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Bitcoin es el primer intento exitoso de una criptomoneda. ¿Superará al dólar, al yen y al euro en un futuro cercano? Difícil de prever, pero acaso las monedas digitales, nacidas de un acuerdo comunitario sin participación de bancos ni estados, sean la próxima revolución del sistema monetario.
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Seitenzahl: 30
Veröffentlichungsjahr: 2015
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Bitcoin es un sistema de relaciones entre personas integradas a una red (pares) que mediante un software, también denominado Bitcoin, sustentan de común acuerdo la existencia de una nueva moneda, electrónica, la única no emitida por Banco Central alguno. A diferencia de otros, Bitcoin es un sistema monetario descentralizado, que no está regido por las políticas de organismos públicos o gubernamentales.
Como introducción es interesante dejar en claro que la emisión de esta moneda es el fruto de los esfuerzos que algunas computadoras conectadas a la red realizan para resolver complejísimos algoritmos y finalmente “encontrar” bitcoins. No todas las computadoras lo logran, desde luego. Sólo quienes disponen de los procesadores más potentes llegan a extraer estos bienes de la mina virtual y los introducen al sistema. El descubrimiento de una nueva bitcoin es reconocido inmediatamente por el sistema, y se inscribe agregando los datos al final de una extensa cadena de bloques informáticos. Veremos más adelante que esta sucesión de hechos estará limitada a un monto ya establecido en el diseño original del sistema, por lo tanto, llegará un momento en que las posibilidades de obtener una nueva bitcoin serán tendientes a cero.
El resto de los individuos u organizaciones tiene la oportunidad de obtener bitcoins adquiriéndolas o cambiándolas por bienes o servicios.
Es interesante destacar que la creación del protocolo Bitoin se atribuye a Satoshi Nakamoto, en 2009 (el 3 de enero de ese año el primer bloque fue minado). Si bien giran retratos del mítico Nakamoto en Internet, no se sabe efectivamente quién es, o incluso si realmente existe, muchos afirman que se trata de un grupo de personas y no de un individuo en particular.
Es razonable pensar que toda creación surge para resolver un problema o cubrir una falta. De manera que buscar falencias en el presente del sistema monetario y financiero mundial puede aportar señales para entender el fenómeno y permitirnos anticipar cuál será su lugar en el futuro.
Esto es fundamental en este mismo minuto, puesto que es el momento en el que cualquier persona puede tomar la decisión de incorporar este activo a su cartera de valores.
El dinero es un concepto, pero hasta hace poco tiempo estuvo necesariamente asociado a objetos. Esos objetos son conocidos por todos nosotros como billetes y monedas. Lo curioso es que no siempre fue así. Cuando las sociedades lograron desarrollar herramientas y se establecieron en civilizaciones sedentarias, se dio lugar a un fenómeno no concebido hasta entonces, que es el llamado “excedente de producción”. La especialización en una actividad con valor agregado —a diferencia de la recolección o la caza, por ejemplo— brindó una habilidad orientada a determinadas labores por parte de los individuos, generando una distribución social de las tareas. Ya no eran todos los hombres jóvenes y fuertes de la aldea quienes salían a matar animales para provecho de las familias, sino clanes que empezaron a dedicarse cada vez más intensivamente a una actividad en particular.
Dependiendo de condiciones climáticas, geográficas y culturales, las familias o los pueblos forjaron su lugar en la compleja matriz del intercambio.
La colocación de los excedentes de producción de los bienes propios, con el fin de obtener otros dio origen al trueque, mecanismo de intercambio entre individuos que se basaba en el trato personal y que tenía una creciente dificultad a la hora de establecer el valor de los objetos. Éste variaba según la necesidad, oportunidad, estacionalidad, clima, etc.
Además del problema del valor, los bienes –perecederos en muchos casos– no servían en general como medio de atesoramiento de ese excedente.