Atacama - José Minola - E-Book

Atacama E-Book

José Minola

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Atacama: cultura ancestral andina es una visión panorámica de la evolución del hombre atacameño y sus creaciones materiales y espirituales. En este trabajo, el autor José Minola, logra recopilar y desarrollar, de una manera precisa y exhaustiva, los principales sucesos de cada milenio. Página a página, nos empapamos de la cultura Lican Antai y de su relación armoniosa con la naturaleza. Esta sociedad horizontal, con profundas raíces en la Madre Tierra, nos deja como legado atemporal una filosofía del desarrollo sustentable, un concepto que implementaron milenios antes de que se inventara la palabra «ecología». Quizás nunca antes haya sido tan necesario aprender de nuestros ancestros. El cambio climático nos demuestra, año tras año, que somos los peores enemigos de nuestro propio planeta. Pero todavía nos queda una oportunidad y debemos aprovecharla. Nos queda poco tiempo; el conocimiento de la evolución del ser humano y su relación con el contexto se vuelve perentorio para aprender a cuidar nuestro hogar común.

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Atacama

Atacama

Cultura ancestral andina

José MinolaCoautorJuan Minola

Minola, José

Atacama : cultura ancestral andina / José Minola ; Juan Minola. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tercero en Discordia, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga

ISBN 978-631-6540-86-7

1. Fauna Argentina. 2. Argentina. 3. Migración. I. Minola, Juan. II. Título.

CDD 306.0982

© Tercero en discordia

Directora editorial: Ana Laura Gallardo

Coordinadora editorial: Ana Verónica Salas

www.editorialted.com

@editorialted

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.

ISBN 978-631-6540-86-7

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Impreso en Argentina.

Vicuña de porte triunfal y de elegante caminar,

tus dulces ojos serenos pasean por la soledad,

lugar de melancolías y de inmensidad,

cordilleras y volcanes centinelas de la Puna,

tolares, salares y nieves, donde el alba

tiñe de rosa el paisaje lunar.

Atacama, abrupta e indomable, paisaje lunar silencioso.

Páramo de soledades níveas, cuna de los licanantai.

Dedicado a Mona, esposa, madre y abuela.

A nuestros hijos, Ángeles, María, Belén y Juan,

y a Olivia y a los otros nueve.

Ellos son el futuro.

Índice

Secuencia cultural andina

Poblamiento de América (20.000 AP – 16.000 AP)

Ocupación acerámica (16.000 AP – 12.000 AP)

Neolítico poblacional (12.000 AP – 8000 AP)

Protosedentarismo (8000 AP – 4000 AP)

Agropastoralismo (4000 AP – 2000 AP)

Red Caravanera (2000 AP – 1000 AP)

El Imperio inca y la Conquista (1300 d.C. – 1500 d.C.)

A modo de introducción

Capítulo 1

La Tierra y el hombre

La Revolución neolítica

Centros de origen y de domesticación

Domesticación de los camélidos americanos

Capítulo 2

Epopeya atacameña

El arte textil andino

El arte rupestre

Capítulo 3

El Rey Maíz y la Reina Papa. Legados universales

Capítulo 4

Los caravaneros del Altiplano

Tiahuanaco

La aculturación de América Latina

Epílogo

Glosario

Lingüística kunza para describir la toponimia y fauna andina

Agradecimientos

Sobre los autores

José Minola

Juan Minola

Bibliografía de referencia para profundizar conocimientos

Secuencia cultural andina

Poblamiento de América (20.000 AP – 16.000 AP)

Ingresa la megafauna glaciar al continente sin humanos a través de Beringia. Las familias de sapiens siberianos cazan la fauna paleolítica con sus armas y con sus ropas de pieles, y tienen dominio del fuego. Ocupan espacios en el continente con un genoma común y con una gran capacidad adaptativa en tiendas de cuero y de fieltro semisubterráneas. Se extinguen los grandes mamíferos terrestres, lo que obliga a los cazadores a cazar presas más pequeñas y a incrementar la recolección.

Ocupación acerámica (16.000 AP – 12.000 AP)

Se desarrolla una vida de supervivencia, sin patrones establecidos. Se establecen campamentos ocasionales de caza y de recolección en los oasis de los valles costeros, a fin de seguir a tropillas de guanacos. Se da la caza de lobos, la pesca y la recolección de crustáceos en el área marítima. El desplazamiento itinerante es una estrategia de subsistencia grupal. Hay talleres de artesanías líticas de puntas de flecha, lanzas, hachas y cuchillos. El chamanismo se difunde como medio de comunicación animista. Se manifiesta el arte rupestre con representaciones semasiográficas en cuevas y en cavernas.

Neolítico poblacional (12.000 AP – 8000 AP)

Se desplazan grupos familiares (bandas), y ocupan áreas con capacidad de sustentación dentro de los oasis del Altiplano y de la Puna, en campamentos ocasionales. Se utilizan morteros y machacadores en la molienda de frutos de algarrobo y de chañar. Se domestican la papa, la quinoa, y otros tubérculos. Se manifiesta el arte rupestre bioformo, con camélidos silvestres y con escenas de caza. Se dan escenarios cúlticos y ceremoniales comunitarios, dedicados a los espíritus tutelares.

Protosedentarismo (8000 AP – 4000 AP)

Hay comunidades pastoriles con rebaños cautivos de llamas alrededor de centros nucleares en el Salar de Atacama. Se practica la horticultura de riego en asentamientos familiares, sobre la base de obras agrohidráulicas. Está presente, además, la alfarería mono- y policromática lisa o con dibujos pintados de animales sagrados. Se realiza el caravaneo exploratorio regional, para intercambiar alimentos y artesanías. Se manifiesta el arte rupestre con representaciones de camélidos silvestres y domésticos.

Agropastoralismo (4000 AP – 2000 AP)

Se da una secuencia ocupacional en recintos ecoantrópicos, en una horticultura maicera con acumulación de excedentes en las cuencas del Salar y del río Loa. Las viviendas son circulares; están construidas con materiales disponibles en el emplazamiento: adobe, pajas, cañas y piedras. Se intercambian bienes y productos mediante el caravaneo colonizador panregional. Se expande la metalurgia del cobre y del bronce. Se fabrica cerámica de uso doméstico y ritual, sencilla, en comparación con la de Tiahuanaco, Mochica y Nazca. Se usan morteros para moler granos de maíz. La orfebrería se expande como artesanía ornamental en oro, plata, cobre y piedras.

Red Caravanera (2000 AP – 1000 AP)

Se integran recursos entre comunidades interconectadas en una red de circuitos redistributivos entre enclaves multiétnicos panandinos. Se practica la navegación costera y oceánica con balsas a vela hasta la Polinesia. Se utiliza el quipo como auxiliar nemotécnico para registros de contabilidad. Se desintegra la cultura de Tiahuanaco, y nace el Estado inca.

El Imperio inca y la Conquista (1300 d.C. – 1500 d.C.)

Pachacútec Inca Yupanqui (noveno inca) conquista e incorpora el territorio de Atacama como parte del Collasuyo por su riqueza minera y lo delega a su hijo Tupac Yupanqui, el Alejandro Magno americano. Francisco Pizarro conquista el Imperio inca, y somete a millones de andinos.

Diego de Almagro llega a Copiapó y se enfrenta con los diaguitas. Pedro de Valdivia emprende la conquista de Chile junto a Inés Suárez, atravesando Atacama, llamada “El Despoblado”, y funda Santiago del Nuevo Extremo en 1541.

A modo de introducción

Puna de silencios y soledades, montañas, volcanes y salares,

cuna de pueblos andinos, presencia de dioses tutelares.

El Nuevo Mundo no estaba localizado en el planeta: era una enorme masa de tierra rodeada de océanos, poblada de plantas y de pocos animales, que mantenían su telúrica virginidad en uno de los más complejos y apasionantes saltos evolutivos que Dios reservó como última expresión antropológica sobre la Tierra.

Las familias nucleares siberianas que ingresaron al continente dejando su tierra natal en la última etapa de la Edad de Hielo realizaron la hazaña de caminar desde Alaska hasta el Estrecho de Magallanes, en el plazo de cuatro milenios. El viaje iniciado en Beringia llegaba a su fin en una tierra sin nombre y sin dioses, que ningún humano había pisado y, de este modo, quedó integrada a la humanidad en un acontecimiento fundacional en la historia universal.

Los descendientes de estos grupos se arraigaron en cada hábitat, lo cual dio origen a los pueblos autóctonos, que se adaptaron a una sorprendente biodiversidad de climas y de ecosistemas. Así, se generó un gran laboratorio de experimentación humana en el espacio-tiempo de su época. En el corazón de Atacama, tuvo lugar una historia protagonizada por un pueblo que se autodenominó “Gente de esta Tierra”, génesis de una cultura fundacional con profundo sentido de identidad. Una historia que sobrevivió en la saga de una estirpe sobria y despojada, que aprendió a encauzar su vida, pasando desde la Edad de Piedra hasta la Revolución Agrícola, e inició la producción de alimentos en una sociedad libre e igualitaria, donde todo se compartía.

Nunca construyeron estructuras megalíticas ni centros ceremoniales; no sacrificaron niños para aplacar la ira de los dioses, ni intentaron someter a otros pueblos, sino que, por el contrario, se relacionaron mediante el caravaneo, símbolo de su identidad. Configuraron una especie de Homo atacamensis de etnicidad continental. No dejaron pirámides, pero domesticaron la llama y la papa, fundamentales para las grandes culturas andinas, y encontraron su futuro mirando las estrellas.

Capítulo 1

La Tierra y el hombre

Huidizo guanaco color canela que recorres pampas secas,

camello de vida salvaje de altivo porte y nobleza.

América fue poblada al final de la última era glaciar hace veinte mil años en el último recorrido humano sobre la Tierra, caminando de un continente a otro. La apertura del Nuevo Continente a la población humana originó una enorme posibilidad antropológica en un territorio inexplorado que había conservado su telúrica virginidad, mientras que el resto del mundo se mantenía comunicado entre sí.