Henry James fue un escritor estadounidense naturalizado británico, ampliamente considerado una de las figuras más importantes del realismo literario del siglo XIX. Nacido en Nueva York, pasó gran parte de su vida en Europa y es conocido por su agudeza psicológica, su prosa refinada y su exploración de la conciencia y la percepción. Sus obras abordan con frecuencia los encuentros entre estadounidenses y europeos, revelando los contrastes culturales entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Su contribución a la novela como forma literaria sigue siendo profundamente influyente. La carrera literaria de James abarcó más de cinco décadas e incluyó novelas, cuentos, ensayos y crítica literaria. Sus primeras obras, como Daisy Miller (1878) y Retrato de una dama (1881), introdujeron uno de sus temas más recurrentes: el choque entre la inocencia estadounidense y la sofisticación europea. Estas narraciones suelen presentar protagonistas norteamericanos enfrentados a sociedades extranjeras, revelando las ambigüedades morales y complejidades psicológicas de sus experiencias. Henry James fue un pionero en la exploración de la vida interior de los personajes, ayudando a forjar la novela psicológica moderna. Su enfoque en la conciencia, la percepción sutil y la complejidad moral influyó en escritores como Virginia Woolf, James Joyce y Edith Wharton. Aunque su estilo ha sido criticado por su densidad, su precisión estilística e innovación narrativa lo han consolidado como una figura clave de la literatura. James también desempeñó un papel importante en la tradición literaria transatlántica, conectando las sensibilidades estadounidenses y europeas. Sus representaciones matizadas de la sociedad, la identidad y los límites del conocimiento anticiparon muchas de las preocupaciones del modernismo literario. El término "jamesiano" se ha utilizado para describir obras con profundidad psicológica y elegancia formal.