Cannabis - Chris Duvall - E-Book

Cannabis E-Book

Chris Duvall

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Beschreibung

Cannabis una de las primeras plantas domesticadas de la humanidad, se ha utilizado con fines espirituales, terapéuticos, recreativos e incluso punitivos durante miles de años. Los seres humanos tienen un excelente conocimiento práctico de los usos del Cannabis, pero una comprensión limitada de sus consecuencias socioculturales, pasadas o presentes, debido a su prohibición generalizada. Cannabis explora la historia cultural y la geografía del cultivo más ampliamente distribuido de la humanidad, que suministra tanto cáñamo como marihuana. Un estudio accesible y profusamente ilustrado es una lectura esencial dada la rápida evolución de los debates sobre la legalidad y a la luz de los cambios en la criminalización de la marihuana en Uruguay, algunos estados de EE. UU. y otros países del mundo. En Cannabis, Chris Duvall explora la historia cultural y la geografía del cultivo más ampliamente distribuido de la humanidad y que suministra tanto cáñamo como marihuana. Este libro se centra en el producto más valioso de la planta en la actualidad, la droga psicoactiva marihuana, y al mismo tiempo ofrece una visión global de la planta, incluyendo regiones poco estudiadas como África y Australia. Cannabis es también la historia del cáñamo y su uso como fuente de fibra para cuerdas y textiles, semillas de cáñamo comestibles o aceite industrial para pinturas y combustible. El autor no defiende ni la prohibición ni la legalización de la droga, pero desafía los lugares comunes desde ambos lados del debate.

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Duvall, Chris

Cannabis / Chris Duvall

1ª ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Adriana Hidalgo editora, 2023

Libro digital, EPUB - (Naturalezas)

Archivo digital: descarga

Traducción de: Marcos Perrone

ISBN 978-987-8969-70-1

1. Cannabis. 2. Marihuana. 3. Historia de la cultura. I. Perrone, Marcos, trad. II. Título.

CDD 306.46

Naturalezas

Título original: Cannabis

Traducción: Marcos Perrone

Editor: Mariano García

Coordinación editorial: Gabriela Di Giuseppe

Diseño e identidad de colecciones: Vanina Scolavino

Cannabis by Chris Duvall was first published in English by Reaktion Books, London, 2014, in the Botanical series. Copyright © Chris Duvall 2014.

© Adriana Hidalgo editora S.A., 2023

www.adrianahidalgo.es

www.adrianahidalgo.com

ISBN: 978-987-8969-70-1

Prohibida la reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial. Todos los derechos reservados.

Disponible en papel

Índice
Portadilla
Legales
Prefacio
¿Qué es el Cannabis?
El Cannabis en la Antigüedad
El cáñamo viaja por el mundo
La droga se globaliza
Cosas que hacer con y para el Cannabis
Simbolismo del Cannabis
¿Cómo se conoce el Cannabis?
Cronología
Otras lecturas
Asociaciones y Sitios Web
Agradecimientos
Listado de ilustraciones
Acerca del libro
Acerca del autor
Otros títulos

1.

Prefacio

El Cannabis crece en todos los territorios habitados hasta alrededor de los sesenta grados de latitud, una distribución más amplia que la de cualquier otro cultivo. Este libro representa mi esfuerzo por entender cómo el Cannabis adquirió su estatus cosmopolita.

El Cannabis ha sido un compañero de viaje en las migraciones humanas desde las culturas paleolíticas de Asia Central hasta hoy. La relación entre los seres humanos y el Cannabis es compleja, y desplegarla en una narrativa histórica implica un desafío. Trazar el perfil de esta relación requirió del análisis de una variada gama de fuentes multidisciplinarias con una amplia escala geográfica. Este libro, como cualquier otra historia mundial del Cannabis, necesariamente omite varios aspectos del pasado de la planta. Uno de sus principales focos de atención es el rol clave, aunque habitualmente ignorado, que los pueblos africanos y afrodescendientes han tenido en la historia del Cannabis. Además, considero que Estados Unidos es fundamental para entender los hechos actuales, por ser un centro global de los esfuerzos para sostener la prohibición del Cannabis, y de los esfuerzos para terminar con ella. Más allá de estas justificaciones, la realidad es que vivo en Estados Unidos, y que desarrollé mi experiencia profesional en los Estudios Africanos. Todas las historias del Cannabis llevan la marca de perspectivas particulares.

Hay muchas historias mundiales del Cannabis. En este libro tiendo a adoptar una postura crítica con esos trabajos, a los que considero excesivamente fundados en opiniones, explícitas o implícitas, acerca de si la planta es buena o mala. Por el contrario, mi punto de partida es que una gran variedad de personas ha experimentado interacciones tanto agradables como desagradables con el Cannabis, y que es necesario reconocer la diversidad de estas interacciones antes de emitir un juicio (en caso de que ese juicio fuera necesario). Espero que este libro sea capaz de atravesar esa polaridad (“buena/mala”), y que contribuya a dar mejores fundamentos a la administración del cultivo más extendido del planeta.

UNO

¿Qué es el Cannabis?

El título de este capítulo es una pregunta engañosamente simple. A primera vista, quizás, la respuesta ya está en la portada del libro: muestra la hoja de una planta que muchas personas identifican de manera inmediata como marihuana, una droga ampliamente utilizada. Pocas plantas poseen una hoja tan icónica. La imagen de la hoja del Cannabis goza de una condensada efectividad visual, ya sea garabateada en un graffiti o ilustrando la portada del Wall Street Journal (como ocurrió el 20 de abril del 2012). Muchos de los que vean la hoja en este libro sabrán que están leyendo sobre la marihuana.

Pero el Cannabis es más que la marihuana. Es una planta de la que se desprenden múltiples productos, no solamente drogas. Esta variedad de usos ha fascinado por siglos a muchas personas, las cuales han producido una voluminosa bibliografía. El libro que estás leyendo contiene solo unas pocas de entre las millones de páginas, tanto en papel como digitales, que se han publicado acerca del Cannabis. Sin embargo, lo vasto de esta bibliografía puede ser engañoso. Como otros ya han señalado, desde hace décadas la bibliografía resulta insatisfactoria, plagada de errores, ideas heredadas y prejuicios intolerantes. Para dar orden y sentido al abigarrado retrato de la planta en la actual sociedad global, es clave preguntarse “¿qué es el Cannabis?”.

Entender el Cannabis supone atravesar capas de obstáculos, empezando por el lenguaje. La terminología en torno del Cannabis es confusa y multiplica la confusión. En español, cannabis, Cannabis, cáñamo y marihuana se utilizan a veces como sinónimos, pero en otros casos sirven para distinguir especies botánicas, sustancias legales e ilegales, usos buenos y malos, o inclusive alguna de las partes específicas de la planta. Estos cuatro términos también se entremezclan con la jerga callejera, con palabras comunes o en jerga de otras lenguas, con denominaciones científicas binomiales, o con variantes anticuadas de cualquiera de los anteriores. Además, los significados de los términos asociados al Cannabis han variado según las épocas y regiones. Por milenios, las malas traducciones agravaron los malentendidos.

“El hachís y Cannabis Indica son tan conocidos que no es necesario decir nada sobre ellos aquí”; Paul du Chaillu, Explorations and adventures in Equatorial Africa (1861). Exageró lo que se sabía sobre la planta.

Los términos Cannabis y cannabis son bastante fáciles de definir. Cuando aparece en mayúscula y en cursiva, Cannabis se refiere a un género de plantas en el lenguaje formal de la taxonomía científica. En este sentido científico, el término tiene una historia que precede al actual sistema estándar de la nomenclatura botánica. [1] El botánico sueco Carlos Linneo describió formalmente el Cannabis en 1753. [2]Taxonomistas posteriores encontraron afinidad entre Cannabis y el género Humulus, que incluye al lúpulo común (Humulus lupulus). Existen diferencias obvias entre Cannabis y Humulus. Mientras el Cannabis tiene hojas compuestas y su porte es erguido, el lúpulo es una enredadera trepadora con hojas simples. Pero los géneros también comparten muchas características anatómicas. De hecho, en 1772 un botánico italiano clasificó al lúpulo común como un tipo de Cannabis, renombrándolo Cannabis lupulus. [3] Más tarde, los taxónomos rechazaron esta idea. Cannabis y Humulus comparten una estructura floral básica y ambos tienen aquenios (un tipo de fruta distintivo) y laticíferos (estructuras que exudan resina). [4] Los aquenios del Cannabis son célebres como semillas de cáñamo, que pueden proveer alimentos, aceite y medicinas, mientras los laticíferos producen una resina pegajosa que transporta fitoquímicos psicoactivos.

2. Inflorescencia de marihuana con resina.

El cannabis ahora se considera prototípico de una familia botánica separada, las Cannabaceae. Esta familia fue propuesta por primera vez en 1820 por un botánico ruso, [5] pero el Cannabis (y Humulus) ha sido asignado a otros grupos en distintos períodos. Durante el siglo XIX, los botánicos generalmente ubicaban al Cannabis en la familia de las ortigas (Urticaceae), aunque alrededor del 1900 algunos lo asignaron a la familia de las moras (Moraceae). Ninguna clasificación logró un consenso absoluto. En 1925 un taxonomista británico, que desconocía la previa propuesta rusa, ubicó a Cannabis y a Humulus juntos dentro de una nueva familia, Cannabinaceae. [6] Al final, la mayoría de los botánicos aceptaron esta clasificación, pero el nombre anterior, Cannabaceae, fue adoptado en 1969. [7] De cualquier manera, las viejas taxonomías subsisten. El Estado de Oregón todavía define legalmente al Cannabis como perteneciente a la familia de las moras. [8]

El Cannabis es más próximo al almez (especie Celtis) que a las moras. [9] Con cientos de especies, los almez son el componente más grande de Cannabaceae, en comparación con tres especies de Humulus y una (o dos o tres) especies de Cannabis. Muchas especies de Celtis son plantas valiosas con múltiples usos. Los almez fueron importantes para la alimentación en el Viejo Mundo prehistórico. Celtis australis, el almez de África del Norte, es probablemente la fuente de la “fruta del loto” que induce la apatía, encontrada por Ulises en la Odisea de Homero. [10] El lúpulo se ha usado como conservante en la cerveza europea durante más de un milenio. [11]

Las pequeñas características anatómicas son importantes en la taxonomía científica, pero para la mayoría de las personas lo que distingue al Cannabis es la química. Todos los individuos de este género producen fitoquímicos llamados cannabinoides. El más famoso es el compuesto psicoactivo ∆9-tetrahidrocannabinol (THC), pero hay al menos otros sesenta, muchos de los cuales tienen conocidos efectos farmacológicos no psicoactivos. [12]La producción de cannabinoides varía según las plantas, en parte por las condiciones ambientales, pero principalmente por las diferencias genéticas entre los linajes de Cannabis. [13]

¿En qué se diferencia Cannabis de cannabis? Cuando no está en mayúscula ni en cursiva, cannabis se refiere a un género de plantas entendido de manera informal por fuera de la taxonomía científica. Todas las culturas clasifican y dan nombre a las plantas de acuerdo con reglas y conceptos subjetivos de nomenclatura que determinan qué es lo que hace diferentes a las plantas. Las decisiones sobre el uso que se les da a las plantas se basan en estas llamadas taxonomías populares. [14] Cuando se habla de “cultura”, en general se piensa en grupos humanos diferenciados lingüísticamente, como los xhosa o los chinos han. Este es un tipo de cultura, que implica un conjunto de ideas y conductas transmitidas socialmente. Las disciplinas académicas son “culturas del conocimiento” que transmiten ideas sobre campos conceptuales específicos, como la sistemática biológica, el ámbito de la taxonomía científica. Otras culturas del conocimiento incorporan los saberes de no científicos (agricultores, parteros, herbolarios, cocineros y otros), que muchas veces tienen tanta precisión y sustento experimental como las ciencias formales. [15] La taxonomía científica es importante porque existe un amplio consenso en la sociedad global de que las leyes y políticas que regulan las plantas deben reflejar los conceptos taxonómicos formales. Sin duda este es el caso del Cannabis, cuyas leyes de control están integradas en la taxonomía formal actual del género. [16]

3. La hoja en las fuerzas de la ley: insignia de la Oficina Central para la Represión del Tráfico Ilegal de Estupefacientes, alrededor de 1990.

Sin embargo, la taxonomía científica es sólo una de las varias culturas de conocimiento que son relevantes para entender las relaciones entre los seres humanos y el Cannabis. El Cannabis ha estado prohibido en prácticamente todo el mundo desde la década de 1930, lo que ha restringido la investigación académica formal sobre la planta, incluyendo la taxonomía científica. [17] Los académicos europeos empezaron a prestar atención a la droga Cannabis apenas alrededor de un siglo antes de la prohibición. Luego de esta, ya no le prestaron casi ninguna. Si bien hay algunos expertos en Cannabis con formación académica, en la sociedad global actual la mayoría de los expertos han hecho un aprendizaje informal, ya sea como aficionados a la marihuana, activistas del cáñamo o cruzados antidrogas. Desde el punto de vista de un outsider, los saberes de cualquiera de los otros grupos pueden resultar esclarecedores o disparatados, porque el conocimiento tiene relevancia solo dentro de contextos socioculturales específicos.

Históricamente, muchas culturas del conocimiento han preservado un conjunto de saberes en torno del Cannabis, y casi todas lo han identificado como un género particular. Es necesario distinguir entre los conceptos formales del Cannabis y los conceptos informales del cannabis, porque cada circunscripción refleja modos culturalmente específicos de interactuar con la planta. Por ejemplo, el concepto de cannabis de los aficionados a la marihuana puede omitir completamente la producción del Cannabis no psicoactivo para fibra. [18] Reconocer las diferencias culturales es fundamental para entender las interacciones entre los seres humanos y el Cannabis.

4. La hoja en la publicidad: cajas de fósforos para un bar estadounidense, años setenta.

Las palabras que usamos para referirnos al Cannabis resumen la geografía histórica de la planta. Empecemos por “marihuana”, que es el uso más difundido en la sociedad global actual. Para los etimólogos, “marihuana” ha sido una palabra misteriosa, surgida aparentemente de la nada. El primer registro proviene de una publicación de la década de 1840 hecha en México, pero antes de eso el origen de la palabra se considera desconocido. [19] Las poblaciones del oeste de África Central fueron, por lejos, el grupo más numeroso en traer conocimientos acerca de la droga Cannabis al Nuevo Mundo. Sin embargo, los etimólogos apenas han tenido en cuenta posibles etimologías africanas. La droga Cannabis llegó inicialmente al Nuevo Mundo desde África, y sus principales nombres en el Nuevo Mundo reflejan este origen. La palabra marihuana en cursiva viene del español centroamericano, pero originalmente era una mala pronunciación de mariamba, el plural de riamba, que significa “cannabis” en varios idiomas centroafricanos. [20]Riamba deriva, en primer lugar, de la palabra del árabe antiguo bang, que significa “cannabis psicoactivo”; en segundo lugar, de la palabra en hindi bhang, uno de los tres términos principales para cannabis en ese idioma; y, en última instancia, del término sánscrito bhaṅgā, que significa “cannabis psicoactivo”. Riamba proviene del truncamiento del término árabe y la adición de un prefijo eufónico. [21]

En el Neolítico tardío, las poblaciones de las regiones templadas de Asia Central que conocían el Cannabis como fuente de fibra y alimento descubrieron otra especie de Cannabis que proporcionaba además una droga psicoactiva. A las dos plantas se les dieron nombres diferentes. La proveedora de semillas de cáñamo y fibra fue llamada sāna en las lenguas protoindoeuropeas, mientras que bhaṅgā refería a varias plantas psicoactivas, incluida Cannabis indica. Cada uno de estos términos básicos cambió con el tiempo; sāna eventualmente se convirtió en una palabra como kannab. [22] Los idiomas de las regiones al oeste de Mongolia adoptaron variantes de kannab para nombrar a Cannabis sativa, que es autóctona de la región templada de Eurasia. En el norte de Europa, kannab se convirtió en algo como hannap, que evolucionó hacia términos similares al inglés hemp [cáñamo], como el alemán Hanf y el holandés Hennep.

El término inglés cannabis engloba una serie de experiencias históricamente situadas. La palabra en inglés es una forma latina del griego kánnabis, que aparece por primera vez en Historias de Heródoto (siglo V a.C.). Los griegos de la época clásica conocieron el kánnabis del otro lado del mar Negro, a través de la interacción con poblaciones que usaban el Cannabis no psicoactivo para obtener semillas de cáñamo y fibra. Los antiguos griegos sabían poco del Cannabis psicoactivo. Sabían, sí, de plantas psicoactivas, y posiblemente llamaban a la droga Cannabis con un nombre distinto a kánnabis.

Para médicos griegos como Dioscórides y Galeno (ambos del siglo I), el kánnabis para consumo humano era un cultivo menor usado como alimento y medicina. [23] Hay que tener en cuenta que las semillas del Cannabis no son psicoactivas, y sus partes verdes solo se vuelven psicoactivas después de calentarlas (idealmente a 104 °C/220 °F). [24]En los preparados griegos que están documentados, los productos derivados de la planta eran semillas de cáñamo, aceite, o partes verdes procesadas de las que no sabemos si eran sometidas al calor. [25] La única mención griega del kánnabis psicoactivo que tenemos nos viene de Galeno. En algún lugar del Levante descubrió confites similares a los hechos a base de hachís que son conocidos tradicionalmente. Su descripción, sin embargo, refleja el conocimiento griego, porque asumió que los confites debían estar elaborados con semillas de cáñamo, alimento que consideraba “dañino”. Aunque no había visto directamente las plantas de las que esos productos derivaban, la observación de ese uso extraño llevó a Galeno a la conclusión de que indudablemente se trataba de una planta diferente. Al principio de su fragmento sobre la semilla de cannabis anotó la aclaración: “No es como nuestra planta de cannabis”. En una traducción latina del siglo XVI, el otro cannabis de Galeno tiene la capacidad de “golpear la cabeza”, lo que sugiere de manera chistosa el significado atávico de “drogado”. [26] [27]La medicina griega se mantuvo vigente en Europa durante quince siglos o más, pero el otro cannabis de Galeno se esfumó de la memoria. Fueron las recetas griegas no psicoactivas las que definieron el potencial farmacológico del Cannabis en el pensamiento europeo.

La antigua academia griega también fue clave para la medicina de la edad de oro del islam (800-1200). Los académicos de habla árabe escribieron poco sobre el Cannabis psicoactivo, en parte porque repetían a los griegos. En su mayoría, los modos en que los médicos islámicos prescribieron la planta que llamaban qinnab no habrían sido psicoactivos, y la posibilidad de que estuvieran refiriéndose a la especie psicoactiva del Cannabis está solo vagamente sugerida. [28] En su Canon de medicina del siglo X, por ejemplo, Avicena prescribía semillas de cáñamo y aceite, y emplastos de materia verde. Es probable que sugiriera la droga Cannabis (que puede alterar las sensaciones de hambre) al recomendar materia verde macerada para tratar malestares estomacales. [29] Sin embargo, resulta frustrante constatar cuán pocos de los textos originales árabes son de fácil acceso, y las traducciones suelen ser sospechosas. Por ejemplo, una traducción de 1966 del Libro de los Venenos del siglo IX glosa un término árabe desconocido como “cáñamo de la India”, que el traductor define como “hachís” a pesar de que el texto describe una planta, no un preparado. [30]El término “cáñamo de la India” se inventó en Londres en 1689. [31]

5. El Cannabis en una copia del siglo VI de Demateria medica de Dioscórides.

Cuando los médicos de habla árabe escribían qinnab, se referían principalmente al Cannabis usado para extraer semillas medicinales. Si bien durante la edad de oro del islam las personas comunes utilizaban el Cannabis como droga, este uso era desconocido para los académicos de clase alta, que hasta el siglo XII prácticamente ignoraron el Cannabis psicoactivo. En árabe antiguo el Cannabis psicoactivo a veces era llamado bang, y se lo consideraba algo completamente separado de qinnab. [32] Las recetas que contenían bang servían para elaborar tanto sustancias tóxicas como medicinas, porque el término bang refería de manera genérica a las plantas psicoactivas, incluyendo a Cannabis indica pero también a las más tóxicas datura (Datura metel), belladona (Atropa belladonna) y beleño (Hyoscyamus niger). En árabe moderno beng significa simplemente “sustancia tóxica”. En el siglo XII algunos académicos de habla árabe empezaron a mencionar qinnab hindi (cannabis hindi) para referirse a una especie distinta, la psicoactiva que asociaban con la India. [33]En el siglo XV, otra especie psicoactiva era llamada “cannabis de Anatolia”. [34]A pesar de que la medicina islámica se volvió fundamental para la medicina occidental durante el Renacimiento, las lenguas europeas no adoptaron estos términos.

En muchas lenguas europeas, cannabis se volvió un nombre genérico porque los académicos europeos transfirieron el privilegio lingüístico de qinnab y kánnabis a la palabra latina cannabis. Estas palabras mediterráneas resultaban más apropiadas para los académicos europeos que los términos septentrionales como hampa, del sueco de Linneo. Fuera de la botánica formal, los usos tempranos de cannabis tuvieron que venir acompañados de una explicación, incluido el uso más antiguo en inglés, que data de 1548 (“Canabis [sic] se llama en inglés cáñamo [hemp]”). [35]Cuando, en el siglo XVI, surgió la botánica científica, se introdujo en las lenguas europeas un nuevo término académico, pero no una nueva especie. Cannabis y cáñamo se volvieron sinónimos.

En las lenguas europeas, la confusión terminológica en torno de la palabra cáñamo surgió después de 1492, cuando los viajeros descubrieron muchas fibras vegetales no europeas. El Cannabis proporcionaba cuerdas y fibras textiles excepcionales, pero su difícil procesamiento, que exigía mucha mano de obra, hacía que los mejores productos fueran bastante caros. Dada la relevancia económica de las cuerdas y de las telas para velas durante la Era de la Navegación a Vela, los sustitutos de la fibra de Cannabis se volvieron prioridad. De todas maneras, el Cannabis era el patrón de referencia, y cáñamo se transformó en un término genérico para cualquier fibra vegetal. Existe, por ejemplo, el “cáñamo africano” (tanto Sansevieria guineensis, una monocotiledónea, o Sparrmannia africana, una dicotiledónea), el “cáñamo de Manila” (un tipo de banana, Musa textilis), el “cáñamo de Nueva Zelanda” (monocotiledónea Phormium tenax), el “cáñamo de Sisal” (monocotiledónea Agave rigida) y el “cáñamo de Sunn” (la especie Corchorus que ahora conocemos como yute). [36] Existía también el “cáñamo de la India” (Cannabis indica), que los británicos en la India probaron durante décadas para la producción de cuerdas antes de explorar sus aplicaciones farmacológicas. [37] Sin embargo, en la Norteamérica de los siglos XVIII y XIX, “cáñamo de la India” significaba adelfa (Apocynum cannabinum), porque los nativos lo usaban para fibra. “Cáñamo de la India” también se refería a veces al yute. Los fabricantes de cuerdas objetaron el uso “descuidado” del término cáñamo e intentaron clarificar la situación llamando al Cannabis sativa “cáñamo verdadero”, [38]pero el calificativo no sirvió para resolver el problema semántico. Cáñamo designa usos de la planta, y no al Cannabis en sí. [39]

6. Membrete de un fabricante de cuerdas de cáñamo, Italia, 1908.

Comprender el género es más fácil que atravesar la confusión acerca de la especie Cannabis, que ha subsistido desde la antigüedad hasta hoy. ¿Qué es una especie botánica? Básicamente, las especies representan ideas acerca de los tipos que existen dentro de una categoría general y cuáles son sus diferencias. Todas las culturas del conocimiento que tuvieron interacciones importantes con el Cannabis lo reconocieron como un género particular conformado por una o más especies. La causa de la milenaria confusión semántica acerca de la planta es la inexistencia de un rasgo visible u objetivo que diferencie a las especies de Cannabis. Cannabis incluye un par de especies crípticas, físicamente indistinguibles pero químicamente inconfundibles. Las ilustraciones que muestran a las especies de Cannabis con rasgos físicos distinguibles no son retratos fieles a la realidad sino que representan tipos idealizados. “La variación dentro del género Cannabis es continua para todas las características [físicas] (...) que hayan sido investigadas en detalle”, escribieron los botánicos que publicaron la actual taxonomía de especie única. La planta es “una única especie altamente variable” cuya plasticidad impide a las personas percibir la uniformidad general entre los miembros individuales de Cannabis. [40]Esto representa una manera de pensar acerca del Cannabis. Es probable que los académicos que se inclinan por una taxonomía de especies múltiples estén de acuerdo en que las características físicas no resultan confiables para diferenciar entre las distintas especies de Cannabis. En cambio, se concentran en características químicas invisibles, como los cannabinoides o el ADN. [41]

En este libro, adopto la taxonomía de dos especies del genetista Karl Hillig. [42]Cuando aparecen en cursiva, los términos sativa e indica refieren a especies genéticas. La concepción de Hillig refleja el análisis genético formal, y difiere tanto de la taxonomía formal actual del Cannabis como de las taxonomías populares tradicionales. Formalmente, todos los miembros individuales de Cannabis representan la especie única Cannabis sativa L. [43]Sin embargo, muchos académicos suscriben taxonomías de dos o tres especies. [44]La investigación de Hillig demuestra que había más de un tipo genético antes de que los seres humanos domesticaran dos especies diferentes de Cannabis, y es probable que la taxonomía formal se modifique en los próximos años. O al menos, dado que el análisis genético ha transformado la taxonomía en las últimas décadas, pareciera probable para otras plantas. Pero la taxonomía del Cannabis tiene ramificaciones legales importantes.

7. Le chanvre, de Jean-Jacques Rousseau, Recueil de plantes coloriées (1789).

Los seres humanos siempre se han basado en criterios subjetivos para diferenciar especies. En el caso del Cannabis, el uso ha sido un criterio de clasificación importante para todas las culturas. Es más fácil ver lo que la gente hace con el Cannabis que ver las diferencias entre las plantas. Hasta el descubrimiento del THC en 1964, el consumo de drogas era la única manera de distinguir con certeza entre sativa e indica. En 1968, el primer estudio biomédico de la droga Cannabis evaluó su intensidad en parte solicitando “a usuarios crónicos que prueben y califiquen la marihuana” antes de administrarla a sujetos de prueba. [45]Los análisis químicos eran costosos y no estaban ampliamente disponibles en la década de los ochenta. En muchas sociedades ha existido un contraste entre el misterioso potencial psicoactivo de la planta y su utilización en la fabricación de productos mundanos como cuerdas y telas. Desde hace mucho tiempo existe una caracterización de los usos del Cannabis como buenos o malos, aunque se ha reforzado bajo la prohibición. Los juicios de valor dejan su huella en la nomenclatura del Cannabis de muchas maneras, algunas sutiles y otras más evidentes. Está claro, por ejemplo, que la actual taxonomía de especie única está originada en debates morales y legales en torno de los usos del Cannabis, formulados en los términos de la taxonomía científica. [46]

Este libro sigue la tradición académica occidental, en la que la cultura del conocimiento de la taxonomía científica ha moldeado intensamente los conceptos de especie. Otras influencias continúan vigentes. Por un lado, las ideas occidentales sobre el Cannabis preceden a la taxonomía científica y reflejan antiguas polinizaciones culturales cruzadas que en general han sido olvidadas. Los botánicos europeos del Renacimiento heredaron de los antiguos académicos la taxonomía de dos especies para el cannabis, que distinguía entre un tipo silvestre y un tipo cultivado. Esta concepción se remonta por lo menos hasta Heródoto, quien escribió que “[kánnabis] crece tanto en forma silvestre como cultivada”. [47]Los botánicos adoptaron el latín cannabis como genérico y necesitaron recurrir a nombres adicionales para diferenciar los tipos. El nombre descriptivo sativa, que en latín significa “cultivado”, fue usado por primera vez en una traducción de 1516 de la antigua farmacopea de Dioscórides. [48]El término, por supuesto, subsiste en el binomio Cannabis sativa. En la actual taxonomía oficial, sativa también designa a la subespecie y variedad domesticada criada para la producción de fibra y semillas. [49]

En latín, sativa contrasta con sylvestris (que significa “vivir en el bosque”), un nombre primitivo para el Canna-bis silvestre, aparente y vagamente conocido. No está del todo claro aún si alguna población auténticamente silvestre sobrevive o si los tipos silvestres simplemente surgieron hace mucho tiempo de los cultivos. Cannabis sylvestris apareció publicada por primera vez en el siglo X, pero es posible que hiciera referencia, tanto originalmente como en versiones posteriores, a la malva (Althaea cannabina). [50] Hacia mediados del siglo XIV, la mayoría de los botánicos habían abandonado la idea de un tipo silvestre de Cannabis, al menos en ambientes europeos. La idea de la existencia de un Cannabis silvestre ha ido y venido, dejando a su paso especies supuestas como erratica, vulgaris y spontanea. [51] La idea ganó mayor aceptación en los años sesenta, cuando los botánicos soviéticos empezaron a publicar en inglés sus estudios sobre el Cannabis en Asia Central. [52] Pocos académicos han visto estas poblaciones. En 1924, un botánico soviético designó al tipo silvestre ruderalis, lo que en el latín botánico sugiere “maleza”. No hay suficientes datos genéticos para reconocer esta posible especie. [53]

Los académicos europeos empezaron a conceptualizar un tercer tipo de Cannabis durante el siglo XVIII. El nombre latino indica ha estado asociado al Cannabis psicoactivo desde 1747, aunque el erudito británico Robert Hook había propuesto antes “cáñamo de la India”. [54] El término locativo indica asocia a esta planta con India, considerada por los académicos europeos su hábitat “natural”. El nombre subsiste porque en 1783 un naturalista francés eligió indica para nombrar una especie nueva a la que consideraba “muy diferente” del cáñamo europeo. La “cualidad principal” de Cannabis indica era “trastornar el cerebro... y brindar una especie de alegría”. [55]Cannabis indica se convirtió en un término farmacológico en el siglo XIX, y la taxonomía actual conserva indica como el nombre formal de la subespecie psicoactiva y la variedad domesticada. [56]

8. Cannabis mas, de Elizabeth Blackwell, Herbarium Blackwellianum (1757).

En este libro, “cáñamo” se refiere al Cannabis,independientemente de la especie, utilizado para la producción de fibra, alimento humano y animal, o semillas oleaginosas. En el este de Asia, las variedades de Cannabis criadas para la producción de fibra y semillas de cáñamo representan a la especie indica. En el sur de Asia, indica también ha sido cultivada para estos fines. Contrapongo el cáñamo a la “droga Cannabis”, en referencia al Cannabis, independientemente de la especie, utilizado por su potencial psicoactivo, incluso cuando es bajo. Habitualmente, la droga Cannabis es indica, aunque sativa ha proporcionado drogas con cierto potencial para alterar la mente, no del todo satisfactorias. [57] En Norteamérica, por ejemplo, la llamada “hierba de zanja” [58] proviene de plantas salvajes originalmente criadas para la producción de fibra, no drogas. [59] La “hierba de zanja” produce dolor de cabeza, no un efecto placentero [high]. [60]

9. Cannabis foemina, de Blackwell, Herbarium Blackwellianum.

Los nombres “indica” y “sativa” también subsisten en el lenguaje de los aficionados a la marihuana, que tomaron los nombres latinos de la taxonomía científica de principios de los años setenta. Escritos sin cursiva, “sativa” e “indica” se refieren a especies populares de los aficionados a la marihuana, que difieren de las especies definidas formalmente. Físicamente, los tipos ideales de estas especies populares corresponden con las variedades de droga Cannabis de “folíolo ancho” y “folíolo angosto” identificadas por los botánicos. [61] De todas maneras, los aficionados distinguen estas especies basadas en sus efectos subjetivos, no en su aspecto físico. [62]La especie a la que popularmente se conoce como indicatiene efectos de tipo sedante, mientras la sativa es similar a los estimulantes. [63]Si bien estas especies populares difieren tanto química como genéticamente, [64]lo que las diferencia no es lo mismo que lo que diferencia a las especies científicas sativa e indica.

¿Es importante la confusión semántica? De acuerdo con un botánico que considera al Cannabis como una especie única, el debate acerca de los significados precisos dentro de la nomenclatura del Cannabis proviene de “abogados [que intentan] engañar a los legos”, mientras estos deberían usar “el sentido común y prestar atención al contexto” para entender qué es lo que se quiere decir cuando se discute sobre el Cannabis. [65] Este consejo puede resultar suficiente para el ámbito de la jurisprudencia, pero pasar por alto la semántica es desconocer milenios de confusión. Es más, la confusión pareciera inevitable cuando lidiamos con especies crípticas cuyas diferencias solo pueden experimentarse de manera directa al probar su potencial psicoactivo. Los taxónomos han preferido el nombre sativa porque fue el nombre que eligió Linneo para la taxonomía de especie única que desarrolló para el Cannabis, basándose en su experiencia personal históricamente situada en el norte de Europa. Los taxónomos siempre han privilegiado las características visibles, a pesar de que esta visualidad ha resultado insatisfactoria para los observadores del Cannabis, quienes consideran más significativas las diferencias invisibles.

Prestar atención a la semántica es crucial porque el significado de los términos que usan las personas al hablar del Cannabis está condicionado por su experiencia con la planta. Linneo no sabía prácticamente nada del Cannabis psicoactivo, mientras el Cannabis no psicoactivo prevalecía en el norte de Europa durante el siglo XVIII. Para Linneo, tenía sentido conceptualizar al Cannabis como una especie cultivada única, que mostraba quizás alguna variación en los extremos lejanos de su área de distribución. Para los taxónomos de los años setenta, que concentraban su atención en características visibles, la taxonomía de especie única tenía sentido. Una interpretación razonable de la información limitada que existía en los setenta era considerar al Cannabis una especie altamente variable alterada a lo largo de milenios de cultivo, aun cuando algunos no estaban de acuerdo con esta interpretación. Hoy, con la posibilidad de realizar sólidos estudios genéticos, tiene sentido considerar al Cannabis como dos especies crípticas, porque la sociedad global acepta cada vez más que las diferencias químicas invisibles son más significativas que las características visibles para diferenciar organismos relacionados. Una corte de Estados Unidos llegó a esta misma conclusión en 2004, determinando que el “cáñamo industrial” no es una sustancia controlada, a pesar de la taxonomía de especie única que está arraigada en las leyes de drogas. [66]

Los matices semánticos del vocabulario del Cannabis reflejan la diversidad de experiencias que las personas han tenido con la planta. Desconocer estos matices de significado es desconocer las múltiples facetas de la relación entre los seres humanos y el Cannabis, que se ha desplegado a través de inmensas extensiones de espacio y de tiempo.

[1] J. M. McPartland y K. W. Hillig, “Early Iconography of Cannabis Sativa and Cannabis Indica”, Journal of Industrial Hemp, XII (2008), pp. 189-203; R. C. Clarke, Marijuana Botany (Berkeley, 1981), pp. 157-158.

[2] C. Linnaeus, Species Plantarum: A Facsimile of the First Edition [1753] (Londres, 1957), vol. II, p. 1027.

[3] G. A. Scopoli, Flora Carniolica (Viena, 1772), vol. II, p. 263.

[4] K. J. Sytsma, J. Morawetz, J. C. Pires, M. Nepokroeff, E. Conti, M. Zjhra, J. C. Hall y M. W. Chase, “Urticalean Rosids: Circumscription, Rosid Ancestry, and Phylogenetics Based on rbcL, trnL-F, and ndhF Sequences”, American Journal of Botany, LXXXIX (2002), pp. 1531-1546; Z. Zhou y B. Bartholomew, “Cannabaceae”, Flora of China, vol. V (Ulmaceae through Basellaceae) (Beijing y St. Louis, 2003), vol. V, pp. 74-5; P. G. Mahlberg, “Laticifers: An Historical Perspective”, Botanical Review, LIX (1993), pp. 1-23.

[5] I. Ivanovic Martinov, Techno-Botanical Glossary, in Latin and Russian Languages (San Petersburgo, 1820), p. 99.

[6] A. Barton Rendle, The Classification of Flowering Plants: Dicotyledons, (Cambridge, 1925), vol. II, p. 56

[7] N. G. Miller, “The Genera of Cannabaceae in the Southeastern United States”, Journal of the Arnold Arboretum, LI (1970), pp. 185-203.

[8] Legislative Counsel Committee, “Chapter 475 – Controlled Substances; Illegal Drug Cleanup; Paraphernalia; Precursors”, Oregon Revised Statutes (Salem, 2011), vol. XII.

[9] Sytsma et al., “Urticalean Rosids”.

[10] A. Radini, “Palaeogeography and Palaeoethnobotany of European and African Nettle Trees (Celtis australis L. and Celtis integrifolia Lam.) in North Africa”, Association of American Geographers 2012 Annual Meeting, (Nueva York, 2012).

[11] K.-E. Behre, “The History of Beer Additives in Europe: A Review”, Vegetation History and Archaeobotany, VIII (1999), pp. 35-48.

[12] Clarke, Marijuana Botany; M. Starks, Marijuana Chemistry, (Berkeley, 1990); R. Evans Schultes y A. Hofmann, The Botany and Chemistry of Hallucinogens, (Springfield, 1980).

[13] K. W. Hillig, “Genetic Evidence for Speciation in Cannabis (Cannabaceae)”, Genetic Resources and Crop Evolution, LII (2005), pp. 161-80; K. W. Hillig y P. G. Mahlberg, “A Chemotaxonomic Analysis of Cannabinoid Variation in Cannabis (Cannabaceae)”, American Journal of Botany, XCI (2004), pp. 966-75.

[14] B. Berlin, Ethnobiological Classification: Principles of Categorization of Plants and Animals in Traditional Societies (Princeton, 1992).

[15] A. Agrawal, “Dismantling the Divide between Indigenous and Western Knowledge”, Development and Change, XXVI (1995), pp. 413-39.

[16] E. Small, “American Law and the Species Problem in Cannabis: Science and Semantics”, Bulletin of Narcotics, XXVII (1975), pp. 1-20; William A. Emboden, “The Genus Cannabis and the Correct Use of Taxonomic Categories”, Journal of Psychoactive Drugs, XIII (1981), pp. 15-21.

[17] R. E. Schultes, W. M. Klein, T. Plowman y T. E. Lockwood, “Cannabis: An Example of Taxonomic Neglect”, Harvard University Botanical Museum Leaflets, XXIII (1974), pp. 337-67.

[18] S. T. Oner, Cannabis Indica: The Essential Guide to the World’s Finest Marijuana Strains (San Francisco, 2011); S. T. Oner, Cannabis Sativa: The Essential Guide to the World’s Finest Marijuana Strains (San Francisco, 2012).

[19] I. Campos, Home Grown: Marijuana and the Origins of Mexico’s War on Drugs (Chapel Hill, 2012), pp. 74-7; A. Piper, “The Mysterious Origins of the Word ‘Marihuana’”, Sino-Platonic Papers, CLIII (2005), pp. 1-17.

[20] Y. Pessoa de Castro, “Towards a Comparative Approach to Bantuisms in Iberoamerica”, Africamericas: Itineraries, Dialogues, and Sounds (Madrid, 2008), pp. 79-90, ver p. 86; N. del Castillo Mathieu, “El léxico negro-africano de San Basilio de Palenque”, Thesaurus, XXXIX (1984), pp. 80-169, ver p. 143.

[21] B. M. du Toit, Cannabis in Africa: A Survey of Its Distribution in Africa, and a Study of Cannabis Use and Users in Multi-Ethnic South Africa (Róterdam, 1980).

[22] E.J.W. Barber, Prehistoric Textiles: The Development of Cloth in the Neolithic and Bronze Ages with Special Reference to the Aegean (Princeton, 1991), pp. 36-8.

[23] J. L. Butrica, “The Medical Use of Cannabis among the Greeks and Romans”, Journal of Cannabis Therapeutics, II (2002), pp. 51-70.

[24] F. E. Dussy, C. Hamberg, M. Luginbühl, T. Schwerzmann y T. A. Briellmann, “Isolation of Delta9-THCA-A from Hemp and Analytical Aspects Concerning the Determination of Delta-9-THC in Cannabis Products”, Forensic Science International, CIL (2005), pp. 3-10.

[25] Pedanius Dioscorides, De Materia Medica: Libri Sex, trad. Marcellus Vergilius (Florencia, 1518), p. 218; I. Lozano Cámara, “El uso terapéutico del Cannabis sativa L. en la medicina árabe”, Asclepio, IL (1997), pp. 199-208.

[26] La palabra inglesa stoned, que inicialmente significó “apedreado”, se usa para describir un efecto específico del Cannabis psicoactivo, relacionado con una sensación de relajación física y somnolencia placentera [todas las notas a pie de página son del traductor].

[27] Claudius Galeno, De Alimentorum Facultatibus, Libri Tres (Lyon, 1547), pp. 84-5.

[28] Lozano Cámara, “El uso terapéutico”; Indalecio Lozano Cámara, “Terminología científica árabe del cáñamo”, en Ciencias naturaleza en al-Andalus, (Granada, 1996), pp. 147-64.

[29] Abu Ali al-Shaykh al-Ra’is Ibn Sina, Kitabal Qanoun fi al-Toubb [El libro del canon de la medicina] (Roma, 1593), p. 248.

[30] M. Levey, “Medieval Arabic Toxicology”, Transactions of the American Philosophical Society, LVI (1966), pp. 1-130, cita p. 27.

[31] W. Derham ed., Philosophical Experiments and Observations of the Late Eminent Dr. Robert Hooke (Londres, 1726), p. 210.

[32] F. Rosner ed., Maimonides’ Medical Writings: Moses Maimonides’ Glossary of Drug Names (Haifa, 1995), vol. VII, en especial pp. 48-9, 274.

[33] Lozano Cámara, “Terminología”

[34] Ibíd.

[35] W. W. Turner, The Names of Herbes [1548] (Londres, 1881), p. 22.

[36] O. Wherrell, “Hemp-Seed and Hemp-Seed Oil”, Bulletin of Pharmacy, XI (1897), pp. 340-42; W. R. Guilfoyle, Fibres from Plants, Indigenous and Introduced, Eligible for Industrial Culture and Experiment in Victoria (Melbourne, 1894), p. 34; H. W. Dickinson, “A Condensed History of Rope-Making”, Transactions of the Newcomen Society, XXIII [1942-3] (1948), pp. 71-92.

[37] W. Roxburgh, “Communication on the Culture, Properties, and Comparative Strength of Hemp, and Other Vegetable Fibres, the Growth of the East Indies”, Transactions of the Society Instituted at London, for the Encouragement of Arts, Manufactures, and Commerce, XXII (1804), pp. 363-96.

[38] E. W. Brewster, 125 Years of Rope-Making in Plymouth(1824-1949) (Nueva York, 1949), p. 35.

[39] A. L. Ash, “Hemp-Production and Utilization”, Economic Botany, II (1948), pp. 158-69; L. H. Dewey, “Hemp”, Yearbook of the United States Department of Agriculture, 1913 (Washington, 1914), pp. 283-346.

[40] E. Small y A. Cronquist, “A Practical and Natural Taxonomy for Cannabis”, Taxon, XXV (1976), pp. 405-35, cita p. 405

[41] Hillig y Mahlberg, “Chemotaxonomic Analysis”; Hillig, “Genetic Evidence”; W. A. Emboden, “Cannabis: A Polytypic Genus”, Economic Botany, XXVIII (1974), pp. 304-10.

[42] Hillig, “Genetic Evidence”

[43] Small y Cronquist, “Practical and Natural”.

[44] Emboden, “Correct Use”; Emboden, “Polytypic Genus”; Schultes et al., “Taxonomic Neglect”.

[45] A. T. Weil, N. T. Zinberg y J. M. Nelsen, “Clinical and Psychological Effects of Marihuana in Man”, Science, CLXII (1968), pp. 1234-42, cita p. 1235.

[46] Emboden, “Correct Use”; Small, “American Law”.

[47] R. B. Strassler (ed.), The Landmark Herodotus: The Histories (Nueva York, 2007), libro 4, capítulo 74, cita p. 311.

[48] McPartland y Hillig, “Early Iconography”.

[49] Small y Cronquist, “Practical and Natural”.

[50] McPartland y Hillig, “Early Iconography”.

[51] Clarke, Marijuana Botany, pp. 157-8.

[52] P. M. Zhukovsky, “Hemp (Cannabis L.)”, Cultivated Plants and Their Wild Relatives (Leningrado, 1964), pp. 456-8.

[53] Hillig, ‘Genetic Evidence’.

[54] McPartland y Hillig, “Early Iconography”; Derham, Philosophical Experiments, p. 210.

[55] J.-B. Lamarck, Encyclopédie Méthodique: Botanique (París y Lieja, 1783), vol. I, parte 2, p. 695.

[56] Small y Cronquist, “Practical and Natural”.

[57] Starks, Marijuana Chemistry, p. 81; K. Szendrei, “Cannabis as an Illicit Crop: Recent Developments in Cultivation and Product Quality”, United Nations Office on Drugs and Crime Bulletin on Narcotics (1997), www.unodc.org.

[58] El término popular inglés ditchweed, que literalmente se traduce como “hierba de zanja”, refiere a marihuana de baja calidad producida a partir de plantas silvestres derivadas de cáñamo cultivado con fines industriales.

[59] T. D. Whitson (ed.), Weeds of the West, (Newark, 1996), p. 246.

[60] El término inglés high, de uso muy frecuente, refiere a un efecto del Cannabis psicoactivo que conlleva una intensificación sensorial y una placentera sensación de liviandad. Originalmente referido al efecto de la marihuana, el concepto se ha extendido hasta abarcar casi cualquier alteración mental provocada por algún elemento externo.

[61] Schultes y Hofmann, Botany and Chemistry; Hillig y Mahlberg, “Chemotaxonomic Analysis”.

[62] J. Cervantes, Marijuana Horticulture (Sacramento, 2006), pp. 10-11.

[63] Oner, Cannabis Indica; Oner, Cannabis Sativa.

[64] Starks, Marijuana Chemistry; Hillig y Mahlberg, “Chemotaxonomic Analysis”.

[65] E. Small, “On Toadstool Soup and Legal Species of Marihuana”, Plant Science Bulletin, XXI (1975), pp. 34-8, citas pp. 38, 34.

[66] B. Fletcher, Hemp Industries Association v. DEA. Decisión n.º 03-71366 y n.º 03-71603, Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos (San Francisco, 2004).

DOS

El Cannabis en la Antigüedad

La historia del Cannabis empezó mucho antes que los humanos. La familia más estrechamente relacionada, las ortigas (Urticaceae), se originó hace unos 55 millones de años. [67]Humulus (lúpulo), primo del Cannabis, estaba genéticamente diferenciado hace 6,5 millones de años. [68] El Cannabis se originó en algún punto durante los eones intermedios.

Los patrones espaciales de diversidad genética sugieren que Cannabis indica se originó en el suroeste del Himalaya, mientras que sativa procedía de las regiones templadas de Asia Central. [69] Lo que se sabe de la evolución del paisaje asiático sugiere el modo en que el Cannabis se convirtió en dos especies genéticamente distintas. Durante la época geológica del Eoceno (hace 56-34 millones de años), los antepasados del Cannabis probablemente ocuparon las zonas montañosas del centro-sur de Laurasia, el antiguo continente que existió antes de que la placa tectónica de la India convergiera con las placas asiáticas. El clima en estas zonas montañosas de elevación media era húmedo y templado. La población autóctona del Cannabis probablemente variaba de sur a norte según la tolerancia al clima y la duración del día en las distintas latitudes. El cambio en la duración del día es el principal estímulo para la floración en el Cannabis. [70]

El choque de la India con Asia hace cincuenta millones de años suscitó un levantamiento geológico que produjo tanto el Himalaya como las cadenas montañosas que las conectan. La conjunción del levantamiento y las diferencias de latitud generaron variaciones en la producción de THC. El THC cumple la función de filtro solar que protege a la planta del daño celular provocado por la radiación ultravioleta de tipo B. [71] La exposición a la radiación solar se intensifica en latitudes más bajas y elevaciones más altas. El hecho de que dentro de la región autóctona del Cannabis el levantamiento geológico fue mayor en las latitudes más bajas suscitó un proceso de selección natural para aquellas plantas que contaban con un filtro contra los rayos solares, en especial, quizás, por la protección que brindaba a las inflorescencias femeninas. Aunque el THC también protege contra los insectos herbívoros y previene las infecciones, [72] su función ecológica no explica cómo se diferenciaron sativa e indica.

10. Cannabis sativa, de F. E. Köhler, Medizinal-Pflanzen (1887).

India y Asia terminaron de converger hace once millones de años, lo que dio inicio a cambios climáticos regionales que se extendieron por el resto de la época del Mioceno (que terminó hace dos millones de años). La convergencia de las placas tectónicas produjo montañas y la mayor región sin salida al mar del planeta, el interior de Asia Central. A medida que esta área se aisló de las influencias marítimas, su clima estival se volvió más cálido y seco, lo que contribuyó al comienzo del monzón del sur de Asia. El aumento de la aridez en Asia Central dividió en dos el área del Cannabis. La población proto-sativa sobrevivió en áreas templadas y húmedas a lo largo de las montañas que se extienden al noreste de la cordillera de Tian Shan hasta Siberia. La evidencia física más antigua del Cannabis es el polen fósil de sedimentos del lago Baikal de 130 000 años de antigüedad. [73](Técnicamente, los científicos identifican el polen como “tipo Cannabis”, porque Cannabis y Humulus producen granos casi idénticos.) Al sur de la zona seca, las plantas proto-indica sobrevivieron en bosques de elevación media en la cordillera del Hindú Kush, entre zonas montañosas y planicies más secas.

Las subpoblaciones de Cannabis del norte y del sur experimentaron presiones de selección natural diferentes. El levantamiento geológico se mantuvo fuerte en el sur, donde las plantas se enfrentaron a una exposición cada vez más intensa a la radiación ultravioleta. El Hindú Kush se elevó 2 700 metros durante la época del Pleistoceno (los últimos dos millones de años). [74] La población del norte no experimentó las mismas condiciones. Las cordilleras de Asia Central se elevaron menos y más tarde que las montañas más al sur. Además, la población del norte habitaba en elevaciones más bajas, dado que en las zonas de latitud media las condiciones alpinas se extienden más hacia abajo.

11. Cannabis, de C. F. Millspaugh, Medicinal Plants (1892).

Durante el Pleistoceno, la Tierra experimentó cambios cíclicos entre un clima glacial y un clima interglacial, lo que tuvo impacto en todos los ecosistemas del mundo. Cannabis indica y sativa experimentaron estos cambios de manera diferente, porque la fisonomía superficial de la tierra afecta la manera en que los ecosistemas interactúan con el clima. Para sativa, la zona climática de preferencia se modificaba considerablemente durante los períodos fríos, desplazándose hacia las llanuras onduladas de Asia Central. Durante los períodos interglaciales, las llanuras eran más secas y los bosques cedían su lugar a estepas llenas de hierba. Cannabis sativa encontró condiciones adecuadas cerca de los arroyos en las estepas y se desplazó principalmente hacia el oeste, probablemente siguiendo a los animales con pezuñas. Hace 16 000 años el polen tipo Cannabis se introdujo en los sedimentos del mar Negro; hace 10 000 años, el polen estaba en Bulgaria e Italia. [75]

En el caso de indica, el rápido levantamiento en el Hindú Kush produjo pendientes pronunciadas, lo que hizo que las zonas ecológicas se desplazaran levemente hacia arriba o hacia abajo a medida que el clima se calentaba o se enfriaba. En la zona de elevación media el ecosistema era estable, relativamente poco afectado por los cambios cíclicos. [76]Cannabis indica