Paso de ciervo - Jorge Esquinca - E-Book

Paso de ciervo E-Book

Jorge Esquinca

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Beschreibung

Ernesto Lumbreras escribe en la presentación de Paso de ciervo: "Desde su andamiaje formal, el verso libre y el poema en prosa, la poesía de Jorge Esquinca se presenta como uno de los ejercicios plásticos más depurados y sugestivos de la poesía mexicana reciente."

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PASO DE CIERVO

La escritura de Paso de ciervo define el acto poético como revelación. Premisa vital ciertamente, la celebración del mundo como epifanía, la restitución de la materia en estado naciente. En este orbe adánico, de ineludible interiorización, se tributa como en un proceso de iniciación la gracia del verbo: nombrar y religar el caos dionisiaco.

Desde su andamiaje formal, el verso libre y el poema en prosa, la poesía de Jorge Esquinca se presenta como uno de los ejercicios plásticos más depurados y sugestivos de la poesía mexicana reciente. Apoyada en un diapasón simbólico, su pericia imaginística elude la inmediata representación del modelo, proyecta en la multiplicidad tonal, cromática, semántica de sus metáforas un orden transfigurado, pero también, generosamente hospitalario.

En su ámbito electivo los poemas de este libro prestigian la experiencia del misterio, la frontera nómada de lo visible y lo invisible, el círculo de lo sagrado y lo profano, el ojo de la infancia y la ventana de la memoria. No como verbalización de sus tópicos e iconos más predominantes, estas obsesiones temáticas surgen de una rigurosa y personalísima apropiación, no exenta de digestión humana, tan imprescindible para la reinvención de los mitos, para el dominio de la música callada.

ERNESTO LUMBRERAS

Jorge Esquinca (ciudad de México, 1957), vive desde 1968 en Guadalajara, Jalisco. Ha obtenido el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes y el Premio Nacional de Traducción de Poesía. Entre sus libros: Alianza de los reinos (1968), El cardo en la voz (1991) —recogidos en este volumen—, Paloma de otros diluvios (1990) e Isla de las manos reunidas (1997). Ha traducido obras de Pierre Reverdy, W. S. Merwin y Henri Michaux. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores.

JORGE ESQUINCA

PASO DE CIERVO

letras mexicanas

SECRETARÍA DE CULTURA DEL GOBIERNO DE JALISCO FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Primera edición, 1998 Primera edición electrónica, 2014

GOBIERNO DEL ESTADO DE JALISCO

ALBERTO CÁRDENAS JIMÉNEZ Gobernador del estado de Jalisco RAÚL OCTAVIO ESPINOZA MARTÍNEZ Secretario general de Gobierno GUILLERMO SCHMIDHUBER DE LA MORA Secretario de Cultura CARLOS EDUARDO GUTIÉRREZ ARCE Director general de Patrimonio Cultural ARTEMIO GONZÁLEZ Director de Publicaciones

D. R. © 1998, Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco Cabañas, 8, Plaza Tapatía; 44360 Guadalajara, Jal.

D. R. © 1998, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008

Comentarios:[email protected] Tel. (55) 5227-4672

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-2270-9 (ePub)

Hecho en México - Made in Mexico

A mis hijosSANTIAGO Y ALONSO

AVISO

Paso de ciervo recoge dos libros: Alianza de los reinos, publicado en esta misma colección en 1988, y El cardo en la voz (Joaquín Mortiz, 1991). He añadido unos cuantos retoques: el cambio o supresión de alguna palabra y, hacia el final del volumen, eliminé cuatro poemas. Nada más. Prefiero pensar en estos libros como partes de una misma figura compuesta a lo largo de quince años y cuyo dibujo se cumple con un tercer título: Isla de las manos reunidas, editado por Aldus en 1997.

La huella del ciervo, cuando la hay, es apenas perceptible.

Lo notable ha de ser, quizá, su desplazamiento. Un paso, un trazo hacia lo invisible.

La escritura del ciervo es su desaparición.

J. E.

ALIANZA DE LOS REINOS

AADRIANA

Todo es revelación, todo lo sería de ser acogidoen estado naciente.

MARÍA ZAMBRANO

La noche en blanco

…y la noche, la noche cuando llega el vientoy nos borra el rostro, ¿a quién no se entregaría ella,la sutil engañosa, la deseada,la que se cierne sobre el corazón solitario?¿Acaso será más leve a los amantes?

RAINER MARIA RILKE

I. MÁRGENES

ES DE madrugada,la lluvia insiste sobre la ciudadcon su danza sigilosa.Clarea, tú duermes y las nubeslejos de tu sueño se dispersan.No despiertes aún,yo he pasado por ti la noche en blanco.

I

ES EL reposo quien miente,esta calma cómplice donde se gestanel estrépito y la furiadel prodigioso derrumbe.Engaño: nada reside en la páginade esta noche fugitiva.

Sólo tú eres cierta porque sueñas.

II

CAPTA la voz que pasa por tu sueño.Despierta, una vez más, hacia el espejoque te aguarda como un enemigo cotidiano.

¿Serás entonces tú, la que se admira desnuda,ajena a la traición de la adversariaque repite tu gesto más leve?

“Larga es la enfermedadque mis manos padecen al tocarte desnudamientras palmo a palmo te mueres en mi cuerpo…”

Esa voz que nada dice que nada teme—acaso el hierro hiere menosque el punzante silencio de ese sueño.

¿Con qué rostro serás entonces tú mismala que se aleja mansamente hacia el olvido?

III

NO TE turbe el deseo con su llamaahora que duermesy la niebla posa una mano blandaen las provincias vedadas de tu cuerpo.

IV

ALGUIEN le dijo a tu cuerpo su verdadero nombre.Otra boca que no fue la mía,otro aliento te llamó con las palabrasque sólo pueden decirse entre la lluvia.Si alguien te vio florecer entonces,si alzaste tu cuerpo hacia la llama de otras manos,dejaré que la herrumbre cubra estos poemas,ceniza para el viento interminable.

V

¿CON qué violencia he de nombrarte?Si tú eres delgado puñal que divide al sueñoy cerca del alba todo puede ser ausencia,menos la ofrenda que se abre en tu cuerpo:huerto lavado, ruta desleída.Si el secreto a voces anda en largas lenguascomo un fuego silvestre;si volver a solas con la nochefuera la razón del canto,qué súbito fulgor, qué renovada pielencontraríamos tras la lluvia—o tan sólo una amarga certidumbrefruto de las horas incansables.

VI

AH, DULCÍSIMA, cuántas veceshabré de romperme esta nochetan lenta, tan tuya en su furiade serpiente. Acude —te imploro—,mira cómo danza y se agitaeste jardín desconsolado,acoge las voces que lanzocomo naipes contra el olvido.Acude, malévola, escuchaeste mondo caer de huesos,de garfios cruelmente aguzados;míralos hundirse en el huecode mi cuerpo, donde no puedenhallarse los fragmentos cálidosde la palabra corazón.

VII

TODAS las aguas, los temporales todosconjuraron esta noche larga, anónima.

¿Quién hurga entre las últimas ruinas,esparce la simiente de las horas perdidaso escribe,

   con el pulso vacilante,

un sueño ajeno? ¿Quién cosechalos frutos que el silencio alumbra en las palabras?

Puede valer la pena llenarse de vocesmientras la desolación anidaen la rama tan frágil de este árbol.

No muy lejos de tu cuerpo que hurta el día,no muy lejos,alguien planta el fuego de cada noche.

VIII

DESCIENDE, luminosa, y lava estos signosque sólo pueden palparse en la orilla exacta de la muerte.Comercia en lo oscuro, enciende la danza.Que de tus pies tan ágiles se alimente el destello,que todo transformen tus espejos repentinos.Desciende, luminosa, y tiende el lienzodonde el cuerpo dibuja su deseo.Que de tus ojos incomparables fluya la visión.Desciende, colma esta ausencia, guárdame del olvido.

IX

COMO un sueño ligerovas ocupando mi cuerpocon tu cuerpo:ese reino mansoque se esfumaen un abrir y cerrar de ojos,labios o jazmines.Como un pálido fuegome envuelves,sin tocar siquiera la manoque tiendo pródiga y oscura,derrotada.Luego, siempre en silencio,con tu boca depositas en mi bocauna moneda pura y reluciente.Tiene el sabor de las cosas perdidasuna y otra vez,tiene el sabor de la victoria.

X

EN LOS lindes del alba tu nombre es una lámina blanda

afuera el aguacero gasta el silencio con sus piedras finísimas

no alcanzan las palabras para tanta noche tanto sueño

tu cuerpo delgado litoral me separa del día

tu cuerpo apenas frontera en el mapa de los nombres

“esta boca no es mía cuando te habla”

así la pausa el amoroso letargo que se pierde entre una respiración y otra

así pasa la sombra de una lengua a otra lengua

pasa el nombre de tu cuerpo al mío y queda

mudo vaivén ráfaga henchida de pájaros que brillan por su ausencia

tráfico de voces hurtadas voces como astillas ardiendo blancas en el umbral del corazón

suelta las naves hacia la madrugada hacia el día menos humilde que nuestros ojos

alza las velas frente a esa claridad ese relámpago

baja los párpados como dos raudos peces delicados

que ruede que corra la sangre entre tus muslos igual que la vez primera

eres niña bajo el sortilegio de la luna eres flor de las fogatas

eres el diablo pero más hermosa más terrible

y tu solo aliento escalda mis labios lívidos

llaga los espejos las manos que dan origen al desierto y son la sombra

cuando viene el viento a la cabeza de la noche

cuando la serpiente del diluvio corona tu frente con su diadema magnética

y arde en el aire la violenta quemadura del secreto que guardamos

digo tu nombre digo la noche y miento

“esta boca no es mía cuando te habla”

es tuya como tantas otras cosas que ya no me pertenecen

todo se disuelve todo es baldío rumor en la vigilia

cierra las ventanas apaga las luces de tu casa

calla para siempre calla

que el amor imponga su arduo reino entre nosotros

CODA

TODO es comienzo,renuevo en el instante;

cada voz, cada cuerpoamado fluye en el deseo

—única guía,donde se abre la estrella que amanece.

II. HUMEDADES

I

YO MIRÉ