Ayahuasca, la realidad detrás de la realidad - Josep María Fericgla - E-Book

Ayahuasca, la realidad detrás de la realidad E-Book

Josep Maria Fericgla

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Beschreibung

En numerosos pueblos indígenas de la Amazonía, la ayahuasca forma parte de sus tradiciones desde tiempos inmemoriales, incrustada en el arte, la medicina o la espiritualidad. Desde finales del siglo xx su difusión no cesa de crecer en Occidente. Aunque sus efectos son muy complejos de describir, eso es algo que este libro consigue a la perfección, en un estilo tan asequible como científicamente riguroso. En Ayahuasca, la realidad detrás de la realidad, uno de los más reconocidos expertos a nivel internacional responde con claridad, rigor y espíritu divulgativo a los grandes interrogantes que el tema suscita: ¿Qué espacio ocupa la ayahuasca en Occidente? ¿Cómo actúa sobre nuestras psiques? ¿Qué usos tiene en el mundo indígena, en las nuevas religiones surgidas en la primera mitad del siglo xx, o en lo que el autor denomina la «Tercera Vía» de consumo en Occidente? ¿Cómo puede usarse en psicoterapia? ¿Qué virtudes y qué peligros encierra su consumo? ¿Qué percepciones abre durante los estados expandidos de consciencia? ¿Qué espiritualidad promueve?

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Josep Mª Fericgla

Ayahuasca, la realidad detrás de la realidad

Sus usos en psicoterapia y en el cultivo del mundo interior

Prólogo de Jonathan Ott

© 2017 Josep Mª Fericgla

© de la edición en castellano:

2018 Editorial Kairós, S.A.

www.editorialkairos.com

Composición: Pablo Barrio

Diseño cubierta: Katrien Van Steen

Primera edición en papel: Enero 2018

Primera edición en digital: Junio 2022

ISBN papel: 978-84-9988-619-0

ISBN epub: 978-84-1121-076-8

ISBN kindle: 978-84-1121-077-5

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

Dedicado a Jonathan Ott, eminente etnobotánico en lo público y querido amigo en lo privado, del que tanto he recibido en ambas áreas y al que tanto deben las actuales investigaciones sobre la ayahuasca y los sinceros buscadores de lo numinoso.

Él dice de mí que le hago de padre. En cambio, yo lo siento como mi hermano mayor que se burla de mí.

Sumario

IntroducciónPrólogoParte I. La ayahuasca en Occidente Una escotilla a la experiencia de lo sagrado1. Los efectos de la ayahuasca explicados a personas que nunca han tomado2. Ayahuasca, cultivo del mundo interno y la peligrosa simplificación de don Quijote de la Mancha3. Ayahuasca, psicointegrador del pasado y del futuro4. Dos tradiciones culturales y la vía occidental para tomar ayahuasca5. El riesgo de tomar ayahuasca con las personas no adecuadas6. Aclarando una mala experiencia con la mixtura7. Noche chamánica y el fecundo y poético no hacerParte II. Ayahuasca y psicoterapia Investigaciones, resultados, formas de uso y… ¡a por ello!8. Ayahuasca y neurología humana9. Uso de la ayahuasca en psicoterapia10. Acción y estilos de la decocción11. Cómo proceder12. Aplicación terapéuticaAddendaEfectos evaluados con la prueba R.S. HartmanCaracterísticas de una exaces para acoger una sesión de ayahuascaFactores subjetivos del efecto de la ayahuasca en un contexto terapéuticoBibliografía citadaAgradecimientos

Intervención del Dr. Josep Mª Fericgla en el concurrido I Congreso Mundial sobre Ayahuasca, celebrado en Eivissa (Ibiza), septiembre de 2014.

Introducción

El libro que el lector acaba de abrir y está leyendo en sus primeras líneas es el resultado de más de dos décadas de experiencia, observación y reflexión desapasionada.

El texto está compuesto por dos partes relativamente independientes. La primera mitad del libro –Parte I– está constituida por una recopilación de conferencias y artículos recientes referidos a la situación de la ayahuasca en Occidente. En cierto sentido, puede dar la impresión de que hay una ligera desconexión entre los capítulos de esta primera parte, y es porque he decidido incluir los textos originales de las conferencias sin cambios. En realidad, se trata de textos de contenido complementario entre ellos. En cambio, la segunda mitad del libro –Parte II– ha sido redactada íntegramente para este volumen y describe la aplicación y formas de uso de la ayahuasca en psicoterapia y en el cultivo del mundo interno.

Mi camino con la decocción es largo, amable, variado y creo que hasta profundo. Como mínimo, consumo unas 10 o 12 veces anuales desde hace más de 20 años y he tenido la impagable fortuna de poder acercarme al uso de la mixtura que nos puede abrir las puertas a lo numinoso de la mano de chamanes amazónicos que nunca antes habían tenido contacto regular con el mundo occidental, por tanto, fieles representantes de sus tradiciones ancestrales aún vivas. He tenido y agradecido la repetida experiencia espiritual de tomar la mixtura amazónica con los amigos daimistas de la mano de su líder, el Padrinho Alfredo de Melo. He podido comprobar las variadas mixturas cocinadas por grupos indígenas alejados unos de otros, y preparadas con diversos y diferentes ingredientes vegetales. Y con los años he desarrollado una manera propiamente occidental de buscar la experiencia del Ser impulsada por la ayahuasca.

Este es el tema de la presente obra.

Si no me equivoco y al margen de capítulos aislados y artículos, creo que este es el cuarto libro que escribo sobre la ayahuasca (El món shuar contemporani, 1994; Los jíbaros, cazadores de sueños, 1994, revisado en 2016; y Al trasluz de la ayahuasca, 1997) e intuyo que será el último, ya que con el presente texto probablemente haya dicho todo lo que tenía que explicar de interés sobre este tema. El primer libro que escribí, publicado por el Museu d’Etnografia de Barcelona, es un texto de etnopsicología teórica, resultado de una investigación de campo en la Amazonía. El segundo, traducido a varios idiomas, es un fragmento de mi diario de campo del tiempo que viví en la Amazonía ecuatoriana; es una visión narrada del efecto de la ayahuasca en mí y de mi proceso iniciático en el chamanismo shuar. El tercer libro, de antropología cognitiva, fue el compendio de varios estudios teóricos. Finalmente aparece el actual volumen, en el que centro la atención en el papel que está desempeñando la mixtura en el Occidente actual y, muy en especial, en su excepcional aplicación en psicoterapia y en espiritualidad práctica. Sinceramente, a la vista de la falta de respeto que observo a menudo, de la ausencia de conocimientos aplicados en muchas sesiones de ayahuasca y de la manera en que se está expandiendo, debido a la acuciante necesidad de la experiencia trascendente en Occidente, creo que este es un libro necesario.

La ayahuasca no es el maná bíblico, ni la panacea milagrosa que lo resuelve todo, pero sí es una puerta que, bien usada, puede ayudarnos a salir de la actual situación mundial en la que solo se prima la materia –el dinero– y la distracción permanente, en la que la falta de sentido trascendente de la vida provoca una situación de neurosis global y en la que la carencia de lugares y experiencias de lo numinoso nos arroja a un basurero existencial sin precedentes en épocas de (aparente) paz social. Cada año, en el mundo hay más soledad y más muertes por suicidio, como consecuencia directa de la violencia humana, incluyendo las guerras. Queda todo dicho.

Puedo afirmar sin pedantería que la decocción amazónica me ha servido para tomar decisiones importantes, para reencontrar el sentido de mi vida y para hacerme responsable y consciente de ella. Me ha ayudado a sanar razonablemente la neurosis y a descubrir que la realidad humana está constituida por relaciones arbitrariamente establecidas. Por tanto, con el esfuerzo adecuado puedo cambiar mis automatismos y ser algo más libre y consciente. La experiencia del Ser cuya ventana abre la ayahuasca me enseñó a estar solo y bien, por lo que ahora puedo estar con otros sin depender de ellos; y me enseñó con claridad terrorífica que en la vida vale casi todo menos el «quejumbreo» estéril del pobrecito de mí, pobrecito de mí… La vida nos pide que nos agarremos a ella con fuerza a fin de sacar el máximo de provecho para nosotros mismos y para el universo.

Espero y deseo que este libro sea útil a los psicoterapeutas valientes que utilizan la mixtura consigo mismos y en sus consultas, o que tienen intención de hacerlo; que sea útil a las personas que sin ser terapeutas usan la decocción para iluminar sus sombras y hermanarse con el resto de humanos conscientes de su propio ser. Y finalmente, este libro va dirigido a todas las personas interesadas en el tema, sean o no especialistas.

Parte ILa ayahuasca en OccidenteUna escotilla a la experiencia de lo sagrado

1. Los efectos de la ayahuasca explicados a personas que nunca han tomado1

No puedo deciros lo que soy, más allá de un rayo de sol.

Lo que soy, lo soy, y no lo digo.

Ser es la mejor forma de explicarse.

HENRY DAVID THOREAUDiarios, 26 de febrero de 1841.

I

¿Qué efecto tiene la ayahuasca? ¿Qué produce? ¿Cómo son las visiones de la ayahuasca? ¿Es cierto que hace vomitar? Estas preguntas son frecuentes entre las personas que nunca han tenido la experiencia de tomar ayahuasca y sienten interés. La respuesta no es fácil ni simple. Probablemente, es imposible explicarlo con total precisión ya que el efecto de esta mixtura milenaria está más allá del sentido de las palabras.

¿Cómo se puede explicar lo que se siente estando enamorado a alguien que nunca lo ha experimentado? ¿Cómo se puede describir el color azul marino a un invidente de nacimiento, o el sonido recogido de un oboe a un sordo que nunca haya oído? Invito al lector a que intente describirlo antes de seguir leyendo, es probable que comprenda la dificultad de presentar el efecto de la ayahuasca a quien nunca haya experimentado algo tan inefable. «¿Tan diferente es a todo lo habitual?», puede preguntarse alguien. No, no lo es, al contrario. Es paradójico de entrada, pero el efecto de la ayahuasca resulta profundamente familiar y conocido. Es algo tan natural como las visiones oníricas. En realidad, las visiones de la ayahuasca son de la misma calidad que el mundo de los sueños y, al igual que con los sueños, si la persona que está arrobada por las visiones de ayahuasca abre los ojos, aterriza al instante en la realidad material que la envuelve.

Así pues, podemos decir –provisionalmente– que la ayahuasca es una substancia visionaria. Sí, suele provocar visiones aunque no a todo el mundo y, de todas formas, es visionaria, no alucinógena. No hay que comparar el efecto de la ayahuasca con el de las substancias psicoactivas de uso lúdico: las personas comparamos lo nuevo con lo ya conocido aunque no esté relacionado (y esta, atención, es la gran fuente de errores de la humanidad). El mundo visionario de gran intensidad emocional y conexión espiritual al que conduce la ayahuasca está lejos del efecto del éxtasis o MDMA, del LSD, de la marihuana y mucho más lejos del efecto de la cocaína, la heroína, el speed, el alcohol y el resto de psicótropos de uso recreativo. Dicho esto, abramos ahora un intento de descripción.

¿Qué es la ayahuasca? En pocas palabras, es una mixtura vegetal que probablemente se usa desde hace milenios entre los pueblos indígenas de la Amazonía venezolana, colombiana, ecuatoriana, peruana, boliviana y brasileña para ver y para tener más ganas de vivir. Es visionaria y no lo es a la vez, depende de la persona, de su estado emocional y de su disposición previa hacia la percepción grandiosa que abre la ayahuasca. Sabemos que la ayahuasca activa un rinconcito de nuestro cerebro donde se almacena la memoria emocional. También sabemos que activa otro rinconcito del sistema nervioso central desde donde se toman las decisiones, actuando de enlace entre diversas funciones cerebrales. En resumen, con la ayahuasca se despiertan los circuitos y mecanismos biológicos que permiten crear nuevas conexiones en nuestro cerebro, en especial en el hipocampo, esa pequeña estructura encefálica relacionada con la fijación y recuperación de los recuerdos; en la segunda mitad del libro hablaré más extensamente sobre ello ¿Qué obtenemos de estas nuevas conexiones? Mucho. Son la base estructural de nuestra existencia. Se puede decir que funcionan como el sistema operativo que rige nuestra conducta, con lo que la ancestral mixtura amazónica actúa como una poderosa herramienta que permite reprogramar nuestro ser hacia un estado de calma y fuerza interior. Teniendo en cuenta que el estrés contribuye a agravar numerosas enfermedades, el potencial de sanación de la ayahuasca –y así se ha usado durante milenios con toda probabilidad– no se limita a la psique, sino que puede usarse para tratar una larga lista de padecimientos.

Pero no todo vale. Es necesario un cierto proceso de aprendizaje para apreciar por completo el efecto de la ayahuasca, de ahí que, según mis investigaciones, aproximadamente la mitad de las personas, la primera vez que la ingieren, no sepan reconocer el efecto de la mixtura. Les hace efecto, como verifiqué por medio de electroencefalogramas, pero no lo reconocen, se percatan de que algo les ha pasado por factores laterales. Por ejemplo, no es infrecuente que las personas que toman por primera vez y no perciben conscientemente el efecto, se sorprendan al acabar la sesión cuando miran su reloj: «¡No puede ser! Han pasado cuatro horas, pero tengo la sensación de que hemos estado máximo media hora ahí sentados. ¿Se habrá dañado mi reloj?». No, tu reloj funciona bien, hemos estado cuatro o seis horas ahí sentados, pero no lo has notado y tampoco te has dormido.

¿Siempre es la misma mezcla de plantas? Otra pregunta frecuente. No entraré a tratar aspectos antropológicos, etnobotánicos ni farmacológicos de la ayahuasca, aunque son de gran interés para nuestros científicos y hay numerosos estudios sobre ello que van aumentando cada año.

La ayahuasca se prepara mezclando dos o más vegetales muy específicos y hay cierta variedad de posibles combinaciones. Dando el enorme salto cultural que exige el símil, podríamos compararla con el vino, del que hay muchas variedades, graduaciones etílicas, con y sin gas, de diversos sabores, efectos y colores, aunque para denominarlo usemos el término genérico «vino».

La preparación de la mixtura amazónica varía según los grupos indígenas, los médicos nativos o chamanes que la preparan y el fin del consumo, guardando cada uno celosamente el secreto de su decocción personal. A pesar de ello, la ayahuasca es la mixtura por excelencia del mundo amazónico, es el nexo de unión entre diversas culturas que tienen en común el consumo individual o grupal de la bebida visionaria. Así pues, ¿cuáles son los fines del consumo en la Amazonía indígena? Abarcan desde la curación de un malestar psicológico individual o grupal, a resolver lo que creen ser influencias ajenas sobre la propia vida, a curar dolores físicos, buscar una experiencia de contenido espiritual o una revelación personal que les dé más fuerza y ánimos para vivir. También se consume para tomar decisiones, para experimentar un gozo y una paz interna muy profundos, para pedir a su Dios que los ayude en los problemas de la vida, para tener visiones de sí mismos o de otros y para configurar el propio futuro. Pero no se usa la ayahuasca como recurso oracular, que es como se suele malentender en Occidente, sino literalmente para prefigurar el futuro personal o grupal teniendo visiones de ello.

La mayoría de estos grupos indígenas tienen el convencimiento de que lo que ven durante la sesión de ayahuasca les sucederá porque lo han visto. De ahí que cuando una persona tiene visiones trágicas de su futuro, visiones que no son agradables, dispone, según estos pueblos, de una nueva oportunidad tomando ayahuasca y tratando de cambiar su propio destino con nuevas y mejores visiones. Y este objetivo indígena no es algo que ande lejos de lo que propugna nuestra psicología sistémica con las constelaciones familiares, la PNL y otras escuelas contemporáneas de psicología del propósito, ni de lo que proponen las actuales teorías físicas, como por ejemplo la teoría del desdoblamiento temporal.

Si un amazónico toma varias veces ayahuasca y no consigue mejorar las visiones que prefiguran su futuro, entiende que algún chamán enemigo con más fuerza personal que el propio sujeto, las ha puesto ahí para hacerle algún daño, algo que puede parecer tan sorprendente en Occidente como habitual entre los pueblos de la Alta Amazonía. En tal caso, el sujeto acude a un chamán propicio para que trate de cambiar su futuro con otras visiones. ¿No recuerda la forma de operar de nuestros psicoterapeutas?

II

En términos occidentales, repito, se puede afirmar que la ayahuasca es una decocción psicoactiva visionaria, no alucinógena, de utilidad en ciertos tratamientos terapéuticos y de autoconocimiento. Está siendo estudiada y utilizada desde hace tiempo por antropólogos, farmacólogos, psicólogos y psiquiatras de todo el mundo como herramienta para resolver diversos problemas. En especial, para ayudar a personas que necesitan erradicar de sí conductas y hábitos dañinos. Su uso para resolver adicciones es un hecho en países como Brasil y Perú, donde es uno de los tratamientos más punteros para las dependencias, depresiones y, en general, para la falta de sentido de la vida, de lo que derivan numerosos trastornos neuróticos, depresivos, ansiosos, problemas de personalidad y demás. En Europa depende de la legislación de cada país, aunque en general es usada por algún psicoterapeuta de vanguardia medio a escondidas para evitar posibles problemas con las leyes.

Visto lo anterior y, como se suele decir, ahora viene la pregunta del millón: «¿Qué me va a pasar si tomo ayahuasca?». Nada malo, a menos que sufras alguna enfermedad psiquiátrica grave, algo extremadamente minoritario, y aun así puede ser beneficioso si se sabe usar de forma adecuada. Te ayudará a estar mejor en el mundo y a apreciar el sentido de la vida. A veces, muy pocas, el hecho de confrontarse uno consigo mismo –algo que facilita la mixtura– genera un estado de ansiedad temporal, hasta que uno es capaz de empezar a soportarse.

En una primera fase, que puede ser en la primera sesión o tras varias sesiones –depende de cada persona, de sus resistencias psicológicas y rigidez–, te verás como realmente eres, si eres capaz de soportarlo. Experimentarás las emociones con una intensidad y consciencia inhabituales. En una segunda fase –de nuevo, depende de cada persona y puede darse en la misma sesión o varias sesiones después–, el sujeto ve activada su memoria lejana pudiendo tener visiones de su pasado, acompañado de una sensación muy corpórea de estar limpiando ese pasado. «La ayahuasca me ha limpiado el alma», es una expresión habitual entre consumidores. Los indígenas amazónicos shuar, entre los que conviví y de los que aprendí la preparación y el uso de la mixtura, dicen que la ayahuasca –entre ellos natemª– primero limpia el cuerpo y, después de limpiar el cuerpo, limpia el alma. ¿Cómo limpia el cuerpo? A veces, con una intensa necesidad de vomitar o excretar, y con esta drástica limpieza el cuerpo se hace más liviano y sana. En consecuencia y sin supersticiones extrañas sobre el tema, es adecuado realizar una dieta saludable y suave desde un día o dos antes de la experiencia: en especial no comer ajo, ni cebolla ni tomar excitantes fuertes, como el café. También nuestros médicos coinciden en que la mayoría de las enfermedades empiezan por el aparato digestivo. Así, tras vomitar, los músculos pectorales, abdominales y el plexo solar se relajan permitiendo que las emociones fluyan más.