Benkos... Las alas de un cimarrón - Antonio Prada Fortul - E-Book

Benkos... Las alas de un cimarrón E-Book

Antonio Prada Fortul

0,0

Beschreibung

Benkos… las alas de un cimarrón es el primer volumen de la Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales. Es una novela que busca impulsar la literatura afrocolombiana, a través de un personaje mítico para Colombia como es Benkos Biohó, el protagonista de la historia oculta e invisible de este país. Su historia nunca contada y dicha, ahora se escribe desde abajo, desde el discurso y la palabra del "vencido", desde aquellos héroes que se les racializó e invisibilizó por la "corpo-geo-política" de su origen africano. Este proyecto editorial de las ciencias sociales afrocolombianas no será en vano si los lectores indistintos de la Biblioteca se atreven a elucidar una ontoepistemología de la diáspora africana en Colombia, escrita por subjetividades reflexionantes afros; pues, siempre fuimos visibles, tú me invisibilizaste… ahora es tiempo de que te pongas en nuestro lugar… Escúchanos desde el marco de la igualdad y la tolerancia que estas ideas aquí contenidas puedan darte, estimado lector… Dr. William Mina Aragón, profesor Universidad del Cauca La Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales representa un logro enorme de corte político-epistémico en la medida que comienza a codificar la producción intelectual escrita de uno de los más importantes escenarios de pensamiento y política negra, del rico y diverso mundo afrocolombiano, desde su costa Caribe y la gran comarca del Pacífico, hasta los valles interandinos, los territorios afroandinos y afroamazónicos, y los espacios urbanos de la afrocolombianidad. Dr. Agustín Laó-Montes, profesor Universidad de Massachusetts Amherst (EE. UU.)

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 572

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Benkos…

Las alas de un cimarrón

BIBLIOTECA AFROCOLOMBIANA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

Prada Fortul, Antonio

Benkos… Las alas de un cimarrón / Antonio Prada Fortul

Cali : Universidad del Valle - Programa Editorial, 2022.

342 páginas ; 24 cm -- (Colección: Biblioteca

Afrocolombiana de las Ciencias Sociales)

1. Novela biográfica - 2. Literatura Colombiana - 3. Biohó,

Benkos, 1526-1619 - 4. Esclavitud - 5. Palenque de San

Basilio - 6. Cimarrones

C863.44 CDD. 22 ed.

P896

Universidad del Valle - Biblioteca Mario Carvajal

© Universidad del Valle. Programa Editorial

Título: Benkos… Las alas de un cimarrón. Vol. 1

© Autor: Antonio Prada Fortul

Coordinador de la colección: William Mina Aragón

ISBN-EPUB: 978-628-7683-79-2 (2023)

ISBN: 978-628-7566-70-5

ISBN: 978-628-7566-71-2 (pdf)

DOI: 10.25100/peu.7566705

Colección: Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales

Primera edición

Comité académico nacional de la Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales

Wilmer Villa, Ph. D. (Universidad Distrital Francisco José de Caldas); Maguemati Wabgou, Ph. D. (Universidad Nacional de Colombia); Ángela Emilia Mena, Mag. (Universidad de Antioquia); Carlos Augusto Viáfara, Ph. D. (Universidad del Valle).

Comité académico internacional de la Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales

Clement Animan Akassi, Ph. D. (Howard University); Angela Yesenia Olaya Requene, Ph. D. (Universidad de Harvard); John Tovar, Ph. D. (Universidad de Houston); Yeison Arcadio Meneses, Ph. D. (Universidad de las Antillas); Eva María Lucumí (Universidad de Brasilia); Simone de Jesús Santos, Ph. D. (Universidad Federal de Bahía); Sérgio Costa, Ph. D. (Universidad Libre de Berlín).

Imagen de portada: Óleo de José Eibar Castillo

Diseño y diagramación: Hugo H. Ordóñez Nievas

Corrección de estilo: David Sebastián Pérez Reina

_______

Esta publicación fue sometida al proceso de evaluación de pares externos para garantizar altos estándares académicos. El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle, ni genera responsabilidad frente a terceros. El autor es el responsable del respeto a los derechos de autor y del material contenido en la publicación, razón por la cual la Universidad no puede asumir ninguna responsabilidad en caso de omisiones o errores.

Prohibida la reproducción total o parcial en cualquier forma, o por cualquier medio, sin autorización escrita de la Universidad del Valle.

Cali, Colombia, diciembre de 2022

Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Antonio Prada Fortul

Escritor palenquero-cartagenero, investigador africanista, sacerdote yoruba IFÂ Babalao, destacado con la Orden Cartagena de Indias en el grado de Gran Caballero 2016. Ganador del premio Internacional Guachupé de Oro 2015. Miembro del Parlamento de Escritores de Colombia, miembro de la Asociación de Escritores de la Costa Caribe, miembro de la Unión Hispanoamericana de Escritores. Es autor de los siguientes libros: Una vida a bordo del puerto; Orika: La gacela de la madrugada; Leal: El tigre del caribe; Las arenas de Elegguá y Kanú.

CONTENIDO

BIBLIOTECA AFROCOLOMBIANA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1

LLEGARON LOS ESCLAVIZADOS

CAPÍTULO 2

UN MENSAJE A TRAVÉS DE LOS TAMBORES

CAPÍTULO 3

LA HIJA DEL GOBERNADOR

CAPÍTULO 4

UN PRÍNCIPE BISSAGO EN LA PLANTACIÓN

CAPÍTULO 5

UNA BODA EN LA PLANTACIÓN

CAPÍTULO 6

NACE EL HIJO DE DOÑA GLORIA ISABEL

CAPÍTULO 7

DON JERÓNIMO DE SUAZO Y CASASOLA LLEGA A LA PLANTACIÓN

CAPÍTULO 8

LA CALMA RETORNA AL CAMPAMENTO AFRICANO

CAPÍTULO 9

NACE OTRO HIJO DEL REY BENKOS

CAPÍTULO 10

EL PALENQUE DE LA ESPERANZA

CAPÍTULO 11

DE REGRESO A LA ALDEA

CAPÍTULO 12

LOS ESPAÑOLES INICIAN SU AVANCE

CAPÍTULO 13

EL CONSEJO DE ANCIANOS DELIBERA

CAPÍTULO 14

EL REY BENKOS ATACA LAS PLANTACIONES

CAPÍTULO 15

EL REY BENKOS CRECE Y SE AGIGANTA

CAPÍTULO 16

RESIGNAN LOS PLANTADORES

CAPÍTULO 17

CONTUNDENTE E HISTÓRICA VICTORIA DEL REY BENKOS

CAPÍTULO 18

UN DOLOROSO Y TRISTE VEREDICTO

CAPÍTULO 19

CAPTURADO EL REY BENKOS, SE INMORTALIZA

EPÍLOGO

NOTAS AL PIE

BIBLIOTECA AFROCOLOMBIANA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

POR LA REINVENCIÓN DE UNA EPISTEME HISTÓRICA-SOCIAL AFRO1

Y sobrevivimos y estamos presentesEn las grandes cosas que crea la mente.Y el tiempo y la historia nos harán justiciaY de nuestros valores darán primicia.

LUCRECIA PANCHANO

Cualquier presencia verdadera es primero una presencia íntima.

FELWINE SARR

Las nuevas victorias deben ser ganadas en lasuniversidades, las academias, el parlamentoy la presidencia de la República. No estáexpresamente escrito en la Constitución, pero sien la memoria ancestral del muntu.

MANUEL ZAPATA OLIVELLA

El proyecto de la diáspora como prácticade liberación y construcción de comunidadtransnacional se basa en las condiciones desubalternización de los pueblos afrodiaspóricosy en su agencia histórica de resistencia yautoafirmación.

AGUSTÍN LAÓ-MONTES

El objetivo de la traducción entre saberes escrear justicia cognitiva a partir de la imaginaciónepistemológica.

BOAVENTURA DE SOUSA

La complicidad de las ciencias sociales conla colonialidad del poder exige la emergenciade nuevos lugares institucionales y noinstitucionales desde donde los subalternospuedan hablar y ser escuchados.

SANTIAGO CASTRO-GÓMEZ y RAMÓN GROSFOGUEL

Sentido y dimensión epistémica de una Biblioteca afrocolombiana de las ciencias sociales (BACS)2

¿Por qué una Biblioteca Afrocolombiana de las Ciencias Sociales? Porque a lo largo de la historia de Colombia los investigadores, intelectuales y pensadores de la diáspora africana han sido relegados a un segundo plano en las ciencias sociales. Pocas veces la reflexión, pensamiento e imaginación como acto creador de los hombres y mujeres afros e indígenas, han sido aceptados por la intelectualidad académica. La fuente de esos estereotipos está en el pasado colonial-esclavista y en la visión del mundo que dicha ideología plasmó en la psique colectiva de la cultura académica de Colombia y de la “América Mestiza” (Martí, 1986, p. 31). Por ello, autores clásicos de la diáspora colombiana siempre insistieron en des-colonizar y desalienar la psique y la historia (Zapata Olivella, 2017, p. 177-262).

Siempre el imaginario-colonial-dominante habló de la incapacidad de los afros e indígenas para la reflexión y el pensamiento abstracto, según ellos nuestra creatividad no iba más allá del esquema mitológico y de la expresividad musical-religiosa plasmada en la oralitud, de allí la bella metáfora del escritor e investigador José Antonio Caicedo: “a mano alzada” (Caicedo, 2013, p. 48), refiriéndose a la capacidad creadora de nuestros intelectuales para combinar “escritura con acción política” (Caicedo, 2013, p. 48). Tanto afros como otros grupos humanos deberían, entonces, exaltar sólo lo corporal, lo deportivo, artístico y lo religioso; pues Dios no nos había dado atributos para inmiscuirnos en la reflexión analítica de la ciencia, el conocimiento filosófico y los saberes elevados del espíritu humano. Mentiríamos si dijéramos que estos arquetipos e ideales nefastos ya desaparecieron. No, cuando el investigador afro e indígena escribe algo en cualquier campo, todavía debe luchar contra dichos estereotipos heredados para ser valorado en nuestra academia. Si es hecho por indígena es solo para indígenas, si es realizado por afros es sólo para afros; como si a la cultura colombiana, su interculturalidad y su ciudadanía plural no le importase lo realizado por los otros sectores humanos que conforman la diversidad de la “Nación mestiza” colombiana.

Sabemos que se ha jugado demasiado con la identidad cultural colombiana, somos colombianos cuando nos conviene, como si el mestizaje nos avergonzara. Siempre se vendió la idea de pureza en la sangre, la raza, el idioma o la cultura. Entre más despigmentada la piel, mejor; pues según el canon dominante, esa “raza” es más pura, más cercana a Dios y al ideal cristiano-colonial-europeo. Mejor dicho, ello era señal de “civilidad”, “humanidad”, “civilización” y “cultura”; entre más se asemeje en el vestido, costumbre y tradiciones al ideal europeo, más sería aceptado por la sociedad y la academia.

De esta negación de nuestra identidad plural, mestiza y diversa, los grupos afros e indígenas son los que más sufrieron el impacto sociocultural y psíquico; pues siempre nuestra historia se avergonzó de tener en su suelo identidario mujeres y hombres de cosmovisión distintos y diferentes. Si dicha negación se dio en el ámbito de la raza, la religión y el idioma ¿cómo no iba a presentarse en el campo de la creación cultural? La finalidad de reunir a los y las intelectuales afrocolombianos/as en una Biblioteca interdisciplinaria de las ciencias sociales afrocolombianas es hoy una necesidad, pues busca resaltar las ideas y valores de los intelectuales, académicos, universitarios y ciudadanos afros que en el siglo XX y XXI, han difundido su pensamiento, identidad y memoria creativa en Colombia; reflejando los hechos políticos, sociales, económicos y culturales en los que hemos estado imbuidos a lo largo de este proceloso siglo. Con esta biblioteca se ayudará a visibilizar la creatividad de los investigadores afros, publicando y reeditando libros “clásicos” que no fueron conocidos o difundidos lo suficiente.

Este proyecto académico decolonial (Grosfoguel y Castro-Gómez, 2007, pp. 9-25; Mignolo, 2003, p. 311; Mignolo, 2006, pp. 197-221), se justifica por la necesidad de tener referentes propios, auténticos de la comunidad afro, que estimulen a los jóvenes de hoy en las universidades y en la sociedad civil, para sentir pasión y amor por la grandeza de los pensadores e intelectuales afros en las ciencias sociales. Esta iniciativa nace para decirles: si podemos volver al pasado, lo haremos para emular héroes, pedagogos, mártires, escritores y pensadores; porque sí los hemos tenido y los tenemos más allá del paradigma corporal, artístico, musical y religioso. Esto es motivo de dignidad profesional, de orgullo académico, lucidez ética y de postura moral-política para la reescritura y valoración de nuestra historia; llenando de contenido afro y colorido epistémico a las ciencias sociales colombianas.

Así, tendríamos una nueva historiografía afro marcada por la epopeya y gestas por la libertad de los cimarrones y movimientos de liberación nacional, venerando su heroísmo y exaltando su proyecto libertario con sus imágenes en las escuelas, colegios y universidades. Hay que cambiar las fechas, la periodización, el nombre de los héroes, las celebraciones, los días de fiestas nacionales por la de otros símbolos y referentes invisibilizados (no basta el 21 de mayo ni el 12 de octubre).3 Hay que instituir una nueva antropología, una antropología-otra-afrodiaspórica, con elementos histórico-sociales devenidos de las concepciones afro de la vida y del mundo para que los estudios universitarios entiendan en su singularidad y especificidad la esencia del ser afro, entendiéndolo como un ente bello, creador, artístico, poético y mitológico. También hay que reinventar la literatura en una literatura-otra-afrodiaspórica, donde los personajes, espacios, tiempos y estilo literario utilizado por los narradores sean valorados y reconocidos como literatura, singular por sus temas, pero universal por sus contenidos. Hay que hacer un nuevo modelo de novela, cuento, drama y crónica; donde el protagonista afro se universalice, valore, dignifique y merezca el estudio juicioso de los críticos.

De igual manera, se debe plantear una ciencia política-otra-afrodiaspórica, que incluya las gestas por la autonomía de los afros en el proceso de consolidación de la independencia, que nombre la importancia del proyecto político de los cimarrones en sus palenques por la libertad de América, liderada por Benkos Biohó. Que se diga que hay un pensamiento social-afro que viene desde que la humanidad se hizo humanidad en África, que construyó un pensamiento libertario como resistencia a la esclavización y que se hizo presente en los momentos de resistencia al colonialismo en África y el Caribe. Que se diga que siempre hubo un proyecto afro contra-hegemónico frente al régimen esclavista colonial, que se alzó victorioso en 1804 con los próceres de la independencia de Haití. Que se reivindique la existencia de un pensamiento político afrocaribeño guiado por la impronta ideológica de Frantz Fanon, C. L. R. James, Édouard Glissant, Sylvia Wynter, Stuart Hall, Stokely Carmichael y Aimé Césaire; que se rememore el movimiento social por los derechos civiles y ciudadanos en los Estados Unidos, bajo la batuta de Garvey, Du Bois, Luther King y Malcolm X, un liderazgo que hoy es representado por académicos e intelectuales de la talla de Cornel West y Henry Louis Gates, y en el campo político-militante por Ángela Davis y Keeanga-Yamahtta Taylor. Que se diga que en África subsahariana una serie de intelectuales como Diop, Senghor, Cabral, Nyerere, Nkrumah y Kenyatta, pensaron el proyecto emancipador de ver los afros de todo el mundo unidos en los ideales políticos de la africanía, un pensamiento afrodiaspórico que actualmente es retomado por Achille Mbembe, Kwame Anthony Appiah, Molefi Kete Asante, Emmanuel Chukwudi Eze y Clément Akassi.

Hay que decir, con orgullo, que en el ámbito político hemos tenido figuras insignes como Nelson Mandela, Barack Obama, Leopold Sedar Senghor, Rosa Park, Ángela Davis, etc. Hay que decir, que los movimientos políticos sociales y afrocolombianos están presentes y vigentes, reconfigurando el escenario del pensamiento social colombiano; aunque se criminalice la protesta y se asesine a los líderes políticos y cívicos, seguimos en pie de lucha… Hay que decir que muchos de los que trabajamos en las universidades estamos en el aula de clase haciendo una nueva etnoeducación y una nueva historia de las ciencias sociales; buscando des-colonizar la noción de poder y de saber convencional para cambiarlos por otros discursos, por otros lenguajes y por otras polifonías que haga alusión a la diversidad que nos caracteriza como país y como región. Estamos renombrando, revalorando y actualizando el rol de estos insignes investigadores de las ciencias sociales desde una perspectiva histórica y social-otra con sus libros, metáforas, frases, palabras, ideas y proyectos de autonomía individual y colectiva; tanto en el hacer como en el pensar.

Y que sepan los lectores que estamos reelaborando y reinventando una serie de categorías como “etnocidio” de John Antón Sánchez (2004), “afro-reparaciones” de Claudia Mosquera (2007), “ontología política afro” de Arturo Rodríguez Bobb (2009), “Caribe seco” de los hermanos Villa (2013), “imaginación creadora afrodiaspórica”, “afrodiasporidad” y “afromarxismos” de William Mina (2014), “tradición libertaria”de Arleison Arcos y Melquiceded Blandón (2015), “construcciones afrolibertarias” de Melquiceded Blandón y Ramón Perea (2015), “cimarronismo intelectual” de Jorge García (2016), “clandestinación” de Santiago Arboleda (2018), “el incómodo color de la memoria” de Javier Ortíz Cassiani (2019) y “uramba” retomada por Agustín Laó-Montes de las comunidades del pacifico surcolombiano (2020), para comprender las ciencias sociales desde perspectivas-otras.4

Y esta propuesta en ningún momento es racismo o discriminación, sino autenticidad e identidad para valorar sin vergüenza el rol de esas personas que anónimamente han hecho demasiado en la construcción del nuevo país, de la Colombia justa, democrática y participativa. Esta biblioteca interdisciplinaria se justifica porque el pensamiento y la reflexión histórica en las ciencias sociales, siempre obnubiló e ignoró el legado y el pensar de los afros; como si la constante histórica fuese participar y excluirnos al mismo tiempo. En la historia ello se plasma porque casi siempre se cita a investigadores del extranjero y no a los propios afros con sus ideas, conceptos y valores. Ya no habrá quejas de que no escribimos, de que solo “somos orales” o de que no tenemos nada que decir al pensamiento y a la reflexión teórica profunda de las ciencias sociales en Colombia.

Una cosa es escribir mi propia historia y otra que me la escriban, pues como dice José Antonio Caicedo: “el pensamiento diaspórico se refiere a quienes escriben desde la piel y su historia” (2013, p. 193). Por suerte, todo este ambiente cultural entró en metamorfosis constante con las legislaciones afros, las acciones afirmativas, las cátedras de etnoeducación, la movilizaciones pacíficas al estilo de Martin Luther King y de la No-Violencia; a lo que se suma la justicia reparativa, los estudios culturales, impulsados por los pensadores no-enajenados por el discurso colonial, además de la educación alternativa-popular, las emisoras alternativas, los periódicos, las revistas,5 la comunicación disidente y sobre todo con la fuerza y el impulso que dio la constitución de 1991. Nuevos tiempos para cambiar las mentalidades. Dejar de ser ortodoxos para abrirnos a la polifonía de lenguajes y poéticas: filosóficas, artísticas y literarias que muchos no habían oído del elemento pensante, imaginario y creativo afro. Esta biblioteca apunta entonces, a visibilizar todo el aporte intelectual de los afros; para enriquecer la diversidad y la interculturalidad del conocimiento histórico y social colombiano.

El que esta propuesta sea presentada y desarrollada mayoritariamente por intelectuales y académicos afrodescendientes no implica racismo en ningún momento, sino más bien representa mayoría de edad, madurez intelectual, compromiso con la justicia y democracia étnica, con el saber en sí y, por supuesto, con Colombia como Nación en construcción y no con el país parcelado y simulador en su historia como nos lo han vendido.6 Conservo mi optimismo y esperanza en que esta propuesta-proyecto sea desarrollada para bien de la cultura cívica y democrática de la Colombia mestiza, interétnica, diversa y plural en sus ideas, colores, sabores, ideas y prácticas culturales. Además, con esta propuesta se busca difundir el conocimiento, las ideas de investigadores y autores afrocolombianos; como forma de sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la creatividad en el pensamiento y la reflexión social-otra desde una perspectiva afro en Colombia.7

Pedagogía, intelectualidad y ciencias sociales

Ya no hay excusas para no leer, no más quejas de la ausencia de autores, escritores e investigadores afrocolombianos/as en las ciencias sociales en Colombia. Nuestra meta es unificarnos en torno a un proyecto común y colectivo que nos dignifique no solo ante la vida social y económica, sino ante la escritura y lo que ella significa como cultura escrita. Siempre se nos tildó de orales y aunque esa episteme heredada de la diáspora africana en Colombia, todavía tiene su validez y relevancia pedagógica e histórica en las tradiciones musicales y religiosas de los afros; urge una edición de libros indistintos y complejos, escritos con la inspiración y finura que solamente la soledad y el silencio de una habitación brindan, para dejar improntas colectivas en las universidades colombianas. Con esto decimos, tal como lo expresaba Manuel Zapata Olivella y Aimé Césaire: “nuestra hora ha llegado…” (2006, p. 83) y que “las nuevas batallas de los afros para su redignificación hay que darlas en la academia, en la universidad” (Zapata Olivella, 2014, p. 69). Batallas que se darán desde el libro escrito, que transciende la memoria oral, pues esta memoria en ocasiones se pierde; por el contrario, los libros impregnan la memoria escrita, no se pierde el saber. Se conservan, aunque se queme la biblioteca el conocimiento persistirá. De manera que esta biblioteca sigue devotamente los preceptos de inmortalizarnos desde el ejercicio y la reflexión escrita.

Ya dimos muestra de la potencia de nuestro espíritu creador en el campo artístico, musical y religioso, por ello, el reconocimiento mundial y latinoamericano ya fue hecho. Este esfuerzo en Colombia debería incentivar a otros intelectuales de la afrodiáspora, para hacerlo en países con masiva presencia de africanía (Ecuador, Brasil, Honduras, Perú, Venezuela). Las ideas, conceptos, frases, palabras y enseñanzas no están referidas nada más a los afros, sería hacer una pedagogía afro para afros sesgada; aunque ello es necesario, el objeto y esencia de este proyecto es llevar a cabo una gran conversación con los intelectuales, con la academia colombiana y sobre todo con los científicos sociales. Pero debe ser un diálogo con plenitud e igualdad ante el ser, el saber y el poder, pues nunca fuimos inferiores en nada, sencillamente nuestra episteme como subjetividad crítica y reflexiva fue ignorada, invisibilizada y excluida por los prejuicios étnicos, raciales y culturales que se perpetuaron en las instituciones garantes del saber, el colegio, la escuela y la universidad.

Prevenimos para que esta biblioteca de la diáspora intelectual colombiana no sea “una cosa de negros”, que no se nos siga considerando como seres inferiores en el ejercicio académico de la escritura lúcida. Esta biblioteca podría ser un manifiesto pedagógico contra los saberes hegemónicos y unilaterales, que reconocen solo unos discursos como válidos, que ven solo una conceptualización y una narración. Con ello nos aproximamos a otras epistemologías ontológicas, donde los protagonistas principales son los hombres y mujeres afros; los cuales nunca habían sido invitados a la escena. Ahora quien nos ignoró, excluyó e invisibilizó está listo para ponerse en nuestro lugar y escucharnos, leernos detenidamente, con suma atención, con pasión, amor y, sobre todo, sin ningún prejuicio de “esencialismos”.

Seguro que se empezaron a escuchar esas otras músicas y polifonías de nuestra escritura, narradas aquí como pensamientos, reflexiones y elucidaciones del espíritu y de nuestra psique individual: como afrodiasporidad. De modo que cada uno asume sus responsabilidades éticas con la sociedad, los lectores y el pensamiento mismo. Por lo anterior, cada intelectual abordado proclama un ejercicio de libertad y autonomía, y es incluido ya que desarrolla un ejercicio de ser libres pensadores ante la palabra, la vida, los lectores y ante sí mismo.

En este sentido, la biblioteca se abre con Benkos, las alas de un cimarrón de Antonio Prada Fortul, quien busca darle un impulso a la novela y a la literatura afrocolombiana; especialmente a un personaje mítico para Colombia como es Benkos Biohó, el protagonista de la historia oculta e invisible de este país. Su historia nunca contada y dicha, ahora se escribe desde abajo, desde el discurso y la palabra del “vencido”, desde aquellos héroes que se les racializó e invisibilizó por la “corpo-geo-política” de su origen africano (Mignolo, 2006, p. 197; Grosfoguel, 2018, p. 13). La novela apunta a reescribir la historia de Colombia a partir del legado afro, con sus actores y sujetos libres en los palenques, reconfigurando la historia de la novela y la literatura; donde los protagonistas de hazañas, gestas y epopeyas, siempre habían sido hombres de una sola raza, religión y cultura. Benkos rompe el canon de la literatura colombiana y de la historia alienada y colonial de esta pseudo-nación. Benkos, es una novela total que nada tiene que envidiarle a las escritas en el género en América mestiza, es una obra religiosa, mitológica, filosófica y esotérica; escrita en el espacio del Caribe colombiano con un mensaje de amor y erotismo afro para toda la humanidad, donde el sujeto Benkos, que no esclavo (ni negro a secas) es el paradigma de cualquier ser luchando por la libertad, he aquí, la brillantez personalizada pugnando por su identidad y batallando por ser autónomo. He allí la lucidez de Antonio Prada para pensar el proyecto político libertario afro, no desde el colonizador sino desde el colonizado. He allí la antimodernidad de su héroe, la antimodernidad de su literatura, la sagacidad de su protagonista y por supuesto, la actualidad de su discurso narrativo y de su estilo literario. Antonio, ya eres un clásico de clásicos, aunque tu novela no figure en la historia de la literatura colombiana.

Una perspectiva sumamente interesante de acoger en este proyecto editorial afro, sería la que propone el investigador William Mina, especialmente en su obra La imaginación creadora afrodiaspórica, donde hace una introducción y síntesis del legado afro en todos sus frentes creativos, desde que el hombre y la mujer se hicieron antropos en las “verdes praderas tropicales africanas”, donde se empezaron a indagar y hacer preguntas filosóficas sobre el universo, la vida y la realidad histórica-social. El autor pretende desmitificar la idea del hombre afro que nos vendió el colonialismo, que lo dibujó como “esclavo, negro y holgazán”. Refleja un proceso de desalienación psíquica y des-colonización que pone en cuestión los estereotipos dominantes, para construir una visión del ciudadano lúcido y creador con una mente curiosa y con ganas de saberlo todo desde la perspectiva política, jurídica, sociológica y artística. Imaginariamente el libro empieza en África subsahariana antes de 1492 y finaliza en el norte del Cauca, de dónde es el autor. Este libro ensayístico también hay que entenderlo como una agenda ontológica, afrodiaspórica, con un sinnúmero de interrogantes sobre la historia, la sociedad y las culturas de africanía sopesadas en la tradición filosófica del muntu, dónde encontramos una serie de ideas que, como un edredón, van periodizando y cartografiando —como diría Laó-Montes— escenarios creadores de la diáspora africana: en África subsahariana, en el Caribe, en Estados Unidos, en América Latina, en Afroamérica y, en especial, en afrocolombia.

Esta iniciativa también debe ampliar el terreno para la cabida de la etnoeducación y con ello se acoge la obra de María Isabel Mena, una profusa investigadora que nos introduce al mundo de la afro-etno-pedagogía y los saberes-otros en la escuela. Aunque María es caleña, gran parte de su investigación la ha realizado en las escuelas y colegios de Bogotá, donde ella ha indagado el modelo pedagógico, racista y clasista que caracteriza la práctica educativa en la capital del país y en toda Colombia, estableciendo que la historia de la africanía educativa no se enseña. Por ello la investigadora ha querido introducirla con didácticas infantiles otras: rondas, juegos, cartillas y muñecas que no son pintadas con rostros convencionales sino con rostros afros, hechos con materiales alternativos del Pacífico colombiano, provenientes del taller creativo de la poetisa Mary Grueso. Así los niños y niñas se habitúan a recrear su cosmovisión, con imágenes que reflejan el mundo geográfico, étnico, diverso y territorial de Colombia. Lo más importante de introducir África en la escuela, es aprender de la diversidad manteniendo nuestra singularidad, pues, los niños y niñas solo saben de fraternidad. Ellos son como las imágenes cándidas que pintó Rousseau en el Emilio, ellos y ellas son el reflejo de lo que sería una educación respetuosa de valores en “democracia racial” e igualdad ante la vida y equidad frente a los disfrutes materiales. Los niños son el ideal de lo que debería ser la sociedad en Colombia, lastimosamente ciertos medios de comunicación de masas se han convertido en un obstáculo frente a dicho imaginario. El libro reivindica África en la escuela, una ciudadanía, una pertenencia étnica, una identidad para decir con orgullo y dignidad de amor racial que sí tengo un nombre y que “yo no me llamo negrito”.

El proyecto de la afroeducación de María Isabel Mena se hermana con el trabajo de otros etnoeducadores importantes para el país, como son Jorge García y Adelmo Asprilla, quienes en sus trabajos abordan el racismo como práctica institucionalizada en la vida social, intelectual, política, económica y legislativa de Colombia y de muchos países de la región. Ellos muestran la invención afro desde los maestros etnoeducadores que quisieron darnos una patria y pertenencia; una dignificación como ciudadanos ante el desconocimiento, invisibilidad y negación de nuestro aporte al canon cultural colombiano, dentro de los cuales se encuentran Zapata Olivella, Rogerio Velásquez, Juan de Dios Mosquera, Jesús Lácides Mosquera y Amir Smith Córdoba. Por una parte, el trabajo de Adelmo Asprilla, aborda la afrocolombianidad como un espacio contra el racismo y nos invita no solo a criticar esta práctica sino ser, como decía Ángela Davis (2019), un antirracista. En este sentido el profuso trabajo etnoeducativo de Adelmo Asprilla, busca recordarnos que nadie nace siendo racista, que ser racista nos degrada y que es una infamia vil que se refugia en la ignorancia absoluta de quién la defiende; nadie puede negar que en Colombia exista un racismo estructural y por ello su trabajo es una respuesta a la entronización del mismo. Lo más significativo de todos sus trabajos es mostrarnos las afro-reparaciones, las políticas públicas y las acciones afirmativas tendientes a conocer los dispositivos jurídicos para así mismo, en caso de presentarse, llevar a cabo las acciones legales competentes.

En cuanto a la producción académica de Jorge García, él abandera la creación de un pensamiento-otro, y reinventa el conocimiento social preestablecido ya que reflexiona por fuera de la casa colonial, convirtiéndose en una subjetividad libre; y a partir de ahí piensa en una educación propia y autónoma, que responda a la experiencia singular de los afros viviendo en la selva, río adentro, cruzando el mar, siendo desplazado a la ciudad. Igualmente, me gustaría señalar el concepto que ha nutrido en los últimos años, el de “insumisión epistémica”, que busca denotar la realidad educativa desde el contexto propio, su historia, su espacio y un etnodesarrollo que no debería reñir con los criterios de las comunidades afros y sus territorios; parafraseando a Estanislao Zuleta diríamos que la afroetnoeducación es el escenario donde se riñe con la educación ortodoxa y convencional para que surjan así las diversidades identitarias y los enfoques otros subalternos de lo que debe ser la verdadera educación como agente de conciencia étnica y cambio social.

Por otra parte, tenemos a Ernell Villa quien desde hace décadas ha desarrollado una investigación profunda y minuciosa, de etnógrafo y sociólogo en la costa caribe colombiana (intracosta como él la llama) o en sus propias palabras: de la región geográfica del Caribe seco, La Guajira y el César, a partir de las narraciones de sus moradores, de sus colectividades para hacer surgir desde el giro decolonial saberes silenciados y donde los discursos subalternos contribuyen en la dignificación del ser y del pensar de las comunidades afrocaribeñas, en el empoderamiento de su territorio, de sus cosmovisiones, contra los imaginarios alienantes de los patrones hegemónicos criollos heredados en la historia del Atlántico colombiano que pretenden ocultar las verdaderas identidades en medio de un mestizaje opaco, confuso, de una nación o de un Estado-nación puro étnica y culturalmente.

Sus estudios están escritos en clave decolonial, quieren darle el estatuto creativo de subjetividades creadoras a las colectividades que la historia oficial del Caribe colombiano olvidó voluntariamente: los ciudadanos-otros del César y de la Guajira, dos escenarios especiales de tipificación y singularidad donde el autor enmarca su trabajo. Además, sus investigaciones son pioneras en el área de las ciencias sociales, pues son escasos los estudios sobre afros en estos dos departamentos del país, donde el elemento imaginario de sus pobladores afros ha estado siempre presente en la construcción de esa geografía compleja, plural, diversa y a la vez identitaria desde una perspectiva histórica y social. El trabajo de Villa es un manifiesto de reconocimiento de la diáspora afrocaribeña al rescate de la memoria étnica, a la reivindicación y localización de una territorialidad e identidad en un Caribe seco y diverso, pero visto desde la otredad creadora de las palabras orales y escritas de las narrativas afros.

Ahora bien, veo una coincidencia profunda entre los autores Sergio Mosquera y Arturo Rodríguez en el tratamiento de un tema central para las ciencias sociales contemporáneas, esto es, de su estudio de la idea de ciudadanía. Existe un hilo común en la producción de ambos intelectuales afros, quienes desde metodologías socio-históricas abordan las paradojas del principio de la libertad y la ciudadanía para los afros en una sociedad racista, clasista y conservadora; tal como lo fueron los tiempos coloniales y republicanos, dónde era inexistente para los afros el concepto de derechos humanos, autonomía y libertad, pues se proclamó la república, la independencia, la constitución, la declaración de la ciudadanía universal, la defensa humanista de la persona, pero en la praxis los afros fueron segregados, invisibilizados y excluidos de esos principios y proyectos que daban legalidad y legitimidad al Estado-nación moderno. Los derechos de los afros fueron simples valores de referencia sin ningún contenido pragmático, henos aquí con una sociedad colonial-republicana sin “democracia racial” (Malcolm, 2003, p. 84, Santos, 2009, p. 259, Rodríguez Bobb, 2016, pp. 23-30).

En este mismo camino se da el trasegar del reconocido ensayista, intelectual e historiador chocoano Sergio A. Mosquera, quien nos muestra con un lenguaje claro, preciso y sencillo por qué al libertador Bolívar le interesó poco o casi nada, dar la carta de libertad jurídica a los afros. A pesar de que lo pudo hacer en 1821 en el Congreso de Cúcuta, se negó a hacerlo; por el contrario, mandó a fusilar a líderes y héroes negros y mulatos que participaron en el proyecto independentista tales como Piar, Padilla. Al desenredar esta falsa trama histórica y al desmitificar la figura del héroe Bolívar, Sergio Mosquera está haciendo etnoeducación, etnohistoria; está reinventando el paradigma de las ciencias sociales en Colombia. El autor está posicionando a Bolívar no como el único héroe, pues reconoce a los otros mártires y referentes de la Colombia decimonónica que surgieron de la diáspora africana en Colombia y que serían fusilados. Fue por ello que el almirante Padilla sentenció: “estas condecoraciones no me las dio el tirano sino la patria” (Zapata Olivella, 1997, p. 56).

La historia convencional nos mostró que la causa de los fusilamientos había sido la supuesta conspiración contra la unidad de la república bolivariana; pero, Mosquera al reinterpretar los hechos y la memoria de ese pasado con la lucidez que le caracteriza, reinventa, resignifica el hecho-tiempo, rompe el paradigma del espacio (Bogotá, Tunja, Socorro, Popayán, Cartagena), de la fecha (1810, 1821, 1830), de la figura de Bolívar por otros insignes afros y mulatos (Piar, Padilla, Rondón) que vislumbraron la verdadera narración de nuestra memoria no desde la voz de los vencedores sino desde el discurso subalterno de otros sujetos con un proyecto libertario-otro.

Uno de los autores más sugerentes de la afrodiáspora colombiana en la actualidad es John Antón Sánchez, quien muestra desde la antropología sus conocimientos enciclopédicos en los terrenos etnobotánicos, ecológicos, mitológicos, musicales, religiosos y etnológicos, en los que busca una “episteme afro” del saber afropacífico de los curadores y médicos tradicionales conocedores del poder curativo de las plantas. Los médicos tradicionales del Chocó (litoral pacífico) heredaron de manera oral la sabiduría de los mayores africanos, quienes también sabían leer no solo en el “Árbol brujo de la libertad” (el boabab africano) (Zapata Olivella, 2014, p. 23), sino también en el libro oculto de las plantas y la vegetación, de la selva tropical chocoana, inhóspita y desconocida para los foráneos pero mágica y sagrada para quienes viven en ella; no sólo para explotarla y ultrajarla sino para integrarse en ella más allá de extraer madera, minerales y especies diversas. El poder del médico tradicional se metamorfosea en saber conectarse con fuerzas, energías todopoderosas del más allá, de los ancestros y orichas para hacer ser de la cura un ritual, una comunión sagrada sopesada en la omnipotencia de la “sabiduría” que se rige en el orden natural.

Las investigaciones de Sánchez me rememoran los escritos de Luis Guillermo Ramos: Sobre la medicina tradicional en el norte del Cauca y de Rogerio Velásquez: Medicina popular en la costa colombiana del pacífico. La principal moraleja y lecciones de estos libros sobre médicos tradicionales del norte del Cauca y del Pacífico colombiano, es que sin títulos universitarios también se puede ser médico; pues, hay otras profesiones y oficios no académicos, pero acreditados por la escuela del monte, de la selva y de la vida práctica; donde ancestralidad y territorialidad dialogan armonizándose en una ontología de la totalidad de lo viviente, siendo el médico tradicional su instrumento expedito. Es por ello que en tiempos de pandemia la ciencia occidental, los remedios curativos y la medicina tradicional son una alternativa para ayudarnos a convivir en armonía con el muntu.

Llegado este punto, es importante abrirle campo a las letras poéticas en el terreno de las disciplinas sociales, por ello la biblioteca afrocolombiana dedica abundantes líneas a la poética afrocolombiana, que tiene entre sus exponentes a María Teresa Ramírez Nieva, Lucrecia Panchano, Fernando Maclaníl, Héctor León Mina Vidal, Mirian Díaz Pérez, Tulio Guillermo Diuza Yory, Félix Domingo Cabezas Prado, Oscar Maturana, Hernando Revelo, Mary Grueso, Ashanti Dinah Orozco-Herrera, provenientes del Caribe, del Pacífico y de los valles interandinos, que se hermanan por los temas de la africanía en los que se encuentran: la identidad, la libertad, el ser mujer afro, la memoria, la tradición, la historia común y las vivencias compartidas. Ellos y ellas exaltan la creatividad de nuestros héroes y hazañas en esta aventura en verso llamado afrocolombia, dónde los orichas y ancestros africanos hablan por ellos. Sus voces son una muestra de creatividad radical y singular, de su imaginación creadora colectiva. Sus poemas ya hacen parte de la historia de la poesía colombiana y afrodiaspórica, pues lo más característico en sus letras es el carácter racializado de los mismos, más no es esencialista, ya que persiguen los ideales últimos del hacer poesía, que no es otra cosa que cantarle a la belleza, a lo verdadero y a lo justo; cada verso en ellas es una pincelada de resistencia, rebelión e insumisión para despertar conciencias y sentir dignidad de ser afro.

Los versos de estos hombres y mujeres afros de distintas regiones de Colombia están escritos desde un enfoque afrocentrado con la finalidad de homenajear la palabra artística de la narrativa poética afro, para cantarle a todo el litoral, al estero, a la fauna, a la flora, al mar y a la geografía; buscando ahí belleza, estética, creatividad, buscando la historia de sus vidas cotidianas junto a ese humano litoral lleno de contrastes. De la biblioteca afrocolombiana, la antología poética es, quizás, el terreno más atravesado por nuestras raíces de africanía, pues es la cosmovisión afro de la vida cotidiana y el heroísmo de los personajes de la afrodiáspora en todo tipo de gesta, exaltándolo y venerándolo. Un canto del que todos los sujetos son protagonistas, enorgulleciéndolos y dignificándolos del mundo afro al que pertenecen. Saben que la grandeza en medio de las adversidades es lo que mueve al pueblo de la africanía a ser, a luchar, a defender su identidad, a mantener erguido y vivo el espíritu de nuestra existencia en un dialogo fraterno con los clásicos poetas de la africanidad colombiana: Obeso, Artel, Truque, Salazar Valdés, Martán Góngora, Caicedo Mena, Vanín, León Mina, Maclaníl y Blas Julio Romero. Los versos aquí vienen del África ancestral y orichal, son tocados con el pechiche palenquero y musicalizados con la marimba pacífica, rindiéndole culto a la vida cotidiana y a la cultura afrodiaspórica en general.

La investigación del ensayista y escritor chocoano César Rivas Lara titulada Tres grandes afrocolombianos es una obra que no necesita demasiada explicación, ya que es en gran manera el objetivo de nuestro proyecto, es decir, ver cómo un afro intelectual estudia y reflexiona sobre otro afro intelectual. Un modo de rendirle un homenaje a nuestros escritores actuales y una forma de exaltar a nuestros “clásicos” de la diáspora africana en Colombia, para referenciarlos y verlos como paradigmas en el estudio de las ciencias sociales en Colombia y del pensamiento socio-histórico de las Américas afros; en tanto investigadores, universitarios y ciudadanos inteligentes y creadores de nuevos paradigmas afro-referentes. Aunque César Rivas se lo rinde a un antropólogo, a un poeta y a un novelista, tendríamos que sumarle el nombre de todos los clásicos afros que han escrito en este país, desde Juan José Nieto, Candelario Obeso, Miguel Caicedo, pasando por Oscar Collazos, Carlos Arturo Truque y Amir Smith Córdoba, hasta llegar a Claudia Mosquera Rosero, Sergio Mosquera y Arturo Rodríguez Bobb, a quienes considero como algunos de los más profundos y penetrantes intelectuales del pensamiento afrodiaspórico colombiano en la actualidad. Tomando prestado el concepto de “justicia cognitiva” de Boaventura de Sousa Santos (2009, p. 151), diríamos que esto es lo que reclamamos como intelectuales afros y que César con su escritura libertaria exige y clama de estas tres grandes lumbreras de la diáspora colombiana originadas en el Chocó, que aún hoy siguen siendo silenciadas por la academia tradicional.

También buscamos exaltar a las creadoras y luchadoras como Graciela Díaz, que ha descollado siendo mujer afro y dignificando la lucha política y organizativa que ella y demás mujeres afros llevan cada día en la mina, en el cañal, en la hacienda, en la finca tradicional, siendo maestra, movilizándose por las calles de Colombia, siendo mujer desplazada, o sencillamente, haciendo un trabajo social y cultural en las iglesias católicas como lo fue el caso significativo y relevante de Graciela Díaz en el municipio de Suárez y después en la ciudad de Popayán; todo ello, si nos atenemos a la descripción etnográfica que nos hace Liliana Carabalí en su investigación Memorias de un orgullo de Ébano. La lucha de Graciela Díaz representa a la mujer afrocolombiana en busca de su emancipación política, organizativa y cultural por “todos los países de afrocolombia”.

Memorias de un orgullo de Ébano me recuerda las resistencias sociales y religiosas contra-hegemónicas, dadas por las mujeres y hombres afros en los Estados Unidos para darle pertenencia e identidad en esos escenarios de lucha. No importa ser o convertirse a musulmán como Malcolm X, no importa abrazar el marxismo, ni la “combinación de todas las formas de lucha” como fue el caso altruista y militante de la socialista Ángela Davis, no importa si se es católica afro con conciencia como le tocó a Graciela Díaz en la pastoral de Popayán, esto si el objetivo de la lucha es la identidad y el fin perseguido es el orgullo propio y la exaltación de la dignidad afro.

Entre el trabajo de Arturo Rodríguez, La nación en cuestión, y el de Rudy Amanda Hurtado, In-surgiendo ciudadanía. Proceso de Comunidades Negras (PCN) (1990-2017), también observo un debate en común: la noción de ciudadanía, pero desde una perspectiva afrocentrada. Esto a pesar de que los textos se enmarquen en espacios distintos: uno en Cartagena y el otro en el Pacífico y los valles interandinos. Cartagena y Popayán como antiguos emporios y emplazamientos coloniales representan el imaginario de la “pureza” (idioma, raza y cultura) y la exclusión racial, de modo que siempre se quiso homogeneizar sin diferenciar, colombianizar sin africanidad. Así, en estas ciudades de vástagos y herencias coloniales, donde se vendió y predicó la idea de una nación mestiza, prevalecieron los prejuicios y la farsa de un Estado-nación con diversidad y ciudadanía étnica. Ahora bien, el trabajo de Arturo es la continuación de una abundante producción, donde podemos encontrar temas como el racismo, el pluralismo jurídico, la multiculturalidad, las políticas de la alteridad y la modernidad, como uno de los tópicos indistintos, que son el sello de su amplia y polifacética obra historia, jurídica, sociológica y política, donde los estudios sobre subalternidad afro siempre han estado presentes. En su texto, todo lo que él puntualiza de Cartagena se podría extender al país afrocolombiano, dónde el discurso manifiesta una diversidad social amplia e incluyente, pero llena de estereotipos y exclusiones en la práctica. Un gran intelectual como Arturo Rodríguez nos lo recuerda desde La historia de un joven negro (Zapata, 1983), donde el racismo y la discriminación salen a flote en la escuela naval de Cartagena, y se plasma actualmente en la situación socioeconómica de exclusión, marginalidad y pobreza que viven los ciudadanos de barrios como Chambacú y el Nelson Mandela.

Uno de los títulos importantes de la producción afro en los últimos años es El movimiento social afrocolombiano, negro, raizal y palenquero como opción política para el fortalecimiento de la democracia, de Rubén Hernández Cassiani. El libro del palenquero une la Colombia afrocaribe con la Colombia afropacífica y afroandina, a partir de los movimientos sociales y las asociaciones, organizaciones y consejos comunitarios; en ello se articula con las investigaciones llevadas a cabo por otros investigadores como Luis Carlos Castillo (2016) y Maguemati Wabgou (2012), buscando el posicionamiento político y social de las organizaciones afros en búsqueda de su “buen vivir”, frente a la guerra, el desplazamiento y la violencia de los actores armados que a sangre y fuego, han herido profundamente la movilización social afro. Por esta razón la lucha por los derechos humanos y por una convivencia democrática debe ser un objetivo inaplazable como defensa de la dignidad humana, de las comunidades afros que cada día luchan para defender sus territorios y resistiendo a las embestidas de los diversos actores que los ponen en riesgo constante. De la misma manera en que Manuel Zapata Olivella une al Caribe con el Pacífico a través de la novela, Hernández Cassiani lo hace desde una aproximación sociológica política a los movimientos sociales afros presentes en los dos litorales. Su libro busca una eco-afro-economía sustentable que respete los territorios y las prácticas tradicionales de producción económica y social, las cuales están amparadas por la Ley 70 y la consulta previa; el autor defiende una visión propia del desarrollo a escala autónoma, comunal y glocal, frente al Estado nacional, que abre sus brazos en beneficios del capital financiero globalizado.

Un trabajo que se acompasa con la anterior propuesta es la investigación de la antropóloga Rudy Amanda Hurtado, quién desarrolla a partir de la invención jurídica la idea de la ciudadanía afro desde 1991, realizando sus estudios desde la madurez política de las subjetividades de la diáspora africana en Colombia, metamorfoseándose en un proceso social y cultural por dignificar la condición humana en la praxis. Efectivamente, que un nuevo sujeto, unos nuevos actores sociales afros son indispensables para crear una organización política cimarrona, capaz de hacer los cambios económicos y políticos que la población afrocolombiana está esperando en los sitios más marginados del país por varios siglos. El trabajo de Rudy Amanda Hurtado, es un llamado a aprender de la experiencia histórica de los movimientos sociales en otros países afros, traspasando las debilidades y superando las diferencias ideológicas para conformar un movimiento político social, que dé cuenta de nuestra responsabilidad moral y jurídica ante la actual coyuntura política del proceso de paz y el post-acuerdo. Amanda es la voz femenina como joven intelectual, afrofeminista y militante, cargada de uramba pacífica para el mundo (Laó-Montes, 2020, p. 504); su investigación es la apertura para que los jóvenes hagan de la desobediencia civil un proyecto de vida, cuando las leyes injustas no los cobijan, pues el pueblo en movimiento es la verdadera ciudadanía. El libro de Amanda se hermana con el de Rubén Hernández Cassiani en el llamado a que son estas subjetividades, entendidas como movimientos sociales que deben fundamentar un nuevo proyecto de ciudad, sociedad y organizaciones afrocomunitarias. A mi entender, el libro de Rudy Amanda es un intento de modificar el movimiento social de forma interna, es decir desde el mismo proceso afro, en medio de la dispersión en la que viven las organizaciones afros por sus luchas intestinas.

Finalmente, la biblioteca se completa con Música, creatividad e identidad en el suroccidente afrocolombiano de Carlos Velasco. El autor hace un recorrido por distintas expresiones musicales afros como los bundes, las fugas, los violines caucanos, las adoraciones del niño Dios; con el fin de explicar el sincretismo religioso y musical como factor de identidad cultural de la africanitud en Colombia. Velasco Díaz ve en la música la expresión artística más vital que permitió al afro sobrevivir en medio de la opresión, a partir del baile, el sonido y los símbolos religiosos, costumbres y tradiciones religiosas para no olvidar su legado africano y que ella permaneciera viva en la cotidianidad. Considero que este proyecto de investigación musical tiene toda la pertinencia, originalidad y creatividad de un trabajo que va a marcar un norte en lo pedagógico en los estudios artísticos musicales sobre el norte del Cauca y el sur del Valle.

Valoro sobre manera su proyecto de hacer dialogar la antropología, la historia social y la memoria oral musical de los afros, construyendo una misma red intercomunicada de ideas, símbolos, practicas e imaginarios; para darnos a entender la cosmovisión de la diáspora desde la música como hemisferio gravitacional creativo e inventivo, sin el cual no podríamos entender el ser y la esencia de lo afro en los “países de Colombia” y en la “América mestiza”. La música es vida y la vida es un arte, una filosofía, un modo de estar en el mundo; como si fuese un ritual ante todo y nosotros, con los instrumentos musicales, buscáramos la unión con el todo y le cantáramos al conjunto de entes y seres de la creación. Es la musicalidad del muntu que nos hermana con todos y el todo, no importa el instrumento musical en el que sea entonado el ritmo libertario, bien sea un tambor, una marimba, un pechiche o un violín.

Igualmente, valoro su proyecto de des-colonizar y deconstruir las musicalidades occidentales para resignificar las expresiones de la afrodiáspora, dándoles visibilidad y relevancia histórica, rompiendo así el canon oficial y posibilitándonos ver otras músicas creativas, diversas y plurales. El proyecto investigativo de Velasco Díaz deja conjugar en un mismo canto la poesía, la música y la práctica religiosa con sus bundes, loas, alabanzas y adoraciones; para definirse y definirnos como afros musicales, donde rito, ritmo y veneración poética son uno solo. En este documento también se rinde un homenaje a un intelectual como Natanael Díaz, al ritmo de la identidad afrocolombiana y a la memoria del día en que las negritudes se consolidaron como movimiento social racializado en 1943 en Bogotá (Pisano, 2012, pp. 103-111; Zapata Olivella, 1990, p. 187; Valero, 2020, p. 31).

Este proyecto de afrointelectuales colombianos tiene el objetivo de pensarnos a nosotros mismos como subjetividades y reflexionar críticamente sobre las ciencias sociales colombianas y afrocolombianas. Con ello, intentamos reinventar el pasado para comprender el presente y elucubrar sobre el futuro nuestro como colectividades en Colombia, permitiéndonos estar abiertos a temas específicos e indispensables para comprender nuestra coyuntura histórica social para que así, otros autores, regiones, temas e instituciones fortalezcan la red de libros que contribuirán a reescribir desde la experiencia nuestra, singular y específica en el estudio de las ciencias sociales en la universidad colombiana.

Los teóricos del pensamiento decolonial colombiano, los practicantes de la investigación acción participación, los seguidores del pensamiento crítico, los estudiosos de la africanía dónde sea que estén y los animadores de los estudios culturales de la afrodiáspora son “compañeros de viaje” en esta expedición. De hecho, tenemos el placer de que connotados autores del pensamiento crítico contemporáneo, como Chinua Achebe, Ramón Grosfoguel y Agustín Laó-Montes, hayan acompañado algunos de los trabajos de los afrointelectuales aquí reseñados, pues respalda este esfuerzo por valorar y dignificar nuestro aporte creativo a las ciencias sociales, es muy gratificante que muchos de ellos las intentaron “abrir” antes que este proyecto se materializara, viendo nuestra imaginación creadora para hacer ser otra afrocolombia en la academia, en el pensar, en el ser y el hacer.

La construcción de unas ciencias sociales afros no será en vano si los lectores indistintos se atreven a elucidar una onto-epistemología de la diáspora africana en Colombia, escrita por subjetividades reflexionantes afros, pues siempre fuimos visibles, tú me invisibilizaste… ahora es tiempo de que te pongas en nuestro lugar… ESCÚCHANOS desde el marco de la igualdad y la tolerancia que estas ideas aquí contenidas puedan darte, estimado lector…

William Mina Aragón Ph.D.

Universidad Complutense de Madrid

Profesor Titular Universidad del Cauca

Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales

Grupo de Investigación Actores, Procesos e Instituciones

Políticas – Giaprip

REFERENCIAS

Antón, J. (2004). La guerra y sus efectos socioculturales, étnicos y políticos en la región pacífica: territorio, proyecto de vida y resistencia de los afrodescendientes. En G. Montañez (coord). Dimensiones territoriales de la guerra y la paz (pp. 741-758). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Arboleda, S. (2016). Le han florecido nuevas estrellas al cielo: suficiencias íntimas y clandestinación del pensamiento afrocolombiano. Cali: Poemia.

Arcos, A. y Blandón, M. (2015). Afrodescendencia: Herederos de una tradición libertaria. Bogotá: Ediciones Desde Abajo

Artel, J. (1979). Antología Poética. Bogotá: Ecoe Ediciones

Arrázola, R. (1970). Palenque: Primer territorio libre de América. Cartagena: Ediciones Hernández.

Appiah, K. (2007). Mi cosmopolitismo. Buenos Aires: Katz.

Appiah, K. (2008). Ética de la identidad. Buenos Aires: Katz.

Banguero, R. (2018). Territorialidad en los reales de minas, norte del Cauca (1851-1930). Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Blandón, M. y Perea, R. (2015). Debates sobre conflictos raciales y construcciones afrolibertarias. Medellín: Poder Negro.

Bonilla, N. (2004). África: el continente madre. Cali: Feriva.

Branche, J. (2009). Malungaje: hacia una poética de la diáspora africana. Bogotá: Ministerio de Cultura.

Caicedo, J. (2013). A mano alzada. Memoria escrita de la diáspora intelectual afrocolombiana. Popayán: Sentir-Pensar.

Castillo, L. (2007). Etnicidad y nación. Los desafíos de la diversidad en Colombia. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Castillo, L. (2016). Organizaciones afrocolombianas. Una aproximación sociológica. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Césaire, A. (2006). Discurso sobre el colonialismo. Madrid: Ediciones Akal.

Césaire, A. 2013. Cuaderno de un retorno a la tierra natal. Caracas: Monte Ávila.

Cabezas, F. (2011). Torturas y castigo en la afrodiáspora al nuevo mundo. Cali: Feriva.

Castro-Gómez, S. y Grosfoguel, R. (2007). El giro decolonial Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar,

Chimamanda, N. (2015). Todos deberíamos ser feministas. Barcelona: Literatura Random House.

Chukwudi Eze, E. (2001). Pensamiento africano. Ética y política. Barcelona: Bella Terra.

Cortés, R., Sinisterra, M. y Macuacé, R. (2017). Expectativas quebrantadas. La discriminación afro y la discriminación racial en Colombia. Popayán: Editorial Universidad del Cauca.

Costa, S., Góngora, M. y Vera, R. (2019). Entre el Atlántico y el Pacífico Negro. Afrodescendencia y regímenes de desigualdad en Sudamérica. Madrid/Frankfurt am Main: Iberoamericana/Vervuert.

Cuesta, G. (2019). Al ritmo de los manglares en tiempos de jazz. Bogotá: Apidama Ediciones.

Davis, Á. y Dent, G. (2019). Black feminist. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Davis, Á. (2019). Mujeres, raza y clase. Madrid: Akal.

De La Fuente, A., Gross, A. (2020). Ser libre, ser negro. Raza, libertad y derecho en Cuba, Luisiana y Virginia. Madrid: Catarata.

Díaz, R. (2020). Africana: aproximaciones, trazos y abordajes africanos. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana

Dinah, A. (2020). Las semillas del Muntú. Bogotá: Escarabajo.

Du Bois, W. (2001). Las almas del pueblo negro. La Habana: Fundación Fernando Ortiz.

Du Bois, W. (2013). El negro de Filadelfia. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Eljach, M. (2006). La construcción Jurídica del negro en la colonia. Popayán: Axis Mundi.

Escalante, A. (1964). El negro en Colombia. Bogotá: Imprenta Nacional.

Escobar, A. (2011). Una minga para el posdesarrollo. Bogotá: Ediciones Desde Abajo.

Escobar, A. (2016). Sentirpensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre el desarrollo, territorio y defensa. Medellín: Universidad Autónoma Latinoamericana-Unaula.

Escobar, A. (2018). Otro posible es posible: caminando hacia las transiciones desde Abya Yala/Afro/Latino-América. Bogotá: Ediciones Desde Abajo.

Fanón, F. (2003). Los condenados de la tierra. México: FCE.

Fanón, F. (2009). Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Ediciones Akal

García, J. (2006). Caribeñidad: afroespiritualidad y afroepistemología. Caracas: Fundación editorial El perro y la rana.

Garcés, D. (2020). Los derechos de los pueblos afrocolombianos. Construcción y desafíos. Bogotá: Ibañez.

Gates, H. (2013). Gente de Color. La Habana: Editorial arte y literatura.

Gilroy, P. (2014). Atlántico negro, modernidad y doble conciencia. España: Editorial Akal.

Glissant, É. (2005). El discurso antillano. Caracas: Monte Ávila editores.

González-Sevillano, P. (1999). Marginalidad y exclusión en el Pacífico colombiano: una visión histórica. Cali: Editorial Universidad Santiago de Cali.

Grosfoguel, R. y Castro-Gómez, S. (2007). El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.

Grosfoguel, R. (2018). ¿Negros marxistas o marxismos negros?: una mirada descolonial. Tabula Rasa, 28, 11-22. Doi: https://doi.org/10.25058/20112742.n28.1

Grueso, D. (2015). Reconocimiento y democracia, desafíos de la justicia. Reflexiones crítico-teóricas contemporáneas. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Grueso, M. (2019). Negra soy. Cali: Talleres de Formas Printed.

Hall, S. (2014). Sin garantías: trayectorias y problemáticas en estudios culturales. Popayán: Editorial Universidad del Cauca.

Hernández, R. (2014). Genealogía de la identidad cultural palenquera y su incidencia en el movimiento social afrocolombiano. Cartagena: Instituto Manuel Zapata Olivella.

James, C. (2010). Los Jacobinos Negros. La Habana Cuba: Fondo editorial Casa de las Américas.

Ki-Zerbo, J. (1972). Historia general del África negra. Madrid: Alianza.

Laó-Montes, A. (2020). Contrapunteos afrodiaspóricos. Cartografías políticas de nuestra afroamérica. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.

Laó-Montes, A. (2022). Construyendo políticas culturales descolonizadoras. La interculturalidad como recurso de ciudadanía y democracia sustantiva. Revista de trabajo social, 34, 25-59.

Lewis, M. (2019). Literatura afrocolombiana en sus contextos naturales. Imperialismo ecológico y cimarronaje cultural. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Lozano, B. (2013). Orden racial y teoría crítica contemporánea. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Luther King, M. (1963). Los viajeros de la libertad. Barcelona: Fontanella.

Malcolm X. (1992). Autobiografía. Barcelona: Ediciones B.

Malcolm X. (1993). Discursos, entrevistas y declaraciones. New York: Pathfinder.

Malcolm, X. (2003). Malcolm X habla a la juventud: discursos en Estados Unidos, Gran Bretaña y África. La Habana: Casa Editora Abril.

Martí, J. (1986). Nuestra América. Bogotá: El Búho.

Maturana, O. (2011). Afrodescendientes en la independencia. Buenos Aires: LibrosEnRed.

Mbembe, A. (2016). Crítica de la razón negra. Ensayo sobre el racismo contemporáneo. Barcelona: Futuro Anterior Ediciones.

Meneses, Y. (2019). Etnoeducación y Cátedra de Estudios Afrocolombianos. Medellín: Gobernación de Antioquia.

Mignolo, W. (2003). Historias locales-diseños globales. Ensayos sobre la colonialidad del poder. Madrid: Akal.

Mignolo, W. (2005). La idea de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.

Mignolo, W. (2006). El giro gnoseológico decolonial. En A. Cesaire. Discurso sobre el colonialismo (pp. 197-221). Madrid: Akal.

Mignolo, W. (2007). El pensamiento decolonial: desprendimiento y apertura. En R. Grosfoguel y S. Castro-Gómez. El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global (pp. 25-46). Bogotá: Siglo del Hombre Editores.

Mina, W. (2000). Poesía y filosofía política. Cali: Unidad de Artes Gráficas del Valle.

Mina, W. (2003). El pensamiento afro. Cali: Unidad de Artes Gráficas del Valle.

Mina, W. (Comp.). (2016). Manuel Zapata Olivella: un legado intercultural. Bogotá: Ediciones Desde Abajo.

Mina, W. (2017). Novela, sociedad y cultura. Cuernavaca: Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica.

Mina, W. (2019). El escritor y la política. Popayán: Samava.

Mina, W. (2020). Manuel Zapata Olivella. Humanista afrodiaspórico (3 ed.). Cali: Poemia.

Mosquera, C. (2011). Afro-reparaciones: apropiarse del pasado, encarar el presente: transformar el futuro. Cartagena de Indias: Ediciones Pluma de Mompóx.

Mosquera, C.; Pardo, M. y Hoffman, O. (2002). Afrodescendientes en las Américas. Trayectorias sociales e identitarias. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Mosquera, C. y León, R. (2009). Acciones afirmativas y ciudadanía diferenciada étnico-racial negra afrocolombiana-palenquera y raizal (Entre bicentenarios de la independencia y constitución de 1991). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Mosquera, S. (2012). Africanía en la novela María. Quibdó: Muntú-Bantú.

Mosquera, S. (2017). La trata negrera y la esclavización. Una perspectiva histórico-psicológica. Bogotá: Apidama Ediciones.

Mosquera, J. (2007). La población afrocolombiana. Realidad, derechos y organización. Bogotá: Sigma.

Múnera, A. (1998). El fracaso de la Nación. Bogotá: Banco de la República-El Ancora Editores.

Obama, B. (2007). La audacia de la esperanza. Barcelona: Península.

Obando, A. y González, J. (2014). Diversidad y justicia social. Popayán: Samava.

Ortiz, J. (2019). El incómodo color de la memoria. Bogotá: El Malpensante.

Palacios, G. (2020). Manuel Zapata Olivella (1920-2004): pensador político, radical y hereje de la diáspora africana en las Américas. Medellín: Editorial Universidad Pontificia Bolivariana.

Panchano, L. (s.f.). Voces de africanía. Cali: Gobernación del Valle del Cauca.

Patiño, D. (2020). Arqueología histórica de la diáspora africana en el Cauca. Popayán: Editorial Universidad del Cauca.

Perea, N. (2012). Soy Atrato. Bilbao: Otramerica.

Pisano, P. (2012). Liderazgo político negro en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Ramírez, M. (2011). Mabungú Triunfo. Bogotá: Apidama Ediciones.

Revelo, H. (1999). Naufragíos. Cali: Feriva.

Revelo, B. (2020). Ritos de orillas. Espiritualidad de las comunidades negras del Pacífico colombiano. Cali: GEUP Colombia.

Rodríguez Bobb, A. (2005). Los afrodescendientes en Europa y el concepto de dignidad humana. Berlín: WVB.

Rodríguez Bobb, A. (2016a). Esclavización y estigma, la guerra que nunca se acaba en Colombia. Berlín: WVB.

Rodríguez Bobb, A. (2016b). Problemas latinoamericanos: la racionalidad colonial, la paz y las tareas para el (post)conflicto colombiano. Tomo 1. Berlín: WVB.

Rodríguez, C. (2018). Telaraña: Ecos y sonidos de la afro diáspora. California: Editorial Ibukku.

Romero, M. (2017). Las culturas negras: entre sociedades afrocolombianas del norte del Cauca. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Santacruz, M., Sánchez, J. García, S. y Viáfara, C. (2019). Pueblos afrodescendientes en América Latina: Realidades y desafíos. Cali: Corporación Amigos de la Unesco.

Sarr, F. (2016). Afrotopia. Madrid: Los Libros de La Catarata.

Senghor, L. (1970). Libertad, negritud y humanismo. Madrid: Tecnos.

Senghor, L. (1990). Obra Poética. Madrid: Editorial Cátedra.

Senghor, L. (1995). El diálogo de las culturas. Madrid: Mensajero.

Soyinka, W. (2004). Clima de miedo. Barcelona: Tusquets.

Taylor, K. (2016). De #BlackLivesMatter a la liberación negra. Buenos Aires: Traficante de sueños.

Valderrama, C. (2018). The negritude movements in Colombia (tesis doctoral en Sociología). Universidad de Massachusetts, Amherst.

Valero, S. (2020). Los negros se toman la palabra. Cartagena: Universidad de Cartagena.

Valencia, L. (2019). Negro y afro. La invención de dos formas discursivas. Cali: Icesi.

Velasco, C. (2021). Natanael Díaz. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.

Vergara, A. et al. (2017). Descolonizando mundos. Aportes de intelectuales negras y negros al pensamiento social colombiano. Buenos Aires: CLACSO.

Villa, E. y Villa, W. (2013). Memoria y representación en mundos desencontrados. En Eduardo Restrepo. Estudios afrocolombianos hoy: aportes a un campo transdisciplinario (pp. 189-204). Popayán: Editorial Universidad del Cauca.

Wabgou, M. (2012). Movimiento social afrocolombiano. Negro, raizal y palenquero. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Zapata Olivella, J. (1986). Piar, Padilla y Petión. Tres mulatos de la revolución. Barranquilla: Ediciones Universidad Simón Bolívar.

Zapata Olivella, M. (1960). La calle 10. Bogotá: Prolibros.

Zapata Olivella, M. (1974). El hombre colombiano. Bogotá: Antares.

Zapata Olivella, M. (1983). Changó, el gran putas. Bogotá: Oveja Negra.

Zapata Olivella, M. (1989). Las claves mágicas de América. Bogotá: Bedout.

Zapata Olivella, M. (1990). Levántate mulato. Bogotá: Rei Andes.

Zapata Olivella, M. (1997). La Rebelión de los genes. Bogotá: Altamir.

Zapata Olivella, M. (2000a). Tierra Mojada. Bogotá, Antillas.

Zapata Olivella, M. (2000b). Pasión Vagabunda. Bogotá: Ministerio de Cultura.

Zapata Olivella, M. (2003). Fábulas de Tamalameque. Bogotá: Educar.

Zapata Olivella, M. (2014). El árbol brujo de la libertad. Bogotá: Ediciones Desde Abajo.

Zapata Olivella, M. (2017a). Deslumbramientos de América. Cuernavaca: Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica.

Zapata Olivella, M. (2017b). Africanidad, indianidad y multiculturalidad. Cuernavaca: Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica.