Caídos ángeles - Carlos Aganzo - E-Book

Caídos ángeles E-Book

Carlos Aganzo

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Beschreibung

La buena poesía siempre es del lector, antes incluso que del autor. Naturalmente, el poema debe partir de una emoción, de una sensación del sujeto, pero lo verdaderamente importante son las emociones, las refl exiones, los sentimientos que el poema provoca en el lector. Cada lector de poesía es un poeta que reescribe el poema a su manera, desde su interior.

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Seitenzahl: 25

Veröffentlichungsjahr: 2012

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Carlos Aganzo

Caídos ángeles

FINALISTA V PREMIO DE POESÍA ATENEO DE SEVILLA

El poemario Caídos Ángeles, de Carlos Aganzo, resultó finalista del V Premio de Poesía Ateneo de Sevilla, que fue patrocinado por Ámbito Cultural.

Fotografía del autor: Ricardo Muñoz

Contenido

POEMA INICIAL

[Supongo que tendréis otros problemas]

CAÍDOS ÁNGELES

Versos para la muerte

Espejismo

La espera

Las piedras de la ley

Balada del asesino

El descuartizador

Cantos de sirena

El ángel de la música

Monstruos marinos

En un bosque

Hilo blanco

El último homenaje

LOS PRISIONEROS

Desigual combate

Ungüento de nardos

Un hombre solo

Derrota del almirante

Hojas en blanco

Manos auxiliares

Palabras encendidas

Cementerio de Montparnasse

Nocturno sobre el Adaja

Nocturno sobre el Tajo

LAS TAREAS DEL HÉROE

Puente de sueños

Viaje a la región encendida

Elegía plural

Mapa físico

El legado de arcilla

POEMA FINAL

Asalto al paraíso

Créditos

«¡Cuán diferente el sitio de aquel del que cayeran!»

«Nuestro remedio es éste: no ser. ¡Triste remedio!

Pues, ¿quién perder querría, aun inmerso en dolores,

su intelectual esencia, su pensamiento libre

que por lo eterno vaga, para morir tragado

en el vientre anchuroso de la Noche increada,

privado de sentido y movimiento?»

JOHN MILTON, El paraíso perdido

POEMA INICIAL

Supongo que tendréis otros problemas

como para hablar de luz

o hablar de la costumbre

de los hombres de ir derribando estatuas

de héroes a su paso.

Pero dejadme que os pida

tan sólo por esta tarde

que escuchéis el sonido de la lluvia

batiendo en los corazones,

que prestéis un asiento a la memoria,

y recordéis conmigo

que un día fuimos ángeles y aún somos

criaturas del aire,

pendientes de su canto.

CAÍDOSÁNGELES

Versos para la muerte

En el nombre de Dios,

todo él magisterio,

he escrito este poema con sangre de inocentes.

En su divino nombre he volado como el ángel

airado de la venganza,

viajando con la muerte escondida en los bolsillos,

En el nombre de Dios, todo él sabiduría,

escribí este poema sagrado, apocalíptico,

estos versos que tomé por pasaporte

para entrar en el reino de los justos.

En su nombre loado,

inagotable fuente de misericordia,

no dejé en mi corazón misericordia alguna:

salí limpio, humillado, a encontrar mi destino,

y me llevé conmigo al sacrificio

todos estos corderos

de extraña forma humana.

En el nombre de Dios, el que redime

las culpas de este mundo,

escribí con mi sangre,

con todas estas sangres,

esta página impía, dolorosa y terrible...

Por eso no comprendo su silencio;

no sé por qué me hurta

su perdón y su alivio,

y en vez de coronarme

me mantiene todavía en la tiniebla

donde oculta a sus ángeles caídos,

los ángeles tocados de su misma soberbia,

de su inspiración divina,

de su espada de fuego,

aunque no de ese don, el más alto y gracioso,

que es su misericordia.

En el nombre de Dios, el compasivo.

(«Recuerda siempre los versos que desearías para tu muerte,

antes de que te encuentres con ella,

y así sabrás la recompensa que te espera»