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30 Claves para ser más felices es un libro pensado para brindarte consejos y herramientas sencillas pero poderosas para comenzar tu autotransformación personal. Si estás cansado de no poder gestionar correctamente tus emociones, de que tu ansiedad te supere, de que tus miedo, ira o falta de autoestima dañen tus relaciones, de no poder dejar atrás un pasado doloroso, o simplemente te es difícil en ciertos momentos transitar este camino de incertidumbre y desafíos constantes que es la vida, ¡no te rindas!, te aseguro que una vida mucho más satisfactoria es posible. Este libro es el resultado de una búsqueda personal de siete años, en soledad y sin guía alguna, por diferentes ramas de la filosofía, religiones, libros de autoconocimiento, psicología, coaching y neurociencias. Para que tu camino te sea más fácil y si realmente quieres cambiar tu vida y no sabes por dónde empezar, en este libro encontrarás las 30 claves más importantes descubiertas en mi camino de autoconocimiento. Seguramente este es tu momento, este libro no te pide que hagas grandes esfuerzos, ni tediosas rutinas, ni que inviertas una gran cantidad de horas de estudio sin un rumbo concreto. Tan solo es necesario un poco de flexibilidad mental y apertura a analizar la vida desde otro punto de vista, basado en un análisis lógico pero diferente de la realidad. ¿Te animas a iniciar este emocionante camino hacia la reflexión y el bienestar?
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Seitenzahl: 178
Veröffentlichungsjahr: 2022
INGENIERÍA BIOEMOCIONAL
Ingeniería Bioemocional 30 claves para ser más felices / 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2439-3
1. Ensayo. I. Título. CDD A864
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Introducción
1
Nuestro bienestar comienza por observar a nuestro alrededor y tomar una decisión clave
2
Disfruta de los procesos en lugar de poner tu felicidad en una meta en particular
3
Decide conscientemente como te ves a ti mismo y que valor te das
4
Ten presente que siempre actuamos de la mejor manera posible con las herramientas que poseemos en ese momento
5
Vive principalmente en el momento presente
6
Elige cuidadosamente qué estímulos permites entrar en tu vida
7
Elige cómo interpretar el mundo, ya que es fundamental para tu felicidad
8
Intenta confiar en que el mundo es perfecto tal cual es
9
Comprende que las personas son perfectas tal cual son
10
Entiende que nadie tiene la verdad absoluta
11
Aprende a aceptar para incrementar tu bienestar
12
Aprende a vivir en la incertidumbre
13
Sana tu mente y tus emociones para prevenir eventos dolorosos en tu vida
14
Presta atención a cuando tu cerebro primitivo o reptiliano toma el control
15
Haz descansar a tu cerebro para su óptimo funcionamiento
16
Establece un equilibrio entre el presente y el futuro, tus metas, deseos y satisfacciones
17
Decide conscientemente ver a los demás con sabiduría y sana tus relaciones
18
No te culpes por tus errores pasados
19
Intenta no ponerte etiquetas a ti, ni a los demás
20
Estate siempre dispuesto a cuestionarte todo y abrirte al cambio
21
Ten paciencia contigo mismo a la hora de concretar cambios, ya que muchas veces tu mente te juega en contra
22
Cuando no puedas salir de una situación o patrón repetitivo, evalúa tu pasado, tus creencias, miedos y beneficios ocultos
23
Evita caer en la cárcel del victimismo
24
Establece un sano equilibrio de tiempo entre tus actividades, el tiempo que le dedicas a los demás y el que te dedicas a ti mismo
25
Trata de enfocar tu felicidad en donde siempre la vas a poder encontrar
26
No enfoques tu felicidad en lo irreal e impermanente
27
Adopta una alimentación balanceada, consciente y empática
28
Ponle amor y calidad a tu trabajo siempre
29
Vuélvete un experto en el arte de disfrutar
30
Agradece cada día para sentirte mejor
Sobre la autora
Nacemos en este mundo y desconocemos gran parte de sus misterios, no sabemos si existe un Dios o un sentido a esta existencia, no sabemos muy bien porque nacimos, ni tampoco si tenemos un propósito en este mundo.
Es por esto que vivimos constantemente en una gran incertidumbre, día a día vivir es un desafío y muchas veces caemos en estados de miedo que nos paralizan, o de tristeza, porque no comprendemos el motivo de los acontecimientos que suceden en nuestra vida.
Para poder vivir mejor en esta incertidumbre es que construimos un sistema de creencias en todos los ámbitos de nuestras vidas, las cuales nos brindan un marco de seguridad y eso nos ayuda a afrontar mejor el desafío que representa estar vivo.
Lo que debemos observar, es que este sistema de creencias va cambiando a través del tiempo, porque vamos evolucionando y encontrando mejores opciones como sociedad, por lo que aún no hemos logrado encontrar las creencias y los sistemas sociales perfectos para evitar muchos de los sufrimientos presentes hoy en día. Es por esto, que en este libro te invito a que encontremos juntos nuevas claves que nos permitan enfrentar la travesía de la vida con herramientas que nos acerquen cada vez más al bienestar, la alegría y la comprensión, y nos alejen del sufrimiento mental y emocional, muchas veces creado por nosotros mismos a través de falsas creencias sobre la vida, compartidas socialmente.
Vamos a adentrarnos en un camino de reflexión, analizando 30 claves que te van a permitir empoderarte a través del conocimiento, para que logres ser el creador y protagonista de tu propio bienestar y felicidad, sin depender de las circunstancias externas, de otras personas, ni de los eventos que en tu vida sucedan.
Hay una frase que dice: “Quien realmente busca, encuentra”, y en mi experiencia es así. Este libro es un resumen de claves y consejos que he encontrado en mi camino de búsqueda de siete años, y que a mí me ayudaron muchísimo. En estos años me he adentrado en diferentes filosofías, religiones, libros de autoconocimiento y espiritualidad, psicología, neurociencias y coaching. La exploración fue apasionante y difícil de asimilar por momentos, pero realmente valió y sigue valiendo la pena, ya que uno nunca termina de aprender.
Realmente espero que te sirva algo de lo que puedas encontrar en este pequeño libro, hecho especialmente de una manera simple y concisa para que puedas aprovechar estas treinta claves al máximo, las cuales si pones en practica, te aseguro que van a generar cambios en tu vida en muy poco tiempo.
El famoso filosofo griego Sócrates dijo alrededor del año 450 a.c la contundente frase: “Solo sé que no se nada”, y hoy en día, a pesar de que conocemos muchas más cosas que en ese entonces, todavía hay muchísimas otras que desconocemos, más que nada las que conciernen a la existencia o no de Dios, al sentido de nuestra vida y a los grandes misterios que aún guarda nuestro increíble universo.
Lo único que podemos decir con certeza es que estamos vivos, que formamos parte de este mundo y que preferiríamos que nuestra estadía en él sea lo menos dolorosa y lo más benevolente posible.
Dicho esto, la primera decisión que debemos tomar sería la siguiente: Ya que de lo único que estoy seguro es de que estoy vivo, decido conscientemente dedicar parte de mi vida a aprender a disfrutar esta vida de la mejor manera posible, como así también, vivirla de la manera más inteligentemente posible para lograr mi objetivo de tener una vida satisfactoria.
Una vez tomada esta decisión, debemos observar cuál es mi meta más importante en esta declaración. Muchas veces confundimos los medios que pueden llevar a que yo alcance cierta meta con la meta en sí, y allí es donde solemos confundir el camino. Si le preguntamos a la mayoría de las personas nos van a decir que lo que mas les gustaría alcanzar es la felicidad, o al menos estar lo más cerca posible de ella, y muchas otras quizás digan tener salud y dinero, o un trabajo que les guste y en el cual les paguen un buen salario, o tener una familia unida en donde todos se apoyen incondicionalmente. Sea cuales sean las respuestas hay que saber reconocer que en definitiva, quieren todo aquello para sentirse bien, alegres y en paz, por lo que la felicidad y la paz siempre son los objetivos fundamentales.
El problema radica en qué algunas personas, por no decir la gran mayoría, se enfocan principalmente en ciertos medios que creen que los van a hacer felices, y pasan a confundir estos medios con la meta principal. De esta manera, puede haber personas que pasen su vida acumulando cosas materiales, por ejemplo, trabajando incansablemente para lograr un cierto status, y luego darse cuenta que todo aquello nunca los hizo felices, pues se habían olvidado de que este era su verdadero objetivo y lo había reemplazado inconscientemente enfocándose en lo equivocado, un medio que no garantizaba su felicidad.
Observa bien en tu vida si no estás enfocado en un medio y perdiendo lo realmente importante, tu bienestar en el proceso.
Hay que tener en cuenta que nosotros no tenemos el control sobre todos los eventos que suceden en nuestras vidas, no sabemos a ciencia cierta cómo pueden resultar las cosas a futuro, por lo cual conviene ponernos metas flexibles, estimativas y no poner nuestra felicidad en el resultado de ellas, si no en el proceso. Me alegro y festejo cada paso hacia adelante que doy, o cada aprendizaje que nos da una equivocación, ya que ello es lo único que depende de mí.
Si yo pongo mi felicidad en una meta determinada y esta no se cumple, me voy a sentir muy mal, además de que en lugar de disfrutar el proceso me pongo ansioso si el resultado esperado es muy lejano o no llega pronto. Nunca es buen negocio colocar mi felicidad constantemente en una única gran meta, o en cosas externas, que no dependen exclusivamente de mi, ni en personas como parejas o amigos, ni en metas lejanas y que dependen de muchos factores, porque el resultado es incierto. Hay que tener en cuenta que yo puedo trabajar con las mismas ganas para una meta particular aunque ponga o no mi felicidad en ella, si lo hago con consciencia.
Hay que tener muy presente nuestra decisión en primer lugar, que fue que nuestra meta principal es alcanzar el bienestar, la paz y aprender y mejorarnos a nosotros mismos en el proceso.
Podemos disfrutar de las metas alcanzadas y de las cosas externas que nos puedan suceder, pero sin poner nuestra felicidad únicamente en ello. Como en el punto anterior, aquí también conviene tener un balance, disfruto de lo externo y me alegro cuando una persona o una meta alcanzada me hace sentir bien, pero debo tener en cuenta que la mayor parte de mi felicidad conviene ponerla en varias cosas que dependan exclusivamente de mi. Por ejemplo: me siento feliz cada vez que leo un artículo o un blog que se que me va a ayudar a ser un mejor profesional en el futuro, o que me va a enseñar algo interesante, me siento feliz con cada paso que doy hacia adelante día a día en un proyecto, porque se que estoy poniendo mi esfuerzo y eso es lo importante, me siento feliz con cada error que me trae un aprendizaje, me siento feliz con cada gesto de amor que yo puedo dar a los demás, me siento feliz cada vez que hago un acto de contribución para cuidar nuestro planeta, como reciclar por ejemplo.
Tenemos que educarnos en el arte de alcanzar felicidad, ya que inconscientemente esta parece depender de cosas que nosotros aprendimos a través de nuestra educación a categorizar como buenas, y dejamos de lado muchas veces otras, que son mucho más óptimas para alcanzar un estado de bienestar, pero nunca fuimos conscientes de ellas.
Aquí también juega un papel muy importante el saber valorar las pequeñas cosas, ya que muchas personas ponen su felicidad en un único gran objetivo externo que aún no tienen y no son conscientes de lo mucho que tienen para disfrutar en el presente.
Volviendo al tema de nuestras metas hay que hacernos la siguiente pregunta: ¿Podré ser feliz aunque no consiga cierta meta precisa?
Si la respuesta es si, podré ser feliz aunque no lo consiga, es porque la meta en realidad no era necesaria para nuestra felicidad, y si la respuesta es que no voy a poder ser feliz si no lo consigo, debo entender que esa meta esta obstaculizando mi objetivo mayor, que es mi felicidad. Por ello, tener una meta tan inflexible, en lugar de traerme felicidad se convierte en un obstáculo para ella. Es por esto que sugerimos poner nuestra felicidad en los procesos y no apegarme a un resultado específico. Si resulta bien me pondré muy contento, pero si no resulta me habré sentido bien durante todo el proceso y no habré perdido mi felicidad en ello.
Recordar siempre que conviene poner la felicidad en el camino y no en el destino, ya que no tenemos el control absoluto sobre el resultado de las cosas. Además si en lugar de estar ansioso e intranquilo por el resultado, disfruto, pongo lo mejor de mí y me alegro por cada avance, voy a sentirme mucho mejor y voy a ser mucho más eficiente. Esto es así porque al estar muy estresados, nuestro cerebro racional, responsable de nuestra inteligencia, funciona mucho peor.
Conviene también recordar que nosotros creemos que debemos lograr tal o cual cosa en la vida y en realidad eso es una ilusión. Los eventos, logros y experiencias de nuestra vida tienen como único objetivo el aprendizaje y el mejoramiento de nosotros mismos, y a veces, se aprende mas con un fracaso que con un logro. Quizás vos quieras poner un restaurante y para ello aprendas muchas cosas de gestión de negocios y de cocina, lo abras y aprendas a tratar con los clientes y empleados y al poco tiempo quiebres. Quizás al universo no le interesaba que vos pusieras en este mundo un restaurante exitoso, quizás le interesaba todos los aprendizajes que ibas a tener en ese camino, y quizás en tu próximo emprendimiento te vaya bien, habiendo aprendido de este, pero el objetivo esta cumplido, aprendiste muchas cosas y lograste muchas otras en el proceso, que quizás no las ves y no las valoras.
Con este ejemplo podes ver la importancia de disfrutar de los logros a cada paso y del aprendizaje que de ello te lleves, sin apegarte a un resultado determinado, ya que si tu habías puesto todas tus energías y todas tus expectativas de felicidad en que te vaya bien en ese proyecto, cuando así no ocurra puede que te desesperes, caigas en una depresión, o en el hospital por una hipertensión severa. Es por esto que hay que empezar a reflexionar y ser muy conscientes de a que cosas, situaciones o personas le damos el poder de ser los instrumentos para nuestra felicidad. Cuanto más pongamos nuestra felicidad afuera y en eventos que nosotros no podemos controlar, más esclavos vamos a ser de esas circunstancias externas y nuestra felicidad nunca va a depender de nosotros. Una actitud así nunca es buena si quiero alcanzar un bienestar verdadero y duradero.
Nacemos en este mundo sin saber muy bien por que, ni donde estamos, ni si nuestra vida tiene algún propósito, y aunque algunas corrientes de pensamiento afirman que hemos vivido varias vidas antes, aquí vamos a analizar solamente este momento presente, ya que cuando venimos al mundo la mayoría de nosotros no recordamos todo aquello.
Podríamos decir que nacemos siendo puro potencial, esponjas de aprendizaje que serán influenciadas por su familia y sociedad, más que nada en sus primeros siete años de vida, que es cuando nuestro cerebro establece las bases de aprendizaje más importantes que luego lo ayudarán a sobrevivir en este mundo lo más rápidamente posible. Luego de esos primeros años, el cerebro sigue aprendiendo y remodelándose, pero lo que aprende en esos años es bastante crucial.
No sabemos por qué nacimos en esa familia, ni en ese país, ni contexto social. Podemos creer que es mero resultado de la casualidad, o si creemos en un mundo con un orden y propósito, podemos pensar que hay un motivo de aprendizaje por el cual nacimos en esa familia y no en otra, pero como no lo sabemos vamos a analizar la situación desde lo que conocemos actualmente.
Lo cierto es que nos tocó esa familia y como cualquier familia no es perfecta, tiene sus aciertos y sus errores, y ello nos va a influir en nuestra vida. Siendo niños observaremos muchos aprendizajes, algunos de ellos sabios y otros de miedo o ignorancia; además viviremos muchísimas experiencias, algunas felices y otras que quizás nos hagan sufrir, porque nos enseñaron a interpretarlas como malas.
Cuando somos muy pequeños aprendemos sin juzgar y creemos fielmente en la palabra de los adultos, por lo que una experiencia traumática en esos años, puede marcarnos para toda la vida, sí luego no reflexionamos ni trabajamos en ella. Puede haber sucedido que cuando éramos niños nuestros padres no tenían mucha paciencia, por lo que retarnos y marcarnos solo nuestros errores era la rutina diaria; en ese caso puedo crecer pensando que no valgo, que hago todo mal y que no soy lo suficientemente bueno. Puedo vivir dejando pasar muchas buenas oportunidades por no sentirme capaz, como así también, resentido con mis padres por no haberme tratado con más amor.
El hecho es que cuando somos niños, como dijimos anteriormente, aprendemos sin juzgar y creemos en todo lo que nos enseñan, pero cuando llegamos a ser maduros y responsables ya es momento de hacer un stop y reflexionar sobre todo lo aprendido, analizar mi historia con inteligencia y sin juicio, y simplemente tomar esos aprendizajes que yo haya comprobado que son buenos para mi y para vivir armónicamente en este mundo, y los que crea que fueron errores de nuestros padres también tomarlos como un aprendizaje de lo que yo no quiero repetir.
Lo importante es que llegue ese momento en que tome las riendas de mi vida y conscientemente decida mis creencias y mi camino, poniendo en duda todo lo aprendido y comprobando por mí mismo lo que es bueno para mí. Para tener una guía de qué cosas o actitudes son buenas para mi, puedo decir que deben ser cosas que estén en equilibrio, que no afecten mi salud y que aporten a mi mejoramiento personal, o también que aporten algo valioso, o armonía, paz e integración al mundo. Si me equivoco tampoco es tan grave, siempre hay que recordar que hay muchas cosas que no sabemos y que estamos en un proceso de aprendizaje.
El punto más importante para empezar a tomar las riendas de mi vida y decidir trabajar en mi mejoramiento personal, verificando aprendizajes y creando mi propio camino, es decidir salir del papel de víctima, que para muchas personas es su papel favorito, sin darse cuenta lo mal que eso les hace a sus vidas.
La víctima es la persona que obviamente cree en un mundo de caos e injusticias, que juzga todo lo que le sucede y sucedió en su vida como malo e injusto, cree que tuvo mala suerte, juzga a sus padres duramente por sus equivocaciones y vive lamentándose de su pasado y del mundo. En lugar de ver lo bueno y tomar las equivocaciones y sus circunstancias para aprender y crecer, solo se queda estancado en su tristeza y resentimiento. Esta posición no le permite crecer ni evolucionar, pero tiene un beneficio oculto inconsciente por el cual muchas personas la mantienen en su vida. La víctima no se responsabiliza de su vida, justifica no crecer o no poder lograr cosas a causa de todo lo malo que le sucedió en el pasado, piensa que no tiene culpa de nada, que es el pobre bueno mientras que los responsables de toda su desgracia son los demás. Esta posición a veces resulta cómoda, pero te mantiene en un estancamiento emocional y no te permite lograr grandes cosas en tu vida, porque si logras algo ya no serás la víctima, a la que todo el mundo le tiene lastima y la justifica; pero también hay que tener en cuenta lo perjudicial de este patrón. A largo plazo las personas a tu alrededor se terminan cansando de alguien que vive triste, estancado, con resentimiento y juzgando a todo lo que se cruza en su camino.
Presta mucha atención si no estás de alguna manera trabado con este patrón y decide buscar ayuda si ese es el caso.
Lo que te recomiendo es que te enfoques en tu objetivo principal, lograr tu bienestar, aprendizaje y mejoramiento, y desde allí observes cual es la actitud que más te conviene tomar. Es lógico que puedas sentirte mal por cosas que te sucedieron en el pasado, pero no te estanques en ello, sácale a esa experiencia todo el jugo de aprendizaje que puedas y trata de seguir adelante.
Seguramente tuviste momentos en tu vida en los cuales sentiste que no valías lo suficiente o que no eras lo suficientemente bueno en algo, déjame decirte que esas eran solo interpretaciones basadas en el paradigma educativo bajo el cual fuiste condicionado.
Creer que no vales es creer que el universo esta mal, que es defectuoso, que las criaturas que habitan en él, que son extremadamente complejas, somos errores y tenemos algo malo. Quizás puedas creer eso, condicionado por esta sociedad basada en la culpa, el pecado y el castigo proveniente de la religión; pero, ¿no encuentras acaso una contradicción en decir que Dios es perfecto y todopoderoso y que la creación de él es mala? No es más lógico pensar que somos seres perfectos, solo que estamos aprendiendo lo que aún no sabemos. ¿Acaso dirías que un niño de cinco años tiene algo malo y no vale para nada, solo porque aún le quedan muchas cosas por aprender en esta vida? Bueno, nosotros somos una sociedad en evolución y aprendizaje, aún nos queda mucho por descubrir, aprender y evolucionar, tanto a nivel individual, como a nivel colectivo, cómo en el ámbito científico.