Spinoza, militante de la potencia de vivir - Enrique Carpintero - E-Book

Spinoza, militante de la potencia de vivir E-Book

Enrique Carpintero

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¿Por qué estudiar en la actualidad a un filósofo del Siglo XVII? Hay varias razones, pero la principal es su conceptualización sobre una democracia donde el derecho de los que gobiernan dependen de la potencia de la multitud, y esta de las relaciones de poder de las fuerzas que la componen. Desde allí plantea una teoría de la acción y de las pasiones humanas. Esta es la fuerza que sigue teniendo su pensamiento éticopolítico para ofrecer una mirada adecuada que permite afrontar la realidad actual. El autor realiza un abordaje profundo de la vida y la obra de Spinoza en la primera parte del libro, donde explica la importancia de sus orígenes marranos para dar cuenta de su pensamiento. Un experto en el equívoco y el doble lenguaje que enmascaraba una oración dando sentidos diversos. Por ello la multiplicidad de sentidos que reclaman y, aún más, exigen variadas interpretaciones. En la segunda parte avanza con algunas lecturas de Spinoza, como la importancia de su obra en el desarrollo del pensamiento crítico de Marx. Luego, las semejanzas y tensiones entre Spinoza y Freud; donde propone una lectura de Spinoza desde Freud que amplía la perspectiva freudiana y genera nuevas luces en la lectura de la obra de Spinoza; de allí que los menciona como "compañeros de incredulidad". Finalmente, el autor desarrolla sus propias lecturas donde avanza en la importancia de la identidad de la alegría, el desarrollo de una esperanza activa, el lugar de las pasiones y la política como producción de las potencias; para terminar con las propuestas de rescatar la concepción spinoziana sobre una democracia radical como forma de enfrentar al auge actual de las diferentes formas que adquieren los fascismos.   Como sostiene Carpintero: "Spinoza nos dice que el poder hegemónico utiliza la superstición con el fin de que los seres humanos 'luchen por su esclavitud como si tratara de su salvación'. Esta circunstancia implica reconocer que la dominación no es una disposición pasiva por parte de los dominados; por lo contrario, es una actividad que los lleva a construir su propia esclavitud. Con lo cual todo proyecto de liberación debe tratar de modificar las condiciones colectivas que generan el sometimiento para llevarlas a la liberación en el plano individual y colectivo. De esta manera, la lucha por la vida se identifica con la lucha por la liberación; es decir, la lucha para enfrentar la servidumbre es tanto la lucha por la vida como por la liberación. De allí que para Spinoza el conocimiento explicativo es para intervenir en los acontecimientos, no para mirarlos desde afuera. Lo que nos lleva a nombrar su actividad ético-política como 'militante de la potencia de vivir'".

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Spinoza, militante de la potencia de vivir

Enrique Carpintero

¿Por qué estudiar en la actualidad a un filósofo del Siglo XVII? Hay varias razones, pero la principal es su conceptualización sobre una democracia donde el derecho de los que gobiernan dependen de la potencia de la multitud, y está de las relaciones de poder de las fuerzas que la componen. Desde allí plantea una teoría de la acción y de las pasiones humanas. Esta es la fuerza que sigue teniendo su pensamiento ético-político para ofrecer una mirada adecuada que permite afrontar la realidad actual.

El autor realiza un abordaje profundo de la vida y la obra de Spinoza en la primera parte del libro, donde explica la importancia de sus orígenes marranos para dar cuenta de su pensamiento. Un experto en el equívoco y el doble lenguaje que enmascaraba una oración dando sentidos diversos. Por ello la multiplicidad de sentidos que reclaman y, aún más, exigen variadas interpretaciones. En la segunda parte avanza con algunas lecturas de Spinoza, como la importancia de su obra en el desarrollo del pensamiento crítico de Marx. Luego, las semejanzas y tensiones entre Spinoza y Freud; donde propone una lectura de Spinoza desde Freud que amplía la perspectiva freudiana y genera nuevas luces en la lectura de la obra de Spinoza; de allí que los menciona como “compañeros de incredulidad”. Finalmente, el autor desarrolla sus propias lecturas donde avanza en la importancia de la identidad de la alegría, el desarrollo de una esperanza activa, el lugar de las pasiones y la política como producción de las potencias; para terminar con las propuestas de rescatar la concepción spinoziana sobre una democracia radical como forma de enfrentar al auge actual de las diferentes formas que adquieren los fascismos.

Como sostiene Carpintero: “Spinoza nos dice que el poder hegemónico utiliza la superstición con el fin de que los seres humanos ‘luchen por su esclavitud como si tratara de su salvación’. Esta circunstancia implica reconocer que la dominación no es una disposición pasiva por parte de los dominados; por lo contrario, es una actividad que los lleva a construir su propia esclavitud. Con lo cual todo proyecto de liberación debe tratar de modificar las condiciones colectivas que generan el sometimiento para llevarlas a la liberación en el plano individual y colectivo. De esta manera, la lucha por la vida se identifica con la lucha por la liberación; es decir, la lucha para enfrentar la servidumbre es tanto la lucha por la vida como por la liberación. De allí que para Spinoza el conocimiento explicativo es para intervenir en los acontecimientos, no para mirarlos desde afuera. Lo que nos lleva a nombrar su actividad ético-política como ‘militante de la potencia de vivir’.”

Colección Fichas para el Siglo XXI

Enrique Carpintero

Psicoanalista. Egresado de la UBA y Doctor en Psicología de la UNSL. Fundador y director de la revista y la editorial Topía de Psicoanálisis, sociedad y cultura. Fundador y director de la Cooperativa de Salud Mental Servicio de Atención para la Salud, SAS. Profesor de cursos y seminarios en diferentes universidades (Universidad Nacional de Buenos Aires, San Luis, Rosario, Río Cuarto y Mar del Plata, Universidad Atlántida Argentina, sede Mar del Plata). Asesor Académico de revistas nacionales e internacionales. Entre sus libros publicados es autor -entre otros- de Registros de lo negativo. El cuerpo como lugar del inconsciente, el paciente límite y los nuevos dispositivos psicoanalíticos (1999); La alegría de lo Necesario. Las pasiones y el poder en Spinoza y Freud (2003). Autor junto a Alejandro Vainer de Las huellas de la Memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la argentina de los ‘60 y ‘70. Tomo I 1957-1969 (2004), Tomo II 1970-1983 (2005). Autor y compilador de La subjetivada asediada. Medicalización para domesticar al sujeto (2011); Actualidad de El fetichismo de la mercancía, (2013). Su último libro, El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser (2014), recibió la Primera Mención Especial de los Premios Nacionales-Ensayo Psicológico 2011-2014.

Colección Fichas para el Siglo XXI

Diagramación E-book y arte de tapa: Mariana Battaglia.

Enrique Carpintero

Spinoza, militante de la potencia de vivir / Enrique Carpintero. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Topía Editorial, 2024.

Libro digital, EPUB - (Fichas para el siglo XXI ; 52)

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-4025-83-8

1. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales y Humanidades. I. Título.

CDD 306.696

© Editorial Topía, Buenos Aires, 2024.

Edi­to­rial To­pía

Juan Ma­ría Gu­tié­rrez 3809 3º “A” Ca­pi­tal Fe­de­ral

e-mail: [email protected]

[email protected]

web: www.topia.com.ar

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

La reproducción total o parcial de este libro en cualquier forma que sea, idéntica o modificada, no autorizada por los editores viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.

Spinoza, militante de la potencia de vivir

Enrique Carpintero

Colección Fichas para el Siglo XXI

INDICE

Agradecimientos

INTRODUCCIÓN

PRÓLOGOCuando los apellidos importan: rosca, huevos y guefilte fish

CronologíaVida, obra y época de Spinoza

PARTE I - SPINOZA, EL FILÓSOFO MARRANO

Capitulo 1Los marranos de Sepharad

Capitulo 2El filósofo y su compromiso político: amigos y discípulos

PARTE II - LECTURAS DE SPINOZA

Capitulo 3La obra de Spinoza en el desarrollo del pensamiento crítico de Marx

Capitulo 4Spinoza y Freud: afinidades y tensiones

Capitulo 5Spinoza y Freud: “compañeros de incredulidad”

Capitulo 6La identidad de la alegría de lo necesario

Capitulo 7La incertidumbre como búsqueda

Capitulo 8La pasión de la mirada en una obra artística

Capitulo 9La política como producción de comunidad de las potencias

EPÍLOGO PRIMERA PARTESpinoza maledictus: los esclavos y las mujeres

EPÍLOGO SEGUNDA PARTESpinoza: una democracia radical

Bibliografía

A mi nieta

Juana Carpintero

Con la fuerza de las pasiones alegres

agradecimientos

A mi familia. A mi compañera Alicia Lipovetzky con quien comparto las pasiones tristes y alegres. A mi hijo Andrés Carpintero y a mi nuera Mariana Battaglia.

A mis amigos Alejandro Vainer y César Hazaki que leyeron los originales y aportaron importantes indicaciones.

A mis compañeros del Consejo de Redacción de la revista Topía con quienes participo en un espacio donde encontramos la Potentia Amiticia: Susana Toporosi, Alfredo Caeiro, Susana de la Sovera y Carlos Barzani.

Introducción

Una carpeta con dibujos del filósofo marrano mostraba sus preferencias por los retratos de personajes relevantes. Esta nunca fue hallada. Colerus, quien fue uno de los primeros biógrafos de Spinoza, deja testimonio de su existencia sin mencionar su contenido “por razones obvias” -como a lo largo de la vida de Spinoza, nuevamente vamos a encontrar el miedo a la persecución-. Lo que sí menciona es un retrato de Masaniello vestido de pescador napolitano en el que el rostro del revolucionario era un autorretrato de Spinoza. Con lo cual fue uno de los primeros conocidos que trasmitió la idea de un filósofo revolucionario.

Recordemos. Masaniello era el sobrenombre de Tommaso Aniello d’Amalfi (Nápoles 1620-1647), fue un pescador y revolucionario napolitano. Se convirtió en el cabecilla de la rebelión napolitana que se realizó entre el 7 y 16 de julio de 1647,en la cual el pueblo de Nápoles se rebeló contra las cargas impositivas impuestas por el virreinato español. Esta fue la rebelión, por su carácter antifeudal y antiestatal con formas de organización horizontales, más importante de la época; su breve República Popular reclamaba derechos iguales, reformas fiscales y representación del pueblo en las cámaras del gobierno. Después de diez días de revueltas, que se conocieron como “los diez días que conmovieron al mundo barroco”, fue seducido por la corte, acusado de locura y traicionado por una parte de sus seguidores. Murió asesinado a la edad de veintisiete años. Sin embargo, su revolución desestabilizó el gobierno virreinal y abrió paso a la República Napolitana, instaurada cinco meses después de su muerte. Masaniello quedó en la historia como símbolo del pueblo napolitano, y muchas veces fue representado en la pintura, la música y la literatura.

De esta manera nos encontramos con la primera cercanía del filósofo marrano con la revolución ante la fuerza de su pensamiento que lo lleva a pensar una concepción del poder radicalmente inmanente y una metafísica basada en una inmanencia de la realidad sostenida en un cuestionamiento de la trascendencia de la divinidad o de cualquier idea.

Si seguimos a Spinoza, Dios o la naturaleza es la potencia infinita de todo lo que existe, cualquier otra realidad la tenemos que entender como finitas, como potencia entre potencias, como fuerza entre fuerzas que afectan y son afectadas. Por ello no hay liberación de la mente sin liberación del cuerpo; así como no hay liberación individual sin liberación colectiva. De esta manera al paralelismo espinoziano mente-cuerpo lo equipara con el de estado y sociedad, de allí que armoniza derechos con potencias. Es decir, lo importante es que la “multitud” acomode sus potencias dando cuenta de las condiciones materiales de la vida en común y los procesos reales de transformación.

Hay otro aspecto que es necesario destacar. En el Prefacio del Tratado Teológico Político nos dice que el régimen monárquico utiliza la superstición con el fin de que los seres humanos “luchen por su esclavitud como si tratara de su salvación”. Esta circunstancia implica reconocer que la dominación no es una disposición pasiva por parte de los dominados; por lo contrario, es una actividad que los lleva a construir su propia esclavitud. Con lo cual todo proyecto de liberación debe tratar de modificar las condiciones colectivas que generan el sometimiento para llevarlas a la liberación en el plano individual y colectivo. De esta manera, la lucha por la vida se identifica con la lucha por la liberación; es decir, la lucha para enfrentar la servidumbre es tanto la lucha por la vida como por la liberación. De allí que para Spinoza el conocimiento explicativo es para intervenir en los acontecimientos, no para mirarlos desde afuera. Lo que nos lleva a nombrar su actividad ético-política como “militante de la potencia de vivir.”

Sin embargo, se impone una pregunta ¿Por qué estudiar en la actualidad a un filósofo del Siglo XVII? Hay varias razones, pero la principal es su conceptualización sobre una democracia donde el derecho de los que gobiernan dependen de la potencia de la multitud, y ésta de las relaciones de poder de las fuerzas que la componen. Desde allí plantea una teoría de la acción y de las pasiones humanas. Esta es la fuerza que sigue teniendo su pensamiento ético-político para ofrecer una mirada adecuada que permite afrontar la realidad actual.

Sus textos los escribió entre 1656, fecha que lo expulsan de la comunidad judía, y su fallecimiento en 1677. Luego del Herem -la excomunión- se va de Ámsterdam para producir su obra en diferentes lugares de los Países Bajos. Primero en Rijnsburg, después en Voorbug y finalmente en La Haya donde fallece de tuberculosis. Durante ese itinerario se relaciona con amigos, conocidos y seguidores que no le impiden producir en soledad. En ocasiones llegó a escribir textos didácticos para que entendieran sus ideas. El Tratado Breve es un texto en latín expuesto a sus amigos, quienes toman nota y uno de ellos lo traduce al holandés. En 1661 escribe el Tratado de la reforma del entendimiento y en 1663 Principio de la filosofía de Descartes acompañado de los Pensamientos Metafísicos escritos con una finalidad didáctica para un joven aprendiz que vivía con Spinoza; es publicado por su amigo Riewertz y otro amigo lo traduce al holandés. En 1661 comienza a escribir su obra fundamental la Ética; interrumpe su escritura para hacer un texto de intervención política, El tratado Teológico Político -que publica de forma anónima mientras vivía-. Termina la Ética demostrada según el orden geométrico que guarda en un cajón y comienza a redactar el Tratado Político que queda inconcluso debido a su muerte en 1677 a los cuarenta y cinco años. En ese mismo año Jerig Jellis y otros amigos costearon la edición de las obras completas de Spinoza en latín y en holandés con el nombre Opera phostuma. Allí se encuentran casi todos sus textos incluyendo su correspondencia, un Cálculo de probabilidades, un opúsculo sobre el Arco-Iris y una Gramática hebrea. Esta es toda su obra.

Pensador complejo, figura admirada y odiada, Baruch Spinoza vivió tiempos turbulentos en los que supo navegar con una firmeza extraordinaria. La radicalidad de su pensamiento queda demostrada por el epitafio que sus enemigos escribieron sobre su lápida, días después de su entierro: “Escupid sobre esta tumba, aquí yace Spinoza.”

El texto que escribimos está dividido en dos partes y un epílogo.

La primera parte se denomina: “Spinoza, el filósofo marrano”. Se explica la importancia de sus orígenes marranos para dar cuenta de su pensamiento que, cómo veremos, fue un experto en el equívoco y el doble lenguaje donde enmascaraba una oración dando sentidos diversos; empleaba frases cuya comprensión era lo opuesto de lo que escribía. Por ello la multiplicidad de sentidos que reclaman y, aún más, exigen variadas interpretaciones.

Baruch (Benedicto o Bento), nace en Ámsterdam,hijo de judíos españoles, crece en una extraña atmósfera llena de temor y desconfianza, ya que los sefardíes, tras la expulsión de España, viven sumidos en una dinámica peculiar. Tras siglo y medio en la clandestinidad, los judíos sefardíes comenzarán a perseguirse entre sus diferentes grupos, y ese siglo de permanentes conflictos internos dará lugar a posiciones peculiares. Una de ellas es la que conduce a la aparición de perspectivas ateas entre sus miembros, cuya caso más conocido es el de Uriel da Costa, “quien se suicidó dejando un texto de un dramatismo extraordinario”, pero al que también acompañaron otras figuras relevantes, como Juan de Prado, “que formaban parte de esa segunda generación de sefardíes, ya nacidos en Holanda, a caballo entre el mundo de Ámsterdam y el judío”, y que fueron capaces de exponer perspectivas teóricas totalmente inusuales.

Ese es el entorno en el que crece Spinoza, hecho de libertad de comercio y religiosa, de tensiones internas y de reinterpretaciones diversas de la palabra divina, y que se edifica a partir de un miedo (el de la clandestinidad) y una esperanza (la del regreso a casa, la del final de los padecimientos) exacerbados. El autor de la Ética es hijo de esa época, por lo que acomete la única empresa contestataria posible para un filósofo en ese momento histórico: “llevar a cabo una crítica de esa esperanza que ha llevado a la locura. Y eso es lo que hace Spinoza, combatir esas dos mistificaciones que llevan a la servidumbre humana, el miedo y la esperanza, que nos obligan a renunciar al presente a cambio de un futuro anhelado.”1

La segunda parte: “Lecturas de Spinoza”. En el tercer capítulo analizamos la obra de Spinoza en el desarrollo del pensamiento crítico de Marx. Allí queremos rescatar la lectura que realiza el joven Marx en los años de su formación y la influencia que tuvo de Spinoza para que pudiera desarrollar su propio pensamiento crítico radical. En el capítulo cuatro vamos a explicar las semejanzas y tensiones entre Spinoza y Freud; donde destacamos una lectura de Spinoza desde Freud que, a nuestro entender, amplia la perspectiva freudiana y genera nuevas luces en la lectura de la obra de Spinoza. Más adelante, en “compañeros de incredulidad”, vemos las reflexiones filosóficas de Spinoza junto a la de Freud a propósito de la religión, que aún son relevantes para esta época; pues los efectos de ésta siguen tan operantes como cuando ambos la desenmascararon. En los siguientes capítulos vemos la importancia de la identidad de la alegría, el desarrollo de una esperanza activa, el lugar de las pasiones y la política como producción de las potencias.

El epílogo está dividido en dos partes. En la Primera Parte describimos un Spinoza “maledictus” que va en contra de sus propias concepciones teóricas, en especial en relación a los esclavos y las mujeres. Luego, a modo de contraposición de su planteo, pero siguiendo su propia perspectiva, transcribimos dos textos: A) Sobre la invisibilización de los afroargentinos y B) la problemática del femicidio y el feminicidio en la Argentina. En la Segunda Parte rescatamos la importancia de la concepción spinoziana sobre una democracia radical como forma de enfrentar al auge actual de las diferentes formas que adquieren los fascismos.

La bibliografía consultada está dividida en tres secciones. La primera corresponde a los libros de Spinoza en sus diferentes traducciones. La segunda refiere a textos escritos sobre el filósofo marrano que fueron traducidos al castellano; estos -como los primeros- no pretenden reflejar la totalidad de los mismos, solamente dan cuenta de aquellos con los cuales nos fuimos informando en diferentes momentos de nuestro acercamiento al pensamiento de Spinoza. En la tercera sección mencionamos la bibliografía general.

1 Albiac, Gabriel, La sinagoga vacía, editorial Tecnos, Madrid, 2018. También, Hernández, Esteban, “El filósofo proscrito del siglo XVII que explica el siglo XX (y el XXI)” en https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-09-12/

prólogo

Cuando los apellidos importan: rosca, huevos y guefilte fish

Hace unos años, un periodista amigo me llamó para escribir una columna sobre la celebración de la Pascua cristiana y el Pesaj judío. Al comentarle sobre mis posibles orígenes marranos le pareció interesante que relatara esta circunstancia. Dadas las características de lo que vamos a desarrollar nada mejor que reproducir este breve texto.

“Cuando era chico la Pascua significaba comer la exquisita rosca que preparaba mi abuela. No entendía bien qué relación había entre esa rosca con huevos y la procesión que organizaba el cura del barrio con los fieles, llevando ramos de olivos.

Con los años, que como todo el mundo sabe no vienen solos, fue Freud -ese judío sin Dios- con quien pude entender la ilusión que representaba la religión.

También con los años descubrí que los apellidos españoles con significado eran de origen marrano. Esa posibilidad, negada por mi familia de origen, adquiere alguna verosimilitud cuando encuentro la partida de nacimiento de mi abuelo gallego -de Pontevedra, para más datos- donde figuraba que su segundo nombre era Isaac.

En Pesaj se celebra la liberación de los judíos del poder egipcio. Por ello cuando mi suegra me sirve el guefilte fish no puedo dejar de pensar que quizás esté recuperando la memoria de mis antepasados.

Nuevamente con los años, al estudiar la obra de ese judío marrano excomulgado en el siglo XVII llamado Baruch Spinoza, me interesó su sistema de pensamiento donde trata de resolver los interrogantes de la condición humana y su sometimiento al poder. De allí sus preguntas: ¿Por qué los hombres luchan por la servidumbre como si lo hicieran por su salvación? ¿Por qué la religión, que se supone basada en el amor, fomenta la intolerancia y la guerra? Varios siglos después estos interrogantes siguen vigentes.

Para esta fecha, donde ambas religiones recuerdan la Pascua y Pesaj, me lleva a decir que Isaac, el nombre negado de mi abuelo, también representa esa memoria colectiva excluida por los diferentes poderes de nuestra historia”.1

Luego de escribir este artículo, confirmo que “Isaac” es un nombre propio masculino de origen hebreo en su variante en español. Deriva del término hebreo “Yishaq’el” y su significado es «Aquel con el que Dios reirá» o «El jefe de tu jefe». Consultando la Heráldica de apellidos españoles “Carpintero” tiene un blasón de la Edad Media. Sin embargo, el segundo nombre de mi abuelo pone en cuestión el origen heráldico. Aún más, en el Diccionario Sefaradí de Sobrenombres, los Carpinteiro provienen de Lagoaca, Portugal donde algunos emigraron a Galicia, más precisamente a Pontevedra donde lo transformaron al español. La pregunta sigue sin respuesta. Lo más probable es que no la tenga ya que es muy difícil hablar de apellidos verdaderamente judíos. Los judeo-conversos o Benei Anusim o Cripto-judíos o Marranos o Cristianos Nuevos siguen caminos intrincados difíciles de seguir. Las variables pueden ser tantas, que al final tenemos que llegar a una conclusión, por demás lógica: lo judío está en el individuo no en el apellido, como veremos en algunos pensadores marranos que describimos en el texto.

1 Revista Veintitrés, Buenos Aires, 5 de abril de 2007.

Cronología

Vida, obra y época de Spinoza

1439

En la península Ibérica se desarrollan pogromos alentados por la Iglesia Católica. Los judíos son obligados a convertirse transformándose en “cristianos nuevos”, anusin (los forzados), meshemmadin (los convertidos) o marranos.

1449

Se casan Isabel de Castilla y Fernando de Aragón; se unen los dos reinos y se establece la Inquisición. De esta manera tratan de lograr la unidad nacional persiguiendo y separando a los judíos de los cristianos.

1492

Viaje de Colón a América. Se expulsa a todos los judíos que no se quieran convertir y aquellos que tienen “prácticas judaizantes” del reino de España, conocido como Sepharad. Estos emigran a Portugal y luego, nuevamente expulsados, muchos se asientan en Ámsterdam.

1632

El 24 de noviembre nace Baruch Spinoza.

1633

Juicio y condena a prisión de la Inquisición a Galileo Galiei.

1637

Descartes escribe el Discurso del Método.

1638

Muere la madre de Spinoza llamada Hanna Débora.

1639

Inicia estudios sobre judaísmo en una escuela de la comunidad sefardí de Ámsterdam.

1640

Uriel da Costa sufre un Herem -excomunión- humillante en el que seguramente Spinoza, teniendo 7 años, participó de la ceremonia. Luego se retira a su casa para escribir sus memorias. Cuando las termina se suicida.

1641

Descartes escribe Meditaciones metafísicas.

1642

Muere Galileo Galilei. Nace Isaac Newton.

1646

Nace Gottfried Wilhelm Leibniz.

1648

Mesianismo judío. Sabattai Zeli se declara a sí mismo como el nuevo mesías en la ciudad Smirna.

1649

Fallecen sus hermanos Yitzak y Miriam. Se incorpora con 17 años al negocio de su padre. Estudia en la Keter Torá Yeshivá (Centro de estudios del Talmud y la Torá) coordinado por el Rabí Saúl Morteira.

1650

Derrotada la monarquía de los Orange asume como Gran Pensionario el democrático liberal Jan de Witt. Muere René Descartes.

1651

Thomas Hobbes escribe el Leviatán.

1652

Primera guerra entre Inglaterra y los Países Bajos.

1654

La formación de Spinoza toma un camino secular. Estudia latín con Franciscus Van den Eden. Muere su padre Miguel.

1655

Al salir de la sinagoga atentan contra su vida con un puñal que le raspa su ropa. La guarda durante mucho tiempo en recuerdo de este hecho, algo insólito entre los judíos de Ámsterdam.

Juan de Prado huye de España perseguido por la Inquisición que lo acusa de prácticas “judaizantes”. Se instala en Ámsterdam donde adopta el nombre Daniel. Al poco tiempo le realizan un Herem.

1656

Herem de Spinoza.

1656-1661

Luego del Herem en 1661 se instala en Rijnsburg cerca de Leiden. Durante estos cuatro años no se sabe mucho de sus actividades. Se puede establecer que está entre los colegiantes de Rijnsberg. También con otras sectas cristianas como los cuáqueros. Visita periódicamente a Juan de Prado. Escribe el Tratado Breve y el Tratado de la reforma delentendimiento.

1660

Se crea la Fundación Royal Society.

1662

Henry Oldenburg con quien mantiene una profusa correspondencia es designado secretario de la Fundación Royal Society. Spinoza mantiene un intercambio de cartas con Willen Von Blijenberg sobre “el bien y el mal”.

1663

Escribe a pedido de un discípulo la única obra editada con su nombre: Principios de Filosofía de Descartes, primera y segunda parte, completada con las Ideas Metafísicas. Se muda a Voorburg suburbio de La Haya. Se extiende la peste en Europa que dura seis años.

1664

En el continente americano Nueva Ámsterdam es invadida por ingleses y se empieza a llamar Nueva York.

1665

Segunda Guerra entre Inglaterra y los Países Bajos.

1669

Aparece el Tratado Teológico Político sin el nombre del autor y con un falso editor. Recién en 1994 se publica una versión en holandés.

1670

Se muda a La Haya.

1672

Luis XIV invade el territorio holandés. Las tropas al mando del príncipe Condé se acuartelan en Ultrech para atacar la capital de Holanda. Spinoza viaja a esa ciudad para visitar el cuartel y entrevistarse con el príncipe para lograr una paz negociada.

1673

Lo invitan a dictar una cátedra en la Universidad de Heidelberg. Rechaza la invitación para no perder su autonomía teórica y política.

1674

Tanto el Tratado Teológico Político como el Leviatán son prohibidos por las autoridades de Holanda.

1675

Termina la Ética demostrada según el orden geométrico.Viaja a Ámsterdam para imprimirla, pero no lo hace debido a las tensiones políticas.

1676

Se reúne con Gottfried Wilhem Leibniz.

1676-1677

Comienza con un cuadro agudo de tuberculosis. Inicia la redacción de la Gramática Hebrea que deja inconcluso. Escribe el Tratado sobre el ArcoIris y, a pedido de sus amigos, el Tratado Político que no logra finalizar.

1677

El 21 de febrero fallece a los 44 años y dos meses. En octubre sus amigos editan una edición póstuma en latín y holandés. La primera edición en latín contenía: la Ética, el Tratado Político, El Tratado sobre la reforma del Entendimiento, la Correspondencia y el Compendio de Gramática Hebrea. Los ayuntamientos calvinistas juzgaron que era un grave pecado la lectura de estos libros.

1690

Todos los libros del filósofo marrano fueron incluidos en el Index como libros que contienen ideas pecadoras, herejes y ateas.

Parte I

Spinoza, el filósofo marrano

Dana, ésta es una hermosa ciudad llena de cosas hermosas, pero hay algo que debes recordar siempre: existen dos clases de belleza, una es la que celebra la vida y otra la que celebra el poder, ambas pueden ser igualmente bellas, pero de la segunda, por mucho que te guste y que la admires, debes desconfiar siempre porque lleva dentro la semilla de la injusticia. Es como el rostro de ese esclavo negro, es hermoso, en medio de esta hermosa plaza, junto a todos esos otros rostros tan bellos, pero esconde una historia terrible de hombres, mujeres y niños convertidos en ganado simplemente para que los dueños de estos edificios, los mismos que encargaron estas hermosas esculturas, se enriquecieran. No lo olvides nunca.

Juan Manuel Fajardo, Mi nombre es Jamaica

Capitulo 1

Los marranos de Sepharad

Durante siglos, los dominicos y los franciscanos habían incitado a las clases bajas -a las que llamaban el pueblo menudo-, provocando en ellas un odio implacable contra los hebreos. Desde las matanzas del año 1391, en las que habían muerto nada menos que cincuenta mil judíos, en la única conversión en masa de la historia judía, centenares de miles habían aceptado a Cristo, algunos para salvar la vida y otros para prosperar en sus oficios en una sociedad que aborrecía a los de su religión…

Espina había oído a algunos judíos llamar ‘marranos’ a los conversos y señalar que éstos serían condenados por toda la eternidad y no resucitarían en el Juicio Final. Con más caridad, otros llamaban a los apóstatas ‘anusin’, los obligados, y señalaban que Dios perdonaba a los que habían sido forzados a convertirse y comprendía sus necesidades de sobrevivir

Noah Gordon, El ultimo judío

Hasta el siglo XV España había sido el principal lugar en el mundo donde vivía la comunidad judía; la llamaban Sepharad y algunos de sus miembros fueron muy prósperos produciendo un gran beneficio económico para los cristianos y musulmanes. Es en esa época que el gran desarrollo social y cultural de la llamada “Edad de Oro” inicia el comienzo del fin. En 1439 una violenta reacción popular contra los judíos llevó a innumerables pogromos alentados por la iglesia católica que insistía en la necesidad de que los judíos tenían que aceptar como única verdadera la fe cristiana. Cualquier intento de volver a la situación de convivencia anterior era considerado una herejía, aunque los reyes con el fin de defender su economía quisieron parar la persecución, pero fue imposible. No había marcha atrás. Estos hechos llevaron a que muchos judíos se convirtieran por la fuerza, transformándose en “nuevos cristianos”. La población judía llamaba a los conversos anusin (los forzados) o meshummadim (los convertidos). Pero una expresión más ofensiva fue la de “marranos” o “cerdos”. El étimo que procede del árabe es “muharram” pronunciado en árabe andalusí “maharram”, que significa “cosa prohibida” y es el nombre que se le da al cerdo por estar prohibido su consumo tanto en la religión judía como en la musulmana. Con el tiempo, este término adquiere una característica descriptiva de este sector de la comunidad judía. Hay que reconocer que muchos judíos se transformaron en verdaderos cristianos, pero otros, seguirían practicando en secreto la fe judía. A estos se los llamaba marranos judaizantes, por lo cual provocaban desconfianza en las autoridades eclesiásticas con la consecuente persecución sobre todas las actividades de su vida.

En 1449, a partir del matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, se unen los dos reinos buscando la unidad nacional por medio de la religión al separar a los judíos de aquellos que se habían convertido. En 1492 con la eliminación de los dirigentes musulmanes quedó conquistada España por los cristianos. Mientras tanto Colón iniciaba su viaje para agrandar el reino. Estas circunstancias llevaron a que Isabel y Fernando decretaran la expulsión de todos los judíos del reino de España; no había opción: o se convertían en “nuevos cristianos” o tenían que exiliarse. Se impone la Inquisición que es una de las herramientas políticas para crear el nuevo Estado. Los marranos judaizantes fueron vejados y quemados en rituales públicos que se llamaban autos de fe. Un sector minoritario de la comunidad judía se exilió en Italia, Turquía y África, pero la mayoría se radicó en Portugal. Este exilio duró poco tiempo, ya que los reyes de Portugal publicaron un decreto que obligaba a desterrar a todos los judíos y musulmanes que se encontraban en su territorio. Sin embargo, en ese breve tiempo, la población judía se destacó en diferentes actividades, en especial, el comercio internacional; esto fue tan significativo que en esa época el término “portugués” era sinónimo de judío.

Estos “cristianos nuevos” tanto españoles como portugueses, como vamos a ver más adelante, tienen una gran particularidad; mantienen la influencia de la época: la humanista y neoclásica creadora del barroco. Los matrimonios con los cristianos viejos borran las diferencias. Sin embargo, sufren un desdoblamiento de la conciencia en la que son católicos sin fe y judíos sin doctrina. El mundo del siglo XVII tenía categorías absolutas. El que era católico creía que su salvación estaba en la gracia de la santísima trinidad; el luterano sentía que sus actos estaban justificados por la fe; el calvinista creía en la predestinación divina; el judío encontraba su seguridad en el cumplimiento de la ley. En cambio, para el marrano no había categorías, vivía en varios mundos que eran imposibles unir.

A partir del nuevo exilio muchos tomaron como referencia Ámsterdam en la que vivía una gran comunidad judía sefaradí cuya importancia llevó a que se la conociera como “La nueva Jerusalén”. Allí la comunidad portuguesa, unida por el idioma y su procedencia, se denominaba como una “nacao” (nación). Su mundo de grandes comerciantes encuentra que su judaísmo, en la gran tradición del judaísmo sefardí representado por Maimónides, está detenido. Cómo dice Carl Gebhardt:

“La estricta forma religiosa de los judíos orientales o aschkenasis está dominada por la Cábala, la teología emanatista del medioevo, el profundo sentido místico, extrañamente entretejidos de supersticiones pueriles. Los judíos de Ámsterdam tuvieron que buscar maestros aschkenasis para iniciarse en el judaísmo y de este modo el espíritu científico del siglo XVII se encuentra con una forma religiosa del siglo XV. A los judíos sin ghetto que viven ahora en palacios y se sientan cómodos en el humanismo se les presenta una religión del ghetto. Y no tardó en verse que los judíos de Ámsterdam no encontrarían su propia firma religiosa sin profundos conflictos.”1

En este clima religioso se formó el joven Spinoza.

Como venimos desarrollando los marranos judaizantes, para diferenciarlos de aquellos que abrazaron definitivamente la nueva religión, aprendieron a convivir con las dos religiones: una que era pública y la otra practicada en secreto. Esta situación llevaba a que, muchas veces, la confusión entre el judaísmo y el cristianismo se transformara en la pérdida de la fe judía sin llegar a adoptar la cristiana. Sus consecuencias fueron que volvían a los asuntos terrenales del mundo a partir del escepticismo religioso y el secularismo.

Durante generaciones los marranos se transformaron en expertos en el doble lenguaje y en exponer sus creencias en un lenguaje críptico. Estas pautas marranas son las que influyen en la experiencia de Spinoza. Como dice Yirmiyahu Yovel:

“Las principales pautas marranas que discierno en Spinoza son: 1) heterodoxia respecto a la trascendencia de la religión revelada; 2) capacidad para el equívoco y el doble lenguaje; 3) vida dual, interna y externa; 4) trayectoria dual interrumpida por un cambio abrupto; 5) tolerancia versus inquisición; 6) fervor por la salvación, obtenida por vías no tradicionales; y aparejado con ese fervor, mundanidad, secularismo y negación de la trascendencia. Aunque de una guisa algo diferente, todos estos rasgos pueden rastrearse en Spinoza. Se reflejan no solo en su pensamiento sino más aún en su vida o caso existencial.”2

Cómo veremos más adelante, Spinoza fue un experto en el equívoco y el doble lenguaje; a diferentes públicos les hablaba de diferentes maneras. Enmascaraba una oración dando sentidos diversos. Empleaba frases cuyo sentido era lo opuesto de lo que escribía. De allí la multiplicidad de sentidos que puede leerse en su obra. El emblema que usaba en su anillo que decía Caute (con prudencia) definía su modo de pensar, pero también la contradicción con su experiencia de vida, ya que nunca lo respetó: se hizo expulsar de la comunidad judía de Ámsterdam; tomo posiciones revolucionarias en la religión y la política donde fue amigo y consejero de Jan de Witt, un jurista y matemático, nombrado Gran Pensionario de la República cuya primera tarea fue alcanzar un acuerdo de paz con los ingleses en contra de la monarquía de los Orange; participó en algunas sectas “colegiantes” cuya perspectiva cristiana revolucionaria se oponía a la religión oficial. También tenía un sello lacrado que utilizaba en su correspondencia. Este tiene una rosa y alrededor tres letras: B, D y S. que corresponden a Baruch de Spinoza. Abajo estaba el lema Caute. Se hicieron varias interpretaciones de este sello, una de ellas era que la rosa con espinas se puede leer como “Spinoza” al lado de “Caute” que significaría “cuidado esto es de Spinoza” dando a entender que el contenido del texto era peligroso.

En este sentido, como sostiene Yovel, al ser “un marrano de la razón” tenía una trayectoria escindida. Cuando vivió entre los judíos de Ámsterdam se adaptó a sus costumbres sin creer en ellas. Cuando fue expulsado de su comunidad siguió ocultando su verdadero pensamiento con la mayoría de sus semejantes. Aún más, decir “un marrano de la razón” significa que no podemos dejar de lado la importancia central que le asigna en su obra al deseo; por lo cual podríamos decir que es un marrano del deseo (Cupiditas). Esta es una de las dificultades para dar cuenta de su obra y de su vida.

El mundo de Spinoza

-Pero estamos en Ámsterdam…

-Donde el péndulo va de Dios a un florín. Frans dice que lo hace para salvar mi alma, pero en el fondo está furioso porque no ha vendido azúcar de un día para otro. Al llamarme ‘sodomita’ lo que hace es luchar por sus panes de azúcar.

Jessie Burton, La casa de las miniaturas

Es necesario comenzar este apartado con el inicio de la excelente biografía sobre Spinoza de Carl Gebhardt3:

“Son bien conocidos los lazos que unen cada pensador moderno a su respectivo pueblo y la participación de éste en su obra. Pascal es francés, Fichte es alemán, Dostoievsky es ruso; de modo que todos los elementos étnicos, histórico-políticos y culturales que forman el concepto de ‘pueblo’ encarnan en un hombre. Spinoza es el único pensador moderno que constituye una excepción al respecto. Era judío porque fue recibido en la comunidad de Abraham y se le dio una educación rabínica. Era portugués porque sus padres fueron emigrantes portugueses, de formación portuguesa católica, no judía; porque el portugués fue su lengua materna y los poetas de la península ibérica sus poetas. Era holandés, porque nació en Ámsterdam y murió en La Haya; porque estaba ligado a Rembrandt por una cultura afín y a Juan de Witt por una amistad política, y porque en la segunda mitad de su vida se consideraría seguramente holandés. Pero si queremos fijar el origen de Spinoza, de acuerdo con el concepto de nacionalidad y el destino que ello supone, diríamos: Spinoza era marrano y su destino está determinado por el hecho de que su nación -como su religión- no fue para él una realidad, sino un problema.”

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632; su padre era un comerciante llamado Michel o Mikael de Espinosa. Baruch era hijo del segundo matrimonio de su padre con Hana Débora, hija de Baruch Señor y María Núñez; hay otro dato que dice que ella era hija de Abraham de Espinosa un hermano del padre, con lo cual además de esposa eran primos hermanos.

Spinoza desde su infancia vive constantes pérdidas que lo marcan. A los seis años muere su madre, cuando tenía 17 y 19 años fallecen sus hermanos Yitzak y Miriam. Si bien nunca estudió para ocupar un cargo de rabino cursó en la escuela de la sinagoga hasta completar los grados superiores. Luego de la muerte de su hermano se incorpora a los 17 años al negocio de su padre. Este se vuelve a casar con Esther que había llegado recientemente de Lisboa, pero ambos fallecen antes que Baruch cumpliera 22 años. En esa fecha, con su hermano fundan una empresa de importación y exportación de frutas; al año de la muerte de su padre sigue trabajando en la empresa, cumple con sus deberes en la sinagoga y paga puntualmente las contribuciones. Junto a los estudios en la Keter Torá y Yeshivá (centro de estudios del Talmud y de la Torá) coordinada por el rabí Saúl Levi Mortera, dirige el negocio familiar con su hermano, ya que en los documentos notariales aparece como un “comerciante portugués en Ámsterdam.”

Ante de seguir con su historia veamos cómo era el mundo que vivía Spinoza.

En 1612 Galileo Galilei es acusado de herejía ante el Santo Oficio por fundamentar que la tierra gira alrededor del sol. En 1632 la Santa Inquisición lo condena a prisión y es obligado a renunciar a su tesis sobre el movimiento de la tierra que contradecía ciertos pasajes de la Biblia. Esta condena pone en juego el carácter legitimante de las iglesias en cuanto a lo que se consideraba verdadero.

El Siglo XVII en Europa es el siglo del absolutismo monárquico; el siglo de las guerras de religión debido a la oposición de numerosas confesiones luego de la reforma protestante y la contrarreforma. También es el de una revolución que transforma el marco y las medidas del pensamiento que provenían de la Edad Media basado en una relación entre la fe, la tradición y la autoridad. Este núcleo que se compartía comienza a ser cuestionado al aparecer transformaciones profundas de paradigmas donde los filósofos irrumpen con una gran fuerza sacudiendo las creencias de la civilización europea cuyo poder hegemónico reacciona con la fuerza de la represión y la censura.

En los Países Bajos, que también se conoció como Holanda,4 la recepción de los judíos portugueses (marranos y judíos) fue producto de la tolerancia religiosa que había y de la necesidad de los sectores de poder de contar con su experiencia comercial y sus recursos financieros. Esto llevó a que los Países Bajos alcanzaran un florecimiento comercial internacional.

Debemos decir que fueron varios los motivos de la emigración masiva de judíos de España y Portugal, y no fueron exclusivamente religiosos: el imperio español estaba en una gran crisis económica con unas relaciones de producción basadas en la conquista territorial; por lo contrario, los Países Bajos desarrollaron una nueva forma de capitalismo apoyado por la iglesia protestante calvinista. Este fue el primer país en toda Europa que realizó con éxito una revolución burguesa, al emanciparse del despotismo español. El calvinismo con su filosofía política liberal fue el creador de una nueva forma de estado. Sin embargo, la comunidad portuguesa en Ámsterdam y en Rotterdam se consideraban una nación exiliada, constituida por una élite fundamentalmente comerciante. Aquí entre los sefardíes no domina, como en el caso de los judíos del Este con los askenazíes, los dogmas absolutos, la intolerancia étnica y la Cábala, sino la gran tradición humanista del judaísmo ibérico: Crescas, Gebirol, Halevy, Hebreo, Herrera, Ezra y el gran Maimónides. La comunidad encontró dificultades, ya que los sectores más conservadores de la elite holandesa pedían su expulsión. En este sentido, la tolerancia, muy famosa en los Países Bajos, no se basaban en los principios modernos, sino en consideraciones prácticas, que permitían a una población que era, profundamente escindida sobre asuntos religiosos, a convivir juntas. Las minorías religiosas, católicas y judías, fueron discriminadas y excluidas de los cargos públicos. Cómo veremos más adelante, Spinoza mismo se vio obligado a firmar su obra más política de manera anónima, tuvo que falsificar la ciudad donde se editó y temía por su vida, sus obras fueron prohibidas en 1674, junto con el Leviathan de Hobbes.5

Por ello, durante esa época, era un país cargado de tensiones entre facciones religiosas y políticas. Por un lado, estaba la familia aristocrática de los Orange-Nassau que tenían el mando militar y la función ejecutiva en todas las provincias bajo el título de Stathouder (Jefe militar). Por otro lado, se encontraban los Regentes, miembros de la burguesía que detentaban la administración de las ciudades y las finanzas públicas. En el plano religioso el calvinismo era la religión oficial, habiendo minorías de católicos y judíos organizados. El calvinismo presentaba dos tendencias los Remontrantes o Arminianos, que seguían al teólogo Arminio, y eran partidarios del libre albedrío, de la tolerancia religiosa y la libertad de conciencia. Se distancian de la perspectiva de una religión institucional propia del Estado; pues la religión de cada persona, que formaba parte de la comunidad de creyentes, permitía la posibilidad de una concepción laica de las relaciones entre el Estado y la iglesia. El partido de los Regentes estaba compuesto por una burguesía en ascenso económico y político que acordaba con los Remontantes la tolerancia como condición de la paz civil y religiosa y el poder civil sobre las organizaciones religiosas.6 Por otro lado, estaba la tendencia mayoritaria de los contra-remontrantes o gomaristas, que seguían al teólogo Gomara. Estos eran calvinistas ortodoxos defensores de la obediencia a la única autoridad de Dios; representaban a los sectores populares ya que sus pastores eran verdaderos dirigentes de masa. Este sector se enfrentaba a los Regentes por laicos, a los arminianos heterodoxos y a los sectores heréticos llamados cristianos sin iglesia como los anabatistas, socinianos, milenaristas, cuáqueros y colegiantes que propugnaban una sociedad igualitaria basada en el amor al semejante.

Los socianos eran una secta herética que tomaban el nombre de Fausto Sociano que predicó sobre todo en Polonia. Tenían muchos miembros en Holanda; niegan el dogma de la trinidad, el pecado original y la divinidad de Cristo. Este no era el hijo de Dios sino una metáfora de perfección moral y de virtud. Los anabaptistas, “los bautizados de nuevo” eran perseguidos ferozmente y masacrados por toda Europa. Afirman una libre reunión de los creyentes sin ningún tipo de jerarquía ni distinción entre diferentes religiones ya que había judíos, cristianos, librepensadores, etc. que se agrupaban para discutir problemas bíblicos. Estos junto a los menonitas rechazan el clero y entienden la religión como un conjunto de principios fáciles de entender que establecen una forma de vida en el amor.

Como veremos más adelante, Spinoza participó activamente en la mayoría de estos grupos que acabamos de mencionar.

En 1650 la hegemonía de la casa de Orange finaliza al fracasar la tentativa de construir un régimen monárquico. Asume como gran pensionario el dirigente de los Regentes, el democrático liberal Jon de Witt, según algunos historiadores, amigo y protector de Spinoza; su primer decreto fue expulsar a la familia Orange de los cargos militares y abolir la condición de Stathouder.7 En el año 1672, cuando Francia invade las Provincias Unidas, un motín popular asesina a de Witt y su familia y es restaurado el Stathouder con grandes poderes para la monarquía de la casa de Orange.

Esta circunstancia histórica permite comprender la intervención teórico-política de Spinoza con la publicación en forma anónima del Tratado Teológico Político. Como podemos ver la Holanda de Spinoza está muy lejos de una tolerancia idílica ya que estaba habitada por un conjunto de grupos contrapuestos que peleaban por imponer un paradigma político. En estos hechos vamos a encontrar una gran disputa entre religión, filosofía y teología; así como, entre el Estado y la Iglesia.

Un comerciante de Ámsterdam