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En la oscuridad, Harvey contempla su coreografía, embelesado por sus movimientos. A medida que la música se vuelve más enérgica, Fiona empieza a moverse más rápido, se deshace del vestido y aparece completamente desnuda en pantalla. Alza su otro pecho hacia la cámara, acariciándolo mientras suspira de placer en voz baja.Fiona viaja mucho, pero Harvey y ella saben cómo lidiar con la distancia gracias a lo maravilloso de las videollamadas. La diversión y juegos que comparten en pantalla hace que su relación como pareja se vuelva más y más estrecha, sin importar el espacio físico entre ellos. Un día, las cosas cambian cuando Harvey propone llevar las cosas a otro nivel: quiere que hagan un Vídeo erótico, la manera perfecta de revelar su sensualidad al mundo y enseñar a los demás qué significa conectar de verdad y cómo es el sexo en la vida real. Como era de esperar, no les faltan espectadores.-
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Seitenzahl: 29
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Original title: Vidéos privées
Translated by: Aunia Toledo Copyright © 2019, 2020 Nicolas Lemarin and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726355451
E-book edition, 2020 Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
Vídeo erótico
—Hola, cariño. ¿Qué tal el viaje?
—Bien, y el hotel es bastante bonito. Espera que te enseñe la habitación.
Cuando está en uno de sus frecuentes viajes de negocios, a Fiona le gusta enseñarle a su marido dónde se aloja. Él ha visto el interior de muchas habitaciones de hotel en lo que llevan de casados. Gracias a la magia de las videollamadas, pueden estar juntos sin importar en qué parte del mundo se encuentren.
—Es muy sotisficada, ¿no? —exclama ella con alegría.
—No tan sofisticada como tú… —responde él sugerentemente.
Fiona se ruboriza, como siempre que Harvey le dedica un piropo, y se da cuenta de que, al enseñarle la habitación, también le ha revelado que no lleva más que una blusa con un pronunciado escote cruzado, ceñida a la cintura con un lazo, y la ropa interior, la cual destaca las curvas de su cuerpo esbelto.
—Me encanta verte así vestida —dice Harvey.
—Lo sé… —contesta en tono burlón—. ¿Y tú? ¿Qué tal tu día?
—No muy emocionante. Pero está mejorando; estoy dándome un baño con un buen libro. Mira.
Harvey alarga el brazo que sostiene el celular para que Fiona vea mejor, y entonces empieza a revelarle su cuerpo: primero el cuello, luego los hombros y el torso. Fiona se queda callada. Sus ojos están fijos en su pecho musculoso, el cual le encanta mirar, acariciar y morder. Harvey contempla su rostro, detectando las primeras señales de excitación. Entonces, tal y como sabe que le gusta, empieza a provocarla, cambiando la perspectiva de la cámara y jugando con las burbujas y el agua mientras observa con atención sus reacciones en todo momento. Ella se muerde el labio ligeramente cuando deja que le eche una ojeada a su pene, haciendo que parezca un accidente. Después, moviendo la cámara por su cuerpo de arriba abajo, enfoca su torso desnudo y desde ahí sigue descendiendo, revelando poco a poco la erección que fluctúa dentro y fuera del agua perfumada. En el silencio, tan solo interrumpido por el suave chapoteo del agua de la bañera, desliza lentamente la mano por su cuerpo estirado y reluciente. Los grandes ojos azules de su esposa siguen los movimientos de sus dedos ávidamente. Él sabe que a ella le gustaría estar deslizando las manos furtivamente hacia su entrepierna y suelta un suspiro cuando sus dedos errantes alcanzan su pene endurecido. Disfruta viéndola excitada; le pone incluso más caliente y hace que escalofríos de deseo le recorran el cuerpo. Entonces, mientras empieza a masturbarse lentamente, murmura:
—Te deseo.
—Ay, yo también. ¡Yo también te deseo! —contesta ella respirando agitadamente.
—¿En serio? Demuéstramelo —le reta.
