Agendas políticas en los medios informativos - María Alaniz - E-Book

Agendas políticas en los medios informativos E-Book

María Alaniz

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Beschreibung

Este trabajo pone sobre la mesa ese escenario del análisis académico y la crítica política, durante el lustro 2010 – 2015, cuando comienza a producirse el viraje del electorado sudamericano de las opciones progresistas a las conservadoras. En algunos casos, el cambio de gobierno ni siquiera fue por elecciones sino mediante golpes institucionales y derrocamientos ilegítimos impulsados por esa coalición de poderes corporativos. Durante ese lapso y mientras resistían esos embates, estos gobiernos populares, con diversos grados de articulación con los movimientos sociales, lograron instalar en la agenda política diversos temas. El protagonismo de la dimensión mediática en la actual restauración conservadora realza el valor político —y el interés académico— de ese tiempo en que, desde suelo latinoamericano, pudo plantearse una agenda política regional, sin las presiones externas tan frecuentes en los períodos anteriores. Si esa etapa fue una anomalía o el punto de partida de una forma de construir una política autónoma y una comunicación democrática que en el futuro deberá profundizarse, es un dilema que los trabajos reunidos en este libro pueden contribuir a dilucidar.

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Con colaboraciones de correccion: Lea Groisman- Tomás Vicente

Agendas políticas en los medios informativos : evolución y temáticas en la región latinoamericana :

2010-2015 / María Alaniz ... [et al.] ; coordinación general de María Alaniz. - 1a ed . - Córdoba :

Tinta Libre, 2019.

232 p. ; 22 x 15 cm.

ISBN 978-987-708-414-6

1. Política Latinomericana. 2. Medios de Comunicación. I. Alaniz, María II. Alaniz, María, coord.

CDD 302.23

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,

total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor. Está tam-

bién totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet

o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidad

de/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2019. María Alaniz.

© 2019. Tinta Libre Ediciones

A mi madre, Esmeria... en su refugio del reino de los jazmines...

Agendas políticas en los medios informativos.Evolución y temáticas en la región latinoamericana.(2010-2015)

Índice

Prólogo

La terraza y el camino Pág. 13

Introducción y agradecimientos Pág. 18

Sobre la paridad y la participación política. Aproximaciones a las conquistas de las mujeres bolivianas.

Andrea Batalla

Líneas introductorias al tema Pág. 27

Paridad: Los avances en la Asamblea Legislativa y la Constitución Política de Estado Pág. 31

Las mujeres en las legislaciones electorales Pág. 38

Avances sobre el acoso y la violencia política Pág. 43

Reflexiones en torno al avance de la participación de las mujeres en la vida política y pública Pág. 47

Bibliografía Pág. 53

Cobertura de la prensa digital venezolana en el conflicto entre Venezuela y la OEA (marzo-abril 2017)

Rodrigo Bruera

Introducción Pág. 61

Marco conceptual de referencia Pág. 63

Diseño metodológico Pág. 66

Construcción del universo de análisis Pág. 68

Establecimiento de unidades de análisis Pág. 69

Definición de categorías de análisis Pág. 69

Análisis e interpretación Pág. 71

Algunas líneas a modo de cierre Pág. 83

Bibliografía Pág. 87

Televisión Digital Argentina: Políticas públicas y regulación en el contexto sudamericano (2009-2015)

Claudia Grzincich

Introducción Pág. 93

De cara al Sur: las políticas gubernamentales entre los años 2009-2015 en la región Pág. 95

Políticas estatales y comunicación pública Pág. 97

La Televisión Digital en Argentina: su regulación e implementación Pág. 101

Punto de partida: el despliegue legal y normativo de la TDT Pág. 103

A modo de cierre Pág. 109

Bibliografía Pág. 111

Los Acuerdos de Paz en Colombia

Lautaro Pelizza

Bibliografía Pág. 129

Nuevo enfoque de la integración regional como proceso político y económico en el contexto mundial

Hugo Ignacio Pizarro

A modo de introducción Pág. 133

Haciendo un poco de historiapara entender el presente Pág. 135

El Mercosur: un intento por llegar a mercados comunes. Sus inicios. Pág. 140

Nuevo siglo, ¿nuevo Mercosur? Pág. 143

Crisis y cambios en el Bloque Pág. 149

Una nueva perspectiva de integración: UNASUR Pág. 157

Un nuevo “ciclo político” en la región sudamericana Pág. 167

El nuevo contexto internacional y el camino de los procesos de integración Pág. 173

A modo de conclusión Pág. 180

Bibliografía Pág. 187

Medios comunitarios, movimientos sociales e inserción en la República Bolivariana de Venezuela

Julia Porto

Dos ideas en tensión conviven Pág. 195

Los progresismos y los pantanos Pág. 198

La democratización del Estado venezolano y el nuevo cauce de los movimientos de abajo Pág. 200

Los medios configurándose en las comunidades: una breve historización Pág. 203

La puja por regulación jurídica específica Pág. 206

Los medios comunitarios se redimensionan: el golpe y después Pág. 210

Algunas ideas finales Pág. 213

Bibliografía Pág. 217

Autores

Andrea Batalla Pág. 223

Rodrigo Bruera Pág. 224

Claudia Grzincich Pág. 225

Lautaro Pelizza Pág. 226

Hugo Pizarro Pág. 227

Julia Porto Pág. 228

María Alaniz Pág. 229

PRÓLOGO

La terraza y el camino

Consumado el triunfo electoral de Jair Bolsonaro, unos chicos brasileños-presuntos estudiantes- festejan, bailan y beben hasta la madrugada en la terraza de un edificio en el centro de Buenos Aires. Una vecina, periodista uruguaya, aguanta la jarana en silencio hasta que escucha los gritos excitados: “¡Fora PT! ¡Não mais PT!”. Indignada, relata la situación en su cuenta de Facebook y expresa: “No tienen más de 20 años y ya representan todo lo que está mal. Un abrazo muy grande a todos mis amigos brasileros”.

La escena titulada “Uruguaya progresista” soporta en Buenos Aires a seguidores eufóricos de líder derechista brasileño” bien podría integrar la canción Disneylandia, crónica poética de la globalización escrita por la banda brasileña Titãs y popularizada por el uruguayo Jorge Drexler. Además, la fiesta bolsonarista en la terraza porteña es una postal del proclamado “fin del ciclo” de los gobiernos latinoamericanos identificados con el “socialismo del Siglo XXI” -o al menos con el “progresismo”- y un imaginario nutrido por la Patria Grande de Bolívar y San Martín y la Cuba de Fidel y el Che.

Eran -y algunos todavía son- aquellos gobiernos que desde principios de milenio hasta hace poco impulsaron, en mayor o menor medida, desde Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile y Uruguay políticas de recomposición del empleo y fortalecimiento de los mercados internos y el regional; de juicio y castigo al terrorismo de Estado; de ampliación de derechos para pueblos originarios, migrantes, niñxs, jóvenes, viejxs, mujeres y disidentes sexuales; de integración latinoamericana sobre la base de la soberanía; de crecimiento cultural autónomo y democratización de los medios masivos de comunicación.

***

La escena también ejemplifica la potencia de ciertos slogans como “se robaron todo” (los gobiernos populares, como el de Lula Da Silva y su Partido de los Trabalhadores en Brasil) y “basta de mantener vagos” (con planes laborales y sociales, como el Jefes y Jefas de Hogar y la Asignación Universal por Hijo en Argentina), entre las más eficaces consignas en la historia de la alienación mediática. Como en un experimento conductista, la trágica respuesta al estímulo incesante de fake news, memes, post-verdades y mitos atávicos, a través de diarios, radio, televisión, internet y redes sociales infectadas de trolls, son los millones de latinoamericanos -de clase media y de sectores populares- que acuden a las urnas a votar a sus victimarios.

Desde la implacable campaña de las grandes empresas periodísticas chilenas y multinacionales contra el gobierno popular de Salvador Allende, se sabe -como describió Armand Mattelart en La comunicación masiva en el proceso de liberación (1973)- que las corporaciones habitualmente dedicadas a entretener y despolitizar, al ver amenazados sus intereses por un proceso político con intervención del Estado en la economía, independencia política y equidad social, politizan por derecha su discurso y militan la desestabilización o el liso y llano golpismo.

Con una estrategia similar a la emprendida en tiempos de la Guerra Fría, hoy despliegan “una profusa e intensa labor política” para ocupar “el lugar de oposición política real a los gobiernos latinoamericanos en la primera década del siglo XXI”, como señala María Alaniz en la introducción a este libro. Una vez que el gobierno enemigo es reemplazado por uno aliado, el oligopolio mediático lo rodea de un blindaje y retoma la lógica individualista y desmovilizadora.

En este presente de contraofensiva neoliberal también se reedita, de modo análogo a la coordinación represiva entre las dictaduras de los años 70 llamada Plan Cóndor, un modus operandi común entre los poderes económico, político, judicial y mediático de la región, contra los actores políticos y sociales protagonistas de la ampliación de derechos y las conquistas populares alcanzadas durante el período anterior.

***

Este trabajo pone a ese escenario sobre la mesa del análisis académico y la crítica política, en el período 2010 – 2015, lustro donde comienza a producirse el viraje del electorado sudamericano de las opciones progresistas a las conservadoras. En algunos casos, el cambio de gobierno ni siquiera fue por elecciones sino mediante golpes institucionales y derrocamientos ilegítimos impulsados por esa coalición de poderes corporativos, como en Honduras en 2009, Paraguay en 2012, Brasil en 2016 y los reiterados intentos en Venezuela.

Durante ese lapso y mientras resistían esos embates, estos gobiernos populares, con diversos grados de articulación con los movimientos sociales, lograron –como se relata en los textos aquí publicados– instalar en la agenda política temas como la paridad de género en la participación política (Bolivia), la resistencia a los embates desestabilizadores contra el gobierno y el crecimiento de los medios de comunicación comunitarios y alternativos (Venezuela), la democratización de la comunicación masiva (Argentina) y la integración regional. Incluso, un modelo encuadrado en un régimen no precisamente del plexo progre como el de Santos, que instó al proceso de diálogo y paz entre el Estado y las FARC (Colombia).

El protagonismo de la dimensión mediática en la actual restauración conservadora realza el valor político -y el interés académico- de ese tiempo en que “América Latina ha podido planificar una agenda propia, sin los condicionamientos externos tan comunes en los ciclos globales previos”. Si esa etapa fue una “anomalía” o el punto de partida de una forma de construir una política autónoma y una comunicación democrática que en el futuro deberá profundizarse, es un dilema que los trabajos reunidos en este libro pueden contribuir a dilucidar.

***

Por eso, este conjunto de ensayos es también “un intento de comprender los lugares donde los gobiernos progresistas y sus propuestas de fortalecimiento del aparato estatal condujeron a los pueblos en nuestra región, y particularmente, si en efecto maduraron en ese país espacios políticos en una construcción popular autónoma y empoderante, independiente de las burguesías y las clases dirigentes”.

La experiencia de ese período histórico demuestra que la influencia mediática no es tan irrevocable como hoy parece. En tiempos de crecimiento de la política y la organización popular, su poder, aunque no desaparezca, se debilita. Como advierte Alaniz, los medios corporativos y hegemónicos “son actores legitimados socialmente para influir, sobre todo en virtud de la práctica periodística, pero se trata de una influencia en un sentido potencial, no inexorable y absoluto”.

En su obra Comunicación y poder (2009), Manuel Castells afirma que frente a los dueños de las redes multimedia globales y sus aliados políticos, que en procura de “hacer dinero y tener influencia” diseñan el contenido de la cultura “en consonancia con sus intereses empresariales” y “transforman a los seres humanos en audiencia vendiéndonos las imágenes de nuestras propias vidas”, se contrapone el “auge de la autocomunicación de masas”, que “potencialmente desafía el control empresarial de las comunicaciones y puede cambiar las relaciones de poder en la esfera de la comunicación”.

En el caso latinoamericano, esta perspectiva implica emprender un trabajoso camino para disputar las agendas políticas impuestas por los Macris y Bolsonaros, por los CEOs y neofascistas, para defender las conquistas amenazadas y volver a avanzar en el proceso de ampliación de derechos. Ese camino pasa por la organización, la educación y la comunicación popular.

Los trabajos reunidos en este libro son un aporte para, mientras ellos bailan en la terraza, nosotros caminar y construir el territorio.

Alexis Oliva

Periodista. Docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba.

Noviembre de 2018

Introducción y agradecimientos

No resulta sencillo dar el puntapié inicial a la hora de escribir una introducción para un libro. Y más aún si el texto en cuestión es el resultado de un trabajo de un grupo de investigación que incluye a quien debe introducir, puesto que la responsabilidad de representar al conjunto con unas palabras de apertura se vuelve un doble desafío. Por esta razón lo primero que quisiera destacar es el compromiso, la colaboración y el esfuerzo de cada miembro del equipo, ya que me constan las horas sacadas al descanso, las vueltas sobre lo escrito y la exigencia hacia sí mismo... pero por sobre todo ello, la búsqueda por reconocer y reflexionar sobre las diversas aristas sociopolíticas y el entramado cultural que conforman la realidad latinoamericana.

Los artículos que acompañan la presente edición presentan resultados y observaciones en torno al proyecto investigativo titulado Medios de información y agendas políticas en América Latina, entre el período 2015-2015. Cabe aquí destacar que el objetivo general del mismo ha sido reconocer y describir las agendas político-gubernamentales durante el período 2010-2015 y su incidencia, relaciones y participación en la agenda mediática de los principales medios de la región latinoamericana. Así, hemos considerado que la publicación que se pretende llevar adelante refleja el análisis y caracterización de las agendas políticas emergentes en América Latina y su dimensión comunicativa. Ello ha implicado dar cuenta de los temas políticos, económicos y/o socioculturales planteados como agendas de gobierno en el lustro mencionado, puestas en foco en medios públicos, privados y/o comunitarios y a través de ediciones digitales o audiovisuales.

El lapso de tiempo señalado parte de recorrer los años de finalización del ciclo progresista en algunos países sudamericanos, reconociendo en ese modelo una fuerte preminencia del Estado, con un rol de mayor dinamismo, garante y articulador de las demandas sociales y representado en la figura de liderazgos gubernamentales de vigorosa personalidad política, como lo fueron en su momento los de Néstor Kirchner, Luiz Ignacio “Lula” da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, entre los más relevantes. Desde el punto de vista sociocultural, las políticas gubernamentales se encaminaron a considerar, promover y defender la comunicación como un bien público y un derecho humano. En base a esa lectura, nuestra investigación hizo hincapié en las nociones, significados y alcances de las agendas políticas tomadas como temas relevantes en los gobiernos del progresismo regional. Agendas políticas que configuran un escenario de disputa simbólica de los significados, representaciones e imaginarios sobre aquellos temas que noticiosamente resultarán relevantes para la sociedad.

Por eso cabe recordar que hubo un interés -al menos hasta finales del siglo XX- por constituir los temas de agenda latinoamericana desde las agencias de noticias norteamericanas, las grandes cadenas televisivas angloamericanas, y los influyentes periódicos de las ciudades más renombradas de Europa y Estados Unidos. En este esquema, América Latina siempre ocupó un lugar de recepción de información, creándose a través de los años una estructura de dependencia fáctica e ideológica con respecto al norte. Una especie de colonialismo editorial. Si bien en los años ’70 aparecieron algunas iniciativas contra este sistema, dominado por la doctrina norteamericana del free del free flow of information (libre flujo de la información) la tendencia de hegemonía informativa siguió su curso hasta finales del siglo pasado. Entrado ya el siglo XXI, en América Latina se percibió una modificación en la ecuación medios de comunicación-poder político-sociedad. Los gobiernos comunicadores se caracterizaron por un discurso de intensidad con llegada a sectores trabajadores, populares y plebeyos; de rechazo a las políticas neoliberales de las décadas anteriores, y avanzaron con políticas claves en el terreno de reconfigurar la agenda política y social y las estructuras de poder de los principales medios de difusión del continente sudamericano. Quizás por primera vez en su historia, se haya podido planificar una agenda propia, sin los condicionamientos externos prevalecientes en los ciclos políticos previos. Puede agregarse hubo creación y fortalecimiento de medios públicos, comunitarios, agencias de noticias regionales, nuevas regulaciones antimonopólicas y una disputa con ciertos medios privados, grupos concentrados y lobbies a la hora de cimentar una agenda del Sur. Se confrontó con los medios masivos y privados en varios países, Ecuador, Venezuela, Argentina, por mencionar los casos más emblemáticos.

De allí que los temas de agenda regional trabajados en ocasión de la investigación, y puestos en publicidad en este libro, versan sobre esos vaivenes, consolidación de temas y emergencia de otros. Una de las primeras temáticas abordadas por Andrea Batalla ha sido el de la paridad y la participación política de las mujeres en Bolivia, en el contexto de la presidencia de Evo Morales. En referencia a las tensiones socio políticas en la República Bolivariana de Venezuela, dos trabajos que han confluido en un mismo objeto han aludido al tema. Por su parte, el estudio de Rodrigo Bruera recupera antecedentes de análisis de una sucesión de hechos que promovieron el intento de recorte de los poderes institucionales y democráticos. Julia Porto centró su aporte en el papel de los medios comunitarios, movimientos sociales y Estado en Venezuela.

La agenda de las políticas de comunicación audiovisual en el marco de la transición de la LSCA a una comunicación convergente convocó a una reflexión por parte de Claudia Grzincich sobre la novedad generada por un fenómeno político-comunicacional que años atrás se propagó por una vasta porción sudamericana el desarrollo, regulación e implementación de la Televisión Digital Terrestre (TDT)

Por su parte, las aportaciones de Lautaro Pelizza han señalado al proceso de diálogo en Colombia como el acontecimiento político dominante en las agendas mediática del país y con repercusiones de índole internacional. Si bien no es dable encuadrar -si se me permite la expresión, al exmandatario Juan Manuel Santos en la esfera del progresismo intenso- lo cierto es que logró incursionar con una agenda de comunicación basada en la comunicación pacífica, diferente a las que caracterizaron los años de violencia en el país.

Respecto al tópico de la unidad latinoamericana, las contribuciones de Hugo Pizarro dan cuenta del lugar preponderante que logró la integración regional como proceso político y económico, fundante en materia de aspiraciones a una unión más potente en la región.

Así y todo, la atención en los temas considerados como relevantes en cada país fueron sostenidos y visibilizados en la agenda de medios. El género, la integración regional, la paz y el llamado al diálogo, Venezuela como el punto del caos, el destino de la Ley de Servicios de Comunicación. Las agendas se mantuvieron altas en la medida que hubo cierta correlación de fuerzas entre los temas, los actores políticos gubernamentales que las sustentaron y el uso de medios afines a hacer posibles una mayor interacción y circulación de esos relatos. Por ello fue relevante también la existencia de un complejo reforzado y estimulado de medios públicos, comunitarios y agencias de noticias nacionales.

Para finalizar hay que destacar el papel del trabajo periodístico para testificar la realidad social en los momentos históricos presentados en el proyecto, es decir el lustro 2010-2015; y en tal sentido retomó las palabras de la investigadora Lila Luchessi quien asegura que “el periodismo ya no representa un lugar de autoridad, sino de organización de un saber que se comparte” Construir la agenda política de cara al público es parte de esa tarea de compartir.

Agradezco a los integrantes del proyecto, que son parte activa del libro. También a los colegas, amistades y estudiantes que siempre alimentan nuestra curiosidad. Tomás Vicente que ha corregido la presente, Alexis Oliva por sus bellas palabras de prólogo, la profe Cristina Vera una maestra académica como pocas de quien he aprendido muchísimo en estos años compartidos, a Arístides por su amorosa compañía y estimulo permanente, a Lea que empieza su camino en la escritura académica y a quienes alentaron la concreción de este trabajo.

La hechura de esta pequeña “nuestra” obra ha sido enriquecedora para el grupo y a la vez nos ha permitido emprender una variedad de lecturas sobre el campo político y comunicación de suma actualidad y consolidar algunos presupuestos que compartimos como espacio de trabajo respecto al momento de transición político en la región, de un populismo vehemente a un conservadurismo liberal radicalizado, pero populista también.

En este derrotero la agenda de la región parece impregnarse de oscuras tonalidades políticas, y el rumbo que toman los medios de información, sobre todo los privados y concentrados, es el de reacomodarse y acompañar los giros que acontecen en la región.

María “Marilyn” Alaniz

Noviembre de 2018

Sobre la paridad y la participación política. Aproximaciones a las conquistas de lasmujeres bolivianas.

Andrea Batalla

Líneas introductorias al tema

El camino de la lucha de las mujeres, por la igualdad y la no discriminación, contempla distintos planos de la esfera social. En el ámbito político se desarrolla una puja particular, que adquiere en cada país de nuestra región características específicas, de acuerdo al grado de avance que las mujeres pudieron conquistar en este espacio también atravesado por la lógica patriarcal de primacía masculina.

El camino transitado por la organización colectiva de las mujeres se ha ido redefiniendo, ampliando e incorporando nuevas perspectivas, intereses y propuestas, apareciendo en los últimos años con fuerza el cuestionamiento sobre las implicaciones de la ciudadanía y los alcances limitados del ejercicio democrático, si no existe participación política plena de las mujeres.

Sin dudas que en Bolivia este debate adquiere sus propias tonalidades, al calor de las transformaciones políticas y sociales que han llevado a la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (CPE)1 en el año 2009, con la definición de un modelo de Estado Plurinacional, que entre otros aspectos sobresalientes recuperó el rol estratégico estatal en la organización de la economía, reconoció derechos de los pueblos indígenas y consagró los principios de equidad e inclusión en el marco de un sistema democrático.

En tal sentido, los avances conquistados en el reconocimiento de los derechos humanos continúan montándose sobre una organización social que discrimina y subordina a las mujeres. Aporta en el entendimiento la siguiente conceptualización:

“La sociedad boliviana actual está organizada bajo una estructura patriarcal más o menos encubierta, y está naturalizada al punto de no admitir cuestionamiento alguno. Por lo tanto, las políticas de “ajuste estructural” de los años ochenta y noventa no sólo se asentaron en un orden colonial interno de exclusiones, sino también en un orden patriarcal de jerarquías preconstituidas, de modo que las mujeres, sobre todo las indígenas y las de estratos populares, resultaron doblemente afectadas por sus efectos, entre ellos, por la feminización de la pobreza”. (Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades: Mujeres construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien”; 2009:16)

En el caso concreto de este escrito, el eje de análisis está dirigido a describir los instrumentos y herramientas legislativas que se generaron en Bolivia y que permitieron que el país se posicione en el segundo puesto internacional, a partir de las elecciones del año 2014, detrás de Ruanda, en lo que se refiere a representación política de las mujeres.

En este sentido, se reconoce que la legislación es una ruta privilegiada para avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos. Muchas veces los alcances se limitan a las letras de las leyes y normativas y se retrasa su aplicación, o se dan pasos parciales en su implementación. Pero su aprobación significa una conquista de los distintos sectores sociales, en la búsqueda de la igualdad.

Es así, que se inicia escrito definiendo a los sistemas políticos como estructuras que están organizados sobre la base de la naturalización de las desigualdades de género, es decir, que son estructuras profundamente patriarcales, que reproducen la desigualdad y la opresión hacia las mujeres.

Por tal motivo uno de los conceptos que recorrerán estás páginas es el de la “paridad”; definición que juega un rol estratégico en el marco de estos sistemas políticos patriarcales, en tanto aporte específico del movimiento de mujeres, construido desde sus propias experiencias y trayectorias en el campo de la participación y representación política.

La paridad apunta a transformar esa “democracia patriarcal en una democracia más incluyente, más representativa y legítima”, porque sin negar que el sistema político es fundamentalmente patriarcal, la definición aporta en el sentido de tratar de “superar la ausencia de las mujeres del poder político y de los espacios de decisión política” (Sánchez, 2015: 22).

Amplia la autora que la concepción da cuenta de “una conquista política y una ampliación de la democracia, porque ataca al núcleo mismo de la democracia patriarcal, al afectar la distribución del poder. Es una medida correctiva y compensatoria; sin embargo, hay que preguntarse sobre su impacto en un efectivo reparto paritario del poder” (Sánchez, 2015: 21).

En sí mismo este concepto involucra una crítica directa a este orden social, en donde lo político y el manejo del espacio público, se ha diseñado como un ámbito masculino, a partir de la utilización de estereotipos que ligan a los hombres con ideas como la razón, la madurez y la serenidad, características óptimas para liderar estos espacios; y a las mujeres con la emocionalidad y la debilidad, es decir, con habilidades vinculadas a las tareas del cuidado de personas y el espacio privado del hogar.

Por ello, la idea de paridad implica efectivizar el ejercicio de los derechos de las mujeres y se construye como define Beatriz Llanos (2013):

“Como una crítica a una democracia representativa que ha sido ineficaz para garantizar en la práctica el ejercicio de los derechos de la mitad de su ciudadanía. A una democracia que ha ignorado que una posición de subordinación en el estatus de las mujeres dentro de la sociedad —generada por una construcción patriarcal de los roles que desempeñan y, en consecuencia, un desigual acceso a los recursos de toda índole— limita sus posibilidades de ejercicio y disfrute de los derechos que, en abstracto, se les han reconocido a través de la igualdad formal.” (21)

La aplicación de la paridad en este contexto, “busca efectivizar el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, alcanzar una ciudadanía plena, el ejercicio de la libertad para la toma de decisiones y participar en la toma de decisiones para el bien común” (Sánchez, 2015: 22).

En este sentido se analiza que uno de los aspectos claves que permiten generar acciones en el camino de alcanzar la paridad, está vinculado con el reconocimiento de los derechos formales de las mujeres, cuestión indispensable en tanto se constituyen como normas que regulan y sirven de marco para las relaciones políticas, sociales, económicas que se dan en una sociedad determinada.

1 | Versión digital disponible en: https://www.oas.org/dil/esp/Constitucion_Bolivia.pdf

Paridad: Los avances en la Asamblea Legislativa y la Constitución Política de Estado

En Bolivia la Ley Electoral N° 1779 del año 1997 fue el instrumento legal que posicionó a las mujeres como sujetos de derecho, con la posibilidad de elegir y ser elegidas, en cargos de representación política, implicando esto la adopción de cuotas de género para la confección de listas partidarias, siendo del 25 % para senadores y del 30 % para diputados.

Según explica la investigadora Laura Albaine (2009), las transformaciones normativas no implicaron de por sí la ampliación de la participación de las mujeres en la política, que a su entender “continúa rigiéndose por prácticas patriarcales que obstruyen el acceso femenino a los cargos de representación” (Albaine, Laura; 2009:8).