Amor cuántico - Óscar Durán-Yates - E-Book

Amor cuántico E-Book

Óscar Durán Yates

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Beschreibung

Ayudarse a derribar los muros dentro y alrededor de su corazón.

El amor es un reto constante que nos desafía para que evolucionemos, sigamos aprendiendo y creciendo... Pero, ¿cómo puedes dar y recibir ese amor plenamente si has levantado muros dentro y alrededor de tu corazón? Este libro está pensado para ayudarte a derribar esos muros. Si de verdad quieres que las cosas cambien en tu realidad y en tus relaciones, sería inteligente que mirases en tu interior y trabajases dentro de ti. Quien crea que encontrará una pareja que jamás le desilusione, está engañándose y atraerá, una y otra vez, relaciones similares y sufrimiento, pues no habrá honrado el verdadero propósito de una relación: ser una escuela de autoconocimiento y desarrollo personal. Sin embargo, quien abrace el camino de la dualidad, de apoyos y desafíos, encontrará al amor incondicional esperándole justo al borde del precipicio, y ese amor incondicional le acompañará a lo largo de su vida empujándole al descubrimiento más elevado de su propio ser.

Descubren consejos para mirarse en su itnerior y trabajar dentro para que las cosas cambien en su realidad y en sus relaciones!

FRAGMENTO

Esta programación es quizás una de las más influyentes y está muy vinculada a nuestros padres o tutores ya que fueron nuestro modelo de referencia. ¿Cuál era la forma en la que ellos se relacionaban entre sí? ¿Cómo se hablaban? ¿Cómo se trataban? ¿Qué roles tenía cada uno en el hogar y fuera de él? ¿Se comportaba tu madre como una hija de tu padre? ¿Se comportaba tu padre como un hijo de tu madre? ¿Qué decía tu madre de tu padre? ¿Qué decía tu padre de tu madre? ¿De qué se quejaban o maldecían el uno del otro? ¿Estaban construyendo el mismo proyecto de familia? ¿Peleaban a menudo? ¿Alguno de los dos se mostraba agresivo con el entorno? ¿De qué forma tu padre mostraba su amor a tu madre y a ti? ¿De qué forma lo hacía tu madre? ¿Se mantuvieron juntos hasta su muerte? ¿Se divorciaron? ¿Hubo infidelidades? ¿Percibías que tu madre o tu padre no te prestaban la atención que querías? ¿Buscabas reconocimiento específico de alguno de ellos de una forma particular? ¿Percibías que había “tratos de favor con tus hermanos/as”? ¿Cómo te afectaba esto en aquel momento?

TESTIMONIO

Óscar va un paso por delante de nosotros; entiende la vida desde un nivel mucho más elevado, desde donde los problemas parecen diminutos y las soluciones enormes - Augusto Artano

EL AUTOR

Óscar Durán Yates es investigador de la consciencia y emprendedor. Durante años ha estudiado la conexión entre la psique, el comportamiento humano y la autosanación, lo que le ha convertido en entrenador personal y en creador de programas a medida que sirven para el desarrollo humano, la transformación personal y el crecimiento de individuos o grupos. Es el máximo exponente en español del Método Demartini, de John Demartini, uno de los maestros de El Secreto.

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INMERSOS EN EL AMOR INCONDICIONALPRÓLOGO DEL DR. JOHN F. DEMARTINI

El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio.

Stendhal

Si eres como la mayoría de los seres humanos, buscas sentirte amado/a y compartir tu amor por quien eres, pero, ¿cómo puedes dar y recibir ese amor si no sabes claramente quién eres? ¿Cómo puedes dar y recibir ese amor plenamente si has levantado muros dentro y alrededor de tu corazón? Lo cierto es que ninguno de nosotros nos libramos de haberlos construido, y más aún, nos olvidamos de que lo hemos hecho. De ahí que los retos y las dificultades que nos pasan en las relaciones y en nuestra vida tengan más que ver con habernos topado con uno de esos muros olvidados que con lo que nuestra pareja hace o deja de hacer, o con circunstancias externas a nosotros.

El comportamiento de nuestra pareja parece que fuese la causa de algunas o de muchas de nuestras desilusiones en la relación, sin embargo, al igual que ocurre con los frutos de un árbol, son las raíces del árbol las que crean los frutos, no solo las hojas y las ramas. Los resultados que han aparecido en tu relación tienen mucha más conexión de lo que a ti te pueda parecer con lo que está pasando en tu interior. Lo que está pasando en tu interior es muchísimo más importante que lo observes, más que el hecho o el comportamiento de tu pareja, porque si de verdad quieres que tu pareja cambie su forma de comportarse contigo, lo más probable es que necesites cambiar antes la forma en la que tú, dentro de ti, te estás tratando a ti mismo/a.

Si tienes este libro en tus manos es probable que estés buscando información para entender o solucionar situaciones que quizás nunca imaginaste que te pasarían. Esta obra está pensada para ayudarte a explorar alguno de los muros más comunes que los seres humanos construimos en nuestro interior contra el amor. Si de verdad quieres que las cosas cambien en tu realidad y en tu relación, sería inteligente que mirases en tu interior y trabajases dentro de ti. Esas barreras que construiste en contra del amor puedes derribarlas siempre que estés dispuesto/a a aceptar que tu pareja puede que no te dé todo lo que deseas, sin embargo, te dará siempre todo lo que necesitas para amarte más a ti mismo/a.

Quien crea que encontrará una pareja con la cual jamás se desilusione, está engañándose y atraerá, una y otra vez, relaciones similares y sufrimiento, pues no habrá honrado el verdadero propósito de una relación: ser una escuela de autoconocimiento y desarrollo personal. Sin embargo, quien abrace el camino de la dualidad, de apoyos y desafíos, encontrará al amor incondicional esperándole justo al borde del precipicio, y ese amor incondicional le acompañará a lo largo de su vida empujándole al descubrimiento más elevado de su propio ser.

Óscar Durán-Yates, alumno mío, amigo, y experto avanzado de mi método, El Método Demartini®1, es un artista de la consciencia que ayuda a personas de todo el mundo a esculpir, en su interior, una nueva percepción del Amor, de ellos mismos y de sus vidas. Lleva su vida investigando entorno al amor, descifrando sus claves, desentrañándolas, reduciéndolas al nivel más elemental o cuántico, con el fin de poder explicarlas con la mayor sencillez posible a todo aquel interesado en el tema. Su libro representa la conclusión a años de estudio y experimentación de la mano de mi método y lo combina con la creatividad y la disciplina de un estudiante aventajado. Espero que lo disfrutes, lo pongas en práctica y te sientas, finalmente, tan agradecido como lo estoy yo hoy por vivir una sabia, amorosa e inteligente vida.

JOHN F. DEMARTINI

Autor de «Dar gracias a la vida», «El efecto gratitud», y uno de los maestros del libro y documental «El Secreto».

1 El Método Demartini® es una revolucionaria metodología de transformación personal, creada por el Dr. John F. Demartini, que da lugar a una nueva perspectiva de pensamiento y emociones. Es la culminación de la investigación en numerosas disciplinas como la física, la filosofía, teología, metafísica, psicología, astronomía, matemáticas, neurología y fisiología. Más información en: www.drdemartini.com.

Dedico este libroa mi padre y a mi madre.Gracias, eternamente gracias…

INTRODUCCIÓN

Querido lector/a,

Tendemos a buscar fuera de nosotros las respuestas o la solución a nuestros problemas, pero en cuanto al Amor se refiere, “tu tarea no es buscar el amor, sino solo encontrar todas las barreras que hay dentro de ti y que has construido sobre él”. Sea lo que sea que esté ocurriéndote en tu relación me gustaría ayudarte a que encuentres las preguntas más convenientes para que recuperes tu equilibrio interior, tu confianza y la seguridad para tomar las decisiones que hayas de tomar.

Mi promesa contigo es que, si lees hasta el final cada uno de los capítulos y sigues las indicaciones exactas haciendo los ejercicios que he puesto a tu disposición, vas a conseguir derribar algunas de esas barreras, vas a tener una mirada más clara de lo que estás viviendo en tu relación, vas a entender mejor para qué está pasándote lo que te está pasando en tu relación y encontrarás la lógica entre lo que quieres cambiar de tu pareja y lo que aún no has todavía amado en ti.

Mirar en tu interior no es una acción abstracta, mística, compleja o aburrida. Es algo que se aprende y puede ser divertido y enriquecedor. Si tienes experiencia en hacerlo, entonces sabes a lo que me refiero, y si te consideras poco experimentado en hacerlo, verás que le vas a encontrar el gusto y la satisfacción de experimentarlo. En ambos casos te invito a que hagamos este viaje juntos y te pido tu permiso para que, mientras compartamos juntos a través de estas páginas, me permitas actuar como tu entrenador personal y, en ciertos momentos, como un guía que conoce el camino por el cual te estoy invitando a transitar. ¿Tengo tu permiso entonces?

Antes de que me respondas, me gustaría a mí responderte a dos preguntas que quizás te estás haciendo: ¿Quién soy yo? Y, ¿qué me acredita que yo pueda hacerte alguna promesa de mejorar tu vida en el campo de las relaciones de pareja o en otra área de tu vida? Esta es una brevísima historia de mi trayectoria personal: mis padres se separaron cuando yo tenía tres años. En mi infancia, recuerdo que muchos de los adultos, amigos y amigas de mi madre, tenían serias dificultades con sus “ex”, incluso la nueva pareja de mi madre arrastraba ese lastre. Rodeado de este ambiente, un día que ya ni recuerdo, sentencié para mis adentros, “¡Yo no quiero esto para mí en la vida! ¡Yo jamás me casaré!” Con esta creencia yo asumía que esta era la forma de evitar otra ruptura de matrimonio en mi vida.

Lo cierto es que durante mi adolescencia me moría de ganas de tener una relación estable, y le pedía al Universo que me enviara a una persona con la que compartir, con la que sentirme acompañado, comprendido y con quien pudiese hacer un largo camino. Cuando entré a la universidad me encontré con la persona que había pedido. Y como yo seguía convencido de que los matrimonios acababan en ruptura y seguía queriendo evitar, a toda costa, vivir otra ruptura en mi vida, todos los planes de vida compartida que hacía con ella esquivaban el matrimonio. Ella lo aceptó. Nos hicimos muy buenos amigos, compañeros, pareja, compartimos todo lo que pudimos el uno con el otro, nos fuimos a vivir juntos, superamos los retos cíclicos de las crisis de pareja y personales, más tarde nos quedamos embarazados y sufrimos un aborto natural del que hubiese sido nuestro primer hijo, superamos este dolor juntos que casi nos separa, compramos una casa, y un año más tarde nació nuestra hija, y seguíamos juntos. Habíamos pasado más de diez años y, a priori, las señales en el horizonte indicaban que seguiríamos indefinidamente. Sin embargo, tres años más tarde estábamos viviendo la ruptura de nuestra relación de pareja en unas circunstancias muy peculiares: nuestro tercer hijo estaba en camino de nacer.

Esta escena me parecía propia de una película de cine, pero, ¿de qué iba la película? ¿Quién había escrito la escena? ¿Qué papel me tocaba a mí? ¿Y a ella? ¿Y a nuestros hijos? ¿Qué había pasado de repente? ¿Qué era todo esto que estábamos viviendo? Me di cuenta muy rápido de que no había sido suficiente creer en no casarse para evitar la ruptura. Y con el transcurrir del tiempo comprendí que yo había manifestado en mi vida aquello que yo mismo había rechazado de mi infancia: la ruptura de los matrimonios de los adultos y especialmente la de mis padres. Mi creencia de que yo evitaría que me pasase una ruptura se desvaneció con mucho dolor. Fue una gran lección de amor de la vida con la cual aprendí y aún sigo aprendiendo.

En este camino conocí a mi mentor John F. Demartini, con quien estudié muchos años las leyes y principios que rigen el comportamiento humano, la evolución de la consciencia y el funcionamiento de la mente. Me acredité en su escuela como facilitador de su método y más tarde cambié de profesión para convertirme en coach. Llevo más de diez años facilitando procesos de cambio y ayudando a decenas de personas, a que superen los “conflictos emocionales” que aparecen en sus relaciones, bien sea de pareja u otros tipos de relaciones humanas. Y una de las cosas que más trascendencia ha tenido en mi aprendizaje profesional ha sido comprender que las personas somos presas de nuestra propia ignorancia e ingratitud, más que víctimas de cualquier circunstancia o persona.

Si solo reconociésemos que si está pasándonos algo es porque posiblemente hay algo que necesitamos aprender, es el camino más rápido para encontrar la claridad y dar el siguiente paso. Entonces, querido lector/a, si tus ojos siguen leyendo estas líneas, antes de que iniciemos el viaje echemos una mirada a vista de pájaro la ruta de viaje que vamos a hacer, desde donde tú posiblemente te encuentras al destino que te gustaría alcanzar. El viaje empieza en conocerte a ti mismo/a un poco más. El resultado de esto te traerá un cambio en tu vida y en tu relación. Los cambios en tu exterior saldrán solo si aprendes a cambiar de opinión, perspectiva o punto de vista.

Para hacer el viaje de transformación vamos a dar los siguientes pasos:

Miraremos tu relación de pareja como una escuela de autoconocimiento en donde todo lo que acontece en ella junto con lo que te está pasando ahora es un aprendizaje que necesitas hacer para seguir con tu evolución personal.

Echaremos un vistazo a tus propios condicionamientos, a las fantasías y a tus creencias naturales, sociales y circunstanciales.

Aprenderemos a distinguir entre el Amor y las emociones positivas o negativas.

Descubrirás lo que realmente es importante para ti, lo que te importa de verdad ahora mismo en tu vida, lo que está haciendo que tengas la vida que tienes. (Conocer esto te dará pistas muy valiosas a la pregunta acerca de quién eres tú).

Conoceremos las 3 etapas ineludibles de una relación que nadie te contó y por qué no puedes evitarlas.

Hablaremos de la psicología interior de las relaciones y de las leyes que funcionan en todas las relaciones, lo aceptes o no.

Y, por último, tendrás la oportunidad de aplicar estas leyes y principios de forma práctica en ti, guiado/a por mí.

Mi deseo para ti es que al finalizar la lectura del libro y después de hacer cada uno de los ejercicios incluidos, encuentres la claridad que necesitas para quitarte tus desilusiones y la confianza para dar los siguientes pasos en tu vida en pareja. Te pido tu ayuda y fidelidad a la hora de seguir mis indicaciones en la parte práctica. Si me las das, mantengo mi promesa de que, al finalizar los ejercicios, vas a experimentar una transformación notable en tu vida y en tu relación, posiblemente la misma que me llevó a mí a reconvertirme profesionalmente y a ejercer ahora como coach. ¿Tengo tu permiso entonces de hacer de tu coach y tu mentor mientras leas este libro? Si sigues leyendo, entenderé que has respondido que sí.

Vamos ahora con algunas recomendaciones para que hagas tu equipaje.

Considera estas páginas como un manual para llevar tu estado emocional desde donde te encuentras ahora a un lugar que te gustará, incluso si no lo conoces.

No creas nada de lo que te digo. Mantén tu mente abierta a nuevas ideas, incluso si lo que leas te choca o te molesta y pon a prueba este conocimiento a través de tu intelecto, de tu lógica y de consciente. Este libro no se erige como una verdad absoluta. Ni como maestro de nadie. Tú eres tu propio libro y tu propio maestro.

Duda de todo lo que quieras. Es más, empieza a dudar de que tienes razón.

Si lees algo que te hace pensar “esto ya lo sé” y te pillas diciéndotelo, repite este pensamiento “esto lo he escuchado o leído antes, y ahora voy a aprender algo más de esto que todavía no he aplicado”. Y repítelo cada vez que te ocurra.

Te sugiero que le des una primera ronda de lectura hasta el final y que luego, en una segunda vuelta, hagas los ejercicios que te voy a plantear en cada uno de los módulos prácticos.

Aplicar estos principios a tu vida y probar si los ejercicios te funcionan también a ti es absolutamente tu responsabilidad. Si lees el libro y haces los ejercicios, tú aceptas que el 100% de los resultados se debe a ti. Y eximes a cualquiera, incluido a mí, de la responsabilidad de tus resultados.

Este libro no es solo un libro de relaciones de pareja. Es que, ya verás… No se trata de tu pareja…

Nada más por ahora, querido/a lector. Me siento muy entusiasmado con hacer este viaje contigo. Bienvenido/a a bordo.

Nos vemos dentro.

Óscar Durán Yates

LA RELACIÓN DE PAREJA ES UNA ESCUELA DE CRECIMIENTO PARA DESCUBRIRNOS A NOSOTROS MISMOS

Los tres primeros pasos para aprender en una relación de pareja:

Paso # 1: Ver a tu pareja como un maestro/a y un espejo.

Paso # 2: Gestionar los conflictos y problemas como temas de aprendizaje.

Paso # 3: Empieza a reconocer tu poder personal.

CAPÍTULO 1: LA PAREJA CONSCIENTEMENTE INTERDEPENDIENTE

Las relaciones de pareja son la escuela de autoconocimiento más poderosa para descubrirnos a nosotros mismos. A pesar de lo que comúnmente piensa la mayoría de las personas, los problemas en una relación de pareja no son casi nunca “problemas de la relación”, sino situaciones que se producen en la mente de quien está percibiendo “el problema”. Esta perspectiva de percibir las situaciones que se “experi-viven” en el matrimonio o en una relación nos coloca como artistas co-creadores de nuestros resultados y nos devuelve el poder y la responsabilidad de cambiar lo que no nos gusta.

Tu pareja como maestro/a y espejo.

El aprendizaje en la relación: conflictos y problemas.

El efecto co-creador: responsabilidad y poder personal.

“Te amo, gracias”

¿A dónde apuntas tus palabras cuando las pronuncias?

¿Qué significa te amo?¿Qué significa gracias?

¿A quién amas? y ¿A quién le agradeces?

¿Para qué una escuela?

¿Para qué crecer? ¿Para qué en pareja?

TU PAREJA COMO MAESTRO/A Y ESPEJO

Cuando tú escuchas el término “interdependencia” aplicado a una relación de pareja, ¿qué es lo primero que te viene a la mente? ¿Qué te sugiere si te digo que tu pareja es interdependiente de ti y que tú eres interdependiente de tu pareja? Cuando he tenido la oportunidad de hacer estas preguntas a distintas personas, lo que más me ha sorprendido es que unos asocian la interdependencia a una pareja libre, y otros asocian la palabra interdependiente a sinónimo de relación tóxica. ¿A cuál de los dos grupos asocias tú el término interdependencia?

El fenómeno de la interdependencia en una relación de pareja no es un concepto que yo esté inventando, tampoco es un concepto cerrado a una definición exclusiva, por lo tanto, acordemos un significado para que nos entendamos durante nuestro viaje en el que tendremos la ocasión de presenciar de qué manera la esencia de lo que acontece en todas las relaciones de pareja tiene una única finalidad que apenas ha cambiado con el paso de los siglos, desde la más remota antigüedad hasta nuestros días. Entonces, si la esencia no ha cambiado, ¿para qué puede ser útil tener un modelo que explique las dinámicas más comunes que suceden en las relaciones? En mi opinión, para aprender acerca de la verdad de las relaciones con vistas a ahorrarnos las desilusiones innecesarias que vivimos por falta de educación relacional. También, para tener un nuevo modelo que promueva una visión realista de las relaciones en contraposición a las fantasías que nos cuentan en nombre del amor y de las relaciones de pareja. Y, por último, para entender las relaciones de pareja desde una visión acorde con nuestros tiempos, liberada de lastres del pasado que ni siquiera conocemos.

¿Qué crees que viene antes, primero el matrimonio y luego viene la relación de pareja? o ¿primero es la relación de la pareja y luego viene el matrimonio? Personalmente me inclino a pensar por esta segunda opción que es la que más sintoniza conmigo. ¿Y tú, con cuál te identificas? En cualquiera de los dos casos, el interés principal de las relaciones humanas y de pareja es que no podemos ni crecer, ni evolucionar solos. Seguro que, por eso, la necesidad de juntarnos en pareja viene en el ADN como un mecanismo de perpetuación de la especie humana y también viene escrito el código de que somos seres relacionales. A medida que una sociedad crece y pone normas, las relaciones de las personas incluida la de pareja se ven afectadas por esas normas o moralidad. Pero, si hay algo en común, es que todas las relaciones humanas y de pareja se establecen por intereses de las partes. Hace mucho tiempo el matrimonio era el medio a través del cual se hacia la transferencia de los intereses de las familias, por eso se hacían acuerdos matrimoniales. El bien colectivo se superponía al individual. Daba igual que los contrayentes estuviesen enamorados y se amasen, se les unía y ya tendrían tiempo de enamorarse si eso es que lo querían, lo importante eran otras prioridades. Aún se siguen “acordando matrimonios” pero seguro que, a ti, desde tu lógica actual, no te gustaría que te casasen o te hicieran vivir en pareja con alguien porque a tu comunidad o a tu país le va a interesar, ¿verdad? Sin embargo, cuando decidimos estar en pareja, también existen los intereses de las partes; nadie está en pareja con alguien desinteresadamente, no existe tal cosa. La duración de la relación es proporcional al tiempo en el que tu pareja a ti, y tú a tu pareja, os sigáis intercambiando lo que os interesa a cada uno. Cuando esto deja de funcionar, las partes pierden interés en la relación.

Es normal, ¿no te parece? Entonces, si compartes conmigo esta reflexión, también puede que compartas que en una relación de pareja lo más importante para las dos personas es volverse más conscientes cada una de ellos mismos. Vamos a decir que hacerte más consciente de ti a través de tu pareja, y que tu pareja haga lo mismo, os convierte en una pareja conscientemente interdependiente en donde ambos dos están ocupados de su evolución individual a través del otro. Este modelo de relación conscientemente interdependiente…

Considera a los individuos, sus maestros de sí mismos y del otro.

Contempla a tu pareja como un espejo para ver lo que tienes que amar en ti.

Considera el manejo de las semejanzas y diferencias, el vehículo para hacernos conscientes de nuestra plenitud: luz y sombra.

Reconoce que, para crecer y evolucionar, los seres humanos somos dependientes

Considera que la individualidad es igualmente necesaria e importante como la relación.

Abraza una visión integradora de igualdades

Te propongo entonces que miremos las relaciones de pareja como una escuela de auto crecimiento y evolución personal para descubrirnos a nosotros mismos. Y, en una escuela hay maestros y alumnos, pero en la escuela de la pareja somos maestros, alumnos y espejos al mismo tiempo. Pero, ¡cuidado! ¿Quién es el maestro de quién? Cada uno de sí mismo primero. Somos espejos maestros para mostrarle al otro dónde tiene que aplicarse más y mejor. ¿Y quién es el alumno de quién? Si tú eres tu maestro de ti mismo, tú te conviertes en alumno cuando aprendes algo. A través de esta visión de escuela de crecimiento para descubrirnos a nosotros mismos, no hay un final en el aprendizaje, pero eso no significa que tengas que quedarte en una relación que no te apetezca.

Si no miramos la relación de pareja como una escuela de crecimiento, en muchos momentos, estaremos muy tentados de mirar nuestra relación de pareja como un despropósito, o como un castigo y le echaremos la culpa a nuestra pareja de todo lo que nos pasa porque, tarde o temprano, vamos a sentir tanto dolor, incomodidad y extrañeza en la relación, que no siempre sabremos responder qué nos está pasando ni cómo nos está afectando. En cambio, si miras todo lo que te acontece en la relación como un aprendizaje personal caminas de la mano de la curiosidad, que, según Einstein, es lo único que no podemos perder para aprender. Una relación de pareja es algo parecido a un extractor de la verdad de tu interior. Y hay dos cosas que puedes estar seguro/a que pasarán: la primera es que tu pareja será un/a experto/a profesional en tocar tus fibras más sensibles y, segundo, que descubrirás fibras sensibles que ni siquiera sabías que tenías. Ante estas situaciones hay dos únicas opciones posibles: 1/ te lo tomas todo de forma personal y acumulas resentimiento hasta que explotes, 2/te lo tomas como lecciones y aprendizaje. Ten claro una cosa: tu pareja no siempre te va a dar lo que tú quieres en la relación, pero en cambio te va a dar todo lo que tú necesitas para llevar tu relación contigo y tu relación con la vida al siguiente nivel. Querido lector/a, tú eres un misterio y tu matrimonio o relación de pareja te ayudarán a conocer partes de ese misterio que eres tú, tanto como tú lo permitas.

EL APRENDIZAJE EN LA RELACIÓN: CONFLICTOS Y PROBLEMAS

Pongámoslo sencillo. Creo que si estás leyendo este libro es porque te habrás dado cuenta de que en una relación también existe eso que llamamos problemas o conflictos, pero, ¿qué es un problema en una relación? ¿Y qué es un conflicto en una relación? Cuando hablamos de conflicto en una relación se debe a que estás viendo determinadas circunstancias desde una ventana que has elegido, y si persistes en querer seguir viendo las circunstancias y resultados desde la misma perspectiva nada va a cambiar. Y si esto mismo lo está haciendo tu pareja, ¡válgame Dios!, ¿para qué queríamos más? El conflicto está servido. Para disolver el conflicto también necesitas despojarte de tus buenas razones porque, muy probablemente, son tus razones las que te están impidiendo ver otras cosas que si las vieras el conflicto desaparecería.

La causa principal de los conflictos en las relaciones de pareja es el orgullo. El orgullo es un escudo para proteger tu vulnerabilidad y una forma sutil de decir que no te sientes reconocido ni valorado. La falta de reconocimiento mutuo y la falta de mutua valorización son espadas afiladas que luchan pidiendo justicia para sí, reconocimiento por haberte “portado bien”. El resentimiento causado por la desilusión se esconde detrás del orgullo. Revisa estas premisas y verás que no hay conflicto que no esté teñido del orgullo o del resentimiento. Dos no pelean si uno no quiere, me decía mi abuelita.

Y otra de las causas principales de los conflictos en las relaciones de pareja es la forma en la que nos comunicamos y las expectativas que ponemos en que nuestra pareja nos tiene que entender simplemente porque somos su pareja, o que nos tiene que escuchar exactamente por lo mismo, o que nos tiene que prestar atención prioritaria también porque somos su santa pareja. En la realidad esto no funciona así. Hay unos elementos invisibles en la comunicación que son cruciales y se llama la escala de valores de tu pareja y tu propia escala de valores. Si tú quieres que tu pareja te escuche lo que quieres decirle, y que sea receptivo/a a tu mensaje, y que se implique en una conversación, tienes que hablarle y comunicarte en sus valores, no solo pensando en lo que a ti te importa. La comunicación más efectiva se produce cuando desarrollas la habilidad de comunicar lo que es importante para ti desde la perspectiva de lo que es importante para tu pareja. Esto hace que la comunicación sea afectuosa. Sin embargo, es mucho más común ver como las parejas se frustran al no conseguir tener la comunicación que les gustaría con su pareja y se debe simplemente porque no conocen ni consideran los valores de su pareja y por lo tanto se comunican de forma descuidada. También es común ver exactamente el extremo opuesto, personas que se comunican extremadamente cuidadosas, como si evitasen disgustar o incomodar a su pareja, como si pusiesen a su pareja en un pedestal y sacrificaran sus propios valores en pos de lo que es importante para su pareja. Estos dos tipos de comunicación, descuidada o cuidadosa, matan el vínculo de la relación y sin vínculo solo queda el resentimiento y nuevamente la sensación de falta de valoración.

No hay ningún conflicto que no pueda ser elevado a la categoría de problema y ningún problema que no se pueda resolver. Y, como decía Einstein, la solución a cualquier problema no la vas a encontrar en el mismo nivel que el problema, sino que la encontrarás en un nivel superior al problema. Y esto es exactamente lo que significa cambiar la perspectiva desde donde observas las circunstancias que se convierten en problema para ti. Un problema es simplemente una cuestión que se tiene que tratar de aclarar.

En las matemáticas existen dos tipos de problemas, los que se llaman problemas indeterminados que son aquellos que pueden tener un número indefinido de soluciones y los problemas determinados que son los que solo pueden tener una única solución. En las relaciones de pareja tienes los dos tipos de problemas, pero el que el problema sea del tipo indeterminado o determinado no depende de las circunstancias que describen el problema, sino va a depender exclusivamente de la perspectiva desde la que vas a elegir ver las circunstancias que llamas problema. Esto va a marcar toda la diferencia y va a condicionar el que encuentres una o muchas soluciones para cada circunstancia. Dependerá de lo que tú vas a elegir. ¿Y de dónde conseguirás la capacidad de elección? Dependerá de la apertura de tu mente y de tu flexibilidad para cambiar tu perspectiva.

Te sugiero que empieces a ver eso que llamas problema como la ausencia de algo que quieres o la presencia de algo que no quieres. Ausencia o presencia de algo o alguien, que te está incomodando. En ambos casos, si miras detenidamente, vas a ver beneficios y perjuicios de la ausencia de lo que echas en falta y beneficios y perjuicios de la presencia de lo que no deseas en tu vida. Ver el perjuicio de algo positivo y ver el beneficio de algo negativo te devuelve a tu centro, a tu equilibrio interior. Te voy a dar más adelante algunas herramientas para que puedas descubrir el equilibrio que no puedes percibir ahora en tu relación y en tu vida, y vas a aprender a mirar desde una nueva ventana ciertas situaciones comunes de la relación. Si utilizas las herramientas como te enseñaré, desarrollarás la habilidad de convertir eso que llamas problema en tu relación en una oportunidad, primero de aprender algo valioso, y luego en oportunidades de cualquier tipo.

Para que tengas éxito en esta labor también te voy a sugerir que consideres la posibilidad de que los problemas que percibes en tu relación de pareja no son casi nunca problemas de tu relación, sino circunstancias que tú estás proyectando de dentro hacia fuera, desde ti hacia el exterior. Si percibes un problema fuera, busca de qué manera esa situación o “problema” lo tienes dentro y, como no lo puedes ver dentro, se ha manifestado fuera, a través de la relación. Es decir, el problema está primero en tu mente, y lo ves materializado en la relación porque estás eligiendo ver tu mundo desde una ventana concreta. Para desarrollar esta habilidad necesitarás aprender a cambiar tu perspectiva, es decir cambiar de ventana desde donde evalúas y miras tu realidad. Estas herramientas son preguntas que tendrás que hacerte y conceptos que tendrás que aplicar, muchos de los cuales son conceptos muy lógicos y preguntas muy sencillas pero que, a veces, no son muy evidentes a primera vista.

EL EFECTO CO-CREADOR: RESPONSABILIDAD Y PODER

Ahora, vamos a ampliar un poco el significado de la interdependencia en una relación. Y para ello me gustaría que reflexiones: ¿Estás de acuerdo conmigo que los resultados en tu relación son la consecuencia directa de hacer lo que estás haciendo o la consecuencia directa de no hacer algo que deberías de estar haciendo en tu relación? ¿Estás de acuerdo conmigo que los resultados en tu relación también se ven afectados por lo que tu pareja está haciendo o no está haciendo por y para la relación? Si estás de acuerdo conmigo en estos dos planteamientos, vemos que los resultados que tienes en tu relación se deben a ti y a tu pareja. Pues esto es lo que se llama el efecto co-creador en tu relación, tú y tu pareja estáis creando conjuntamente lo que vivís. La co-creación es un aspecto más de la interdependencia.

Ahora, ¿es la co-creación una cualidad que se aprende en una relación o es algo innato en las relaciones? Yo considero que las dos, por un lado, es algo innato en las relaciones y por otro lado se puede aprender a co-crear más conscientemente con tu pareja. Existe una interdependencia invisible en ti con respecto a otras personas dado que tú no te vas a enamorar de cualquier persona, tú estás solo disponible para un perfil de persona y un tipo relación, es decir, estás “internamente dependiente” a esos perfiles de personas por las que sentirás atracción y vulnerabilidad. Y la persona que vas a conocer cumple el mismo requisito de interdependencia invisible a un perfil de persona entre las cuales estarás tú. Y existe otro componente de la interdependencia al que sabiamente puedes hacerte consciente en el marco de la relación que tiene que ver con despertar en ti, al observador que habita tu cuerpo. Hablaremos de esto más adelante. Lo más esencial que podemos decir de la interdependencia en una relación, a mi entender, es que pretende ser un modelo en el que desarrollaremos la habilidad de hacernos responsables de que todo lo que acontece en nuestra relación ha sido creado al 50 por ciento por nosotros. Esta perspectiva llevada a todos los niveles devuelve el poder de cambio a cada individuo, y el poder de cambiar en definitiva es lo más valioso que tenemos las personas porque es nuestro poder interior, incluso si no somos conscientes de ese poder.

Tomar consciencia de que tú estás creando cada situación en tu relación, incluso situaciones extremas o dolores que no te gustan, es ayudarte a que te quites el traje de víctima o de verdugo, que son simplemente evaluaciones parciales de lo que de verdad ocurre en una relación. Muchísimas veces vivimos de espaldas a lo que nos ocurre y de espaldas a quien somos de verdad; esa inconsciencia nos cuesta muy caro en la vida. Detrás de la etiqueta que le pones a alguien cuando le llamas “víctima” se esconde un “verdugo inconsciente” y detrás de lo que percibes que es un “verdugo” hay una “víctima inconsciente”. ¿Para qué se juntan una víctima y un verdugo? Quizás para que despierten y aprendan a abrazarse a sí mismos primero. Recuerda lo que Gandhi decía, “cuando señalas con el dedo índice a alguien, observa que hay tres dedos de tu mano que te señalan a ti”. Es paradójico, ¿no? Pero cuán cierto si sabes ver en ti que lo que ves fuera es solo tu reflejo interior. Para lograrlo exitosamente es muy conveniente convertir las ventanas en espejos.

Desde la perspectiva de la interdependencia, las situaciones que pasan en la relación y lo que nuestra pareja hace o no hace son espejos limpios donde podemos ver lo que pasa en nuestro interior, lo que hacemos a otros sin darnos cuenta y, mejor aún, el reflejo de lo que nos hacemos a nosotros mismos que nos puede estar causando un daño terrible y no nos estamos dando cuenta. Aprender a mirar desde la perspectiva de la interdependencia es aprender a dejar de tomarte lo que ocurre en tu relación como algo personal. Sí, ya sé que es menos fácil domar al ego, pero si una visión del amor completa quieres explorar, tu ego no es la ventana que te la va a mostrar. Y menos tu razón, que lo único que hará será cerrar tu corazón. En una relación de pareja interdependiente la causa y el efecto eres tú porque tú eres quien percibe y decide el significado de lo que es. Tú eliges, de entre las opciones que percibes disponibles ante ti, la forma de reaccionar. ¿Crees que cada vez que reacciones estás viendo todas las opciones que tienes disponibles?

Cada elección tomada en el pasado te ha traído al presente que tienes y cada decisión que estás tomando ahora, incluso la de leer estas páginas, está construyendo tu futuro. Muy a menudo vivimos nuestra vida en bucle, es decir, que de forma automática estamos tomando las mismas decisiones, estamos haciendo las mismas elecciones y nos estamos dando de bruces contra los mismos muros que hemos levantado en nuestro interior. Si tú te haces responsable de haber construido esos muros, tú recuperas la capacidad de transformarlos en caminos diáfanos que van directos al amor incondicional que habita en ti. Si tú dejas de buscar culpables, verdugos y enemigos a tu alrededor y miras el rostro de tu alma en el espejo de tu pareja, verás que todo pasó como tenía que pasar, que todos somos personajes protagonistas de la gran obra de teatro que tiene lugar en la tierra, te das cuenta de que todos somos los autores que escribimos el libreto de lo que acontece, y todos lo hicimos como mejor supimos. La tierra es una nave cósmica en la que viajamos juntos al mismo destino: descubrir qué es verdaderamente el amor y encontrar el lugar donde habita para beber de sus fuentes de conocimiento. Quizás la interdependencia está para que en vez de decirnos “fuiste tú” digamos “fuimos nosotros”, para que en vez de señalarnos con un dedo abramos las manos y los brazos para que en lugar de recriminarle a nuestra pareja por lo que no fue, aprendamos a mirarnos en el espejo de su alma y veamos las vigas que tenemos en nuestros propios ojos. Y así, solo así podremos decir “Gracias, te amo”.

¿Te gustaría escuchar esto de tu pareja? Si te gustaría escucharlo, ¿qué tal si empezaras a dar lo que te gustaría recibir? La perspectiva de la interdependencia a mi modo de ver eleva a cada persona de la relación a su propia espiritualidad, ayuda a que cada uno encuentre ese lugar inexplicable desde el cual tú puedes expresarte con toda certeza y puedes permitirte ser tú mismo porque estás conectado con tu poder y tu confianza honrando el maravilloso trabajo que tu pareja hace para ti en ese autodescubrimiento personal.

¿Qué más le dirías a tu pareja después de decirle “Te amo, gracias”?

¿Te quedarías bien si solo escucharas su silencio como respuesta?

¿Y por qué?

¿Qué quieres decir exactamente con eso?

¿Y podrías explicarlo de otra forma y usando otras palabras?

¿Y tú qué le dirías si escucharas de tu pareja “Te amo, gracias”?

¿Qué quieres decir exactamente con eso?

¿Podrías explicarlo de otra forma y usando otras palabras?

¿Para qué le dirías o harías eso?

¿Y por qué es importante para ti decirle o hacer eso?

¿Y para qué?

¿Y por qué eso que dices, es tan importante para ti?

¿Y esto que dices, por qué es importante?

Entiendo, ¿y por qué es importante esto que has dicho?

¿Y eso también le gustaría a tu pareja si lo supiese?

¿Cómo estás tan seguro/a de eso?¿Y si no fuera así también le dirías “Te amo, gracias”?

¿Estás seguro/a?

¿Y le podrías decir “Te amo, gracias” pase lo que pase,

incluso si lo que pasa no te gusta nada de nada?

¿Por qué?

¿Por qué dices eso exactamente?

Y si lo que dices no fuese solo como a ti te parece

¿estarías dispuesto/a a ver otro punto de vista?

¿Para qué vas a leer estas páginas?

¿Sabes un poco más en concreto lo que estás buscando?

Si supieses que lo vas a encontrar aquí, ¿cómo reconoceríasque lo has encontrado?

¿Y qué más es lo que te gustaría encontrar en estas páginas?

Y si para encontrar eso que dices que quieres encontrar tuvieses

que cambiar tu forma de pensar, ¿seguirías queriendo encontrarlo?

¿Estás seguro/a?

¿Eres de los que gustan de “buenas respuestas” o

de los que prefieren las preguntas?

¿Te estás aburriendo con tantas preguntas o te estimula responderlas?

¿Por qué crees que te ocurre eso?

LO QUE HAS APRENDIDO EN ESTE CAPÍTULO ES…

La esencia de lo que acontece en todas las relaciones de pareja tiene una única finalidad que apenas ha cambiado con el paso de los siglos, desde la más remota antigüedad hasta nuestros días.

Necesitamos saber cómo funcionan las relaciones de pareja de verdad con vistas a ahorrarnos las desilusiones innecesarias que vivimos en las relaciones de pareja por falta de educación relacional.

Miremos las relaciones de pareja como una escuela de crecimiento y evolución personal para descubrirnos a nosotros mismos.

El modelo de relación conscientemente interdependiente considera a las personas maestros de sí mismos y del otro; y contempla a tu pareja como un espejo para ver claramente lo que tienes que amar en ti.

El conflicto en una relación es el resultado de la perspectiva con la que ves ciertas circunstancias. Si persistes en querer seguir viendo esas circunstancias desde esa misma perspectiva, nada va a cambiar.

La causa principal de los conflictos en las relaciones de pareja es el orgullo. El resentimiento causado por la desilusión se esconde detrás del orgullo.

En las relaciones, que el problema sea del tipo indeterminado o determinado no depende de las circunstancias que describen el problema, sino va a depender exclusivamente de la perspectiva desde la que vas a elegir ver las circunstancias que llamas problema.

Existe una interdependencia invisible desde el instante en que tú estás disponible para una relación dado que tú no te vas a enamorar de cualquier persona.

En una relación de pareja interdependiente la causa y el efecto eres tú porque tú eres quien percibe y decide el significado de lo que es.

¿Listo/a para el siguiente capítulo…?