Abogada Sincaso - Mariela Alejandra Rodríguez - E-Book

Abogada Sincaso E-Book

Mariela Alejandra Rodríguez

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Beschreibung

Nueve años muy largos adornaron una corona de elogios entremezclados de emoción y lágrimas. La euforia cambiaba de frecuencia cuando un cielo medio pálido apagó el festejo y eligió la realidad. Aunque nada puede importar más que ver la cara de tus hijos emocionados, pero tampoco nada puede apagar las ganas de llegar al objetivo a través de la búsqueda de una luchadora; por más barreras que haya. El cansancio debe generar más ganas de encontrar una salida, simplemente uniendo esas dos fuerzas. Y quiero enseñarles modestamente con esta obra que el sueño de una persona nunca es inútil si sale de la creación del alma.

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Seitenzahl: 45

Veröffentlichungsjahr: 2017

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mariela alejandra rodríguez

ABOGADA SINCASO

Editorial Autores de Argentina

Rodríguez, Mariela Alejandra 

   Abogada Sincaso / Mariela Alejandra  Rodríguez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.

   Libro digital, EPUB

   Archivo Digital: descarga y online

   ISBN 978-987-711-926-8

   1. Narrativa. 2. Teatro     . I. Título.

   CDD A862

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail:[email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Inés Rossano

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Índice

Escena N.º 1-Monólogo de la Abogada Sincaso

Escena N.º 2-90, 60, 90, mi amiga Elisa

Escena N.º 3 - La trabajadora confundida

Escena N.º 4 - “Qué manera de hablar”

Escena N.º 5-“No vemos la hora de que te recibas”

Escena N.º 6-“El baño me sugirió”

Escena N.º 7-“Plancha y reflexión”

Dedicado a los personas perseverantes y a los soñadores.

Mariela Alejandra Rodríguez.

Nueve años muy largos adornaron una corona de elogios entremezclados de emoción y lágrimas. La euforia cambiaba de frecuencia cuando un cielo medio pálido apagó el festejo y eligió la realidad.

Aunque nada puede importar más que ver la cara de tus hijos emocionados, pero tampoco nada puede apagar las ganas de llegar al objetivo a través de la búsqueda de una luchadora; por más barreras que haya.

El cansancio debe generar más ganas de encontrar una salida, simplemente uniendo esas dos fuerzas.

Y quiero enseñarles modestamente con esta obra que el sueño de una persona nunca es inútil si sale de la creación del alma.

Escena N.º 1

Monólogo de la Abogada Sincaso

Un escritorio de color marrón oscuro lleno de documentos, una ventana que dejaba entrar el sol de a ratos, el teléfono mudo como si estuviese desconectado, el celular dispuesto aunque sea a recibir un maldito mensaje de texto de la compañía de servicio telefónico otorgando un beneficio, la computadora abriendo correos no deseados y la abogada Sincaso impecable con su vestimenta más que dispuesta a recibir un caso.

Abogada Sincaso: Nueve años… No lo puedo creer, un porcentaje importante de mi vida entregada a la Universidad de Buenos Aires, y sí a esas escaleras grises y frías, donde me he resbalado un centenar de veces. En esos nueve años he estado más en la facultad que en casa.

(Asiente con la cabeza).

Un día me juntaron del piso dos estudiantes, sí... Allí, en el pie de las escaleras, por suerte no me pasó nada. Me levantaron entre los dos. Claro, iba corriendo porque tenía un examen. No había dormido en toda la noche y los puntos de conexión del derecho privado me daban vueltas por mi cabeza. Claro, mi nota fue un lindo dos, que luego recuperé entre varias noches de insomnio, niños y un esfuerzo atroz.

Pero cuántas cosas me pasaron allí, aunque en verdad, amo la universidad, ¡¡créanme que la extraño tanto!!

(Levanta las manos, la cabeza y mira el cielo).

Es más, los viernes por la tarde en vez de pensar en algún plan con amigos, pienso en ella y deseo que en un futuro mis hijos puedan hacerlo a tiempo, aunque juro que no voy a interferir en sus decisiones.

(Todo ese monólogo lo dice sentada, con lentes y gesticulando con las manos).

(Apaga la luz de la lámpara, respira profundo y se levanta para dirigirse al público con mucha energía).

Abogada Sincaso: Saben cuántas personas me decían: “No vemos la horade que te recibas”y acá estoy, recibida con título, pero sin casos… Y a punto de meterme el título en el “portafolio”. Si en dos meses no me llaman por un caso, me quiebro realmente. Un caso sin caso.... Uh, verdad como mi apellido. ¿Estaré condenada?

Y se aproxima a una pared lateral donde tiene colgado el título. Lo mira fijo y le dice: “¿Qué hago con vos?”. Lo saca de la pared, lo abraza y llora.

(Luego se vuelve a acercar al público).

Abogada Sincaso: Mi vecino, el verdulero Pacho, me dijo: Tanto tiempo estudiando, doctora, yo siempre decía que no veía la hora de que la señora Sincaso se recibiera. Pobre, cuando la veía pasar cargada de libros, qué sé yo, se hubiese puesto un negocio, un quiosco…”. Y obvio que después de que me dijo eso lo miré con bronca y por dentro dije: “Qué hijo de puta”.

(Con muchas ganas y abriendo bien grande la boca).

(Se aleja del público, mira el celular, levanta el teléfono y vuelve a colgar el diploma dándole un beso, nuevamente se vuelve a dirigir al público).

Abogada Sincaso:¿Saben qué me pasó en casa mientras estudiaba? ¡¡De todo!! En esos nueve años de benditos estudios, tuve la suerte de comprobar que a mi hijo mayor comerse una tableta de “ya saben esas que se ponen para matar a los mosquitos no le hizo nada”, ja, ja, ja. Sí, claro, ahora me río, pero no se imaginan los nervios que pasé y cómo grité.

Estaba justo terminando un trabajo práctico y él ya caminaba, tenía un añito y un mes más o menos, como gran explorador que era a esa edad, se dirigió a los cajones de la cómoda donde encontró las famosas tabletas. Les aseguro que su velocidad era maratónica porque no me di cuenta. Pero sí me sorprendió que, mientras hablaba con una amiga por teléfono por el trabajo práctico, lo veo al señorito sentado mirando Callieu, su dibujito favorito, y masticando algo bastante grande para su boca.

(La doctora se agarra la cabeza y grita).

Abogada Sincaso: