Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Una vez más separada de su compañero a causa de un nuevo confinamiento, la heroína aprende a explorar todo el espectro de su sexualidad. Estimulada por la visión de una vecina muy liberada, decide lanzarse a nuevos restos y dejar que se desarrolle su erotismo, guiada por las palabras de su amante. ¿Conseguirá la pareja sacar partido de este periodo difícil y enriquecer su universo sensual y sexual?-
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 23
Veröffentlichungsjahr: 2021
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Nicolas Lemarin
Translated by Nuria Viver
Lust
Placeres digitales - un cuento corto erótico
Translated by Nuria Viver
Original title: Plaisirs digitaux
Original language: French
Copyright © 2020, 2021 Nicolas Lemarin and LUST
All rights reserved
ISBN: 9788726833362
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
Aquí estoy, otra vez confinada. Otra vez separada de mi amorcito.
A pesar de la experiencia de la pasada primavera, se me forma una bola en el vientre cuando me digo que ya estamos otra vez y que hay que volver a pasar por todo. Afortunadamente, como me ocupo de las tareas administrativas de una sociedad de importación y exportación, voy a poder continuar mi actividad teletrabajando.
Además, quizá estoy mejor armada que durante el primer confinamiento, en el que fue muy complicado no permitir que el trabajo invadiera mi espacio personal. Por otra parte, comprendí la importancia de cuidar la parte privada de mi vida, así que, en verano, reorganicé por completo mi apartamento. Para hacer mío el interior, quise que el arte decorara el salón, igual que mi existencia.
Coloqué carteles, pinturas y obras artísticas, así como libros antiguos. Encima de mi escritorio, en su marco negro de madera natural, reina un magnífico dibujo de la ilustradora Nina Van Kidow, realizado a partir de una foto de mi compañero y yo deliciosamente abrazados.
Cada vez que lo miro, lo recuerdo. Me acuerdo del día que tomamos esa foto, solo vestidos con unos vaqueros. Mientras probábamos poses, nuestros torsos desnudos se rozaban con placer. Con cada ensayo fotográfico, mis pechos se restregaban con más insistencia contra su torso, que sentía tensarse. Con el abrazo nos encastrábamos casi involuntariamente.
También recuerdo que sonreímos al mirar el resultado en el teléfono de Sylvain; que después mi mano se deslizó casi a pesar mío a lo largo de su cadera; que él se calló y me dejó presionar un poco más firmemente el pantalón con los dedos. Al querer inmortalizar nuestra atracción sensual y sensorial, habíamos inflamado una vez más nuestra complicidad sexual. Recuerdo que me arrodillé delante de él y le sonreí, como suplicándole que se abriera la bragueta. Aunque nos conocemos desde hace mucho tiempo, la visión de su sexo en erección me sigue turbando igual. Cada vez que lo veo, que lo toco, que lo chupo, me siento plenamente feliz y libre de saciar todos mis deseos.