Vidas cruzadas: Prieto y Aguirre - José Luis de la Granja - E-Book

Vidas cruzadas: Prieto y Aguirre E-Book

José Luis de la Granja

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Beschreibung

Indalecio Prieto (1883-1962) y José Antonio Aguirre (1904-1960) fueron no solo los principales líderes del socialismo y del nacionalismo vascos, respectivamente, sino también los políticos más relevantes de la Euskadi del siglo XX, a cuyo autogobierno contribuyeron de forma decisiva. Sus vidas se cruzaron continuamente a lo largo de tres decenios: desde el advenimiento de la Segunda República el 14 de abril de 1931 hasta su muerte en el exilio. Durante ese tiempo pasaron de estar enfrentados durante la República y la Segunda Guerra Mundial a ser aliados en la Guerra Civil y la posguerra mundial contra el franquismo. No lograron su objetivo común de derribar la dictadura de Franco y, por eso, fallecieron fuera de España con apenas dos años de diferencia.

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VIDAS CRUZADAS:PRIETO Y AGUIRRE

COLECCIÓN HISTORIA BIBLIOTECA NUEVA

Dirigida por

Juan Pablo Fusi

JOSÉ LUIS DE LA GRANJA

Y LUIS SALA GONZÁLEZ

VIDAS CRUZADAS: PRIETO Y AGUIRRE

LOS PADRES FUNDADORES DE EUSKADI

Documentos de la República, la Guerra Civil y el exilio

BIBLIOTECA NUEVA

La Juan de los Toyos Fundazioa y la Fundación Indalecio Prieto han contribuido a la edición de este libro.

Fotografías: Fundación Indalecio Prieto, Fundación Pablo Iglesias, Fundación Sancho el Sabio, Euskadiko Artxibo Historikoa-Archivo Histórico de Euskadi, Biblioteca de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (Archivo Luis Ruiz de Aguirre), Fondo de Luis Barandica y el libro José Antonio de Aguirre. Lehen lehendakaria – primer lehendakari (Ayuntamiento de Bilbao).

Ilustraciones de cubierta: Retrato de Indalecio Prieto en 1949. José Antonio Aguirre interviene en el mitin del segundo Aberri Eguna, celebrado en San Sebastián el 16 de abril de 1933.

Cubierta: Malpaso Ediciones S. L. U.

© Los autores, 2017

© Editorial Biblioteca Nueva, S. L., Madrid, 2017

Evaristo San Miguel, 20, entreplanta izq.

28008 Madrid (España)

www.bibliotecanueva.es

[email protected]

ISBN: 978-84-15555-84-1

Edición digital

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Índice

PRÓLOGO

PRESENTACIÓN

LOS PADRES FUNDADORES DE EUSKADI

1. LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1936)

1.1. Prieto y Aguirre no se encontraron en el Pacto de San Sebastián

1.2. Enemigos acérrimos por causa del Estatuto de Estella (1931)

1.3. Adversarios enfrentados pese a colaborar en el Estatuto de las Comisiones Gestoras provinciales (1932-1933)

1.4. Su primera aproximación política en la rebelión de los Ayuntamientos vascos (1934)

1.5. Aislados políticamente (1935)

1.6. Su entente cordial por el Estatuto vasco (1936)

2. LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

2.1. Aliados en la Guerra Civil (1936-1937)

2.2. Sus divergencias políticas y militares (1937)

3. EL EXILIO (1939-1962)

3.1. Enfrentados durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

3.2. De nuevo aliados: de la esperanza al abatimiento (1945-1951)

3.3. Distanciados en sus años finales (1952-1960)

CONCLUSIÓN

DOCUMENTOS DE LA SEGUNDA REPÚBLICA: 1931-1936

1. COMISIONADOS VASCOS EN MADRID. EL PROBLEMA DE LA AUTONOMÍA

2. DISCURSO DE JOSÉ ANTONIO AGUIRRE EN EL MITIN TRAS LA APROBACIÓN DEL ESTATUTO DE ESTELLA EL 14 DE JUNIO DE 1931

3. INTERVENCIÓN DE INDALECIO PRIETO EN EL MITIN DEL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO

4. DISCURSO DE AGUIRRE EN LA DESPEDIDA DE LOS DIPUTADOS DE LA MINORÍA VASCO-NAVARRA, EN GUERNICA, 12 DE JULIO DE 1931

5. RESUMEN DEL DISCURSO DE AGUIRRE A LOS REPRESENTANTES DE LOS MUNICIPIOS NAVARROS EN PAMPLONA EL 13 DE JULIO DE 1931

6. RESUMEN DEL DISCURSO DE AGUIRRE EN LA INAUGURACIÓN DEL CENTRO VASCO DE LEIZA EL 14 DE AGOSTO DE 1931

7. DISCURSO DE AGUIRRE EN LA INAUGURACIÓN DEL BATZOKI DE OYARZUN EL 18 DE AGOSTO DE 1931

8. RESUMEN DEL DISCURSO DE AGUIRRE EN EL MITIN DE ELIZONDO EL 23 DE AGOSTO DE 1931

9. DECLARACIONES DEL SR. PRIETO ACERCA DE LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO EN LAS PROVINCIAS VASCONGADAS Y NAVARRA

10. DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE LA SUSPENSIÓN DE PERIÓDICOS: DISCURSO DE AGUIRRE

11. DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE LA SUSPENSIÓN DE PERIÓDICOS: DISCURSO DE PRIETO

12. RECTIFICACIÓN DE AGUIRRE A UNAS DECLARACIONES DE PRIETO A FINALES DE AGOSTO DE 1931

13. ENTREVISTA A AGUIRRE TRAS LA ENTREGA DEL ESTATUTO DE ESTELLA AL PRESIDENTE NICETO ALCALÁ-ZAMORA EN MADRID EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1931

14. CONFERENCIA DE AGUIRRE EN EL HOGAR VASCO DE MADRID EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1931

15. ENTREVISTA A AGUIRRE SOBRE LA RETIRADA DE LA MINORÍA VASCO-NAVARRA DE LAS CORTES, EN PROTESTA POR LA CUESTIÓN RELIGIOSA EN EL PROYECTO CONSTITUCIONAL, EL 14 DE OCTUBRE DE 1931

16. DECLARACIONES DE AGUIRRE A UN SEMANARIO CATALANISTA EN NOVIEMBRE DE 1931

17. DECRETO, REDACTADO POR EL MINISTRO PRIETO, POR EL QUE SE ESTABLECE EL PROCEDIMIENTO PARA QUE EL PAÍS VASCO ACCEDA A SU AUTOGOBIERNO

18. CONFERENCIA DE AGUIRRE EN EL TEATRO PRÍNCIPE DE VITORIA EL 13 DE DICIEMBRE DE 1931

19. DECLARACIONES DE AGUIRRE SOBRE EL ESTATUTO VASCO EN ENERO DE 1932

20. LA ASAMBLEA DEL DOMINGO EN LA DIPUTACIÓN EN PRO DE LA UNIVERSIDAD DE BILBAO. IMPORTANTES DECLARACIONES DEL SR. PRIETO

21. DISCURSO DE AGUIRRE SOBRE LA UNIVERSIDAD VASCA EN LA DIPUTACIÓN DE VIZCAYA EL 7 DE FEBRERO DE 1932

22. DECLARACIONES DE AGUIRRE SOBRE EL ESTATUTO VASCO EN ABRIL DE 1932

23. NOTA OFICIOSA DE LOS DIPUTADOS VASCO-NAVARROS REUNIDOS EN LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE GUIPÚZCOA

24. CARTA DE INDALECIO PRIETO AL SOCIALISTA RUFINO LAISECA, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN GESTORA DE LA DIPUTACIÓN DE VIZCAYA, SOBRE EL ESTATUTO VASCO

25. UNA INTERVIÚ CON INDALECIO PRIETO. EL SENTIDO POLÍTICO DEL VIAJE DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA AL PAÍS VASCO

26. RESUMEN DEL DISCURSO DE AGUIRRE EN TAFALLA

27. RESUMEN DE LA CONFERENCIA DE AGUIRRE EN SESTAO

28. DISCURSO DE PRIETO EN EL MITIN REPUBLICANO-SOCIALISTA EN LA PLAZA DE TOROS DE BILBAO

29. RESUMEN DEL DISCURSO DE AGUIRRE EN EL ABERRI EGUNA, CELEBRADO EN SAN SEBASTIÁN EL 16 DE ABRIL DE 1933

30. ENTREVISTA A AGUIRRE TRAS LAS ELECCIONES MUNICIPALES PARCIALES DEL 23 DE ABRIL DE 1933

31. ENTREVISTAS DE LOS DIPUTADOS DEL PNV CON PRIETO Y OTRAS PERSONAS SOBRE EL PLEBISCITO DEL ESTATUTO VASCO Y LAS ELECCIONES A CORTES, EN OCTUBRE-NOVIEMBRE DE 1933

32. INFORME DE AGUIRRE SOBRE LA VISITA DE CATÓLICOS MONÁRQUICOS EL 11 DE OCTUBRE DE 1933 CON RELACIÓN A LAS ELECCIONES A CORTES

33. ARTÍCULO DE AGUIRRE (CON SU SEUDÓNIMO ETXENAUSI) SOBRE PRIETO Y EL ESTATUTO VASCO

34. DISCURSO DE AGUIRRE DE APOYO AL ESTATUTO EN VITORIA EL 29 DE OCTUBRE DE 1933

35. ANTE EL PLEBISCITO DEL DÍA 5

36. LA VICTORIA QUE DERROTARÁ AL ESTATUTO

37. ¿NO HUBIERA [SIC] CONVENIDO UN POCO MENOS DE FERVOR ESTATUTISTA?

38. DISCURSO DE PRIETO EN EL MITIN ELECTORAL DEL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO EL 16 DE NOVIEMBRE DE 1933

39. DISCURSO DE AGUIRRE EN EL MITIN ELECTORAL DEL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO EL 17 DE NOVIEMBRE DE 1933

40. RAMIRO DE MAEZTU, ORADOR

41. DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE LA RETIRADA DE LA MINORÍA VASCA: DISCURSO DE AGUIRRE

42. DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE LA RETIRADA DE LA MINORÍA VASCA: DISCURSO DE PRIETO

43. CARTA DE AGUIRRE A JOAQUÍN REIG, DIPUTADO DE LA LLIGA CATALANA, SOBRE LA RETIRADA DE LA MINORÍA NACIONALISTA VASCA DE LAS CORTES

44. DECLARACIONES DE AGUIRRE SOBRE EL GRAVE CONFLICTO DE LOS MUNICIPIOS VASCOS CON EL GOBIERNO DE SAMPER EN EL VERANO DE 1934

45. DECLARACIONES DE INDALECIO PRIETO SOBRE EL GRAVE CONFLICTO DE LOS MUNICIPIOS VASCOS

46. PALABRAS DE INDALECIO PRIETO EN LA ASAMBLEA DE ZUMÁRRAGA

47. ENTRE LA LIBERTAD Y LA REVOLUCIÓN: LA OPINIÓN DE AGUIRRE SOBRE PRIETO DURANTE LA REPÚBLICA

48. DISCURSO DE AGUIRRE EN EL HOMENAJE A LOS DIPUTADOS DEL PNV EN EL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO EL 12 DE ENERO DE 1936

49. CUARTILLAS DE INDALECIO PRIETO LEÍDAS EN EL MITIN DE LOS CANDIDATOS DEL FRENTE POPULAR EN EL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO

50. DISCURSO DE AGUIRRE EN EL MITIN ELECTORAL DEL FRONTÓN EUSKALDUNA DE BILBAO EL 14 DE FEBRERO DE 1936

51. EL MITIN EN EL FRONTÓN ASTELENA DE EIBAR

52. DISCURSO DE PRIETO EN EL HOMENAJE A FRANCESC MACIÀ, EXPRESIDENTE DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA, EN BILBAO

53. DISCURSO DE AGUIRRE EN EL HOMENAJE A FRANCESC MACIÀ EN BILBAO

54. DISCURSO DE PRIETO EN EL HOMENAJE AL CÍRCULO FEMENINO DE BILBAO EN EL TEATRO COLISEO ALBIA

55. PROBLEMAS DEL ESTATUTO

56. EL ESTATUTO, EN MARCHA

57. EL CONCIERTO ECONÓMICO Y EL ESTATUTO

58. EL ESTATUTO VASCO. SENCILLEZ, SENCILLEZ Y SENCILLEZ

59. EL CAPÍTULO DE HACIENDA EN EL ESTATUTO VASCO

60. EL ESTATUTO VASCO. ÓRGANOS DE RECAUDACIÓN E INSTITUCIONES DE CRÉDITO

61. HOMBRE PREVENIDO…

62. VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA

63. EXTRACTOS DE CINCO DE LAS 54 «CARTAS PARLAMENTARIAS. DESDE MADRID» SOBRE EL ESTATUTO VASCO, ESCRITAS POR EL DIPUTADO AGUIRRE Y PUBLICADAS CON EL SEUDÓNIMO DE ETXENAUSI’TAR JOSEBA EN EL DIARIO EUZKADI ENTRE EL 3 DE ABRIL Y EL 15 DE JULIO DE 1936

DOCUMENTOS DE LA GUERRA CIVIL: 1936-1939

1. POSICIONAMIENTO DEL PNV ANTE EL GOLPE MILITAR DEL 18 DE JULIO DE 1936

2. DISCURSO RADIADO DE INDALECIO PRIETO DESDE EL MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN EL 8 DE AGOSTO DE 1936

3. DISCURSO DE JOSÉ ANTONIO AGUIRRE EN LAS CORTES AL APROBARSE EL ESTATUTO VASCO EL 1 DE OCTUBRE DE 1936

4. EXTRACTOS DE LA LEY DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA DEL PAÍS VASCO DE 1936

5. PROGRAMA DEL PRIMER GOBIERNO VASCO, LEÍDO POR EL LEHENDAKARI JOSÉ ANTONIO AGUIRRE EN GUERNICA EL 7 DE OCTUBRE DE 1936

6. TELEGRAMA DE JOSÉ ANTONIO AGUIRRE A INDALECIO PRIETO, MINISTRO DE MARINA Y AIRE DEL GOBIERNO DE LARGO CABALLERO, AL SER PROCLAMADO LEHENDAKARI EL 7 DE OCTUBRE DE 1936

7. TELEGRAMA DE CONTESTACIÓN DE PRIETO A AGUIRRE, 8 DE OCTUBRE DE 1936

8. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, 18 DE NOVIEMBRE DE 1936

9. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE AGUIRRE (BILBAO) Y PRIETO (VALENCIA) SOBRE LA OFENSIVA DEL EJÉRCITO VASCO CONTRA VILLARREAL DE ÁLAVA: NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 1936

10. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, BILBAO, 29 DE DICIEMBRE DE 1936

11. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 13 DE ENERO DE 1937

12. CARTA DE PRIETO A FRANCISCO LARGO CABALLERO, PRESIDENTE DEL GOBIERNO, VALENCIA, 25 DE ENERO DE 1937

13. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, BILBAO, 5 DE FEBRERO DE 1937

14. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 8 DE MARZO DE 1937

15. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE AGUIRRE (BILBAO) Y PRIETO (VALENCIA) ANTES DE LA OFENSIVA DEL EJÉRCITO DE FRANCO SOBRE VIZCAYA: DE ENERO A MARZO DE 1937

16. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 29 DE MARZO DE 1937

17. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE AGUIRRE (BILBAO) Y PRIETO (VALENCIA) AL INICIO DE LA OFENSIVA DEL EJÉRCITO DE FRANCO SOBRE VIZCAYA: DEL 31 DE MARZO AL 4 DE ABRIL DE 1937

18. CARTA DE PRIETO A MANUEL IRUJO, MINISTRO SIN CARTERA, VALENCIA, 1 DE ABRIL DE 1937

19. CARTA DE PRIETO A FRANCISCO LARGO CABALLERO, PRESIDENTE DEL GOBIERNO Y MINISTRO DE LA GUERRA, VALENCIA, 2 DE ABRIL DE 1937

20. CARTA DE PRIETO A LARGO CABALLERO, VALENCIA, 3 DE ABRIL DE 1937

21. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE AGUIRRE Y PRIETO, 12 Y 13 DE ABRIL DE 1937

22. TELEGRAMAS DE AGUIRRE A PRIETO, 23 DE ABRIL DE 1937

23. CARTAS CRUZADAS ENTRE IRUJO Y PRIETO, VALENCIA, 23, 24, 26, 27 Y 30 DE ABRIL DE 1937

24. TELEGRAMAS DE AGUIRRE A MINISTROS DEL GOBIERNO REPUBLICANO, 8 DE MAYO DE 1937

25. TELEGRAMAS DE AGUIRRE A PRIETO, 11 Y 12 DE MAYO DE 1937

26. CARTA DE PRIETO A LARGO CABALLERO, VALENCIA, 14 DE MAYO DE 1937

27. TELEGRAMA DE AGUIRRE A PRIETO, 17 DE MAYO DE 1937

28. TELEGRAMAS DE AGUIRRE Y PRIETO, 22 DE MAYO DE 1937

29. TELEGRAMA DE AGUIRRE A PRIETO, 23 DE MAYO DE 1937

30. CARTA CONFIDENCIAL DE AGUIRRE A PRIETO, MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DEL GOBIERNO DE NEGRÍN, 24 DE MAYO DE 1937

31. DIRECTIVAS DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO DE TIERRA AL GENERAL MARIANO GÁMIR ULIBARRI, JEFE DEL CUERPO DE EJÉRCITO DE VIZCAYA, VALENCIA, 30 DE MAYO DE 1937 

32. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 1 DE JUNIO DE 1937

33. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE AGUIRRE Y PRIETO, 1,2 Y 3 DE JUNIO DE 1937

34. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, BILBAO, 10 DE JUNIO DE 1937

35. ALOCUCIÓN DEL LEHENDAKARI AGUIRRE POR RADIO BILBAO EL 14 DE JUNIO DE 1937

36. INFORME DE VICENTE ROJO, CORONEL JEFE DEL ESTADO MAYOR CENTRAL (EMC), A PRIETO, VALENCIA, 14 DE JUNIO DE 1937

37. TELEGRAMAS CRUZADOS ENTRE EL GENERAL GÁMIR ULIBARRI (BILBAO) Y EL MINISTRO PRIETO (VALENCIA), 16 DE JUNIO DE 1937

38. TELEGRAMA DE AGUIRRE AL PRESIDENTE JUAN NEGRÍN Y AL MINISTRO PRIETO, 17 DE JUNIO DE 1937

39. INFORME DEL CORONEL VICENTE ROJO A PRIETO, VALENCIA, 18 DE JUNIO DE 1937

40. TELEGRAMA DE AGUIRRE A NEGRÍN Y PRIETO, TRUCÍOS, 19 DE JUNIO 1937

41. CARTA DE DIMISIÓN DEL MINISTRO PRIETO A NEGRÍN, PRESIDENTE DEL GOBIERNO, VALENCIA, 20 DE JUNIO DE 1937

42. TELEGRAMA DE PRIETO AL GENERAL GÁMIR ULIBARRI, VALENCIA, 21 DE JUNIO DE 1937

43. CARTA DE MANUEL IRUJO, MINISTRO DE JUSTICIA DEL GOBIERNO DE NEGRÍN, A PRIETO, VALENCIA, 28 DE JUNIO DE 1937

44. MENSAJE DEL LEHENDAKARI AGUIRRE AL ABANDONAR EL TERRITORIO VASCO EN LA GUERRA CIVIL: MANIFIESTO DE TRUCÍOS

45. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO. VALENCIA, 22 DE JULIO DE 1937

46. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MADRID, 30 DE JULIO DE 1937

47. CARTA MANUSCRITA DE AGUIRRE A PRIETO, SANTANDER, 17 DE AGOSTO DE 1937

48. TELEGRAMA DE AGUIRRE A PRIETO, 19 DE AGOSTO DE 1937

49. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1937 

50. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, VALENCIA, 26 DE OCTUBRE DE 1937

51. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 27 DE OCTUBRE DE 1937

52. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, VALENCIA, 30 DE OCTUBRE DE 1937

53. NOTA DE PRIETO, MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL. POR QUÉ CAUSAS Y CIRCUNSTANCIAS SE HA PERDIDO EL NORTE

54. CAUSAS DE LA CAÍDA DE BILBAO SEGÚN EL INFORME DEL LEHENDAKARI AGUIRRE

55. TELEGRAMA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 5 DE NOVIEMBRE DE 1937

56. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, BARCELONA,11 DE NOVIEMBRE DE 1937

57. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 28 DE MARZO DE 1938

58. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, RECIÉN SALIDO DEL GOBIERNO DE NEGRÍN, PARÍS, 8 DE ABRIL DE 1938

DOCUMENTOS DEL EXILIO: 1939-1962

1. CARTA DE INDALECIO PRIETO A JOSÉ ANTONIO AGUIRRE, MÉXICO, 3 DE JUNIO DE 1939

2. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 22 DE JUNIO DE 1939

3. POSICIONES DE LOS SOCIALISTAS ESPAÑOLES EN LA EMIGRACIÓN

4. JOSÉ ANTONIO DE AGUIRRE

5. AGUIRRE, PROFESOR DE COLUMBIA UNIVERSITY

6. TELEGRAMA DE SALUDO DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D.F., 9 DE OCTUBRE DE 1941

7. TELEGRAMA DE CONTESTACIÓN DE AGUIRRE A PRIETO, MONTEVIDEO, 14 DE OCTUBRE DE 1941

8. LOS VASCOS EN LA GUERRA CIVIL DE ESPAÑA

9. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D. F., 12 DE NOVIEMBRE DE 1941

10. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, NUEVA YORK, 21 DE NOVIEMBRE DE 1941

11. CARTA DE PRIETO A FRANCISCO BELAUSTEGUIGOITIA, PRESIDENTE DEL CENTRO VASCO DE MÉXICO, MÉXICO D. F., 22 DE NOVIEMBRE DE 1941

12. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D. F., 3 DE DICIEMBRE DE 1941

13. CARTA DE AGUIRRE A JOSÉ IGNACIO LIZASO Y MANUEL IRUJO, NUEVA YORK, 3 DE DICIEMBRE DE 1941

14. CARTA DE AGUIRRE A TELESFORO MONZÓN, CONSEJERO DEL PNV DEL GOBIERNO VASCO, NUEVA YORK, 23 DE DICIEMBRE DE 1941

15. OPINIÓN DE AGUIRRE SOBRE PRIETO EN SU DIARIO, NUEVA YORK, DICIEMBRE DE 1941 Y ENERO DE 1942

16. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 30 DE DICIEMBRE DE 1941

17. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 10 DE FEBRERO DE 1942

18. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, NUEVA YORK, 11 DE MARZO DE 1942

19. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D. F., 18 DE MARZO DE 1942

20. CONFESIONES Y RECTIFICACIONES

21. LA POSICIÓN DE UN CREYENTE ANTE LA CRISIS DE LA CARIDAD

22. CARTA DE PRIETO A TORIBIO ECHEVARRÍA, DIRIGENTE DEL PSOE, MÉXICO D.F., 13 DE OCTUBRE DE 1942

23. CARTA DE AGUIRRE A JOSÉ IGNACIO LIZASO, DELEGADO DEL GOBIERNO VASCO EN LONDRES, NUEVA YORK, 7 DE JUNIO DE 1943

24. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 31 DE ENERO DE 1944

25. CARTA DE AGUIRRE A SANTIAGO AZNAR, CONSEJERO SOCIALISTA DEL GOBIERNO VASCO, NUEVA YORK, 12 DE MAYO DE 1944

26. PACTO DE BAYONA, 31 DE MARZO DE 1945

27. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 23 DE JUNIO DE 1945

28. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 4 DE JULIO DE 1945

29. CARTA DE AGUIRRE A MONZÓN, NUEVA YORK, 20 DE JULIO DE 1945

30. CARTA DE AGUIRRE A JOSEBA REZOLA, DIRIGENTE DEL PNV, NUEVA YORK, 8 DE NOVIEMBRE DE 1945

31. CARTA DE PRIETO A FRANCISCO LARGO CABALLERO, MÉXICO D.F., 17 DE ENERO DE 1946

32. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, NUEVA YORK, 9 DE JUNIO DE 1946

33. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D. F., 8 DE JULIO DE 1946

34. CARTA DE AGUIRRE A ÁNGEL GONDRA, DELEGADO DEL GOBIERNO VASCO EN LONDRES, DONIBANE (SAN JUAN DE LUZ), 9 DE AGOSTO DE 1947

35. CARTA DE AGUIRRE A ÁNGEL GONDRA, PARÍS, 12 DE SEPTIEMBRE DE 1947

36. CARTA DE AGUIRRE A ÁNGEL GONDRA, DONIBANE (SAN JUAN DE LUZ), 1 DE OCTUBRE DE 1947

37. CARTA DE AGUIRRE A ÁNGEL GONDRA, PARÍS, 30 DE OCTUBRE DE 1947

38. CARTA DE RAMÓN MARÍA ALDASORO, CONSEJERO REPUBLICANO DEL GOBIERNO VASCO, A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 4 DE NOVIEMBRE DE 1947

39. CARTA DE AGUIRRE A ANTÓN IRALA, DELEGADO DEL GOBIERNO VASCO EN NUEVA YORK, PARÍS, 20 DE FEBRERO DE 1948 

40. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 20 DE MARZO DE 1948

41. INFORME CONFIDENCIAL DE AGUIRRE SOBRE SU ENTREVISTA CON PRIETO EN PARÍS EL 22 DE MARZO DE 1948

42. CARTA DE AGUIRRE A ANTÓN IRALA, PARÍS, 9 DE ABRIL DE 1948

43. CARTA DE AGUIRRE A ANTÓN IRALA, PARÍS, 11 DE JUNIO DE 1948

44. CARTA DE TELESFORO MONZÓN A AGUIRRE, DONIBANE (SAN JUAN DE LUZ), 17 DE JUNIO DE 1948

45. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 5 DE NOVIEMBRE DE 1948

46. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 9 DE NOVIEMBRE DE 1948

47. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 7 DE MAYO DE 1949

48. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 1 DE FEBRERO DE 1950

49. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 4 DE FEBRERO DE 1950

50. CARTA DE RAMÓN MARÍA ALDASORO A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 5 DE ENERO [ERROR: FEBRERO] DE 1950

51. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 14 DE OCTUBRE DE 1950

52. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, SAN JUAN DE LUZ, 16 DE OCTUBRE DE 1950

53. CARTA DE PRIETO A TRIFÓN GÓMEZ, PRESIDENTE DE LA UGT Y VICEPRESIDENTE DEL PSOE, SAN JUAN DE LUZ, 17 DE OCTUBRE DE 1950

54. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 5 DE MAYO DE 1953

55. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 8 DE JUNIO DE 1955

56. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 13 DE OCTUBRE DE 1955

57. CARTA MANUSCRITA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D.F., 17 DE OCTUBRE DE 1955

58. RATIFICANDO Y ACLARANDO. EL PRESIDENTE AGUIRRE CONTESTA AL SR. PRIETO

59. NUEVA RÉPLICA DE INDALECIO PRIETO AL PRESIDENTE AGUIRRE

60. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 27 DE JULIO DE 1956

61. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D.F., 4 DE AGOSTO DE 1956

62. CARTA DE PRIETO AL SOCIALISTA LUIS JIMÉNEZ DE ASÚA, PRESIDENTE DE LAS CORTES REPUBLICANAS EN EL EXILIO, MÉXICO D.F., 29 DE OCTUBRE DE 1956

63. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 27 DE FEBRERO DE 1957

64. CARTA DE PRIETO A RODOLFO LLOPIS, SECRETARIO GENERAL DEL PSOE, MÉXICO D.F., 9 DE MARZO DE 1957

65. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 11 DE MARZO DE 1957

66. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 13 DE MARZO DE 1957

67. DISCURSO DE PRIETO EN EL HOMENAJE AL NACIONALISTA JESÚS GALÍNDEZ CELEBRADO EL 1 DE ABRIL DE 1957 EN EL TEATRO CHOPIN DE MÉXICO

68. CARTA MENSAJE DEL LEHENDAKARI AGUIRRE CON MOTIVO DEL XII ANIVERSARIO DE LA FIRMA DEL PACTO DE BAYONA

69. CARTA DE AGUIRRE A PRIETO, PARÍS, 29 DE MAYO DE 1958

70. CARTA DE PRIETO A AGUIRRE, MÉXICO D.F., 5 DE JUNIO DE 1958

71. JOSÉ ANTONIO Y SU OPTIMISMO

72. INDALECIO PRIETO Y TUERO: ARTÍCULO MANUSCRITO DE JESÚS MARÍA LEIZAOLA, LEHENDAKARI DEL GOBIERNO VASCO, CON MOTIVO DE LA MUERTE DE PRIETO EN MÉXICO EL 11 DE FEBRERO DE 1962, PUBLICADO SIN FIRMA EN EUZKO DEYA DE PARÍS, MARZO DE 1962

FUENTES

ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y CENTROS DOCUMENTALES

PUBLICACIONES PERIÓDICAS

BIBLIOGRAFÍA

OBRAS DE INDALECIO PRIETO (POR FECHA DE EDICIÓN)

OBRAS SOBRE INDALECIO PRIETO

OBRAS DE JOSÉ ANTONIO AGUIRRE (POR FECHA DE EDICIÓN)

OBRAS SOBRE JOSÉ ANTONIO AGUIRRE

OTRAS OBRAS CITADAS O CONSULTADAS

SIGLAS

PRÓLOGO

Las Fundaciones Indalecio Prieto y Juan de los Toyos se complacen en presentar esta obra tan necesaria como importante. Necesaria porque, si bien la figura del lehendakari José Antonio Aguirre forma ya parte del patrimonio común de los vascos, a juzgar por el gran número de monumentos y calles dedicadas a su figura en el espacio público, la de Indalecio Prieto, el otro «padre fundador» de la Euskadi contemporánea, no ocupa seguramente en la memoria colectiva del País Vasco el lugar que le corresponde. E importante porque, aunque contamos con muy notables biografías de Aguirre y Prieto, faltaba una obra que, poniendo en relación sus trayectorias políticas, aportara una visión de conjunto sobre el período histórico del que ambos fueron protagonistas: los treinta años que van desde la proclamación de la Segunda República en 1931 hasta la prematura muerte de José Antonio Aguirre en 1960.

Algunos historiadores, al escribir sobre uno y otro, han destacado las similitudes y las diferencias que existieron entre ambos, pero nadie hasta ahora había emprendido el intento de relacionar sus biografías políticas entre sí, de seguirlas conjuntamente hasta el final y de seleccionar entre la enorme cantidad de documentos que su relación produjo (correspondencia cruzada, artículos en la prensa, discursos, intervenciones parlamentarias, etc.), aquellos que son ciertamente relevantes para comprender su contribución decisiva a nuestra historia reciente. El resultado es un estudio comparativo de los dos hombres, Prieto y Aguirre, y de las culturas políticas que representaron durante buena parte del siglo XX: el nacionalismo vasco, del que Aguirre fue el gran líder carismático, y el socialismo vasco y español, del que Prieto fue uno de los principales dirigentes. Un estudio que, siguiendo un orden cronológico, analiza con rigor los desencuentros, pero también los acuerdos personales y políticos que hicieron posible, entre otras cosas, la formación del primer Gobierno vasco de la historia, el constituido en la villa de Guernica el 7 de octubre de 1936.

República, guerra y exilio son el marco temporal de este libro porque son también los hitos que marcaron las trayectorias vitales de sus dos protagonistas. Prieto era 21 años mayor que Aguirre (aunque le sobrevivió dos años) y llegó por tanto a la vida pública dos décadas antes que el dirigente nacionalista vasco. Fue elegido diputado por primera vez en 1918, mientras que Aguirre no se estrenó en las Cortes hasta 1931. Durante la Segunda República, el PNV fue el principal rival del socialismo en las elecciones, e Indalecio Prieto fue para muchos nacionalistas vascos algo así como una «bestia negra». Pero el enemigo político del líder socialista no fue el nacionalismo liderado por Aguirre, sino la derecha antirrepublicana. Preocupado siempre por España y su futuro como nación, Prieto no fue políticamente insensible a la cuestión vasca. Desde una concepción liberal y democrática de los Fueros, respaldó el régimen del Concierto económico y el autogobierno como extensión política del mismo. Defendió que el Estatuto de autonomía fuera «obra de concordia» entre las fuerzas políticas vascas entre sí y con las del conjunto de España, y que en su contenido se ajustara de forma estricta a los principios democráticos establecidos en la Constitución republicana. Salvados estos dos requisitos, entre abril y julio de 1936, Prieto participó activamente en la redacción y tramitación en las Cortes del primer Estatuto vasco, que estaba prácticamente concluido cuando estalló la Guerra Civil.

El intento de los militares golpistas de suplantar a la sociedad civil en el ejercicio del poder político unió a Indalecio Prieto y José Antonio Aguirre en defensa de la legalidad republicana. Prieto fue, primero como ministro de Marina y Aire y después como ministro de Defensa Nacional, el máximo responsable del esfuerzo bélico de la República hasta su salida del Gobierno en abril de 1938. Aguirre, elegido lehendakari en los primeros días de octubre de 1936, tomó el mando político del Ejército vasco que combatió en territorio vizcaíno hasta finales de junio de 1937.

La derrota en la Guerra Civil les unió de nuevo en la lucha por recuperar la democracia española en un proyecto europeo tras la Segunda Guerra Mundial. Sus esperanzas naufragaron en un profundo y amargo desengaño al comprobar que los intereses de las llamadas potencias occidentales, y especialmente de los Estados Unidos, les sacrificaban en el contexto de la Guerra Fría, que les enfrentaba a la Unión Soviética y sus aliados comunistas. No obstante, ambos se comportaron en este período como hombres de Estado (Aguirre pudo convertirse incluso en el primer nacionalista vasco que presidiera un Gobierno español) y su contribución, aunque entonces no alcanzara el éxito, está en el origen de la Unión Europea que hoy disfrutamos como espacio de libertad ciudadana y democracia política.

Por todo ello, creemos que este libro sobre las vidas políticas de Prieto y Aguirre contribuye de manera notable no solo al conocimiento de la historia contemporánea vasca. También una parte importante del pasado de España, e incluso de Europa, se encuentra estrechamente vinculada al impacto de la actividad política desplegada por estos dos hombres excepcionales durante tres décadas. Con sus innegables aciertos, pero también con sus errores, Aguirre y Prieto supieron preservar, más allá de la distancia política que les separaba, una cercanía personal que da medida de su talla humana y nos aporta como lección para el presente que la defensa apasionada de las ideas y los proyectos políticos no tiene por qué estar reñida con la comprensión de las posiciones del otro y la solidaridad humana.

Como presidentes de la Fundación Indalecio Prieto y de la Juan de los Toyos Fundazioa, deseamos, por último, expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que han aportado su esfuerzo y conocimientos para la elaboración de este libro. En primer lugar, a los autores, José Luis de la Granja y Luis Sala, historiadores que respondieron con generosidad a la propuesta que les hicimos. También al Gobierno vasco que, a través de su Departamento de Cultura, hace posible la labor formativa y cultural de nuestras Fundaciones. Una labor de conservación y difusión que, en colaboración con organismos públicos como el Euskadiko Artxibo Historikoa-Archivo Histórico de Euskadi (EAH-AHE) o el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), nos permite conocer cada vez mejor nuestro pasado y comprender así nuestro presente.

RAÚL ARZA

Presidente de Juan de los Toyos Fundazioa

ALONSO J. PUERTA

Presidente de la Fundación Indalecio Prieto

PRESENTACIÓN

Indalecio Prieto Tuero (Oviedo, 1883-México, 1962) y José Antonio Aguirre Lekube (Bilbao, 1904-París, 1960) fueron no solo los principales líderes del socialismo y del nacionalismo vascos, respectivamente, sino también los políticos más relevantes de la Euskadi del siglo XX, a cuyo autogobierno contribuyeron de forma decisiva. Aun siendo de generaciones distintas (Aguirre nació el mismo año que el hijo mayor de Prieto), sus vidas se cruzaron continuamente a lo largo de tres decenios: desde el advenimiento de la Segunda República española el 14 de abril de 1931 hasta su muerte en el exilio, primero en su querido Bilbao (la ciudad natal de Aguirre y de adopción de Prieto) y Madrid, donde fueron diputados a Cortes, y después en los países a los que les llevó su derrota en la Guerra Civil: México (Prieto), Estados Unidos y Francia (Aguirre). Durante ese tiempo pasaron de ser enemigos en 1931 a ser amigos desde 1936, de estar enfrentados en la República y la Segunda Guerra Mundial a ser aliados en la Guerra Civil y la posguerra mundial contra el franquismo. No lograron su objetivo común de derribar la dictadura de Franco y, por eso, fallecieron en el exilio con apenas dos años de diferencia. Pero sus restos mortales descansan para siempre en tierra vasca: Aguirre, en el cementerio de San Juan de Luz; Prieto, en el de Bilbao.

Además de Vidas cruzadas, hemos titulado este libro dedicado a la relación entre ellos así: Los padres fundadores de Euskadi, denominación que merece una breve explicación. La expresión padres fundadores puede referirse a un país (tal es el caso de los Founding Fathers de Estados Unidos), a una ideología o a un movimiento político, pudiendo ser varias personas o una sola. Así, Sabino Arana fue el padre fundador del nacionalismo vasco y también de una idea de nación vasca, a la que dio el nombre de Euzkadi. Ahora bien, si entendemos Euskadi no como un mero proyecto ideológico, sino como una realidad jurídico-política o una entidad institucional, es obvio que no existió hasta octubre de 1936 gracias al Estatuto aprobado en la Guerra Civil. Y los padres indiscutibles de dicho Estatuto fueron Prieto y Aguirre, no solo por ser el presidente y el secretario, respectivamente, de la Comisión parlamentaria de Estatutos, sino sobre todo porque ellos fueron quienes consensuaron su texto definitivo en vísperas del golpe militar que provocó la Guerra Civil. El buen entendimiento personal entre ambos líderes fue imprescindible para la entrada en vigor del Estatuto y, fruto de ella, la formación del primer Gobierno vasco de la historia, conocido como el Gobierno de Euzkadi.

Indalecio Prieto y José Antonio Aguirre han sido muy estudiados por la historiografía, como se puede comprobar en la bibliografía que incluimos al final. Pero hasta ahora no existía una obra específica centrada en ambos durante la República, la Guerra Civil y el exilio. Tal es objeto de este libro, que consta de dos partes. La primera es el análisis de sus relaciones desde 1931 hasta 1960, tanto sus disputas y divergencias como sus acuerdos y pactos a lo largo de esos treinta años. La segunda es la documentación de aquellas y de estos mediante la transcripción total o parcial de cerca de doscientos documentos, que abarcan esas tres etapas de su trayectoria política, inéditos muchos de ellos, en especial la abundante correspondencia.

Como las tres etapas son muy diferentes, también lo son las fuentes históricas que aportamos de ellas. Así, en la Segunda República (1931-1936) predominan los textos extraídos de la prensa, sobre todo de dos diarios bilbaínos: el nacionalista Euzkadi, órgano oficial del PNV, y el republicano-socialista El Liberal (adquirido por Prieto y su familia en 1932), que publicaban sus artículos, declaraciones, entrevistas y discursos. Al ser muy numerosos, nos hemos centrado en la cuestión autonómica, que fue la más importante de la vida política vasca en el quinquenio republicano. Para sus debates parlamentarios, que les enfrentaron varias veces, hemos recurrido a los Diarios de Sesiones de las Cortes. Durante esos años, en los que fueron rivales políticos, Prieto y Aguirre no se escribieron cartas ni telegramas. Todo lo contrario sucedió en la Guerra Civil (1936-1939): se cruzaron bastantes cartas y multitud de telegramas desde que Aguirre fue elegido lehendakari en Guernica el 7 de octubre de 1936 y mientras Prieto fue ministro de los Gobiernos de Largo Caballero y de Negrín entre septiembre de 1936 y abril de 1938. Por eso, en esta etapa bélica reproducimos sobre todo sus cartas y una amplia selección de sus telegramas. Por último, la mayor parte de la documentación del exilio (1939-1962) es correspondencia, no solo las numerosas cartas entre ellos, sino también muchas que escribieron a sus respectivos correligionarios: en estas plasmaban más las críticas y reproches que se hacían, mientras que en aquellas dejaban patente el respeto con que se trataban y la amistad que les unió desde 1936 por encima de sus frecuentes discrepancias políticas. Publicamos 45 cartas que se intercambiaron: 17 en la guerra y 28 en el exilio, además del informe confidencial que redactó Aguirre de su entrevista con Prieto en su casa de París el 22 de marzo de 1948 y de los artículos elogiosos que escribió Prieto sobre Aguirre, en especial su necrología a raíz del fallecimiento de su amigo. Asimismo, hemos localizado el artículo manuscrito que dedicó el lehendakari Jesús María Leizaola a la muerte de Prieto, publicado sin firma en Euzko Deya de París, que sirve de colofón a este libro.

Toda esta documentación, tan variada como dispersa, procede de una veintena de publicaciones periódicas de esas tres etapas y de otros tantos archivos, bibliotecas y centros documentales, cuya relación figura al final. Destacamos la riqueza de los fondos de la Fundación Indalecio Prieto (Alcalá de Henares) y del Euskadiko Artxibo Historikoa-Archivo Histórico de Euskadi (Bilbao), en donde se encuentra casi toda la correspondencia Aguirre-Prieto. Para aclarar algunas cosas hemos incluido varias notas a pie de página y numerosas palabras entre corchetes en el texto, sobre todo los nombres de pila y los cargos políticos de los mencionados en los documentos, además de añadir [sic] cuando hay erratas o faltas de ortografía para respetar su literalidad.

Esta obra se completa con 80 fotografías de los dos protagonistas, distribuidas entre los tres períodos históricos. Llama la atención que, pese a su estrecha relación desde 1931, apenas contamos con tres fotografías en las que aparecen juntos y tan solo una en la que están ellos dos solos: el 1 de octubre de 1936, en las Cortes, reunidas en Madrid, para la aprobación del Estatuto de autonomía del País Vasco, del que fueron sus principales artífices.

El libro se cierra con una amplia bibliografía, dividida en varias partes: todos los libros y folletos publicados por ambos políticos, las obras centradas en su vida y su pensamiento, así como otros libros y artículos que han sido útiles para nuestro estudio introductorio, en especial todos los que citamos.

En el apartado de agradecimientos, tenemos que resaltar sobre todo a las Fundaciones Juan de los Toyos e Indalecio Prieto por su confianza al proponernos la elaboración de esta obra, en particular a sus presidentes, Raúl Arza y Alonso Puerta, que han escrito el Prólogo. Además, agradecemos la ayuda prestada por Mario Bueno, de la Fundación Indalecio Prieto; Aurelio Martín Nájera, de la Fundación Pablo Iglesias; Faustino Ruiz, del Archivo Histórico de Euskadi; Rubén Belandia y Juan Carlos Pérez, de la Universidad del País Vasco; Inés Irurita, de la Universidad de Navarra; y Virginia López de Maturana, por su labor de documentación en la Fundación Sancho el Sabio.

Este libro tiene relación con el Grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (GIU 17/005), que dirige Santiago de Pablo, y con el proyecto de investigación subvencionado por el Ministerio de Economía y Competitividad (ref. HAR2015-64920-P, MINECO/FEDER), cuyo investigador principal es Ludger Mees. A estos dos catedráticos de Historia Contemporánea agradecemos que nos hayan proporcionado valiosos documentos.

Asimismo, nos satisface que Editorial Biblioteca Nueva haya aceptado publicar este libro en su prestigiosa colección de Historia, cuyo director es el académico Juan Pablo Fusi, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid. Él, precisamente, ha dirigido la tesis doctoral de Luis Sala y ha prologado el libro resultado de ella: Indalecio Prieto. República y socialismo (1930-1936); también colaboró en el libro Indalecio Prieto. Socialismo, democracia y autonomía, coordinado por José Luis de la Granja y editado por Biblioteca Nueva. El actual es en cierta medida continuación de dichas obras, así como de la biografía de José Antonio Aguirre titulada La política como pasión y escrita por Ludger Mees, José Luis de la Granja, Santiago de Pablo y José Antonio Rodríguez Ranz.

En suma, consideramos que el libro que presentamos supone una contribución documental e historiográfica que permite conocer mejor las vidas de Indalecio Prieto y José Antonio Aguirre. Ellos fueron los padres fundadores de la Euskadi autónoma que nació en la coyuntura trágica de la Guerra Civil y los líderes más carismáticos de sus respectivos partidos en el siglo XX. Su alianza de 1936 ha sido de longue durée, pues ha llegado hasta nuestros días. En efecto, el PNV y el PSOE (o PSE desde 1977) constituyeron la base fundamental de todos los Gobiernos de los lehendakaris Aguirre (1936-1960) y Leizaola (1960-1979) en el dilatado exilio durante el franquismo. También lo fueron en la Transición con la preautonomía: el Consejo General Vasco (1978-1980), presidido primero por el socialista Ramón Rubial y después por el nacionalista Carlos Garaikoetxea, así como en los Gobiernos de Ardanza (1987-1998) con el Pacto de Ajuria Enea. Y desde 2016 el Gobierno de Urkullu se sustenta de nuevo en la coalición PNV-PSE. Por consiguiente, durante 55 de los 81 años transcurridos desde 1936 hasta 2017, los sucesivos Gobiernos vascos han estado formados principalmente por esos dos partidos, que representan las culturas políticas más arraigadas en Euskadi desde que surgieron a finales del siglo XIX al calor de la revolución industrial vizcaína. El hecho de que hoy en día el PNV y el PSE gobiernen en coalición las instituciones de la Comunidad Autónoma vasca es una prueba de que el legado político pactista de Aguirre y Prieto continúa vigente en la Euskadi del siglo XXI.

JOSÉ LUIS DE LA GRANJA Y LUIS SALA GONZÁLEZ

Leioa, diciembre de 2017

LOS PADRES FUNDADORES DE EUSKADI

Cabe hacer un paralelismo entre las vidas del socialista Indalecio Prieto y del nacionalista José Antonio Aguirre1a pesar de ser de distinta generación: el primero, nacido en 1883, era 21 años mayor que el segundo, y a pesar de su muy diverso origen social y geográfico: Prieto perteneció a una familia asturiana empobrecida por la muerte de su padre, que emigró de Oviedo a Bilbao en 1891, mientras que Aguirre nació en 1904 en el seno de una familia acomodada (su padre fue abogado), propietaria de la empresa Chocolates Bilbaínos.

Sus trayectorias vitales convergieron en Bilbao, la ciudad de nacimiento de Aguirre y en la cual vivió Prieto desde los siete años, sintiéndose bilbaíno de adopción. Sus carreras profesionales estuvieron vinculadas a la villa del Nervión: en el caso de Aguirre, además de ser futbolista del Athletic, en ella radicó su empresa familiar y ejerció la abogacía; por su parte, Prieto fue periodista, director y luego propietario del diario bilbaíno El Liberal. Políticamente, la relación de Prieto con Bilbao fue mucho más intensa que la de Aguirre, pues este fue alcalde de Guecho y diputado por Navarra y por Vizcaya-provincia en la Segunda República, mientras que Prieto fue diputado provincial de Vizcaya por Bilbao (1911-1915), concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento bilbaíno (1916-1918), diputado a Cortes por el distrito de Bilbao en la Monarquía de la Restauración (1918-1923) y por la circunscripción de Vizcaya-capital durante toda la República (1931-1936). En cambio, en la Guerra Civil, Prieto fue ministro en los Gobiernos de Largo Caballero y de Negrín, ubicados en Madrid, Valencia y Barcelona, mientras que Aguirre fue el lehendakari del primer Gobierno vasco, cuya sede estuvo en Bilbao durante nueve meses, desde octubre de 1936 hasta junio de 1937.

A partir de la derrota republicana en la Guerra Civil, ambos políticos se vieron forzados a vivir largo tiempo en el destierro, donde fallecieron en los países en los que más tiempo residieron: Aguirre, en Francia en marzo de 1960, y Prieto, en México en febrero de 1962. Tras su alejamiento político durante los años de la Segunda Guerra Mundial, volvieron a aproximarse en la posguerra mundial con el objetivo de derrocar la Dictadura de Franco y restablecer la democracia en España y la autonomía en Euskadi; pero no lograron dicho objetivo, ni pudieron regresar al País Vasco, al sobrevivirles el dictador y su régimen. Por encima de sus divergencias ideológicas, acabaron siendo amigos, como demostró el emotivo artículo necrológico que Prieto dedicó a Aguirre, a raíz de su muerte en París, titulado «José Antonio y su optimismo» y publicado en El Socialista de Toulouse el 14 de abril de 1960: en él afirmaba: «la fuerza mágica de José Antonio Aguirre era su inquebrantable optimismo», y concluía con estas palabras: «Todos acaban de sufrir una pérdida irreparable»2. Lo mismo sucedió dos años más tarde, cuando se produjo el fallecimiento de Prieto, quien fue elogiado por la prensa del nacionalismo vasco en el exilio: «Ambos representaron un papel importante en la política vasca de los últimos treinta años, algunas veces coincidente, bastantes veces contrario. Al fin, la guerra, el exilio y la muerte los unió definitivamente en la Historia»3.

A lo largo de la Restauración y la República, Indalecio Prieto había sido la bête noire del nacionalismo4, al que derrotó en seis de las siete elecciones generales en las que se presentó a diputado por Bilbao y para el que significó la encarnación del españolismo en Euskadi5. Ahora bien, el españolismo de Prieto fue compatible con su vasquismo, que le llevaba a elogiar los Fueros, interpretándolos en clave liberal, y a defender la autonomía para el País Vasco siempre que respetase las libertades individuales y la República democrática, objetivo de su coalición republicano-socialista, constante de su vida política. Así lo demostró al ser el principal artífice del Estatuto vasco de 1936 y, como tal, el padre fundador de la Euskadi autónoma en la Guerra Civil, junto con José Antonio Aguirre. Vamos a examinar su relación política durante el quinquenio republicano, en el transcurso del cual ambos líderes pasaron de ser enemigos en 1931 a ser aliados en la Guerra Civil: la autonomía vasca dentro de la democracia española fue el programa común que les unió en 1936.

1.LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1936)

1.1.Prieto y Aguirre no se encontraron en el Pacto de San Sebastián

En la coyuntura de transición y cambio político que fue la dictablanda del general Berenguer, entre el final de la dictadura de Primo de Rivera en enero de 1930 y la caída de la Monarquía de Alfonso XIII en abril de 1931, Indalecio Prieto se convirtió en la punta de lanza del proceso revolucionario contra la Monarquía y por la República con su famoso dilema de «Con el rey o contra el rey», que obligó a posicionarse a todas las fuerzas políticas. La excepción fue el PNV, que optó por mantenerse neutral: ni sostuvo a la Monarquía en crisis, como hizo la Lliga de Francesc Cambó, ni hizo nada por traer la República, rechazando la invitación de Prieto a integrarse en el Bloque antimonárquico. Este fue reconstituido en el País Vasco en 1930, bastantes meses antes de que la Comisión Ejecutiva del PSOE aprobase volver a aliarse con los partidos republicanos. Por eso, la presencia de Prieto en el Pacto de San Sebastián, celebrado el 17 de agosto, fue a título personal y no como representante del Partido Socialista, como él mismo reconoció6. La esencia de dicho pacto consistió en el acuerdo alcanzado entre los líderes republicanos españoles y los catalanistas de centro-izquierda para que, en contrapartida al apoyo de estos últimos al cambio de régimen en España, la República otorgase la autonomía a Cataluña. La posibilidad de que dicha solución autonómica pudiese aplicarse también al País Vasco fue aceptada por Prieto con la condición de que fuese dentro del espíritu liberal y democrático de la República española, que para él representaba un bien superior a la autonomía vasca. El problema era que el PNV no había asistido al Pacto de San Sebastián, ni se había sumado al bloque antimonárquico que proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931, porque entonces «socialistas y nacionalistas eran como el diablo y el agua bendita: no se podían ver», en gráfica expresión del dirigente jelkide Manuel Irujo7.

Prieto reconoció la existencia de una cuestión vasca, pendiente de resolver desde la Monarquía liberal, cuya solución requería la autonomía dentro de la democracia republicana. La dificultad estribaba en que las izquierdas vascas que él lideraba creían que la autonomía beneficiaría a su mayor rival, el PNV, que no era una fuerza laica y pro-republicana, como la Esquerra catalana, sino clerical y derechista, tal y como lo corroboró poco después de la instauración de la República al aliarse con su mayor enemigo, el carlismo, en las elecciones a Cortes Constituyentes, llevando como programa el Estatuto de Estella.

1.2.Enemigos acérrimos por causa del Estatuto de Estella (1931)

Como diputado por Vizcaya-capital en las tres legislaturas de la República, además de ministro de los Gobiernos de Alcalá-Zamora y Azaña en el primer bienio republicano, Indalecio Prieto fue el político clave en el largo y tortuoso proceso autonómico vasco entre 1931 y 1936. Cabe distinguir tres momentos muy diferentes en su actuación: primero, fue el mayor enemigo del proyecto de Estella, contribuyendo a su fracaso en 1931; después, auspició la elaboración del nuevo proyecto de las Comisiones Gestoras de las Diputaciones provinciales, pero se abstuvo de apoyarlo en el referéndum de 1933; por último, fue el impulsor del Estatuto aprobado por las Cortes y vigente en la Guerra Civil. Veamos esta evolución de Prieto sobre la cuestión autonómica, que constituyó la columna vertebral de la vida política de Euskadi durante la República.

Su advenimiento fue consecuencia de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, convertidas por las izquierdas en un plebiscito en torno a la disyuntiva planteada por Prieto: Monarquía o República. El nuevo régimen, que se había gestado en San Sebastián, nació también en el País Vasco al proclamar la Segunda República española el Ayuntamiento de Eibar, de abrumadora mayoría republicana y socialista, en la madrugada del 14 de abril, bastantes horas antes que en Madrid y Barcelona. Al atardecer de ese día, José Antonio Aguirre, recién elegido alcalde de Guecho, proclamaba «la República vasca vinculada en federación con la República española»8, en clara imitación del gesto de Francesc Macià, líder de Esquerra, quien había proclamado en Barcelona la República catalana como Estado integrante de la Federación ibérica. Este gesto de Macià tuvo eficacia práctica, pues tres días después se creó la Generalitat (como un Gobierno preautonómico), que rápidamente elaboró y aprobó en referéndum el proyecto de Estatuto de Cataluña. Nada de esto sucedió en Euskadi: no tuvo preautonomía ni hubo unanimidad ante la cuestión autonómica, sino una dualidad de iniciativas: por un lado, los Ayuntamientos electos, apoyados por el PNV y las derechas; por otro, las Diputaciones provinciales, nombradas por los gobernadores civiles y controladas por el PSOE y los partidos republicanos.

En la primavera de 1931, Aguirre encabezó el movimiento de alcaldes por la autonomía, promovido por el PNV y secundado por el carlismo y los católicos independientes, que logró aglutinar a la gran mayoría de los municipios vasco-navarros, aunque no las capitales ni poblaciones importantes, en manos de las izquierdas. Dicho movimiento culminó el 14 de junio de 1931, en la asamblea de Ayuntamientos reunidos en Estella, con la aprobación del polémico Estatuto que ha pasado a la historia con el nombre de esa ciudad de Navarra. Sus cláusulas más controvertidas eran la privación del derecho de sufragio a los inmigrantes con menos de diez años de residencia en Vasconia y la posibilidad de celebrar un Concordato del Estado vasco con el Vaticano, pretendiendo así crear un oasis católico vasco dentro de la República española laica.

El proyecto de Estella sirvió para sellar la alianza de las derechas en las elecciones a Cortes Constituyentes que se celebraron dos semanas después; pero su marcada impronta foralista y nacionalista lo hizo inasumible para los republicanos y socialistas, coaligados de nuevo bajo el liderazgo de Prieto. En efecto, en un mitin electoral celebrado en Bilbao el 26 de junio, él mismo se opuso tajantemente al intento de las derechas de convertir Vasconia en «un nuevo Gibraltar reaccionario y clerical» o «una seudorrepubliquita católica dirigida por los jesuitas de Loyola»; afirmó «el Estatuto votado en Estella riñe con el Pacto de San Sebastián, es contrario a él, y que quienes asistimos a la reunión de San Sebastián no podemos admitir el Estatuto de Estella porque está en contra de aquello a que allí nos comprometimos»; y advirtió a los nacionalistas de que «el Estatuto vasco tiene que ser una obra de concordia y transigencia», primero dentro del País Vasco y después respecto de toda España, porque «sin la concordia, sin la transigencia, sin la cordialidad augusta de España, no es posible ningún Estatuto»9 (doc. I.3). Dos meses después, en un discurso parlamentario, Prieto ratificó su rechazo absoluto a una autonomía que hiciese de las Provincias Vascongadas y Navarra «un reducto clerical en oposición con las ansias democráticas de toda España»10 (doc. I.11).

El 22 de septiembre, tras un verano muy conflictivo, hasta el punto de hablarse de «clima de guerra civil» en el País Vasco, el joven diputado José Antonio Aguirre, en representación de más de 400 alcaldes, entregó en Madrid el Estatuto de Estella al presidente del Gobierno republicano, Niceto Alcalá-Zamora. Al mencionar este que no había sido sometido a referéndum, a diferencia de Cataluña, Aguirre sostuvo que habían dado «carácter plebiscitario» a las elecciones generales de 1931, en las que las derechas habían vencido a las izquierdas (quince diputados frente a nueve) (doc. I.13). Sin embargo, apenas tres días después, el texto de Estella naufragó por su flagrante inconstitucionalidad en las Cortes, de neta mayoría republicana y socialista, al aprobar el artículo 1º de la Constitución, que definía a la República española como «un Estado integral» (no federal), y el título I sobre las autonomías, tras rechazar todas las enmiendas presentadas por la minoría vasco-navarra para salvar su Estatuto, en especial la cláusula concordataria, de lo que se congratuló Prieto: «no pasará el Estatuto vasco». «La fórmula en que quedarán delimitadas las facultades del Poder central y el propósito de ese Estatuto de establecer un concordato, hacen ya imposible su tramitación»11.

Pese al fracaso de su proyecto autonómico, dicha minoría continuó participando en el debate constitucional hasta la aprobación del famoso artículo 26 sobre las órdenes religiosas, que implicaba la disolución de la Compañía de Jesús y otras medidas anticlericales. En protesta, el 14 de octubre, los quince diputados católicos vasco-navarros abandonaron las Cortes y declararon: «la Constitución que va a aprobarse no puede ser nuestra» por ser contraria al «espíritu religioso» del Estatuto de Estella. Aguirre fue más lejos al afirmar rotundamente: «La Constitución está ya muerta» y «es como una ley de excepción. Por ello nuestra obra, más que de modificación de artículos, ha de tender a la abolición total y absoluta de la misma»12 (doc. I.15).

El 9 de diciembre de 1931, las Cortes aprobaron definitivamente la Constitución republicana, en ausencia de los diputados católicos. Los seis del PNV volvieron al Parlamento al día siguiente y votaron a Alcalá-Zamora como primer presidente de la República, como prueba de que aceptaban el régimen republicano (al contrario de los diputados carlistas, que no le apoyaron), aunque rechazasen su Constitución. La víspera de la ratificación de esta, el ministro Prieto demostró su autonomismo al redactar personalmente el decreto del Gobierno de Azaña que regulaba el procedimiento de elaboración del Estatuto vasco a través de estos cuatro trámites: el proyecto sería redactado por las Comisiones Gestoras provinciales y tendría que ser aprobado sucesivamente por los Ayuntamientos, por el pueblo en referéndum y por las Cortes13 (doc. I.17). Quedaba así patente que Prieto y, con él, las izquierdas (incluida Acción Nacionalista Vasca, pequeño partido escindido del PNV en 1930) eran enemigos del Estatuto de Estella y, una vez fracasado este, impulsores de una autonomía vasca dentro del marco constitucional republicano. Si el decreto de Prieto otorgó la iniciativa a las Diputaciones, regentadas por las izquierdas, estas tenían que contar necesariamente con el apoyo de, por lo menos, una parte de las derechas, que gobernaban la mayoría de los Ayuntamientos vasco-navarros; es decir, el Estatuto debería ser una obra de consenso entre fuerzas políticas dispares o, si no, sería imposible su aprobación conforme a los requisitos establecidos en el artículo 12 de la Constitución.

Esta vía autonómica abierta por el decreto de Prieto fue aceptada enseguida por el PNV, que asumió la opinión de Manuel Irujo (el más republicano de los jelkides), manifestada claramente en sendas cartas dirigidas a José Antonio Aguirre y a Ramón Vicuña; a este, presidente del partido, le escribió: «Es preciso ir por el Estatuto […]. Estatuto a cualquier precio […]. No pongamos dificultades a las Gestoras […]. A las Derechas les diremos que con ellas vamos a la revisión constitucional encantados de la vida. Pero, mientras tenga vigencia esta constitución, es preciso que nos adaptemos a ella, y eso será el Estatuto que ahora gesten los bloques [republicano-socialistas]»14. Esto suponía un viraje importante en la política seguida por el PNV al inicio de la República, corrigiendo el error de Estella: su alianza con el carlismo para tratar de conseguir un Estatuto clerical y antirrepublicano. Si el objetivo prioritario del PNV era la autonomía de Euskadi, debía aproximarse a las fuerzas pro-republicanas y distanciarse de los enemigos de la República, que rechazaron un Estatuto propuesto por Prieto. En efecto, la Comunión Tradicionalista se negó a colaborar en la redacción del nuevo proyecto y sectores ultracatólicos se pronunciaron en contra por considerarlo ateo y estar inspirado por el ministro socialista: «se habla de un amañado Estatuto elaborado por el señor Prieto […] no vacilamos en decir que no lo queremos, porque el aceptarlo significaría por nuestra parte un pacto y connivencia y colaboración y adhesión que repugna a nuestros sentimientos cristianos», según el diario bilbaíno del influyente católico José María Urquijo15.

1.3.Adversarios enfrentados pese a colaborar en el Estatuto de las Comisiones Gestoras provinciales (1932-1933)

En los primeros meses de 1932 fue elaborado el nuevo proyecto autonómico vasco-navarro por una comisión de clara mayoría republicano-socialista, en la que solo había un jelkide. Eso no fue obstáculo para que el PNV lo apoyase incondicionalmente, aun no siendo su meta, y fuese el partido que más se volcó en su propaganda a través de su abundante prensa. Frente al optimismo bilbaíno de Aguirre, convencido del éxito del proyecto en la asamblea de Ayuntamientos, el resultado de esta dio la razón al pesimismo navarro de Irujo, quien vaticinó el rechazo de las derechas y las izquierdas al Estatuto en Navarra, considerada el Ulster vasco por la debilidad del nacionalismo en esta provincia. En efecto, el 19 de junio, en la asamblea de Pamplona, con algunas irregularidades, la mayoría de los Ayuntamientos navarros votó en contra del proyecto de las Gestoras, dando lugar a la retirada de Navarra del proceso autonómico vasco. Esto provocó la ruptura de la alianza del PNV con el carlismo, al que responsabilizó de dicho fracaso. A pesar de él y de las protestas de Irujo, opuesto a un Estatuto vasco sin Navarra, el PNV optó por seguir adelante con el proceso autonómico con la condición —que resultó fallida— de que Navarra pudiese reincorporarse más adelante.

En sus memorias, publicadas en 1935, Aguirre se quejó del silencio de Prieto sobre el Estatuto en los meses previos a la asamblea de Pamplona, a la que no asistió, pero envió su adhesión16 (doc. I.47). Sin embargo, tras la defección de Navarra, Prieto continuó defendiendo la autonomía vasca, como prueba el hecho de que tres meses después, el 15 de septiembre, por iniciativa suya, el presidente Alcalá-Zamora promulgó el Estatuto de Cataluña en San Sebastián, en honor a la ciudad del pacto de 1930 que había sido su origen. En dicho acto, celebrado en la Diputación de Guipúzcoa, Prieto tuvo un gesto de aproximación al PNV al entrelazar la bandera catalana y la ikurriña, que hasta entonces era solo la bandera de los nacionalistas vascos. Aprovechando este acontecimiento, que fue un éxito relevante del Gobierno de Azaña, el ministro Prieto dio un nuevo impulso autonómico al afirmar, en un discurso y en una carta importantes, que el momento político era propicio para el Estatuto vasco si se redactaba un texto sencillo y semejante al catalán17 (doc. I.24):

Es evidente que con la aprobación del Estatuto de Cataluña están ya andadas tres cuartas partes del camino para el Estatuto vasco o vasco-navarro, que no podría ser negado por este Gobierno ni por estas Cortes; pero si sobreviniese un cambio político de cierta hondura, como la disolución del Parlamento o la formación de otro Gobierno, acaso encontrase serias dificultades. Hay, pues, que aprovechar la oportunidad del momento presente, porque otro más adecuado es casi imposible que se dé.

Sin embargo, las expectativas suscitadas por Prieto se frustraron enseguida, porque en los meses siguientes, desde octubre de 1932 hasta julio de 1933, las fuerzas que debían impulsar el nuevo proyecto de las Comisiones Gestoras, esto es, los republicano-socialistas y los nacionalistas, se enfrentaron violentamente entre sí, hasta culminar en los graves incidentes producidos durante la visita de Alcalá-Zamora y Prieto a Vizcaya en abril y mayo de 1933, con varios muertos y heridos. Esto provocó, por un lado, que un sector del PNV se radicalizase y asumiese el independentismo del semanario bilbaíno Jagi-Jagi (1932-1936), muy perseguido por los gobernadores civiles de Vizcaya; y, por otro lado, que una parte de la izquierda se desentendiese de la autonomía, al estar convencida de que beneficiaría a un partido no republicano como era el PNV, su principal rival; de ahí que sostuviese que, antes de aprobar el Estatuto, había que republicanizar Euskadi, asumiendo así que la mayoría del País Vasco no era republicana. La intensa conflictividad política y religiosa, sobre todo en Vizcaya, contribuyó a ralentizar el proceso autonómico, como demuestra el hecho de que el nuevo proyecto de las Gestoras (aun siendo casi idéntico al de 1932, con la salvedad de Navarra) no fuese aprobado por los Ayuntamientos vascos hasta la asamblea celebrada en Vitoria el 6 de agosto de 1933. Este retraso supuso que cayese el Gobierno de Azaña, y Alcalá-Zamora disolviese las Cortes Constituyentes, sin que hubiese llegado a estas el Estatuto vasco18.

Por ello, la celebración del referéndum autonómico quedó en manos del nuevo Gobierno, presidido por Diego Martínez Barrio (Partido Radical), quien decidió convocarlo el 5 de noviembre de 1933, justo dos semanas antes de las elecciones generales, en las cuales el Partido Radical de Alejandro Lerroux aspiraba a vencer a las izquierdas que habían gobernado en el primer bienio republicano. Con ello proporcionaba una gran baza política al PNV, que podría rentabilizar el previsible éxito del Estatuto en el plebiscito para derrotar a la potente candidatura izquierdista, encabezada por Azaña y Prieto, en la circunscripción de Bilbao (Vizcaya fue la única provincia en la que subsistió la coalición de los republicanos de izquierda y el PSOE, rota tras el final del Gobierno de Azaña en septiembre). Al no conseguir posponer el referéndum a después de los comicios legislativos, las izquierdas vizcaínas no hicieron campaña en pro del Estatuto, llegando incluso algunos a oponerse a él: tal fue el caso del dirigente socialista Rufino Laiseca, pese a haber sido miembro de la ponencia redactora del proyecto de las Gestoras, por creer que era suicida entregar «la Hacienda, la Enseñanza y la Justicia en manos de los nacionalistas»19. Prieto consideró «un error el celebrar el plebiscito del Estatuto antes de la elecciones»20 y optó por guardar silencio, al igual que El Liberal de Bilbao (propiedad de su familia desde 1932), hasta que el mismo día del referéndum su importante periódico se decantó por la abstención, alegando la falta de garantías democráticas, porque el Gobierno de Martínez Barrio no permitió que interventores de los partidos controlasen su desarrollo: «los censos se volcarán en favor del Estatuto», «los nacionalistas se han aprovechado de la conducta inexplicable del Gobierno»21 (doc. I.36). La misma posición abstencionista fue adoptada por los presidentes de los partidos republicanos de izquierda y del partido socialista en Vizcaya, así como por el semanario socialista bilbaíno La Lucha de Clases (doc. I.35).

El resultado del plebiscito, en el que por vez primera votaron las mujeres, dio una mayoría tan abrumadora a favor del Estatuto que era imposible de alcanzar sin recurrir a medios fraudulentos, en especial en Vizcaya, donde, pese a no contar con el apoyo de buena parte de las izquierdas y de las derechas, la participación superó el 90 y 98 por 100 de los votos fueron positivos. Tales cifras y las aún más elevadas de Guipúzcoa nunca se han vuelto a repetir en la historia del País Vasco. El Liberal consideró que a los nacionalistas se les había ido la mano al volcar el censo electoral para superar el alto quórum constitucional (los estatutos debían ser aprobados por más de dos tercios de los electores inscritos en el censo de la región), hasta el extremo de que fue aprobado por el 84 por 100 de los electores vascos, a pesar de la elevada abstención registrada en Álava, dado que esta provincia tenía mucha menos población que Vizcaya y Guipúzcoa (doc. I. 37). Algunos nacionalistas reconocieron la existencia de numerosas irregularidades22.

El temor de las izquierdas a que el refrendo popular del Estatuto fuese capitalizado en las urnas por el PNV se confirmó rotundamente: el 19 de noviembre de 1933, el partido de Aguirre, yendo en solitario, logró más diputados que nunca en toda su historia (doce), al mismo tiempo que se produjo la debacle de las izquierdas al perder siete de los nueve escaños que habían logrado en Vasconia en 1931: tan solo resultaron elegidos Azaña y Prieto. Y eso que este, en contra de la dirección del PSOE, mantuvo su alianza con los republicanos de Azaña, hasta el punto de sacarle diputado cunero por Bilbao, prefiriéndolo al dirigente socialista bilbaíno Julián Zugazagoitia, que iba en la misma candidatura23