Breve historia de Chile - Sergio Villalobos R. - E-Book

Breve historia de Chile E-Book

Sergio Villalobos R.

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Beschreibung

Este libro es una breve síntesis de la historia de Chile. Comprende desde el poblamiento americano, los pueblos y culturas aborígenes de Chile, pasando por la llegada de los españoles, la Conquista, el Estado, la economía y la sociedad coloniales, el proceso de la Independencia y la organización de la República, hasta la expansión y la crisis de la sociedad liberal en el siglo XIX; la evolución del país en el siglo XX y los importantes desarrollos políticos de los últimos años.

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983

V714b

Villalobos R., Sergio, 1930.

Breve historia de Chile / Sergio Villalobos R.

3ª reimpr. de la 24ª ed. –Santiago de Chile: Universitaria, 2019.

213 p.: il., fascíms, retrs.; 11,5 x 18,2 cm – (Imagen de Chile)

Declarado material didáctico complementario y

también de consulta de la educación chilena, según

resolución Nº 1.914 del 8 de agosto de 1984, del

Ministerio de Educación.

ISBN: 978-956-11-2231-4ISBN Digital: 978-956-11-2816-3

1. Chile - Historia. I. t.

© 1979, SERGIO VILLALOBOS.

Inscripción Nº 57.918, Santiago de Chile.

Derechos de edición reservados para todos los países por

© EDITORIAL UNIVERSITARIA, S.A.

Avda. Bernardo O’Higgins 1050, Santiago de Chile.

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada,

puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por

procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o

electrónicos, incluidas las fotocopias,

sin permiso escrito del editor.

Texto compuesto en tipografía Caslon 540 9/12

Se terminó de imprimir esta 3a reimpresión de la

VIGESIMOCUARTA EDICIÓN

en los talleres de Graficandes Ltda.,

Santo Domingo 4593, Quinta Normal, Santiago de Chile,

en mayo de 2019.

w w w . u n i v e r s i t a r i a . c l

Diagramación digital: ebooks [email protected]

ÍNDICE

PRÓLOGO

LAS CULTURAS ABORÍGENES (9000 a.C.-1536 d.C.)

Los primeros pueblos

Los indígenas a la llegada de los españoles

DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA (1536-1600)

Los españoles en América

La Conquista de Chile

LA COLONIA (1601-1810)

El Estado

La Guerra de Arauco

Convivencia en la Araucanía

Economía y sociedad

Territorio y amenaza externa

Cultura

El fin de la Colonia

LA INDEPENDENCIA (1810-1823)

La Patria Vieja

La Reconquista

La Patria Nueva

LA ORGANIZACIÓN (1823-1861)

El ordenamiento político

El destino nacional

Bases de la economía

La cultura

LA EXPANSIÓN (1861-1891)

La política liberal

Ocupación del territorio

Los conflictos internacionales

Prosperidad económica

La revolución de 1891

LA CRISIS DE LA SOCIEDAD LIBERAL (1891-1920)

La economía y la sociedad

Fisonomía política

EVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA (1920-1970)

El movimiento político de 1920

El reformismo democrático

Tras el desarrollo económico

La transformación social

REORIENTACIÓN NACIONAL (1970-2014)

La Unidad Popular

El gobierno militar

La Concertación por la Democracia

Problemas generales

PRÓLOGO

En los últimos tiempos ha vuelto a despertarse el interés por la historia de Chile. Los investigadores realizan búsquedas minuciosas y los ensayistas proponen interpretaciones que dan sentido al pasado. Por sobre todo son las preocupaciones del presente las que mueven al chileno a buscar en su historia la explicación de los problemas actuales. ¿Cómo hemos sido? ¿De qué manera se ha forjado esta nación? ¿Cuál es la herencia más valiosa del pasado?

Esta Breve historia no tiene grandes pretensiones. Su objeto es entregar un relato sencillo y esquemático, que contenga una información mínima al alcance de todo público. No se encontrará, por lo tanto, una elaboración complicada ni un lenguaje difícil; aunque se proporcionarán los datos necesarios para entender todo el trayecto histórico del país.

Es un cuadro reducido pero completo que, sin un esfuerzo penoso, permitirá conocer la historia de Chile en sus hechos fundamentales.

S. V.

LAS CULTURAS ABORÍGENES

Los primeros pueblos

ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO

Los primitivos habitantes de América llegaron desde el Asia en diversas oleadas y grupos.

Los arqueólogos que se han dedicado a investigar en este tema sostienen diferentes puntos de vista.

La teoría más aceptada es la del paso de grupos premongólicos y esquimales a través del estrecho de Bering, con rumbo a Alaska. En épocas muy remotas, entre 10.000 y 40.000 años atrás, hubo un periodo de glaciación, es decir, de aumento de las masas de hielo en las zonas de alta latitud y en las regiones más elevadas. Este hecho provocó una disminución del agua de los mares y, por tanto, bajó considerablemente su nivel. Al descender las aguas quedó en descubierto una faja terrestre que unía en el norte Asia con América, en la región del estrecho de Bering.

De esta manera, grupos asiáticos pudieron pasar a América y distribuirse por el continente.

Concluidos los periodos de glaciación, también es posible que navegando en pequeñas embarcaciones, a través del estrecho de Bering, llegaran otros grupos.

Otra teoría, que complementa la anterior, señala el poblamiento de América mediante grupos malayos y polinésicos que habrían navegado de isla en isla a través del Pacífico. Estos grupos habrían llegado a diversas regiones, dando origen a indígenas de distinto aspecto físico y cultural.

En nuestra época la navegación realizada exitosamente por algunos exploradores en balsas de construcción rústica ha demostrado que es posible cruzar los grandes océanos con medios primitivos.

Los hombres que llegaron a América eran recolectores y cazadores, que vivían de frutos silvestres y de los animales y aves que lograban matar. Desde entonces, y a través de miles de años, evolucionaron formando distintos pueblos aborígenes, algunos de ellos de elevada cultura, como los aztecas de México, los mayas de Centroamérica y los incas de Perú. Otros se mantuvieron en un estado muy primitivo.

LOS ANTIGUOS POBLADORES DE CHILE

Los primeros habitantes del país, que provenían del norte formando bandas de cazadores y recolectores, se situaron, al parecer, al pie del altiplano andino, donde los ríos y las quebradas les permitían desenvolver su vida. En las proximidades de San Pedro de Atacama se han encontrado restos arqueológicos de 9.000 años a.C. Una antigüedad parecida se ha detectado en las cercanías de Los Vilos y en Taguatagua, donde existió una laguna. Los hombres llegaron también hasta la región magallánica, procedentes de la Patagonia, dedicándose a la caza y la pesca.

Algunas bandas se situaron en la costa del norte. Cierta humedad, que daba lugar a una escasa vegetación, y el alimento de peces y mariscos creaban condiciones de vida que eran bien aprovechadas. La caza del guanaco, que merodeaba por allí, les permitía abastecerse de carne.

Algunas caletas cobijaron a estos grupos que dejaron una huella inconfundible: vastos conchales de varios metros de profundidad. Estos resultaron de largos periodos de acumulación de las conchas de los mariscos que comían aquellos hombres.

En medio de los conchales se han encontrado anzuelos de concha y huesos, y una variedad de piedras trabajadas a golpes, que servían como punta de proyectiles, raspadores, morteros, etcétera.

COMIENZOS DE LA AGRICULTURA

Con el paso de los siglos, unos 4.000 años a.C., algunos grupos situados junto a los ríos y quebradas cordilleranas de los desiertos de Tarapacá y Atacama iniciaron cultivos mediante el trabajo de la tierra y el empleo del regadío. Tales grupos se hicieron sedentarios, tuvieron que permanecer en las localidades, organizar el trabajo, cuidar las sementeras y hacer la cosecha llegado el momento. Construyeron viviendas permanentes y desarrollaron la alfarería para guardar los granos, preparar los alimentos y mantener el agua y sus bebidas.

Al mismo tiempo hubo preocupación por capturar auquénidos, especialmente la llama y la vicuña, criarlos y reproducirlos, de modo que se inició la actividad ganadera. Tanto las tareas agrícolas como el pastoreo influyeron en el orden social: hubo que reglamentar el trabajo y señalar los deberes de cada uno. El poder colectivo, a través de autoridades, vigiló el cumplimiento del sistema.

En etapa muy posterior se dejó sentir la influencia de Tiawanako, una cultura muy dinámica y expansiva del altiplano andino (actual Bolivia). Bajo su influencia las etnias de los desiertos avanzaron aún más en la técnica agrícola, el intercambio de especies, la vestimenta y el arte.

Los indígenas a la llegada de los españoles

DIVERSOS PUEBLOS

Los aborígenes que poblaban el actual territorio de Chile a la llegada de los españoles presentaban una gran variedad de culturas.

Había grupos en estado muy primitivo, verdaderos nómades que se trasladaban de lugar en lugar en busca de recursos. Eran bandas de cazadores y recolectores.

Algunos grupos habían evolucionado y se habían transformado en agricultores, sin que hubiesen dejado por completo la caza y la recolección. Ocupaban permanentemente la tierra, practicaban la ganadería de llamas, conocían la alfarería y la fabricación de géneros. Sus viviendas eran de materiales sólidos y se agrupaban en aldehuelas compactas.

Finalmente, una civilización, la de los incas, se había extendido por el norte y centro del país, superponiéndose a los otros pueblos. Formaban parte de un enorme imperio con excelente cultura material y una organización superior.

Los principales pueblos, de acuerdo con su nivel cultural, eran los siguientes:

CHANGOS, CHONOS, FUEGUINOS Y PEHUENCHES

Los changos eran los descendientes del hombre de los conchales, y se encontraban en las caletas y playas del norte y centro del país. El contacto con otras culturas había enriquecido sus bienes materiales. Fabricaban diversas vasijas de greda, cestas de fibras vegetales, artículos de cuero y algunos objetos de metal.

El mar seguía siendo, sin embargo, su principal fuente de recursos. Usaban balsas de cueros de lobo infladas, que les permitían hacerse a la mar para pescar.

En las islas situadas al sur de Chiloé habitaban los chonos, que también vivían principalmente de los alimentos del mar. Con sus frágiles embarcaciones recorrían los puntos costeros de las islas.

Chango en balsa de cueros de lobo según Frezier, viajero del sigloXVIII.

Los fueguinos, que poblaban los archipiélagos situados al sur del estrecho de Magallanes, se encontraban en el nivel más primitivo. Comprendían tres tribus de características más o menos similares: ona, yagán y alacalufe.

Los onas habitaban la isla de Tierra del Fuego y generalmente no se aventuraban en el mar. Los yaganes y los alacalufes navegaban continuamente en pequeñas piraguas por los canales magallánicos.

Indios fueguinos dibujados por un explorador inglés de 1670.

Todos los fueguinos eran pescadores y cazadores. Su alimento se componía de peces, mariscos, lobos de mar y restos de ballenas muertas arrojadas a las playas. La vivienda era una pequeña armazón de palos cubierta con cueros de guanaco y lobos marinos, que armaban y desarmaban con facilidad.

Las pieles y cueros constituían su escasa vestimenta, aunque solían soportar en completa desnudez la inclemencia del clima, sin que les afectase ni siquiera la nieve.

Características diferentes presentaban los pehuenches, un pueblo nómade que habitaba al otro lado de la cordillera, que incursionaba hacia este lado, frente a la Araucanía. Cazaban el guanaco y se vestían con su piel, habitaban en toldos de ramas y cueros y su principal alimento era el pehuén o piñón de la araucaria, que dio origen a su nombre, que significa hombre del pehuén. Estaban muy influidos por las costumbres araucanas.

Araucanos.

LOS ARAUCANOS

Vivían en la región comprendida entre los ríos Itata y Toltén.

Eran agricultores primitivos, que además recolectaban frutos silvestres y cazaban animales y pájaros. Cultivaban el maíz y la papa; tenían rebaños de llamas y cazaban el puma y el guanaco.

Cerámica araucana del tipo “Valdivia”.

Usaban utensilios de greda y madera de confección muy rústica. En cambio sus tejidos de lana de llama y de guanaco, tales como ponchos y frazadas, eran de hermosos dibujos y colores.

La vivienda era la ruca, una habitación espaciosa hecha de palos y ramas, que protegía adecuadamente del frío y la lluvia.

En la guerra y la cacería empleaban el arco y la flecha, hondas, lanzas y macanas. Esta última era un palo largo y duro, con el extremo curvo.

Los araucanos pensaban que el mundo de la naturaleza estaba animado por espíritus. Estos se manifestaban en el viento, la lluvia, el crujir de una tabla o el simple revoloteo de un insecto.

Creían que las enfermedades eran causadas por maleficios. Una machi o hechicera era llamada para efectuar un machitún, especie de ceremonia mágica que le permitía descubrir la causa de la enfermedad o al culpable. La machi fingía sacar del cuerpo del enfermo algún bicho o acusaba a alguna persona, la cual recibiría luego la venganza de los parientes.

Los muertos, según sus creencias, moraban más allá del mar o la cordillera. En su nueva existencia experimentaban las mismas necesidades que en vida, y por eso se les enterraba con sus armas y utensilios, alimentos y jarros con chicha.

Cada agrupación tenía una especie de dios, el Pillán, que era la representación de los antepasados. Había también un Pillán superior, que era un dios del bien y del mal.

El pucara de Lasana, aldea fortificada de los atacameños.

Tableta de los atacameños por ambos lados y de perfil.

Jarro pato, característico de la cultura diaguita. Probablemente para uso ceremonial.

Pieza de cerámica única en su tipo. Diaguita con influencia inca.

Pequeñas agrupaciones reconocían la autoridad de los caciques y en conjunto formaban levos, cuyas familias tenían un antepasado común.

Árboles en el Oasis de Atacama

Tiene este valle muy grandes algarrobales y llevan muy buenas algarrobas, que los indios las muelen y hacen un pan gustoso dellas. Y hacen un brevaje con esta algarroba molida, y cuécenla con agua. Es brevaje gustoso. Hay grandes chañarales, que es un árbol a manera de majuelo. Llevan fruto que se llama chañar, a manera de azofaifas, salvo que son mayores. Es valle ancho. Tienen los indios sacadas muchas acequias de que riegan sus tierras.

Crónicas de Jerónimo de Bibar.

No existía un gobierno central, pero la llegada de los españoles les hizo unirse de vez en cuando para combatir. Elegían entonces un toqui, bajo cuyo mando se ponían varios levos. Terminada la campaña los caciques y sus hombres se desbandaban.

Vecinos a los araucanos vivían otros pueblos de características parecidas. Inmediatamente al norte y hasta el río Choapa se situaban los picunches y al sur los huilliches hasta la isla de Chiloé.

ATACAMEÑOS Y DIAGUITAS

Ambos pueblos eran agricultores avanzados.

Los atacameños vivían en los oasis del desierto de Atacama. El grupo mejor estudiado por los arqueólogos es el de San Pedro de Atacama.

El rigor del clima, la pobreza de las tierras y la falta de recursos obligaron a los atacameños a vencer con inteligencia las dificultades de la naturaleza.

Mediante canales de regadío llevaban las escasas aguas de los riachuelos a una terraza angosta escalonada en los faldeos de las quebradas, donde preparaban sus cultivos. Poseían además ganados de llamas, vicuñas y alpacas.

Sus tejidos y vestimentas eran notables. Fabricaban frazadas, camisas y ponchos multicolores, adornados con bordados que representaban animales estilizados y dibujos geométricos.

Conocían la metalurgia del cobre y del bronce y, en menor medida, la de la plata y la del oro. La alfarería y la cestería sobresalían por la hermosura de sus productos.

Las casas, de aspecto muy compacto, eran de piedra trabajada groseramente; el techo era de palos y totora. Se apretujaban escalonadamente en pequeños poblados llenos de vericuetos, algunos de los cuales tomaban el carácter de ciudadelas fortificadas. En este caso se les llamaba pucara, que significa fortaleza.

Usaban tabletas de madera para aspirar alucinógenos.

Al sur de los atacameños vivían los diaguitas. Ocupaban los valles comprendidos entre los ríos Copiapó y Choapa.

Su nivel cultural era ligeramente inferior al de los atacameños.

La cerámica, muy delicada e imaginativa, constituía su rasgo más notable. Escudillas, vasijas, platos y jarros, lucían una decoración geométrica elaborada en blanco, rojo y negro. Algunos cacharros imitaban caras humanas y otros la figura de un pato nadando.

Tanto los atacameños como los diaguitas eran muy escasos en número.

EL IMPERIO DE LOS INCAS

Setenta años antes de la llegada de los españoles a Chile los incas expandieron su dominio hasta nuestro territorio.

El imperio tenía su centro en el Cuzco y comprendía las regiones de Ecuador, Perú, Bolivia, y el noroeste argentino.

Un jefe inca.

Su organización social descansaba en el riguroso cumplimiento de las obligaciones para con la comunidad. El Estado, encabezado por un monarca absoluto llamado inca, estaba muy desarrollado. Sus ciudades, sus casas y sus templos revelaban un alto grado de civilización. Los bienes materiales, los utensilios y la vestimenta eran de gran calidad.

El Camino del inca, es decir, una red de calzadas o simples senderos, unía las diversas regiones, facilitando la comunicaciones. A intervalos regulares había tambos, especie de posadas donde los indígenas del lugar tenían la obligación de mantener leña, agua y alimentos para los viajeros y los destacamentos de guerreros.

La expansión hacia Chile fue iniciada por el inca Tupac Yupanqui. En un paulatino avance y venciendo focos aislados de resistencia, alcanzaron probablemente hasta el río Maule. Allí encontraron la dura hostilidad de los araucanos y la expansión se detuvo.

La influencia incásica no fue muy profunda, porque se dejó sentir durante un tiempo relativamente corto. Además los incas no pretendían cambiar las costumbres de los pueblos sometidos: su dominación era benigna. Permitían practicar la religión y las lenguas locales.

Los pueblos subyugados debían colaborar trabajando en algunas obras y pagando tributos en especies o metales preciosos, como el oro. En algunas ocasiones ciertos grupos de la población eran trasladados a regiones distintas.

Cuando los españoles desembarcaron en Perú, había una lucha interna, que concluyó con el triunfo del inca Atahualpa sobre su hermanastro Huáscar. La guerra había debilitado el imperio y esto favoreció la conquista española.

DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 1536-1600

Los españoles en América

PROBLEMAS DEL COMERCIO EUROPEO

En las postrimerías del periodo llamado Edad Media (siglos v a xv), el comercio de Europa con el Lejano Oriente había alcanzado un gran auge. Desde la India, la China y las islas malayas, se llevaban sedas y otras telas finas, como asimismo especias, es decir, canela, clavo de olor, pimienta, nuez moscada y otros productos que sazonaban los alimentos de los europeos.

Las rutas utilizadas por aquel tráfico eran largas e inseguras. Atravesaban los desiertos y mesetas del Asia, o el mar Rojo y el océano Índico. Todas ellas eran controladas por los árabes o las tribus de otros pueblos, que constituían un peligro y exigían fuertes tributos.

El mal se agravó cuando los turcos se apoderaron de Constantinopla y comenzaron a hostilizar el comercio. Las repúblicas italianas de Génova y Venecia, que servían de nexo en este tráfico, fueron las más perjudicadas.

También tuvo mucha importancia el comercio de oro y esclavos en África, que obligó a explorar las aguas cercanas del Atlántico y poblar algunas de sus islas (Canarias, Cabo Verde).

Hacia la misma época los reinos de Portugal y España comenzaron a orientar sus exploraciones rumbo al Atlántico y la costa africana, con la esperanza de obtener ventajas comerciales. La nación que pudiese navegar por el sur de África podría comerciar directamente con el Asia.

El progreso experimentado por la navegación facilitó las exploraciones. Nuevos tipos de nave, como la carabela, con un velamen más complicado, y dotadas de timón, superaron a las viejas embarcaciones; así pudieron salir a navegar por los grandes espacios oceánicos.

Al mismo tiempo, la invención de la aguja imantada o brújula, y de otros aparatos, permitió a los pilotos fijar la posición de la nave en cualquier punto del globo.

La utilización de cartas geográficas y la presencia de navegantes muy experimentados, conocedores de las corrientes marinas y los vientos, facilitaron el desenvolvimiento de la navegación.

LA AVENTURA DE COLÓN

Las exploraciones iniciadas por Portugal y España en el Atlántico tuvieron felices resultados.

Los navegantes portugueses avanzaron en el reconocimiento del litoral africano, descubriendo el cabo de Buena Esperanza en el extremo sur del continente. Este hecho permitió luego a Vasco da Gama iniciar una expedición en busca de la India, a donde llegaría en 1498.

España, en cambio, orientó sus exploraciones hacia el occidente, gracias a los servicios de Cristóbal Colón.

Era este un genovés cuyo padre había alcanzado una regular fortuna en la fabricación de telas y diversos negocios mercantiles. Colón había participado en esos negocios y también había adquirido experiencia como marino, capitaneando algunas naves.

Llevado de un gran interés por las exploraciones geográficas, concibió el proyecto de llegar al Asia navegando por el Atlántico rumbo al oeste.

En aquella época ya se sabía que la Tierra era redonda. Basándose en este concepto Colón elaboró su plan. Según sus ideas, el globo terráqueo era muy pequeño y bastaría una corta navegación para llegar al Asia.

Sin embargo Colón se equivocaba. La distancia era tres veces mayor y una enorme masa continental, América, se interponía de norte a sur impidiendo la navegación.

En el convento de La Rábida, Colón explica sus ideas a los frailes y a algunos vecinos de Puerto de Palos.

Colón presentó su proyecto a la corte portuguesa, pero sin éxito. Luego se dirigió a España y, después de muchas dilaciones, logró interesar a la reina Isabel la Católica.

Con el apoyo de ella y de otros personajes el genovés logró equipar tres pequeñas carabelas, la Santa María, la Pinta y la Niña. Contaba, además, con la ayuda de dos experimentados marinos, los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón.

El viaje fue exitoso, a pesar de las dificultades de la navegación y del temor de los marineros.

El 12 de octubre de 1492 los expedicionarios avistaron tierra: habían descubierto América, aunque creían estar en las islas del Asia.

Desde aquel momento, y mediante nuevos viajes, Colón y otros navegantes llevaron a cabo el reconocimiento de las islas y costas del mar Caribe.

Mercaderes europeos. La búsqueda de riqueza a través del comercio con África y Asia fue el gran incentivo para los viajes de exploración.

Nuevas expediciones recorrieron el litoral atlántico de Sudamérica, ampliando el conocimiento geográfico del continente. El portugués Pedro Álvarez Cabral descubrió Brasil (año 1500), Juan Díaz de Solís navegó hasta el Río de la Plata y Américo Vespucio avanzó aún más al sur.

MAGALLANES BUSCA UN PASO AL ORIENTE

Las diversas exploraciones demostraron a los europeos que Colón no había llegado al Asia, sino a un nuevo continente, América, que impediría continuar rumbo al oriente.

El estrecho de Magallanes y la Tierra del Fuego.

Los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, ingresan a Granada tras derrotar a los moros. Ese hecho permitió apoyar a Colón.

Un marino portugués, Hernando de Magallanes, que había estado en la India, concibió la idea de que en el sur de América debía haber un paso que permitiese entrar en el océano que se extendía hasta Asia. Obsesionado con este pensamiento, Magallanes ofreció sus servicios al rey de Portugal. Como no encontrase acogida, se dirigió a la corte española, donde su joven monarca, Carlos V, le prestó el más decidido apoyo.

Magallanes logró formar una sociedad para financiar la expedición, que quedó compuesta por cinco naves con todos sus pertrechos.

El viaje estuvo lleno de dificultades y sobresaltos. Fue necesario pasar el invierno en una caleta de la Patagonia y aplastar con la mayor energía un intento de sublevación, ejecutando a algunos capitanes y marineros.

Hernando de Magallanes.

Reanudado el viaje, Magallanes descubrió finalmente el paso que buscaba. Era el 1º de noviembre de 1520.

Durante casi un mes la expedición recorrió el estrecho, el que luego tomaría el nombre de su descubridor, hasta salir al gran océano, que fue bautizado como Pacífico, debido a la rara calma que reinaba en ese momento.

Reducida la expedición a solo tres naves, iniciaron la travesía rumbo al Asia. El viaje fue largo y muy penoso por la falta de alimentos y las enfermedades de la tripulación.

Magallanes murió peleando con los nativos de las islas Filipinas y desde ese momento tomó el mando Sebastián Elcano, que continuó la navegación con la única nave que restaba, la Victoria. Con ella surcó el océano Índico, rodeó África y llegó finalmente a Sevilla.