Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
«¿Quieres ver si las estrellas piensan que haríais una buena pareja?» «¡Sí!», grita Runa mientras aplaude. «¿Las estrellas?» Frida nos mira como si hubiéramos dicho una locura. Me río. «Sí, vamos a emparejar horóscopos». A Runa le gusta Mehdi y a Frida le gusta Noah. Vigga también piensa que Noah es guapo, pero Frida lo dijo primero. Cuando Noah besa a Vigga todo empieza a ir mal.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 42
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Sandra Schwartz
Traducido por Óscar Pardo Méndez
Ilustrado por Lars Horneman
Saga
Un toque de magia 3 - Problemas amorosos Translated byÓscar Pardo Méndez
Original titleEt strejf af magi 3 - Drengekrise
Cover image: Shutterstock Copyright © 2016, 2020 Sandra Schwartz and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788711871393
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
[Insert illustration from PDF, p. 8]
[Insert illustration from PDF, p. 8]
[Insert illustration from PDF, p. 9]
Frida me da un golpecito con el codo. Estamos en casa de Runa sentadas en el suelo del salón, coloreando. Levanto la mirada del tulipán que estoy coloreando. Sus mejillas están un poco rojas cuando susurra: «¿Quién de los chicos de clase piensas que es guapo?»
«Mmm», digo. «No lo sé...».
«Debe de haber alguien que pienses que es guapo», dice Frida. «¿Antón?»
«¡No, estás loca! Se pasa el tiempo empujándome y diciendo estupideces».
Runa y Frida ríen.
Entonces Frida dice:
«Mi madre dice que los chicos suelen hacer esas cosas cuando les gustas».
Niego con la cabeza incrédula, pero Runa asiente.
[Insert illustration from PDF, p. 12]
«Bueno, ¿quién entonces? Tienes que decir un nombre», continúa Frida.
Volteo los ojos. «¡Eres ridícula!».
«¡Vamos!» Runa se ríe. «Y Jonás?»
«¡Aj!» Resoplo. «Bueno, es bastante guapo, pero... ¡ni de broma! Siempre huele a caballa. ¡Es asqueroso!» Me tapo la nariz con la mano. «¡Puaj!»
«A mí también me gusta la caballa», dice Runa. «¿También huelo como si la hubiese comido?»
«Sí, apestas», digo.
Frida asiente.
Runa tiene muy mala cara.
«¡Me voy a morir! ¡A veces traigo caballa!»
Las tres nos estamos riendo a carcajadas.
Frida se seca las lágrimas de risa. Tiene una sonrisa en el rostro y una mirada especial en sus ojos.
«Bueno, ¿queréis saber quién pienso que es guapo?», dice en voz baja.
«¡Sí!», decimos Runa y yo al mismo tiempo.
Frida toma aire mientras nos mira a mí y a Runa. «¡Noah!», exclama.
«¿Qué?», dice Runa. «¿Desde cuándo? Nunca lo has dicho». Nos miramos la una a la otra. Parece tan sorprendida como yo. Nunca lo habríamos adivinado.
Frida niega con la cabeza.
«Lo sé. Nunca había pensado en él de esta forma antes, pero hoy, cuando estábamos jugando al escondite...», suspira profundamente, «... estaba tan guapo. Él era el “buscador”, y yo acababa de ser la “buscadora”. Entonces, me encontró casi al momento, pero no dijo nada. Solo me guiñó un ojo y continuó».
«¡Oh, qué mono!», dice Runa.
«¿Qué?», grito. «¡Luego me encontró a mí! ¡Venga ya!»
Frida sonríe de oreja a oreja.
«Sí, ¿a qué es adorable?»
Asiento. Noah es genial, es el más agradable de los chicos de clase, y es muy bueno jugando al fútbol. Yo también jugué a fútbol en el primer curso en mi antigua escuela. Durante ese tiempo, solía jugar con los chicos durante los recreos.
«A mí me gusta...», empieza Runa. Sus mejillas están de color rosa y su voz me llega a los oídos en un susurro.
Al mismo tiempo, se abre la puerta al salón. Runa calla y sus mejillas pasan de rosa a rojo en llamas. Es su madre quien entra a la sala con una cesta. Óscar, el hermano pequeño de Runa, la sigue detrás. Como siempre, va disfrazado. Hoy es un monstruo morado.
«¡Buuuu!», ruje y pone sus manos en forma de garras.
Runa parece enfadada. Creo que es adorable, y le digo que es un monstruo muy peligroso. Dragón, me corrige, y me río.
«Tomad algo para no pasar hambre por la tarde», dice la madre de Runa y sonríe. «¡Intentad no derramar nada ni ensuciar mucho!»
[Insert illustration from PDF, p. 16]