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El presente libro tiene como objetivo recoger buenas prácticas en la implementación de los programas educativos y preventivos familiares basados en la evidencia a partir de distintas investigaciones sobre el tema. Ello se lleva a cabo con la finalidad de aportar soluciones a profesionales e investigadores del ámbito de los programas familiares en su práctica profesional y académica. Habitualmente, los estudios sobre el tema ponen el acento en la evaluación de resultados de los programas, así como en la potencial generalización de los programas con resultados positivos. Sin embargo, hacen falta análisis rigurosos sobre la «caja negra» de los procesos de aplicación de los programas. En otras palabras, se necesita poner más atención en los procesos, no solo en los resultados. Este libro pretende responder a esta necesidad con aportaciones que destacan buenas prácticas profesionales e investigadoras en distintas dimensiones de la implementación: la adaptación cultural, la evaluación del proceso, los aspectos relacionados con la calidad de los programas, la capacitación de formadores, las distintas modalidades de aplicación, las adaptaciones a formatos virtuales o híbridos, o la dimensión comunitaria de la intervención familiar, entre otras. Para ello se reúne a un elenco de autores españoles e internacionales con amplia trayectoria en la investigación en intervención familiar.
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Colección Horizontes - Universidad
Título: Programas de familias para la comunidad. Buenas prácticas en implementación de intervenciones basadas en la evidencia
Primera edición: mayo de 2023
© Carmen Orte, Flavio F. Marsiglia, Joan Amer (eds.)
© De esta edición: Ediciones OCTAEDRO, S.L. C/ Bailén, 5 – 08010 Barcelona Tel.: 93 246 40 [email protected]
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
ISBN (papel): 978-84-19506-76-4
ISBN (epub): 978-84-19506-77-1
Diseño y producción: Octaedro Editorial
Sumario
Introducción
CARMEN ORTE; FLAVIO F. MARSIGLIA; JOAN AMER
1. Revisión sistemática sobre criterios de calidad de los programas de apoyo familiar basados en la evidencia
CARMEN ORTE; BÁRBARA LORENCE; JOAN AMER; JAVIER PÉREZ-PADILLA; LIDIA SÁNCHEZ-PRIETO; SOFÍA BAENA; JESÚS MAYA
2. Consideraciones para la adaptación a un formato virtual de un programa de prevención con padres hispanos
SONIA VEGA-LÓPEZ; ANAID GONZÁLVEZ; FLAVIO F. MARSIGLIA
3. Intervenciones familiares de adaptación cultural para poblaciones indígenas: el programa «Parenting in 2 Worlds» para indígenas americanos urbanos como ejemplo
STEPHEN S. KULIS; MARY L. HARTHUN
4. Modalidades de aplicación de los programas basados en evidencias desde la parentalidad positiva
SONIA BYRNE; MIRIAM ÁLVAREZ; SONIA PADILLA; ARMINDA SUÁREZ; ENRIQUE CALLEJAS; MARÍA JOSÉ RODRIGO
5. Intervenciones preventivas basadas en la familia: comprensión de la implementación y cuestiones clave en su evaluación
JEREMY SEGROTT; INA KONING
6. Evaluación del proceso de implementación de los programas de intervención preventiva con individuos y familias
OLALLA CUTRÍN; LORENA MANEIRO; XOSÉ ANTÓN GÓMEZ FRAGUELA
7. Características y componentes de la formación de formadores en programas basados en la evidencia
CARMEN ORTE SOCIAS; MARGA VIVES BARCELÓ; LIDIA SÁNCHEZ-PRIETO
8. Los programas parentales y familiares mediados por la tecnología: estado de la cuestión
VICTORIA QUESADA; JOSEP L. OLIVER; MARÍA VALERO; JOAN AMER
9. ¿Cómo ha impactado el PCF-AFECT en familias en contextos de vulnerabilidad social? Una aproximación cualitativa al fenómeno
BELÉN PASCUAL; MARIA ANTÒNIA GOMILA; ROSARIO POZO; ALBERT CABELLOS
10. Intervenciones basadas en la evidencia para las familias en México: logros y desafíos
BERTHA L. NUÑO-GUTIÉRREZ; TANIA REAL; MARÍA DOLORES CORONA
Introducción
CARMEN ORTE
FLAVIO F. MARSIGLIA
JOAN AMER
(eds.)
Las intervenciones educativas y preventivas familiares basadas en la evidencia persiguen la promoción y el apoyo de las familias, principalmente con dos enfoques complementarios. Por un lado, para que puedan potenciar sus recursos personales y sociales, de cara a afrontar con mayores garantías sus retos vitales y oportunidades del entorno (Rodrigo et al., 2010). Por otro lado, para prevenir el riesgo de adicciones, comportamientos antisociales y conductas problema en los hijos, mediante el refuerzo de los factores familiares de protección y la reducción de los factores de riesgo (Marsiglia et al., 2014; Orte et al., 2019). En ambos casos, la acreditación de evidencias de efectividad constituye un pilar de las intervenciones. Las evidencias científicas permiten replicar aquellos programas que funcionan y promueven un cambio en las familias.
En las investigaciones sobre la intervención familiar basada en la evidencia cabe dedicar una mayor atención a los procesos de implementación, complementariamente a los más habituales estudios de diseño de los programas y de la evaluación de los resultados (Ballard, 2020; Cooper et al., 2022). El objetivo del presente libro es identificar buenas prácticas en los procesos de aplicación de los programas, buenas prácticas que los investigadores y los profesionales puedan aplicar a otras intervenciones para garantizar un mejor funcionamiento, una mayor efectividad y una eventual replicabilidad de los programas.
Las siguientes temáticas fueron los ejes vertebrales de la publicación a la hora de seleccionar las diferentes contribuciones: la identificación de criterios de calidad de los programas, las características de las adaptaciones a entornos virtuales, la importancia de la adaptación cultural de los programas, la relevancia de utilizar distintas formas de implementación para llegar al mayor número posible de familias, la necesidad de evaluaciones de proceso rigurosas, la formación de formadores, las especificidades en contextos con familias de alta vulnerabilidad social y la congruencia cultural de las intervenciones con las comunidades objeto. Un mejor conocimiento y manejo de estos aspectos permitirá afrontar con mayores garantías la implementación de las intervenciones familiares basadas en la evidencia.
Primero, en cuanto a la identificación de la calidad de las intervenciones, Orte et al., en su capítulo sobre los criterios de calidad, ponen el acento en la sistematización, las condiciones de implementación, la capacitación profesional y la sostenibilidad, conjuntamente a los habituales aspectos de la evaluación de impacto (como la efectividad de los diseños aleatorios). Los autores afirman que es necesario evaluar la calidad de los manuales, contrastando si incorporan los componentes clave para una intervención. También detallan la intensidad y las modalidades de implementación, y subrayan la importancia de la formación de formadores y de la evaluación de competencias de estos. Por último, constatan las pocas evidencias vinculadas con la sostenibilidad de los programas.
Segundo, en referencia a las características de las adaptaciones a entornos virtuales, Vega-López et al. describen en su capítulo cómo adaptaron tecnológicamente el programa «Familias preparando la nueva generación plus» (FPNG+), debido al advenimiento de la pandemia de COVID-19. A partir de una investigación participativa comunitaria, recogieron que para la intervención virtual se requerían materiales visualmente atractivos, formación en tecnología para padres y formadores, y sesiones sincrónicas para mantener la interacción de las familias (aspecto muy valorado por parte de los padres). En el marco de una prueba piloto, se llevó a cabo una evaluación de factibilidad y de aceptación de la modalidad virtual del programa. En la adaptación se ajustaron las actividades al formato virtual y se introdujeron videos de corta duración.
También en su capítulo, Quesada et al. estudian las intervenciones virtuales o mediadas por la tecnología, analizando las variables resultado, las variables relacionadas con la adherencia, los aspectos de la implementación de los programas, así como los resultados. Recogen que en todos los estudios analizados se producen mejoras tras la intervención virtual familiar.
Tercero, sobre la importancia de la adaptación cultural de los programas, Kulis y Harthun, en su capítulo sobre una intervención familiar para indígenas americanos urbanos, señalan que habitualmente los estudios de adaptación apuntan los marcos generales, pero no entran en el detalle específico de cómo llevar a cabo estos cambios o ajustes. Ellos realizan una adaptación con cambios de estructura profunda, que requiere mucha comunicación entre las diferentes partes, abundante recogida de datos y procedimientos cualitativos rigurosos. De las distintas lecciones aprendidas recogidas en su capítulo, destacamos aquí que los formadores deben ser profesionales muy preparados, muy cercanos a la cultura de las familias participantes, con conocimiento de las especificidades tanto culturales como de sus modos de aprendizaje.
Cuarto, respecto a la relevancia de fomentar diferentes modalidades de aplicación de los programas familiares, Byrne et al. subrayan las fortalezas, debilidades, modo de implementación y resultados de las modalidades de atención domiciliaria o grupal, así como de las modalidades de atención a distancia o semipresenciales. En cuanto a los programas domiciliarios, los autores exponen que estos combinan adaptación a las familias y flexibilidad con un uso estructurado del programa (en sesiones y contenidos). Referente a los programas grupales, cabe señalar la relevancia de la calidad en el proceso de aplicación y los autores destacan resultados positivos de estos programas en el bienestar de los hijos y en la parentalidad. En relación con los programas a distancia y mixtos, se subraya su coste menor y su potencial en términos de accesibilidad para las familias. Se recomienda el formato semipresencial para las familias de riesgo.
Quinto, referente a la necesidad de evaluaciones de proceso rigurosas, cabe destacar el trabajo de Segrott y Koning, por un lado, y el de Cutrín et al., por otro. Segrott y Koning abordan la evaluación de la implementación, destacando la importancia de la fidelidad y recogiendo el debate sobre el equilibrio entre la fidelidad y la adaptación a las necesidades específicas de la comunidad objeto de la aplicación. Añaden que la evaluación de proceso fomenta una mejor comprensión de cómo se llevan a cabo las intervenciones y aporta herramientas para entender mejor los eventuales resultados.
Una contribución especialmente original y novedosa de estos autores es relativa a los procesos de cocreación y coproducción en el desarrollo y evaluación de las intervenciones. Estos procesos consisten en la implicación de actores clave como responsables políticos, responsables de las implementaciones, formadores y familias. De acuerdo con Segrott y Koning, la alianza con estos actores permite aumentar el impacto de las intervenciones, mejorar la calidad de la investigación y favorecer la sostenibilidad del programa.
También en cuanto a la evaluación de proceso, Cutrín et al. afirman que la evaluación de la implementación y la inclusión de estrategias cualitativas para obtener mayor información de las intervenciones son componentes centrales para la mejora y el refinamiento de los programas familiares. Además, estos autores destacan unas claves para el éxito del proceso de implementación relacionadas con la implicación de las familias participantes. De acuerdo con estos autores, es importante que las familias sientan que están progresando, se sientan apoyadas y reforzadas cuando avanzan hacia el cambio, se les ayude a tener expectativas realistas y que se adapten las estrategias de aprendizaje a las familias.
Sexto, en el capítulo de características de la formación de formadores de Orte et al., se expone la centralidad de la formación de los profesionales para una mayor diseminación de la práctica basada en la evidencia. Además, subrayan que la capacitación mejora el conocimiento, la satisfacción y la adherencia de los formadores en la intervención. También recomiendan trabajar en la modificación de las opiniones o creencias negativas de los formadores sobre la intervención basada en la evidencia.
Séptimo, Pascual et al., en su capítulo sobre la intervención familiar en contextos altamente vulnerables, exponen que el nivel de efectividad de las intervenciones es limitado cuando las habilidades familiares son solo uno de los múltiples problemas de estas familias. Consideran que los programas formativos deben ser complementados con otras medidas sociales de acompañamiento y apoyo a las familias.
Por último, en su capítulo, Nuño-Gutiérrez et al. abordan el estado de la cuestión de la intervención familiar basada en la evidencia en México. Plantean dos grandes retos: por un lado, una mayor formación de los profesionales en la intervención basada en la evidencia y, por otro lado, una mayor preparación en las metodologías específicas para desarrollar y aplicar programas basados en la evidencia científica.
A modo de cierre, cabe apuntar una serie de constataciones sobre las intervenciones familiares basadas en la evidencia que se quieren destacar en el presente libro:
• La utilidad de exportar buenas prácticas y recomendaciones de unas intervenciones a otras, relativas a los procesos de implementación de los programas.
• La importancia de adoptar distintas formas de aplicación para llegar al mayor número posible de familias, teniendo en cuenta las características de las familias, la complejidad de sus agendas, así como sus dificultades para participar en este tipo de programas. Reconociendo también las fortalezas que existen en el seno familiar, como la cultura de origen e identidad cultural, desde esa perspectiva será más efectivo afrontar desafíos que las familias enfrentan.
• La relevancia de trabajar desde la perspectiva de la evidencia para garantizar cambios y una eficiencia en el uso de los recursos públicos (invirtiendo en aquello que funciona).
• La necesidad de abrir las «cajas negras» de los procesos de implementación con evaluaciones de proceso rigurosas.
Todo ello con el objetivo de acompañar, de manera eficaz, a las familias a afrontar sus retos vitales y prevenir los eventuales comportamientos de riesgo de sus hijos.
Referencias
Ballard, S.M. (2020). The practice of family life education: toward an implementation framework. Family Relations, 69, 3, 461-478. https://doi.org/10.1111/fare.12443
Cooper, J., Dermentzis, J., Loftus, H., Sahle, B.W., Reavley, N. y Jorm, A. (2022). Barriers and facilitators to the implementation of parenting programs in real-world settings: a qualitative systematic review. Mental Health & Prevention, 26, (200236) https://doi.org/10.1016/j.mhp.2022.200236
Marsiglia, F. F., Williams, R. L., Ayers, S. L. y Booth, J. (2014). Familias preparando la nueva generación: a randomized control trial testing the effects on positive parenting practices. Research on Social Work Practice, 24, 310-320.
Orte, C., Oliver, J. L., Amer, J., Vives, M. y Pozo, R. (2019). Universal prevention. Evaluation of the effects of the universal Spanish strengthening families Program in elementary schools and high schools (SFP-U 11-14). Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 34, 19-30. https://doi.org/10.7179/PSRI_2019.34.02
Rodrigo, M. J. Máiquez, M. L. y Martín, J. C. (2010). La educación parental como recurso psicoeducativo para promover la parentalidad positiva. Federación Española de Municipios y Provincias y Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
1
Revisión sistemática sobre criterios de calidad de los programas de apoyo familiar basados en la evidencia
CARMEN ORTE
Universitat de les Illes Balears
BÁRBARA LORENCE
Universidad de Sevilla/Universidad de Huelva
JOAN AMER
Universitat de les Illes Balears
JAVIER PÉREZ-PADILLA
Universidad de Jaén/Universidad de Huelva
LIDIA SÁNCHEZ-PRIETO
Universitat de les Illes Balears
SOFÍA BAENA
Universidad Loyola Andalucía
JESÚS MAYA
Universidad Loyola Andalucía
Introducción
Bajo el paraguas de las medidas de política infantil y familiar, se han articulado disposiciones de apoyo a la familia con el fin último de garantizar el bienestar de niños, niñas y adolescentes en sus principales contextos evolutivos, especialmente en los contextos familiares (Daly et al., 2015). Las intervenciones de los servicios de apoyo familiar orientadas a mejorar el funcionamiento familiar son amplias y variadas (Rodrigo et al., 2022). A pesar de esta diversidad, y de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989), estas intervenciones se plantean con el objetivo común de garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes a través de la preservación y mejora del contexto familiar.
Actualmente, se cuenta con programas de apoyo familiar basados en la evidencia, como el “Incredible Years”, “Triple P” o “Strengthening Families Program”, que han sido diseminados internacionalmente (Pidano y Allen, 2015; Sanders y Turner, 2018; Kumpfer y Brown, 2019). De hecho, existe una amplia variedad de programas de apoyo familiar diseñados, implementados y evaluados. Desde que se puso el foco en la importancia de implementar programas basados en evidencias (PBE, a partir de ahora), el número de intervenciones dirigidas a la promoción y apoyo familiar (con evaluaciones rigurosas) ha aumentado considerablemente, así como el número de publicaciones relacionadas. En este capítulo se realiza una revisión comprehensiva e integrativa de las revisiones sistemáticas publicadas en la última década sobre los criterios de calidad de los programas de apoyo familiar. Para ello, y antes de exponer los principales hallazgos en este capítulo, se presentan algunos de los principales criterios de calidad para contar con programas basados en la evidencia: sistematización, implementación, capacitación y formación profesional, evaluación e impacto, y sostenibilidad.
Según instituciones internacionales especializadas en el reconocimiento de PBE (California Evidence-Based Clearinghouse for Child Welfare or Blueprints for Healthy Youth Development), la «sistematización de las intervenciones» es imprescindible para garantizar su fidelidad, replicabilidad y diseminación. De este modo, la sistematización de las actuaciones de apoyo familiar es facilitada fundamentalmente por la presencia de un manual, siendo considerada la manualización un criterio de calidad en los PBE (Carroll y Rounsaville, 2008; Gottfredson et al., 2015; Jiménez e Hidalgo, 2016). No obstante, debemos diferenciar la existencia de manuales que presentan una alta estructuración e información del programa frente a manuales con una menor rigurosidad. En este sentido, Carroll y Rounsaville (2008) proponen una clasificación que permite situar la elaboración de los manuales en tres fases, siendo la fase 3 a la que todos los PBE deben aspirar al conseguir una definición detallada de la fundamentación teórica, de los mecanismos de cambio, de la metodología, de los contenidos, de la propuesta de evaluación, de los resultados de impacto, de la identificación de componentes clave, de las competencias profesionales y de las condiciones explícitas en las que el programa es más efectivo, entre otros elementos.
Las condiciones de implementación son frecuentemente unos aspectos poco analizados. Los estándares de calidad de Blueprints for Healthy Youth Development (2022) establecen la importancia de una adecuada atención a cuestiones como el contexto, el modo de implementación, la duración de la intervención y la frecuencia de las sesiones. De estos aspectos, autores como Allen et al. (2016), Borges et al. (2021) y Li et al. (2021) reportan impactos diferenciales de los programas según el modo de implementación. Del mismo modo, Allen et al. (2016), Park (2021) y Peacock et al. (2013) establecen distinta efectividad o impacto en función de la duración o intensidad de los programas. No obstante, no solo es importante detallar las condiciones de implementación, sino los elementos facilitadores de esta implementación como las competencias profesionales.
Peacock et al. (2013) señalan que una adecuada «capacitación profesional», o refuerzo de sus competencias, incrementa la eficacia de las intervenciones familiares. Por esta razón se considera la existencia de un plan formativo profesional (que incorpore objetivos, contenidos, estructura, metodología y mecanismos implícitos) como un criterio de calidad en los PBE (Turner y Sanders, 2006). Conocer y profundizar en el programa es una cuestión fundamental para poder transmitirlo a las familias. Así, resulta imprescindible trabajar en la evaluación previa y el consiguiente refuerzo de las habilidades y las competencias profesionales (Small et al., 2009; UNODC, 2009). Por ende, tanto la evaluación del formador como su capacitación son aspectos fundamentales en el proceso de implementación y de evaluación de los programas familiares.
Resulta indiscutible que la calidad de los programas es reportada fundamentalmente en función del «proceso de evaluación seguido y de los resultados de impacto» obtenidos. La evaluación de impacto es considerada uno de los estándares de oro de los PBE (Asmussen, 2011). Así, para que una intervención pueda ser considerada «basada en la evidencia» tiene que demostrar el cumplimiento con los objetivos propuestos utilizando estrategias de evaluación científica (Small et al., 2009). A este respecto, las estrategias de evaluación más apropiadas para los expertos en evaluación de programas son aquellas que se rigen por una evaluación externa, incorporan algún grupo de comparación, emplean un ensayo controlado aleatorizado (en inglés, randomized controlled trial, RCT) y realizan evaluaciones de seguimiento al menos a medio plazo (Flay et al., 2005; Moher et al., 2010).
Una vez establecidas evidencias robustas de la eficacia de una intervención, los estándares de calidad internacionales sobre evaluación de programas establecen que es esencial aportar garantías para su sostenibilidad y generalización (Flay et al., 2005; Jiménez e Hidalgo, 2016). Entre los factores que influyen en la institucionalización de un programa está el apoyo organizacional y la sostenibilidad de la implementación (Fixsen et al., 2005). El apoyo organizacional, con el consecuente soporte económico, favorece la sostenibilidad de las intervenciones (tanto en implementación como en evaluación) y, en último término, su integración y generalización en los servicios (Wang y Stewart, 2013).
En conclusión, la finalidad de este trabajo fue identificar los criterios seguidos en la literatura científica para evaluar la calidad e impacto de los programas de formación y apoyo a familias. Concretamente, con los siguientes objetivos:
• Recopilar las estrategias de evaluación utilizadas en las revisiones sistemáticas de programas de apoyo y formación familiar.
• Identificar los criterios de calidad incorporados en las revisiones sistemáticas de los programas familiares para su integración en los servicios públicos: sistematización de la intervención, condiciones de implementación, capacitación y formación profesional, y garantías de sostenibilidad.
Metodología
Se desarrolló una revisión sistemática fundamentada en revisiones sistemáticas (incluyendo metaanálisis). Este trabajo siguió los criterios metodológicos recogidos en la guía PRISMA (Moher et al., 2009) y Cochrane (Higgins et al., 2019). El proceso de selección desarrollado puede consultarse en la figura 1.1.
Figura 1.1. Diagrama de flujo del proceso de selección de los artículos.
Criterios de inclusión y de exclusión
Los artículos incorporaban el análisis de programas de parentalidad positiva y de apoyo familiar, cuya finalidad era la intervención en múltiples problemáticas relacionadas con el bienestar infantil y adolescente, tales como el consumo de sustancias o el trastornos de comportamiento, entre otros. Se optó por artículos en español y en inglés publicados entre 2011 y 2022. Como criterios de inclusión se establecieron estudios que fueran revisiones sistemáticas, que estuvieran basados en intervenciones preventivas, dirigidos a promover competencias parentales o familiares y centrados en alguno de los criterios de calidad estudiados (sistematización, implementación, capacitación, evaluación, impacto y sostenibilidad). Se excluyeron revisiones centradas en intervenciones específicas sobre la salud física infantil y adolescente.
Estrategia de búsqueda
Para la búsqueda se utilizaron las bases de datos de Pubmed, PsycINFO, Medline, Cochrane y Web of Science. La ecuación de búsqueda fue la siguiente: (manual* OR core OR implementationconditions OR professionaltraining OR organizationalsupport OR evaluationreport) AND (design OR implementation OR evaluation OR dissemination OR sustainability) AND (program* OR intervention) AND (family* OR parent*) AND (prevent* OR promotion) AND (systematicreview). Como se indica en el flujo del proceso de selección de los artículos, 31 artículos fueron seleccionados en este trabajo del total de 408 estudios que arrojó la estrategia de búsqueda.
Evaluación crítica
El análisis de los 31 artículos se realizó detallando la información relacionada con las siguientes variables de estudio en la tabla 1.1: a) título del artículo, autores y años; b) objetivos; c) inclusión o no de aspectos relacionados con los criterios de calidad: manual, componentes clave, condiciones de implementación, entrenamiento de profesionales, apoyo organizacional y evaluación; d) descripción de los principales resultados; e) tipos de estudios incluidos; f) inclusión de elementos relacionados con la sostenibilidad de los programas. Para asegurar la confiabilidad y la rigurosidad en la selección de los artículos, se realizó una revisión por pares.
Tabla 1.1. Descripción de los estudios de la revisión sistemática.
Autores (Año)
Revista (nombre abreviado)
Muestra (número de artículos)
Objetivos
Tipo de revisión
Allen et al. (2016)
Pediatr.
66
Describir la eficacia de las intervenciones centradas en los padres para reducir o prevenir el consumo de tabaco, alcohol y sustancias ilícitas en los adolescentes.
Identificar los participantes, la dosis, los entornos y los métodos de entrega de la intervención óptimos.
Metaanálisis
Arnason et al. (2021)
Prev. Med. Rep.
34
Identificar y resumir actividades de intervención eficaces y las lecciones aprendidas que las organizaciones pueden adoptar al planificar una intervención de promoción de la salud del estilo de vida para familias.
Estudiar el efecto de las intervenciones basadas en la familia en el cambio de comportamiento en el estilo de vida de niños y adolescentes.
Metaanálisis
Barlow et al. (2016)
Prev. Med. Rep.
23
Establecer si los programas de parentalidad grupales son eficaces para mejorar los problemas emocionales y de comportamiento de los niños (edad media máxima de 3 años y 11 meses).
Evaluar la eficacia de los programas de parentalidad para la prevención primaria de los problemas emocionales y de comportamiento.
Revisión sistemática
Borges et al. (2022)
HealthEduc.Behav.
10
Evaluar los efectos de las intervenciones de empoderamiento en salud dirigidas a familias con niños en edad preescolar.
Analizar la aplicación de la teoría, las formas de participación de las familias y los niños, y las técnicas de modificación de conducta (TMC) utilizadas en estas intervenciones.
Identificar los componentes a través de los cuales las intervenciones exitosas podrían funcionar.
Revisión sistemática
Bröning et al. (2012)
Subst. Abuse Treat. Prev. Policy
13
Identificar y resumir la evaluación empleada en las intervenciones preventivas selectivas para niños y adolescentes de familias en las que existe un consumo de sustancias.
Revisión sistemática
Burgdorf et al. (2019)
Front.Psychol.
25
Evaluar la eficacia de las intervenciones de mindfulness para padres, en la reducción del estrés parental y la mejora de los resultados psicológicos de los jóvenes.
Metaanálisis
Cox et al. (2016)
HealthEduc. Behav.
19
Identificar y analizar programas que hayan evaluado sus efectos en la reducción o prevención de la violencia en la adolescencia.
Revisión sistemática
Foxcroft y Tsertsvadze (2011)
CochraneDatabaseSyst. Rev.
12
Analizar la efectividad de los programas de prevención universal (psicoeducativos) basados en la familia para prevenir el consumo de alcohol en niños en edad escolar hasta los 18 años de edad.
Analizar la eficacia de los programas psicoeducativos basados en la familia para la prevención del consumo de alcohol en menores de edad en comparación con otros tipos de intervención o la ausencia de intervención.
Revisión sistemática
Gilligan et al. (2019)
CochraneDatabaseSyst. Rev.
77
Evaluar la efectividad de programas familiares de prevención de conductas alcohólica problemáticas universales, selectivos e indicados, en niños en edad escolar (hasta los 18 años de edad).
Metaanálisis
Greenwood et al. (2020)
EarlyChild. Res. Q
140
Documentar el cuerpo de investigaciones acerca de intervenciones en el lenguaje con niños de bajo nivel socioeconómico basado en un enfoque preventivo, atendiendo a tres cuestiones: validez ecológica, fiabilidad y preparación para la diseminación a gran escala.
Revisión sistemática
Jackson et al. (2016)
J. Clin. Nurs.
13
Examinar el diseño, la implementación y la evaluación de programas de educación parental para familias con CSHCN para mejorar el diseño de las intervenciones centradas en los aspectos psicosociales relacionados con vivir con una condición crónica, tanto para el niño como para la familia.
Revisión sistemática
Jeong et al. (2021)
BMJGlob. Health
24
Revisar las intervenciones en parentalidad durante los 3 primeros años de vida en países de ingresos bajos-medios, y que incluyen al menos una medida de seguimiento.
Sintetizar las características de la intervención, el diseño de evaluación del seguimiento y los efectos de la intervención a lo largo del tiempo.
Revisión sistemática
Metaanálisis
Kemmis et al. (2018)
Clin. Child. Fam. Psychol. Rev.
28
Revisar las intervenciones psicosociales dirigidas a mejorar el bienestar de los menores en acogida y sus cuidadores e identificar los componentes de estas.
Analizar la eficacia comparativa de las intervenciones psicosociales dirigidas a la mejora del bienestar de los menores en acogida y sus cuidadores.
Identificar los componentes de las intervenciones asociadas a una mayor efectividad en la población diana.
Revisión sistemática
Knerr et al. (2013)
Prev.Sci.
12
Revisar la efectividad de las intervenciones en parentalidad dirigidas a la reducción de las conductas parentales abusivas, el incremento de las prácticas parentales positivas y la mejora de las relaciones padres e hijos en países de ingresos bajos-medios.
Revisión sistemática
Lagdon et al. (2021)
Child Abuse Rev.
40
Identificar los tipos de resultados evaluados en las intervenciones familiares dirigidas a progenitores con problemas de salud mental, poniendo el foco en las experiencias de los usuarios de los servicios.
Explorar la adecuación de estas intervenciones respecto a los componentes establecidos de la práctica centrada en la familia.
Revisión sistemática
Li et al. (2021)
Front. Psychol.
37
Evaluar la efectividad de la intervención Triple P en la mejora de aspectos relacionados con la parentalidad y de los problemas socioemocionales y conductuales de los niños.
Revisión sistemática
Metaanálisis
MacArthur et al. (2018)
Cochrane Database Syst. Rev.
70 (54 para el metaanálisis)
Examinar los efectos de las intervenciones para la prevención primaria y secundaria de múltiples conductas de riesgo implementadas en niños hasta la edad de 18 años.
Revisión sistemática
Metaanálisis
Matjasko et al. (2012)
Aggress. Violent Behav.
59
Examinar la evaluación de programas con enfoques conductuales y psicosociales para prevenir la violencia juvenil.
Identificar estrategias prometedoras de prevención de la violencia juvenil relacionadas con reducción de la violencia (y comportamientos relacionados).
Revisión de revisiones sistemáticas
Metaanálisis
Matvienko-Sikar et al. (2021)
Women Birth
16
Examinar los efectos de las intervenciones dirigidas a mujeres y sus parejas para reducir o prevenir el estrés o la ansiedad durante los primeros 1000 días (desde el embarazo hasta dos años posparto).
Síntesis narrativa
Metzger et al. (2013)
Clin. Child Fam. Psychol. Rev.
13
Analizar programas culturalmente sensibles de prevención de conductas de riesgo, dirigidos a adolescentes afroamericanos.
Revisión sistemática
Panter-Brick et al. (2014)
J. Child Psychol. Psychiatry
199
Identificar los ingredientes importantes para una mayor inclusión y participación de los padres (hombres) en los programas familiares.
Revisión sistemática
Park (2021)
Healthc.
18
Revisar la eficacia de programas dirigidos a familias de alto riesgo (elevada vulnerabilidad). Se basan en visitas domiciliarias en familias con niños de 0 a 6 años.
Revisiones sistemáticas
Metaanálisis
Peacock et al. (2013)
BMC Public Health
21
Revisar la eficacia de programas de visitas domiciliarias de paraprofesionales en el desarrollo y la salud de los niños pequeños de familias desfavorecidas.
Revisión sistemática
Peacock-Chambers (2017)
Pediatr.
48
Resumir la evidencia publicada recientemente sobre el impacto de las intervenciones en atención primaria sobre el desarrollo infantil y las conductas parentales.
Revisión sistemática
Smith et al. (2020)
Pediatr.
40
Analizar los efectos de los programas de parentalidad aplicados desde atención primaria en la prevención de trastornos cognitivos, emocionales o conductuales.
Revisión sistemática
Suto et al. (2017)
J. Affect. Disord
11
Analizar los efectos de la educación sobre el parto prenatal en parejas de mujeres embarazadas en la salud mental postnatal de los padres y en la relación de pareja.
Revisión sistemática
Townshend et al. (2016)
JBIEvidenceSynthesis
7
Evaluar la efectividad de los programas de parentalidad consciente para promover el bienestar de los niños, los adolescentes y los padres, en relación con la intensidad de los síntomas asociados con los trastornos de internalización (depresión, ansiedad, estrés) y externalización (conducta).
Revisión sistemática
Van Sluijs et al. (2011)
Br. J. Sports Med.
10
Evaluar la efectividad de las intervenciones para promover la actividad física (AF) en niños y adolescentes, realizadas en el entorno familiar y comunitario, resumiendo revisiones anteriores y actualizando la evidencia con hallazgos de ensayos controlados realizados recientemente
Revisión de revisiones sistemáticas
Vlahovicova et al. (2017)
Clin. Child Fam. Psychol Rev.
14
Evaluar la efectividad de los programas de parentalidad conductual basados en la teoría del aprendizaje social para prevenir la recurrencia del abuso físico infantil.
Revisión sistemática
Metaanálisis
Wilson et al. (2012)
BMCMedicine
33
Identificar las características de las poblaciones en las que las intervenciones triple P han sido objeto de investigación.
Aclarar qué condiciones de comparación se usaron en las evaluaciones de triple P.
Identificar medidas de resultados basadas en los niños y qué informantes proporcionaron datos de resultados.
Examinar críticamente el diseño de los estudios en los que se han informado comparaciones con intervenciones alternativas.
Aclarar cualquier contribución del sesgo de publicación a los metaanálisis existentes.
Aclarar cualquier contribución del sesgo de informe de resultados y el informe selectivo de resultados.
Revisión sistemática
Metaanálisis
Wright et al. (2017)
PLOSOne
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Evaluar la efectividad clínica de las intervenciones parentales disponibles para familias de niños con alto riesgo de desarrollar, o que ya muestran, un patrón de apego desorganizado.
Revisión sistemática
Metaanálisis
Estado actual de los programas de apoyo y formación familiar según las evidencias de calidad disponibles
Se identificaron un total de 31 revisiones sistemáticas sobre intervenciones centradas en la familia en la última década. A continuación, se presentan y se discuten los resultados de este trabajo de revisión basándonos en los criterios de calidad de los PBE (Flay et al., 2005; Gottfredson et al., 2015).
Atendiendo a la sistematización de las intervenciones, manualización e identificación de componentes clave, pocas revisiones informaron de ambos aspectos. Asimismo, solo tres artículos mencionaron la relevancia de la manualización (MacArthur et al., 2018; Metzger et al., 2013; Smith et al., 2020). Smith et al. (2020) describieron los programas de formación parental manualizados e implementados en conjunto con los dispositivos de atención primaria como el «Triple P» e «Incredible Years», así como aquellos programas que se apoyan en manuales como estrategia facilitadora para la formación de los profesionales que implementan las intervenciones. La revisión de programas de parentalidad para adolescentes con conductas de riesgo de MacArthur et al. (2018) encontró pocos artículos que explicitaran si la implementación del programa se realiza con fidelidad a su manual. Por último, el trabajo de Metzger et al. (2013) mostró que las intervenciones con familias de adolescentes en riesgo más eficaces estaban manualizadas.
En el marco de la sistematización, la identificación de los componentes clave (core) de los programas es otro objetivo de los PBE (Flay et al., 2005; Gottfredson et al., 2015). Del total de los 31 artículos, solo tres estudiaron este aspecto (Borges et al., 2021; Lagdon et al., 2021; Panter-Brick et al., 2014), aunque dos reportaron evidencias al respecto. Por un lado, en la revisión de Borges et al. (2021) se informa sobre técnicas exitosas en intervenciones encaminadas al empoderamiento de familias con hijos/as en edad preescolar. Concretamente, estos autores identificaron 16 técnicas de cambio comportamental como potencialmente eficaces, entre ellas, la más comúnmente aplicada fue la «instrucción sobre cómo realizar la conducta». Por otro lado, el estudio de Langdon et al. (2021) ofrece un análisis de identificación claro y preciso sobre los componentes clave de la intervención familiar. Sus resultados apoyaron la propuesta de Marston et al. (2016) al reconocer como claves del éxito de la intervención familiar: la incorporación de un enfoque psicoeducativo; tratamiento directo y apoyo para la salud mental o consumo de sustancias (si la familia lo requiere); enfoque centrado en los comportamientos parentales; abordaje del riesgo y la resiliencia infantil; promoción de la comunicación familiar, así como el apoyo y funcionamiento familiar saludable. Además, en esta revisión se evidencia la importancia de trabajar con las familias en la mejora a la accesibilidad de los servicios comunitarios y de apoyo familiar; asimismo, se recomienda el abordaje interdisciplinar e interprofesional de las intervenciones.
A su vez, se ha estudiado el impacto de los programas vinculado a las condiciones de implementación, haciendo hincapié en la intensidad o duración del programa y la calidad de la implementación. Nueve de las revisiones incorporaron detalles sobre el impacto de la intensidad de implementación. Jackson et al. (2016), identificó diversidad en los programas dependiendo de las necesidades de los participantes, la edad de los niños y niñas y los objetivos del programa. Destacaron que el formato más común es el grupal con una duración de entre seis y diez semanas, y desarrollado por profesionales formados. Predominan los que plantean actividades para casa, supervisión y apoyo telefónico. En cuanto a la intensidad del programa, Gilligan et al. (2019) afirman que las intervenciones selectivas e indicadas son más intensivas que las universales. No hay consenso en la literatura académica en la relación entre duración y efectividad del programa. Por un lado, de acuerdo con Allen et al. (2016), Peacock et al. (2013) y Park (2021), la efectividad del programa es mayor cuando una mayor dosis de intervención es utilizada durante más tiempo. Wright et al. (2017) encontraron mayor eficacia en los programas más largos (entre seis y doce semanas según Arnason et al.). Otros autores como Burgdorf et al. (2019) y Barlow et al. (2016) no evidenciaron asociación del impacto del programa con su duración (tomando como referencia las ocho semanas para definir la duración de la intervención como larga o corta).
En relación con el formato de implementación (presencial, online, con apoyo telefónico o no), Li et al. (2022) exponen que se pueden obtener resultados parentales positivos (en especial en la mejora de los estilos parentales) a través de diferentes formatos y métodos. Sin embargo, en el caso de los hijos/as, los resultados más positivos parecen constatarse con el formato individual que combina la presencialidad y el apoyo telefónico. Para Allen et al. (2016), el mejor formato, en términos de impacto, es el formato de grupo con sesiones presenciales, dado que se asocia con mejoras importantes en apoyo social y promueve la construcción compartida de aprendizajes. En Borges et al. (2021) se detectaron tres intervenciones grupales presenciales efectivas, así como una intervención efectiva que utiliza web y dos intervenciones efectivas que utilizan el componente de las llamadas telefónicas.
En cuanto al perfil de quienes participaron en los programas (solo figuras parentales o familias en su conjunto), cinco revisiones abordaron este aspecto en relación con el impacto. Allen et al. (2016) encontraron que la mayoría de las intervenciones efectivas incluyeron tanto a las figuras parentales como a sus hijos/as. En Burgdorf et al. (2019), un 64 % de las intervenciones estudiadas eran solo para progenitores y en Kemmis-Riggs et al. (2018), un 50 %. En Borges et al. (2021), en el 60 % de las intervenciones no participaron hijos/as. Estudios como el de Arnason et al. (2021) solo investigaron aquellos programas que trabajaban con el conjunto de las familias.
En referencia a la capacitación y formación de los profesionales, los estudios tienden a limitarse a informar sobre si los profesionales han recibido formación específica (Peacock-Chambers et al., 2017). Sin embargo, no suelen describir las características de esa formación (Peacock-Chambers et al