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Cuando pensé en escribir este libro, lo primero que me pregunté fue cómo hacer para escribir un libro que no fuera otro libro "de inglés".El mercado editorial está saturado de libros que proponen aprender inglés fácil y rápido, con fórmulas mágicas y sin esfuerzo.Si la solución a este problema fuera tan sencilla, no habría tantas personas que se enfrentan a todo tipo de dificultades a la hora de aprender inglés.Éste es un libro sobre cómo programar nuestro cerebro y nuestras emociones para alcanzar el objetivo de aprender inglés de una vez por todas.Nuestros aliados en este proceso son la PNL (Programación Neuro Lingüística) y la Inteligencia Emocional.¡Que disfrutes de mi libro!
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Seitenzahl: 131
Veröffentlichungsjahr: 2014
López, Silvia Esther Prográmate para el inglés. – 1a ed. – Buenos Aires : Autores de Argentina, 2014. E-Book. ISBN 978-987-711-145-3 1. Enseñanza de Inglés. I. Título
CDD 420.7
Agradezco especialmente a mis alumnos de inglés porque ellos me inspiraron para escribir este libro.
Porque fueron mis referentes en el proceso de analizar en qué fallaban las metodologías tradicionales y fueron mis guías para buscar un sistema distinto, más eficaz y comprensible.
Simplemente los escuché y, buscando ayudarlos, apliqué ideas, percepciones e intuiciones que me parecierón prácticas, sencillas y al alcance de todos.
Gracias por descargar mi libro “Prográmate para el inglés”.
Cuando pensé en escribir este libro, lo primero que me pregunté fue cómo hacer para escribir un libro que no fuera otro libro “de inglés”.
El mercado editorial está saturado de libros que proponen aprender inglés fácil y rápido, con fórmulas mágicas y sin esfuerzo.
Si la solución a este problema fuera tan sencilla, no habría tantas personas que se enfrentan a todo tipo de dificultades a la hora de aprender inglés.
Éste es un libro sobre cómo programar nuestro cerebro y nuestras emociones para alcanzar el objetivo de aprender inglés de una vez por todas.
Nuestros aliados en este proceso son la PNL (Programación Neuro Lingüística) y la Inteligencia Emocional.
¡Que disfrutes de mi libro!
Con mucho gusto responderé tus comentarios.
Silvia Esther López
Email: [email protected]
Facebook: facebook.com/ silviaestherlopez
Twitter: @silviaestherlop
El escritor Phil Alfaro escribió la siguiente historia acerca de un sueño revelador que tuvo:
Se hallaba en un lugar desconocido rodeado de una espesa bruma que le impedía mirar en cualquier dirección.
Sintió un intenso calor y un resplandor de fuego que lo paralizaron de miedo: frente a él, se desplegaba un imponente dragón de tres cabezas.
Al mismo tiempo, sintió en su mano derecha su espada de vida, con la que toma las decisiones que le permiten avanzar.
Cuando la cabeza izquierda del dragón lo amenazó , el guerrero levantó su espada y pudo ver, en el reflejo de la misma, una secuencia de fotos que le mostraron las oportunidades perdidas, aquellas que dejó pasar, todo aquello que no concretó:
Comprendió que era su pasado. Alzó la espada y la dirigió hacia la cabeza del dragón, destruyéndola en el acto.
Nunca más va a desperdiciar las oportunidades que la vida le dé…
La cabeza derecha del monstruo lanzó una llamarada de fuego y el miedo se transformó en pánico.
Los ojos de esa cabeza eran enormes espejos donde se vió a sí mismo en el futuro. Era viejo y estaba solo. Abandonado en un asilo.
Se preguntó qué hizo mal, qué pasó. Tenía grandes sueños… ¿Cómo terminó así?
De pronto, su mente se iluminó y comprendió que la cabeza derecha era la consecuencia de la cabeza izquierda.
Las oportunidades que no aprovechó y que ahora veía en la inmensa carga y las consecuencias que traían consigo…
Ahora sabía con certeza que ese no era su futuro, que sus miedos no le habían ganado aún… Avanzó con su espada y la cabeza de ese futuro desapareció.
Sabía que le quedaba la cabeza de su presente, la que siempre había estado allí, pero que las cabezas de los miedos de su pasado y de su futuro no le habían permitido ver…
Esa cabeza representa todo lo que es posible en el Universo, aquí y en este momento. Miró a los ojos del dragón del presente y pudo ver el yo omnipresente, ya sin pasado ni futuro…
El dragón acercó la cabeza. Se subió sobre él, para enfrentar sus ilusiones con el poder de crear su propio destino. En ese momento se disipó la niebla al ver que la luz existía dentro suyo.
Termina esta metáfora diciéndonos que es en el AHORA donde podemos ver todo lo necesario para tomar la decisión correcta para lograr lo que queremos.
Finaliza pidiendo que no dejemos atrás esta oportunidad:
Enfrenta tu dragón HOY.
¿Quién no ha sentido que se moría de vergüenza al tener que hablar inglés en una clase o delante de desconocidos?
Frente a sus compañeros, un profesor, o personas desconocidas, la mayoría de los estudiantes de inglés siente timidez o les preocupa el miedo a hacer el ridículo.
Otros se sienten inseguros o incómodos. Y están aquellos que directamente se sienten frustrados antes de hablar porque están convencidos de que no serán capaces de hacerlo bien.
Como sea, no puedes dejar que ninguno de estos miedos detenga tus intenciones de expresarte en inglés.
Veamos entonces cómo superar el miedo a hablar en público y lograr la autoconfianza que necesitamos para hablar inglés.
¿Cómo hacerlo?: cambiando tu mente para cambiar tus resultados.
“Cualquier del Cosa Que Pueda concebir y Creer
La Mente de hombre de la ONU, la envíale lograr “.
Napoleón Hill
Los pensamientos son poderosos. Aquellos pensamientos dominantes serán los que nos lleven al éxito o al fracaso.
Todos tenemos el poder de controlar nuestros pensamientos. Para eso es vital que seamos conscientes de ellos, para poder seleccionar nuestros pensamientos positivos y desechar los negativos.
Existe un ciclo nefasto que consiste en que los pensamientos negativos crean una emoción o sentimiento negativo, que a su vez, resulta en una acción negativa.
Veamos un ejemplo: si pienso que nunca voy a poder hablar inglés, genero un sentimiento de frustración y fracaso, y entonces abandonaré mis clases de inglés, o ya no pondré esfuerzo para aprender.
Nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones están estrechamente relacionados entre sí.
La expresión “quemar las naves” es una manifestación del pensamiento ganador. Es una frase perteneciente a la sabiduría popular que significa “¡No hay vuelta atrás!”.
El origen más aceptado de esta expresión es el siguiente:
En el año 335 A. de C., Alejandro Magno y sus hombres llegaban a Fenicia para enfrentar una gran batalla.
Habiendo desembarcado, pudo ver que los soldados enemigos triplicaban en número a su ejército.
Sus hombres inmediatamente se desmoralizaron, perdieron la fe y ya se creían derrotados. Entonces Alejandro Magno ordenó que fueron quemadas todas sus naves.
Cuando los barcos eran consumidos por el fuego, les dijo a sus guerreros:
“Soldados:
Miren como las llamas devoran nuestros barcos. Sólo nos queda vencer.
De otra forma no volveremos a ver a nuestras familias. Hay un solo camino: regresar en los barcos del enemigo.”
El ejército de Alejandro Magno triunfó y volvió a su tierra en los barcos del enemigo.
Con la misma determinación se debe enfrentar el aprendizaje de inglés: las naves están quemadas. Ya no hay retorno.
Quién abrace con convicción esta propuesta deberá lidiar su propia batalla con confianza, autoestima y decisión, y regresará a su mundo con la satisfacción de haber alcanzado el objetivo que se había propuesto.
“Quemar las naves” es admitir el triunfo como única posibilidad.
Es fácil darse por vencido. Entonces piensa que tus naves están quemadas y que no hay posibilidad de retorno.
La realidad de abandonar es mucho más frustrante y más difícil que la de seguir avanzando para llegar al objetivo.
Cuando logres por fin aprender inglés, te sentirás grande, poderoso y orgulloso, como se sintió el ejército de Alejandro Magno cuando regresó a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.
Ellos habían vencido, y tú también.
“Quemar las naves” obliga a despejar la mente de dudas y creencias limitantes e introducirte de lleno en el camino de adueñarte de tus pensamientos.
“Los buenos pensamientos
llevan hacia los buenos frutos.”
JAMES ALLEN
Debemos aprender a “limpiar” nuestra mente para que funcione bien. ¡Sí! Limpiarla de pensamientos negativos que solo boicotean nuestros proyectos.
Del mismo modo que tenemos un sistema antivirus instalado en la computadora que detecta y elimina todo tipo de virus, protegiendo el sistema operativo de la PC, así debemos estar vigilantes y atentos para bloquear cualquier pensamiento negativo que se nos venga a la mente.
¿Cómo lo hacemos? Poniéndonos en el lugar de “observador de nuestros pensamientos”. Ser “testigo” de todo aquello que pensamos y no juzgarnos por lo que pensamos. Si comenzamos a juzgar, otra vez alimentamos pensamientos negativos.
Cuando aprendemos a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos, nos apartamos de nuestra mente y nos adueñamos de ella.
Los pensamientos negativos provocan conflictos emocionales y nos hacen sufrir.
En su libro “Confianza Total”, Verónica de Andrés, experta en coaching, motivación, aprendizaje efectivo e inteligencia emocional, nos dice que podemos identificarlos y descartarlos de nuestra mente haciéndonos 3 preguntas:
-Esto que estoy pensando ¿me sirve o no me sirve?
-¿Me abre puertas o me las cierra?
-¿Me hace sentir bien o me hace sentir mal?
La psicología cognitiva sostiene que los patrones de pensamiento afectan nuestras emociones y comportamiento.
Las emociones son respuestas frente a las circunstancias de la vida. A veces nuestras emociones nos enferman porque se transforman en estados de ánimo negativos. Lo hacen mediante pensamientos recurrentes expresados a través de frases típicas:
Creencias limitantes: “Mi pronunciación no es buena. No creo que mejore.”Queja: “¿Por qué tiene que escribirse de una forma y pronunciarse de otra?”Preocupación: “No sé cómo voy a hacer para saber los verbos.”Suposiciones: “Es muy difícil hablar inglés.”Etiquetas: “Soy un desastre.”Generalización: “Nunca voy a hablar sin errores.”Irresponsabilidad: “Los profesores que tuve no enseñaban bien.”Indecisión: “Ya veré cuando empiezo. Todavía no es el momento.”Duda: “No sé si podré hacerlo.”Desidia: “Estoy cansado. Después lo hago.”Comparación: “Nunca voy a hablar como Juan.”Fatalismo: “Seguro me va a ir mal.”Autocompasión: “Si hubiera aprendido de niño, todo sería distinto.”Tremendismo: “¡Cómo me equivoqúe! No puedo creerlo… No sirvo para esto.”Minimización de lo positivo: “Soy bueno en gramática, pero eso no sirve para nada.”Extremismo: “Si no apruebo, soy un fracaso total.”Falsas predicciones: “No voy a entender nada.”Nuestros pensamientos disparan sustancias químicas cerebrales llamadas “neurotransmisores”, los cuales afectan nuestra salud.
Según la emoción que experimentamos, el cerebro libera endorfinas, adrenalina, cortisol, dopamina o serotonina, entre otros agentes químicos.
Por eso decimos que nuestros pensamientos y emociones afectan nuestra salud y nuestro estado anímico: si tenemos pensamientos positivos, nos sentimos bien. Si tenemos pensamientos negativos, nos sentimos mal.
“Todo lo que somos es el resultado
de lo que hemos pensado; está fundado
en nuestros pensamientos
y está hecho de nuestro pensamientos.”
BUDA
Preocuparnos por algo es anticiparnos al futuro.
La mayoría de las personas nos preocupamos por algo que todavía no sucedió, imaginando escenarios negativos que no son reales.
Y así, activamos automáticamente el mecanismo del estrés.
Nuestra mente se inunda de pensamientos negativos… y nuestro cuerpo somatiza las preocupaciones… y nuestro ánimo decae… y el circulo vicioso se retroalimenta…
Observemos a los animales. Ellos sienten estrés también, pero un estrés “bueno”. Un estrés útil y necesario para sobrevivir.
Los animales experimentan estrés por algo que sucede en estemomento. El estrés les salva la vida, porque les avisa que hay peligro y que se deben preparar para “huir o luchar”.
Mucha gente dice: “Sé que preocuparme no sirve para nada ni va a solucionar mi problema. Sin embargo, no puedo evitarlo.”
“Si tu problema tiene solución
¿para qué preocuparse?
Y si no tiene solución
¿para qué preocuparse?”
ANTIGUO PROVERBIO
Antes de saber que los pensamientos son poderosos, experimenté una situación que ilustra muy bien la carga negativa de las preocupaciones y su repercusión en nuestra salud y nuestras emociones.
Muchos años atrás, en los inicios de mi carrera docente, se acercaba el fin del ciclo lectivo.
Al final del año, los docentes debíamos presentar una muestra de trabajos realizados por los alumnos, que serían expuestos en una feria para ser vistos por los familiares de los mismos, además del personal docente, directivo y auxiliar y todos los alumnos del establecimiento.
Siendo novata en estos eventos, comencé a preocuparme al no saber qué trabajo preparar para exponer con mis chicos.
Dudaba sobre qué tema elegir de los muchos que habíamos trabajado durante el año. Tampoco sabía de qué manera presentarlo para lograr que sea atractivo para los padres y hermanos de mis alumnos. ¡Deseaba que mis chicos se lucieran!
Así comencé a preocuparme… me preocupaba que llegara el día y no estuvieran listos los trabajos… me preocupaba que nos les gustaran a los familiares… me preocupaba que pudieran entender lo que se exponía dado que estaban en inglés… me preocupaba que tuvieran la suficiente calidad y cantidad de información… me preocupaba que el personal directivo y mis colegas encontraran interesantes y bien realizados los trabajos…
Conclusión: nunca pude asistir a la feria. Tampoco pude guiar a mis alumnos en la realización de los trabajos a exponer.
Sucedió que, una mañana al salir de la escuela, me sentí mareada en plena calle. Luego empecé a tener vómitos y a temblar. Me puse pálida y tuve que apoyarme en una pared porque no podía caminar. Estaba a punto de desmayarme.
Varias personas que pasaban por el lugar me asistieron, solidarias: una me dió agua, otra me trajo una silla, alguien me tomó la presión…
Me llevaron de urgencia a la guardia de un hospital. El diagnóstico médico fue “lipotimia por estrés”. El médico me recomendó reposo absoluto, por lo cual tomé licencia en mi trabajo y me reemplazó una profesora suplente.
Así fue como mi preocupación desencadenó el mecanismo oscuro del estrés, que se inició en mi mente pero desató graves síntomas en mi cuerpo, además de manifestaciones emocionales como tensión, temores infundados, irritabilidad e insomnio.
En su libro “La medida que adelgaza”, el médico y psicólogo argentino Máximo Ravenna, indica varias medidas que podemos implementar para combatir el estrés:
* dormir lo suficiente.
* practicar la meditación y la relajación.
* evitar el alcohol, el cigarrillo y los dulces.
* controlar los pensamientos perturbadores.
* tener una alimentación sana y hacer actividad física.
El Doctor Ravenna sostiene que el estrés crónico es muy dañino para nuestro organismo. Puede provocar un desequilibrio que dispare varios síntomas graves: taquicardia, ansiedad, agotamiento, cambios de humor, alergias, falta de concentración e insomnio, entre otros.
Evitar el estrés nos hará sentirnos más centrados y más tranquilos.
Si nos preocupamos, automáticamente nuestra mente se llenará de negatividad.
En cambio, si pensamos positivamente, nuestra mente creará y atraerá las oportunidades y las posibilidades.
La mente capta todo aquello que previamente fue imaginado, sea esto positivo o negativo.
“Una colección de pensamientos
debe ser una farmacia donde
se encuentra remedio a todos los males.”
VOLTAIRE
Algunos alumnos encaran sus estudios de inglés quejándose de entrada. Era el caso de Marcelo:
“¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¡Hablan muy cerrado! ¡No puedo entender nada! ¿Cómo tienen esos sonidos tan raros? La verdad que estudio porque no tengo más remedio… lo necesito por mi trabajo. Si fuera por mí, ¡No me rompería la cabeza tratando de entender algo tan complicado!”
Al mismo tiempo, manifestaba su malhumor durante la mayor parte de sus clases.
Confrontado con su actitud, aceptó: “Ya sé que me quejo siempre… ¡pero es la única forma que tengo de descargarme!”
