogida de información emplea el cuestionario y la entrevista. En este trabajo se ha recurrido a técnicas y métodos diversos con el fin de intentar dar respuesta a los problemas objeto de estudio.
El capítulo titulado Análisis de Puestos de Trabajo (APT) en Animación Sociocultural, elaborado por la Dra. M.ª Teresa Martín González, se centra en el mundo laboral del animador sociocultural, con el fin de detectar las necesidades formativas de los animadores, así como las bases metodológicas que diseñan la educación permanente de los profesionales de la animación. Persigue como finalidad lograr un modelo de estudio ocupacional que nos permita conocer el contenido real del trabajo que realizan los animadores para diseñar los contenidos de formación adecuados. Utiliza como metodología el Análisis de los Puestos de Trabajo, expresado en términos de funciones y tareas. Estudia la realidad social desde dentro, dando protagonismo a los propios actores. En el modelo utilizado en la investigación distingue tres fases: Identificación de los puestos de trabajo, Caracterización de los contextos en los que actúan, y Análisis de los puestos de trabajo: funciones y tareas. La investigación pone de relieve que las funciones que tienen un mayor peso son las del animador generalista, ubicado en grandes localidades y en centros públicos, la mayoría trabajan remunerados y de forma permanente.
Tanto este trabajo, como el que le sigue, Estudio de necesidades deformación de trabajadores de la industria conservera: Diagnóstico y propuesta formativa, elaborado por el Dr. Juan Sáez Carreras y su equipo, se han realizado con la metodología etnográfica.
Este último tiene como objetivos: «facilitar la adaptación del capital histórico potencial de los Recursos Humanos del sector de la conserva de productos vegetales a las transformaciones industriales, producto del reto diario del mercado... con el objetivo de mejorar la producción, el empleo y la competitividad del sector». El cronograma de actuaciones del trabajo etnográfico comienza por diagnosticar las necesidades de formación, para ello se han realizado entrevistas a personas clave, semiabiertas, tratando de captar las experiencias profesionales de la vida laboral de cada persona y las percepciones, intereses, sentimientos... que asocia a dichas experiencias. Las entrevistas han servido para reconstruir y elaborar las historias laborales de cada uno de los entrevistados. La información extraída de las mismas ha permitido la construcción de mapas conceptuales y la elaboración de una radiografia básica de las actividades del sector, para conocer también los perfiles profesionales y las necesidades de formación.
La Dra. M.ª Luisa Sanchiz Ruiz presenta una Investigación etnográfica sobre un club de ocio para personas con deficiencia mental. Describe con detalle el ámbito en el que desarrollan su tiempo libre este tipo de sujetos. Procura desvelar cuáles son las experiencias, sentimientos y vivencias de las personas implicadas. Para ello, se ha servido de los instrumentos que requieren los estudios cualitativos: notas de campo, entrevistas, observación participante, cuestionarios, fotografías, documentos, etc. Con una explicación pormenorizada de los mismos y del procedimiento seguido, pretende orientar al lector acerca de cómo se pueden realizar este tipo de investigaciones.
El capítulo dedicado a la Investigación Participativa, realizado por el Dr. Emilio Lucio-Villegas Ramos, pretende reflejar el proceso metodológico que conduce a la realización de una propuesta de estas características. Los elementos teóricos van acompañados de la ejemplificación sobre una experiencia concreta realizada en un Centro de Educación de Personas Adultas. Se ha pretendido, en todo momento, combinar tres elementos: los supuestos teóricos, el conocimiento de una práctica concreta y la aportación de diversos materiales que sirvan para la reflexión del lector.
El capítulo titulado Intervención en la familia. Estudio de casos, elaborado por Dña. Pilar y Dña. Inmaculada Muñoz Serván, ofrece a los profesionales de la Acción Social un marco privilegiado para abordar las múltiples y complejas realidades a las que hay que dar respuesta. Las demandas sociales que recibimos requieren nuestra intervención, por lo que hemos de realizar una valoración diagnóstica a partir de la cual un equipo interdisciplinar diseñe un programa de intervención. Esta metodología se muestra especialmente útil como método de investigación basado en la descripción y análisis de una situación social determinada y también cuando se utiliza como estrategia didáctica para comprender e interpretar hechos y situaciones sociales que ayuden a avanzar en nuestra propia tarea profesional. En este capítulo se ofrece el encuadre teórico de la metodología para el estudio de casos y un ejemplo aplicado a un programa de intervención con una familia en dificultad para el desarrollo de habilidades parentales.
La Dra. M.” Carmen Vega, ha dedicado gran parte de su vida a profundizar en los problemas planteados en el mundo rural y las posibilidades de dinamización y desarrollo social y humano que ofrece la Animación Sociocultural. Presenta la investigación Evaluación de la Animacíón Sociocultural en el ámbito rural en la Comunidad de Madrid, en la que analiza, estudia y evalúa planes de Animación Sociocultural llevados a ,cabo en el ámbito rural. Este minucioso estudio ofrece una propuesta rigurosa de intervención que contiene las fases para sistematizar y ordenar los proyectos, así como para reflexionar sobre la precisión y rigor con que se deben llevar a cabo.
El capítulo dedicado a la Evaluación externa de un programa de Educación Social, del Dr. Mario de Miguel Díaz, pone de relieve cómo en los últimos años se han incrementado los trabajos evaluativos relacionados con políticas públicas, dado que los ciudadanos van tomando conciencia de que dichas políticas deben estar sometidas a control democrático. En este caso se trataba de promover la acción y participación de la 1mtjer en la vida cultural. Se realizaron diversos talleres a lo largo del año, y era necesario estimar si se habían alcanzado los objetivos propuestos. Para ello se elaboró un diseño que se puede tipificar como preordenado, observacional y no comparativo. Se recogió la información a través de instrumentos diversos y se formularon juicios de valor en torno a la eficacia del programa, su eficiencia y efectividad; se valoraron también de forma global los puntos fuertes y débiles, así como, las consiguientes propuestas de mejora. El trabajo indica los principales problemas que condicionaron la tarea, tanto desde la perspectiva teórica y metodológica como práctica.
Tenemos la suerte de haber podido contar con la colaboración de los más valiosos especialistas en los diversos campos. A todos ellos les agradecemos su dedicación empeñativa y creadora para realizar un trabajo bien hecho, un trabajo de calidad. Han sabido leer la realidad con ojos de futuro y ser conscientes de la transcendencia de investigar en la acción social. Agradecemos también la colaboración de la secretaria Dña. Montserrat Montero Fernández.
A muchos lectores esta obra les abrirá nuevos caminos para aprender a investigar y técnicas para profundizar.
Este libro se dirige a todos los que deseen realizar un trabajo de investigación desde una vertiente cualitativa; pretende abrir horizontes y hacer más asequible la investigación a todos los que se interesen por estas metodologías; estimula a descubrir capacidades, a crearlas y recrearlas en nuestro entorno y en cada uno de nosotros; ofrece pistas que pueden ayudar a superar el miedo a investigar (muchas veces paralizante), e invita a dar el paso hacia una incitante y comprometida creación.
Gloría Pérez Serrano
Directora del Máster en Educación Social y Animación Sociocultural
REFLEXIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN SOCIAL Y ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
1 /PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS PERSPECTIVA CRÍTICO-REFLEXIVA
Gloria Pérez Serrano
«He nacido, lo confieso, con tal inclinación de espíritu que he puesto siempre el sumo placer del estudio, no en oír las razones de los otros, sino en encontrarlas yo mismo con mi propio trabajo».
Descartes (Regla X)
La investigación tanto en Educación Social como en Animación Sociocultural es mas bien escasa, pues los que se dedican a trabajar en éstos ámbitos tan comprometidos, suelen priorizar la acción. No obstante, todos están preocupados por mejorar su trabajo y muestran una cierta preocupación por la investigación orientada principalmente a la mejora de la práctica. Existe una nueva sensibilidad y preocupación por cualificar la acción.
La investigación contribuye a elaborar y reelaborar el conocimiento profesional, con independencia de las perspectivas epistemológicas y metodológicas bajo las que se afronte. La investigación en Educación Social:
Intenta cualificar la acción de forma directa o indirecta, aunque los resultados produzcan un efecto a medio o largo plazo.
Introduce cierta racionalidad en las prácticas, y expresa su afán por conocer las características de esa misma realidad.
Contribuye a sistematizar el proceso de aplicación de la misma, orientado a dar forma a nuestra acción y a desarrollarla, de tal modo que se convierta en una acción críticamente informada y comprometida a través de la cual podamos vivir consecuentemente nuestros valores.
La finalidad del quehacer científico no es ganar debates a cualquier coste sino discutir verdades o al menos llegar a una comprensión más profunda de los temas.
Al comenzar una investigación iniciamos un proceso de búsqueda, de indagación y de cuestionamiento, intentamos hacer avanzar el conocimiento a través de la aplicación del pensamiento racional; esto nos permite sustituir los hechos por la conjetura. Al intentar diseñar un proceso nos podemos equivocar, sabiendo que «las equivocaciones son la antesala del descubrimiento». No en vano la investigación comienza a través de la curiosidad que el ser humano siente al preguntarse el porqué de las cosas; implica ansia de saber y de descubrir, elemento importante para generar entusiasmo y persistir en actitud de búsqueda. Ramón y Cajal concedía gran importancia a este factor: «No basta examinar: hay que contemplar. Impregnemos de emoción y simpatía las cosas observadas, hagámoslas nuestras tanto por el corazón como por la inteligencia. Sólo así nos entregarán su secreto. Porque el entusiasmo acrecienta y afina nuestra capacidad perceptiva». Como indica López Yepes (1995:6):
«El investigador es un explorador que carnina siguiendo el rastro, las huellas, los vestigios de otros como él. Cuando termina de seguirlos, inicia desde el nuevo punto de partida un recorrido que ha de llevarle a la verdad buscada con obsesión, la que implica atravesar bosques, caminar bajo cascadas poderosas, cruzar ríos indómitos y afrontar otros peligros, el más grande de todos el desánimo. Pero cuando llegue a la meta, cuando descubra aquello que buscaba, saboreará de tal modo el éxito que querrá repetirlo y... probablemente consagrará toda su vida a la aventura de la investigación científica».
A través de la investigación nos acercamos al conocimiento de la realidad desde una aproximación sistemática a la misma. Conocer significa averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales, la naturaleza, las cualidades y las relaciones de las cosas. Podemos acercarnos a la realidad de modos diversos, pero desde una perspectiva científica debemos acercar nos con método, es decir con orden, para lograr un mejor conocimiento de la misma. El método juega un papel de singular importancia en el proceso investigador, de tal modo, que puede llegar a condicionar los resultados. Para Best «el método es el procedimiento más formal, sistemático e intensivo para llevar a cabo un análisis científico».
Existen métodos diversos para realizar una investigación; el problema consiste en seleccionar el más adecuado, se recomiendan tener en cuenta:
los objetivos de la investigación,
la orientación del investigador,
la naturaleza de las variables,
el nivel de control.
La capacidad de pensar la realidad no es solamente una actividad individual sino social. Pensar es dialogar y «para dialogar, preguntad primero, después ... escuchad» (A. Machado). Es ilusoria la idea de un pensamiento puramente racional, esto es aislado de la experiencia histórica y social.
En el campo social de la educación es tanto o más importante el proceso que el resultado del mismo. Como decía Ortega y Gasset: «Talentos medianos trabajando con método pueden producir maravillas; sin método se pierde mucho tiempo; el progreso de las ciencias empieza pujante cuando se da con el verdadero método de estudiarlas y tratarlas; la inmensa mayoría de los que fracasan en sus trabajos intelectuales es por falta de método, no por falta de talento».
Estas palabras son alentadoras, dado que es más fácil adquirir el método que el talento; por ello, todos podemos estar cualificados para investigar si logramos trabajar con método, es decir, con un procedimiento riguroso y sistemático.
PRESUPUESTOS BÁSICOS
Se ha debatido hasta la saciedad sobre los paradigmas cualitativo y cuantitativo. Kuhn (1986:23) utilizó la palabra paradigma para designar la teoría dominante que reina en una comunidad científica en un momento determinado, en un punto del desarrollo histórico de una ciencia particular. Para este autor:
«El desarrollo de las ciencias se da a través de revoluciones científicas. Cada una de ellas necesita del rechazo de una teoría científica antes reconocida, para adoptar otra incompatible (inconmensurable) con ella. Las revoluciones científicas se caracterizan por un cambio en el planteamiento de los problemas, en las normas de las profesiones científicas, en la imaginación de los propios científicos y en la visualización de determinados descubrimientos que van ,1fianzando la nueva ciencia. Los nuevos paradigmas ayudan a plantearse nuevos problemas que la ciencia establecida no habilitaba a hacerlo. El paradigma supone apertura y descubrimiento de la novedad. En cambio, para la ciencia establecida, la novedad surge con dificultad, sobre un fondo de resistencia, debido a que está preparado para ver sólo lo habitual, lo previsto y aquello con lo que se experimenta. La ciencia establecida se vuelve cada vez más rígida».
A menudo un paradigma es un modo de explicación adoptado únicamente en tanto que parece lógica o empíricamente satisfactorio. Es un sistema inspirador de las metodologías de trabajo.
Complementariedad metodología cuantitativa/cualitativa
Los enfoques metodológicos, designados o no como paradigmas, no se hallan forzosamente en conflicto entre sí. Con el fin de aclarar un problema podemos seguir diferentes rutas metodológicas, aunque, en el campo social no nos sirve un paradigma que se proponga abiertamente una información «libre de valores».
El debate entre paradigmas no ha contribuido a mejorar la investigación dado que la polémica se ha centrado, muchas veces, en cuestiones estériles. Como indica Kaplan (1985) de lo que se trata es de «hacer las cosas tan bien como se pueda según la naturaleza del problema y el nivel concreto del conocimiento y de la tecnología».
La distinción entre cualitativo-cuantitativo peca de inexacta y artificial. Se defiende la complementariedad de ambas metodologías dependiendo del tipo de investigación de que se trate. En este sentido, Cook y Reichardt (1986:28) indican:
«Basta decir que no existe nada, excepto quizás la tradición, que impida al investigador mezclar y acomodar atributos de los dos paradigmas para lograr la combinación que resulte más adecuada al problema de la investigación y al medio con que se cuenta. No existe razón para que los investigadores se limiten a uno de los paradigmas... cuando pueden obtener lo mejor de ambos».
El paradigma cualitativo es de carácter subjetivo, dado que piensa que la realidad es una combinación consensuada, aunque se trata de una «subjetividad disciplinada» por el contraste intersubjetiva. Lo que verdaderamente caracteriza a los métodos cualitativos es su enfoque y finalidad más que el procedimiento de investigación. Con esta metodología se consigue un acercamiento a los directamente implicados y ver el mundo desde su perspectiva, esto constituye su principal atractivo.
Esta metodología intenta penetrar con un carácter riguroso y sistemático en los fenómenos de la vida cotidiana, explorarlos, analizarlos y reflexionar sobre ellos para mostrar su complejidad. Desde este enfoque, es imprescindible <<descubrir las actividades diarias, los motivos y significados, así como las acciones y reacciones del actor individual en el contexto de la vida diaria» (Schwartz, 1984). Este paradigma necesita en muchas ocasiones de los aportes de la metodología cuantitativa, dado que facilita el conocimiento de las grandes tendencias de la realidad social, considerada como un hecho objetivo. La metodología cualitativa pretende captar la reflexión de los propios actores, sus motivaciones e interpretaciones. La combinación de las dos puede aportar una gran riqueza de interpretación, de tal forma que se pueda aprovechar lo mejor de cada modelo, para obtener una visión más global y aproximada de la realidad.
De Miguel (1988:76) planteaba como un camino posible ante la diversidad paradigmática, la complementariedad de los paradigmas positivista y naturalista, evitando polémicas estériles y estando abiertos a una posible alternativa que vendría dada en educación, por el surgimiento definitivo y consolidación del paradigma para el cambio:
«Todos sabemos que aportar soluciones eficaces pasa necesariamente por transformar la educación. Hasta la fecha, al menos en nuestro contexto, no parece que positivistas y naturalistas hayan tenido demasiado éxito en este proyecto. Probablemente buena parte de la culpa no sea suya y la alternativa realmente sea el nuevo paradigma para el cambio».
En las Ciencias Sociales, la complementariedad en algunas ocasiones, puede no ser necesaria porque depende de los objetivos de la investigación, en otras, en cambio, se hace no sólo necesaria sino imprescindible.
En Educación Social la investigación ha de ser flexible y capaz de adaptarse a cada realidad concreta. Desde esta óptica se considera un error la perspectiva que promueve la incompatibilidad entre los distintos métodos, pues consideramos que la riqueza viene promovida por la complementariedad. Muchas veces puede ser conveniente utilizar un paradigma mixto y un modelo holístico que abarque el fenómeno de forma global.
La realidad no se agota en lo dado, en lo objetivable, es decir, en lo que se muestra delante y por ello mismo, es disponible. A veces, <<lo esencial es invisible a los ojos» (Saint-Exupéry).
El objetivo de la investigación determina el paradigma. La estrategia que se adopte depende, en gran medida, del objetivo que se proponga la investigación.
Pluralismo de métodos
Se tiende a hablar de pluralismo en todos los campos y también en la investigación. Cualquier método que quiera llamarse científico debe tener valor heurístico y aportar una acción reflexiva, rigurosa, organizada y disciplinada.
La elección del método depende también de las exigencias de la investigación de la que se trate, por lo que la postura del investigador ha de ser flexible y capaz de adaptaciones. Tenemos que ser conscientes de que las teorías científicas, por su propia naturaleza, deben ser provisionales, como señalaba K. Popper: <<La ciencia es provisional para siempre».
El pluralismo integrador consiste en reconocer primero que se ha pasado de un exclusivismo a un pluralismo metodológico. Y proponer después, que ese pluralismo sea integrador de preocupaciones y soluciones; lo cual supone respeto a los que investigan de forma distinta a la propia; voluntad de aprender unos de otros y disposición a flexibilizar los posicionamientos de forma que se admitan préstamos (Dendaluce, 1998).
Cada vez más los investigadores defienden un pluralismo metodológico de carácter integrador, que permite la coexistencia de investigaciones de la tradición positivista o neo-positivista con trabajos que se orientan hacia la comprensión en profundidad de los fenómenos. Se diría que ha llegado el momento en que la investigación orientada a la mejora y a la transformación social no debe deshacerse de alguno de los paradigmas dominantes, sino por el contrario ampliar el alcance de teorías y enfoques metodológicos.
Unidad de la investigación educativa
Existen diferentes paradigmas en la investigación educativa: empírico-positivista, hermenéutico o fenomenológico y etnográfico antropológico que son recíprocamente complementarios. Prestigiosos investigadores como Keeves y Husén hablan de la «unidad de la investigación educativa». Mantienen que existe tan sólo un paradigma, pero muchos enfoques y que los problemas educativos al ser complejos, pueden ser mejor investigados si se examinan mediante enfoques diversos. La finalidad de una investigación concreta determina la índole del enfoque.
«Todo esfuerzo de investigación en educación tiene como último propósito llegar a un conocimiento que pueda utilizarse para la acción, ya se trate de una acción en el ámbito político, ya de un cambio de práctica en la clase. Así pues, la vía que sigamos al estudiar un determinado problema depende, en gran medida, de qué clase de conocimiento deseamos obtener mediante nuestros esfuerzos investigadores» (Husén, 1988).
En último término, al intentar abordar problemas educativos, siempre nos enfrentamos con problemas de valor, dado que el valor es inherente a la educación.
METODOLOGÍA CUALITATIVA SU APLICACIÓN A LA EDUCACIÓN SOCIAL
La metodología cualitativa ha ido ampliando poco a poco su red de influencia debido a que el campo social ofrece la posibilidad de acercarnos a la realidad para comprenderla, analizarla y transformarla. La finalidad prioritaria de la investigación en Educación Social la vincula con la capacidad de transformación y de cambio de la realidad, objetivo que caracteriza, constituye y justifica su razón de ser.
La investigación orientada a la resolución de problemas ha aparecido con gran pujanza en los últimos tiempos, debido a una serie de circunstancias históricas que han proporcionado un adecuado caldo de cultivo para desarrollarse con gran rapidez. En el campo social se ha producido:
Gran sensibilidad hacia los grupos discriminados y desfavorecidos, lo que ha despertado más vivamente el valor de la justicia y de la solidaridad.
Mayor sensibilidad hacia las culturas minoritarias, ante el hecho de la diversidad cultural -multicultural e intercultural- y el despertar de una nueva conciencia ecológica, dado que toda la tierra se encuentra amenazada y debemos tomar medidas para preservarla.
La investigación cualitativa se ha definido por contraposición a la cuantitativa. La divergencia más sobresaliente entre ambos tipos de investigación se halla contraponiendo la investigación de carácter positivista y la de carácter fenomenológico. La positivista adopta el modelo de investigación de las ciencias naturales, utiliza métodos cualitativos, busca los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos. La investigación fenomenológica trata de entender la realidad social considerando cómo la perciben las personas. Se interesa por la comprensión personal, los motivos, valores y circunstancias que subyacen en las acciones humanas.
Los enfoques de carácter cualitativo e interpretativo en la investigación en Educación Social insisten en que su tarea principal no es elaborar teorías científicas que puedan contrastarse de modo experimental, sino interpretar la acción social y desvelar su significado. Si queremos modificar cualquier tipo de situación social debemos partir de cómo la viven, sienten y expresan los implicados, contando con su participación. Este método más que preguntar, escucha a las personas interesadas, partiendo del presupuesto de que esa opinión es fundamental para llevar a cabo cualquier proceso de cambio. Por ello, es necesario estimular a los sujetos participantes en el estudio a una reflexión sobre la práctica. La metodología cualitativa, en la última década ha alcanzado un reconocimiento explícito como vía, no única ni excluyente, de acceso al conocimiento científico. La realidad es poliédrica y precisa de diversos modos de aproximación. La investigación cualitativa no hace referencia tan sólo a cierta forma de plantear problemas, de recoger datos y tratarlos sino a determinados enfoques o formas de producción o generación del conocimiento científico, que se fundamentan en concepciones teóricas y epistemológicas concretas.
La metodología cualitativa «es una estrategia de investigación fundamentada en una depurada y rigurosa descripción contextual del evento, conducta o situación que garantice la máxima objetividad en la captación de la realidad, siempre compleja, y presa de la espontánea continuidad temporal que le es inherente, con el fin de que la correspondiente recogida sistemática de datos, categóricos por naturaleza, y con independencia de su orientación preferentemente idiográfica y procesual, posibilite un análisis (exploratorio, de reducción de datos, de toma de decisiones, evaluativo, etc.) que dé lugar a la obtención del conocimiento válido con suficiente potencia explicativa, acorde, en cualquier caso, con el objetivo planteado y los descriptores e indicadores a los que se tuviera acceso». (Anguera, 1995:514).
La investigación cualitativa encierra una serie de dificultades desde la perspectiva metodológica, porque los datos deben ofrecer la necesaria consistencia y emerger de una descripción y registro cuidadosos. El papel fundamental lo juega el proceso de categorización, ya que no se puede aspirar a una adecuada captación de la realidad en sus propios términos si no se logran elaborar las categorías que la hacen explicable y dan coherencia al flujo de eventos o conductas que se realizan en un contexto determinado. La investigación cualitativa desde la vertiente social de la educación aporta una finalidad nueva, una vía para acercarse a la realidad diferente, al tener en cuenta los valores inherentes a todo proceso socioeducativo. En este sentido, coincidimos con
Bartolomé (1992:15) cuando afirma:
«No se vislumbra, al menos por ahora, la existencia de un solo paradigma, ni siquiera circunscribiéndonos a la metodología cualitativa; más bien reconocemos un pluralismo de enfoques que son consecuencia, no tanto de las estrategias utilizadas para acercarse a la realidad (que son muy similares) ni de la concepción del objeto de estudio (con estos autores la realidad aparece como construida y tiende a abordarse desde una perspectiva holística) sino de la finalidad de la investigación (comprender, construir una teoría, establecer relaciones consistentes; transformar la práctica; valorar un proceso); de los niveles de identificación entre investigador, investigados e informantes claves, de los criterios de cientificidad que se utilizan y de las tradiciones disciplinares, ideológicas o grupos de científicos que los sustentan».
¿Qué se entiende por investigación en Educación Social?
Al preguntarnos qué significa la investigación educativa, estamos cuestionando también si existen diferencias entre una investigación de carácter educativo y otra que no lo es. Si no existieran, sería innecesario mencionar de modo específico este tipo de investigación.
La investigación, desde una perspectiva socioeducativa, es un proceso sistemático de carácter social, en el cual diversos grupos humanos transforman de manera simultánea los conocimientos que tienen de la realidad y sus propias formas de actuar con respecto a la misma.
La naturaleza de la investigación educativa hace referencia al intento de explicar los rasgos que la caracterizan y definen. Esto nos lleva a preguntarnos con Carr (1989), sobre los rasgos específicos de la investigación educativa. Para responder a esta pregunta es necesario hacer dos observaciones previas sobre la estructura de las actividades:
Las actividades humanas sólo pueden caracterizarse adecuadamente en referencia al propósito general por el cual se aprende.
El propósito general que caracteriza a cualquier actividad humana es teórico o práctico, dependiendo de si aspira a descubrir algo o a ocasionar cambios.
La investigación educativa, por su propia naturaleza, se orienta a la resolución de problemas con fines prácticos; como cualquier otro tipo de investigación, está interesada en indagar, investigar y resolver problemas. Difiere, no obstante, de la investigación teórica en que los problemas educativos a los que se dirige siempre son problemas prácticos que precisan la búsqueda de soluciones. Normalmente no se resuelven como en la investigación teórica, con el descubrimiento de un nuevo conocimiento. Los problemas prácticos suponen la acción e implicación, son problemas sobre qué hacer, y su solución sólo se encuentra haciendo algo. La implicación práctica de la investigación en Educación Social no presupone una menor contribución a la producción de conocimientos que la investigación básica, si bien desde otras ópticas y perspectivas.
La teoría y la experiencia no se contraponen como términos contrarios, sino que son momentos constitutivos del proceso de investigación.
No obstante, las teorías a gran escala son muy útiles como andamiaje para el avance del conocimiento. Desde esta óptica Quintanilla afirma: «Teorícese cuanto se quiera (o cuanto se pueda), pero procúrese que la teorización y la práctica científica se generen a partir de la propia realidad estudiada o al menos lo más cerca posible de ella». El contraste con la práctica puede ser un elemento de singular importancia para probar la teoría, pero no debemos sacralizarla dado que muchas veces puede ser rutinaria.
Los investigadores en Educación Social «no pueden pretender actuar como ingenieros de la sociedad y ni siquiera como detentores de los conocimientos básicos que ayudarían a identificarla. Tampoco deberían desempeñar el papel de reformadores sociales... Considerada como un proceso, la educación se guía a través de unos valores humanos fundamentales. La materia prima de los procesos educativos son los seres humanos y no los metales, maderas o los alimentos». (Husén, 1989:374).
Trabajar con personas singulares y concretas exige una atención diferenciada y peculiar. Normalmente no encaja ningún principio general y abstracto, ni responde a las leyes científicas. El conocimiento «clínico» difiere de la comprensión de la teoría científica en que sólo puede ayudar a comprender y a diagnosticar los problemas concretos y específicos que se nos plantean.
Notas que caracterizan a la investigación en Educación Social
La investigación en Educación Social precisa de la aportación de los diferentes modelos y perspectivas; no obstante, teniendo en cuenta el campo objeto de estudio, se orienta prioritariamente a las metodologías de carácter cualitativo. Destacamos a continuación algunas notas que ponen énfasis especial en esta dimensión.
Complejidad. Visión dinámica de la realidad. La Educación Social y Animación Sociocultural son ámbitos muy complejos que precisan ser estudiados desde perspectivas diversas: sociales, culturales y socioeducativas, dado que presentan manifestaciones e implicaciones poliédricas.
La complejidad no significa sólo la amplitud del objeto que hay que investigar, sino también interacción de diversas fuentes donde las relaciones pueden ser múltiples y no se captan de inmediato; por ello, la investigación se presenta como una forma de enseñar a ver, a desenmascarar la realidad. De este modo, nos ayuda a penetrar más allá de las apariencias, a hacer visible lo invisible, a descubrir la geografía de lo invisible.
Este tipo de investigación tiende a realizarse desde una visión dinámica de la realidad, reconociendo que muchos fenómenos y problemas sociales se hallan interrelacionados. Precisa de modelos metodológicos flexibles; intenta construir conocimiento científico con los implicados en la acción educativa. Los valores se hallan integrados en la investigación como elemento fundamental.
El propósito específico de la investigación educativa (Carr, 1989), la base de pruebas para la investigación, no es su capacidad para conformarse a los criterios derivados de las ciencias sociales, sino, más bien, su capacidad para hacer frente a estos problemas de modo sistemático. En efecto, si se desatiende de esta manera la naturaleza práctica de los problemas educativos, se les priva del carácter educativo que pudieran tener.
Los problemas educativos son de carácter práctico y no se rigen por las reglas de la investigación teórica. Por el contrario, se producen cuando las prácticas empleadas en las actividades educativas son, en algún sentido, inadecuadas para su propósito.
Los problemas que quiere afrontar la investigación educativa surgen principalmente de los prácticos de la educación. Hay que reconocer que su participación activa en la investigación es una necesidad indispensable.
Vinculada a la práctica en los diferentes ámbitos del trabajo socioeducativo. Su objetivo inmediato consiste en modificar los procesos socioeducativos desde un punto de vista original. Se interesa por los problemas vinculados a la práctica y el modo de resolverlos, al tiempo que se avanza en su comprensión y se descubren las condiciones sociales en las que vienen envueltos. Este tipo de investigación vinculada a la acción, aporta una gran riqueza a la vez que nuevas dimensiones para la consideración de los problemas, partiendo de la óptica de quién vive el problema. Es preciso partir de él y tener en cuenta la unidad y complejidad de las situaciones que han de observarse con métodos diversos de aproximación a la realidad.
Orientada al cambio y a la transformación social. Se concibe como una actividad encaminada al cambio que realizan los participantes en un proyecto determinado y que, en cierta medida, asocia la investigación con la actividad colectiva de aprendizaje (por ejemplo, la investigación participativa y el aprendizaje participativo). Los resultados se manifiestan en la nueva conducta de los participantes y en los nuevos procesos educativos iniciados, que serán conocidos y realizados simultáneamente por los participantes.
Los procesos de transformación y mejora exigen un referente valorativo, que indique la orientación del cambio que se descubre, afianza o rechaza en la praxis continuada.
El investigador comprometido suele mostrar su actitud crítica frente a la realidad denunciando posibles desajustes o desfases en el curso de la misma. La investigación y el investigador tienen el papel de desvelar horizontes, iluminar caminos e iniciar posibles vías de acción.
Reflexión sobre la praxis. Función bisagra. Orienta, a la vez que ayuda, a sistematizar el trabajo de cada día y las razones por las que se actúa, observando y verificando los planes para llevar a cabo las tareas. Replantea la unión entre los procesos de investigación y de acción educativa, donde los conocimientos se orientan hacia la transformación de la realidad y hacia el cambio social.
El proceso metodológico es un proceso continuo que recoge la función «bisagra» de investigación-acción; acción-reflexión, es decir, una acción realista, seguida siempre de una reflexión autocrítica y una evaluación de los resultados. Como indicaba Lewin «no queremos acción sin investigación, ni investigación sin acción».
Participación crítica de los implicados. En el proceso, los participantes serán críticos no sólo con la realidad sino con todo el proceso de investigación. Conviene que se impliquen en la discusión de la investigación, en sus objetivos, principios, procedimientos y tareas. De este modo se puede lograr un proceso dialéctico de formación-acción permanente para reflexionar de modo crítico sobre nuestras acciones cotidianas. Es más, a lo largo del proceso investigador se aprende a leer la realidad y a uno mismo desde otras ópticas y dimensiones.
Se produce, de este modo, un efecto de espejo en el cual, mirando al otro, nos vamos descubriendo a nosotros mismos.
Creadora de conocimiento. La investigación en el campo social no renuncia a crear conocimiento, lo que plantea el tema de cómo la práctica responde a cierta racionalidad, proporciona ayuda para sistematizar, organizar y cualificar el ámbito que nos ocupa. La práctica «parece innegable que puede ser cuestionadora, productora de conocimiento, más allá del mero lugar de aplicación de la teoría» (Demo, 1994).
Normalmente, la práctica va por delante, surge y se mantiene para satisfacer determinadas necesidades sociales; sólo cuando se quiere racionalizar y cualificar es necesario acudir a la búsqueda de modelos filosóficos, sociales y científicos.
No se puede paralizar la práctica a la espera de que exista un corpus de conocimiento capaz de regularlo, como no se puede nunca paralizar la vida. La práctica constituye una respuesta a las necesidades de la vida; es, por así decirlo, una respuesta intuitiva a las necesidades, cuya justificación vendrá más tarde si se busca y se investiga.
Utilidad. Una de las ideas-fuerza que caracteriza la acción social y educativa es la aspiración de que la investigación «sirva para algo», «para mejorar la práctica». No podemos hablar de obsesión pragmatista sino más bien de sensibilidad y de búsqueda de eficacia en los diversos ámbitos.
La utilidad reside en saber captar la unidad en la complejidad, pues de otro modo sólo se acumularían saberes puntuales que no aportarían la visión global. Hay que tener mucho cuidado con la investigación en los ámbitos socioculturales de modo que «los árboles no nos impidan ver el bosque».
En la investigación orientada a la resolución de problemas, una nota que caracteriza a este tipo de investigación es la utilidad (De Miguel, 1988: 14).
La investigación en el campo de la Educación Social, se orienta prioritariamente hacia las metodologías de tipo cualitativo, por considerarlas más adecuadas para la comprensión de la compleja realidad social.
Conviene tener en cuenta que la investigación cualitativa presenta «retos e interrogantes» Pérez Serrano (1998), o como señala Cajide (1992:357):
«Unos la defienden convencidos de su potencialidad, otros la consideran un preámbulo, una primera fase, si cabe un complemento, de la cuantitativa. Su futuro está condicionado por criterios de objetividad, o «estándares» de objetividad, equivalentes a los tradicionales de validez y fiabilidad; además del análisis adecuado de la información, la forma de dar cuenta de ella y su contribución a la solución de problemas. En la medida en que mejore estos aspectos, su rol significativo en la investigación educativa está asegurado».
PRECISIÓN CONCEPTUAL: INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN, EVALUACIÓN E INVESTIGACIÓN EVALUATIVA
Los términos investigación, innovación, evaluación e investigación evaluativa, si bien son diferentes, guardan una estrecha relación entre ellos, sobre todo en lo que hace referencia a determinados tipos de investigación de carácter aplicativo, como puede ser: investigación participativa, colaborativa, investigación en la acción, investigación evaluativa, etc. Por investigación entendemos:
«El estudio de los métodos, procedimientos y las técnicas utilizados para obtener un conocimiento, una explicación y una comprensión científicas de los fenómenos educativos, así como también para solucionar los problemas educativos y sociales». (Hernández Pina, 1997).
La investigación en Educación Social debe prestar atención al método, procedimiento o camino, a las técnicas y recursos a utilizar, así como a la recogida de los datos y su análisis, y a las conclusiones, orientadas a la mejora y al cambio. La especificidad de este tipo de estudios viene definida prioritariamente por la finalidad.
Investigación e innovación
La investigación y la innovación educativa son términos que hacen referencia a aspectos diferentes de la realidad y tienen, por tanto, sus características propias. Al aplicarlos a la educación presentan determinados matices comunes. El término innovación
«Designa la introducción de un elemento nuevo, al objeto de transformar la situación de tal suerte que su principio organizador resulte modificado; ello se traduce necesariamente en una ruptura o en el franqueamiento de un umbral, porque existe un cambio de lógica». (Delorme, 1985:194).
Así la innovación, fenómeno prioritariamente localizado y que surge en el campo de las prácticas, exige para ser llevado a cabo, ciertas condiciones que permitan una conducta deliberada de esta transformación.
La innovación debe desembocar en la necesidad de un equipo que abarque a prácticos e investigadores exteriores dentro de un enfoque de investigación-acción.
«La innovación es un cambio intencionado, programado, optimizador de lo existente y la condición primera para su puesta en marcha es poner en ejercicio nuestro temple de creadores, olvidando los paralizadores cantos de sirena de quienes dejan para los demás, las responsabilidades, las culpas y las iniciativas». (Marín Ibáñez, 1981).
El Diccionario de Ciencias de la Educación establece una estrecha conexión entre investigación e innovación; es más, indica que la innovación se produce mediante la investigación.
La innovación educativa es la acción permanente realizada mediante la investigación para buscar nuevas soluciones a los problemas planteados en el ámbito educativo. Lleva anexos dos problemas fundamentales:
La creación de teorías, modelos, técnicas y métodos cada vez más rigurosos y valiosos.
La aplicación de los descubrimientos científicos al proceso educativo y al desarrollado en las instituciones educativas.
La investigación hace referencia a una actividad deliberada y sistemática de búsqueda que conduce a la conceptualización, la expresión, la concepción y la producción de algo nuevo (descubrimiento e invención). En este sentido, la innovación puede ser fruto de la investigación y manifestarse en ideas, prototipos, sistemas y procedimientos, que son esquemas de acción y conductas que resultan de la investigación. (Vielle, 1981 :337).
Esta formulación se opone a la definición tradicional de investigación en la que se distingue la producción de nuevos conocimientos por parte de los especialistas, de su «aplicación» por parte de quienes toman decisiones o de los diferentes profesionales. En esta afirmación no se concibe la innovación (introducción de nuevas formas de actuación) como un proceso que sea siempre consecuencia de la investigación (producción de nuevos conocimientos). Sin embargo, muchas veces la investigación educativa tiene como objetivo proporcionar estrategias de cambio. En este sentido, podríamos afirmar que la investigación es en sí misma innovadora y se lleva a cabo para sugerir, promover e introducir cambios educativos; aunque no todas las investigaciones son igualmente innovadoras, ni contribuyen al cambio con igual intensidad. En este debate:
«No se puede identificar investigación e innovación, existe un foso entre la investigación y la innovación; hay innovación sin investigación, nuevas ideas basadas en la intuición y jamás probadas objetivamente; y hay investigación sin innovación, sin estudios académicos que carecen de impacto y que sólo son inteligibles para otros investigadores». (Nisbet, 1983: 14).
De lo indicado anteriormente sobre la investigación y la innovación puede deducirse que:
Existe una estrecha vinculación entre innovación e investigación. Pues ambas son deliberadas, voluntarias y planificadas.
La innovación no se produce como consecuencia inmediata de la investigación.
La investigación educativa lleva consigo un cierto potencial innovador.
La investigación operativa y la investigación en la acción guardan una relación estrecha con la innovación.
La investigación vinculada a la práctica puede propiciar no sólo la resolución de problemas inmediatos, sino también generar innovación y contribuir al perfeccionamiento y a la renovación en educación.
Se ha dicho que «vivimos un tiempo de grandes innovaciones y de pequeños cambios». Algunos planificadores afirman que un fallo importante reside en no atender al proceso como se debiera y a los factores que intervienen en la puesta en marcha de cualquier innovación. La investigación puede desempeñar un papel relevante para desvelar los pasos a tener en cuenta.
No es suficiente con determinar que se quiere cambiar, es necesario precisar cómo ha de llevarse a cabo todo el proceso, dado que el camino a recorrer puede ser más importante que el resultado final. En el campo de la educación, el cambio y la innovación se debaten en el proceso, pues al trabajar con personas, lo prioritario se juega en el proceso educativo.
Investigación y evaluación
La evaluación es un ámbito del conocimiento que no ha disfrutado de buena prensa; todos tememos la evaluación, evaluar y sobre todo que nos evalúen. Esta mala imagen se debe a que se ha entendido la evaluación en un sentido reduccionista de supervisión y control, no como diagnóstico y sobre todo como mejora. Sin embargo, la evaluación es un quehacer, imprescindible para conocer y mejorar lo que hacemos, a nosotros mismos y para lograr objetivos de excelencia.
La sociedad actual denuncia cada vez más la evaluación. Es necesario valorar en qué se emplean los escasos recursos, cómo se emplean y qué resultados aportan. La evaluación se halla presente en todos los campos del saber y del hacer, como punto de referencia para determinar aciertos y deficiencias, así como para posibilitar nuevos avances.
Desde una perspectiva muy general, por evaluación entendemos el proceso o conjunto de procesos, para la obtención y el análisis de información relevante en que apoyar un juicio de valor sobre un objeto, fenómeno, proceso o acontecimiento, como soporte de una eventual decisión sobre el mismo. En toda evaluación se halla implícito el proceso de cerciorarse del valor de la realidad evaluada, según su grado de adecuación o inadecuación a una instancia de referencia o criterio.
La evaluación de programas o de formación se conoce también con el nombre de investigación evaluativa, definida como el conjunto de «procesos sistemáticos de recogida y análisis de información fiable y válida para tomar decisiones sobre un programa educativo». (De la Orden, 1991:304). Se puede hablar de esta modalidad de investigación en la medida en que tal evaluación se lleva a cabo de manera sistemática, controlada y rigurosa, si bien existen diferentes modelos para llevarla a cabo. Para Pérez Juste (1995:143):
«Es un proceso sistemático, diseñado intencional y técnicamente, de recogida de información rigurosa -valiosa, válida y fiable orientado a valorar la calidad y los logros de un programa, como base para la posterior toma de decisiones de mejora, tanto del programa como del personal implicado y de modo indirecto, del cuerpo social en el que está inmerso».
La evaluación implica recoger información sobre un programa, su funcionamiento, sus efectos y consecuencias. El propósito general de la investigación evaluativa es informar la acción, apoyar con argumentos la toma de decisiones y aplicar el conocimiento para resolver problemas educativos, sociales, organizativos, políticos, etc.
Desde una perspectiva social, Rossi y Freeman (1989:14) entienden la investigación evaluativa como:
«La aplicación sistemática de los procedimientos de la investigación social con el fin de valorar la conceptualización y el diseño, la ejecución y la utilidad de los programas de intervención social».
Conviene subrayar que la investigación evaluativa usa las metodología de la investigación social para juzgar y mejorar la planificación, la verificación, la efectividad y la eficacia de programas sociales de salud, educación, bienestar, etc.
La investigación evaluativa se compromete con las reglas de la investigación social. Cronbach indica que el propósito de una evaluación es influir en el pensamiento social y la acción, durante la investigación o en los años posteriores. También es razonable esperar influencias a largo plazo.
La prueba se obtiene con base en la experiencia de un programa existente o uno establecido para los propósitos de la investigación. Después del análisis, los investigadores publicarán sus conclusiones conforme las obtengan y documentarán sus observaciones y razonamientos de tal manera que el lector comprenda cada conclusión.
La finalidad del evaluador es proporcionar una interpretación integral y disciplinada. La intención es impresionar a personas con mente clara, incluidas aquellas cuyas preconcepciones o preferencias estén en contra de los resultados. Es más, la información obtenida sirve para quienes indaguen o interpreten en forma independiente.