Secretos para Desarrollar la Mente con la Lectura - Diego Hidalgo-Oñate - kostenlos E-Book

Secretos para Desarrollar la Mente con la Lectura E-Book

Diego Hidalgo-Oñate

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Beschreibung

"Secretos para Desarrollar la Mente con la Lectura" es una obra esencial para abordar el creciente problema de la pérdida de enfoque en la era actual, donde estamos inundados de información. En este reporte especial, te sumergirás en los resultados de investigaciones de vanguardia en neurociencia que cambiarán por completo tu perspectiva.

En un mundo donde la sobrecarga de información puede abrumarnos, este reporte se convierte en una herramienta invaluable. Aprenderás a transformar información en conocimiento sólido y a cultivar una mente ágil y enfocada. Explorarás los misterios de la mente humana y cómo la lectura puede ser la clave para liberar su potencial. Los secretos revelados aquí revolucionarán tu enfoque y te llevarán a un viaje de autodescubrimiento.

Sumérgete en las profundidades de la neurociencia y descubre cómo el poder de la lectura puede potenciar tu mente y tu capacidad para procesar información. Este reporte especial es un recurso imprescindible para quienes buscan desbloquear su verdadero potencial y mantenerse centrados en un mundo lleno de distracciones. ¡Prepárate para una experiencia que cambiará tu forma de pensar!

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Noli foras ire, in te rede, in interiore hominis habitat veritas.

 

No salgas fuera de ti, vuelve a ti, en el interior del hombre habita la verdad.

 

San Agustín de Hipona

Tabla de Contenido

 

1. EL PROCESO DE APRENDIZAJE, UNA APROXIMACIÓN

2. TÉCNICAS DE LECTURA PARA PRINCIPIANTES Y AVANZADOS

3. PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA DEL CEREBRO

4. BASES DE LA PROGRAMACIÓN NEUROLINGUÍSTICA

5. BIBLIOGRAFÍA

 

1. EL PROCESO DE APRENDIZAJE, UNA APROXIMACIÓN

 

Si bien estamos genéticamente condicionados para percibir símbolos con la finalidad de representar el mundo exterior, el desarrollo del lenguaje depende de la energía que invierta cada persona en este proceso y de sus experiencias vitales. Sin embargo, aún no está claro cómo ocurre el proceso del aprendizaje. Es por eso que a través de este capítulo introductorio queremos ayudarle a conocer en qué consiste este proceso. Los secretos que vamos a revelar le permitirán iniciar el camino que conduzca a su desarrollo mental.

 

El legado griego

 

La civilización griega constituye un logro importante en el paso del hombre por el planeta Tierra. Además de la evolución cultural que esto supuso, fue también una etapa gloriosa para el desarrollo de las artes y las ciencias. En su apogeo, surgieron notables figuras que produjeron contribuciones en todas las áreas del saber humano. Tal es el caso de Sócrates, uno de los filósofos más influyentes que ha tenido la humanidad.

 

Si bien Sócrates no dejó obras escritas, su pensamiento es recogido por sus discípulos, entre los cuales destaca Platón. Este último personaje sí escribió textos que han llegado hasta nuestros días, en los cuales se plasman algunas ideas de su maestro. Una de ellas es que el conocimiento no consiste solo en la simple acumulación de información, sino en cuestionar esta información y a partir de ahí construir conocimientos más sólidos. Sócrates además pensaba que el conocimiento permite al hombre obtener la libertad.

 

En sus escritos, Platón utiliza una metáfora para ilustrar el planteamiento de Sócrates. En la alegoría de la caverna, descrita en el Libro VII de La República, Platón compara a la ignorancia como a prisioneros que están atados dentro de una caverna, los cuales solo pueden ver las sombras de sí mismos y de todo lo que se mueve entre ellos. Un prisionero escapa atraído por la luz del sol y sale de la caverna. Gradualmente logra ver la realidad y no solo las sombras…

 

De acuerdo a Werner Jaeger, quien profundizó en el estudio de la educación en la Grecia clásica, el mismo Platón interpreta la alegoría del sol y la caverna de tal modo que repudia la idea corriente de la paideia, según la cual se derrama el saber en un alma hasta ahora ignorante como si se infundiese la visión a los ojos de un ciego. Jaeger concluye que el mensaje de Platón sería que la verdadera educación consiste en el despertar de los dotes que dormitan en el alma. (Jaeger, 696) De esta forma, el aprendizaje sería una experiencia personal que permite desarrollar el potencial mental que todos tenemos.

 

 

El pensamiento sistémico

 

El pensamiento sistémico surge a inicios del siglo XX como antítesis del enfoque mecanicista de Newton. Si bien este científico fue una de las mentes más brillantes del siglo XVIII, su método de investigación tenía falencias cuando era utilizado para el estudio de un sistema con múltiples variables. Sobre esto, se menciona: “el pensamiento lineal que relaciona a cada causa un solo efecto, es muy peligroso en un mundo no lineal y complejo.” (Barba, 51)

 

Las ecuaciones no lineales son el mejor ejemplo para explicar la dificultad de utilizar una forma rígida de pensamiento. En esas ecuaciones, un pequeñísimo cambio en una de las variables puede desencadenar un efecto catastrófico en otra variable. Un ejemplo clásico son las ecuaciones Lotka-Volterra que se utilizan para predecir las poblaciones de un depredador y una presa. Al analizar las interacciones posibles, se observa que se tiende al equilibrio dinámico; es decir, que si crecen las presas exponencialmente, los depredadores tenderán a controlar la población, y en el otro escenario, el crecimiento exponencial de los depredadores se ve limitado por la falta de presas.

 

En dicho caso, no es posible utilizar el modelo de pensamiento newtoniano y específicamente la segunda ley de la termodinámica que dice: en un sistema cerrado en equilibrio, la entropía (desorden) tenderá a aumentar de manera irreversible. Es posible que la falencia de la física teórica haya sido definir a un fenómeno que puede ser reproducido en laboratorio como un sistema. De hecho, para ser considerado como tal, un sistema debe ser organizativamente cerrado, pero abierto a los flujos externos de energía y recursos. (Capra, 307)

 

El pensamiento sistémico ha permitido dar un nuevo enfoque al estudio de muchos fenómenos biológicos que operan como sistemas. Si atendemos a la característica de los sistemas expresada en el párrafo anterior, entonces el ser humano caería dentro de esta definición debido a que es un organismo autónomo pero que su vida depende de su relación con el entorno. Así mismo, cada parte del ser humano desempeña una función específica pero a su vez depende de los demás componentes del cuerpo para en conjunto buscar el equilibrio, de manera que también se incluirían dentro de la definición en cuestión. Tal es el caso del sistema nervioso, el componente que nos permite la percepción del mundo exterior a través de los órganos de los sentidos, el procesamiento de la información en el cerebro y la interacción de vuelta con el medio ambiente a través de los impulsos nerviosos que comandan el organismo y lo ponen en acción.

 

La retroalimentación como mecanismo regulador

 

Como hemos visto, los sistemas se interrelacionan con el medio en donde operan, lo cual es indispensable para mantenerse en busca del equilibrio. Precisamente, el aporte del pensamiento sistémico es utilizar el concepto de feedback o circuitos de retroalimentación. Su explicación es que al interactuar el sistema con el medio, surgen mecanismos de control automático que buscan el equilibrio dinámico entre el caos y el orden. La explicación más detallada de cómo operan estos circuitos también denominados “estructuras disipativas”, le permitió a Ilya Prigogine –el precursor de la teoría del caos–, obtener el premio Nobel de Química en 1977.

 

En su ensayo sobre las relaciones entre las regulaciones orgánicas y los procesos cognoscitivos llamado Biología y Conocimiento, Jean Piaget establece que “el sistema nervioso constituye el órgano especializado de las regulaciones funcionales; esta estructuración supone a su vez, la necesidad de un órgano especializado. (…) Las funciones cognoscitivas serían los órganos especializados de la autorregulación de los intercambios en el seno del comportamiento.” (Piaget, 33) Por su parte, Norbert Wiener en su libro Cibernética y Sociedad, complementa este postulado, al decir que “vivir de manera efectiva significa poseer la información adecuada. Así, pues, la comunicación y la regulación constituyen la esencia de la vida interior del hombre, tanto como su vida social. (Wiener, 18)

 

Para sintetizar, diremos que debido a que todos los sistemas buscan el equilibrio dinámico, dentro del hombre el sistema nervioso y en particular las funciones cognoscitivas le permiten obtener el tan anhelado equilibrio. Esto se debe a que el conocimiento permite al ser humano disminuir la entropía de vivir, al tener desarrollado un modelo del mundo, que será más o menos acertado, en función de la calidad de la información que posea y de sus experiencias de vida.

 

Epistemología del conocimiento

 

El proceso del conocimiento consiste en el paso de una etapa dogmática a otra etapa escéptica, de manera que la capacidad crítica del individuo permita cuestionar la nueva información y finalizar actualizando su “modelo del mundo”.

 

Previamente se había analizado cómo el sistema nervioso y en particular las funciones cognitivas permiten la autorregulación de una persona en el medio en el que se desenvuelve. Ahora, hemos dado un paso adelante, al incluir los conceptos de dogmatismo y escepticismo como mecanismo regulador del conocimiento.

 

Jorge Luis Gómez, en su ensayo “El sistema del saber (epistemología del conocimiento)”, expone que el dogmatismo corresponde a la aceptación de la verdad sin cuestionársela. Añade que en esta etapa existe una carencia de capacidad crítica originada más que todo por la falta de ejercicio. Sin embargo, al ser el conocimiento un proceso sistémico, el proceso último de toda etapa dogmática es su transitoriedad. Frente al dogmático, el escéptico ejercita su propia libertad en el juicio que emite sobre el sistema. Gómez enfatiza que la autodeterminación de la razón, el ejercicio de su libertad, ocurre sólo momentáneamente. Esto se refiere a que el sistema de información es cuestionado, hasta que la mente tome una postura, regresando a ser dogmático, hasta que los nuevos paradigmas se pongan otra vez en duda.

El ensayo antes citado también establece que “todo proceso de conocimiento entendido como proceso sistémico, requiere de más información para acrecentarse, superando constantemente su propia ingenuidad tanto organizativa como sistémica.” (Gómez, 6) En este contexto, cobra sentido la frase de Sócrates “yo solo sé, que nada sé”. Lo importante entonces en el proceso del conocimiento es comprender cómo funciona para aceptar la nueva información como una posibilidad de mejorar nuestros paradigmas o creencias y ser flexible para reformularlos, tal como el agua lo hace al tomar la forma del recipiente que la contiene.